Las verdades del espiritismo

Anuncio
JOSÉ ANIORTE ALCARAZ
LAS VERDADES
DEL
ESPIRITISMO
Con la colaboración
de una verdadera Espírita
DISTRIBUCIÓN GRATUITA
Para cualquier información dirigirse a:
C. E. “La Luz del Camino” C/ Cádiz nº 13 bis
Urbanización Montepinar C. P. 03300
Orihuela – Alicante (España)
Teléfonos: 965369515 / 656849678
Humildemente dedico este libro,
a todos mis queridos hermanos libres pensadores,
a todos los que trabajan en la divulgación
del Espiritismo, y muy especialmente,
en sentido honorífico,
a nuestros inolvidables: Antonio Silva Arroyo,
Manuel Robles Águila y Manuel Uceda Flores.
Sin olvidar mi agradecimiento profundo
a quienes han hecho posible este trabajo.
Las Verdades del Espiritismo
INTRODUCCIÓN
Moisés nos trae la primera Revelación, y con ella los Diez
Mandamientos como una Ley Divina que había que cumplir,
pero su pueblo salido de un largo periodo de esclavitud en
Egipto, era violento, fanático, agresivo, y rebelde; difícil de
dominar y dirigir. Por esta razón mantuvo la imagen de un dios
colérico y vengativo, que castigaba con penas eternas a aquellos
que no le obedecían y premiaba de forma espléndida a todos los
que le agradaban y le hacían ofrendas. Tres mil años después
llegó Jesús, el Mesías prometido, que el pueblo hebreo no
reconoce porque el Mesías que ellos esperaban, debía liberarlos
de la opresión y el dominio romano, pero Él fue la segunda
Revelación.
Jesús nos dice “No he venido para alterar la ley sino para
darle cumplimiento”. Dios es amor y jamás castiga a ninguno de
sus hijos; siempre les da una nueva oportunidad para rectificar
su conducta, hasta que consigan la suficiente elevación para
formar parte de un solo rebaño y un solo pastor. También decía:
“Ni una sola de mis ovejas se perderá, todas se salvarán”,
“Conoceréis la verdad y ésta os hará libres”.
Con esta definición de lo que es Dios, nos da la firme
seguridad de que podemos estar en continuo contacto con Él, sin
ningún intermediario y esto no lo pueden aceptar algunas
religiones, porque se han apoderado de la “exclusiva” y se han
nombrado sus representantes para que nadie pueda llegar a ese
dios sin la intervención de ellos. Lo más grave es que para
conseguir esto, han tenido que darle otro sentido a las palabras
del Nazareno. Han convertido a Jesús en un dios hecho hombre;
manteniendo abierto un infierno que nunca ha existido y
vendiendo “parcelas” en el cielo, un cielo que tampoco existe.
Todo esto para hacer el negocio más rentable de este mundo.
Estamos en el siglo XXI. El progreso de la humanidad y
de la ciencia es asombroso, el recuerdo de nuestras generaciones
7
José Aniorte Alcaraz
pasadas nos parece tan lejano que nos cuesta imaginarlo; pues
bien, aún así la Religión Católica, Apostólica y Romana, sigue
en su dogmatismo milenario y fantasioso, inaceptable para las
nuevas generaciones y también para las actuales.
El poder de la Iglesia aún sigue siendo muy grande,
porque tiene muchos millones de seguidores, que viven en este
siglo pero piensan y sienten como en la edad medieval; la
religión se ha estacionado, se inmovilizó y cristalizó en esa
época y también sus seguidores.
Estamos ya viviendo momentos de transición, nuestro
planeta tiene que renovarse y con él también su humanidad.
Llegó el momento de conocer la verdad: “que vea quien tenga
ojos para ver y oiga quien tenga oídos para oír”. Grandes
acontecimientos se van a producir en la Tierra y todos nosotros
debemos estar preparados para enfrentar, con conocimiento de
causa, esta gran realidad.
La razón por la que he escrito este libro, es precisamente
para decir la verdad histórica una vez más, sobre las tres
“religiones, creencias o doctrinas” más importantes de nuestra
civilización. No estoy contra ninguna de ellas, todas tienen el
derecho de existir y manifestarse, pero también tienen el deber
de respetar las otras creencias y el derecho de pensar libremente
de todos los seres. No se puede utilizar el nombre de Dios o de
los Espíritus Superiores para satisfacer nuestras ambiciones
orgullosas y desmedidas, utilizando la mentira, la falsedad y la
calumnia, para confundir, oscurecer y dominar la mente de todos
los que confían en ellos, porque creen que representan a Dios y
hablan en nombre de Él.
Esto ya es intolerable, y ha llegado la hora de decir las
cosas como en realidad son; así es como se dogmatizan las
religiones y doctrinas, se alteran y materializan los principios
puros y beneficiosos que todas ellas tienen.
No es mi deseo separar a nadie de su religión o creencia,
porque todas ellas son caminos que conducen al mismo destino,
si seguimos un rumbo correcto. La verdad debe ser conocida
8
Las Verdades del Espiritismo
para que todos sepan en lo que creen y el porqué. Las religiones
todas son buenas, las personas somos las que hacemos de ellas
buenas o malas; porque todo aquel que se siente bien y seguro,
creyendo en la Divinidad de Jesús, en la Virgen Inmaculada, en
la castidad de José y en la concepción del Espíritu Santo, si esta
creencia influye en su vida, si le hace ser un hombre de bien, si
leyendo el “Sermón de la Montaña” que está en el primer
capítulo de este libro, es capaz de vivirlo y adaptarlo a su forma
de vida, puede estar seguro de que su alma llegará al “Cielo”,
sin necesidad de ningún intermediario y no tiene porqué cambiar
de creencia.
La última Revelación o doctrina, que hemos recibido es el
Espiritismo, es la más fácil de comprender y al mismo tiempo la
más esclarecedora. Sin sombras ni misterios nos revela la
existencia del mundo espiritual y abre las puertas del Más Allá.
Aún así, hay muchos llamados espíritas, que se esfuerzan en
paralizar el Espiritismo en sus principios fenoménicos, y con
esto le niegan el derecho y el deber que tiene de evolucionar y
transformarse, siguiendo siempre el progreso de la humanidad y
de la ciencia.
El Espiritismo continúa evolucionando en primera línea;
ni el progreso de la humanidad ni el de la ciencia, puede dejarlo
atrás, porque es científico, filosófico y renovador y porque es la
religión de los Espíritus, la religión del futuro, es la Religión
Universal. Por esto nada ni nadie podrá paralizarlo ni tampoco
ensombrecerlo, porque es sobre todo la más pura y cristalina
expresión del Cristianismo, enseñado y vivido por Jesús.
La idea sublime y grandiosa que desciende de lo alto para
aliviar el sufrimiento de la humanidad, se cubriría de sombras si
esto fuese posible, es decir, si la esencia de donde procede ese
ideal, le permitiera ensombrecerse.
Es verdad que como ideal nuevo y renovador, no puede
escapar de las críticas y de la incomprensión de la humanidad
ignorante y fanatizada por ideas o creencias religiosas del
pasado, pero aún así, sigue inmutable su marcha ascensional y
9
José Aniorte Alcaraz
bienhechora, porque procede de la fuente de todo amor y poder
y como obra Divina, no puede ser detenido su paso siguiendo
siempre hacia delante. Este conocimiento debería sentirse en lo
más profundo del corazón de todos los seres que, en un sentido o
en otro, participan en la divulgación del Espiritismo.
Hay muchos grupos que por curiosidad o pasatiempo
tratan de ponerse en contacto con los espíritus que les rodean, es
decir, pretenden descubrir los secretos del Más Allá. Estos
hermanos desconocen por completo la ciencia espírita y las
leyes naturales que rigen la comunicación con lo invisible, y sin
embargo, por su misma ignorancia, se atreven a pisar un terreno
más peligroso de lo que pueden imaginar, cuando ponen en
práctica la parte fenoménica del Espiritismo, sin haber estudiado
esta doctrina y sin tener preparación alguna.
El espiritismo es un estudio constante de sí mismo, el cual
nos ayuda a desprendernos de las inmundicias de las pasiones,
de los sentimientos de orgullo y egoísmo, en fin, de todas las
imperfecciones que nos dominan.
Del Espiritismo, lo que la humanidad debe de tomar, ante
todo, es su doctrina cristiana y regeneradora en sus principios,
no ocupándose del fenómeno sino en último lugar, puesto que
no es más que un detalle insignificante del mismo.
El Espiritismo es el Evangelio de Jesús, llevado a todas las
esferas de la vida humana. Con la práctica espiritista, se afirma
en las conciencias la Ley del Amor, el “no hagas a otro lo que
no quieras para ti”, y se libera el hombre del aterrador egoísmo
que es la causa de nuestros males.
El Espiritismo es un poderoso destructor de esos dos
culpables de todos los males terrenos: el egoísmo y el orgullo.
Esto es el verdadero Espiritismo: ser hoy mejores que ayer y
mañana mejores que hoy.
Las creencias religiosas, impuestas y enseñadas con
violencia en los tiempos medievales, la época más oscura que ha
vivido la humanidad terrestre, fue sin duda un freno para
enfrentar la barbarie de entonces; pero a medida que la
10
Las Verdades del Espiritismo
humanidad ha evolucionado, con el progreso de los siglos, la
Religión Católica de Roma, debía haber evolucionado también
de acuerdo con este progreso, pero hizo todo lo contrario, se
cristalizó, se estacionó y envejeció con sus dogmas, quizás
aceptables en aquella época, pero inaceptables en la cultura de
hoy. Sus representantes han mantenido hasta hoy, una posición
inamovible, y todo esto para satisfacer sus ambiciones de
riqueza y poder. Ellos montaron el negocio más lucrativo del
mundo, hasta convertirse en el Estado más rico y poderoso,
olvidando las palabras de Jesús: “Soy pobre y no tengo una
piedra donde reclinar mi cabeza”.
Tenemos que reconocer que esta misma Iglesia ha dado en
todos los tiempos, miles de espíritus, hombres y mujeres, que
fieles a su creencia han renunciado a los bienes materiales, para
practicar la caridad y sacrificar su vida con amor, en beneficio
de sus semejantes. Han creído y practicado los enseñamientos de
Jesús, tal y como ellos los comprendían. Estos hermanos son
misioneros sin nombre, pero sin duda alguna, han ganado su
“cielo”.
Yo no estoy contra ninguna Iglesia, las respeto, todas son
buenas y necesarias y lo serán mientras existan seres que crean
en ellas, pero sí estoy contra las manipulaciones que hacen un
negocio de ellas.
Yo en mi largo pasado, he pertenecido a la Iglesia Católica
de Roma, fui uno de sus representantes, ambicioso y orgulloso,
fui odiado y temido, hasta que mi Espíritu se dio cuenta de su
equivocación, sufrió el dolor del arrepentimiento hasta que
consiguió nuevas oportunidades para regresar a la Tierra, para
rectificar su equivocada conducta. En esta existencia tengo el
serio compromiso de divulgar la verdad, a través del libro
gratuito para esclarecer algunas mentes de las muchas que
ensombrecí en el pasado.
Con la Tercera Revelación se abrieron las puertas del Más
Allá, se desvanecieron los misterios, y los espíritus nos revelan
la luz de la verdad, ellos nos hablan para decirnos: “La muerte
11
José Aniorte Alcaraz
no existe, los ‘muertos’ siguen viviendo, y participan en vuestras
vidas, porque están cerca de vosotros”.
El Espiritismo, codificado por Allan Kardec, es el
Consolador prometido por nuestro amado Jesús; y tiene la
misión de restaurar el Cristianismo con toda su pureza y
grandeza, tal como lo enseñó su fundador ¡Jesucristo!. Esta
doctrina consoladora, amorosa y universalista, debe ser conocida
por todos aquellos que la necesitan.
El Espiritismo con su lógica, puede contestar todas las
preguntas, puede ser investigado y examinado, porque no oculta
nada, no tiene dogmas ni misterios. Sus fundamentos son
progresivos y están en continua evolución; siempre camina en la
vanguardia del progreso humano y científico, y esto sólo es
posible porque sus fundamentos y principios no son humanos,
sino que son las revelaciones y manifestaciones de Espíritus
Superiores y Universales.
Con este libro “Las Verdades del Espiritismo” intento
esclarecer muchos puntos oscuros que aún existen con los
envejecidos dogmas de algunas religiones.
Sinceramente pido disculpas a todos aquellos que puedan
sentirse molestos por algunos de los temas que aquí se tratan.
No es ésta mi intención, respeto todas las creencias y el derecho
que cada uno tiene para pensar o creer.
Mi deseo y compromiso es ayudar a todos aquellos que
por falta de conocimiento han caído en el ateísmo, en la
incredulidad y en la indiferencia, y así, una vez más, recordar
estas palabras de Jesús:
“Conoceréis la verdad y la verdad os libertará”.
Que Dios nos bendiga a todos y que Jesús, nuestro querido
Maestro guíe nuestros pasos, iluminando nuestro camino.
12
Las Verdades del Espiritismo
I
EL SERMÓN DE LA MONTAÑA
El nacimiento de Jesús fue el fruto de un matrimonio
contraído entre José y María. José era viudo y padre de cinco
hijos cuando se casó con María. Estos hijos pasaron a ser ante la
historia falseada, primos de Jesús. María era hija de Joaquín y de
Ana, de la ciudad de Jericó, y no tenía más que un hermano
llamado Jaime, dos años menor que ella.
Jesús nació en Belén, sus padres habían viajado hasta allí
por asuntos particulares, con el objeto de reanudar relaciones
comerciales; ésta es la verdadera historia sobre el nacimiento de
Jesús en Belén.
Los primeros años de Jesús transcurrieron como los de
todos los niños, hijo de un artesano acomodado. Era de un
carácter tímido y de una inteligencia avanzada.
Era costumbre de los habitantes de Nazaret encaminarse
hacia Jerusalén unos días antes de la Pascua, que se celebraba en
el mes de Marzo. Jesús tenía en esa época 12 años y acompañó a
su madre y a su hermano mayor que tenía 22 años, con el cual le
unía un especial cariño.
Allí conoció Jesús a José de Arimatea, buen amigo de
José, su padre. José de Arimatea era un hombre bueno, rico y
poderoso, muy respetado porque trataba de igual manera al rico
y al pobre.
Desde el primer momento José de Arimatea se interesó
mucho por Jesús, así que habló con su padre para que lo dejara a
su cargo, para instruirlo y prepararlo en condiciones, para ser un
buen defensor de la religión de Israel.
Cuando murió José, Jesús tenía 23 años y entonces se fue a
vivir con José de Arimatea, quien lo acogió como a un hijo.
Desde este momento empezó a comprender Jesús la misión que
tenía que desempeñar y el camino que debía seguir. Jesús recibía
13
José Aniorte Alcaraz
la grandeza de la nueva luz, de la ley que él traía por inspiración
Divina, que significaba la renuncia y el sacrificio con el amor
recíproco que lo elevaron fuertemente hacia la comunión
universal, hacia la comunión con Dios. Su sacrificio fue de amor
en su más intensa expresión, amor hacia la humanidad, inspirado
por Dios que sostiene al Espíritu en sus debilidades humanas, en
el sacrificio y en la muerte.
Jesús fue paciente, amoroso, tolerante, comprensivo y
humilde con todos los que sufren, con los enfermos, con los
desheredados, con los pecadores y con las rameras, pero fue
enérgico con los mercaderes del templo, con los poderosos y con
los sacerdotes religiosos, que los acusó y desenmascaró sus
mentiras, y finalmente fue valiente enfrentando la muerte.
Él fue el Cristo y el Cristianismo empieza con Él; para ser
cristiano hay que divulgar sus enseñamientos y cumplirlos.
Fundó la Religión Universal que es la religión del amor, y Pedro
apóstol fue nombrado jefe de ella, Pedro fue la piedra angular de
esta religión, sin ninguna ortodoxia ni dogmatismo fanatizado.
Su doctrina es bien fácil y clara: “Ama al prójimo como a ti
mismo, y no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a
ti. “Descubrir el vicio y desenmascarar la impostura. Tomadme
como ejemplo; soy pobre, permaneced pobres; soy perseguido,
sufrid persecución; yo os digo: Que el Espíritu pertenece a Dios
y que el hijo debe abandonar al padre y a la madre antes de
infligir los mandamientos de Dios”.
Cierto día Gandhi hablando con un sacerdote inglés, amigo
suyo, le dijo: “yo he leído vuestra Biblia y lo más hermoso que
he leído en mi vida es el Sermón de la Montaña. Si los que se
dicen cristianos lo cumplieran yo también me haría cristiano,
pero no es así; y acabó diciendo: Siento un profundo respeto y
admiración por vuestro Cristo”.
Muchas personas me han preguntado en diversas ocasiones
qué religión era la mía y yo les he contestado; soy cristiano,
ellos sonriendo me han dicho: igual que nosotros, somos
católicos, yo les he dicho que no es lo mismo, ¿Qué diferencia
14
Las Verdades del Espiritismo
hay? Me han preguntado; y yo les he dicho: sólo una, el
Cristianismo es la verdad (…).
Ni Jesús ni sus apóstoles escribieron ningún evangelio, se
fueron transmitiendo relatos sobre su vida y sus palabras durante
varios siglos, y finalmente se fueron escribiendo en tal cantidad
que según algunos historiadores llegaron a existir hasta sesenta y
seis evangelios. Debo decir que a pesar de la diversidad de ellos,
la moral, la elevación y penetración del mensaje del Maestro,
nunca pudieron ser alteradas, hasta hoy se manifiesta en todos
ellos porque es un mensaje Divino y siempre será un camino de
luz para que lo siga la humanidad.
Todas las religiones son necesarias, todas han tenido su
época de esplendor; en un principio yo tengo que decir que no
soy antirreligioso, soy creyente y quiero decir de buena fe a
todos los responsables religiosos que dogmatizarse en el pasado
es la muerte. Todas las religiones tienen un principio de verdad
y esa verdad hay que revelarla de acuerdo con el progreso de la
humanidad. Yo no estoy en contra de ninguna religión, sino en
contra de los que las manipulan y las utilizan para sacar
provecho de ellas en beneficio propio. La religión católica ha
tenido en el pasado algunos periodos positivos, ha tenido en sus
filas espíritus de gran relevancia, como Francisco de Asís,
Teresa de Jesús, Joanna de Ángelis, Teresa de Calcuta y otros
miles de misioneros, hombres y mujeres, que han dado su vida
por amor a sus semejantes, siguiendo el ejemplo de Jesús. A
todos estos hermanos hay que respetarlos y rendirles homenaje,
porque nos sirven de ejemplo como verdaderos cristianos al
servicio de Dios y de Jesús. Yo digo como dijo Gandhi; si todos
los católicos fueran así, yo sería el más ferviente servidor del
catolicismo.
Jesús fue el fundador de la Religión Universal, la religión
del amor, del sacrificio y la renuncia, no fue el fundador de la
religión de la intolerancia, de las prisiones, de las hogueras y de
las guerras.
Jesús dijo a Cephas: no te preocupes por los cuidados que
15
José Aniorte Alcaraz
son necesarios para la grandeza futura de nuestra empresa.
Ahora descansa sobre el Maestro y después descansará sobre ti
que eres la piedra fundamental de nuestro edificio. Cephas le
contestó radiante: “Maestro bendice la piedra fundamental y
jamás se vendrá abajo el edificio”.
Jamás salió de los labios de Jesús el mezquino juego de
palabras que se atribuyó a este hecho. El origen del nombre de
Pedro fue debido a la facilidad de comparación que proporcionó
en aquel momento, y seguidamente fue conocido como Pedro el
Apóstol de Jesús, fundador de la Religión Universal, ésta
materialmente pobre, resplandeciente de riquezas por sus
aspiraciones dulces y caritativas, fuerte y majestuosa, tierna y
paciente con todos, devota y responsable con todos sus deberes,
invencible por su elevación espiritual y eterna por sus ejemplos
de virtud.
Jesús les recomendó: “Depositad las ofrendas que os hagan
en los pobres, y sacudid el polvo de vuestro calzado para no
llevar nada de ellas a vuestra habitación”.
“La Religión Universal se manifiesta con la elevación del
pensamiento y el deseo de perfección. Las religiones humanas
exigen la fe, sin proporcionar el sentimiento de ésta, y contribuyen para convertir al hombre en fanático e incrédulo”.
Después de la muerte de Pedro la persecución cristiana fue
disminuyendo; en pocos años se formaron comunidades, agrupaciones e iglesias, que hacían diferentes interpretaciones de la
vida y enseñamientos de Jesús. En todas las provincias del
Imperio Romano había iglesias con sus respectivos obispos. En
Roma ya tenían un papa: San Silvestre I. La ambición de los
obispos era tan grande que estaban a punto de un peligroso
enfrentamiento. Entonces se decidió hacer el concilio de Nicea
en el año 325. Fue convocado por el papa San Silvestre y bajo la
ejecutora del mismo emperador Constantino. Este concilio
condenó la “herejía” de Arrio, éste negaba la divinidad de
Jesucristo y su consustancialidad con Dios.
Allí, en este concilio se aprobó el dogma: “Creemos en un
16
Las Verdades del Espiritismo
solo Dios, Padre todo poderoso, Creador de todas las cosas
visibles e invisibles, y en un solo Señor Jesucristo, el unigénito
del Padre, esto es, de la sustancia del Padre, Dios de Dios, Luz
de Luz, Dios verdadero, engendrado pero no creado, de la
misma naturaleza que el Padre, por quien todo fue hecho, en el
Cielo y en la Tierra, que por nosotros los hombres y por nuestra
salvación bajó del cielo, se encarnó y se hizo hombre, padeció y
resucitó al tercer día, subió a los cielos y volverá para juzgar a
vivos y muertos y su Reino no tendrá fin”.
Aquellos que dicen, hubo un tiempo en que Él no existía, y
Él no existía antes de ser engendrado, la Iglesia Católica los
anatematiza.
La adhesión fue general y entusiasta. Todos los obispos,
excepto cinco, se declararon prestos a suscribir dicha formula,
convencidos de que contenía la verdadera fe de la Iglesia
Apostólica. Los oponentes quedaron reducidos a dos; Teón de
Marmárica y Segundo de Tolomeo, que fueron exiliados y
anatematizados. Arrio y sus escritos fueron también marcados
con el anatema, sus libros fueron arrojados al fuego y él fue
exiliado a Llíria.
Las comunidades cristianas que seguían los enseñamientos
del Maestro; compartían sus bienes y trabajaban la tierra para
conseguir su alimento, todas sus puertas estaban abiertas para el
viajero que necesitaba un techo para dormir y un pedazo de pan
para cenar. Vivían como hermanos y cuidaban de los enfermos.
Por las noches comentaban los enseñamientos de Jesús y
confiaban en él. Estas comunidades, declaradas en herejía,
fueron perseguidas y exterminadas y los que pudieron salvarse
se refugiaron en las montañas.
Antes de seguir adelante quiero aclarar y descubrir una
gran confusión que ha utilizado la Iglesia Católica hasta hoy,
sobre el origen de Jesús y su familia.
Débora, hija de Alfeo, fue la primera mujer de José, con la
cual tuvo cinco hijos que se llamaron: Cleophas, Eleazar,
Cleofe, Matías y Débora.
17
José Aniorte Alcaraz
En segundo matrimonio se casó con María y tuvo siete
hijos más, que se llamaron: el primero, Jesús y seguidamente,
Efraín, José, Elisabeta, Andrea, Ana y Jaime.
Esta es la verdad sobre la familia de Jesús y su nacimiento,
y esta verdad no lo desmerece en nada, por el contrario, tiene
mucho más mérito porque su elevación la ha conseguido con su
propio esfuerzo. No es Dios, porque Dios es inmaterial y no
puede materializarse, pero es Jesús quien lo representa aquí en
nuestro mundo; para nosotros es como si fuese Dios. Él es el
sublime peregrino que reencarnó en la Tierra, no para salvarnos
porque nuestra salvación depende de cada uno, pero sí se
sometió a una vida de sufrimientos en un mundo tan primitivo
como el nuestro, para enseñarnos el camino de nuestra salvación, el camino de la verdad y de la vida.
También es necesario hacer una aclaración sobre la muerte
de Jesús, que también fue manipulada y revelada de manera
diferente:
La muerte de Jesús levantó muchas expectativas porque se
había corrido el rumor de que a los tres días iba a resucitar. Esto
hoy está desmentido científicamente, un cuerpo muerto jamás
puede tener vida, aunque se produjese un milagro, algo que
tampoco es posible.
“Jesús dijo: Yo no he venido para alterar la ley, sino para
cumplirla”. Este asunto preocupaba mucho a Pedro y a José de
Arimatea, temían que el populacho fuese a la tumba, sacaran el
cuerpo y lo profanaran. Así decidieron abrir la tumba durante la
noche y sacar el cuerpo y enterrarlo en un sepulcro distante de
allí, que había sido abandonado por sus propietarios.
Al día siguiente fue María a visitar la tumba y con
asombro vio que estaba abierta y el cuerpo había desaparecido.
Triste y llorosa regresaba, cuando vio ante ella a Jesús, en
Espíritu totalmente materializado. Ella lo reconoció y emocionada de rodillas le dice: ¡Maestro! Él le da su mano la levanta y
le dice: María ve y cuenta lo que has visto.
María presurosa llegó al tabernáculo donde estaban todos
18
Las Verdades del Espiritismo
los apóstoles reunidos, y gritando con alegría les dice: he visto
al Maestro, ¡está vivo! Todos escuchaban con asombro y no
podían creer lo que María estaba diciendo. José de Arimatea y
Pedro que estaban allí se miraron significativamente, como
diciendo es mejor aceptar esta mentira que revelar la verdad. Y
así pasó a la historia.
Después cada uno lo ha utilizado de acuerdo con sus
intereses o convicciones.
Quiero acabar este capítulo con el diamante más preciado
del Cristianismo:
EL SERMÓN DE LA MONTAÑA
SAN MATEO V, 1-48
1 Viendo las gentes, subió al monte; y sentándose, se
llegaron a él sus discípulos.
2 Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo:
3 Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos
es el reino de los cielos.
4 Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán
consolación.
5 Bienaventurados los mansos; porque ellos recibirán la
tierra por heredad.
6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia;
porque ellos serán hartos.
7 Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
8 Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos
verán a Dios.
9 Bienaventurados los pacificadores; porque ellos serán
llamados hijos de Dios.
10 Bienaventurados los que padecen persecución por causa
de la justicia; porque de ellos es el reino de los cielos.
11 Bienaventurados sois cuando os vituperen y os persiguieren, y dijeren de vosotros todo mal por mi causa, mintiendo.
19
José Aniorte Alcaraz
12 Gozaos y alegraos; porque vuestra merced es grande en
los cielos; que así persiguieron a los profetas que fueron antes
que vosotros.
13 Vosotros sois la sal de la tierra; y si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No vale más para nada sino para
ser echada fuera y hollada por los hombres.
14 Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada
sobre un monte no se puede esconder.
15 Ni se enciende una lámpara y se pone debajo de un
almud sino sobre un candelero y alumbra a todos los que están
en casa.
16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para
que vean vuestras obras buenas y glorifiquen a vuestro Padre
que está en los cielos.
17 No penséis que he venido para abrogar la ley o los
profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.
18 Porque de cierto os digo que hasta que perezca el Cielo
y la Tierra, ni una jota ni un tilde perecerá de la ley, hasta que
todas las cosas sean hechas.
19 De manera que cualquiera que infringiere uno de estos
mandamientos, y así enseñare a los hombres, muy pequeño será
llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que hiciere y
enseñare, éste será llamado grande en el reino de los cielos.
20 Porque os digo que vuestra justicia no fuere mayor que
la de los escribas y de los fariseos, no entrareis en el reino de los
cielos.
21 Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; mas
cualquiera que matare, será culpado de juicio.
22 Mas yo os digo, que cualquiera que se enojase locamente con su hermano, será culpado del juicio, y cualquiera que
dijere a su hermano, Raca, será culpado del consejo; y cualquiera que dijere fatuo, será culpado del infierno del fuego.
23 Por tanto, si trajeres tu presente al altar, y allí te
acordares de que tu hermano tiene algo contra ti.
24 Deja allí tu presente delante del altar y vete, vuelve
20
Las Verdades del Espiritismo
primero en amistad con tu hermano, y entonces ven y ofrece tu
presente.
25 Concíliate con tu adversario presto, entre tanto que
estás con él en el camino; porque no acontezca que el adversario
te entregue al juez y el juez te entregue al alguacil, y seas
echado en prisión.
26 De cierto te digo, que no saldrás de allí, hasta que
pagues el último cuadrante.
27 Oísteis que fue dicho: No adulterarás:
28 Mas yo os digo, que cualquiera que mira a una mujer
para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.
29 por tanto, si tu ojo derecho te fuere ocasión de caer,
sácalo y échalo de ti; que mejor te es que se pierda uno de tus
miembros, que no todo tu cuerpo sea echado al infierno.
30 Y si tu mano derecha te fuere ocasión de caer, córtala, y
échala de ti; que mejor te es que se pierda uno de tus miembros,
que no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.
31 También fue dicho: Cualquiera que repudiare a su
mujer, déle carta de divorcio:
32 Mas yo os digo que el que repudiare a su mujer, fuera
de causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se
casare con la repudiada, comete adulterio.
33 Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No
perjurarás; mas pagarás al Señor tus juramentos.
34 Mas yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el
cielo, porque es el trono de Dios;
35 Ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por
Jerusalén porque es la ciudad del gran Rey.
36 Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer un
cabello blanco negro.
37 Mas sea vuestro hablar: Sí, sí; No, no; porque lo que es
más de esto del mal procede.
38 Oísteis que fue dicho a los antiguos: Ojo por ojo, y
diente por diente.
39 Mas yo os digo: No resistáis al mal; ante aquel que te
21
José Aniorte Alcaraz
hiere en la mejilla diestra, vuelve también la otra.
40 Y al que quisiere ponerte a pleito y tomarte tu ropa,
déjale también la capa.
41 Y a cualquiera que te cargare por una milla, ve con él
dos.
42 Al que te pidiere, dale; y al que quisiere tomar de ti
prestado, no se lo rehúses.
43 Oíste que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás
a tu enemigo.
44 Mas yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a
los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad
por los que os ultrajan y os persiguen.
45 Para que seas hijo de vuestro Padre que está en los
cielos; que hace que su sol salga sobre malos y buenos, y llueve
sobre justos e injustos.
46 Porque si amáis a los que os aman, ¿Qué recompensa
tendríais? ¿No hacen también lo mismo los publicanos?.
47 Si abrazarais a vuestros hermanos solamente ¿Qué
hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles?.
48 Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que
está en los cielos es perfecto.
SAN MATEO VI, 1-34
1 Mirad que no hagáis vuestra justicia delante de los
hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis
merced de vuestro Padre que está en el cielo.
2 Cuando pues haces limosna, no hagas tocar trompeta
delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las
plazas, para ser estimados de los hombres; de cierto os digo que
ya tienen su recompensa.
3 Mas cuando tú haces limosna no sepa tu izquierda lo
que hace tu derecha;
4 Para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en
secreto, él te recompensará en público.
5 Y cuando oras, no seas como los hipócritas; porque ellos
22
Las Verdades del Espiritismo
aman el orar en las sinagogas y en los cantones de las calles en
pie, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo, que ya
tienen su pago.
6 Mas tú, cuando oras, éntrate en tu cámara, y cerrada tu
puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en
secreto te recompensará en público.
7 Y orando, no seáis prolijos, como los Gentiles; que
piensan por su parlería serán oídos.
8 No hagáis, pues, semejante a ellos; porque vuestro Padre
sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.
9 Vosotros, orareis así: Padre Nuestro que estás en los
cielos, santificado sea tu nombre,
10 Venga tu reino. Sea hecha tu voluntad, como en el
cielo, así también en la Tierra,
11 Danos hoy nuestro cotidiano.
12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros
perdonamos a nuestros deudores.
13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal,
porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los
siglos. Amén.
14 Porque si perdonareis a los hombres sus ofensas, os
perdonará también a vosotros vuestro Padre Celestial.
15 Mas si no perdonareis a los hombres sus ofensas,
tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.
16 Y cuando ayunéis, no seáis como los hipócritas, austeros; porque ellos demudan sus rostros para parecer a los hombres que ayunan; de cierto os digo, que ya tienen su pago.
17 Mas tú, cuando ayunas, unge tu cabeza y lava tu rostro;
18 Para no parecer a los hombres que ayunan, sino a tu
Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en secreto, te
recompensará en secreto.
19 No hagáis tesoros en la Tierra, donde la polilla y el orín
corrompen, y donde ladrones minan y hurtan;
20 Mas haced tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el
orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan:
23
José Aniorte Alcaraz
21 Porque donde estuviere vuestro tesoro, allí estará vuestro corazón.
22 La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo fuere
sincero, todo tu cuerpo será luminoso:
23 Mas si tu ojo fuere malo, todo tu cuerpo será tenebroso.
Así que, si la lumbre que en ti hay son tinieblas, ¿cuántas serán
las mismas tinieblas?.
24 Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o se llegará al uno o menospreciará
al otro; no podéis servir a Dios y a Mammón.
25 Por tanto os digo: No os congojéis por vuestra vida, qué
habéis de comer o de beber, ni por vuestro cuerpo, qué habéis de
vestir: ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo que el
vestido?.
26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni
allegan en alfolíes; y vuestro Padre Celestial las alimenta. ¿No
sois vosotros mucho mejores que ellas?.
27 Mas ¿Quién de vosotros podrá congojarse y añadir a su
estatura un codo?.
28 Y por el vestido, ¿por qué os congojáis? Reparad los
lirios del campo, como crecen; no trabajan ni hilan;
29 Mas os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria fue
vestido así como uno de ellos.
30 Y si la hierba del campo que hoy es y mañana es echada
en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros,
hombres de poca fe?
31 No os congojéis, pues diciendo: ¿Qué comeremos, o
qué beberemos, o con qué nos cubriremos?.
32 Porque los Gentiles buscan todas estas cosas; que
vuestro Padre Celestial sabe que de todas estas cosas habéis
menester.
33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia,
y todas estas cosas os serán añadidas.
34 Así que no os congojéis por el día de mañana; que el
día de mañana traerá su fatiga; basta al día su afán.
24
Las Verdades del Espiritismo
SAN MATEO VII, 1-29
1 No juzguéis, para que no seáis juzgados,
2 Porque con el juicio con que juzguéis, seréis juzgados; y
con la medida con que midáis, os volverán a medir.
3 Y ¿por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu ojo?
4 Cómo dirás a tu hermano: Espera echaré de tu ojo la
mota y he aquí la viga en tu ojo?.
5 Hipócrita, echa primero la viga de tu ojo, y entonces
mirarás en echar la mota del ojo de tu hermano.
6 No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas
delante de los puercos, porque no las rehuellen con sus pies y
vuelvan y os despedacen.
7 Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os
abrirá.
8 Porque cualquiera que pide, recibe; y el que busca,
halla; y al que llama, se le abrirá.
9 ¿Qué hombre hay de vosotros, a quien si su hijo pidiere
pan, le dará una piedra?
10 ¿Y si le pidiera un pez, le dará una serpiente?
11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los
cielos, dará buenas cosas a los que le piden?.
12 Así que, todas las cosas que quisierais que los hombres
hiciesen con vosotros, así también hacer vosotros con ellos;
porque esto es la ley y los profetas.
13 Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta,
y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los
que entran por ella.
14 Porque estrecha es la puerta y angosto es el camino que
lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.
15 Y guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros
convertidos de ovejas, mas de dentro son lobos rapaces.
16 Por su fruto los conoceréis. ¿Cógense uvas de los
espinos, o higos de los abrojos?.
25
José Aniorte Alcaraz
17 Así, todo buen árbol lleva buenos frutos; mas el árbol
maleado lleva malos frutos.
18 No puede el buen árbol llevar malos frutos, ni el árbol
maleado llevar frutos buenos.
19 Todo árbol que no lleva buen fruto, cortase y échese en
el fuego.
20 Así que, por su fruto los conoceréis.
21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el
reino de los cielos, mas el que hiciere la voluntad de mi Padre
que está en los cielos.
22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no
profetizamos en tu nombre, y en tu nombre no lanzamos
demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?.
23 Entonces les protestaré: Nunca os conocí; apartaos de
mí, obradores de maldad.
24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace,
le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la
peña.
25 Y descendió la lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y combatieron aquella casa y no se calló: porque estaba
fundada sobre la peña.
26 Y cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le
compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la
arena;
27 Y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos,
e hicieron ímpetu en aquella casa; y calló y fue grande su ruina.
28 Y fue que, como Jesús acabó estas palabras, las gentes
se admiraban de su doctrina;
29 Porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no
como los Escribas.
26
Las Verdades del Espiritismo
II
LA PUREZA DEL CRISTIANISMO
No es un sentimiento de hostilidad el que me ha llevado a
escribir estas páginas. No tengo ningún sentimiento de reproche
contra ninguna persona que piense de diferente forma o tenga
una creencia distinta a la mía, sean cuales fuesen los errores o
faltas cometidas por aquellos que se escudan en Jesús y su
doctrina para justificar sus faltas. El pensamiento de Cristo me
inspira y despierta en mí un sentimiento de profundo respeto y
de sincera admiración, para mí es mi amigo, mi hermano, mi
padre y mi Dios. Es la imagen venerable y sagrada entre todas,
es la imagen del inocente, del Crucificado del Calvario, la del
Mártir clavado en el madero de la infamia, herido y coronado de
espinas, que en su agonía perdona a sus verdugos.
