“JORNADA EN MISIÓN SALIM” Para la inclusión de miles de Amelias. Dra. María Luz Fabián-Miembro Comisión DDHH “…El establecimiento de una cultura nunca tendría que haber desplazado a otra…” Desde chica siempre permanecieron en mi memoria historias que me generaron un gran impacto, una de las tantas es la que se refiere a la fundación de Salta. Nostalgia e impotencia me dio el saber que posiblemente el lugar elegido para fundar la Ciudad –año 1582 - era un asiento indígena. Supuestamente vivían en lo que hoy es la Plaza 9 de Julio y sus alrededores… triste habrá sido ese momento en el que los trasladaron para fundar una nueva cuidad. Se estima que el cementerio de los aborígenes estaba situado donde hoy es la galería Continental…1 Lo anteriormente mencionado es uno de los tantos avasallamientos que se dieron en diferentes puntos geográficos de Salta. Parece increíble que haya pasado tanto tiempo y que todavía la sociedad tenga una deuda pendiente con nuestros hermanos aborígenes. Inconcebible es que, sabiendo lo que sufrimos las colonias para emanciparnos de la corona, todavía queden algunos que nieguen libertades y derechos a los que existen en este suelo desde siempre. Es inhumano pretender una nueva colonización en este siglo XXI. No es orgánico invadir para uniformar la manera de ser y estar de las comunidades indígenas que hoy subsisten. Sin embargo la intolerancia por lo diferente se hace generalmente presente; y se manifiesta a través de la acción: la discriminación o la inacción: la indiferencia que lastima. También soy consciente de que otro sentimiento que aflora es el no sentimiento, puesto que la codicia económica de muchos los invisibilizan, eliminando su hábitat natural. 1 “Los aborígenes que vivían en Salta, Lo que era un antigal, hoy es el centro de la ciudad”, publicado en el Suplemento del diario El Tribuno en Homenaje a Salta en sus 420 años en fecha 16 de abril de 2002, página 4. Por lo expuesto, me regocijo al saber que las comunidades aborígenes están presentes en la agenda de prioridades de este proyecto de país. Y de que las visitas a las comunidades van a tener grandes frutos (y de calidad) como la visita que realizamos el día Miércoles 18 de Diciembre del 2013 con algunos miembros de la Comisión de Derechos Humanos. Emprendimos el viaje a Embarcación (situada en el Departamento de San Martín a 286 km de Salta Capital), para ser exacto a Misión Salim, con el fin de compartir una jornada con los hermanos de la Comunidad Wichí. En el camino vimos que lo que antes había sido un monte frondoso ahora solamente es un paisaje desolado. Al llegar el clima cambió bruscamente, si bien la temperatura habitual es de 40º, 45º, ese día fue atípico, ya que nos sorprendió la lluvia que inundó todo el lugar, formando pequeños esteros, sin embargo, más sorprendida me dejó aún el proceder de los wichis, que en pocos minutos, se organizaron y trabajaron en equipo trayendo tierra seca para nivelar el suelo que en ese momento era barro y agua. Nuestra reacción ante tan organizada acción fue sumarnos acarreando tierra para rellenar los esteros. A pesar de que el día estaba nublado, muchos se hicieron presentes dándonos una calurosa bienvenida, nos esperaban con locro, empanadas y asado como cual fiesta familiar. Ese día la etnia Wichí conmemoraba los 100 años de su religión anglicana brindando un baile en su honor y una muestra de sus tradiciones. Las caritas de los chicos que concurrieron estaban iluminadas, me pregunto: ¿si es la expectativa de sus sueños y metas la que los encienden? Durante el transcurso de la jornada, desarrollamos las actividades previstas para los niños y adolescentes. Con el propósito de hacer más amena la tarde repartimos globos a los niños, quienes los hacían elevar por el aire tiñendo el cielo de colores y en esos coloridos globos se reflejaba su felicidad y la nuestra al ver sus sonrisas. En el pasar de las horas, se me acercó una niña llamada Amelia, me preguntó si sabía leer… y sin darme tiempo a contestarle ella respondió orgullosa: “Yo sí”, lo que me dio mucha satisfacción en el momento. Ahora, reflexionando me inclino a afirmar que la educación es la única herramienta expedita que tienen para defenderse de los abusos y atropellos que constantemente padecen los pueblos originarios. Pero, Amelia no era la única que se mostraba orgullosa de su educación, los adolescentes hacían uso de la tecnología a través de las computadoras del Plan Conectar Igualdad. La igualdad se logra con inclusión, en este caso se da a través de la tecnología ya que como todos sabemos hoy en día el que no sabe usar una computadora se encuentra excluido del mercado laboral. Como conclusión estimo que a través de la educación esta nueva generación no va a ser sometida y vulnerada en sus derechos, ya que el progreso y la libertad de un pueblo o etnia sólo es posible a través del conocimiento. Por ello, reitero que la educación es el instrumento que permite el ejercicio del derecho que ellos tienen de mantener su identidad, en todo momento y lugar.