PIEZA DEL Mes de Marzo/Abril

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PIEZA DEL MES
Meses: Mayo y Junio
Una tumba de la Pallantia romana.
Necrópolis de Eras del Bosque (Palencia)
Primeras décadas del siglo I d.C.
INFORMACIÓN AMPLIADA
Una tumba de la Pallantia romana.
Necrópolis de Eras del Bosque (Palencia)
Primeras décadas del siglo I d.C.
En esta ocasión se ha escogido como pieza del mes un grupo de
materiales cuyo interés estriba en su carácter de conjunto, de agrupación, más
que en las piezas individuales que lo integran, aunque entre ellas se encuentren
ejemplares bien notables.
Se trata de los restos de una tumba de la necrópolis de Eras del Bosque
de la Palencia romana. Fueron hallados de forma casual en 1990 al vaciar las
tierras de un solar de la actual calle Villa Casares y el hallazgo fue publicado
dos años más tarde por Mariano del Amo en un estudio profundo y minucioso,
en el que se aborda no solo el análisis de la tumba, sino también el de las
necrópolis romanas de Pallantia.
La excepcionalidad de esta tumba reside en que, pese a haber sido
parcialmente destruida por la pala excavadora, es la única conocida como tal de
una extensa necrópolis de incineración, que fue excavada en la segunda mitad
del siglo XIX por Simón y Nieto. Los elementos que componían los ajuares por
él recuperados fueron mezclándose con materiales de otras zonas y acabaron
dispersándose en varios museos arqueológicos y colecciones particulares. En
ese contexto, se comprende el valor documental de la tumba publicada por M.
del Amo, pues es la única que ha sido exhumada casi intacta de una amplia
necrópolis que se extendía al este de la ciudad romana.
El enterramiento, visible en el talud del solar, consistía en un hoyo
excavado en la greda natural en cuyo interior se hallaron dos cuencos de vidrio,
cuatro recipientes cerámicos, una copa de sigillata itálica, dos vasos de cerámica
pintada y un jarra de cerámica común, y el mango de un cazo de bronce o
simpulum además de restos óseos de oveja y cerdo.
Los distintos recipientes integraban el ajuar funerario, mientras que los
restos de animales nos remiten a los alimentos que pudieron destinarse al
difunto en su otra vida.
No se hallaron evidencias de cenizas, ni de huesos calcinados que
posiblemente se encontraban, junto con otros elementos del ajuar, en la parte de
la tumba destruida por las obras. A pesar de todo, las piezas recuperadas
ofrecen un indudable interés por su variedad, incluso singularidad en algún
caso, y permiten fechar la tumba a comienzos del Imperio, en los primeros
decenios del s. I d.C.
Los dos vasos de vidrio corresponden a sendos cuencos de costillas y
fueron elaborados mediante la técnica de soplado en molde. El más pequeño y
profundo de color azul cobalto intenso, el más amplio con la coloración azulada
verdosa tan frecuente en los vidrios altoimperiales. Entre los vasos cerámicos, el
recipiente más exótico por su origen es la copa de barniz rojo de terra sigillata
itálica. Fue elaborado en talleres del valle del Po o de la antigua Etruria y es la
pieza que proporciona un marco cronológico más preciso dentro del conjunto.
De los dos recipientes con decoración pintada, geométrica en ambos, uno
fue sin duda un plato, mientras que el otro debió ser concebido más bien como
tapadera. De probable fabricación local, tienen la virtud de ilustrarnos sobre la
producción de cerámica pintada hispanorromana a comienzos del Imperio. La
cerámica común está representada por un olpe o jarra de cuello largo y
estrecho, provista de un asa, que aporta un perfil bien documentado desde la
época augustea.
El ajuar incluía un mango de cazo o simpulum de bonce que presenta una
cabeza de toro remachada en uno de sus extremos. Faltaba el receptáculo que
hay que suponer semiesférico. Los simpula eran utensilios destinados a servir el
vino y el que nos ocupa era sin duda un objeto antiguo ya cuando se depositó
en la tumba.
Si valoramos el ajuar de este enterramiento a la luz de las descripciones
de otros que recoge sintéticamente Simón y Nieto, es posible deducir que nos
encontramos ante la tumba de una persona notable, máxime si tenemos en
cuenta que no han debido conservarse otros objetos que lo acompañarían
también al más allá.
Presentación
Presentación el sábado día 5 de Mayo a las 12.30 horas a cargo de María Victoria
Romero, Profesora Titular de Arqueología de la Universidad de Valladolid.
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