La Iglesia Católica, presenta esta imagen con un lujo
aparatoso que hiere a los sentidos, todas esas manifestaciones
del arte, la pompa del ritual romano y el esplendor de las
ceremonias, es como un velo brillante que oculta la pobreza de
la idea y la insuficiencia de la enseñanza. Es una demostración
de su impotencia para satisfacer las necesidades del alma. La
ambición y el deseo de poder han conducido a la Iglesia por la
senda de las manifestaciones exteriores y materiales. La doctrina
Cristiana es por excelencia la doctrina del amor, de la verdad, de
la misericordia, de la fraternidad entre todos los hombres, de la
paz y la no violencia. Ésta es la doctrina o religión que Jesús el
Nazareno nos enseñó.
Tenemos que conocer nuestra verdadera naturaleza y la ley
de nuestro destino progresivo. Es necesario extraer de la sombra
de las edades y de la confusión de los textos y de los hechos de
la idea maestra, pensamiento de vida que es el manantial puro, el
foco intenso y radiante del Cristianismo. Jesús nos enseñó el
camino de la vida, y nos dijo que sólo siguiendo ese camino
27
José Aniorte Alcaraz
alcanzaremos nuestra redención.
El Espiritismo nos trae las pruebas naturales y tangibles de
la inmortalidad, clarificando a nuestro entendimiento la vida
futura y sus condiciones. El pasado y el futuro se iluminan en
sus más íntimas profundidades y por este medio regresamos a
las puras doctrinas cristianas, al fondo mismo del Evangelio, que
son las bases fundamentales del Espiritismo.
Aceptar la nueva revelación, la revelación del mundo
espiritual no es fácil y aún así deberíamos aceptarla con alegría
porque es el Consolador que nos prometió Jesús. Esta verdad
que el pensamiento humano cansado de dogmas oscuros, de
teorías interesadas y de afirmaciones sin pruebas se ha dejado
invadir por la duda. Una crítica inexorable ha pasado por la
criba a todas las religiones. El manantial de la fe se ha agotado;
el ideal religioso se ha cubierto por un velo, quedando sólo un
fanatismo ciego. Al mismo tiempo que los dogmas, las altas
doctrinas filosóficas han perdido su prestigio.
Nuestra civilización parece brillante, pero ¡Cuántas manchas empañan su esplendor! Un pueblo no es grande ni puede
elevarse más que por el culto de la verdad, la moral, la justicia y
la fraternidad.
El Espiritismo no impone nada, ni influye en las creencias
religiosas que cada uno pueda tener, las respeta todas pero sí que
se pronuncia contra las doctrinas de negación y de muerte, y
afirma rotundamente que el ser humano sobrevive a la muerte, y
que él mismo crea su destino.
Innumerables hechos se están dando, ofreciendo nuevos
datos sobre la naturaleza de la vida y la evolución continua del
Espíritu. Estos datos hay que interpretarlos y darlos a conocer,
explicar sus leyes y sus consecuencias, para que despierten en el
fondo de las conciencias las verdades adormecidas. Cuando el
hombre comprenda que la muerte no es el fin, que sólo es el
principio de otra vida, que el ser pensante que da la vida al
cuerpo continúa viviendo, que no muere nunca porque es eterno,
cuando sea capaz de entender y creer en esta realidad, segura28
Las Verdades del Espiritismo
mente cambiará su forma de pensar y de vivir.
Ya es hora de que el hombre deje de creer en las
falsedades que durante generaciones ha escuchado de los demás,
sin molestarse nunca en comprobar la veracidad de ellas.
Yo desde mis primeros años de vida tenía una vocación
religiosa natural. Mis padres no practicaban ninguna religión y
aún así me tenían en un colegio religioso, y por mi propia
voluntad sin permiso de mis progenitores, asistía diariamente a
una misa antes de entrar a clase. Cierto día encontré en mi casa
una antigua Biblia, que pertenecía a mi abuelo; yo había
cumplido once años y fue entonces cuando comencé a leer la
Biblia hasta acabar su lectura por completo. La lectura de la
primera parte me dejó una mala impresión, no encontré en ella
ninguna santidad, sólo la historia de un pueblo violento,
fanatizado y ambicioso, que no reparaba ante ningún crimen
para conseguir o satisfacer sus ambiciones y un dios cruel y
vengativo que les ayudaba para que exterminaran a sus
enemigos. Finalmente el Nuevo Testamento con la dulce y
sublime personalidad de Jesús que nos revela un Dios Justo,
Magnánimo y Amoroso que siempre perdona y nunca castiga.
A continuación surge la Iglesia Católica que dice ser la
Iglesia de Cristo, fundada por el mismo Jesús y que ellos son sus
legítimos representantes. Y yo me preguntaba: ¿Cómo es posible
que la Iglesia represente a Jesús de Nazaret? Que perdonaba a
los pecadores y vivía con ellos y decía: “Yo soy el buen pastor y
ninguna de mis ovejas se perderá”. “La riqueza es una traba,
que detiene los vuelos del alma y la mantiene lejos del Reino de
Dios”. La Iglesia Católica hace todo lo contrario, acumula
riquezas, ayuda al poderoso y manipula las palabras de Jesús
para mantener un poder que no le pertenece porque en realidad
no es la iglesia que fundó el Buen Jesús, y no lo es porque no
cumple sus mandamientos.
El hombre de hoy tiene las condiciones para instruirse e
investigar, para conocer la verdad. Recordemos nuevamente
unas palabras de Jesús: “Conoceréis la verdad, y la verdad os
29
José Aniorte Alcaraz
libertará”. Nos libertará de la ignorancia y del fanatismo. Todas
las religiones son buenas en sus principios, los hombres después
las manipulan y falsean para comerciar con ellas; y ya llegó el
momento de no dejarnos ofuscar más.
El ser humano tiene necesidad de tener una creencia, una
familia con total independencia. Hay en el corazón humano
tendencias y necesidades que ningún sistema negativo podrá
jamás satisfacer. A pesar de la duda que se siente, por falta de
transparencia, el alma sufre y espera el momento de su libertad.
Por encima de las polémicas vanas y de las falsas promesas hay algo superior a todo esto, y este algo es la aspiración
del alma humana hacia un ideal eterno, esto la sostiene en su
lucha, la consuela en sus pruebas y la inspira en las horas de las
grandes resoluciones.
El ideal religioso tiene que evolucionar como todas las
manifestaciones del pensamiento. No puede impedir la ley del
progreso que se manifiesta en todos los seres y en todas las
cosas.
Las religiones dogmatizadas y envejecidas por las sombras
del pasado, están agonizando. El Cristianismo, con su pureza,
disuelve todas las sombras de las viejas religiones; es la fe del
porvenir, la Religión Universal, la religión de los espíritus y de
la humanidad. Es la religión de la caridad, de la tolerancia, y del
amor.
Con estos postulados cesará el antagonismo que separa a la
ciencia de la religión, con lo cual la ciencia será religiosa y la
religión científica. Se reconocerá las realidades objetivas del
Mundo de los Espíritus, se desvanecerán todas las dudas,
desaparecerán las incertidumbres y se abrirá a todos, las perspectivas infinitas del porvenir.
Jesús no fundó la Religión del Calvario para dominar a
pueblos y reyes, sino para liberar a las almas del yugo de la
materia y predicar con la palabra y el ejemplo.
Jesús nunca escribió nada; sus palabras escuchadas por los
caminos que recorría, han sido transmitidas de boca en boca
30
Las Verdades del Espiritismo
durante los primeros trescientos años después de su muerte.
Poco a poco se fue formando durante los primeros siglos una
tradición religiosa popular, ésta ha ido transformándose continuamente a través de los tiempos; alejándose cada vez más de su
punto de partida, realizando un poderoso trabajo de imaginación.
Durante los primeros cincuenta años, la tradición cristiana
se mantiene, se vive y se enseña con toda su pureza. Esto se
realiza por los seguidores de los apóstoles, hombres humildes y
sencillos pero iluminados por el pensamiento del Maestro.
Los primeros escritos aparecen entre los años 60 y 80 d.C.
Primero las de Marcos y después las atribuidas a Mateo y Lucas,
y finalmente a primeros del siglo siguiente, aparece en Éfeso el
Evangelio de Juan. Estos Evangelios, haciéndole algunos
retoques fueron los únicos aceptados por la Iglesia, a pesar de
existir un número mucho mayor; que fueron declarados
apócrifos, y aún estos cuatro evangelios, la Iglesia no encontró a
los autores de estos evangelios, por esto se dice: Evangelio
según…
¿Por qué fueron rechazados los otros documentos evangélicos, declarados apócrifos y herejes? Su contenido desmentía
los argumentos que estaban utilizando aquellos que en el siglo
III imprimieron y dieron al Cristianismo un rumbo que se
alejaba cada vez más de sus prácticas iniciales, y los que
continuaron practicando y creyendo en los enseñamientos del
Maestro, fueron declarados herejes, perseguidos y desterrados.
Rechazaron las prácticas cristianas declarándolas herejía, para
crear tres grandes religiones en las cuales el pensamiento de
Cristo está oculto, sepultado como en una tumba bajo los
dogmas y las prácticas anticristianas. Los primeros apóstoles
enseñaban la paternidad bondadosa y amorosa de Dios y la
fraternidad humana. Imponían la necesidad de reconocer
nuestras faltas y repararlas.
Así nació una moral y una enseñanza que atraía numerosos
seguidores alrededor de los discípulos de Cristo.
31
José Aniorte Alcaraz
En aquella época todos los apóstoles, a excepción de Juan
y Felipe habían muerto. La unión de los cristianos todavía era
muy débil. Formaban pequeños grupos separados unos de otros
y se les conocía con el nombre de iglesia, dirigidas por un
obispo nombrado por ellos mismos.
Cada iglesia tomaba sus propias decisiones y sólo tenían
para orientarse algunos manuscritos, sin saber quien los había
escrito, que resumían, con más o menos claridad los actos y las
palabras de Jesús que cada obispo interpretaba según su
entendimiento.
Así surgieron nuevas corrientes y confusas doctrinas que
fueron bien aceptadas por algunas comunidades religiosas,
despertando la ambición y el deseo del poder de sus obispos,
que sin ningún escrúpulo, mancharon la pureza del Cristianismo.
Los apóstoles fueron recorriendo el pequeño mundo de
entonces, y de ciudad en ciudad fueron formando grupos de
cristianos a quienes les revelaban los principios fundamentales
del Cristianismo.
Los Evangelios, escritos en una época difícil, se acentúan
con las diferentes interpretaciones que cada iglesia da a los
escritos que ella tiene.
Grandes disputas dogmáticas empiezan a dividir el mundo
cristiano y provocan enfrentamientos sangrientos; es entonces
cuando Teodosio da supremacía al papado imponiendo la
autoridad del obispo de Roma. Así quedó reprimido el pensamiento creador de otras corrientes religiosas.
Ya se había discutido y aprobado en el Concilio de Nicea
del año 325, sobre la naturaleza de Jesús, y aún así unos
admitían y otros rechazaban su divinidad.
Es en el año 384 cuando el papa Dámaso le confía a S.
Jerónimo la misión de ordenar y traducir los Evangelios. Este
trabajo presentaba grandes dificultades; había tantas versiones
como copias. Él estaba verdaderamente aterrado ante la
responsabilidad que le había dado el papa. La infinita variedad
de textos le obligaban a elegir y a profundas modificaciones.
32
Las Verdades del Espiritismo
San Jerónimo escribe al Papa así: “Queréis que, en cierto
modo, yo me elija como arbitro entre los ejemplares de los
Evangelios que están dispersos por todo el mundo y como
difieren entre sí, que yo distinga aquellos que tienen más
autenticidad. Realizo este trabajo porque Vos que sois el
Soberano Pontífice, me ordenéis a hacerlo; y porque la verdad
no puede existir en cosas que difieren, aún cuando tuviesen en
su favor la aprobación de los malos. También sé que me
acusarán de falsario y sacrílego porque me habré atrevido a
añadir, a corregir y a cambiar algo de lo que ya estaba
escrito”.
Esta traducción que debía ser la definitiva fue sin embargo,
modificada en diferentes épocas por orden de los pontífices
romanos.
En el año 1546 se aprobó una nueva religión en el Concilio
Ecuménico de Trento, que fue declarada errónea por Sixto V en
1590. Después fue corregida nuevamente por Clemente VIII. Y
esta nueva edición es aún la que hoy está en uso.
Después de tantos retoques e interpretaciones no han
podido oscurecer los textos primitivos de los evangelios. La
palabra de Cristo resplandece en ellos poderosamente, toda duda
desaparece ante la irradiación de su personalidad sublime. En
ellos se revela la presencia de un gran Espíritu; en la pureza de
sus enseñanzas, unida a la belleza moral y al amor bondadoso
que siente por la humanidad; esta conducta sólo puede ser obra
de un enviado celestial.
En todos los siglos han existido hombres que iluminados
por una luz interior han luchado y dado su vida por dar a
conocer la verdad, por apartar el ideal cristiano, de las sombras
acumuladas a su alrededor. Iluminados por una Chispa Divina
estos hombres y mujeres han enfrentado todas las acusaciones,
todos los suplicios, para afirmar y revelar lo que ellos creían ser
la verdad. Su heroísmo les costó la vida y hoy desde el Espacio
sostienen e inspiran a los que luchan por esta causa.
Gracias a este esfuerzo heroico las tinieblas empiezan a
33
José Aniorte Alcaraz
disiparse y ya despunta la aurora del Cristianismo Universalista.
Cristo quería que el Reino de Dios y su justicia se
practicara en este mundo, y ese fue el ideal de los primeros
Cristianos, pero los obispos, de humildes adeptos, de modestos
vigilantes que eran en un principio, se convirtieron en poderosos
autoritarios. Así quedaron constituidas las bases de la Religión
Católica Romana, ellos pusieron la luz debajo del celemín, con
lo cual la luz se apagó. El pensamiento profundo y cristiano
desapareció. Los símbolos materiales tuvieron gran relevancia, y
con esa oscuridad fue mucho más fácil gobernar a las
multitudes. Se dejó de explicar las verdades del Cristianismo,
para dejar a las masas sumidas en las sombras de la ignorancia.
Se persiguió como herejes a los pensadores; a los investigadores sinceros que se esforzaban por recuperar las verdades
perdidas.
Con la caída del Imperio Romano, el mundo quedó sumido
en las tinieblas, cada vez más densas. La creencia en Satán, en el
Infierno y las aterradoras amenazas que continuamente hacía la
Iglesia, influyeron mucho en la fe cristiana. La religión del amor
predicada por Jesús, fue reemplazada por la religión del miedo y
las penas eternas, y el verdadero Cristianismo fue oscurecido
por unas creencias supersticiosas, muy lejanas de la realidad y
del mensaje amoroso del Nazareno.
Con la llegada del Consolador Prometido, que es una
nueva revelación, científica, filosófica y religiosa, el Espiritismo
viene a disolver las sombras que durante siglos han oscurecido
la doctrina de Jesús: la doctrina de los espíritus es la misma, es
la doctrina del amor.
Con el Espiritismo llega la luz y las sombras del misterio
desaparecen; el mundo de los espíritus abre sus puertas y se
comunica con nosotros, el Más Allá nos revela con pruebas que
la muerte no existe, y nos dice: “no os engañéis el mundo de la
verdad y de la vida que piensa y siente, está aquí, éste es el
mundo verdadero. No hay misterios porque la reencarnación lo
explica todo”.
34
Las Verdades del Espiritismo
La ley de la reencarnación está expresada en varios pasajes
de los Evangelios. Debe ser considerada bajo dos aspectos
diferentes; la vuelta a una nueva vida de los espíritus en vías de
perfeccionamiento y el regreso de espíritus para cumplir una
misión.
En su conversación con Nicodemo Jesús se manifiesta así:
“De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no
puede ver el Reino de Dios, Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un
hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda
vez en el vientre de su madre y nacer? Responde Jesús: de cierto
te digo que el que no naciere de agua y espíritu, no puede entrar
en el Reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es y lo
que es nacido del Espíritu, Espíritu es. No te maravilles de lo
que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. El viento sopla de
donde quiere y oye su sonido; mas ni sabes de donde viene ni
adonde va; así es aquel que es nacido del Espíritu”. (San Juan
3: 3 al 8).
Y Jesús añade estas significativas palabras:
¿Eres Tú Maestro de Israel y no sabes esto? (Juan 3:10).
Este pasaje demuestra claramente que Jesús, estaba hablando de la reencarnación, ya enseñada por el Zohar, libro
sagrado de los hebreos.
El aire, que sopla de donde quiere, es el alma que elige un
nuevo cuerpo para una nueva vida, sin que nadie sepa de donde
viene y adonde va.
En la cábala hebraica, el agua era la materia primaria, el
principal elemento de la vida.
Elías había reencarnado nuevamente en la Tierra como
Juan el Bautista, Jesús lo afirma así dirigiéndose a la muchedumbre: “Pero ¿Qué saliste a ver? ¿A un profeta? Sí, os digo y
más que profeta… Y si queréis recibirlo, él es aquel Elías que
había de venir. El que tenga oídos para oír que oiga”. (Mateo
11: 9, 14 y 15).
“Entonces sus discípulos le preguntaron: ¿Por qué, pues,
dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?
35
José Aniorte Alcaraz
Respondiendo Jesús dijo: A la verdad, Elías viene primero y
restaurará todas las cosas. Mas os digo que, Elías ya vino y no
le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron.
Así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos. Entonces los
discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el
Bautista”. (Mateo 17:10 al 13).
El Espiritismo no es una superstición, es una ley de la
Naturaleza. La comunicación de los espíritus con los seres
humanos, siempre ha existido. Encontramos pruebas evidentes
en los antiguos escritos de Egipto, India, Grecia, y en la Biblia,
Samuel, Jacob, Moisés y Hechos relevantes en el Nuevo
Testamento, como bien acabo de relatar.
Con el advenimiento del Espiritismo, codificado por Allan
Kardec en seis maravillosos libros, publicados desde el año
1857 al 1868, y dictados por espíritus de gran elevación, se
acaban todos los misterios. El Más Allá abre sus puertas y su luz
se expande por todo el mundo. Los muertos de aquí, son los
espíritus de allí que continúan viviendo.
El mundo espiritual es un mundo real que vive y se agita
alrededor nuestro, en él no existe ni los demonios ni sus
infiernos; tampoco existe un cielo donde un dios se sienta en su
trono para gozar con sus elegidos.
El mundo espiritual es claro y transparente, el cielo y el
infierno es una creación nuestra y nos acompaña siempre porque
está dentro de nosotros, somos felices o sufrimos las penas del
infierno según nuestro comportamiento, y esta situación permanece hasta que se produce en nosotros un verdadero cambio; y
para esto hace falta vivir otras existencias para poder rectificar
nuestra conducta y remediar el mal que anteriormente hemos
hecho: así queda claro que la reencarnación existe, que es
necesario y que es una ley de la Naturaleza.
Desde el siglo III los dogmas impuestos por la Iglesia
fueron un desafío impuesto a la razón, un oscurecimiento de las
enseñanzas de Cristo. Los cristianos aconsejados y dirigidos por
los espíritus entraban en lucha abierta por ellas. Interpretaban
36
Las Verdades del Espiritismo
los Evangelios con una amplitud de miras que la Iglesia no
podía admitir sin arruinar sus intereses materiales. Muchos se
convertían aceptando la ley de vidas sucesivas, a la que
Orígenes llamaba penas medicinales, castigo proporcionado a
las faltas del Espíritu, reencarnado en nuevos cuerpos para
redimirse de su pasado y purificarse por medio del dolor. Esta
doctrina enseñada por los espíritus, y sobre la que Orígenes y
varios padres de la Iglesia la encontraban en la Escrituras y
estaban más de acuerdo con la misericordia y justicia de Dios.
Esta doctrina de esperanza y de amor, no le interesaba a
los jefes de la Iglesia, ellos querían imponer la doctrina del
miedo, del terror al pecado y a la muerte. Querían establecer
sobre bases sólidas la autoridad del sacerdocio, porque si el
hombre podía redimirse por sí mismo, ya no tenía necesidad del
sacerdote.
La Iglesia atemorizada resolvió poner término a esta lucha,
sofocando el movimiento espiritualista, impuso silencio a todos
ellos, que con objeto de espiritualizar al Cristianismo, afirmaban
ideas cuya elevación la aterraba. La Iglesia llegó a declarar que
todas esas ideas eran inspiradas por el demonio. Afirmó desde lo
alto de su cátedra que sólo ella era la única revelación, perpetua
y permanente. Todo lo que no salía de ella fue condenado y
maldecido.
Hubo un momento en el que pudo creerse que la doctrina
de Jesús iba a prevalecer sobre las tendencias del misticismo
judeo-cristiano e impulsar a la humanidad por la amplia senda
del progreso hacia las elevadas inspiraciones del alma. Pero los
hombres interesados en seguir los enseñamientos del Maestro,
eran una minoría en los Concilios. Otras doctrinas se adaptaron
mejor a los intereses materiales de la Iglesia, y fueron fortalecidas en aquellas célebres asambleas, cuyo objetivo principal
fue inmovilizar y materializar la religión. Con el apoyo de los
pontífices romanos, la Iglesia levantó el andamiaje de extravagantes dogmas que nada tienen que ver con los Evangelios.
Así construyó el sombrío edificio donde encerró el pensamiento
37
José Aniorte Alcaraz
humano. Esta construcción maciza que ha mantenido engañados
a los católicos del mundo empezó en el año 325 con el concilio
de Nicea y ha terminado en 1870 con el último concilio de
Roma que reafirma la existencia del pecado original, la infalibilidad del Papa y la Inmaculada Concepción.
Este es el resultado de las pasiones y de los intereses
materiales que entraron en acción en el mundo cristiano después
de la muerte de Jesús.
La noción de la Trinidad tomada de una leyenda hindú que
era la expresión de un símbolo, vino a oscurecer y materializar
la idea sublime de Dios.
La inteligencia humana rechaza la idea de que tres seres se
tengan que unir para construir un solo Dios y menos aún que
Dios, el Ser Increado y creador de todo lo que existe, tenga que
manifestarse en forma humana en este insignificante planeta.
La Concepción Trinitaria, tan oscura y tan incomprensible,
tenía una ventaja para la Iglesia: le permitía hacer de Jesucristo
un dios, le daba así, a quien llama su fundador, una autoridad,
un prestigio que se reflejaba en ella y aseguraba su poder. Este
es el motivo de su adopción por el concilio de Nicea, después de
las discusiones y perturbaciones que agitaron a los espíritus
durante tres siglos. Las discusiones no cesaron hasta la proscripción de los obispos arrianos, ordenada por el Emperador
Constantino y el destierro del Papa Liborio, que se había negado
a aprobar la decisión del Concilio.
La divinidad de Cristo, rechazada anteriormente, quedó
finalmente proclamada en Nicea en el año 325, en estos términos: “La Iglesia de Dios, Católica Apostólica Romana, anatematiza a aquellos que dicen que hubo un tiempo en que el Hijo
no existía o que no existía antes de haber sido engendrado”.
38
Las Verdades del Espiritismo
III
NO EXISTEN LAS PENAS ETERNAS
El pecado original es el dogma fundamental, base de todo
el edificio de los dogmas de la Iglesia. Así se inmoviliza con las
doctrinas del pasado y sigue introduciendo al demonio en todas
las cosas, hasta en la manifestación de los espíritus. Amenaza
con las llamas eternas a toda criatura que no admita un credo
que su razón y su conciencia rechazan. Así es como en sus
manos el Cristianismo, pleno de amor, se convirtió en un
instrumento de terror y espanto.
Me parece bien que la Iglesia recomiende prudencia a sus
fieles antes de iniciarse en otra creencia, pero no que les diga
que la comunicación de los espíritus es obra del demonio. El
mundo de los espíritus existe; ya es una realidad comprobada:
no existen demonios, pero sí existen espíritus buenos y malos
¿No sucede lo mismo aquí? ¿No existen hombres buenos y
malos también aquí? Debemos confiar en los buenos y
separarnos de los malos, Jesús nos dijo: “El árbol se conoce por
su fruto, un árbol bueno no da frutos malos, y un árbol malo no
da frutos buenos”.
No puede existir Satán y el infierno con penas eternas
porque sería poner en duda la justicia Divina, Dios es Amor,
Bondad y Tolerancia. Es imposible imaginar a Dios condenando
a uno de sus hijos descarriado, a un sufrimiento eterno. Es
indigno utilizar esta falsa para ejercer el dominio sobre una parte
de la humanidad, a través del miedo y la amenaza; creando un
dios injusto y vengativo, convertido en el verdugo de sus
criaturas; defectos que quizás podrían atribuirse a un ser humano
y la Iglesia responsable de esta farsa, al proclamar la
infalibilidad del Papa ha elevado a éste por encima de Dios,
Creador de todo.
Con tales nociones es como se empuja a los pueblos al
39
José Aniorte Alcaraz
escepticismo y al materialismo. Esto es lo que han hecho las
religiones “cristianas”, incurriendo con ello en la más grave
responsabilidad.
Aquí en la Tierra, el dolor lo encontramos en todas partes.
No es necesario salir de este mundo para encontrar después de la
muerte, los sufrimientos apropiados a las faltas y condiciones
expiatorias de los culpables.
¿Por qué crear un infierno en regiones imaginarias? El
infierno está aquí y es una creación nuestra. ¿Cuál es el
verdadero sentido de la palabra infierno? ¡Lugar inferior! Y ya
lo tenemos aquí porque, la Tierra es uno de los mundos
inferiores del Universo.
El destino de los habitantes de este planeta, es bastante
duro y doloroso, pero no pueden existir males eternos; existen
sólo males temporales, apropiados a las necesidades de la ley del
progreso, de la evolución y las compensaciones, que es una ley
universal cumplimentada con el principio de la ley de las
reencarnaciones sucesivas; y así se cumple la justicia divina.
En el curso de nuevas y penosas existencias, es cuando el
culpable se redime de sus faltas pasadas. La ley de las
consecuencias traza para cada uno de nosotros el destino que
debemos seguir, según las acciones buenas o malas que hemos
realizado, las cuales repercuten en nosotros, a través de los
tiempos, con sus consecuencias felices o dolorosas. Así es como
cada uno crea su cielo o su infierno.
Tiene que llegar el día en que el mal dejará de ser la
condición dominante en esta vida, entonces los seres, depurados
por el sufrimiento, después de haber recibido la larga educación
de los siglos, dejarán la vida oscura para seguir el camino de la
luz. Poco a poco, mediante el desarrollo de nuestras facultades
mentales, del conocimiento y la voluntad, el Espíritu se libera de
las influencias inferiores y se esfuerza con empeño en conseguir
su redención espiritual.
En unos pocos siglos, las religiones, las razas, todos los
pueblos que forman la humanidad terrestre, se unirán por los
40
Las Verdades del Espiritismo
lazos de una estrecha solidaridad y un profundo afecto y
avanzarán de progreso en progreso hasta conseguir que este
planeta sea un mundo solidario, de paz y felicidad. Así se
cumplirán estas divinas y grandiosas palabras: “No quiero la
muerte del pecador, quiero su transformación”.
Nada impide a los católicos concebir los sufrimientos
purificadores del alma, como una consecuencia de sus vidas
posteriores; para aceptar la realidad de las vidas sucesivas, debe
introducirla en sus creencias religiosas. Los primeros cristianos
sabían esto y lo practicaban. La Iglesia suprimió esta verdad,
pues ella hubiese tenido como consecuencia la confirmación de
la pluralidad de existencias del Espíritu, produciendo la ruina de
la institución de las indulgencias, generadora de grandes
provechos para los pontífices romanos.
Nos dice Pablo apóstol: “Dios nuestro Salvador, el cual
quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al
conocimiento de la verdad”. (S. Pablo l, Timoteo 2:3 y 4)
Satanás es una alegoría, es el símbolo del mal. Pero el mal
es un estado transitorio de los seres en proceso de evolución.
En el Universo no existe ninguna imperfección. La
creación divina es armónica y perfecta. El ser humano, en su
vida presente, sólo es la planta de un hermoso árbol que tiene
que crecer para dar buenos frutos. Para tener una idea exacta de
la evolución de su Espíritu, tendría que tener el conocimiento
necesario, para medir la cadena de los mundos que aún tiene que
recorrer y la sucesión de existencias que le esperan a lo largo de
los siglos venideros. Este grandioso conjunto escapa a sus
concesiones, y de ahí nacen sus dudas y la errónea interpretación
de sus juicios.
Siempre que nos enfrentamos a una desgracia que nos
produce dolor o sufrimiento, decimos que el mal nos persigue;
pero es necesario comprender que el mal lo creamos nosotros y
después sufrimos sus consecuencias, pues éste nos enseña a
diferenciar y analizar sus sensaciones.
Por el sufrimiento, el alma llega a su pleno esplendor, a la
41
José Aniorte Alcaraz
total conciencia de sí misma. El dolor rompe la cadena de las
fatalidades materiales y derrama sobre el Espíritu un resplandor
que le deja entrever la vida superior.
El Espíritu empieza su evolución en lo más bajo de la
escala animal, el hombre, el ser pensante, ignorante al comienzo
de su evolución, tiene que desarrollar su inteligencia con su
actividad y esfuerzo continuo. Tiene que luchar con la
Naturaleza para sobrevivir en un ambiente difícil, y a lo largo de
esta lucha se fortalece su energía y su Ser moral se afirma y
engrandece. Gracias a esta lucha se realiza el progreso y la
elevación de la humanidad, subiendo de etapa en etapa, hacia un
estado mejor de elevación.
Así podemos comprobar, que bajo el látigo de la
necesidad, bajo el sufrimiento de la pobreza y del dolor, el
hombre marcha, progresa, se eleva y de vida en vida, de escalón
en escalón llega a conseguir finalmente su redención espiritual.
El mal físico es la consecuencia del mal espiritual, es
también un aspecto pasajero, una forma transitoria de la vida
universal. El ser humano comete el mal por ignorancia, por
debilidad, y sufre las consecuencias de sus actos; pero del mal y
del dolor un día brota la felicidad y la virtud.
Cuando el alma haya vencido las influencias materiales,
será para ella como si el mal jamás hubiese existido.
El alma humana busca su camino entre las sombras; se
esfuerza por afirmarse en su personalidad creciente y después de
muchas luchas, caídas y nuevos intentos, domina sus vicios y
consigue la fuerza moral para seguir el nuevo camino, en el
camino de la verdad y de la vida que nos enseñó nuestro Amado
Jesús.
El mal aún no está extinguido en el mundo, la lucha no ha
terminado. Los vicios y las pasiones aún están latentes en la
mente de nuestro Espíritu. La lucha es a veces necesaria para
arrancar al hombre de su entorpecimiento y de sus goces
groseros, tan comunes en un mundo tan materializado como el
nuestro.
42
Las Verdades del Espiritismo
La humanidad continuará en su marcha ascendente
conquistando nuevos valores. El Espíritu moderno se liberará de
las preocupaciones o prejuicios del pasado; y del choque de
estas pasiones surgirá un nuevo ideal, una forma más elevada de
la justicia sobre la cual moderará la humanidad sus instituciones.
El Espiritismo, la nueva Revelación, enseña al ser humano
a conocerse y a conocer la naturaleza del alma y su destino. Con
este conocimiento, el hombre moderno siente aumentar en sí
mismo la conciencia de sus deberes y su valor. Esclareciendo su
mente comprende el poder que tiene sobre el mundo de la
materia y sobre el mundo de los espíritus. Todas las incoherencias, todas las aparentes contradicciones de la obra divina
quedarán explicadas para él. Todo lo que él entiende como un
mal físico o moral, todo lo que él considera la negación de lo
bueno y de lo justo, comprenderá que está dentro de la obra
divina, fuerte y poderosa, con la armonía de sus leyes sabias y
profundas. Se disipará en sueños espantosos de la condenación
con la terrible figura de Satán. Es entonces cuando el hombre
que sólo es un Espíritu encarnado comprenderá que la salvación
depende sólo de nosotros, de nuestra conducta y nuestro comportamiento.
Dios en su infinita Bondad, siempre nos da una nueva
oportunidad para rectificar el mal que hemos hecho, y nuestro
inevitable destino es alcanzar nuestra elevación espiritual.
No se pueden explicar de una manera sencilla, clara y
racional todos los dogmas del catolicismo, que tienen su origen
en la doctrina enseñada en los primeros siglos, y que hoy es
difícil comprender su verdadero sentido. Sabemos que los
dogmas modernos, sólo son el producto de la desmedida
ambición sacerdotal; y sólo han sido promulgados para ser más
completa la esclavitud de sus fieles.
Hoy con la llegada del Espiritismo, las leyes superiores y
el destino del alma, son revelados por las voces de los espíritus
que habitan en el Espacio y gozan de la vida espiritual que será
la nuestra también después de la muerte.
43
José Aniorte Alcaraz
Esta doctrina reveladora, servirá de base para las creencias
del porvenir, pues demuestra sin ninguna duda la existencia del
Mundo Espiritual, al cual aspira el alma y que las religiones han
presentado siempre bajo formas incompletas, quiméricas y
dudosas.
Hoy la inteligencia humana ha conseguido lograr un mayor
desarrollo, pero la intransigencia sacerdotal se manifiesta aún en
nuestros días con esos ritos bajo los cuales la idea de Dios se
oscurece; con ese ceremonial pomposo cuyo lujo y esplendor
cautivan los sentidos y apartan el pensamiento del elevado fin
que debe perseguir.
Si la doctrina de Jesús fuese explicada y enseñada por unos
sacerdotes que en realidad la practicaran, sería entonces mejor
comprendida, sería amada y practicada, volviendo a la sencillez
y sinceridad primitiva, ejerciendo una acción eficaz sobre los
hombres y mujeres.
Así como lo están haciendo apartan al hombre del estudio
profundo y de la reflexión, con el fin de desarrollar en él la vida
contemplativa. Las oraciones largas y el brillante ceremonial
ocupan sus sentidos, mantienen la ilusión y se acostumbran a no
pensar.
Todos los rituales de la Iglesia Romana son calcados de las
religiones del pasado: sus ceremonias, sus vasos de oro o plata,
sus cánticos, sus procesiones y el agua lustral son una herencia
del paganismo. Del Brahmanismo se ha tomado el altar, el fuego
sagrado que en él arde, el pan y el licor que el sacerdote
consagra a la divinidad. Del budismo ha tomado el celibato de
los clérigos y la jerarquía sacerdotal. La casulla fue una
imitación de la utilizada por los sacerdotes del Sol; la sotana
negra fue una copia de la que llevaban los oficiantes de
sacrificios de la religión mazdea; la casulla dorada era usada en
los templos egipcios; la mitra tuvo su origen en el culto de los
magos de Caldea, y la cruz entre los augures romanos.
En todas partes se injertó un culto nuevo sobre el antiguo,
que bajo otros nombres no fue más que una reproducción del
44
Las Verdades del Espiritismo
anterior. Sólo la Iglesia Católica se mantiene aferrada a sus
viejos dogmas, superados y desmentidos por la ciencia de hoy.
Los autores de los Evangelios, seguramente, no habían
previsto ni los dogmas, ni el culto, ni el sacerdocio. Jesús nunca
manifestó ninguna inclinación sobre el Espíritu sacerdotal, nadie
ha estado más alejado de las formas y de las prácticas exteriores.
Todo en Él es sentimiento, elevación de las ideas, pureza de
corazón y sencillez. Los que se dicen sucesores de Él, han
ignorado sus intenciones y sus ideales; dejándose dominar por
los intereses materiales, y han sobrecargado a la religión católica
con un aparato pomposo bajo el cual ha quedado sofocada la
verdadera idea cristiana.
Los papas se hacen llamar su santidad y se dejan incensar.
Se han olvidado de las palabras de Jesús: “Pero vosotros no
queréis que os llamen Rabí, porque uno es vuestro Maestro, el
Cristo y todos vosotros sois hermanos”. (Mateo 23: 8).
Es lamentable que después del progreso que la humanidad
tiene alcanzado, aún nada sepa sobre su porvenir, nada de la
suerte que le espera al final de su vida. Es muy débil la fe que se
tiene en la inmortalidad, aún en aquellos que se llaman
cristianos; a veces, sus esperanzas vacilan bajo el soplo helado
de la duda, por falta de pruebas y convencimiento, porque la fe
ciega es poco convincente.
El obispo y el Sacerdote tienen conocimiento de esta
realidad, pero no tienen argumentos para convencer a sus fieles
porque ellos mismos son víctimas de la duda; ellos conocen su
debilidad y que están sometidos a su ignorancia, lo mismo que
aquellos a quienes tienen la pretensión de dirigir y si no fuese
por no comprometer su situación material y su propia dignidad,
reconocerían su equivocación, impuesta por su iglesia, y
dejarían de ser ciegos guiando a otros ciegos, porque no saben
nada de la vida futura ni de sus verdaderas leyes, y se atreven a
hacer de conductores de los demás, es el ciego que citan en los
Evangelios: “Y si un ciego guiase a otro ciego, ambos caerían
en el hoyo”. (Mateo 15:14).
45
José Aniorte Alcaraz
Las sombras han invadido el Santuario. No hay un obispo
que explique algo sobre las condiciones de vida en el más allá;
una realidad que no se puede ocultar más. Los espíritus se
manifiestan por todas partes, nos revelan la existencia de un
mundo que la Iglesia Romana se empeña en negar, y dentro de
ella reina la duda, la indiferencia y la incredulidad. Esta
situación ya afecta al ciudadano común que se deja influenciar
por un sentimiento de incredulidad.
El ideal cristiano, tan manipulado y falseado, ha perdido su
influencia sobre el pueblo, y la vida moral se ha debilitado. La
sociedad, ignorante del verdadero objetivo de su existencia, se
arroja sin miramientos a la conquista de los goces materiales. Ha
empezado un periodo de desorden y de descomposición, periodo
que conducirá a la negación total de todos los principios
evangélicos. Ante esta grave situación el Mundo Espiritual se
moviliza y revela un nuevo ideal; el Espiritismo que con su
evidencia puede desvelar todos los misterios, iluminar las
conciencias, consolar a los afligidos y reunir a todas las criaturas
en una sola creencia: la fraternidad, el amor y la tolerancia; en
un mundo de paz y armonía, respetando los derechos y creencias
de cada pueblo.
Durante más de mil años la Iglesia ha dominado a su gusto
al ser humano, ha modelado su alma, la sociedad entera ha
seguido sus normas. Todos los poderes han estado en sus manos,
la autoridad dependía de ella. Disponía con entera libertad de los
espíritus y de los cuerpos, reinaba por la palabra y por el libro,
por el hierro y por el fuego. Era soberana absoluta en el mundo
cristiano. Ningún poder jamás ha sido superior al de ella. Pues
bien, ¿qué ha hecho de esta sociedad que es obra de ella?. Los
abusos, los excesos, los errores del sacerdocio han engendrado
la duda; la imposibilidad de creer en los dogmas por ella creados
es lo que ha llevado a esta humanidad a la duda y a la negación.
La enseñanza de la Iglesia no ha conseguido satisfacer a las
inteligencias ni a las conciencias. Sus seguidores se adaptan a
ella porque es fácil y cómoda, pero en el fondo no hay fe, no hay
46
Las Verdades del Espiritismo
convencimiento, porque sus manifestaciones son exteriores y
materiales; la pureza del Cristianismo ha sido sustituida por
unos dogmas infantiles y fantasiosos que han perturbado la
mente de algunos e introducido la duda en otros. Esto sucede
porque los obispos viven en las riquezas de sus palacios,
intervienen en la política y en los negocios; con su comportamiento ellos mismos desmienten todo lo que dicen que
enseñan. Con sus principios la Iglesia ha instituido un reino en
este mundo, todo lo contrario de lo que Jesús le dijo a Pilatos:
“Mi reino no es de este mundo”. Para ser verdaderos cristianos
deberían renunciar a este reino convirtiéndose, a semejanza de
Cristo, en sublimes misioneros enseñando a sus adeptos el
verdadero Evangelio de paz y de amor, entonces, la humanidad
creería en ellos y la Iglesia Romana sería cristiana. Pero La
Iglesia no está interesada en cumplir y seguir estos enseñamientos evangélicos. El Espíritu de Cristo parece abandonarla
cada día más. Ya casi no queda en ella más que una forma
exterior, una apariencia bajo la cual sólo se encuentra el cadáver
de una gran idea.
Las iglesias cristianas sólo se mantienen por lo poco que
les queda de la moral evangélica. La concesión que tienen del
mundo, de la vida y del destino no es más que letra muerta.
¿Qué se puede decir de una doctrina que aún mantiene la teoría
de que el único medio de volver a la vida es cuando resucite el
cuerpo muerto? Esto no se puede calificar ni como un sueño
infantil.
La Iglesia Católica Romana, desde sus principios utilizó el
nombre de Dios para conseguir sus fines, para convertirse en el
estado más poderoso del mundo, sin reparar en los medios que
tenía que utilizar para conseguir su objetivo.
No es esto lo que enseñaba Jesús cuando hablaba del
Padre, cuando afirmaba que el único, el verdadero principio del
Cristianismo; es el amor, el perdón, la caridad y la fraternidad
universal.
Si estos preceptos evangélicos hubiesen prevalecido en la
47
José Aniorte Alcaraz
Iglesia, el Cristianismo estaría en el apogeo de su poder y de su
gloria. Por esta razón es necesario volver a las puras enseñanzas
de Cristo que en realidad es la verdadera Religión Universal,
necesaria para esta desengañada humanidad. La religión del
miedo, de la amenaza, del castigo y de la intolerancia, tiene que
renovarse o morir. Los principios verdaderos y la base real del
Cristianismo, son: la justicia, el perdón, la misericordia y el
amor.
48
Las Verdades del Espiritismo
IV
EL CRISTIANISMO ES LA BASE FUNDAMENTAL DEL
ESPIRITISMO
La manipulación de los Evangelios realizada en los primeros siglos, tiene sus consecuencias, y es responsable de la fe
ciega que la sociedad cristiana está obligada a vivir hoy, con un
ideal atrasado, y una concesión del Universo y de la vida
inconciliable en muchos puntos con los descubrimientos de la
ciencia y las aspiraciones de la humanidad. Esto produce una
perturbación en las inteligencias y en las conciencias.
La Iglesia es consciente de esta peligrosa situación, porque
esta poderosa institución no ha sabido aún sustituir con nada al
viejo dogmatismo compuesto de ideas erróneas y envejecidas,
de antiguas religiones ya desaparecidas.
Los obispos, vacilantes e impotentes para dar al hombre
una síntesis, una idea exacta de sus relaciones con el Universo,
consigo mismo y con Dios, abandonan la dirección moral del
pueblo cristiano a una institución que ya no representa más que
un ideal agonizante e incapaz de regenerar, educar, elevar y
esclarecer la mente de sus fanatizados seguidores.
Desde hace ciento cincuenta años, el Espiritismo se
extiende por el mundo como un soplo de libertad, como una luz
que desvanece las sombras de todo fanatismo religioso, el
Espiritismo esclarece las mentes para que puedan ver,
comprender, y practicar el Cristianismo en su pureza inicial, sin
manipulaciones ni alteraciones; tal y como lo vivió y lo enseñó
su fundador; nuestro querido Maestro Jesús. Pero los pueblos
latinos conservan la profunda huella de la enseñanza católica,
que durante doce siglos los ha modelado a su gusto,
manteniendo en ellos las virtudes y los defectos que los
caracterizan.
La Religión Católica le ha dado al hombre una idea
49
José Aniorte Alcaraz
errónea de sus deberes, ha contribuido a oscurecer su razón y
falsear su entendimiento; aún así el Mundo Superior no ha
permitido que el nombre de Jesús, ¡el Mensajero de Dios! Fuese
ensombrecido y para ello, en todos los tiempos han reencarnado
en esta misma Iglesia, espíritus de Luz, verdaderos misioneros
que han practicado el Cristianismo con amor, sacrificando su
vida y dando un ejemplo a seguir.
Los pueblos en que la Iglesia Católica ha ejercido su
influencia son los más atrasados; la educación católica que han
recibido durante los últimos siglos, le ha negado el derecho de
pensar para que ciegamente confiaran en ellos, desarrollando un
sentimiento y una imaginación infantil crédula, fanatizada y sin
razón. Es triste y lamentable que en pleno siglo XXI aún existan
pueblos que crean que su vida y su futuro dependen de sus
vírgenes y sus santos.
La Iglesia Romana aún continúa con sus enseñanzas para
distraer al Espíritu, confundirlo con sus enseñamientos para
hacerle olvidar el objeto real del estudio, que es la conquista y el
conocimiento de la verdad. En cambio ella les ofrece una
doctrina ilusoria, sin ninguna base real, pero perfectamente
adaptable a sus intereses materiales.
Las pompas del culto, las numerosas fiestas y las largas
ceremonias, alejan a los fieles del estudio y la investigación
aniquilando con su doctrina el uso del entendimiento y el
derecho a la observación, exigiendo de sus fieles una credulidad
ciega con respecto a las afirmaciones dogmáticas, y por
supuesto, completamente carente de pruebas.
El Catolicismo no es tan sólo una doctrina religiosa,
también es un poder temporal que de alguna manera interviene
en todas las contiendas del mundo, impulsado por el deseo de
adquirir una autoridad absoluta fundada sobre un supuesto
derecho divino. Con esta posición mundana ha contribuido
poderosamente a despojar al Catolicismo de su dignidad serena
y cristiana, que consiste esencialmente en el desprendimiento de
los bienes materiales, a favor de los espirituales, que debe ser el
50
Las Verdades del Espiritismo
principal objetivo de todas las religiones.
La educación católica desarrolla un sentimiento de
intolerancia y produce una resistencia hacia el progreso, porque
sus fundamentos inamovibles están anclados en el pasado.
Durante 16 siglos la Iglesia Romana ha silenciado el
pensamiento humano y oprimido las conciencias en nombre de
Dios y la unidad de la fe; durante todos estos siglos se ha
asociado a todos los despotismos cuando se ha podido sacar
beneficio de ello; y hoy reclama libertad para ella. Sería justo
este pedido si fuese verdad pero no lo es, porque lo que ella
entiende por libertad es un privilegio. Jamás el Catolicismo ha
podido entender el significado que tiene la palabra “Libertad”.
Está muy familiarizada con la tiranía, la opresión y la
imposición.
Aún hoy la Iglesia prohíbe el libre pensamiento, como en
el pasado condenaba la interpretación de las Escrituras.
Decía San Pablo: “Examinadlo todo; retened lo bueno” (1ª
epístola a los tesalonicenses 5:21) “Porque el Señor es el
Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor allí hay libertad”. (2ª
epístola a los corintios 3:17).
La doctrina de Jesús, es una doctrina de libertad y así está
expresada en los Evangelios. Tenemos que enseñarla con amor,
con humildad y tolerancia; convencer con nuestro ejemplo,
aplicando en nosotros mismos, en nuestra forma de vida los
enseñamientos cristianos. Los jefes de la Iglesia no han
cumplido nada de esto, han desviado al Cristianismo de su
verdadero objetivo, han oprimido las conciencias, imponiendo la
fe con amenazas de penas eternas, en lugar de pedirla por libre
voluntad.
Si la Iglesia hubiese comprendido la verdadera idea del
Cristianismo, no se habría dejado influenciar por las supersticiones romanas y mucho menos participar de las escandalosas
orgías que realizaban. Tampoco habría lanzado el anatema contra aquellos que no compartían su punto de vista.
Dios nos dio el derecho de pensar, esto nos diferencia de
51
José Aniorte Alcaraz
los irracionales, y es a través del pensamiento que el Espíritu se
transforma y se eleva para convertirse en un Ser superior; pues
bien, la Iglesia siempre ha querido arrebatarnos este derecho que
nos dio Dios: el derecho de pensar, ella dice: ¡Cree y no pienses!
¡Confía en mí y yo te indicaré el camino que debes seguir!. Lo
que quiere decir: Renuncia al derecho que tienes para pensar y
desciende al estado del irracional.
Hay muchos lazos históricos y religiosos que ligan sin
ninguna duda, al ser humano con la idea cristiana para que se
pueda prescindir de ella. Hay en el Cristianismo elementos de
progreso, gérmenes de una vida social con moralidad, con fines
pacíficos, fraternos y renovadores, que al desenvolverse, pueden
producir grandes cosas, elevando a la humanidad a un estado
superior del que hoy se encuentra.
La doctrina de Jesús contiene muchas enseñanzas que no
han sido comprendidas y que, bajo una influencia más honesta y
más iluminada, puede producir fruto de sabiduría y amor
fraterno, con un poderoso resultado para el bien general. Seamos
cristianos elevándonos por encima de las ideas medievales,
envejecidas y dogmatizadas para defender los intereses de los
falsos profetas. Amemos a nuestro querido Maestro Jesús, pero
rechacemos las sectas intolerantes, y las iglesias que se combaten unas a las otras y se lanzan mutuamente el anatema, Cristo
sólo tiene una iglesia: la del amor universal y sus brazos están
ampliamente abiertos para toda la humanidad.
La Iglesia Romana ya es incapaz de satisfacer la necesidad
de un ideal capaz de convencer a la humanidad de hoy, culta y
desengañada por los desmentidos que la propia ciencia hace a
esta fantasiosa creencia. Lo que ellas enseñan ya no convence a
nadie, lo que lleva en su seno no es el presente ni el porvenir, es
el pasado con sus sombras, sus intolerancias y sus rencores, y
esto entre los hombres es causa de discordia y discusión. La
insuficiencia de las iglesias cada día se hace más evidente, ante
una generación ilustrada y deseosa de saber las verdades
celosamente ocultas hasta hoy.
52
Las Verdades del Espiritismo
La propia Iglesia ha impedido con energía la iniciativa de
alguno de sus miembros cuando han intentado hacer alguna
reforma en sus postulados dogmáticos.
El papa León XIII, en agosto de 1898, reincidió ciegamente con las doctrinas y actitudes del pasado y con total
intransigencia afirmó: “En la Iglesia Romana es donde se
perpetúa la misión constante e inmutable de enseñar todo lo que
Jesucristo en persona ha enseñado y donde subsiste para todos
la obligación constante e inmutable de aceptar y profesar toda
la doctrina así enseñada”.
Pío XII en sus instrucciones sobre el modernismo asumió
una posición inamovible, afirmándose rotundamente en la
misma posición envejecida y dogmática de la Iglesia Católica.
Así, es como los papas pretenden decidir el destino de las almas.
Condenan a todas las doctrinas que no aceptan su supremacía.
Sus encíclicas no son más que reediciones, de la famosa
expresión: ¡Fuera de la Iglesia no hay salvación!.
El Cristianismo era una fe viva y radiante; el Catolicismo
ya no es más que una doctrina sombría, irreconocible y lejana de
los elevados principios de los Evangelios; ante las críticas que
hoy recibe, sólo puede defenderse con las afirmaciones de sus
dogmas fantasiosos, porque estos no convencen ni pueden ser
probados.
No hay una renovación moral si no es fuera del dogmatismo de las iglesias. La humanidad de hoy necesita una creencia
religiosa Universalista en armonía con la ciencia y el progreso
que hoy estamos viviendo, que sea capaz de satisfacer y convencer a la razón humana.
Jesús nos decía: “mi reino no es de este mundo” y los
fundamentos, el verdadero ideal del Cristianismo es conseguir
que ese ideal se realice aquí en la Tierra, y que el reino de Dios
y de su justicia sea una realidad para esta humanidad, que se
purifique de sus vicios, de sus errores, de sus caídas y dándole el
conocimiento de las leyes superiores y su verdadero destino que
pueda desarrollarse en ella el espíritu de sabiduría y de amor, sin
53
José Aniorte Alcaraz
el cual no puede haber ni paz social ni elevación.
La Iglesia para sobrevivir tiene que purificarse bebiendo
en las transparentes aguas que bebían los primeros cristianos. El
Cristianismo Católico debe transformarse, desechar todo lo
sobrenatural y milagroso para volver a ser sencillo, claro y
racional, sin dejar de ser un punto de unión entre el hombre, el
mundo invisible y Dios. Sin esta relación no puede existir una
creencia firme, ni filosofía elevada, ni religión convincente.
Las creencias religiosas tienen que despojarse de las
formas envejecidas, tienen que inspirarse en los descubrimientos
modernos, con las leyes de la Naturaleza y en el buen sentido y
la razón. El Espíritu humano debe conocer la ley del destino;
que multiplica sus existencias y lo coloca alternativamente en
los dos mundos, el corpóreo y el incorpóreo. Debe comprender
también que una estrecha relación une a los miembros que viven
en la Tierra y en el Espacio: los unos viven su vida en la carne,
los otros esperan poder reencarnar de nuevo para trabajar por su
progreso y por el de sus semejantes. Así a través de los tiempos,
el Espíritu comprende que existe una soberana ley de justicia, en
virtud de la cual cada uno recoge lo que siembra, lo bueno y lo
malo, y de ello depende nuestra felicidad o nuestro sufrimiento.
Conocer estas leyes y comprenderlas proporcionan una nueva y
sólida base a la educación, un principio moral y un fuerte lazo
religioso entre todos los seres. Este lazo de solidaridad que los
une se extiende al pasado, al presente y al porvenir. Así un día,
todos los habitantes de este mundo se ayudarán mutuamente,
compartiendo sus conocimientos y sus recursos, unidos hacia un
ideal de justicia, sabiduría y virtud.
Jesús nos prometió que cuando llegase el momento, nos
mandaría el Consolador para aclarar todas las cosas.
El Espiritismo es una filosofía religiosa y llega con una
antorcha en la mano y su luz va a iluminar a lo lejos y fecundar
a todos los que quieran verla y utilizarla.
El Espiritismo es una creencia fundamentada sobre hechos,
es una creencia que se desarrolla y progresa con la humanidad y
54
Las Verdades del Espiritismo
puede unir a todos los seres elevándolos a una concepción cada
vez más amplia del conocimiento de Dios, del destino y del
deber.
No debemos buscar la elevación de nuestra alma en una
religión de opresión y de terror. La humanidad tiene que librarse
de las supersticiones y de los fantasmas del pasado. La Religión
Universal, que es la religión de Jesús, tiene los gérmenes del
amor y del bien que la mano divina ha depositado en ella,
porque es la verdadera religión, la que se eleva por encima de
las otras religiones y no maldice a ninguna, y a todas las respeta.
El Espiritismo tiene formas inesperadas o bien, revelaciones
olvidadas, pero idénticas a las que se dieron en las primeras
manifestaciones del Cristianismo.
La Religión Católica está fundamentada en el milagro. La
Religión de Jesucristo está fundada sobre la prueba material de
la supervivencia.
El Espiritismo se revela con la ayuda del fenómeno; pero
es necesario aclarar que el fenómeno y el milagro son dos cosas
totalmente diferentes. El milagro está fuera de la ley natural y el
fenómeno está dentro de ella. Los fenómenos de ultratumba se
encuentran en el pasado de todas las religiones. Las relaciones
de los “muertos” y el mundo de los vivos ha existido siempre.
En la India, Grecia, Egipto, este estudio era el privilegio de unos
pocos iniciados que lo mantenían oculto. En la Biblia desde los
tiempos de Moisés, Samuel, David y Jacob, la comunicación
con los espíritus fue incesante. Pero las religiones no podían
dominar y dirigir a su antojo a los pueblos si ellos mantenían
contacto directo con el Mundo Espiritual; así prohibieron la
comunicación con los “muertos”, crearon los dogmas con sus
milagros; dominaron a los pueblos negándoles el derecho de
pensar y sometieron a la humanidad a un largo periodo de
oscuridad. El daño que las religiones han hecho a sus seguidores
sometiéndolos a esa cruel tiranía, aún hoy tiene graves consecuencias. Arrancar de sus mentes esa idea fanatizada, es una
tarea difícil, pero no imposible, porque los argumentos que
55
José Aniorte Alcaraz
utiliza la Iglesia, envejecidos por los siglos, increíbles e inaceptables hoy, debilitan considerablemente su fortaleza que ya está
en su acelerado proceso de decadencia.
El conocimiento y el estudio del mundo invisible esclarecen las mentes y renueva el pensamiento. Se desvela el misterio
del Mas Allá, que surge ante el Espíritu humano con fuerza,
autoridad y persistencia, como nunca antes se había producido;
jamás antes se habían visto un conjunto de hechos y fenómenos,
considerados al principio como imposibles, y que hoy ya no se
pueden negar y son reconocidos por la mayoría de nuestros
contemporáneos.
El hombre desilusionado por todas las teorías religiosas y
contradictorias, por todos los sistemas incompletos que han confundido su pensamiento, se deja dominar por la duda, y pierde
por completo la noción de la vida futura.
Es en este crítico momento cuando el mundo invisible abre
sus puertas y se manifiesta por todas partes, para que la
humanidad tenga conocimiento de su existencia y recupere la
sensatez. Por medios diversos, los muertos se manifiestan a los
vivos. Las voces de ultratumba se escuchan. Los misterios de los
santuarios orientales y los fenómenos ocultos de la antigüedad
se están renovando y conociendo después de largos siglos de
silencio; y por fin, el Espiritismo ha llegado con su potente luz.
El Espiritismo se presentó con manifestaciones de orden
fenoménico, en un principio, porque el fenómeno habla a los
sentidos y los sentidos son la abertura por donde el hecho
penetra hasta el entendimiento. Las impresiones producidas en
el organismo, despiertan el interés por el estudio, el cual lo
llevará al convencimiento.
Después de esta primera fase material, como el Espiritismo
no puede anclarse ni estacionarse, las manifestaciones se fueron
renovando y desmaterializando. Los golpes se fueron regulando
convirtiéndose en un modo de comunicación inteligente y
consciente. Después de esta primera preparación e introducción,
aparece la escritura automática que, rápidamente se propagó por
56
Las Verdades del Espiritismo
todo el mundo. Las relaciones entre los dos mundos, el visible y
el invisible, ya era una realidad que nadie podía negar. Miles de
libros se han escrito y se siguen escribiendo, dictados por los
espíritus mediúmnicamente a médiums de probada honestidad,
como ejemplo citaré a nuestro recordado Francisco Cándido
Xavier, con más de cuatrocientos libros escritos.
El Espiritismo rompe todas las concesiones dogmáticas y
antiguas de las religiones y abre un camino nuevo y luminoso
para la vida futura. Vence a la temida muerte, porque demuestra
que ésta no existe. Cierra las puertas de ese cielo que las
religiones venden tan lucrativamente, y cierra las del infierno
que ellos han creado pero que en realidad nunca han existido.
A medida que se propaga el Espiritismo, éste tiene que
enfrentar numerosas oposiciones que levantan contra el. Como
todas las ideas nuevas, él también tiene que enfrentar el
desprecio, la calumnia y la persecución moral. La idea cristiana
en su principio también sufrió el dolor de las injusticias. Así
sucede con toda idea nueva que, por justificada y probada que
esté, siempre provoca entre los hombres la duda, el rechazo, o la
desconfianza. Esto es fácil de comprender, si tenemos en cuenta
que la humanidad durante muchos siglos ha sido engañada con
falsos conceptos religiosos, y ahora cuando se revelan formas
inesperadas de la verdad, completamente diferentes del antiguo
ideal, que ya está muy debilitado pero aún no está muerto, y ante
esto, es necesario un periodo más o menos largo de enseñanza,
de reflexión y de convencimiento. Éstas son las dificultades que
nosotros debemos vencer, con nuestro esfuerzo y ejemplo.
La doctrina revelada por el Espiritismo, aún hoy es objeto
de muchas burlas; pero los poderes del Mundo Mayor velan por
la humanidad y saben mejor que nosotros los medios de acción
que conviene adoptar, según los tiempos y la evolución
alcanzada, para que los seres encarnados vuelvan al sentimiento
de sus deberes y de su destino, y respetando siempre su libre
albedrío, porque es necesario que la libertad del hombre
prevalezca siempre.
57
José Aniorte Alcaraz
El Mundo Superior sabe apropiar a las necesidades de una
época y de una raza las formas nuevas de la eterna revelación.
La voluntad Divina es la que envía en el seno de las sociedades
a los pensadores, a los misioneros, y a los sembradores capaces
de dar su vida, si es necesario, para cumplir su compromiso;
ellos abren nuevos caminos con ideas nuevas y renovadas. Su
obra se desenvuelve lentamente y la idea penetra poco a poco en
las mentes que se van esclareciendo; y aunque de momento este
movimiento pase inadvertido, después de un tiempo es seguro y
profundo.
Fue necesario, en un principio, llamar la atención de los
hombres, con hechos fenoménicos, porque éstos aún estaban
muy materializados. Pero a medida que las mentes se van
esclareciendo, los fenómenos también tienen que ser más
espiritualizados; jamás el Espiritismo puede anclarse en el
pasado; hay que renovarse continuamente y nunca fanatizarse.
A medida que el Espiritismo se conoce y se estudia, los
fenómenos se tienen que ir transformando; el espiritista no debe
estacionarse en sus primeras enseñanzas sino que debe estudiar,
aprender, renovarse para superarse, y marchar en vanguardia
con el progreso de la humanidad y de la ciencia.
La doctrina de los espíritus, es una Doctrina Universal, es
la doctrina del presente y del futuro; el ideal y el objetivo de esta
doctrina siempre ha sido el mismo y lo seguirá siendo, hasta
conseguir la perfección del Espíritu. Para conseguir este
importante e inevitable objetivo, el Espíritu tiene que renovarse
y elevarse, desprendiéndose del orgullo, prepotencia, vanidad y
conseguir la humildad suficiente para reconocer sus errores y su
insignificancia.
El Espiritismo, continuamente se está renovando. Las manifestaciones fenoménicas de los primeros tiempos, se afinaron,
revistiendo un carácter más elevado. Espíritus de más elevación
se manifiestan hoy con un séquito de pruebas y un acopio de
testimonios importantes, hasta tal punto que la duda ya no es
posible para los investigadores de buena fe.
58
Las Verdades del Espiritismo
El movimiento de propagación también se ha acentuado
rápidamente. Nuevos caminos luminosos se han abierto para dar
a conocer los efectos positivos y beneficiosos que tiene el
conocimiento de esta doctrina.
La creencia en el Mundo Invisible se ha esparcido por toda
la superficie de la Tierra; en todas partes el Espiritismo está ya
representado. Hay humildes sembradores que están cumpliendo
el compromiso asumido en el Mundo Espiritual, divulgando esta
doctrina con el sacrificio y renuncia de su bienestar, para hacer
llegar los libros espíritas de forma gratuita a todos los rincones
del planeta; deseo que siempre tuvo nuestra querida Amalia
Domingo Soler y otros Espíritus Elevados.
Quisiera explicar por lo que a mí concierne, que estos
hermanos sembradores no buscan ni aceptan mérito alguno ni
reconocimiento, simplemente están cumpliendo con su deber,
pagando las deudas contraídas en su tenebroso pasado, y ahora
como espíritus verdaderamente arrepentidos, han pedido a nuestro querido Maestro Jesús, una nueva oportunidad, ofreciéndole
sus vidas. Él con su inmensa bondad se la ha dado y desde el
mundo espiritual les designaron un trabajo, el cual están
cumpliendo, sin reparar en los esfuerzos y sacrificios que tengan
que hacer, porque éste es el único y más importante objetivo de
la vida de un sembrador espírita
59
José Aniorte Alcaraz
V
ESPÍRITU Y PERIESPÍRITU SON INSEPARABLES
El periespíritu tiene una forma fluídica original, vibrátil y
expansible, que se conserva y perpetúa. En el diseño que él
presenta, aunque invisible para nosotros, es donde se concentran
las moléculas de nuestra materia grosera. El periespíritu es como
un espejo, donde se refleja la imagen del Espíritu con forma
humana; por esto en la hora de la muerte el cuerpo material se
desplasma, se desintegra y se descompone, pero el Espíritu
continúa con su envoltura fluídica que tiene la apariencia del
cuerpo que acaba de dejar. Apariencia que puede transformarse
para mejor o peor, según la clase de vida que haya llevado. En el
cuerpo fluídico se refleja con toda nitidez y sin disimulos la
imagen que secretamente hemos ocultado, es el mundo de la
verdad, donde nadie puede mentir ni engañar, ni disfrazar la
realidad. El periespíritu refleja nuestra verdadera imagen, tal
como somos y pensamos.
La envoltura permanente del Espíritu es el periespíritu,
mientras que el cuerpo físico no es más que una envoltura
temporaria, una vestidura prestada con la que nos cubrimos para
cumplir nuestra peregrinación terrena. El cuerpo fluídico existe
antes del nacimiento y sobrevive a la muerte. Constituye en su
unión permanente con el Espíritu el elemento indispensable de
nuestra individualidad, a través de las incontables existencias
que todos debemos recorrer.
Con la existencia del periespíritu y por su desprendimiento
del cuerpo físico durante el sueño, se explican las apariciones de
los fantasmas de los vivos. En algunos casos, el cuerpo fluídico
de las personas vivas se desprende del cuerpo material para
manifestarse a distancia. También por la existencia de este
cuerpo fluídico, se explica la aparición de los espíritus de las
personas que han muerto.
60
Las Verdades del Espiritismo
Sobre este tema hay estudios hechos muy importantes, que
se pueden obtener en el libro: “Investigaciones sobre los
fenómenos del Espiritismo” por William Crookes.
A mediados del siglo XIX y principios del XX, se dieron
muchos fenómenos para abrir las puertas secretas del Más Allá y
dar paso al camino luminoso que el Espiritismo debía seguir.
Los protagonistas en cuya presencia se dieron estos fenómenos,
fueron personas de gran relevancia, científicos y escritores de
intachable conducta. No es mi intención relatar aquí todos sus
nombres porque son muchos, pero sí haré mención de uno de
ellos para seguir con este tema:
El profesor Cesare Lombroso, de la Universidad de Turín
(Italia), conocido en el mundo por sus trabajos de fisiología
criminalista, nos habla de las numerosas apariciones que se
produjeron en su presencia con la médium Eusapia Paladino; y
así lo escribe en su libro “Ricerche sui fenomeni ipnotici e
spiritici”, sobre la primera aparición que tuvo de su madre.
“En Génova, en el año 1.902, la médium estaba en estado
semi-inconsciente y no esperaba obtener ningún fenómeno de
importancia. Antes de la sesión le había pedido que trasladase a
plena luz un pesado tintero de vidrio. En su habitual tono vulgar,
ella me respondió: ¿Por qué te ocupas con esas niñerías? Soy
capaz de cosas mayores, puedo hacerte ver a tu madre, ¡en esto
es en lo que deberías pensar!”.
“Impresionado por tal promesa, me sobrevino un intenso
deseo de verla realizada, y a mi pensamiento la mesa respondió
con tres golpes. Estábamos en penumbras, sólo iluminados con
una tenue luz roja, de repente vi como salía del gabinete una
forma muy pequeña, como era la de mi madre. El Espíritu estaba
envuelto en un velo; hizo un giro completo alrededor de la mesa
hasta llegar a mí, murmurando unas palabras que muchos
pudieron oír, yo le supliqué que me las repitiera embargado por
la emoción, ella respondió: ¡Cesare, hijo mío! Después, a pedido
mío apartó unos instantes el velo y me dio un beso”.
En la misma obra se lee que la madre del autor volvió a
61
José Aniorte Alcaraz
aparecerle unas veinte veces más a lo largo de las sesiones con
Eusapia.
Las materializaciones y apariciones de espíritus, cada vez
encuentran más obstáculos que limitan sus realizaciones. En un
principio fue necesario y se emplearon todos los recursos
disponibles para despertar los sentidos de los seres humanos,
adormecidos e indiferentes durante muchos siglos; el Mundo
Espiritual abrió sus puertas para que la humanidad conociera la
realidad de la vida y el significado de la temida muerte. Las
manifestaciones espíritas continúan, cada día con mucha más
intensidad, pero de forma diferente, de acuerdo con el progreso
de la humanidad.
Nuestros sentidos se han ensanchado, ya tenemos una idea
más extensa de lo que es el Universo y el Mundo Invisible. Con
el estudio y las comunicaciones de los espíritus más elevados,
nuestros conocimientos se han enriquecido y poco a poco irán
aumentando a medida que nuestros medios de percepción se
vayan perfeccionando.
No es necesario tener un sentido más desarrollado, una
psiquis más abierta, para ver ante nosotros alguno de los
extensos horizontes de la vida en el Mundo Invisible. Pues bien,
estos sentidos hay personas que ya los poseen, en distinto grado.
Son aquellos que consiguen su transformación, siguiendo y
cumpliendo los enseñamientos de Jesús; venciendo las pasiones
materiales, luchando y venciendo al hombre, para que el Espíritu
con toda humildad pueda sentirse libre y victorioso.
La comunicación con los espíritus siempre ha existido.
Recordemos los videntes de la Galia, los oráculos y las pitonisas
de Grecia, las sibilas del mundo pagano, los profetas grandes y
pequeños de la Judea que no eran otra cosa que los médiums de
nuestros días.
Los espíritus superiores siempre han utilizado a estos
médiums como intermediarios para hacer oír sus enseñanzas y
manifestaciones a la humanidad. Los seres humanos cambian
pero los hechos o revelaciones son siempre los mismos, con una
62
Las Verdades del Espiritismo
diferencia; estos hechos se presentan con mayor relevancia
cuando llega para la humanidad la hora de cambiar de rumbo, de
emprender una nueva ascensión hacia las cimas del pensamiento, con la transformación moral que es el único y verdadero
objetivo de nuestras existencias.
También hay que decir que los espíritus elevados no son
los únicos que se manifiestan. Espíritus de todas clases desean
con mucho empeño conseguir manifestarse con los humanos,
siempre que les es posible. Así debemos saber distinguir la
calidad de ellos, para no dejarnos engañar; es necesario estar
bien preparados para saber cuando nos está hablando un Espíritu
elevado o un Espíritu atrasado. Hay espíritus de todas clases de
elevación, pero entre nosotros abundan mucho más los inferiores. Estos son los que producen los fenómenos físicos, las
manifestaciones ruidosas y todo lo que es de orden vulgar.
Los fenómenos espíritas han sido observados, verificados
y comprobados por científicos, sabios y escépticos que han
pasado por todos los grados de la incredulidad, y cuya convicción no se ha afirmado hasta que poco a poco la realidad de
los hechos los ha convencido.
Estos sabios, cuyos nombres son ya suficientemente
conocidos, eran hombres de laboratorio, físicos y químicos
experimentados, médicos, escritores y magistrados. Reunían
todas las condiciones necesarias para desenmascarar cualquier
fraude, aunque estuviese muy bien preparado. Todos los hechos
espíritas han sido comprobados y atestiguados por hombres de
gran relevancia, cuyos nombres están entre aquellos que la
humanidad entera honra y respeta.
Siguiendo el ejemplo de estos hombres ilustres, hoy
encontramos en el mundo a muchos millones de espíritas,
completamente convencidos de esta realidad, porque la estudian,
la sienten y la viven; ya no existen los misterios del Más Allá,
con sus infiernos y sus cielos. La verdad ya es, gracias a Dios,
sobradamente conocida. El mundo de los espíritus es una
realidad indiscutible, los espíritus participan en nuestra vida,
63
José Aniorte Alcaraz
mucho más de lo que podemos imaginar; unos nos influyen y
otros nos aconsejan, depende siempre de nuestra actitud. Desde
ahora y en adelante, la humanidad tendrá que cambiar y
hermanarse fraternalmente en una sola religión, que es la
religión de los espíritus, la religión de Jesús, que es la religión
Universal.
Aún hay muchos que ignorantemente se burlan y niegan
esta realidad. Es triste aceptar que en este siglo aún existan seres
tan ignorantes que nieguen algo que desconocen y que nunca
han querido molestarse en saber si hay algo de realidad en
aquello que tan rotundamente niegan.
Si quieren pruebas yo les recomendaría que leyesen libros
de algunos de los muchos sabios que han investigado todo sobre
este tema: William Crookes, Russel Wallace, Moliner, Aksakof,
Dale Owen, Robert Hare, Myers, Lombroso, Lodge, Volpi,
Ochorowicz.
Por mucho tiempo a los espíritas nos han tachado de ilusos
y de locos, a mí hasta hoy aún me llaman “el brujo”. A todos los
que traen o propagan una idea nueva, se les trata con desprecio y
como locos; y así lo hicieron con Galileo, Giordano Bruno,
Galvani, Watt, Palissy y Salomón de Caus.
El camino de los innovadores suele ser áspero y escabroso.
Siempre ha sido regado con muchas lágrimas y sangre, han sido
despreciados por unos, odiados y perseguidos por otros.
Tenemos el ejemplo de los apóstoles y de los primeros
cristianos, de estos grandes ejemplos es como los espíritas han
aprendido a soportar con paciencia sus males y los reveses de la
vida. El buen espírita se fortalece y se engrandece con el
sufrimiento y las difíciles pruebas que tiene que pasar, porque
tiene la certidumbre de que el Espiritismo es un beneficio, una
fuerza y una luz para la humanidad. Cada siglo de la historia,
reconoce y rectifica sus errores. Lo que parecía justo y normal
en un tiempo, se ve injusto y detestable en otro.
Hoy ya se entiende y se comprende que el Espiritismo es
el acontecimiento más importante de los últimos tiempos; es una
64
Las Verdades del Espiritismo
de las formas más notables de la evolución del pensamiento, el
germen de la más importante revelación moral que el mundo
haya conocido.
La Doctrina espírita ha sido codificada sobre la base de
numerosos mensajes, que se han obtenido a través de médiums
escribientes, enteramente ajenos a estas enseñanzas. Casi todos
estos médiums, recibieron desde su infancia la enseñanza de la
Iglesia Católica, con las ideas del paraíso y el infierno. Sus
convicciones religiosas y la creencia que tenían sobre la vida y
supervivencia del Espíritu después de la muerte, eran totalmente
opuestas a las revelaciones que recibían de los espíritus. No
tenían ni la más mínima idea sobre la reencarnación, o la vida en
el mundo de los espíritus; así que la realidad objetiva y la
veracidad de las comunicaciones resaltan con mayor fuerza, ya
que los médiums no estaban preparados por su educación y sus
conocimientos personales, para recibir las ideas expresadas por
los espíritus.
La mayor parte de las críticas que se hacen al Espiritismo,
son hechas por personas irresponsables que dan una mala
imagen y son un obstáculo para la marcha del Espiritismo. Estos
abusos no deben ser atribuidos a la idea, sino a la mala aplicación que de ella se hace, incluso por los mismos adeptos. Esto
es una consecuencia de la inferioridad de nuestro mundo; todas
las ideas elevadas y renovadoras han sufrido la terrible oposición de la ignorancia.
La imprudencia convierte al Espiritismo en un juego
frívolo, atrayendo a espíritus inferiores y ligeros. Estos no tienen
ningún escrúpulo en divertirse, practicando el engaño y
estableciendo relaciones, que muchas veces, se convierten en
obsesiones, para las personas que participan en estos juegos.
Otros, sin la preparación suficiente, se entregan a la practica de
la escritura mediúmnica, obteniendo abundantes mensajes
firmados con nombres célebres, que sólo son manifestaciones
fantasiosas.
Hay que reconocer que existe un Espiritismo de baja
65
José Aniorte Alcaraz
esfera, dominio exclusivo de los espíritus inferiores, que viven
en la mentira y practican el fraude para engañar a todos los que
confían en ellos. Debemos estar siempre prevenidos y desconfiar
de los espíritus, hasta ser capaces de reconocer sus verdaderas
intenciones. Es necesario adquirir la experiencia necesaria para
saber distinguir la naturaleza de los seres invisibles, para librarse
de las asechanzas de los espíritus atrasados.
El peligro que presenta el Espiritismo, fácilmente se puede
vencer si se estudia y se pone en práctica sus enseñanzas.
Recordemos siempre las palabras del maestro Allan Kardec: “se
reconocerá al verdadero espiritista por su transformación
moral”. Si conseguimos esta transformación ya no debemos
temer nada, porque nos situamos fuera de la sintonía de los
espíritus mal intencionados, y sólo atraeremos a los semejantes,
afines a nuestro estado moral. Las disposiciones serias, el
recogimiento y la elevación del pensamiento, nos acercan a los
espíritus superiores, y entonces el Espiritismo será para nosotros
un manantial de luz y de elevadas inspiraciones.
Es hora de reconocer que estamos viviendo un importante
cambio en la historia de la humanidad, cayó el muro que
separaba a dos mundos: el mundo visible y el mundo invisible.
Nos encontramos ante la presencia de un infinito vivo. Un
mundo nuevo se abre ante nosotros, con el descubrimiento de la
vida fluídica que es la vida invisible, en perfecto acuerdo con las
enseñanzas del Espiritismo. Con esto el ser humano tiene que
obtener el convencimiento y la certeza de la inmortalidad de su
Espíritu y de su indestructibilidad.
El mundo invisible, rechazado por la Iglesia Católica
durante muchos siglos, con el pretexto de hechicería, prohibía
sus manifestaciones y durante largos años ha sido así. Hoy ya se
manifiesta abiertamente. Las manifestaciones de los espíritus se
producen de todas las formas, desde las más bajas, que aún son
una mayoría, hasta las más elevadas, éstas se van produciendo
según un programa y una finalidad dirigida desde el Mundo
Mayor, con el fin de demostrar al ser humano que no se
66
Las Verdades del Espiritismo
compone sólo de materia animalizada, sino que hay en él una
esencia que sobrevive al cuerpo y puede comunicarse con otros
seres humanos después de la muerte, una individualidad que se
desenvuelve libremente a través del tiempo y del espacio, hasta
el infinito.
El mundo visible está descubriendo, paulatinamente, el
misterio del mundo invisible, a pesar de los desprecios, de las
hostilidades y resistencias, es evidente que su influencia se está
extendiendo y multiplicando cada día mas, hasta que el ser
humano llegue a conocerse mejor y a comprender la ley que rige
su vida y su destino, cambiando el rumbo de su vida.
Así hay en estos hechos, el principio de una revolución
que irá influyendo progresivamente en los conocimientos y en la
forma de vida de los seres humanos.
La luz de la verdad, nada ni nadie puede oscurecerla y la
vida se presenta ahora bajo un doble aspecto, es al mismo
tiempo corporal y fluídica. La existencia humana es terrena y
después extraterrena. Se vive sobre la Tierra, en un cuerpo
material y después en el Espacio, siempre con una forma
humana pero fluídica, impalpable e imponderable. Estas dos
formas de vida se alternan y se suceden, de acuerdo con las
necesidades o merecimiento de cada Espíritu.
Las consecuencias del fenómeno espírita, cada vez son
más relevantes y más importantes. A través de estos hechos se
ha reconocido la existencia de los Seres invisibles que son las
almas de los muertos, y también son los espíritus que unidos por
lazos de una estrecha solidaridad, evolucionan hacia un objetivo
común, caminando siempre hacia un estado más elevado. Así se
iluminan todas las ideas referentes a las leyes, al progreso, a la
justicia y al deber. La responsabilidad moral aumenta y la
transformación interior se realiza.
Este movimiento renovador llega en la hora precisa en que
todas las doctrinas se hunden bajo el peso del tiempo, cuando
los seres humanos desengañados, buscan un camino nuevo en
medio de la oscuridad que los envuelve. La humanidad afectada
67
José Aniorte Alcaraz
por numerosas fuerzas destructivas eleva al cielo un grito de
dolor y desesperación y las Fuerzas Superiores, traen a esta
pobre humanidad el cambio que necesita, pues ¡llegó la hora de
la selección!
Los fenómenos espíritas por una parte, y por otra la
enseñanza de los espíritus, que enviados de Jesús, vienen a
revelarnos las profundas verdades que forman las bases del
Cristianismo primitivo, con toda su pureza. Los inaceptables
dogmas creados por las Iglesias en torno a la vida de Jesús,
envueltos hasta ahora en el más profundo misterio, han llegado a
su fin. La luz se ha hecho para dar a conocer el verdadero
sentido de su doctrina, una doctrina de amor que la pueden
seguir todas las religiones, porque es Universal. Al mismo
tiempo el pensamiento de Jesús se ha revelado por completo, y
hemos podido contemplar la grandeza de su obra.
Jesús nunca ha sido un fundador de dogmas ni un creador
de símbolos. Él es el iniciador de la religión del amor y del
sentimiento, que es la religión del porvenir, la Religión
Universal, que tiene que sentar sus bases en la caridad, el amor
entre todos los seres, sin distinción de razas, la paciencia, la
dulzura, la sencillez y la humildad. Estos postulados hacen del
Cristianismo un ideal superior y universalista, como lo son todos
aquellos que aman a la humanidad, y se sienten cristianos.
La religión Cristiana no es exclusivista, ella une a todas las
religiones y a todos los creyentes, liga a todos los seres que
sienten, piensan, aman y sufren en un fraternal abrazo de amor.
Veinte siglos han pasado y aún no se comprende este ideal de
fraternidad y de amor que tiene que penetrar en la conciencia de
la humanidad terrena.
Cuando Jesús afirmó que todos tenían el derecho de
participar en el reino de Dios, es decir, de la verdad y de la luz,
Jesús estaba preparando la regeneración de la humanidad, con
todas las transformaciones sociales. Dejó bien claro cual es el
destino del hombre y la posibilidad que tiene para elevarse hasta
las esferas más altas, por los caminos de la prueba y del dolor,
68
Las Verdades del Espiritismo
por las vías del sacrificio, la renuncia, el trabajo y la fe.
Cristo hizo más aún, reveló y aproximó a dos mundos que
inevitablemente tienen que vivir juntos, el visible y el invisible;
dos mundos que se complementan uno con el otro. La Iglesia los
ha separado de nuevo, ha roto la cadena que unía a los muertos
con los vivos, entregada a las ambiciones terrenas, ha olvidado
las palabras del Maestro: “Mi reino no es de este mundo”. El
pensamiento de Jesús, se ha ocultado, la sombra invadió al
mundo y esa sombra espesa aún, tiene mucha influencia sobre
nosotros. Después de tantos siglos de silencio, el Mundo
Invisible se manifiesta de nuevo, se ilumina y su luz se expande
por todo el mundo.
Las legiones de Cristo han puesto manos a la obra. La hora
de la nueva revelación ha llegado. El Espiritismo viene a sacar
la luz escondida debajo del “celemín” para que todo el mundo la
pueda ver.
El Espiritismo llega con nuevos descubrimientos, con
nuevas enseñanzas transmitidas por los espíritus, con una
multitud de testimonios que dan prueba de la veracidad de estas
manifestaciones. La fortaleza del edificio que los espíritus
construyen, eleva el pensamiento poco a poco; hoy ya es un
edificio sólido y seguro, por su moral y claro convencimiento, y
en su interior millones de almas han encontrado asilo, en medio
de las tormentas de la vida. Hay una multitud de seres que
sufren y lloran, que ya ven en la nueva revelación, una
esperanza y ánimo para seguir viviendo. Todos aquellos que
tienen una vida dura y difícil, que se ven asediados por las
sombras, y que están al borde de la desesperación, hallarán en el
Espiritismo la explicación lógica y justa para entender el sentido
de la vida, y les enseñará al mismo tiempo a luchar con valor, a
no temer a la muerte, y conquistar un porvenir mejor.
Fuerte en su pasado y seguro en el presente y en su
porvenir, el Espiritismo llega para desenmascarar a las doctrinas
sin base, con dogmatismos envejecidos. Avanza resueltamente
con la luz de la verdad, venciendo los obstáculos y las
69
José Aniorte Alcaraz
oposiciones, seguro de su triunfo final porque tiene a su favor a
la ciencia y a la verdad.
Por encima de las ruinas de los templos, de las
civilizaciones extinguidas, por encima de todas las pasiones
humanas, se eleva una gran voz y esta voz exclama: ¡Han
llegado los tiempos! ¡Legiones de Espíritus descienden a la
Tierra para entablar la batalla de la luz contra las tinieblas!
70
Las Verdades del Espiritismo
VI
LA EVOLUCIÓN ES UNA LEY DE DIOS
En todos los tiempos, y en todos los pueblos, se ha
realizado un trabajo importante en la evolución de la
humanidad. Esta evolución es perpetua e incesante, es la obra
del Espíritu humano en sus esfuerzos por elevarse, bajo la
influencia del Espíritu Divino, hacia el conocimiento integral de
las leyes que rigen el destino de la vida. Esta influencia se
produce sin que el ser humano tenga conocimiento de ella. Los
espíritus participan en la marcha de la humanidad, influyendo de
alguna manera en nuestras decisiones; pero nosotros siempre
tenemos la soberanía de nuestro libre albedrío, y por esto, la
responsabilidad de nuestros actos, siempre será nuestra, así que,
a pesar de las influencias a que somos sometidos, tenemos
siempre total independencia, siendo los únicos responsables de
nuestro destino.
Todas las religiones han tenido sus revelaciones en los
siglos pasados y han cumplido su obra. Todas han logrado un
progreso; han marcado e influido en determinadas etapas de la
humanidad, pero ya responden a las necesidades de la hora
presente, porque la ley del progreso se manifiesta incesantemente y hay que renovarse a medida que el hombre adelanta y
se eleva, sus horizontes tienen que ensancharse. La evolución
del ser humano nadie puede pararla, porque es el destino que
Dios le dio cuando lo creó. Las religiones que viven encadenadas a su remoto pasado, mueren porque se oponen a la
evolución que es una ley de Dios.
Ya se acerca la hora en que se desvanezcan las sombras
que envuelven el pensamiento humano, con el sol de la verdad.
Entonces las religiones mal comprendidas, que injustamente se
condenan y se excluyen unas de las otras, aun teniendo un
principio común: Dios y la inmortalidad del alma. Tarde o
71
José Aniorte Alcaraz
temprano se fundirán en una sola religión: la Religión Universal,
que es la religión de los espíritus, la religión de Jesús, la religión
de Dios y será también la religión de los hombres.
El Espiritismo que es la nueva revelación, tiene cualidades
muy distintas. No es una obra individual, es obra de los Espíritus
Superiores y no se produce en determinado medio. Se manifiesta
en todos los puntos de nuestro planeta, a todos los que de verdad
se interesan y desean, sin distinción de clases ni edades, en todas
las condiciones y nacionalidades. El valor de sus mensajes ha
sido sometido a las más rigurosas comprobaciones, porque sus
fundamentos no tienen nada oculto, son de total transparencia y
siempre está abierto a cualquier investigación que se quiera
hacer sobre él.
El Espiritismo tiene carácter impersonal y universalista, es
una obra de los Espíritus Superiores, que vienen por millones a
instruir y moralizar a la humanidad y prepararla para los grandes
cambios que se aproximan, tanto en los habitantes como en la
estructura de este planeta(1).
La Revelación Cristiana vino a completar a la Revelación
Mosaica. La Revelación de los espíritus viene a realizarla, a
fundar la Religión Universal, donde todas las religiones y todos
los hombres, estarán unidos por un sentimiento fraternal.
Cristo lo anunció(2) y puede decirse que Él mismo preside
este nuevo cambio de pensamiento. Las manifestaciones de los
espíritus no se produjeron a través de las iglesias establecidas, y
ésta es la razón de que ellas desconozcan la gran importancia de
esta Revelación; pero lo mismo sucedió con el sacerdocio judío
y la llegada de Jesús; la iglesia de Israel lo rechazó porque
(1)
Elucidaciones Espíritas, del mismo autor.
Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con
vosotros, para siempre: el Espíritu de Verdad, al cual el mundo no puede
recibir, porque no le ve ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora
con vosotros, y estará en vosotros. Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a
quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os
recordará todo lo que yo os he dicho. (San Juan 14: 16,17 y 26).
(2)
72
Las Verdades del Espiritismo
estaban convencidos de que cualquier revelación divina debería
llegar a través de ellos.
La Iglesia Católica se encuentra hoy en la misma situación
que estaban los sacerdotes de Israel hace dos mil años, respecto
a la interpretación del Cristianismo. Esta coincidencia histórica
debería hacernos reflexionar.
La doctrina de los espíritus, se manifiesta fuera de las
iglesias, su enseñanza se dirige a todas las razas de la Tierra.
Los espíritus proclaman en todas partes los principios en que
ella se apoya. En todos los momentos, se deja oír la voz de ellos,
que recuerda al hombre el pensamiento en Dios y el de la Vida
futura. Este pensamiento profundo desciende desde el Mundo
Superior y viene a ofrecer con la enseñanza de la palabra, la
divina esperanza y la paz interior que todos podemos conseguir
si verdaderamente resistimos y rechazamos las pasiones, con sus
vicios y debilidades. El camino a seguir nos lo enseñó Jesús, y
en él debemos vivir, para alcanzar la paz y hacer que este mundo
sea mejor.
El Espiritismo no es una doctrina elaborada en más o
menos tiempo; tampoco es una teoría preconcebida, es sin
ninguna duda, la consecuencia lógica de los hechos que
demuestran, con pruebas evidentes la existencia y la vida en el
Mundo Invisible, y en todo el Universo.
Ya hace ciento cincuenta años que las comunicaciones
establecidas con el mundo de los “muertos” no han cesado de
darnos indicaciones, tan numerosas como reveladoras, sobre la
vida en el Más Allá. Los espíritus se comunican incesantemente
con nosotros; nos dirigen sus mensajes, bien por la escritura
automática, por mensajes hablados durante la incorporación
mediúmnica o simplemente por la inspiración que es el medio
más frecuente que utilizan.
Epíritus de diferentes órdenes, nos dan descripciones muy
detalladas de la forma de vida que encuentran allí después de la
muerte. Nos relatan con todo detalle, las impresiones que han
recibido al separarse del cuerpo, las decepciones o satisfacciones
73
José Aniorte Alcaraz
que han recogido según la clase de vida que han llevado aquí en
la Tierra. Analizando todos estos relatos, podemos hacernos una
idea bastante exacta de la vida futura y de las leyes que la rigen.
Los Espíritus Superiores, en sus relaciones medianímicas
con nosotros, vienen a completar los conocimientos que ya
tenemos. Confirman las revelaciones hechas por los espíritus
menos adelantados y elevándose a mayor altura, nos manifiestan
el objetivo que debemos alcanzar y cómo vencer los grandes
problemas de la vida y de la muerte, para conseguir nuestra
evolución y conocer las leyes superiores del Universo. Todas
estas revelaciones, unidas a una investigación exhaustiva, con
una lógica convincente, concuerdan y se unen para formar una
importante filosofía religiosa, científica y moral.
El Espiritismo no se dogmatiza, no se inmoviliza. El
Espiritismo no pretende ser infalible, aunque sí es una Idea
Religiosa Superior. La enseñanza espírita es progresiva, se
desenvuelve y se desarrolla a medida que, por la experiencia, el
progreso se realiza en las dos humanidades: la corpórea y la
incorpórea que, aunque no se ven viven juntas, entrelazadas y
relacionadas una con la otra, y de las cuales, alternativamente,
cada uno de nosotros formamos parte.
La comunicación establecida entre el mundo físico y el
espiritual, es permanente y universal, y se afirmará cada vez
más, a medida que la humanidad siga progresando. La
humanidad está realizando un proceso de cambio que se
completará a lo largo de este siglo y el mundo de los espíritus
también seguirá este progreso, revelando nuevas verdades,
uniendo más la vida espiritual con la vida material.
El Espiritismo tiene una parte científica, que se apoya en
pruebas convincentes, y también en hechos innegables, pero sus
consecuencias morales son las más importantes y las que más
interesan a la mayoría de los hombres.
Los profundos y continuos estudios, precisos para conocer
a fondo el Espiritismo, aún no están al alcance de todos, por
falta de los recursos necesarios para conseguir los libros;
74
Las Verdades del Espiritismo
literatura imprescindible para conocer y comprender la grandeza
de un ideal universalista, como es la religión de los espíritus. Por
esta razón, creo imprescindible resaltar la importancia de la
distribución gratuita del libro espírita(3).
La doctrina de los espíritus, podemos resumirla en tres
puntos principales: la naturaleza del Espíritu, su destino, y las
leyes superiores que rigen el Universo.
Lo más importante para nosotros es saber, ante todo, qué
somos, de donde venimos y adonde vamos.
El ser humano tiene dos cuerpos; uno de materia grosera
que lo relaciona con el mundo físico, y otro fluídico con el cual
entra en comunicación con el mundo de los espíritus.
El cuerpo físico se desvanece, se desintegra cuando se
produce la muerte. El cuerpo fluídico es indestructible, pero se
transforma según el estado evolutivo del Espíritu. Éste debe
considerarse como el cuerpo verdadero, el molde sobre el cual
se desenvuelve la vida física. Con el acoplamiento de él se
modelan los órganos y agrupan las células; él es quien garantiza
su funcionamiento.
El periespíritu o cuerpo fluídico, es el agente de todas las
manifestaciones de la vida, lo mismo en la Tierra como en el
Espacio. Tiene toda la vitalidad y energía que necesita el cuerpo
para nacer y desarrollarse.
El Espíritu piensa, siente, es feliz o sufre, es luminoso o se
envuelve en las sombras. No podemos verlo ni imaginarlo, es
una fuerza mental en constante evolución, no podemos darle una
forma visible porque es imposible; en esto sí que podemos decir
que Dios nos hizo a su semejanza. El Espíritu puede llegar a ser
un dios, participar en la creación y expansión del Universo,
interpretando y cumpliendo la voluntad de Dios, aún así el
Espíritu siempre será un Ser creado y finito, Dios es Infinito,
Creador del Universo y de todo cuanto existe en él.
Por mucha elevación y perfección que alcance el Espíritu,
(3)
Hechos y obras de una vida, del mismo autor.
75
José Aniorte Alcaraz
a diferencia de Dios, siempre tiene sus limitaciones: el Espíritu
tiene necesidad de un cuerpo fluídico para manifestarse, para
encarnar y desencarnar, para trabajar, evolucionar, para tener
una identidad visible que refleje su verdadera personalidad. Este
cuerpo fluídico, es el periespíritu, está compuesto de una
combinación de fluidos semi-materiales, es el intermediario
entre el Espíritu y el cuerpo físico; es también como un espejo
que refleja y toma la verdadera imagen que el Espíritu tiene
creada en su mente. Esta imagen puede ser sublime y luminosa,
enferma o animalizada. A medida que la imagen creada en la
mente del Espíritu va cambiando, la imagen reflejada en el
periespíritu también va cambiando.
El ser humano está destinado a habitar alternativamente
dos mundos diferentes, su organismo debe contener todos los
elementos capaces de ponerle en relación con esos mundos, para
conseguir en ellos su progreso espiritual.
El alma tiene los gérmenes de nuevos sentimientos que
emergerán y se manifestarán durante el curso de existencias
futuras, ampliando cada vez más el camino que debemos seguir
hacia nuestra redención espiritual. Los esfuerzos que debemos
hacer para conseguir este objetivo, se encuentran en correlación
con el grado de nuestro adelanto, y en correspondencia directa
con el medio en que habitamos. Todo se encadena y se armoniza
en la vida física, y en el orden moral de las cosas.
El ser humano actual tiene los elementos necesarios para
su grandeza futura; con una progresión verá manifestarse a su
alrededor y en todas las cosas, cualidades que aún le son
desconocidas. Aprenderá a conocer fuerzas y poderes cuya
existencia no puede sospechar.
El Espíritu, con el cuerpo físico es como un prisionero en
un calabozo, y el ser inteligente y seguro de sí mismo, debe vivir
su vida con total normalidad, hacer de ella algo útil y
provechoso, y cuando deje la prisión podrá gozar de los
beneficios obtenidos. La libertad definitiva, sólo se consigue con
la muerte del cuerpo. Conociendo y estudiando estos diferentes
76
Las Verdades del Espiritismo
aspectos de nuestra existencia, es como se llegará al conocimiento real de lo que en realidad somos. El hombre dejará de
ser para sí mismo un misterio vivo; ya no estará como hasta hoy
ignorando las nociones precisas sobre su naturaleza espiritual y
su porvenir.
Los pensamientos y las acciones del Espíritu repercuten
constantemente en su envoltura fluídica, y según su naturaleza
así es la imagen que ella tiene. El estudio continuado, la practica
del bien y cumplimiento del deber en todas las condiciones,
contribuyen en gran medida para la realización del Espíritu,
iluminando el camino que debe seguir. Por medio de un
continuado trabajo moral e intelectual, a través de vidas
meritorias, aspiraciones elevadas y grandes sacrificios, el ser
humano se redime y se eleva gradualmente: sus vibraciones
espirituales se activan, su claridad es más viva y al mismo
tiempo disminuye la densidad de su cuerpo fluídico. Todo lo
contrario sucede con quienes se entregan a los vicios y a los
placeres sensuales. Su modo de vida repercute en su cuerpo
fluídico, con una reducción de sus vibraciones que, origina un
entorpecimiento de sus sentidos. El Espíritu débil y vicioso, al
entregarse sin resistencia al vicio y a la vida fácil, puede de esta
forma convertir su organismo, después de la muerte, en una
verdadera tumba, en la cual permanecerá como si estuviese
sepultado, hasta que pueda tener una nueva encarnación.
El hombre crea su destino con sus actos. El poder, la
felicidad y la irradiación del Espíritu, sólo es una consecuencia
de su adelanto moral, pues sólo él es el artífice de su desgracia o
de su ventura, de su inferioridad o de su elevación. La ley del
destino consiste en el desenvolvimiento progresivo del Espíritu,
mediante el desarrollo de su personalidad moral, creando así su
propio porvenir. Esta es la evolución racional de todos los seres,
partiendo todos del mismo punto, y llegando antes o después, al
mismo objetivo. A través de existencias numerosas, prosigue
indefinidamente esta evolución; en el Espacio y el la superficie
de los mundos. La vida presente es para cada uno de nosotros, la
77
José Aniorte Alcaraz
herencia del pasado y una esperanza para un porvenir mejor. La
vida humana es una escuela y un campo de pruebas y reparación. La vida en el Más Allá que sigue a la vida física, es el
ajuste de cuentas, allí encuentra el Espíritu el resultado de su
siembra: la paz y la luz o las sombras, el dolor y la soledad.
El Espíritu se encuentra vivo en el mundo invisible, tal y
como él se ha formado, como consecuencia de la clase de vida
que por su voluntad ha tenido en las existencias pasadas.
Vuelve a encontrarse con sus valores morales o sus
defectos, vicios y debilidades, sus tendencias, sus inclinaciones
y sus afectos. Lo que somos moralmente en este mundo es lo
que seguimos siendo en el otro; de esto resulta nuestra dicha o
nuestro sufrimiento.
Para el Espíritu que ha conseguido vencer la influencia de
las pasiones materiales, la vida en el mundo espiritual es mucho
más fácil, ya no hay necesidades físicas que satisfacer, ni más
alegrías que las de la inteligencia y el sentimiento.
Para los hombres que sienten y viven las pasiones de la
materia, que se sienten atraídos por sus sensaciones, la vida en el
Espacio es una vida de sufrimiento, miseria y privaciones
porque sienten la imperante necesidad de satisfacer sus deseos y
no pueden conseguirlo, esto les produce desesperación y desequilibrio mental. Por el contrario, los espíritus que han sabido
liberarse de los hábitos materiales y viven consagrados a las
altas facultades, necesarias para la elevación de su estado
espiritual, encuentran en el mundo invisible la realidad de una
vida verdadera, conforme a sus gustos, un exento campo abierto
a su actividad. Allí, en realidad, sólo existe la aplicación de la
ley de atracción y afinidad, las consecuencias naturales de
nuestros actos, que recaen inexorablemente sobre nosotros.
La evolución gradual del Espíritu abre en él manantiales
cada vez más abundantes de impresiones, conocimientos y
sensaciones. Cada vez que vence el sentimiento del mal,
prevalece con más fuerza el sentimiento del bien y el horizonte
de su vida se dilata con más claridad. Después en las sombrías
78
Las Verdades del Espiritismo
regiones terrestres, donde reinan los vicios, las pasiones y las
intrigas, se abren nuevos horizontes y caminos luminosos, con
nuevos trabajos y compromisos a realizar que compensarán con
creces las vidas de pruebas, de lágrimas y sacrificios que el
Espíritu ha tenido que vivir para alcanzar la felicidad.
La superioridad indiscutible que vemos en ciertos seres
encarnados, es el resultado de sus esfuerzos pasados. Todos
somos espíritus más o menos jóvenes o viejos; hemos trabajado
unos más y otros menos, consiguiendo conocimientos y
virtudes. Así se explica la diferencia de carácter, aptitudes y
rectitud que existe de unos a otros. Aún así, espíritus que ya han
alcanzado un grado evolutivo bastante bueno, piden una
existencia achacosa para humillarse y adquirir las virtudes que le
faltan por superar. Todas las existencias penosas, todas las vidas
de luchas y de sufrimientos se explican por estas mismas
razones. Estas son formas transitorias, pero necesarias para el
bienestar y la elevación del Espíritu.
Las pruebas y los sufrimientos son recursos necesarios
para que el Espíritu se redima de un pasado culpable y recobre
el tiempo perdido. Así se templa el Espíritu, adquiere
experiencia y sabiduría, y se prepara para nuevos compromisos
y nuevas ascensiones.
El ser que padece, piensa en Dios, le suplica y se acerca a
Él porque reconoce su pequeñez y su insignificancia. Así se
cumplen las palabras de Jesús: “Aquel que se hace pequeño y se
humilla, se está elevando”.
Cada ser humano, al regresar a este mundo en una nueva
reencarnación, pierde el recuerdo de su pasado que está
reflejado en su periespíritu. Este olvido temporal de nuestro
pasado, es necesario para que no pueda influir en la forma de
vida que tenemos que llevar, para rectificar nuestra conducta y
reparar nuestros errores.
Visto desde el punto de vista moral, el recuerdo de nuestro
pasado nos causaría grandes perturbaciones. Los espíritus que
han sido en anteriores existencias, criminales, violadores, delin79
José Aniorte Alcaraz
cuentes, y muchos otros que reencarnan para redimirse, serían
reconocidos, rechazados y despreciados; y ellos mismos quedarían aterrados y avergonzados ante sus propios recuerdos. La
reparación del pasado se haría imposible y la existencia insoportable. Los recuerdos de existencias anteriores agravarían
peligrosamente la convivencia entre los seres humanos; el odio y
la discordia enfrentarían hasta los miembros de una misma familia.
Los errores, las faltas y los actos vergonzosos, son como
un pesado fardo que carga nuestro Espíritu, que ignorándolo
caminamos con dificultad, soportando su peso, pero si en
realidad supiéramos su origen, ese peso sería insoportable y
paralizaría cualquier iniciativa reparadora.
Los espíritus se atraen en razón de sus afinidades; forman
grupos o familias que se ayudan y se auxilian mutuamente,
cumplen sus objetivos apoyándose unos en los otros, con amor y
cariño, aunque hay excepciones pues no siempre es así. Muchos
espíritus cambian de ambiente para progresar más rápidamente.
Enemigos del pasado odiándose aún hoy, reencarnan en una
misma familia para conseguir una necesaria reconciliación; así
es como madres, hijos y hermanos, conviviendo y compartiendo
una o más existencias juntos, el odio se va extinguiendo en ellos
y reconciliándose sus espíritus. Aún así, se dan algunos casos,
en que el odio, oculto en el pasado, se manifiesta sin razón
aparente con un continuo rechazo agresivo que, algunas veces
llega hasta la muerte.
La ley de las existencias sucesivas explica claramente
éstas y otras cosas. Hemos vivido antes de nacer y volveremos a
vivir después de la muerte. Cada una de nuestras vidas es una
etapa en el gran viaje que tenemos que seguir, marchando hacia
el bien, hacia la verdad, hacia nuestra redención espiritual.
Con la doctrina de los espíritus todo se enlaza, se ilumina
y se comprende; la Justicia Divina se nos presenta clara y
transparente, sin misterios y sin castigos eternos; esta ley de
Dios, justa y amorosa, es la única que rige nuestro destino. Con
80
Las Verdades del Espiritismo
el Espiritismo sabemos que el alma no está formada por un dios
caprichoso e incompetente que distribuye a su antojo el vicio o
la virtud, el genio o la imbecilidad, el cielo o el infierno.
El alma empieza a vivir la vida humana, sencilla e
ignorante, se eleva por sus propios esfuerzos y se enriquece a sí
misma con sus obras, recogiendo siempre lo que ha sembrado
anteriormente y continuando esa siembra para sus vidas futuras.
Así crea su propio destino, de grado en grado sube desde el
estado más inferior y rudimentario hasta la más alta elevación
espiritual. En esta marcha ascendente, el alma alcanza un estado
sublime que ilumina los caminos del Universo y pasa por los
mundos como un rayo divino.
Examinada y estudiada así la reencarnación, se vuelve una
verdad consoladora, una esperanza y un instrumento de la
justicia divina. Ella es el camino del progreso evolutivo de todos
los seres humanos, la gran equidad de Dios, que no castiga al
culpable sino que le permite redimirse por medio del dolor. Esta
ley es inflexible, pero después de reparar nuestras faltas, y
reconocer nuestros errores, podemos sentir y comprender el
valor de la fraternidad humana, enseñando a todos aquellos que
estén interesados, que todos los hombres y mujeres tienen los
mismos derechos, el mismo origen y el mismo porvenir. No hay
desheredados ni favorecidos, porque todos llegaremos, antes o
después, al objetivo final que tenemos que conquistar con
nuestro esfuerzo y sacrificio.
La ley de consecuencias pone un freno a las pasiones, a las
palabras, pensamientos y actos que cometemos. Esta ley de
causa y efecto nos muestra las consecuencias, nefastas o
positivas que podemos tener en nuestra vida presente o nuestras
vidas futuras, porque estamos sembrando en ellas el germen de
la desgracia o la felicidad.
Cuando llegamos a comprender la grandeza de esta
doctrina, comprendemos verdaderamente la perfección y el
amor que hay en la justicia de Dios. Todos los seres humanos
ocupan en este mundo el lugar que les corresponde y todos están
81
José Aniorte Alcaraz
sometidos a las pruebas que han merecido o deseado. Tenemos
que dar gracias al Eterno por habernos concedido, mediante las
reencarnaciones, la oportunidad de reparar nuestras faltas cometidas durante muchas existencias.
El alma humana empieza su evolución desde un principio,
desde su nacimiento, y con muchas limitaciones, paso a paso se
transforma y se eleva conquistando la inteligencia y adquiriendo
las sublimidades del sentimiento, para llegar a ser un día un
Espíritu luminosos, colaborador de Dios en el Universo.
Esta ascensión del alma, edificando ella misma su
porvenir, siguiendo y viviendo la ley de evolución, este esfuerzo
para vivir bien en la vida individual y colectiva, continuando de
etapa en etapa en las superficies de los diferentes mundos del
Espacio, progresando y perfeccionándose siempre para elevarse
hacia Dios. Esto nos hace comprender mejor la utilidad de la
lucha y la necesidad del dolor para la purificación y elevación de
nuestro Espíritu inmortal.
Todos los espíritus que viven en los mundos materiales,
están sumidos en una especie de letargo; su inteligencia
entorpecida por la influencia que ejerce su cuerpo material,
fluctúa indiferente ante los vientos pasionales que soplan a su
alrededor. Muy pocos son aún los que saben defenderse de este
peligro. Es importante y necesario que estos espíritus despierten
a la voz de la verdad, que estas inteligencias se abran para
distinguir lo bueno de lo malo y lo elevado de lo inferior. Todos
los espíritus deben tener los mismos conocimientos y alcanzar
las mismas alturas.
Si sólo tuviésemos una existencia, conseguir este objetivo
sería un imposible; de aquí la necesidad de las numerosas
existencias, de tantas vidas de luchas y de pruebas, a fin de que
todos los espíritus despierten sus facultades aletargadas y las
pongan en acción.
Es por la lucha y las necesidades, por las situaciones de la
alegría y del dolor, por las inquietudes, los pesares y los
remordimientos; las caídas y las reparaciones; los retrocesos y
82
Las Verdades del Espiritismo
las ascensiones. Así se desenvuelve la vida humana, poco a
poco, lentamente, el Espíritu se va perfeccionando y elevando,
saliendo del fango de la bestialidad y de la ignorancia. Por
medio del sufrimiento y del dolor los seres humanos se depuran,
se ennoblecen y se elevan para cumplir y vivir en las leyes
Divinas que rigen la vida en el Universo. Es entonces cuando el
alma, alegre y feliz se abre a la compasión y la bondad.
La ley del progreso rige la vida infinita del Universo. El
mal sólo es un efecto de contraste para que se pueda alcanzar el
bien. La lucha del Espíritu con la materia y su ascensión
pasando por el dolor, es el único camino que existe para que el
Espíritu consiga su elevación.
La voz de los Espíritus Superiores nos dice: Es necesario
difundir esta enseñanza, para que el encadenamiento de los
efectos y de las causas se de a conocer a todos los que deseen
conocer la verdad y la realidad de su vida.
Todas las criaturas tenemos que saber que el Amor Divino
envuelve a toda la Creación.
83
José Aniorte Alcaraz
VII
EL VALOR DEL PENSAMIENTO
El mundo invisible es la prolongación, la continuación
natural del mundo visible. Estos son inseparables porque están
unidos por los mismos principios. En lo invisible nos encontramos con el mundo de las causas y sus consecuencias, pues es
el centro de todas nuestras actividades, positivas o negativas.
La fuerza es la energía que mueve a la materia y dirige los
mundos en el Espacio; nos dicen los Espíritus más Elevados,
que es la acción de una Voluntad Superior. Es el pensamiento de
Dios. Los espíritus nos afirman con unanimidad que reconocen a
esta Inteligencia Suprema como única, creadora del Universo y
de la vida que hay en él.
Allan Kardec nos dice: “No hay efecto sin causa, y todo
efecto inteligente tiene forzosamente una causa inteligente”.
Estos son los fundamentos sobre los cuales tiene sus bases
el Espiritismo. Cuando los aplicamos a las manifestaciones de
los espíritus, estamos demostrando sin duda alguna, la existencia
de ellos. Si lo aplicamos al estudio del mundo y de las leyes
universales, podemos demostrar la necesidad indispensable de
una causa inteligente. Por esto, para los espíritas, la existencia
de Dios constituye la regla principal de su enseñanza.
Los espíritus, igual que los hombres, no tienen el mismo
grado de entendimiento, y no todos pueden explicar y ver las
cosas de la misma manera, de ello resultan las interpretaciones y
explicaciones diversas, más o menos lógicas sobre diferentes
temas. Nos cabe a nosotros examinar y comprobar la seriedad,
inteligencia, y conocimiento de los espíritus que se comunican
con nosotros.
Los espíritus encarnados o desencarnados, estamos y
vivimos en situaciones diferentes, de acuerdo con nuestro estado
evolutivo, pero todos, inexorablemente, seguimos un proceso
84
Las Verdades del Espiritismo
evolutivo impulsados por una ley solidaria, universal y Divina;
finalmente todos nuestros conocimientos y afinidades convergen
para unirse a ella y conocer el verdadero objetivo de nuestras
vidas y la razón de ser de un Espíritu redimido. Es al mismo
tiempo la base de nuestra transformación interior y moral.
Así comprendemos fácilmente la vida en el Más Allá, y la
situación del Espíritu después de la muerte del cuerpo. Allí nos
encontramos con un estado de cosas ordenado por una ley de
justicia que se ejecuta por sí misma, sin tribunal y sin juicio,
pero a la cual no escapa ninguno de nuestros actos y
pensamientos. Esta ley revela una inteligencia que dirige al
mundo moral, que al mismo tiempo es el principio de una vida
superior, plena de luz y de perfección.
Escuchamos hablar frecuentemente del acaso, la suerte, la
casualidad y el azar. El azar no puede realizar la unidad y la
armonía, tan sólo puede provocar la incoherencia y la confusión.
Por esto una ley no puede ser más que la manifestación de una
Inteligencia Soberana, la obra de un Pensamiento Superior. El
pensamiento, únicamente es el que ha podido crear, disponer y
combinar todas las cosas del Universo, y el pensamiento sólo
puede provenir de un Ser que sea su generador.
Las leyes del Universo nunca podrían ser una obra de la
casualidad, sería una gran insensatez pensar semejante cosa.
Necesariamente deben apoyarse en un principio inmutable,
ordenado y regulado. Si no hubiese una Voluntad y una
Inteligencia Superior, responsable de toda la Creación; estas
leyes serían ciegas, irían sin rumbo ni dirección.
Todo está sometido y gobernado por un poder Superior:
las fuerzas y los seres, los mundos y las humanidades. El orden
del Universo, el orden material y el orden moral, la justicia, el
amor y la libertad; todo está regido por leyes eternas y perfectas,
que sólo pueden ser creadas y ordenadas por un Ser Superior.
Esta es la razón por la cual ningún ser puede desenvolverse y
progresar sin la idea de Dios, porque esto significa la justicia, el
amor, la libertad y la razón, porque Dios representa la eternidad
85
José Aniorte Alcaraz
y la perfección.
La ignorancia y desconocimiento de estas leyes, son la
causa principal de nuestras equivocaciones y actos negativos,
que tantos contratiempos y sufrimientos nos causan.
El Espiritismo viene como una poderosa voz, a despertar
nuestros sentidos adormecidos durante décadas. Demasiado
tiempo ya hemos perdido, considerando la obra divina y las
leyes superiores, desde un punto de vista mezquino y negativo
desde nuestra vida terrena; sin comprender que en el encadenamiento de nuestras vidas sucesivas y la colectividad de los
mundos, es donde tendremos que encontrar la universal armonía, la absoluta justicia y la gran ley de la evolución de nuestro
Espíritu, hacia el bien y hacia Dios. La obra divina no puede
medirse ni en el tiempo ni en la extensión. La creación es
incesante, y el Universo inmutable en su infinitud, vive un
proceso de transformación constante en todas sus partes.
Cada planeta que gira en el espacio, es un mundo habitado
por seres humanos o espirituales. La Tierra es uno de los más
mezquinos en la jerarquía de los mundos, y la población terrestre una de las más inferiores. Pero ella misma se tiene que
perfeccionar, transformar y en último caso, cambiar para que
nuestra esfera sea más habitable y más feliz.
Aspiraciones más elevadas y más nobles harán que esta
humanidad, a lo largo de este siglo, sea conducida por nuevos
caminos para conseguir gradualmente su renovación y su progreso moral.
Todo se transforma y se renueva con el ritmo incesante de
la vida y de la muerte. Todo se renueva en el Universo; viejos
mundos desaparecen y nuevos se forman continuamente. Los
hombres, igual que los mundos, nacen, viven y mueren; todas
las formas pasan y se desvanecen, mas la vida infinita subsiste y
avanza siempre con su eterno esplendor. Aún así, las existencias
siguen su curso y se desarrollan siglo tras siglo, con sus luces y
sus sombras. Los acontecimientos se suceden sin conexión
aparente, mas la justicia divina infalible fija su curso según
86
Las Verdades del Espiritismo
reglas inmutables. Todo se realiza y se une según el estado
moral o el estado material. Lentamente vamos consiguiendo
nuestra evolución espiritual, y así se da cumplimiento a un
admirable plan que se realiza, según la voluntad de Dios.
Mientras tanto nuestro entendimiento para comprender las
leyes divinas, se acrecentará con el progreso de nuestras facultades y nuestros sentidos, que al perfeccionarse nos abrirán
nuevas visiones sobre nuestro futuro y la realidad del mundo
espiritual.
El porvenir del Espíritu es infinito, está destinado a
renacer de vida en vida, en mundos diversos, subiendo a ellos
uno por uno, en forma de escalones de una gran ascensión;
participando y viviendo en civilizaciones más avanzadas y más
elevadas, aumentando sus cualidades y facultades, hasta
alcanzar ese estado luminoso y conseguir la unión con Dios.
Por consiguiente, no hay elegidos ni réprobos. Los seres
humanos no se pierden, pues hay un camino de salvación para
todas las criaturas. El camino del progreso está abierto para
todos, y tendremos que seguirlo, de vida en vida, elevándonos
por medio del trabajo y las pruebas, hacia la paz y la felicidad.
La mejor virtud del alma humana es el sentimiento. Por él,
el ser humano consigue todo lo que es bueno, grande y bello, es
su fortaleza en la duda, su fuerza en la lucha y su consuelo en la
prueba.
Lo bueno y lo malo sólo se encuentra en nosotros en un
estado parcial y limitado. Sólo puede existir a condición de
encontrar su manantial y su principio en un ser que lo posee en
un estado superior. Esto es lo que han sentido instintivamente
todas las generaciones, todas las humanidades que descansan
bajo el polvo de las edades.
Dios es el Alma Universal, y toda alma humana es una
irradiación, una partícula creada por ella. Cada uno de nosotros
posee en estado latente, fuerzas emanadas de la fuente Divina y
puede desarrollarlas uniéndose estrechamente a la causa, de la
cual él es el efecto.
87
José Aniorte Alcaraz
Por la elevación de nuestros pensamientos y por nuestra
transformación interior, se produce una unión continua, una
fuerza moral, y un florecimiento de las virtudes ocultas que
existen en estado latente en nosotros; así es como consigue el
hombre su unión con el mundo superior.
El alma humana se ignora a sí misma, por falta de
conocimiento y de voluntad, dejando adormecidas sus facultades
interiores. En lugar de imponerse a la materia se deja dominar
por ella, y esta es la consecuencia de sus males, de sus pruebas y
de sus debilidades.
El Espiritismo llega aclarando todas estas cosas: nos dice
que ha llegado el momento de nuestro cambio, no se puede pedir
más tiempo; tenemos que recordar las palabras de Jesús: “No
podeos servir a dos señores, o estáis conmigo o contra mí”.
Tenemos que elevar nuestro pensamiento por encima de las
cosas terrenas. Es necesario conseguir nuestra transformación
moral para poder enseñar y transmitir la nueva revelación.
Son muchos los que creen que el Espiritismo es un medio
fácil de saber y descubrir todo, y esto es un gran error. Los
espíritus no están encargados de hacer nuestro trabajo, esto sería
muy cómodo, “sólo pedir y ser servidos”, evitándonos así el
esfuerzo de nuestro estudio, trabajo y merecimiento. Nuestro
pensamiento tiene que ejercitarse y elevarse, sólo así podremos
conseguir ayuda del mundo espiritual.
El Espiritismo nos enseña como conocer a los espíritus, a
fin de saber, por analogía, lo que seremos algún día. El
Espiritismo es una ciencia de observación y no una ciencia de
adivinación o de especulación. Lo estudiamos para conocer el
estado de la vida en el mundo invisible, y la relación que existe
entre los espíritus y nosotros.
Los espíritus más elevados, nos enseñan mucho, pero
dentro de los límites posibles, no se puede preguntar lo que no
pueden o no deben revelar: querer ir más allá es exponerse a
manifestaciones de espíritus ligeros, dispuestos siempre a responder a todo, y estos no nos merecen confianza alguna. Todo lo
88
Las Verdades del Espiritismo
que pueda esclarecernos algo sobre este asunto, contribuye al
desarrollo de la inteligencia y aumenta nuestro conocimiento,
para poder conocer mejor las leyes de la Naturaleza.
El mundo de los espíritus, la influencia que el plano
invisible ejerce sobre el visible y la relación que existe entre
ambos, es quizás la revelación más importante de nuestra
historia, es la revelación de un mundo nuevo, que al mismo
tiempo es más viejo que el nuestro. Este conocimiento nos lleva
a la solución de una multitud de problemas insolubles hasta
ahora; nos inicia en los misterios de ultratumba, que a todos nos
interesa, pues antes o después, cada uno de nosotros ha de llegar
a ese momento final, pero también hay otra utilidad más
positiva, y es la influencia ejercida por la fuerza que da el
conocimiento demostrativo de la vida espiritual.
El Espiritismo es la prueba patente de la existencia del
Espíritu, de su individualidad después de la muerte, de su
inmortalidad y de su verdadero futuro. Con esto se desmiente
con hechos y con pruebas, los dogmas creados por algunas
religiones, al respecto.
El Espiritismo se compone de dos partes: la parte experimental y de las manifestaciones, y la doctrina filosófica. En mi
experiencia personal, tengo que decir que estudié el Espiritismo
durante muchos años, sin conocer la parte experimental,
primeramente estudié su parte doctrinaria y filosófica, y con este
estudio encontré una razón, una luz, una transformación para mi
vida, que hasta entonces había estado en las sombras y en la
duda. El fenómeno lo conocí más tarde, años después, cuando se
manifestó en mí sin yo haberlo buscado.
Todos los días me encuentro con personas que no han
sentido ni han visto nada, hablando de la parte experimental, y
sin embargo, creen tan firmemente como puedo creer yo, únicamente por el estudio que han hecho de la parte filosófica.
En un principio, en la historia del Espiritismo, fue
necesario el fenómeno, con mucho ruido y llamada de atención,
pues una idea nueva tenía que ser anunciada, para darse a
89
José Aniorte Alcaraz
conocer. Hoy, el fenómeno de las manifestaciones es sólo un
accesorio. La doctrina, la ciencia, se encuentran en los libros
espíritas que podemos estudiar a fondo, seguro que en ellos
podemos encontrar todo aquello que pueda satisfacer nuestras
aspiraciones interiores.
Entre la Doctrina Espírita y las otras filosofías hay una
gran diferencia: unas son obra de los hombres, más o menos
esclarecidos, pero el Espiritismo es una obra de Espíritus de
gran Elevación; no es la obra de ningún hombre.
El Espiritismo no es un descubrimiento de hoy ni de ayer,
sus principios se pierden a través de los tiempos, sus huellas se
encuentran en todas las religiones y creencias de los pueblos.
Estos hechos mal interpretados, con las ideas supersticiosas de
la ignorancia y por la incomprensión, han sido utilizados
equivocadamente, creando un rechazo temeroso hacia ellos.
En la antigüedad, el estudio del fenómeno mediúmnico,
era un privilegio de ciertas clases, y no los revelaban más que a
los iniciados en sus misterios. Más tarde la persecución religiosa
se hizo intolerante con aquellos que hacían uso de estas
prácticas, los cuales eran declarados hechiceros, y quemados en
la hoguera.
Ahora el Espiritismo da una explicación lógica de los
hechos; el conocimiento más completo de la naturaleza de los
espíritus, de su misión y de su modo de vivir y obrar, la
revelación de nuestro estado futuro, la gran importancia que
tiene nuestra forma de vida en este mundo y la repercusión que
tiene en el otro, para nuestro Espíritu.
La Doctrina Espírita no está enseñando nada nuevo, sus
fragmentos se encuentran en la doctrina de los filósofos de la
India, Egipto, Grecia… y se completa en las enseñanzas de
Cristo.
Los principios básicos de todas las religiones, todos son
buenos, proceden de la misma fuente. Los hombres son quienes
han manipulado y han alterado esa fuente, conscientemente o
inconsciente, dando como origen unas enseñanzas falseadas, con
90
Las Verdades del Espiritismo
principios alterados, a personas que han confiado plenamente en
ellos.
El Espiritismo no es responsable de los abusos que se
cometan en su nombre, con fines o no, particulares, como
tampoco la Iglesia es responsable de los abusos cometidos por
los sacerdotes en su ministerio.
Por su naturaleza y novedad, el Espiritismo puede
prestarse a ciertos abusos, pero también tiene los medios de
reconocerlos; definiendo claramente su verdadero carácter, y
rechazando desde sus bases a todos los que lo exploten o lo
separen de su objetivo, exclusivamente moral, haciendo de él un
instrumento de adivinación o de fútiles investigaciones. Sus
principios y sus límites están escritos y bien expresados en los
seis libros codificados por Allan Kardec; en ellos está lo que se
acepta o lo que se rechaza, y las malas interpretaciones que de él
se puedan hacer, son responsables aquellos que sin estudiarlo
detenidamente, lo juzgan y lo utilizan equivocadamente, sólo
por las apariencias.
Esta Doctrina de hoy, es un ideal ilustrado, propio de este
siglo, su rápida propagación se debe a la avanzada y extensa
divulgación que se hace a través de los libros y otros medios.
Este conocimiento destruye las ideas supersticiosas, porque
demuestra la verdad o la falsedad de las creencias primitivas y
los absurdos que la ignorancia y los mal interpretados
fenómenos han ocasionado. Lo sobrenatural desaparece a la luz
del conocimiento, igual que el paganismo desapareció a la luz
del Cristianismo.
Con el conocimiento de las leyes espíritas, podemos
comprobar que la comunicación con el Espíritu de alguien que
ha muerto, está dentro de una ley natural. El Espiritismo rechaza
totalmente, todo efecto maravilloso, es decir, fuera de las leyes
naturales, ni hace milagros, ni prodigios, pero enseña que en
virtud de una ley natural, ciertos efectos tomados hasta hoy
como milagros, sólo son hechos naturales dentro de estas
mismas leyes.
91
José Aniorte Alcaraz
Los fenómenos espíritas tienen por agente, inteligencias
independientes, dotadas de libre albedrío, que no se someten a
nuestros caprichos, así como tampoco se someten a nuestros
procedimientos de laboratorio y a nuestros cálculos, por tanto la
ciencia no puede encontrarlos.
El Espiritismo es una cuestión de creencia personal, que
no puede depender de la asistencia a una asamblea o de los
descubrimientos de un laboratorio. Esta es una creencia que se
apoya en la existencia de los espíritus, en los razonamientos y en
los hechos. Yo me inicié en esta doctrina después de haberla
comprobado y examinado detenidamente, hace de esto 57 años.
El Espiritismo cambió mi vida por completo, ha hecho que me
sienta feliz, compartiendo esta felicidad con mis semejantes y
ahora, llego al fin de mi existencia dando gracias a mi querido
Maestro Jesús, por haber permitido que mi espíritu haya podido
servirle, en mi humildad y pequeñez.
Todos los espíritus tenemos el mismo origen y el mismo
destino; las diferencias que entre ellos existen sólo son debidas a
diferentes grados de adelanto.
El mundo corpóreo y el mundo incorpóreo se intercambian
continuamente. Con la muerte del cuerpo los espíritus vuelven al
mundo espiritual, para regresar más tarde, a través de la
reencarnación, a la vida física. En cada nueva existencia el
Espíritu hace un progreso más o menos importante, y así
lentamente se fortalece a través del sufrimiento, la experiencia y
finalmente con el conocimiento.
Los espíritus que componen la población invisible de
nuestro planeta, son el reflejo de nuestro mundo terreno. Los
habitantes de ese mundo invisible, tienen los mismos vicios y
virtudes que nosotros. Los hay sabios, ignorantes, mentirosos,
falsos, prudentes, burlones y mal intencionados. Cada uno habla
y se manifiesta según sus ideas y su opinión personal, por esto
no debemos dar crédito a todo lo que dicen los espíritus, sin
someterlo antes a un meticuloso examen, que nos muestre su
autenticidad.
92
Las Verdades del Espiritismo
El Espiritismo es una ciencia filosófica, la cual requiere
grandes estudios y observaciones, para poder distinguir la
verdad de la mentira, y obtener la moral necesaria para alejar de
nosotros a los espíritus malignos.
En cada nueva existencia, se corre un velo sobre nuestro
pasado, pero el Espíritu no pierde nada de todo el conocimiento
adquirido. De este modo al reencarnar nuevamente, trae consigo
las ideas innatas, sus conocimientos y su moralidad. Si durante
una existencia anterior el Espíritu ha mejorado, si ha sabido
aprovechar las lecciones de la experiencia, cuando reencarne de
nuevo, será instintivamente mejor, porque se ha robustecido en
la escuela del trabajo y del sufrimiento, y esto le da más
seguridad para realizar su trabajo y conseguir conocimientos
para asumir nuevos compromisos.
El Espiritismo no se impone a nadie, respeta las creencias
de los demás. La libertad de conciencia es una consecuencia de
la libertad de pensar, que es uno de los atributos más
importantes del hombre.
Toda creencia cuando es sincera y respeta el derecho de
pensar y creer de sus semejantes, es respetable y todos los
espíritas así deben de entenderlo. Toda creencia impuesta es
superficial, y sólo da una apariencia de fe que no es la fe sincera.
El Espiritismo expone sus principios a la vista de todos y cada
uno puede formar su opinión, con conocimiento de causa. Los
que lo aceptan, lo hacen libremente, porque no tiene secretos, ni
misterios y está abierto a cualquier investigación.
Los fundamentos de la Doctrina Espiritista, están en la
existencia de un mundo invisible, formado por seres incorpóreos
que pueblan el Espacio, y que son los mismos seres que han
vivido antes en la Tierra o en otros planetas, que tras la “muerte”
siguen viviendo. Estas son las almas que nosotros designamos
con el nombre de espíritus; viven también entre nosotros y
ejercen una gran influencia en todos los seres humanos,
desempeñan un papel muy activo en el mundo espiritual, y
también en el físico. La influencia de los espíritus y sus ideas
93
José Aniorte Alcaraz
están en la Naturaleza y se puede decir que es una potente fuerza
que influye significativamente en los destinos del mundo. Los
fenómenos tienen su origen en el plano invisible, y se han
producido en todos los tiempos. La historia de todos los pueblos,
han atribuido a estos fenómenos causas más o menos fantásticas,
y bajo este concepto han dado curso a su imaginación.
El Espiritismo ilumina y aclara una multitud de cuestiones
hasta hoy irreconocibles o mal comprendidas; así es que su
verdadero carácter es el de una ciencia y no el de una religión.
Sus principios son independientes de toda cuestión dogmática, y
sus consecuencias morales están reflejadas en la doctrina y
enseñamientos de Jesús; porque de todas las doctrinas, el
Cristianismo es la más digna y más pura, y por esto, de todas las
sectas religiosas del mundo, los cristianos son los más aptos para
comprender el Espiritismo en su verdadera esencia.
Ya hemos dicho que el Espiritismo no es una religión,
pero conduce sin duda alguna, a las ideas religiosas, las desarrolla en los que no las tienen y las fortifica en aquellos que
están vacilantes. Así pues la religión encuentra en él un apoyo y
un aliado para aquellos que la contemplan como la enseñó
Cristo.
El Espiritismo dilata y eleva las ideas, combate los abusos
engendrados por el egoísmo, la codicia y la ambición. Si no es
indispensable para la salvación, la facilita, fortificándonos en el
camino del bien. Es necesario ilustrarse y estudiar bien el
Espiritismo antes de participar en él. No se deben aceptar ideas
sin comprenderlas.
La ignorancia sobre los principios fundamentales es la
causa de las terribles equivocaciones que se cometen.
Si estudiamos el Espiritismo, nuestra vida será más fácil y
mejor, encontraremos una explicación lógica y convincente para
entender el porqué de nuestra vida, y esperanza para un futuro
mejor.
Los espíritus encarnados forman la humanidad del mundo
visible; cuando se produce la muerte del cuerpo físico, nueva94
Las Verdades del Espiritismo
mente se integran en el mundo espiritual o invisible, que
pueblan el Espacio, es un mundo en medio del cual vivimos sin
sospecharlo, y forma una gran población que vive junto a
nosotros. Tienen todas las perfecciones y defectos que tenían en
la vida terrena, pero no pueden ocultarlo porque está reflejado
en su imagen; experimentan sensaciones que son desconocidas
para nosotros, y ven y oyen cosas que nuestros limitados
sentidos no nos permiten ver ni oír. No podemos ocultarles
nada, porque leen en nuestros pensamientos como en un libro
abierto; se encuentran en todas partes, están entre nosotros, a
nuestro lado, y nos observan incesantemente, son los agentes de
diversos fenómenos, y desempeñan un papel importante en el
mundo moral.
Es una equivocación creer que los espíritus por el mero
hecho de haber dejado su cuerpo aquí en la Tierra tienen
sabiduría y conocimiento de las cosas, y esto no es así, cada uno
continua teniendo las mismas cualidades que tenía, con la gran
diferencia de que aquí podía ocultar su verdadera imagen, pero
allí no puede hacerlo porque en su cuerpo espiritual se refleja,
con total claridad, el estado moral y mental de su Espíritu.
De la misma manera que existen hombres de distintos
grados de saber y de ignorancia, de bondad y de perversidad, así
sucede también con los espíritus. Los hay ligeros o traviesos,
mentirosos, hipócritas, perversos y vengativos. También los hay
que poseen las virtudes más sublimes, y un grado de saber
desconocido en la Tierra.
Es necesario y muy importante, tener el conocimiento y la
preparación necesaria para poder entrar en contacto con los
espíritus, es una práctica muy peligrosa si no se hace con la
debida protección
Las reuniones que se ocupan en las manifestaciones
espíritas, no están siempre en buena disposición para obtener
resultados satisfactorios, en muchas de ellas se produce el
engaño y la burla por espíritus malintencionados, queriendo dar
una mala imagen al Espiritismo, pues hablan en su nombre. Su
95
José Aniorte Alcaraz
objetivo no es conseguido porque el carácter serio y los
principios del Espiritismo, no tiene ningún parecido con ese tipo
de manifestaciones.
Hay una idea falsa y generalizada sobre los espíritus, estos
no son como muchos creen; seres ensombrecidos e indefinidos,
ni llamas como las de los fuegos fatuos, ni fantasmas como los
de los cuentos, ni almas en pena en el purgatorio. Son seres
semejantes a nosotros, que como nosotros tienen un cuerpo, pero
este cuerpo es fluídico e invisible.
Hay tres cosas esenciales en el hombre: el alma o espíritu;
principio inteligente que dispone del pensamiento, la voluntad y
el sentido moral; el periespíritu, envoltura fluídica imponderable
y que sirve de lazo intermediario entre el Espíritu y el cuerpo; y
el cuerpo humano o envoltura material, que pone al Espíritu en
relación con el mundo físico.
La muerte no es más que la destrucción de la envoltura
material, que el alma abandona como la mariposa abandona su
crisálida; sólo que el alma sigue conservando su cuerpo fluídico
o periespíritu, y vuelve a integrarse en el mundo de la verdad y
de la eternidad, que es el mundo de los espíritus. Allí permanece
hasta que esté en condiciones de regresar nuevamente al mundo
físico, para continuar la evolución de su Espíritu.
La población humana de nuestro mundo, vive en medio de
otra población más numerosa pero invisible para nuestros ojos,
con la cual está en continuo contacto, y resulta que la una
reacciona incesantemente sobre la otra. Desde que hay hombres
hay espíritus, y estos se han manifestado siempre en todas las
épocas y en todos los pueblos. El Espiritismo ni los ha
descubierto ni los ha inventado. Si los espíritus se manifiestan a
los vivos, es un hecho natural, y siempre lo han hecho así.
En estos últimos tiempos, las manifestaciones de los
espíritus, han adquirido un gran desenvolvimiento y una imagen
de evidente autenticidad, porque así se decidió desde las Altas
Esferas para acabar con las dudas y la incredulidad que existe
sobre la existencia del mundo de los espíritus. Por esto se ha
96
Las Verdades del Espiritismo
permitido que por medio de pruebas evidentes, que los que ya
han dejado la Tierra, vengan a dar testimonio de su existencia y
revelarnos su situación.
La duda sobre la vida futura, hace mucho daño a la
estabilidad y al futuro de los seres humanos; esta situación lo
conduce a los goces del presente, y de aquí la excesiva importancia que se da a los bienes materiales, que despiertan en
nosotros sentimientos negativos como la envidia, la codicia, los
celos… La codicia provoca el deseo de adquirir bienes que ya
poseen otros, sin reparar en cualquier medio para conseguirlos, y
así se originan los odios y pleitos, las guerras y todos los males
provocados por el egoísmo.
Sin comprender nuestro presente y sin esperanza en el
porvenir, es muy natural que el hombre se desespere ante los
desengaños de la vida y las difíciles pruebas que tiene que pasar.
Si no tenemos en cuenta la vida futura, la vida presente será la
única y la más importante. En ella concentraremos todos
nuestros esfuerzos para gozar no sólo de los bienes materiales,
sino también de los honores, intentando destacarnos por encima
de otros y todo para satisfacer nuestra vanidad.
Cuando se cree en la vida futura y sus consecuencias,
cambia por completo nuestra forma de pensar y vemos las cosas
de manera diferente. Es como si rasgáramos un velo que cubría
un horizonte inmenso y luminoso. Ante lo infinito y grandioso
de la vida que existe en nuestro mundo invisible, desaparece la
vida terrestre, como un segundo ante un siglo. Es entonces
cuando nos damos cuenta y nos avergonzamos de haber dado
tanta importancia a cosas tan efímeras, pueriles e inútiles, por
las que hemos luchado, comprometido y atrasado nuestra
evolución espiritual. Entonces verdaderamente arrepentidos
pedimos a Dios una nueva oportunidad para pagar nuestras
deudas y emprender un nuevo camino que nos lleve hacia
nuestra transformación y el conocimiento de la verdad.
La evidencia del mundo espiritual que nos rodea y su
acción sobre el mundo corporal es la revelación de una de las
97
José Aniorte Alcaraz
fuerzas de la Naturaleza, y por lo tanto la clave de una infinidad
de fenómenos no comprendidos, tanto en el orden físico como
espiritual. Cuando la ciencia descubra la existencia de esta
nueva fuerza, desconocida hasta ahora, rectificará su conducta y
sus errores, que provienen de atribuirlo todo a la vida material.
Las verdades enseñadas por el Espiritismo, son viejas
realidades, que enriquecen con nuevos descubrimientos, porque
no es ahora que se ha descubierto, ni inventado a los espíritus.
Tampoco se ha descubierto ahora el mundo espiritual, en el que
se ha creído desde que el hombre existe. El Espiritismo se limita
a probar con hechos materiales lo que hasta hoy ha sido negado
o ignorado, y lo hace presentándolo bajo una realidad innegable,
sin temores ni preocupaciones, ni ideas supersticiosas que
provoquen el miedo, la duda y la incredulidad.
A través de un estudio profundo y por la comunicación
permanente establecida con el mundo invisible, el Espiritismo
ha venido a confirmar las grandes tradiciones del pasado, las
enseñanzas de todas las religiones y filosofías elevadas sobre la
inmortalidad del Ser, y la ley de la evolución a través de las
vidas sucesivas. La Doctrina Espírita ha dado sobre estos puntos
una noción definitiva. Lo que hasta entonces no era más que
suposiciones y especulaciones del pensamiento, ha llegado a ser
un hecho real y comprobado. La vida futura se ha revelado con
sorprendente realidad, la muerte ha perdido su espantoso
aspecto, y el Cielo y la Tierra se han aproximado, porque en
realidad sólo existe un mundo.
98
Las Verdades del Espiritismo
VIII
LA EVOLUCIÓN DEL ESPÍRITU A TRAVÉS DEL
HOMBRE
El libro de los Espíritus, en el capítulo primero, su primera
pregunta es: ¿Qué es Dios? –Dios es la Inteligencia Suprema,
causa primera de todas las cosas.
Hay quien pregunta si existe Dios, y yo digo: La Creación
dice que sí, y cada religión lo define a su manera, han creado un
dios pequeño, al alcance de la idea del hombre y de su
raciocinio.
El Universo no tiene principio ni fin. Dios es el Alma de la
Creación y la Creación es Dios.
El Espíritu cuando está preparado para formar parte de la
humanidad, es como un libro en blanco, y el progreso que a
través de los siglos está alcanzando, es el encargado de escribir
sus páginas.
Dios crea los mundos de trabajo para la evolución del
Espíritu, y nosotros creamos los mundos de dolor para nuestro
propio sufrimiento.
El Espíritu no ha nacido para la contemplación estática, ha
recibido la inteligencia para utilizarla en su propia elevación, y
poco a poco, con trabajo, esfuerzo, renuncia y sacrificio, alcance
los méritos necesarios para vivir en un mundo mejor, siguiendo
su ascensión hasta conseguir su redención.
En el hombre hay un principio de origen divino porque su
Espíritu es un átomo creado por la voluntad de Dios, el hombre
lleva en él, el germen del progreso y desde su principio a través
de los mundos y las sucesivas existencias, adquiere cierta
sensibilidad, que le hace sentir el hambre, la sed, el frío y el
calor, y en este lento desarrollo, el alma, educada por ella
misma, va mejorando la condición de su existencia, cambiando
su forma de vida.
99
José Aniorte Alcaraz
El ser humano llega a ser un hombre civilizado, que
comprende y siente la necesidad de elevar su Espíritu, para
sentirse mejor. La vida así tiene una tendencia racional hacia la
perfección; tiene un desarrollo que está en sintonía con las leyes
de la evolución, porque los árboles primero se cubren de hojas,
después de flores y finalmente dan el fruto; todo tiene su tiempo
determinado para su progreso.
La Naturaleza nos enseña que el trabajo es una ley de vida,
sin el trabajo no existe el progreso y sin el progreso no existe
evolución. ¡Sin la evolución, no existiría la vida!
El progreso es la gran obra de los siglos, pues yo no creo
en la ley de la gracia o el perdón, creo en la ley de la Justicia
Divina, que da a cada uno según sus obras. Lo que no se gana no
se obtiene y es más razonable la perfección del Espíritu
conseguida con su trabajo y esfuerzo que la eterna felicidad del
alma por el perdón y la gracia, sin trabajo y esfuerzo para
conseguirlo.
Los brujos del pasado, quemados en las hogueras, son los
librepensadores, los racionalistas de hoy, y por medio de la
comunicación de los espíritus, encontramos y conocemos la ley
de continuidad. El Espiritismo tiene opositores, porque es una
filosofía científica que no ha sido bien estudiada, y de la cual se
apoderan algunos charlatanes haciendo mal uso de ella. Pero
comentada, estudiada y analizada, se encuentra en ella, la lógica,
la razón y la verdad, sin ningún secreto o misterio.
Según la doctrina católica, el alma es independiente de la
materia, y es creada del nacimiento de cada ser, sobrevive y
conserva su individualidad después de la muerte, desde ese
momento, su destino queda irrevocablemente fijado, no tiene
ningún progreso anterior, así que el intelectual y moral es para
toda la eternidad, lo que fue durante su única vida. Los malos
son condenados a un castigo, un sufrimiento eterno, porque el
dios vengador les niega la posibilidad de arrepentirse y reparar
el mal que han hecho. Los buenos son recompensados pudiendo
ver y contemplar continuamente a Dios en el cielo. Todos los
100
Las Verdades del Espiritismo
ángeles, son almas privilegiadas que sin ningún trabajo han
llegado al estado de perfección, simplemente porque su dios
caprichoso e injusto los ha escogido.
Esta doctrina deja sin contestar algunas importantes
preguntas, y sólo haré alguna de las mil que podría hacer:
¿Porqué nacen seres buenos y malos, inteligentes o idiotas, cual
es la suerte de los cretinos y de los idiotas, que no tienen
conciencia de sus actos, cómo se justifican las miserias y las
enfermedades no siendo el resultado de la vida presente, cual es
la suerte de los salvajes y de todos los que forzosamente mueren
en el estado de inferioridad moral en que se hayan, colocados
por la misma naturaleza, si no tienen posibilidad de progresar en
un futuro, porqué Dios crea a unos más favorecidos que a otros,
porqué nacen criaturas sin piernas o sin brazos?...
La Doctrina Espírita es la Tercera Revelación, y lo es
porque es la expresión más pura del Cristianismo Universalista,
es la religión de los espíritus, es la religión del futuro.
El principio inteligente es independiente de la materia, el
alma individual preexiste y sobrevive al cuerpo. Todas las almas
son creadas iguales y están sometidas a un progreso indefinido.
No existen espíritus privilegiados, ni más favorecidos unos que
otros. Los ángeles son espíritus que han llegado a la perfección
por sus propios merecimientos, pasando primero, como todas las
criaturas, por los mundos inferiores para avanzar con el trabajo y
el sacrificio hacia el estado de perfección que hoy tienen. Los
espíritus progresan más o menos deprisa, en virtud de su libre
albedrío, mediante el trabajo y el ejercicio de su voluntad.
La vida espiritual es una consecuencia de la vida material.
El Espíritu progresa en el mundo material y se prepara para la
vida corporal en el mundo espiritual; las vidas físicas son
necesarias para que el Espíritu alcance cierto grado de
perfección. Esto lo consigue con el trabajo y muchas otras
dificultades que tiene que enfrentar, obligado por sus propias
necesidades, con esto adquiere conocimientos y experiencias
necesarias para su evolución. Sería imposible adquirir esto en
101
José Aniorte Alcaraz
una sola existencia, por lo que regresamos a la Tierra con un
nuevo cuerpo, todas las veces que sea necesario, y con los
conocimientos y experiencias conseguidos en sus anteriores
existencias, cada vez regresamos con más disposición para el
trabajo y la renuncia a las pasiones materiales, el despertar del
alma dispuesta al sacrificio, ya es un sentimiento interior que
cada vez se manifiesta con más fuerza. En este estado llega el
momento de su regreso al mundo de la verdadera vida; su
Espíritu deseoso de conseguir su transformación se prepara
siguiendo religiosamente la orientación de sus superiores,
cuando él se siente seguro y preparado pide una nueva
oportunidad, para realizar un trabajo de renuncia y sacrificio,
una misión por la que si fuese necesario daría su propia vida.
Paciente espera esa nueva oportunidad durante muchos años, sin
dejar por esto su trabajo en el mundo espiritual. Finalmente sus
mentores lo llaman y le dicen: “Hijo mío, ha llegado el
momento, tenemos que realizar un importante trabajo, hay que
abrir nuevos horizontes para dar a conocer una nueva idea,
necesaria para el progreso de la humanidad, confiamos en ti,
regresa a la Tierra con la bendición de nuestro Maestro Jesús.
Nosotros siempre estaremos contigo y nuestra ayuda nunca te
faltará”.
Todos los habitantes de este planeta, salvo excepciones,
somos “verdugos” del pasado, que regresamos de nuevo, unos
como víctimas y otros para ayudar de alguna manera a nuestras
víctimas de ayer, así que nadie tiene el derecho de considerarse
superior a su semejante.
El Cristianismo y el Espiritismo, que en sus bases o
principios tienen el mismo ideal, influye en la transformación
interior del ser humano para alcanzar la elevación del Espíritu,
venciendo finalmente al hombre viejo, que durante tantos
milenios nos domina y nos arrastra con sus pasiones.
Con nuestra transformación nace el hombre nuevo, el
hombre del futuro, humilde, tolerante y caritativo. El verdadero
espírita debe reunir estas condiciones, hay que divulgar la
102
Las Verdades del Espiritismo
doctrina con el ejemplo, como han hecho los que nos han
precedido: Allan Kardec, Amalia Domingo Soler, José María
Fernández Colavida, Miguel Vives, Adolfo Becerra de Menezes,
Francisco Cándido Xavier y muchos más que podrían servirnos
de ejemplo.
Allan Kardec, nos dice: “Conoceréis al verdadero espírita
por su transformación”. Para divulgar el Espiritismo, debemos
tener una fuerza moral que sólo se consigue aplicando a
nosotros mismos aquello que damos como ejemplo para los
demás. Cierto día me preguntaron: ¿Cómo se conoce hoy a los
falsos profetas? Es muy fácil; son aquellos que con mucha
elocuencia repiten palabras sacadas de los libros, pero no creen
en ellas ni practican lo que dicen, engañándose con esto a ellos
mismos.
Todos los espíritas sabemos y conocemos los principios
del Espiritismo, y por esto tenemos la responsabilidad de
controlar nuestros actos o forma de vida, de ser humildes para
poder comprender a nuestros semejantes, antes que ellos nos
comprendan a nosotros, y dar preferencia a los bienes espirituales, que serán los únicos que nos acompañen en nuestro viaje
de vuelta a la verdadera patria, al Mundo Espiritual.
El Espiritismo como ciencia está en condiciones de
estudiar y enseñar la verdad suprema, está llamado a regenerar
el mundo, esclareciendo las mentes de los hombres para que
comprendan las sublimes verdades que enseña, hasta que la
creencia y la razón no pronuncien otro credo religioso más en
armonía con la grandeza de Dios; hasta entonces seremos
cristianos-espíritas, racionalistas y libres pensadores. Teniendo
este conocimiento, ya es hora de despertar de nuestro sueño y
vivir en la realidad.
La noche ha pasado y un nuevo amanecer resplandeciente
nos espera; rechacemos para siempre las obras de las tinieblas y
empuñemos las armas que tiene que usar el Espiritismo: la
humildad, la caridad y la fuerza de voluntad para conseguir
nuestra transformación interior, para que nuestra conducta y
103
José Aniorte Alcaraz
forma de vida pueda servir de ejemplo para aquellos que nos
escuchan.
Los espíritus encarnados constituyen el mundo visible o
corporal, y los desencarnados, el mundo invisible o de los
espíritus. El Espíritu con la muerte del cuerpo físico, recuperan
nuevamente su libertad.
El hombre tiene dos naturalezas; por el cuerpo siente la
influencia de la naturaleza animal, cuyos instintos posee, y por
el alma siente la necesidad de liberarse de esa naturaleza animal.
El periespíritu o lazo de unión entre el cuerpo y el Espíritu,
es una especie de cuerpo fluídico semi-material, adaptable a las
necesidades del Espíritu. Cuando el cuerpo físico muere el
Espíritu conserva el cuerpo etéreo, invisible para nosotros en
estado normal y que puede ser visible en algunas circunstancias,
y hasta tangible como sucede en el fenómeno de las apariciones.
El Espíritu no es un ser abstracto e indefinido que sólo se
puede definir con el pensamiento, por el contrario, es un ser real
que es apreciable en algunas ocasiones por los sentidos de la
vista, del oído y del tacto.
Las reencarnaciones o vidas corporales sucesivas, son
necesarias para el perfeccionamiento del Espíritu; a unos se les
impone como duras pruebas o dolorosas expiaciones, hasta que
rectifiquen su conducta; para otros, la reencarnación es una
misión.
Las relaciones con los espíritus son continuas, los espíritus
buenos nos animan para hacer el bien, nos fortalecen en los
momentos difíciles de nuestra vida, y nos ayudan a superar las
dificultades con valor y resignación.
Los espíritus malignos y malintencionados nos incitan al
mal, debilitan nuestra voluntad y se sienten contentos cuando
nos ven sucumbir y fracasar en nuestros buenos propósitos. El
ser humano niega lo que no ve claramente y su limitada
inteligencia no comprende, pero la ley del progreso sigue su
marcha, nada ni nadie puede detenerla; no quedando incompleto
o interrumpido cualquier estado evolutivo, por el fenómeno
104
Las Verdades del Espiritismo
llamado muerte, porque la vida del Espíritu continua y la ley del
progreso sigue su curso, y lo que no se ha podido realizar hoy,
se realizará mañana, en otras existencias. El Espiritismo llena la
gran necesidad que tiene el hombre de vivir siempre, y su
creencia le es necesaria para poder soportar con paciencia los
sufrimientos, contratiempos y aparentes injusticias de esta vida.
El Espiritismo tiene la explicación lógica y convincente
para hacernos comprender que el mal es una creación del
hombre y el bien es una bendición de Dios. El hombre crea su
propio destino y Dios nuestro Padre, concede a todos sus hijos,
la felicidad eterna cuando éstos tienen el merecimiento para ello.
Todo evoluciona, se transforma y perfecciona siguiendo la ley
de evolución que es una ley Universal.
El Espiritismo es la Tercera Revelación, es el Consolador
prometido por Jesús, y con él se cumplen las palabras del
Maestro: “Conoceréis la verdad y la verdad os libertará”.
Por medio del Espiritismo la humanidad ha de entrar en
una nueva forma de vida, en la del progreso moral, una
consecuencia inevitable de éste. Es muy importante propagar
con rapidez las ideas espiritistas, pero también es importante que
sus propagadores vivan y practiquen ese progreso moral;
recordemos siempre que una buena imagen vale más que mil
palabras.
Las religiones deben cambiar de rumbo y progresar como
progresa todo en la Creación, y seguir la marcha ascendente
modernizando las ideas. La humanidad ha tenido una infancia
muy prolongada; ya es hora de que entre en el periodo de la
madurez, de la fuerza, del entusiasmo, de que piense en su
futuro y trabaje para sí misma, que se instruya, que lea y que
investigue para saber de dónde viene, porqué está aquí y adonde
va. Conociendo nuestro pasado, tendremos más seguridad, más
confianza en nuestro porvenir.
El tiempo hace que el hombre avance, y algunos ya sienten
la noble aspiración del progreso, y esto porque la humanidad
científica ya no acepta los fanáticos y absurdos religiosos,
105
José Aniorte Alcaraz
convencida de que la razón no ha sido el patrimonio de los
dogmas religiosos. El espírita verdadero, el que aplica a su
forma de vida, aquello que enseña a los otros, cree en el
progreso del Espíritu, y está completamente convencido de que
aún es el ser más pequeño de la Creación, es decir, el hombre en
su estado embrionario, porque si nuestro Espíritu tuviese más
lucidez, habría más ternura en nuestro corazón, y no tendríamos
que vivir en un mundo donde el más fuerte, el más poderoso,
ataca, destruye y asesina impunemente al más débil para
arrebatarle algo que él ambiciona. Aún somos muy pequeños
cuando habitamos en un planeta tan inferior. Los espíritas no
nos creemos sabios pero estamos agradecidos a la providencia,
porque ya hemos visto un rayo de luz, y por esto nos esforzamos
en conseguir nuestra transformación interior, en ser útil a
nuestros semejantes, y humildes servidores de nuestro querido
Maestro Jesús.
Pobre, débil y orgulloso es el que pretende engrandecerse,
creyéndose superior a los demás. Este planeta necesita conocer
las grandes verdades que los buenos espíritus nos revelan, para
que pueda ser el faro que oriente a las nuevas generaciones.
Las bases del Espiritismo están fundamentadas en la moral
de Cristo, que es la moral de Dios; es la ley Eterna promulgada
en todos los tiempos por legisladores divinos que le han hablado
a las humanidades en el lenguaje apropiado a su respectivo
adelanto.
La idea de la eternidad del alma, es una idea instintiva que
tiene el hombre desde que empieza a vivir y pensar como ser
humano. Durante muchos milenios esta idea se desarrolla con
fuerza y el hombre busca en las religiones el alimento necesario
para satisfacer sus necesidades, y de momento lo consigue, pero
pasado un tiempo comprende que el alimento que tomó no es
suficiente, y continuando hambriento tiene tres opciones: 1ª
Seguir en la religión aceptando sus condiciones y dogmas, sin
pensar en nada más. 2ª Abandonarlo todo, desengañado, y vivir
la vida despreocupadamente. 3ª Seguir buscando e investigando
106
Las Verdades del Espiritismo
hasta encontrar una explicación convincente que nos haga
comprender las desigualdades de esta vida y la razón de la vida
y de la muerte.
Jesús hace dos mil años, nos prometió que cuando llegara
el momento, nos mandaría el Consolador que explicaría todas
las cosas, reconoceríamos todas las verdades y se acabarían
todos los misterios.
El Espiritismo nos da la prueba material de la existencia
del ser espiritual, de su supervivencia, de la inmortalidad y de su
individualidad; precisa y define lo que en este pensamiento
había de vago y dudoso, y nos muestra el ser inteligente en
acción, independiente de la materia. Todos los espíritus tienen el
mismo punto de partida, todos son creados iguales, con igual
actitud para progresar, mediante su actividad individual,
utilizando su libre albedrío y su voluntad, para alcanzar por su
propio esfuerzo el progreso deseado.
El principal objetivo de la misión de Jesús, fue enseñar a
los hombres, con su propio ejemplo, que la verdadera vida no
está en la Tierra, está en el mundo de los espíritus, y para
conseguir vivir en el Reino de los Cielos que Él nos prometió,
debemos seguir el camino que con tanto sacrificio él mismo
siguió. Sin embargo, no lo dijo todo y aún así, dijo muchas
verdades encubiertas con parábolas porque según él, la
humanidad de entonces no estaba preparada para entender el
sentido de sus parábolas.
El Espiritismo es ahora la clave que explica fácilmente
todo lo que Jesús en aquella época no podía explicar. El
Espiritismo es la nueva ciencia que viene a revelar a los
hombres, con pruebas irrecusables, la existencia y la naturaleza
del mundo espiritual y sus relaciones con el mundo corpóreo;
esta revelación no es algo sobrenatural, pero sí que es el
reconocimiento de una de las leyes inmutables que obran en la
naturaleza, y que producen una multitud de fenómenos
incomprensibles hasta ahora, y tenidos como fantasías negadas
rotundamente por las personas “sensatas”.
107
José Aniorte Alcaraz
Tenemos que respetar todas las creencias religiosas,
siempre que respeten la libertad de pensar y practiquen lo que
enseñan, todas son buenas y necesarias, en un mundo tan
mestizado como el nuestro. Todas las religiones son puras en su
origen, y todas deben de unirse y respetarse porque siguen el
mismo camino y persiguen el mismo objetivo ¡La salvación del
alma! Y para esto debemos tener una moral elevada, una virtud
evangélica y una abnegación sin límites. Cuando los espíritas
reúnan estas condiciones, los hombres pacíficos, sin esfuerzo
alguno, aceptarán el Espiritismo como aceptarían cualquier
creencia que los consolara, que los elevara y les diera los
conocimientos suficientes para saber de dónde vienen, porqué
están aquí y adónde tienen que ir.
La Doctrina Espírita es la más consoladora, racional y
convincente, porque no ha sido fundada por ningún hombre, ha
sido revelada por Espíritus Superiores, por esto podemos decir
que el Espiritismo será la religión del porvenir, y lo será por
consecuencia lógica, porque en ella está la ley del progreso, sin
violencias, sin imposiciones, con plena libertad de pensar y con
un sentimiento fraternal con las demás religiones. Así el
Espiritismo irá extendiendo sus enseñanzas, despertando la
atención de muchos indiferentes y la curiosidad de otros.
Jesús, en el tiempo en que vivimos es la primera figura de
la vida, del sentimiento, de la abnegación y del sacrificio.
Desgraciadamente el enviado de Dios no fue comprendido; y la
religión que ha querido representar el Cristianismo, siempre ha
puesto barreras impidiendo el desarrollo de tan sublime ideal.
El mártir del Gólgota no vino para levantar templos ni
altares, vino a inspirarnos el sentimiento de la fraternidad
universal, la armonía social y la unión entre todos los pueblos y
razas.
Ya es hora de que los religiosos, mal llamados defensores
del Cristianismo, reconozcamos nuestros errores. “¡Dios mío,
ten piedad de nosotros! En tu nombre hemos hecho guerras,
incendiado pueblos, esclavizado a sus habitantes; falseando y
108
Las Verdades del Espiritismo
utilizando el nombre del Nazareno. ¿Todas estas atrocidades no
son suficientes para que bajemos de nuestro falso pedestal,
dando a conocer el verdadero sentido del Cristianismo?” Yo así
lo creo y siento que en mi pasado, en otras existencias, de
alguna manera, desde esta misma iglesia he participado en estas
horrorosas acciones. Muchos de nosotros, quizás estemos en
esta misma situación; viejos sacerdotes del pasado, ahora como
espíritas, con el compromiso de divulgar la verdad, aunque
tengamos que sacrificar y renunciar a muchas cosas de esta vida,
porque en nuestro pasado hemos utilizado la religión para
conseguir el poder y satisfacer nuestras ambiciones. Hemos
oscurecido las mentes de nuestros semejantes, para que no
pudiesen ver ni pensar; ahora como espíritas, libres pensadores,
tenemos el compromiso y el deber de esclarecer las mentes,
revelando la verdad sobre el Cristianismo, y el mundo espiritual
se movilizó para que se diese cumplimiento a esta misión.
El Espiritismo es una ciencia renovadora y progresista, y a
los verdaderos espíritas, se les conocerá por su transformación
moral y espíritu de sacrificio. Por todo esto debemos ser
cuidadosos y no crear nuevos dogmas dentro del Espiritismo con
el fenómeno, que en un principio fue necesario para
manifestación de los espíritus pero hoy ya no lo es, porque
tenemos suficientes manifestaciones de Espíritus Mayores que
nos revelan las realidades del mundo espiritual y la perfección
de sus leyes inmutables, que con justicia da a cada uno según su
merecimiento, y la ayuda necesaria cuando está en condiciones
de recibirla.
El culto a las imágenes es necesario aún para ciertas
personas y cada cual debe tomar el alimento que pueda digerir,
pero los espíritas tenemos el deber de divulgar la verdad sobre el
espiritismo y el Cristianismo, y tenemos la obligación de vivir
como verdaderos espíritas y verdaderos cristianos.
El Espiritismo es el encargado actualmente de decir que
grandes cambios se están dando en nuestro planeta, necesarios
para que se pueda vivir una era de paz, porque Cristo es el
109
José Aniorte Alcaraz
precursor de ella. Él es la luz que debe guiarnos. Su predicación
se repite en nuestros días, y nuevos apóstoles anuncian esta
buena nueva diciendo: “La redención, la justicia y la verdad será
la luz que ilumine a todos los hombres y mujeres que reúnan las
condiciones necesarias para continuar viviendo en este planeta,
que será un mundo de Regeneración.
El Cristianismo es la fuente de donde emana la Doctrina de
los Espíritus: el Espiritismo. Fuente inagotable de sabiduría, que
esparce por el mundo aquello que éste necesita para encontrar
paz y sosiego. El mundo necesita de principios moralizadores
que le conduzcan hacia el camino Divino, a través de la practica
del bien y el amor. El Cristianismo posee los fundamentos para
que el mundo se regenere y cambie su estado actual hacia un
estado de pensamiento en continua armonía con Dios. Si las
religiones actuales se manifestaran con los mismos principios
cristianos, en su pureza, el mundo que tenemos hoy sería el
mundo o la humanidad que esperamos para el mañana.
En los años que sucedieron a la muerte de Jesús, todo fue
muy confuso; no existía un testimonio escrito de cuanto él nos
legó con palabras. Su obra estaba en el corazón de todos los que
le seguían, pero su testimonio no tenía apoyo material de las
personas, sino un apoyo moral. Pasado el tiempo, más tarde, se
quiso restablecer su palabra y sus hechos, así que comenzó a
aparecer el interés y la dedicación por parte de los apóstoles.
Las palabras de Jesús llegaron a mostrar la grandeza y
sabiduría que puede haber en la conducta del hombre, siguiendo
los pasos marcados por él. Jesús completó un ciclo en la
humanidad, y consiguió que hoy 2000 años después, su ejemplo
viva en los corazones de casi toda la humanidad.
Las personas viven en su hipocresía, adaptando lo divino a
lo humano, renunciando a la vida de abnegación para entregarse
al dominio social actual. Sin embargo, en los momentos de
recogimiento y necesidad, el hombre piensa en lo divino y cree
en la superioridad y grandiosidad de Dios, como Nuestro Padre
Celestial.
110
Las Verdades del Espiritismo
El dominio social, un día perderá su poder, dando su
verdadero valor a la palabra de Dios, la que siempre nos
consuela y nos ayuda en nuestras desesperanzas. El Cristianismo
enseñado a través del Espiritismo, mediante la comunicación de
los Espíritus Superiores, es la luz que tiene que desvanecer las
sombras de este mundo; viene a quitarnos el tupido velo que nos
impide ver y saber qué significado tiene nuestra vida y nuestra
muerte, el porqué se viene a la Tierra en condiciones tan
diferentes unos de otros, viene a darnos la esperanza de una vida
mejor, y a recordarnos las consoladoras palabras del Maestro
Jesús: “Bienaventurados los que sufren porque ellos serán
consolados”.
La elevada moral del Espiritismo y su sana lógica,
descansa en hechos prácticos y convincentes. Tiene que
envolver a todo el mundo con sus fluidos bienhechores, y con
ese fluido despierta en el hombre el deseo de sacrificarse por su
ideal. Con esta fe, cuando cae un ser al abismo, tiene fuerzas
para levantarse y seguir luchando para conseguir su fin, este
fluido llamado esperanza, fortalece nuestra fe, confiando y
creyendo en nuestro porvenir.
El Espiritismo es como una fuente de agua cristalina donde
todos los sedientos pueden saciar su sed, todos los que han leído
en este gran libro llamado Espiritismo, que va aumentando su
volumen, a medida que la humanidad avanza en la luminosa
senda de su progreso espiritual. Sus profundas verdades han
convencido a muchos escépticos, porque han encontrado en esta
Doctrina el ancla salvadora que puede salvar del naufragio a esta
humanidad, ya bastante debilitada por su ateísmo o indiferencia.
Por esto es tan importante y necesario divulgar con todo empeño
el Espiritismo, para poner fin a la superstición, al fanatismo y a
la indiferencia, plagas que están invadiendo este mundo.
111
José Aniorte Alcaraz
IX
LA NUEVA ENSEÑANZA
Con el Espiritismo, desde hace ciento cincuenta y dos
años, llegó una luz para iluminar los caminos. El Espiritismo no
vino a descubrir nada nuevo, puesto que los espíritus y su
mundo existen desde el momento que la Tierra tuvo vida
humana. Pero es innegable que con él empezó el advenimiento
de una enseñanza nueva, libre de toda forma oscura o simbólica
y fácilmente comprensible para los más humildes.
Esta enseñanza puede satisfacer a todas las clases sociales,
pero se dirige principalmente a los que padecen, a los que
soportan una abrumadora tarea o penosas pruebas, a todos los
que en los momentos difíciles de su vida, tienen necesidad de
una fe profunda que los sostenga en sus trabajos y en sus
dolores.
Se dirige también a esa multitud de seres humanos, que se
han hecho incrédulos y desconfiados ante todos los dogmas y
creencias religiosas, porque sienten que durante muchos siglos
han sido engañados y manipulados sin ningún escrúpulo. Ahora
con esta nueva enseñanza que prueba a la luz del día, sin
misterios, la realidad y la verdad de sus fundamentos, ofrece una
nueva oportunidad a todos los que desengañados, aún sienten la
necesidad de progreso y de encontrar un ideal nuevo que ejerza
una acción regeneradora para llenar el vacío que ahora tienen.
La enseñanza espírita responde a todas las necesidades del
ser humano, necesidades que ninguna otra doctrina ha podido
satisfacer hasta ahora. Con la ley de las existencias sucesivas
nos muestra la justicia perfecta que rige el destino de todos los
seres humanos. Con esta ley ya no hay privilegios ni gracias
concedidas a cambio de donaciones. Los méritos y las virtudes
adquiridas con nuestro esfuerzo y sacrificio son los únicos
valores que encontramos después de la muerte.
112
Las Verdades del Espiritismo
La muerte pierde de este modo el carácter feo y aterrador
que hasta ahora se le ha atribuido. Ya no es la figura que
atemoriza hasta los más valientes; su presencia nos anuncia un
renacimiento, una de las condiciones indispensables para el
desarrollo y engrandecimiento de nuestro Espíritu. Todas nuestras existencias se eslabonan y forman una cadena. La muerte es
el pasaje de una existencia a otra; para el hombre de bien es la
puerta que se abre hacia un mundo mejor.
La enseñanza de los Espíritus Elevados, aumenta nuestro
conocimiento y reafirma la elevación de nuestros sentimientos.
Nos hacen mejores y más fuertes en el empeño que tenemos
para conseguir nuestra transformación. Así se revela la ley de la
fraternidad y solidaridad, que deberá unir a todos los seres y a
todos los pueblos; y estos sentimientos nos dan nuevas fuerzas
contra los desfallecimientos, las tentaciones y los malos
pensamientos. Sin fe en el porvenir, el hombre fija forzosamente
toda su atención en el presente y en los goces que éste puede
ofrecer, y nunca está dispuesto a sacrificar su personalidad, sus
intereses, su forma de vida, y sus gustos en provecho de sus
semejantes.
Con estos sentimientos, el ser humano, se rebaja hacia un
estado inferior, se deja dominar por el egoísmo, con un deseo
incontrolado de conseguir bienes materiales para satisfacer sus
pasiones y su orgullo.
La creencia en la inmortalidad, es el único lazo que puede
unir a los hombres de buena voluntad. La duda y la negación
que sufre esta sociedad, es consecuencia de preconceptos
religiosos pertenecientes al pasado. El Espiritismo nos devuelve
la fe, apoyándose sobre bases nuevas e indestructibles, porque
tiene una superioridad moral, porque es la doctrina de los
espíritus; ella nos enseña que cualquiera que sea nuestra
condición en este mundo, estemos viviendo en la miseria o en el
dolor, careciendo de ventajas físicas o de brillantes facultades,
nunca somos víctimas de la mala suerte, sencillamente sufrimos
las consecuencias de nuestras obras; actos y hechos anteriores.
113
José Aniorte Alcaraz
Debemos aceptar nuestra suerte con paciencia, confiando en la
justicia Divina y en el amor de Dios. Con este conocimiento, el
hombre comprende, por fin, el objeto de su vida; ve en ella un
medio de preparación y de reparación, y deja de maldecir a su
destino y de acusar a Dios.
La transformación moral es un sentimiento que cambia por
completo la personalidad del ser humano y es necesaria, es
imprescindible para formar parte de la futura humanidad de este
planeta.
Durante nuestro tiempo se ha debatido, y aún hoy se está
haciendo, sobre la necesidad de preparar a la juventud, con más
recursos universitarios, más cultura y más capacitación, para
poder competir y participar en los mercados internacionales:
esto está bien y es necesario, pero dicha instrucción sin la
enseñanza moral, es impotente y estéril. Es necesario hacer del
niño, una persona adulta que conozca sus deberes, como conoce
sus derechos. No es sólo necesario desarrollar las inteligencias,
hay que formar los caracteres, fortificar las almas y las
conciencias.
Los conocimientos deben ser completados con las luces
que iluminan el porvenir y nos marcan nuestro destino. Para
formar una humanidad nueva, es necesario formar hombres
nuevos y mejores. El orden social nunca valdrá más ni será
mejor, si nosotros no somos mejores. Esta educación no puede
conseguirse con dogmas anticuados, con doctrinas muertas,
sobre creencias de superficie y apariencia que no tienen ya
ninguna influencia sobre las almas.
La humanidad ya no quiere símbolos, ni dioses de madera,
ni leyendas misteriosas; no quiere verdades veladas. Necesita de
una creencia verdadera, sin sombras y sin misterios, y esto sólo
puede encontrarlo en el Espiritismo, porque es una Religión
Universal. Esta Doctrina tiene las bases de la moral que el
hombre de hoy necesita, para llevar con fuerzas y dignamente
las pruebas de la vida, conocer sus causas, reaccionar contra
ellas y cumplir con el deber que la ley de las consecuencias le ha
114
Las Verdades del Espiritismo
impuesto para su propia felicidad.
Con este conocimiento, el hombre se siente más seguro,
sabe a donde va, sabe también que una justicia sabia y justa
gobierna el Universo, que todo está encadenado y que las
consecuencias de cada uno de nuestros actos, buenos o malos,
recaen sobre nosotros con el transcurso del tiempo. Este conocimiento es un freno para el mal y un poderoso estímulo para el
bien.
Con los mensajes de los espíritus y la comunicación de los
vivos con los muertos, tenemos una visión clara de nuestro
porvenir y una evidente realidad de nuestra actual existencia;
sabemos la suerte que nos espera, según sea nuestra forma de
vida actual.
Si el hombre sabe las condiciones de su vida futura,
comprende mejor el objetivo de su actual existencia; las normas
de la vida actual, se presentan y se viven de una manera
diferente, si el Espíritu está interesado en un futuro mejor para
él. Entonces comprende que no ha venido a este mundo, en
busca de placeres frívolos, ni para satisfacer vanas e ilusorias
ambiciones; comprende que su verdadero objetivo es,
desenvolver cualidades superiores, corregir sus defectos y poner
en práctica todo aquello que pueda contribuir a su elevación
espiritual.
El estudio del Espiritismo nos enseña que la vida es un
continuo combate contra las tendencias, deseos y debilidades,
que nosotros mismos sentimos, por esto se dice que, sólo es
vencedor el que se vence a sí mismo. Esta lucha y estas pruebas
no cesarán hasta que no se consiga la verdadera transformación
moral. Con este compromiso y este pensamiento, el Espíritu se
fortalece y se engrandece, y con el sentimiento de esta verdad,
nace en nosotros la confianza y el valor para seguir adelante, sin
temer a la adversidad ni a la muerte.
Jesús dijo: “yo soy el camino de la verdad y de la vida”.
Yo tengo que decir que soy espírita, pero antes que espírita, soy
cristiano, y muchas veces me he preguntado por el verdadero
115
José Aniorte Alcaraz
sentido de las palabras del Maestro, teniendo como resultado:
“dedicación, esfuerzo, sacrificio, renuncia, abnegación, y un
deseo predominante de seguirlo y ofrecerle mi vida”. Con este
sentimiento y este deseo, se dio un cambio en mi forma de vida,
esto sucedió para mi propia felicidad, hace cincuenta años.
Durante todo este tiempo he vivido momentos difíciles, pruebas
dolorosas y siempre las he soportado y continuo haciéndolo
porque confío y creo en Él.
Las creencias y las religiones deben ser tomadas como los
peldaños de una escalera, que debemos subir para alcanzar un
estado superior de conocimiento y comprensión. Por perfecto
que sea este estado, llega un momento en que el Espíritu
humano, en sus inspiraciones se eleva más allá del círculo de las
creencias comunes, para buscar una forma más completa y
elevada del conocimiento.
Con este conocimiento, con esta nueva revelación, el
Espiritismo nos trae una luz para descubrir las riquezas ocultas
del Evangelio, todas las joyas de la doctrina secreta del
Cristianismo, sepultadas bajo el espesor oscuro de los dogmas,
todas las verdades ocultas por las falsas religiones, salen de la
noche de los siglos, reapareciendo con todo su esplendor. Esta
luz esclarecedora, es un socorro del cielo, una resurrección de
las cosas muertas y olvidadas, es una floración del pensamiento
de Jesús, enriquecido e iluminado por los cuidados de los
Evangelios Celestes. Sería inútil intentar combatir o impedir esta
nueva doctrina, que es inspirada por los Espíritus del Mundo
Superior. Ellos nos dicen: “la voluntad de Dios es, que esta
Doctrina se propague, los que se levanten contra ella serán
dispersados. Ningún dogma, ni persecución, ni fuerza humana
podrán impedir esta nueva Revelación, complemento necesario
de la enseñanza de Cristo, anunciada y dirigida por Él”.
La Religión Universal no es limitada, como las religiones
de la Tierra. En ella se reúnen todos los espíritus que han
luchado y padecido por difundir la verdad. Estos espíritus, inspirados por el Maestro Jesús, son los que dirigen el movimiento
116
Las Verdades del Espiritismo
que impulsa a la humanidad hacia el progreso, venciendo todos
los escollos y tempestades. Ellos son los que dirigen la marcha
del Espiritismo y su desenvolvimiento. Estos valerosos espíritus,
unos desde el Espacio y otros desde la Tierra, trabajan conjuntamente para abrir nuevos caminos luminosos, para que la
humanidad pueda conocer la verdadera religión, que es la religión de los espíritus, la religión que nos enseñó Jesús.
Aún hay otras fuerzas en reserva, espíritus escogidos para
que entren en acción en la hora de la renovación. Esta hora será
precedida por grandes acontecimientos dolorosos. Es necesario
que esta humanidad, sufra y padezca las consecuencias de los
desatinos que ha cometido; el hombre tiene que ser herido para
que comprenda su insignificancia y pueda abrir su corazón a las
inspiraciones más elevadas.
La Tierra tiene que vivir sombríos días de luto, porque
estallarán grandes tempestades. Soplos violentos vendrán a disipar las sombras de la ignorancia y los miasmas de la corrupción.
Las tormentas pasarán, un nuevo cielo azul aparecerá y la obra
divina volverá a brillar con nuevo esplendor. La fe renacerá en
los hombres, y el pensamiento de Cristo irradiará de nuevo con
más fulgor sobre una humanidad regenerada.
El Espiritismo es una doctrina de vida, de verdad y de luz;
sus recursos morales y sus medios de consuelo son infinitos, es
un ideal superior, es un pensamiento de Dios. Se apoya en la
ciencia de los hechos, y se unifica con la religión verdadera, que
es el Cristianismo puro, la religión eterna.
El conocimiento del Espiritismo nos enseña y demuestra,
por las revelaciones de los espíritus y el estudio de los libros de
la codificación espírita, que todas las almas o espíritus han de
nacer muchas veces como seres humanos, en este o en otros
mundos. Estas repetidas reencarnaciones son necesarias e
imprescindibles para adquirir las condiciones requeridas para
poder habitar más tarde en regiones superiores, dando así
cumplimiento a la ley de nuestra evolución y progreso.
Con una sola vida sería totalmente imposible reunir las
117
José Aniorte Alcaraz
condiciones necesarias, para vivir en un mundo mejor. Esta es la
razón el porqué tenemos que renacer forzosamente, debemos
volver a esta existencia terrestre, limitada y miserable; aquí
hemos contraído nuestras deudas y aquí tenemos que pagarlas.
Tenemos que grabar profundamente en nuestra mente, que el
objetivo de nuestra vida no es sólo la felicidad y el placer, sino
la experiencia; también tenemos que sufrir la adversidad y el
dolor que son nuestros mejores maestros.
Si ofendemos o herimos nuestra moralidad, estaremos
incumpliendo la ley, y esto producirá dolor y remordimiento en
nuestra conciencia, que nos impedirá repetir el acto, y si no
aprendemos en la primera lección, la vida nos proporcionará
experiencias cada vez más duras, así sucesivamente hasta que
nos veamos forzados a tomar una nueva dirección, cambiar de
rumbo hacia una vida mejor, más moralizada y más en
consonancia con los mandamientos de Dios.
La experiencia y los efectos de los actos que cometemos
durante nuestra vida, junto con el desarrollo de nuestra voluntad,
es la fuerza con la que aplicamos el resultado de nuestra experiencia.
No podemos vivir en un mundo mejor que el nuestro, hasta
que no hayamos aprendido y dominado a fondo las lecciones y
pasiones de la vida terrestre, para lo cual son necesarias muchas
vidas, bien aprovechadas. La Tierra es una escuela para el
hombre y debe volver muchas veces para tener la experiencia
necesaria para dominar y controlar todos los conocimientos que
ofrece nuestro planeta.
Tenemos una cadena de causas y efectos, consecuencia de
nuestro pasado, que no es una simple y monótona repetición;
hay un influjo continuo de causas nuevas, y justamente en ellas
están las bases de la evolución de nuestro Espíritu. Por nuestro
libre albedrío tenemos la libertad de hacer algo nuevo para
cambiar nuestro destino. Los actos de nuestro pasado dependen
del destino que nos hemos trazado; en cuanto a nuestro futuro
depende sólo de nosotros, tenemos plena libertad para decidirlo.
118
Las Verdades del Espiritismo
Los recuerdos de nuestras vidas pasadas, los tenemos
olvidados porque así es necesario para nuestra evolución. Pero
sin embargo, ellos están registrados y archivados, en estado de
memoria subconsciente y supra-consciente. Esto es sin duda
alguna, una de las muchas virtudes que tiene el alma, como
creación Divina y principio de toda la vida. En el subconsciente
(consciencia subliminal) es donde tenemos conocimientos y
pensamientos que se remontan a nuestras existencias anteriores.
Sin embargo hay y ha habido personas que recuerdan o han
recordado, en diferente graduación, hasta con nitidez, escenas y
situaciones de vidas pasadas.
La conciencia es también esa fuerza psíquica impelente
que nos pone en guardia contra el mal, como productor de
sufrimientos y nos inclina hacia el bien, como productor de
felicidad y paz.
Ya es hora de comprender que una vida es una experiencia
más para el Espíritu; y digo esto porque la mayoría de seres
humanos, aunque mueran antes de la vejez, tienen muchos lazos
e intereses en la vida terrena, como si fuese ésta su única
existencia. Esto les produce mucho sufrimiento, porque cuando
pierden el cuerpo físico, continúan sintiendo, con las mismas
necesidades y los mismos deseos; sienten una intensa necesidad
de volver y proseguir con su acostumbrada vida material, de una
forma perjudicial que ellos no llegan a comprender, aunque les
cause muchos y dolorosos sufrimientos.
Para cada nueva vida física, el organismo material trae
condiciones nuevas y un cerebro físico preparado para la clase
de vida que debe llevar. El Espíritu trae al reencarnar, las
virtudes y defectos, conocimientos y experiencias conseguidos
anteriormente, en otras existencias, y la vida después de la
muerte será la que hayamos preparado nosotros mismos a lo
largo de nuestra vida actual; con nuestra forma de vida positiva
o negativa, creamos nosotros mismos nuestro destino.
La resurrección de algunas religiones, supone la vuelta a la
vida del cuerpo que está muerto, lo que es completamente
119
José Aniorte Alcaraz
imposible. La reencarnación, en cambio, es la vuelta del ser
astral, a la vida corporal, en otro cuerpo físico nuevo, y que el
mismo ser astral se acopla en él, en el momento de su gestación,
para darle la energía necesaria para una nueva existencia
terrenal; y esto nada tiene de común con el anterior cuerpo
desintegrado en la tumba o convertido en cenizas después de la
cremación.
El Espíritu ya desencarnado, cuando regresa al mundo
espiritual, que es el mundo de las realidades, lleva consigo todas
las experiencias y el perfeccionamiento moral e intelectual
conseguido durante su única encarnación. Lleva registrado en él
todo el bien que ha hecho y el esfuerzo realizado para mejorar
su situación espiritual, pero también los errores y malas
acciones. Después de la muerte el Espíritu se encuentra con esta
gran realidad; la paz y la felicidad si su vida ha sido ordenada y
dedicada a la práctica del bien, o se encuentra con el sufrimiento
y el dolor si sólo ha vivido para satisfacer sus pasiones y vicios
materiales. Debido a la supervivencia individual, no hay
escapatoria posible; el momento del castigo, de la expiación y
rectificación, así como el de las merecidas recompensas con paz
y felicidad interior, que compensan los mayores sacrificios
hechos, llegan con la infalibilidad matemática garantizada por la
legislación divina que rige los destinos del Universo, ya sea en
esta vida, en la vida espiritual o en una nueva existencia terrena.
Con la reencarnación, los seres que han vivido una vida sin
control, abusando de todo sin respeto alguno, pueden ser
obligados a renacer con deformaciones físicas, o en medio de la
mayor pobreza, enfrentando un destino difícil y doloroso.
Todos nosotros, sin excepción, tenemos la posibilidad de
progresar y evolucionar, sea de un modo más rápido o más
lento, con ocasionales recaídas, para volver a empezar, porque la
suprema justicia no permite que ningún Espíritu creado por Dios
se pierda. Todos, sin excepción, nos salvaremos. La duración y
condiciones del ascenso evolutivo, dependen principalmente de
nuestro comportamiento y del uso que hacemos de las facultades
120
Las Verdades del Espiritismo
que nos han sido concedidas para utilizar nuestro libre albedrío.
La Tierra es un inmenso taller de perfeccionamiento para los
seres encarnados, cuya evolución es infinita, y en cada una de
nuestras existencias temporales, las astrales como las terrenales,
se escribe una página en la historia de nuestro Espíritu inmortal.
Nuestro planeta es aún un mundo nuevo, envejecido por la
ignorancia que tiene la humanidad que habita en él. En estas
condiciones vivo yo, pero me siento plenamente feliz, como en
un maravilloso mundo nuevo, tan real para mí como este mundo
material. Dicen de mí que soy un tipo raro, un pobre chiflado y
algunos hasta me llaman “el brujo endiablado”. Estas opiniones
o calificaciones, me alientan para cumplir más esforzadamente
con mis deberes y compromisos con el mundo espiritual, como
insignificante pecador arrepentido, que desea reparar el daño
cometido en su pasado, sin importarle los obstáculos, los dolores
o enfermedades que tenga que enfrentar a lo largo de su vida.
Nuestra conducta, trabajo y fuerza interior, es capaz de
dominar la materia, en vez de dejarnos dominar por ella, nos da
fuerza moral que nos hace invencibles. Todos nosotros podemos
alcanzar este grado de felicidad, “querer es poder” porque
tenemos fuerzas ocultas que podemos movilizar, para conseguir
nuestro cambio interior, para cambiar de rumbo, descubrir
nuevos horizontes y vivir en un mundo mejor.
121
José Aniorte Alcaraz
X
EL ESPÍRITU NO RENACE NI MUERE
Es verdad que el Espíritu se reencarna, pero no nace, no
crece, no envejece y no muere; es el cuerpo físico el que nace,
crece, envejece y finalmente muere. El Espíritu es un reflejo de
la inmensa Luz de su Creador, que ilumina todo el Universo, y
no puede ser destruido porque es eterno.
Cuando el Espíritu ya puede existir como entidad libre,
continúa subordinado a las leyes de Dios, pues aunque sea un
Espíritu eterno y disponga de su libre albedrío, jamás deja de ser
un servidor de su Creador.
El Espíritu se manifiesta de forma temporaria, por medio
de su cuerpo físico, que es su instrumento de trabajo en el
aprendizaje y en el ambiente en que tiene que vivir. En sus
múltiples existencias aprende el significado y la importancia que
tiene para nosotros, el pecado y la virtud, el bien y el mal, la
salud y la enfermedad, lo cierto y lo equivocado, lo inferior y lo
superior. Para distinguir y valorar la importancia de estos
conocimientos, el Espíritu tiene que vivir repetidas existencias,
sólo nos cabe dar un giro rápido a nuestro rumbo, cambiar
nuestra forma de vida para evitar mayores sufrimientos.
Para poder tener un nuevo cuerpo físico, el Espíritu debe
extender su periespíritu en forma disminuida, hasta acoplarse en
el útero peri-espiritual de la futura madre encarnada. Es así
como se consigue que el cuerpo físico en formación, reúna las
condiciones más parecidas a las que el Espíritu necesita para su
nueva vida. El gameto masculino, en su recorrido instintivo en
dirección al óvulo, se convierte en un detonador psíquico, una
especie de “eslabón” o “conmutador automático”, que funciona
en su esencia ectoplásmica, ligando el mundo espiritual con el
mundo físico.
Después del acoplamiento del cuerpo fluídico del Espíritu
122
Las Verdades del Espiritismo
reencarnante, situado en el útero de la madre, gradualmente recibe los fluidos indispensables para la vida física y la constitución
molecular propia de la Tierra.
Este proceso de reducción del periespíritu para poder
acoplarse a la forma fetal en el vientre espiritual de la futura madre, es más o menos largo, según el estado evolutivo en que se
encuentre el Espíritu.
El Espíritu se somete en el Más Allá, a un proceso lento
para reducir su periespíritu, hasta alcanzar la forma fetal
apropiada para acoplarse en el vientre peri espiritual de la
madre. El Espíritu ya trae consigo su molde invisible, el cual se
reduce en el útero y se rellena de sustancia física hasta el límite,
para desarrollar su crecimiento, sin que pueda sobrepasar el
molde o matriz peri-espiritual, que ya existía antes de la
formación del cuerpo físico.
Después de la gestación física en el vientre de la mujer, la
criatura nace en el plano físico, realizando la materialización de
su periespíritu reducido anteriormente antes de la gestación.
Después del corte umbilical, el Espíritu continúa desenvolviendo su periespíritu hasta el límite trazado por su propio
compromiso espiritual individual.
El Espíritu despierta gradualmente con su envoltura, hasta
alcanzar su configuración primitiva, que tenía antes de encarnar.
Cada existencia humana es una nueva experiencia que a través
del cuerpo físico tiene el Espíritu.
La naturaleza gradúa proporcionalmente la unión del
Espíritu con su cuerpo físico, por medio de tiempo controlado y
conocido como infancia, juventud, madurez y vejez. Pero así
como se puede extinguir la vida de una lámpara eléctrica, ante la
sobrecarga de un alto voltaje, los raciocinios contradictorios y
emociones, los sentimientos violentos y vibraciones negativas,
que por diversas razones recibe el Espíritu durante su existencia,
puede afectar la cohesión molecular del cuerpo, alterar el
sistema nervioso, desarmonizar las colectividades microbianas y
provocar graves enfermedades cuando esa alteración ultrapase la
123
José Aniorte Alcaraz
resistencia y capacidad que posee el organismo afectado.
Es necesario tener conocimientos, una mente clara y una
creencia firme y segura para poder vivir en un mundo tan
materializado, contaminado y aparentemente tan injusto como
éste y no contaminarse, ni dejarse influenciar por la negatividad
que existe. Si queremos evitar las enfermedades mencionadas,
tenemos que reunir estas condiciones, es decir, saber vivir en un
mundo negativo, sin dejarnos contaminar por él.
El Espiritismo tiene los argumentos y esclarecimientos
para que la realización de este importante cambio, en nuestra
forma de vida, sea mucho más fácil.
El ser humano, hace muchos siglos que vive condicionado
a los dogmas, tabúes y creencias cultivadas y promovidas por las
organizaciones religiosas que sólo trataron de atemorizar a sus
fieles, pero nada les aclararon con respecto a la vida del Espíritu
después de la muerte del cuerpo.
El ser humano necesita librarse de las sombras causadas
por los misterios religiosos y los preconceptos de la sociedad
humana que le impide o dificulta, ejercer el derecho que tiene
para investigar y conocer la verdad.
La mente humana debe renovarse definitivamente de sus
viejas y viciadas creencias religiosas, para aceptar y comprender
los nuevos conceptos de la Religión Universal.
Es verdaderamente difícil para el hombre liberarse de sus
viejas y tradicionales creencias, admitir nuevos conceptos
desconocidos y abandonar la dirección de los sacerdotes con sus
templos. La nueva doctrina le parece extraña y aparentemente
dudosa, porque es una idea nueva que pertenece a un nuevo
movimiento espiritualista, destructor de las viejas y cristalizadas
tradiciones. Es una decisión difícil para el hombre, dejar una
creencia conocida, con su mundo divino de apariencia tierna y
feliz, para aceptar sobre sus hombros toda la responsabilidad de
su destino, bueno o malo. Por esto es tan difícil abandonar las
convicciones religiosas del pasado, porque aún influyen en
nuestros sentimientos, los misterios y milagros que alimentaron
124
Las Verdades del Espiritismo
nuestra fe primaria.
Los cristianos son los hombres que siguen los preceptos y
enseñanzas de Jesús, los “Crísticos” son las almas universalistas
e integrados al metabolismo del Amor Divino, que se encuentra
exceptuado de preconceptos y convenciones religiosas.
Jesús era un Crístico y los hombres que le seguían se
decían cristianos. El cristiano sólo admite el Evangelio de Jesús,
el Crístico vibra bajo el Amor latente en todos los códigos
espirituales, divulgados por los diversos instructores del Cristo.
El Espiritismo es una doctrina codificada para la divulgación popular de la realidad espiritual. Le cabe efectuar determinadas correcciones en el dogmatismo y creencias supersticiosas
de las religiones, rechazando los símbolos, fórmulas misteriosas,
liturgias, y el uso de objetos utilizados para la adoración, para
que sus adeptos tengan un rápido conocimiento de la realidad
espiritual, desconocida hasta ahora por ellos.
Mientras las religiones pierden su tiempo en ceremonias
litúrgicas, los espíritas conseguimos aprovechar mejor el tiempo,
estudiando y trabajando en nuestra transformación interior, para
acercarnos cada vez más a la realidad espiritual.
El Espiritismo no es un competidor más en las discusiones
y desentendimientos religiosos del mundo; es una doctrina, un
ideal nuevo que puede unir a todos los hombres interesados en
conocer la realidad y autenticidad de su naturaleza espiritual. El
Espiritismo tiene el deber de divulgar su consolador mensaje
espiritual para el esclarecimiento del ser humano. Es una
doctrina codificada por Allan Kardec para liberarnos de las
supersticiones, milagros, dogmas y preconceptos religiosos, pero
lo más importante es preparar a la humanidad para que
comprenda este mensaje y esté preparada para los cambios y
acontecimientos que se avecinan. El mundo espiritual está
movilizando todos los recursos posibles para que estos
acontecimientos no sean demasiado dolorosos, para ello es
necesario que los seres humanos acepten la existencia del
mundo espiritual y la supervivencia del Espíritu inmortal. Esta
125
José Aniorte Alcaraz
creencia no nos calma el dolor, pero nos fortalece y nos da
fuerzas para soportarlo, no nos libra de la muerte, pero sí del
pánico y el miedo que ella nos produce, porque sabemos que la
muerte sólo tiene su efecto en el cuerpo físico. Nuestro ser
pensante, nuestro Espíritu, continúa viviendo en un mundo
mejor, en el mundo de la verdad.
La principal función de los centros espíritas es la de iniciar
a sus adeptos hacia una vida superior, intentando elevar su
frecuencia religiosa para enseñarles todo aquello que está más
allá de su comprensión y capacidad espiritual.
Los espíritas que se estacionan en las prácticas espiritistas
que se realizaron en el siglo XIX, negando el progreso realizado
hasta hoy, ignorando los mensajes y consejos de espíritus de
indiscutible elevación, que nos revelan nuevas formas de vida y
un conocimiento más claro y convincente del mundo espiritual;
estos espíritas que aún con el estudio de los libros y las nuevas
revelaciones continúan fanatizados queriendo dirigir los destinos
del plano espiritual, seguramente son los católicos del pasado,
que rechazando los ídolos de su antigua religión no se liberaron
del fanatismo religioso. Cambiaron el rótulo religioso, pero se
mantienen bajo la misma frecuencia espiritual y la misma
obstinación de antaño; siendo incapaces de adaptarse al
concepto universalista del Espiritismo. Subliman sus viejas
creencias, sustituyendo a los sacerdotes por los médiums; las
imágenes de los santos por los líderes espíritas consagrados; el
agua bendita por la fluidificada; los rezos por las oraciones
extensas; las bendiciones por los pases, la misa de los domingos
por la irradiación a los desencarnados; los milagros de la Iglesia
por las curas mediúmnicas, y las exequias católicas por los
discursos junto a la tumba de los hermanos fallecidos.
Hay que aplicar la libertad espiritual enseñada por Allan
Kardec, y, como el Espiritismo es deliberadamente contrario a
cualquier culto, ceremonia, idolatría u obligación religiosa, los
espíritas debemos interpretarlo y vivirlo así. El Espiritismo
simplificó las enseñanzas complejas de Oriente acerca de la
126
Las Verdades del Espiritismo
reencarnación, de la ley de consecuencias o ley de causa y
efecto, exponiéndolas de forma fácil y precisa, sin las sutilezas
iniciáticas, ni los simbolismos tan complejos, propios de la
capacidad mental de los adeptos de aquellas remotas épocas. La
revelación y el conocimiento de la vida inmortal del Espíritu, no
se dará de un modo instantáneo y milagroso, sino que se
producirá a través del estudio, investigación y transformación
del espírita, conseguida con su trabajo y esfuerzo.
Muchos espíritas aún están confundidos ante los cambios
que deben hacer, tienen miedo de conocer otros movimientos o
principios doctrinarios, que en verdad se apoyan en los mismos
fundamentos y las bases del Cristianismo. Tales dudas y recelos
crean un estancamiento mental que estos espíritas no podrán
vencer hasta otra existencia futura.
La Tierra es una escuela de educación espiritual primaria,
que sólo libera a sus alumnos después que aprobaron todas las
materias existentes. Los espíritas saben que no hay privilegios ni
preferencias en el camino de la evolución espiritual. Por esto
cuando el espírita conoce la verdadera realidad de la vida
inmortal, se encuentra ante un problema capital de su actual
existencia, porque al mismo tiempo entra en conflicto con su
conciencia, con los instintos primarios del animal y la imperante
necesidad que tiene su Espíritu de elevarse para vivir en un
mundo mejor; esto lo impulsa y le da fuerza para la lucha, hasta
convertirse en un vencedor de sus propios instintos. En estas
circunstancias tiene que elegir entre el “cielo” y el “infierno”,
pues tiene que desintegrar la personalidad del “hombre viejo”
para que nazca el “hombre nuevo”, con un sistema nuevo de
vida y cambiando el rumbo de su camino. No se puede cambiar
la forma de vida de un planeta, sin antes rectificar la conducta y
los sentimientos de la humanidad que viven en él. El ambiente
moral y social de la Tierra aún es muy primario, y las
modificaciones fundamentales de este ambiente dependen
esencialmente de mejorar el patrón espiritual de sus habitantes.
Desgraciadamente ya está muy limitado el plazo para los
127
José Aniorte Alcaraz
reprobados que quieren una nueva oportunidad, es decir, una
nueva existencia; esto cada día es más difícil porque ya están
llegando espíritus en mejores condiciones, para integrarse en la
nueva humanidad que tiene que poblar la Tierra, ya reformada.
El Espiritismo tiene que colaborar muchísimo para esclarecer a
los que estén interesados en estos momentos de transición,
popularizando las enseñanzas ocultas, dando a conocer el mundo
de los espíritus.
Los Espíritus Superiores nos dicen: es necesario distribuir
la literatura espírita, tiene que ser conocida, para que los seres
humanos comprendan la realidad de la vida y de la muerte. El
libro espírita es una luz esclarecedora y consoladora que debe de
llegar a los hogares de los más pobres, enfermos y necesitados.
Bajo la inspiración del mundo Superior, el Espiritismo está
destinado a cumplir esta importante misión.
Muchos hombres de cultura y científicos de renombre
universal, han divulgado el Espiritismo de forma apropiada y
convincente. Hicieron un elevado trabajo y una verdadera
contribución doctrinaria con el fin de impedir los excesos de la
imaginación y de las prácticas supersticiosas. Estos hombres
reencarnaron en la Tierra para cooperar en la elevada obra de
Allan Kardec, para liberarla de las supersticiones y misticismos,
y de las prácticas mediúmnicas perniciosas que confunden y
hasta obsesionan a los asistentes de ellas.
Hombres inteligentes como: Gabriel Delanne, Akasakoff,
Leon Denis, William Croockes, Oliver Lodge, Guillén, Cairbal
Shutel, Biten Court Sampaio, Becerra de Menezes, Cirne,
Amalia Domingo Soler, Miguel Vives, Fernández Colavida,
Francisco Cándido Xavier, y otros, prestaron al Espiritismo un
servicio digno y provechoso. Gracias a estos hombres, valerosos
y dedicados, el Espiritismo resistió las arremetidas capciosas del
clero fanático y se impuso respetuosamente, abierto a cualquier
investigación.
Kardec organizó y codificó la estructura del Espiritismo y
sus discípulos cuidaron de su cuerpo doctrinario, sin que sus
128
Las Verdades del Espiritismo
adversarios tengan la posibilidad de contestar o refutar a la
lógica de sus afirmaciones sobre la vida inmortal y la convivencia con los espíritus. Nosotros los espíritas que tenemos este
conocimiento y convencimiento, debemos cuidar mucho de
nuestra actitud y pensamientos. Tenemos que ser humildes y
tolerantes para comprender a los demás, sin dejarnos influenciar
por los sentimientos negativos como la ira, los celos, el orgullo,
la envidia, etc.; estas vibraciones producen en el Espíritu,
formas con el pensamiento negativo, causando alteración en el
sistema endocrino, contraen la vesícula, atrofian el intestino,
producen congestión hepática, debido a la sobrecarga cardiaca o
ralentización circulatoria sanguínea.
La oración cuando es verdadera y sentida, es útil al cuerpo
físico, porque le transmite poderosas fuerzas espirituales y lo
defiende contra las vibraciones inferiores, proyectadas por otras
mentes mal intencionadas. La oración y la meditación es una
especie de centinela vigilante contra las influencias negativas.
Con la oración el hombre se fortalece y no se ve afectado ante
los impulsos inferiores, rechazando las explosiones de odio,
celos y orgullo. En cada órgano del cuerpo humano repercute la
carga negativa creada por nuestra mente, ya que acelera, retarda
y hasta paraliza las funciones orgánicas, pues, actúa en perfecta
sintonía con nuestra fuerza mental positiva o negativa.
La armonía que asegura una parte importante de nuestra
salud corporal, depende mucho de nuestro estado espiritual.
Cada ser humano crea para sí mismo la felicidad, desgracia,
sufrimiento o tranquilidad, en su vida.
Debemos de comprender y saber todos los que sufrimos
“injusticias” y enfermedades, que no existe una ley de castigo o
venganza, pero sí existe una ley de rectificación y consecuencias
para nuestro propio bienestar, las víctimas de hoy fuimos los
verdugos de ayer; somos enfermos sometidos a un riguroso
tratamiento, que si nos sometemos a él humildemente, nuestra
cura será más rápida y menos dolorosa, sin embargo, si nos
resistimos y nos revelamos contra el tratamiento, nuestra cura
129
José Aniorte Alcaraz
será más larga y dolorosa, retardando nuestra recuperación
espiritual. Para conseguir este conocimiento, tenemos que creer
en la vida inmortal del Espíritu y comprender que la vida en el
cuerpo físico es necesaria para la evolución del Espíritu.
Estamos viviendo unos tiempos que se caracterizan por sus
exclusivas tendencias materialistas. El egoísmo individual y
colectivo, es el guía de todas las actividades. La cómoda y
clásica interpretación de la moral; la corrupción y confusión en
el campo político y diplomático; el odio que existe entre razas y
naciones; el estancamiento y la ineficacia de las religiones
positivas, por su evidente falta de claridad para reconocer la
realidad del mundo espiritual, y la inmortalidad del Espíritu, y la
ley de vidas sucesivas o la ley de la reencarnación ya enseñada
por Jesús, estas son algunas de las causas responsables de la
degeneración y el atraso moral de nuestra civilización
Con la llegada del Espiritismo ya se están aclarando y
descubriendo muchas verdades; esta doctrina es asimilada fácilmente por los más humildes, porque anuncia una nueva era para
el futuro de la humanidad, un consuelo y una esperanza para los
desengañados.
El Espiritismo aporta las pruebas necesarias para creer en
la vida después de la muerte, y explica al mismo tiempo a través
de las comunicaciones de las entidades más elevadas, todas las
cosas relacionadas con la vida espiritual, hasta los límites
impuestos a los conocimientos humanos. El Espiritismo hará
renacer en las conciencias, la creencia en la inmortalidad del
alma, y los seres humanos concientes de esta verdad, tendremos
un conocimiento apoyado en pruebas irrefutables. Consecuencia
de esto, será un cambio en la forma de vivir y de pensar.
La comunicación de los espíritus tiene la gran virtud de
conmover a los seres humanos, y sin duda alguna, provocará una
total revisión en las creencias religiosas que hasta ahora han
recibido acerca de la verdadera naturaleza del hombre y su
destino futuro.
Es realmente sublime la filosofía espírita enseñada por los
130
Las Verdades del Espiritismo
Espíritus Elevados, en sus comunicaciones con las mismas
enseñanzas que el Maestro Jesús nos dio en el maravilloso
Sermón de la montaña. La máxima del Evangelio: “Sólo por el
amor será salvo el hombre”, es la fuerza poderosa que sacará a
esta humanidad del abismo en que está sumergida y la
encaminará hacia su destino de progreso, para conseguir los
méritos necesarios y seguir viviendo en este mundo ya
renovado. Para esto es indispensable tener la convicción íntima
de su propia supervivencia, más allá de la muerte, pues ésta no
es más que un paso necesario para que el Espíritu siga su
camino de evolución, naciendo en la vida material y muriendo
de nuevo de regreso al mundo invisible, para nacer nuevamente
en otro cuerpo físico.
Siendo los responsables de nuestros actos, sembramos y
recogemos, pues somos los constructores de nuestro presente y
de nuestro futuro. Ésta es una ley inmutable que rige la vida en
este mundo y en todo el Universo.
131
José Aniorte Alcaraz
XI
LEY DE CAUSA Y EFECTO
Es necesario saber que el éxito de nuestro Espíritu, está en
aprovechar las experiencias vividas, tanto en estado corporal
como espiritual. Será crucial para ello, el esfuerzo individual y
el interés del Espíritu para enfrentar y soportar las pruebas y
sufrimientos que conlleva la vida corpórea, circunstancias en la
vida necesarias para alcanzar la estabilidad espiritual. Por este
motivo, tenemos que divulgar los hechos y experiencias de los
espíritus desencarnados, para que sirvan de estímulo y ejemplo a
los que siguen en la retaguardia. De la misma manera, hay que
dar a conocer los dolores, decepciones y sufrimientos que el
Espíritu imprudente e incauto que no escuchó los consejos de
sus guías espirituales, encuentra a su regreso al plano espiritual.
Estos sufrimientos despiertan la conciencia de los que aún
subestiman la pedagogía espiritual, a través de la ley de consecuencias en mundos materiales.
Después de la muerte del cuerpo, el Espíritu que es el ser
pensante, está obligado a enfrentar su destino, el cual él mismo
ha creado y seguir viviendo de acuerdo con la vida que ha
llevado en la Tierra.
El Espíritu verdaderamente sabio, no se aparta de las
prácticas espirituales, porque de este modo consigue liberarse
más rápidamente de las cadenas pesadas, impuestas por las vidas
materializadas. No cambia la felicidad prevista de un mundo
superior por los encantos pasajeros de los fenómenos digestivos
y sexuales del mundo de las ilusiones; así es el buen alumno que
se inicia en la espiritualidad; y prefiere huir de las distracciones
transitorias que le rodean, para conseguir una asignatura mejor
en la escala espiritual.
Habría que lamentar la habitual negligencia de los espíritus
que al regresar nuevamente a la Tierra se dejan subyugar de
132
Las Verdades del Espiritismo
forma placentera por las bajas pasiones, entregándose sin
resistencia a satisfacerlas, acabando dominados por las fuerzas
de la vida inferior. De este modo se están haciendo daño a sí
mismos, porque están agravando sensiblemente su deuda
kármica. No realizan ningún esfuerzo para avanzar sin pasar por
la triste situación del dolor. Revolotean atontados, como las
mariposas indefensas, alrededor de las lámparas mortíferas, y
espiritualmente están embrutecidos, pensando sólo en aparentar
un lujo y un bienestar que muchas veces, en realidad no tienen,
pero así satisfacen su orgullo y vanidad. Se regocijan dilatando
el abdomen por los excesos abusivos de las comidas y bebidas,
sin reparar una vez más en el daño que se están haciendo ellos
mismos.
Hay muchos religiosos que no practican ni creen en su
religión. Asisten a los actos religiosos y repiten sus oraciones,
sin tener conocimiento de su contenido, porque no lo aplican a
su forma de vida. Se desinteresan de los bienes eternos del
Espíritu porque confían en sus representantes religiosos, que les
han de conseguir el deseado ingreso en el Reino de Dios y allí
serán eternamente felices. Pero esto no es así, la realidad es muy
distinta cuando la sepultura recibe el cuerpo abatido por los
excesos de los placeres materiales. El tenebroso cortejo de
sombras les espera en el plano invisible, unido al dolor que les
produce las llagas ocasionadas por su comportamiento. Estos
espíritus se sitúan frente a la ley de causa y efecto, contenida en
el Código Moral del Evangelio, que nos dice: “a cada uno le
será dado conforme sus obras” según su libre albedrío puede
sembrar a voluntad, creándose el determinismo de la cosecha
obligatoria de lo que ha sembrado.
Irresponsablemente hacemos una fuerte resistencia a las
enseñanzas de Jesús, sin comprender ni comprobar que, para
conseguir una integración definitiva con Él, sólo es posible con
la práctica indiscutible del bien: “hacer a los demás lo que
queramos que nos hagan a nosotros”, sólo esto es lo que nos
libra de las terribles consecuencias purgativas que comúnmente
133
José Aniorte Alcaraz
lleva al desencarnado que ha vivido una desenfrenada vida, a las
torturas del mundo astral.
Cuando llega el momento de la muerte, que no para todos
es igual, muchos desencarnados regresan al plano espiritual
como fieras enfurecidas, por las propias pasiones que aún
sienten, mientras que otros dejan este mundo como los pajaritos
que emprenden su vuelo feliz al dejar su nido. Para ser feliz en
el mundo espiritual, no es suficiente tener unos conocimientos,
porque aunque éstos sean el producto de grandes esfuerzos, hay
que saber utilizarlos para obtener un mayor beneficio.
Las perturbaciones que sienten aquellos que aún se
torturan delante de la muerte, son el resultado de la naturaleza y
el desequilibrio de las pasiones que fueron cultivadas por ellos
mismos, durante la vida perturbada que vivieron. Las pasiones
humanas son como los caballos salvajes, hay que amansarlas y
domesticarlas para que después nos sirvan como fuerzas
disciplinadas y de ayuda benéfica para la marcha de nuestro
Espíritu, a través de las pruebas de la vida. Para conseguir el
dominio de las bajas pasiones, es necesario el ejercicio del
evangelio, porque es el recurso más eficiente, pues, se hace a
través de la ternura, del amor y de la renuncia enseñada por el
Maestro Jesús.
La serenidad y armonía, en la hora de la muerte, son
estados que requieren un completo equilibrio de la razón y el
sentimiento, pues aquel que sabe quien es, de dónde viene y a
dónde va, también sabe lo que necesita, lo que quiere y lo que es
ser un Espíritu venturoso. La mente que piensa y dirige, exige
también que su corazón o su estado interior se purifique y se
transforme para cambiar su forma de sentir, pensar y actuar. La
vida feliz en el Espacio, depende únicamente de la forma de
vivir que llevamos y el bien o el mal que nos hacemos a nosotros mismos.
La ley de Causa y Efecto no es la ley del “ojo por ojo y
diente por diente”, como generalmente se entiende, por lo cual
un hecho delictivo tendría que generar otro hecho idéntico en
134
Las Verdades del Espiritismo
pago del ocasionado. La solución moral de cada alma es un
problema que ella misma tiene que solucionar y no con la ley,
pues ésta no crea acontecimientos iguales a los anteriores, para
que a través de ellos se cumpla la punición. No sería justo que el
delito de un hombre, en una determinada existencia, obligase a
la ley a crear acontecimientos criminales en el futuro, para que
el culpable se reajuste por medio de un hecho igual o similar en
su próxima reencarnación.
Los Evangelios de Jesús son el barómetro que debemos
tener para saber con seguridad la conducta que tenemos que
seguir para que nuestro Espíritu a través de nuestros actos sea
como la aguja de una brújula que nos marque el camino seguro
de nuestra felicidad espiritual.
Sólo existe un camino para liberarnos de las cadenas de la
ley de Causa y Efecto en los mundos físicos que aún merecemos
vivir; este camino es el de la renuncia, el sacrificio y el perdón.
Con estos conceptos podemos solucionar nuestros problemas
adversos del pasado.
En la abundante cosecha de injusticias e ingratitudes que
recibimos, recogemos los frutos de la simiente plantada anteriormente, en momentos de imprudencia o decadencia espiritual. La
ley de Causa y Efecto nos exige que paguemos moneda por
moneda, hasta el total de todas nuestras deudas contraídas en el
pasado, pero también nos permite disminuir la cantidad o
intensidad del mal practicado si trabajamos para mejorar la vida
de los más necesitados y consolar a los más desesperados.
También podemos asumir un compromiso de renuncia y sacrificio para mejorar la situación negativa de este mundo, que
nosotros mismos hemos creado. Tenemos la oportunidad de
pagar nuestras deudas kármicas, trabajando por nuestros semejantes.
Hay muchos recursos que nos ofrece la convivencia
humana, que permiten al Espíritu reparar y rectificar los errores
cometidos en el pasado, sin necesidad de pagar de forma
violenta nuestras infracciones a la ley. Dios no quiere la muerte
135
José Aniorte Alcaraz
ni el castigo del pecador, quiere su transformación.
La Tierra es una escuela de educación espiritual, y no
rechaza al alumno bien intencionado, que se compromete a
recuperar el curso perdido, aunque para ello tenga que repetir
todas las materias que no pudo superar.
Ya es tiempo de que los seres humanos despierten hacia la
realidad espiritual, para poder asumir la realidad de su propio
destino, y comprender que otros hombres, aunque representen
altas jerarquías religiosas en el mundo, nunca les podrán
proporcionar la paz y la felicidad interior que sólo podemos
alcanzar por nosotros mismos, con esfuerzo y trabajo.
Es importante y necesario terminar para siempre con esa
tergiversación mal intencionada sobre la verdadera vida que
vivimos en el Más Allá, y que la obstinación sacerdotal aún
impone a las conciencias inmaduras aún de sus fieles, sin
importarles el daño que le hacen, haciéndoles creer en un
panorama infantilizado a la vez que ridículo, con respecto al
buen sentido de la justicia Divina. El mundo astral es un lugar
de trabajo, de reajuste, de preparación y de felicidad o
sufrimiento, según haya sido nuestra conducta. Sin privilegios
religiosos, ni títulos o derechos de nobleza. Todos somos
iguales, pobres, ricos o mendigos, con la esperanza de una
renovación espiritual y con la seguridad de que Dios concede
nuevos ciclos reencarnatorios, para que el Espíritu pueda
rectificar su conducta del pasado, haciéndoles comprender que
ese estado de felicidad prometido por las religiones, es falso,
pues la única verdadera felicidad que existe, se tiene que ganar
por uno mismo.
La humanidad, en su inteligencia actual, debería de
comprender que es más lógico y sensato pensar que la evolución
del Espíritu, a través de sus propias experiencias y actividades
espirituales, forma parte de una ley creada por Dios, antes que
creer en absurdos y ridículos privilegios, prometidos por las
religiones para satisfacer sus intereses particulares.
Vemos con tristeza, como una gran mayoría de seres hu136
Las Verdades del Espiritismo
manos, se entregan desenfrenadamente a los placeres que les
ofrece la vida material, con sus sensaciones y goces materiales;
despreocupándose inconscientemente de su vida interior, esto
hace que se atrase por mucho tiempo su despertar, para ver y
comprender que el verdadero objetivo de sus existencias físicas,
es conseguir su renovación y elevación espiritual.
Una existencia física, aunque sea de corta duración, es
suficiente para hacer olvidar al Espíritu la realidad de su compromiso y la razón de su vida, que es conseguir su transformación interior, para alcanzar la elevación de su Espíritu.
Nos cuesta mucho hacernos una idea exacta de lo que es la
vida en el plano espiritual. La equivocación proviene, sin duda,
porque queremos utilizar las leyes de un plano físico para
comprender la naturaleza y la vida etérea astral, de un plano que
es invisible para nuestros ojos, que sólo podemos vivir en un
escenario material como el de la Tierra. El espíritu con su
periespíritu o cuerpo astral, puede moverse lógicamente, en el
medio astral así como en el mundo material, se desliza con toda
naturalidad, sin que nada ni nadie se lo pueda impedir, porque
en ambos casos está constituido de la misma sustancia del medio
en que actúa. Por esa causa, si el suelo, las cosas, los seres y
todo lo que constituye nuestro mundo, son hechos de la misma
sustancia, su vida de relación, también transcurre como la vida
en la Tierra. Es conveniente saber, que la vida astral es mucho
más intensa y dinámica que la vida en el plano terrestre, porque
se actúa con la materia quinta esenciada, que es mucho más rica
en reproducción vibratoria emotiva.
Para comprender esto debemos imaginarnos al Espíritu
desencarnado, como si se moviera en un ambiente material
fluídico, así como vemos al hombre moviéndose y viviendo
dentro del pesado ambiente terreno. El ser humano, con su
cuerpo material, tiene la perceptibilidad de todo su cuerpo y sus
vestidos, también sus alimentos que son todos de sustancias
materiales. Del mismo modo, pero bajo otro estado vibratorio, el
Espíritu con su cuerpo fluídico puede sentarse en una silla etérea
137
José Aniorte Alcaraz
o ingerir frutas o líquidos etéricos.
Después de la muerte de nuestro cuerpo físico, nos damos
cuenta de que tenemos otro cuerpo, el cuerpo espiritual o
periespíritu, que es el verdadero cuerpo, porque existe antes del
nacimiento y sobrevive después de la muerte. Es un delicado
cuerpo fluídico que nos relaciona con el mundo espiritual, muy
sensible a las percepciones y sentimientos del Espíritu. Como el
estado mental del Espíritu, es el centro de nuestra conciencia
individual, el cuerpo físico y el periespíritu simbolizan y reflejan
el verdadero estado del Espíritu.
¿Cuál de los dos cuerpos es el más valioso e importante?
Podemos decir, sin duda alguna, que es el cuerpo espiritual,
porque además de ser un organismo definitivo, es el que más lo
liga a la conciencia inmortal. El cuerpo físico es un organismo
pesado y denso, pero necesario e imprescindible para que el
Espíritu consiga su evolución y elevación.
El periespíritu, debido a su contextura sutilísima y quintaesenciada, es un maravilloso instrumento de acción, para desenvolver las energías del mundo astral. Su delicada estructura
permite manifestar y reflejar rápidamente la voluntad, el
pensamiento y el estado emocional del Espíritu; es como un
espejo donde se ve la verdadera imagen del Espíritu, no puede
ocultar ni disimular nada, aquí nos encontramos con la gran
realidad, sea ésta feliz o desgraciada, según el uso que hayamos
hecho de nuestro libre albedrío.
A medida que el Espíritu se vuelve más sensible, debido al
sufrimiento y al dolor, en las sucesivas vidas materiales
conseguirá una mayor expansión en la vida espiritual y su
cuerpo fluídico, al mismo tiempo se transforma consiguiendo
cada vez más claridad.
Sólo cuando estamos en el plano espiritual y en situación
de ver esta realidad, comprendemos que el estado ensombrecido
o luminoso de nuestro cuerpo fluídico, sólo depende del estado
mental de nuestro Espíritu.
Sin duda alguna, somos nosotros mismos los que creamos
138
Las Verdades del Espiritismo
ese mundo exterior que nos aguarda, y lo hacemos igualmente
en el astral como estando viviendo en el plano físico, pero todo
es una creación de nuestra voluntad, que siempre se manifiesta y
se impone en cualquier ambiente o lugar que estemos viviendo.
Así es como edificamos nuestro cielo, cuando los sentimientos
son elevados, como también construimos los horrores de un
infierno a consecuencia de las peligrosas creaciones mentales de
nuestra mente. Todo lo que se produce en la intimidad de
nuestro Espíritu, sucede en un camino vibratorio diferente al de
la materia, es un fenómeno que se relaciona con el mundo
invisible que nos rodea y marca el futuro y el destino de nuestro
Espíritu. Todo podemos conseguirlo a través de nuestras fuerzas
mentales; el extraordinario poder de nuestra mente puede actuar
con éxito y es capaz de utilizar las energías del medio para
construir las formas deseadas.
Cuando conseguimos armonizar con los espíritus más
elevados, mantenemos contacto con ellos, obteniendo, cuando
ellos lo creen necesario, enseñanzas y conocimientos mucho
más avanzados. Entonces nuestros esfuerzos se multiplican
dinámicamente, ultrapasando las aflicciones y las fatigas que
causan los contratiempos de la vida.
Aunque nos encontremos viviendo en un cuerpo carnal,
podemos vivir también el ambiente del plano espiritual, superior
o inferior, al cual iremos a vivir después de la muerte del
cuerpo. Nuestra forma de vida, sentimientos y pensamientos,
cultivados durante nuestra existencia terrena, son ejercicios que
desarrollan la sensibilidad psíquica para situarnos en un plano
más elevado.
Todo impulso de ascensión espiritual es la consecuencia
del esfuerzo que se ha realizado para liberarse de la materia
esclavizante. Nuestros deseos de progreso se reducen por la
habitual negligencia espiritual que existe sobre el sentido
educativo de la vida humana, como también se eleva cuando son
accionados por la fuerza de nuestra voluntad, para conseguir una
aspiración superior, manteniendo heroicamente a distancia al
139
José Aniorte Alcaraz
sensualismo peligroso de las formas.
No importa que estemos viviendo en un mundo material, si
cultivamos las iniciativas dignas que nos permiten mantener una
vida vibratoria en contacto con un plano superior. Si nuestro
objetivo es el estudio del verdadero sentido de la vida y de la
muerte, la renuncia a las seducciones de la materia transitoria y
la desencarnación, resultan para nosotros un suave desahogo y el
ingreso positivo en un ambiente delicado, que ya sembramos en
el interior de nuestra alma aún estando encarnada, y la vida
humana en vez de ser una carga pesada, se vuelve una rápida
promesa de felicidad.
Cuando sentimos vibrar en lo más íntimo de nuestro ser, la
necesidad de asumir un compromiso con nuestro guía y Maestro
Jesús, entonces le ofrecemos nuestra vida incondicionalmente,
sin reparar en sacrificios, privaciones o persecuciones, para
ayudar a nuestros semejantes, haciéndoles conocer la verdad que
Él nos enseñó; recordemos sus palabras: “Yo soy el camino de la
verdad y de la vida, y aquel que lo siga se salvará”.
Para poder comprender esto, necesitamos despertar en
nuestro mundo la verdadera idea de la inmortalidad, que es el
fundamento de nuestra propia estructura espiritual, aclarando
para siempre la ingenua idea o creencia que se ha formado sobre
la muerte del cuerpo físico, y por el contrario comprender que la
muerte es necesaria para la supervivencia y evolución de nuestro
Espíritu, que está siempre con nosotros en todo momento, en
cualquier plano de vida, y en él está toda la historia de nuestra
individualidad.
En realidad, sucede que aún creyendo en la inmortalidad
del alma y sabiendo que la muerte del cuerpo físico es una
transformación para que el Espíritu siga viviendo, aún así existe
la duda o el recelo, lo que nos causa un cierto temor. Por esto el
ser humano acostumbra a pensar sobre la muerte, como si ésta
no existiera; pensar de esta manera no nos libra de nuestro
destino y la muerte nos llega cuando menos la esperamos.
Muchos hombres célebres de nuestro mundo, salieron de la
140
Las Verdades del Espiritismo
pobreza o vivieron en ella y hasta sobrevivieron sufriendo
graves enfermedades. Hace miles de años que en la Tierra, el
principal motivo del sufrimiento, reside en la gran ignorancia
espiritual y lo que menos hace esta humanidad, es interesarse en
conseguir un conocimiento que la libere de esta triste situación.
Los siglos se acumulan constantemente y los seres humanos
continúan repitiendo las mismas cosas que hace siglos hicieron,
prefieren continuar sufriendo nuevas pruebas carnales por la
indiferencia que sienten para pensar y el desinterés que prestan
al saber. En su mayor parte, los espíritus terrenos regresan al
plano invisible y después de incontables reencarnaciones, vuelven de nuevo, en el mismo grado de evolución.
Hay una gran indiferencia por la propia ventura espiritual,
y hoy ya hay mucha facilidad para educarse e instruirse en este
sentido. El Espiritismo aclara todas las sombras y misterios del
pasado.
Los espíritus que ya pueden comprender el sentido de la
vida, que pueden mirar por encima de sus realizaciones
espirituales y abarcar el largo camino recorrido con los pies
ensangrentados, se sienten invadidos de una gran tristeza, al
comprobar lo lenta que ha sido su elevación espiritual, por el
tiempo perdido en los caminos espinosos de la vida física.
Cualquier espíritu luchador que se destaque entre esa
multitud negligente, animalizada y esclavizada por los sentidos
de la carne, por ser un Espíritu que estudia e investiga, rompe
las ataduras dogmáticas que lo esclavizaban y consigue su
independencia, pero es incomprendido en el ambiente en que
vive, calumniado y hasta perseguido. No es extraño que así
suceda, pues es un Espíritu liberado de los dogmas, tabúes
sagrados o explotaciones religiosas, que trabaja, renuncia, estudia y se sacrifica con la seguridad de que “cuando el discípulo
está preparado el Maestro siempre aparece”.
La incesante liberación y renuncia valerosa a las ilusiones
de la materia, es realmente lo que nos desata de las cadenas de la
vida material, y que nos ayuda en las diversas desencarnaciones
141
José Aniorte Alcaraz
y regresos al mundo de la verdad. De alguna manera todos
sentimos un cierto temor a la muerte, pero cuando llega este
momento inevitable, si nuestra conciencia está en paz, si
sabemos ya la vida que nos espera, todo ese temor desaparece y
nos sentimos libres y felices.
El dolor no debe interpretarse como un castigo, porque no
siempre es una consecuencia o un pago por faltas cometidas en
nuestro pasado; puede ser y muchas veces lo es, el efecto de la
acción sobre el medio en que el Espíritu actúa. Si consideramos
el dolor exclusivamente como medio de pago por delitos
cometidos en el pasado, tendríamos que investigar el origen del
sufrimiento de tantos espíritus jóvenes que viven aún en un
estado primitivo y salvaje. El Espíritu tiene que vivir muchas
veces sufriendo la angustia del fracaso y la alegría del éxito, sin
que este proceso sea la causa de liquidar faltas cometidas.
El sentido de la vida material es un disciplinado proceso
para que el hombre aprenda a dominar sus bajas pasiones, dando
un sentido más elevado a la razón de su vida, y precisamente es
a través del dolor, el cual tanto atemoriza a los seres humanos,
como se consigue dar ese cambio para el perfeccionamiento.
La humanidad actual se sitúa entre dos tipos espirituales
extremos, de un lado está el tipo tradicionalista, conservador y
apegado fanáticamente al pasado, viviendo con una inquietud
continua al pensar que en cualquier momento les puede llegar la
muerte. Del otro lado se encuentra el hombre idealista, valeroso,
heroico, que es censurado y combatido en sus trabajos, porque
se esfuerza en dar a conocer los nuevos ideales evolutivos del
mundo, pues esclarece los horizontes sombríos y abre nuevos
caminos para la elevación de la mente humana.
La convicción y creencia en la inmortalidad del Espíritu y
la seguridad que tiene para un futuro mejor, es una idea
consoladora para la recuperación espiritual, y hasta los seres
más descreídos podrán fortalecerse ante las mayores desgracias
de la vida. Mientras tanto, muchos espiritualistas convencidos
de la inmortalidad del alma, viven en el mundo con la fisonomía
142
Las Verdades del Espiritismo
ceñuda y aire solemne, esparciendo a su alrededor un enfermizo
e injustificable pesimismo ¿y esto por qué?, porque tiene una
creencia que en realidad no convence, no ofrece ningún futuro,
no tiene vida espiritual. El Espiritismo nos dice, nos enseña y
nos prueba, con hechos irrefutables, que el Espíritu es inmortal,
la vida siempre continua, en el plano físico o en el mundo
invisible; tiene un futuro para trabajar, luchar y vencer sus
propias imperfecciones, hasta alcanzar por su propio esfuerzo un
mundo de paz y felicidad.
143
José Aniorte Alcaraz
XII
LA VERDADERA ORACIÓN ESTÁ EN EL TRABAJO
En el mundo invisible, los espíritus no sólo se reúnen bajo
la misma tendencia y naturaleza espiritual, sino que se agrupan
por afinidad de raza, sentido psicológico y concepción
filosófica, resultando de ello un padrón armonioso y familiar
que favorece mucho el trabajo que en conjunto se debe realizar.
Aunque las almas desencarnadas puedan reunirse por los
vínculos de las razas terrenas, también trabajan en la planificación de una forma de vida mejor para una civilización más
avanzada que la actual. No olvidemos que en nuestro planeta
estamos viviendo un proceso de transición, de cambio y de
rectificación.
La esfera astral que existe alrededor de la Tierra, es la
región donde se agrupan todos los desencarnados terrenos, así
que es natural que en esa región se produzcan actividades como
si se tratara de otro planeta semejante, pero mucho más rico en
oportunidades espirituales, debido a su esencia sutilísima que
aumenta todos sus sentidos en el mundo espiritual.
La vida después de la muerte continua y nuestro destino
depende fundamentalmente de la fuerza mental que posea el
Espíritu desencarnado, donde funciona el pensamiento como su
potencial de relaciones y progreso.
El poder del pensamiento tiene una gran fuerza, que el ser
humano aún no consigue controlar, ni sabe valorar. El religioso
se inclina respetuoso ante el altar, con los ojos cerrados,
elevando su pensamiento. El espírita, con los ojos cerrados, con
profundo aire de sensatez y reverencia, con su cabeza inclinada
mientras eleva el pensamiento, con el fin de lograr un ambiente
severo y respetuoso, pero con vibraciones al mismo tiempo
contradictorias… Los hombres, y principalmente los espíritas,
ignoran que de ningún modo podrán elevar su pensamiento a
144
Las Verdades del Espiritismo
última hora, si durante el día lo tienen dedicado a las cosas
triviales o excesivamente materiales; porque los rostros místicos
y los ojos cerrados durante algunos minutos de espasmódica
concentración, no podrán compensar nunca las irreverencias
practicadas durante el día. La oración que más nos acerca a
Dios, es nuestra transformación interior, las demostraciones
exteriores tienen muy poco valor para Él. La verdadera oración
está en el control de nuestra mente, en nuestra firme voluntad
para realizar un trabajo positivo, sin reparar en los sacrificios,
siguiendo las enseñanzas del Maestro Jesús, cumpliendo sus
mandamientos, renunciando a las cosas superfluas de la materia,
para conseguir la redención de nuestro Espíritu. Si hacemos esta
clase de oración, no tendremos que representar una apariencia
mistificada que, en realidad, puede ser falsa.
Es evidente que Dios está presente en todo aquello que
creó, en todo el Universo, en los mundos de luz y en los mundos
de sombras, y en el ambiente “impuro” de la vida material. El
desorden y la impureza no dejan de ser estacionamientos
evolutivos que contribuyen a la formación de la conciencia
individual del Espíritu, muy inmaduro aún en sus facultades
racionales.
Ya es tiempo de enfrentar la realidad espiritual, la falta de
este conocimiento confunde y atemoriza a los seres humanos; en
esta situación no pueden comprender que la verdadera vida es la
espiritual, y que ésta continúa después de la muerte del cuerpo.
Es muy deplorable que aquí aún persista el tabú de que el
Espíritu desencarnado es el fantasma de los histéricos o de los
individuos verdaderamente sádicos, deseosos de asustar a todos
los que se dejan impresionar. Sin duda que el Espiritismo ha
esclarecido todos estos temas o “misterios”, también ha roto
muchos eslabones de la esclavitud religiosa, esclareciendo
sensatamente a la humanidad sobre los dogmas infantiles y
supersticiones absurdas, que tanto han deformado a la figura
heroica y espiritual de nuestro Maestro Jesús.
Es necesario que los espíritas se esfuercen más en divulgar
145
José Aniorte Alcaraz
la doctrina y se preocupen menos de salvar a los espíritus que ya
están en el sitio que les corresponde, según la justicia Divina
que, sin duda alguna es justa y perfecta.
También hay que liberar a algunos centros espíritas (no
todos) de su herencia idólatra, para que se entreguen a trabajos
de más alto nivel, pero siempre huyendo a la peligrosa tentación
de endiosar a los espíritus y convertirlos en “santos” sin coronas,
para lo cual se dejan dominar muchos espíritas, sin tener la
debida preparación, y se someten sumisamente ante los espíritus
atrasados que se titulan “guías, olvidando que la experiencia
individual es una necesidad indiscutible para la vida de todos los
seres.
La historia religiosa nos cuenta los grandes fracasos
sucedidos con respecto a la idea espiritual, elevada y sublime
que nos transmitió Jesús, y que ha quedado sujeta a las
interpretaciones contradictorias de los hombres. El Cristianismo
sencillo de Jesús se transformó en la organización fastuosa de
hoy, de poca utilidad para el hombre espiritual, pues crearon
distintas jerarquías demasiado humanas entre sus sacerdotes
que, hasta entonces seguían la idea cristiana. Después se
establecieron las ceremonias de adoración a los “santos” y a
toda clase de imágenes. Finalmente se firmaron contratos
interesados con los poderes públicos y acuerdos políticos con el
mundo profano, y con esto ya es suficiente para anular cualquier
idea de paz, dignidad y renuncia espiritual. Más tarde se crearon
rituales y liturgias para impresionar a los fieles y construyeron
templos suntuosos, sacrificando las economías de la comunidad
pública y religiosa, falseando la personalidad de Jesús pobre,
para caracterizarlo con la de un rico millonario en una casa
lujosa, tan diferente a la humilde casita en que nació y de la
modesta vivienda de Betania, donde él acostumbraba a descansar de sus fatigas.
Estos enseñamientos esclarecidos a la luz de la verdad,
deberían ser suficientes para cambiar el rumbo de nuestras
vidas, pero no es así, las ideas envejecidas y dogmatizadas que
146
Las Verdades del Espiritismo
aún continuamos aferrados a ellas, despreciando la verdad de las
ideas nuevas, nos siguen dominando y nos causará graves
problemas al desencarnar.
La situación del ser humano que regresa al mundo
espiritual, depende mucho del caudal de virtudes que haya
conseguido el Espíritu desencarnante y del modo como haya
vivido en la materia, porque en general, los encarnados
obedecen más a los instintos de las pasiones animalizadas que a
la razón espiritual; poco a poco se dejan envolver por las
sugestiones maléficas de los indeseables de las sombras, que
desde el más allá, les preparan anticipadamente el periespíritu
para que se sintonice mejor a sus vibraciones maléficas después
de la llamada muerte del cuerpo físico. Son pocos los espíritus
que durante su existencia física se esfuerzan por vivir las
enseñanzas espíritas y salvadoras dentro de la práctica del
Evangelio Cristiano, con la firme creencia que los sacrificios y
las vicisitudes soportadas en la materia les ha de garantizar la
liberación espiritual en el plano invisible.
Los seres encarnados que descuidan su responsabilidad y
cultivan los vicios y pasiones que tanto abundan en nuestro
ambiente, cierran totalmente sus sentidos para no recibir las
llamadas de advertencia que continuamente les hacen sus guías
espirituales. Es indudable que tales criaturas después de la
muerte son recibidas en el astral por una sombría comitiva de las
tinieblas, que exigen los derechos que adquirieron sobre los
desencarnantes, quienes recibieron sus consejos e inspiración,
cuando aún se encontraban en el mundo material. La protección
tan necesaria y deseada que todos necesitamos después de la
muerte corporal, dependerá fundamentalmente de la clase o
forma de vida que hayamos llevado a lo largo de nuestra
existencia. Cada ser se eleva accionado por su propio esfuerzo y
sacrificio.
El miedo a la muerte, también produce serias dificultades
en la última hora, porque detiene al desencarnante más tiempo
del debido, junto a su cadáver, negándose a aceptar una realidad
147
José Aniorte Alcaraz
que él no quiere comprender, debido a la ignorancia sobre la
realidad espiritual y sobre la inmortalidad del Espíritu, también
influye en esto, el llanto y la desesperación de los familiares que
con su misma ignorancia terminan por imantar al moribundo a
su lecho, dificultando la rápida liberación de su Espíritu en el
momento del desprendimiento.
Los hombres se preocupan mucho por conseguir una
preparación universitaria y profesional, con el fin de conseguir
bienes materiales y mejor posición social en la vida, gozando de
todo cuanto ella pueda ofrecerle, y el verdadero sentido de la
vida lo confunden o ignoran, no quieren saber nada sobre las
necesidades que tiene su Espíritu inmortal, que debería ser lo
más importante para ellos. En esta situación se enfrentan con el
terrible momento de la muerte, donde la vida corporal se escapa
sin posibilidad alguna de retención, el miedo se apodera de ellos
y se apegan desesperadamente a los últimos resquicios de
vitalidad, queriendo resistir más tiempo para desatar los últimos
lazos de la existencia terrena.
Si analizáramos este tema en todos sus matices sería muy
largo de explicar, pero sí diremos que, los hombres y mujeres de
nuestro planeta, se empeñan ciegamente en ignorar la finalidad
de la vida humana, la inmortalidad del Espíritu y lo que es más
grave, la existencia del mundo espiritual. ¡Por amor de Dios!
Dejemos de vivir con los ojos cerrados y recuperemos la vista,
para conocer la verdad que nos libertará.
Hay muchísimas cosas que esta humanidad ignora, aunque
al mismo tiempo se considera muy “sabia”. Si estudiamos el
Espiritismo podemos comprobar fácilmente que todos tenemos
compromisos asumidos con la Divinidad, para conseguir nuestro
progreso espiritual a lo largo de los milenios transcurridos y las
innumerables existencias físicas que hemos tenido: Dios nos
permite construir de forma dinámica nuestro propio organismo
carnal, con el fluido vital necesario e indispensable para
conseguir las experiencias de la vida planetaria. Todo esto, para
adquirir bienestar, paz y eterna felicidad, obtenido con esfuerzo
148
Las Verdades del Espiritismo
y merecimiento. Sin embargo, pocas veces respetamos este
compromiso asumido con la Divinidad, porque además de
lesionar nuestro organismo físico, lo usamos para fines brutales
en las sensaciones corrompidas, y nos revelamos cuando la ley
nos impone la multa rectificadora de acuerdo con la falta
cometida. Abusamos desatinadamente de los bienes y beneficios
que Dios pone a nuestro alcance para nuestra ventura espiritual,
pero es evidente que más tarde deberemos sufrir las necesarias
rectificaciones, bajo el proceso doloroso del sufrimiento, en el
mismo escenario del mundo, en el que cometimos la falta.
Aunque el Espíritu no sea consciente de su situación y
continúe en la rebeldía o en los desatinos por largo tiempo,
llegará el día en que tendrá que aceptar un programa integral y
de sacrificio, para su recuperación espiritual. Entonces se ve
obligado a aceptar una nueva encarnación en la vida física, para
sensibilizar y depurar al Espíritu, en sufrimiento benéfico y
reparador. Pero en ese momento, los familiares y la ciencia de
los hombres, creyendo que ese sufrimiento atroz y de
recuperación espiritual es injusto y cruel, resuelven intervenir y
en un acto de “caridad”, cortan el proceso evolutivo de ese
Espíritu, por medio de la eutanasia.
La ignorancia humana es muy atrevida y lo que ellos no
pueden imaginar es que, con la eutanasia se transfiere para una
futura existencia el dolor y el sufrimiento, que fueron reducidos
por ese acto. Este procedimiento es discutible hasta por la razón
humana. Nadie está autorizado para intervenir en los procesos
evolutivos del Espíritu, que es eterno.
Toda intervención indebida, implica una punición, y
adoptar la eutanasia, es una forma indebida, aunque se quiera
justificar por un sentimiento de “piedad”, pero muchas veces
este sentimiento caritativo se puede confundir con sentimientos
de comodidad o egoísmo. No conviene dejarse llevar por el
primer impulso emotivo, que equivocadamente podemos sentir,
creyendo que es un sentimiento piadoso, pero que en lo más
profundo de nuestro ser puede tener otro origen muy distinto.
149
José Aniorte Alcaraz
Nosotros aún estamos lejos de conocer con claridad todo lo que
el Espíritu pretende realizar cuando se encuentra encarnado en el
cuerpo físico.
En lo más íntimo del ser humano siempre hay un punto
débil pero predominante, que es vulnerable a las sugestiones
maléficas de las influencias astrales, que puede servir de motivo
básico para formar una idea negativa, necesaria para el éxito de
la obsesión. Es por esto que tenemos que saber que nuestros
mayores enemigos están dentro de nosotros mismos, y deben
combatirse con nuestra fuerza de voluntad, pues en verdad,
nuestros defectos, vicios y debilidades, suponen un gran peligro,
donde los delincuentes y perturbados desencarnados, se afirman
para imponernos su voluntad obsesiva. Desde hace muchos
siglos, la voz de los espíritus amigos nos dice: “conócete a ti
mismo”, ésta es nuestra mayor seguridad y prevención para esas
negativas influencias.
Los obsesores tienen una preparación muy extensa, la
astucia es uno de los métodos que más resultados les da; saben
explotar el punto más débil de sus víctimas, que casi siempre es
ignorado por ellas mismas. Si la víctima no tiene conciencia
exacta de su situación o no cumple fielmente los enseñamientos
de los Evangelios de Jesús, no tardará en someterse al deseo y
dominio de los espíritus inferiores.
El obsesor transporta hacia la consciencia de su víctima el
“deseo fundamental”, que puede ser una vanidad reprimida, un
orgullo oculto, un deseo cruel, una mal disimulada lujuria,
propensión a cualquier tipo de drogas,… El obsesado, ignorante
de los verdaderos propósitos del obsesor, se convierte en una
víctima, pero responsable de todos sus actos, emociones y
pensamientos. Esto le crea un grave conflicto para su futuro; los
obsesores se convierten en “socios” de su vida, y cuando el
obsesado regrese al plano espiritual, le exigirán el pago del
“servicio” que le han dado. Al mismo tiempo la ley de causa y
efecto, le impondrá una rectificación dolorosa para corregir el
daño que se ha hecho a sí mismo haciendo mal uso de su libre
150
Las Verdades del Espiritismo
albedrío, y posiblemente a sus semejantes.
El ser humano es obsesionado porque se deja influenciar
por las seducciones de la materia y descuida la vigilancia que
debe tener para proteger su habitación carnal, porque justamente
está orientada hacia un objetivo material que la domina. Una vez
alcanzado este dominio, los espíritus inferiores obsesores,
procuran satisfacer los deseos y realizaciones peligrosas de sus
“protegidos” prolongando cada vez más el trance seductor, y
utilizando con más intensidad el punto débil de la criatura, que
le permitirá un dominio mayor de su víctima.
Algunos pregonadores religiosos que se creen salvadores
de la humanidad, adoctrinadores espíritas, críticos inteligentes
de su trabajo hacia el prójimo y médiums de brillante
fenomenología, se pierden porque los domina la vanidad o el
orgullo, y esto porque no utilizan el sentido crítico de la célebre
frase: conócete a ti mismo, y cierran los ojos a las más sensatas
advertencias que reciben de sus guías espirituales, la vanidad los
confunde y cometen las mayores equivocaciones como si fuesen
manifestaciones de alta espiritualidad. Entonces se encierran en
su auto-fascinación, convencidos por completo de su falsa
modestia, ignorando que el viejo y astuto orgullo del pasado,
aún está latente en nosotros, y puede estar surgiendo lentamente
utilizado por la astucia de los espíritus que nos engañan.
A medida que el ser humano se rebaja por sus desatinos
emotivos y desajustes mentales, poniéndose en un contacto
peligroso con las influencias del astral inferior, también aumenta
el imperio de las sombras sobre la Tierra.
La vida del Espíritu en las zonas astralinas, es muy difícil
y dolorosa, los hermanos que por su mal comportamiento en la
existencia terrena tienen que vivir allí, viven en un “infierno”;
están llenos de deseos carnales que no pueden satisfacer, estos
deseos se hacen más imperantes debido a las condiciones
vibratorias del mundo astral, que acentúa las sensaciones del
periespíritu, que es la sede de los deseos del Espíritu; esos
deseos recrudecen y se vuelven más violentos al no poder
151
José Aniorte Alcaraz
saciarse por intermedio del cuerpo físico, al cual estaban unidos.
Igual sucede con tantos otros vicios dependientes, a los que el
Espíritu estaba entregado y sujeto durante su vida en el cuerpo
físico. Éste es uno de los motivos por los cuales, los espíritus
desencarnados realizan tenaces esfuerzos para conseguir obsesar
a un Espíritu encarnado, utilizándolo como un muñeco viviente
que pueda satisfacer sus necesidades y vicios. Ésta es la razón
de por qué los espíritus inferiores o vengativos, no aceptan sólo
vengarse de sus enemigos, sino que además de vengarse realizan
todos los esfuerzos para dominarlos y conducirlos, para hacerlos
intermediarios e instrumentos dóciles a sus vicios y deseos, los
cuales sienten como una necesidad desesperante desde que
dejaron su última vida carnal.
Estos espíritus infelices, y que al fin merecen nuestra
compasión, forman grandes agrupaciones delictivas, se ayudan
mutuamente en sus trabajos vengativos, trabajan en equipos que
actúan astutamente sobre los encarnados que por su debilidad se
someten a su dominio, utilizándolos como “alimento” de sus
insaciables vicios. Se ponen furiosos y aumentan su odio contra
aquellos que quieren ayudar al obsesado y arrebatarles sus
víctimas, y buscan un punto débil para poderles atacar también a
ellos, con verdadera furia.
La venganza, casi siempre, es el argumento que utilizan
para justificar sus acciones sombrías del mundo tenebroso en
que viven, pero en verdad, lo que más les interesa es conseguir
sus objetivos, para satisfacer sus deseos y necesidades viciosas,
que los atormenta como un fuego que no se extingue.
Solamente el dolor en su intensa manifestación, consigue
influenciar a los seres indiferentes o a los espíritus atrofiados
por el exceso de goces o bienestar; pasiones y ambiciones por
los bienes materiales que, a veces, se pierden porque la ley de la
vida nos impone una incesante superación a todos los fracasos,
sufrimientos o vicisitudes humanas. Aun cuando los espíritus
encarnados, se olviden de su cometido y se entreguen a una
degradación completa, viven con la esperanza de alcanzar una
152
Las Verdades del Espiritismo
situación venturosa; realmente les falta fuerza de voluntad para
adquirir el control de su vida, y continuar cometiendo peligrosos
desatinos contra ellos mismos. Se preocupan mucho por mantener una buena imagen hacia el exterior, dentro de la sociedad en
que viven.
En lo íntimo de cada ser, se activa el deseo ardiente de
poder recuperarse y renovar las esperanzas frustradas, pero este
deseo no se puede realizar si antes no conseguimos nuestra
transformación interior.
La elevación espiritual no se consigue sólo a saltos
improvisados, sino que también se consigue por caminos más
dolorosos y tortuosos, la criatura pobre, simple, humilde y
bondadosa, está también elevando su Espíritu; y qué diremos de
aquel que nace con discapacidad física o mental y que está
soportando la prueba severa de una rectificación espiritual,
maniatado por la ley que utilizó mal en el pasado. Casi siempre
es un feroz enemigo de los padres que le ofrecen una nueva
oportunidad para rectificar y perdonar. Las pasiones y la
agresividad aún pueden estar latentes o amordazadas en cuerpos
enfermos. Si estos espíritus tuviesen libertad y un organismo
sano, debido a su inmadurez psíquica no tardarían en cometer
los mismos desatinos, crueldades y torpezas del pasado. Si no
fuese así el Espíritu culpable no podría efectuar a corto plazo,
una renovación espiritual tan necesaria para su evolución. La
elevación espiritual se hace por etapas distintas y con lentas
modificaciones, sin violentar el libre albedrío del Espíritu.
Comúnmente el Espíritu invierte más de un milenio para sólo
conseguir una virtud loable: como la resignación, la paciencia, la
honestidad o la simplicidad, junto con la humildad.
El Espíritu que desencarna de forma prematura, sin tener
en cuenta los casos de accidentes imprevistos y provocados, es
una entidad bien situada espiritualmente, mientras que el que
enfrenta una existencia larga, generalizando, tiene que expiar
muchos defectos o cumplir grandes compromisos que también le
exigirán grandes sacrificios.
153
José Aniorte Alcaraz
Muchas veces consideramos como dolores y sufrimientos,
las etapas o tiempos que tenemos que vivir en proceso kármico
que, a su debido tiempo transforma al Espíritu humano en un
ángel. Este sufrimiento no tiene carácter de punición por las
faltas cometidas por los seres humanos, en esta o en otras
existencias. Esas vidas dolorosas, son como etapas de perfeccionamiento progresivo, que conducen a los seres negativos hacia
las más elevadas expresiones del Espíritu. El hombre sólo
progresa cuando a través del dolor, se libera de las pasiones
degradantes.
Ya sabemos que somos dueños de nuestra voluntad y libre
albedrío, pudiendo practicar nuestras acciones a favor o en
contra de nuestros semejantes, e incluso de nosotros mismos,
pero tenemos que recordar siempre, que la ley de consecuencias,
interviene siempre que nos desviamos de la línea que ella nos ha
trazado, creando situaciones más dolorosas para nuestro futuro.
Ante la constante y eficaz presencia de la ley de Causa y Efecto,
por detrás de cualquier acontecimiento inevitable o trágico, es
preferible curvarse humildemente a la resignada convicción de
que Dios es justo y siempre sabe lo que hace, para que
finalmente todos nosotros alcancemos un estado de paz y
felicidad.
El Espíritu es la mayor realidad que existe en todo el
Universo y que sobrevive eternamente a las innumerables
desintegraciones de los cuerpos que ocupó. La ignorancia de esa
realidad es la que produce el sufrimiento prolongado, motivado
por nuestro comportamiento negativo y el temor que aún se
tiene a la muerte corporal.
Los espíritus enfermos y delincuentes, ya desencarnados,
debido a su carencia de un cuerpo físico, viven excitados por
deseos inferiores que antes satisfacían en la materia, y cuando
dejan el cuerpo en la Tierra, ven con desesperación que no
pueden gozar de los vicios que alimentaban su vida corporal.
Entonces procuran continuar con sus vicios y degradaciones,
tratando de apoderarse de los hombres y mujeres que por su
154
Las Verdades del Espiritismo
ignorancia están desprevenidos y no saben defenderse, a fin de
transformarlos en verdaderas “fuentes vivas”, y conseguir el
medio de hartarse en sus deseos mórbidos. A través de seducciones creadas y enseñadas por entidades diabólicas, terminan por
agotar la vitalidad y defensa de sus infelices víctimas. Estas
entidades astrales son tenaces, astutas pacientes, frías y sin
ningún escrúpulo; con tal de conseguir sus objetivos, intervienen
incesantemente sobre el mundo material en busca de víctimas
pasivas y descuidadas, con las que puedan realizar sus intentos
malvados, dominando su voluntad para introducir en ella los
deseos por las pasiones pervertidas. Una vez conseguido este
objetivo, sus víctimas se convierten en esclavos sumisos de su
maléfica voluntad.
La ley de afinidad o correspondencia vibratoria, actúa con
más facilidad y sutilidad entre el mundo astral y físico, siendo
relativamente fácil la operación para los espíritus viciados que
se sintonizan a los periespíritus de los encarnados, con la
finalidad de satisfacer sus apetitos inferiores y practicar torpezas
y abusos inimaginables.
Aquellos que no se deciden a modificar su desordenada
forma de vida, no tardan en ser dominados por esa fuerza
negativa y se convierten en esclavos de la mórbida voluntad de
los espíritus perversos. Después de perder el control de sí
mismos, manifiestan extrañas y confusas enfermedades que
presentan diagnósticos confusos por parte de la medicina
terrena, y pasan a vivir un estado excitado, afligido y de
continua preocupación. Los presuntos “dueños” de su voluntad,
con mucha astucia evitan que presten cualquier atención o
aproximación amiga o redentora, que le sacaría de su situación.
La técnica que utilizan los obsesores sabios del astral
inferior, es muy eficaz, rodean a sus obsesados de cuidados
especiales, para que se aparten de las personas, ambientes,
lecturas, doctrinas o películas, etc. que puedan despertarles la
conciencia adormecida y se den cuenta de su triste situación y de
la esclavitud en que viven, dominados por los vicios.
155
José Aniorte Alcaraz
Es muy difícil contabilizar la cantidad de contradicciones,
vicios, frustraciones, defectos o emociones incontroladas, que
pueden servir de motivo suficiente para que los obsesores
realicen su trabajo con mucho éxito, emprendido por los
espíritus de las sombras, gracias al descuido de los encarnados.
En base a la ley de afinidad vibratoria, que determina las
afinidades o simpatías entre todos los seres, somos nosotros los
que creamos la receptividad favorable para la presencia angélica
o clima electivo para la penetración e influencias peligrosas de
los espíritus inferiores de las sombras.
Si estamos verdaderamente dispuestos a sacrificar nuestros
intereses y deseos materiales, para conseguir la elevación de
nuestro Espíritu, podemos conseguirlo; creando un ambiente
vibratorio para estar en continua comunicación con el mundo
superior. Si nos dejamos dominar por las pasiones indignas, los
vicios degradantes, y lo que es peor, la envidia, los celos y el
orgullo, seremos un campo abierto para las embestidas hábiles
del astral inferior. Estos espíritus delincuentes y viciosos del
Más Allá, buscan todas las causas morales, y mentalmente
vulnerables de las personas con tendencias viciosas que puedan
ser sus víctimas y poder explotarlas. Les sugieren de forma
malévola que busquen en el vicio o en los placeres un consuelo
para el mal que supuestamente padecen. Se interesan, en
especial, por las personas orgullosas, envidiosas, livianas,
negligentes y muy comprometidas con los bienes y pasiones
materiales.
Si no fuese tan grande la decadencia espiritual y el
ostensivo consentimiento pecaminoso entre los hombres y
mujeres, bastante débiles de carácter, aún les sería posible a los
protectores espirituales reducir la creciente perversión moral que
cada día está aumentando.
El prematuro deseo de los jóvenes modernos de hoy por
emanciparse intelectualmente, sin alcanzar el equilibrio moral,
crea el problema del menor delincuente, de la juventud desviada
y descarriada; esto se adapta perfectamente a un peligroso siglo
156
Las Verdades del Espiritismo
científico y a su atmósfera alterada por innumerables contradicciones, rarezas y rebeldías a los principios pacíficos y
evangélicos expuestos por Jesús. Los espíritus de las sombras
trabajan para dominar la mente de esos jóvenes, haciéndoles
creer que los Evangelios de Jesús sólo son un pasatiempo
ridículo, propio de una época supersticiosa y llena de excomulgaciones, de tutelas religiosas y castas privilegiadas… Las
sombras hacen creer a los jóvenes que el “evangelio” de la hora
presente, es la rebeldía en toda expresión conservadora y deben
rechazarse todas las normas de los tiempos antiguos, que traen
sobre sus escrituras el polvo de los siglos y no se adaptan a la
realidad científica de estos momentos.
Los espíritus de las sombras, malévolos y astutos,
siembran sus ideas realizando un trabajo malicioso capaz de
confundir y dominar a las mentes descuidadas, incapaces aún de
pensar con total independencia… Estos elementos sombríos,
exponen así sus ideas: “Jesús fue un excelente filósofo que
pregonó una buena doctrina para su época, ¿mientras tanto
cómo conciliar los electrones que pueden modificar la
superficie del planeta, con los granos de mostaza que remueven
las montañas? Jesús fue bueno, puro y un hombre sincero, pero
ahora está muy alejado de la grandeza científica del siglo XXI,
por lo tanto es muy poético, pero inaceptable para nuestra
época”…
De esta influencia negativa, astuta, mal intencionada y
obsesiva, emana ese desinterés profundo de los jóvenes de la
actualidad, imprudentes que confunden el descontrol espiritual
con la emancipación intelectual, y sin darse cuenta se esclavizan
a los genios del mundo de las sombras, con la vida espontánea y
materializada. Incapaces de comprender que cuando se reúnen
en ruidosas algarabías y festivas demostraciones de libertad,
empiezan a contrariar los compromisos del Espíritu, de la vida y
de la responsabilidad de cumplirlos; entregándose al vicio del
alcohol, tabaco y otras drogas. Los obsesores los vigilan desde
la vida invisible, saturando su mente con sugestiones atractivas
157
José Aniorte Alcaraz
para debilitarles y que se dejen llevar por el camino que los
convertirá en los nuevos “alimentos vivos” para los hambrientos
del Más Allá.
La voluntad negativa, no se puede imponer a un Espíritu
encarnado a través del proceso instintivo, ni aunque el Espíritu
obsesor posea psiquismo vigoroso. No es posible vencer la
voluntad del encarnado cuando éste tiene una firme voluntad y a
través de su libre albedrío, controla con firmeza sus facultades
mentales, sin controlar nuestra mente, cuando nosotros nos
descuidamos e inconscientemente nos ponemos a disposición de
ellos, entonces nuestras defensas se debilitan y nos dejamos
manipular por estos espíritus mal intencionados.
Así como recibimos las intuiciones de nuestros guías
espirituales, en forma de sugestiones o invitaciones hacia el
bien, que podemos aceptar o rechazar, también las instrucciones
negativas se plasman bajo nuestra libre y exclusiva voluntad. El
Espíritu encarnado sólo queda anulado en su libre albedrío y
pierde el dominio de su cuerpo en los casos de obsesiones
posesivas, relacionadas con rectificaciones kármicas o cuando
están obsesados por el vicio degradante.
Las familias que ignoran la peligrosa intervención, de los
elementos de las sombras en la intimidad de su hogar, y que
además viven la vida con un sentimiento material, contribuyen
inconscientemente para alejar la ayuda espiritual que sin duda
podrían recibir; esta situación se agrava muchas veces por el jefe
de la familia, si se encuentra influenciado por los fluidos
negativos del Más Allá.
Las familias terrenas, muchas veces, no dejan de ser el
punto de encuentro donde se reúnen los espíritus para la mutua
lucha, a favor de la victoria del capricho, el orgullo, el amor
propio, los celos, etc.
En el mundo astral, invisible para nuestros ojos, se efectúa
un trabajo incesante, perseverante y disciplinado, para que los
espíritus encarnados vean debilitadas sus defensas espirituales,
confundan sus sentimientos, equivoquen sus razonamientos y
158
Las Verdades del Espiritismo
faciliten los planes tenebrosos del astral inferior.
Los perseguidores del mundo de las sombras, son astutos y
muy pacientes, viven sembrando intrigas y confundiendo a sus
víctimas, hiriendo el amor propio, excitando la vanidad, el
orgullo, los celos, la envidia, la ambición y el egoísmo, para
convertir a la criatura en un instrumento dócil a sus caprichos. Si
no estamos vigilantes y no vivimos la vida según las enseñanzas
evangélicas de Jesús, si no estamos fortalecidos para rechazar
sus ataques, que muchas veces llegan a través de nuestros seres
queridos, entonces también seremos víctimas de ellos.
Vivimos en un mundo en que los siglos se han acumulado
uno sobre el otro, y el hombre aún no se dio cuenta de que el
principal objetivo que debe conseguir, es el de conocerse a sí
mismo.
El hombre ha luchado para conquistar las empresas más
peligrosas de la Naturaleza, pero se ha desinteresado por su
elevación espiritual y la incredulidad sobre los valores nobles de
la vida, aún los sigue ignorando, lo que facilita mucho el trabajo
incesante de las fuerzas negativas, que perturban el ambiente de
este mundo.
159
José Aniorte Alcaraz
XIII
¿QUÉ ES EL ESPIRITISMO Y QUÉ ES EL CRISTIANISMO?
El contenido de este libro puede ser incómodo para
algunos e inaceptable para otros. Mi compromiso o misión, es
decir, la verdad, una verdad que no es nueva pero que se
mantiene oculta por unos pocos, para que la ignoren muchos que
han sido engañados durante siglos, y continúan dejándose
engañar.
En el año 1950, yo estaba preparado para dejar España y
emigrar a un país americano, que no fuese Brasil, pues aún así,
en contra de mi voluntad, acabé en un país, para mí hoy, el más
maravilloso del mundo, mi querido Brasil. Allí conocí y estudié
el Espiritismo a través de los libros, porque cuando intenté
participar en algún grupo espírita, mi razón rechazaba la
interpretación que allí se hacía, fanatizada y marcada por otros;
no tenían ninguna independencia.
Yo me mantuve alejado de este ambiente, como si una voz
interna me dijera: “nuestro trabajo es diferente, tenemos que
abrir un camino nuevo, para divulgar la idea espírita”.
Entonces yo no podía comprender ni darle sentido a estas
inspiraciones, pero sí puedo decir que durante 18 años estudié y
practiqué el Espiritismo con total independencia, sin comprometerme con ningún otro grupo.
En el año 1970, recibí mi primera revelación, que me
decía: “debes dejarlo todo y regresar a España, empezar una
nueva vida y un nuevo compromiso”; y durante estos últimos
cuarente años, mi vida ha sufrido muchos cambios, cada día más
comprometido y dedicado al compromiso que asumí en el
mundo espiritual. En este importante trabajo divulgativo de la
doctrina espírita a través del libro gratuito han intervenido
muchos Espíritus Mayores, pero yo quiero destacar el nombre
del que he sentido más cerca de mí, del que quizás más me ha
160
Las Verdades del Espiritismo
ayudado, este Espíritu es Amalia Domingo Soler.
Doy gracias a nuestro querido Maestro Jesús y a todos los
espíritus que me ayudan para realizar este trabajo de divulgación
del Espiritismo, en el conocimiento de su verdadera interpretación, en el conocimiento de la verdad.
El Centro Espírita tiene una misión muy importante que
cumplir, él es el punto de reunión de los espíritus encarnados y
desencarnados, que desean y tienen necesidad de conocer la
verdadera realidad de la vida espiritual. El mundo invisible y el
mundo físico, son dos mundos paralelos que viven juntos; el uno
se plasma en el otro como si en realidad sólo existiera uno. El
mundo incorpóreo es el mundo del sentimiento y del pensamiento, el corpóreo es el mundo de las formas, de las ilusiones y
de las pasiones incontroladas, pero al mismo tiempo también
puede ser el mundo del sacrificio y la renuncia, para la elevación
del Espíritu.
Este conocimiento deben tenerlo todos los espíritas que
asumen el compromiso de enseñar esta doctrina, tanto a los seres
encarnados como a los desencarnados. Para enseñar una idea
hay que creer en ella, y si creemos en ella tenemos que vivirla y
practicarla, y si no hacemos esto, no tenemos el derecho ni la
fuerza moral para convertirnos en guías de nadie, porque cuando
un ciego guía a otros ciegos, todos caen en un abismo.
En cuanto a los hermanos sufridores que lloran y se
lamentan en los “planos astrales” y nosotros como hermanos
cariñosos queremos sacarlos de ese sufrimiento, simplemente
con una oración y una supuesta elevación del pensamiento, les
estamos prometiendo algo que no podemos cumplir. Ellos han
contraído una deuda que tienen que pagar, y cuando estén en
condiciones de ser ayudados, el mundo espiritual tiene los
suficientes medios para hacerlo.
El deber de un Espíritu, es conseguir su transformación,
viviendo de acuerdo con las enseñanzas de la doctrina espírita.
Esta doctrina tiene que ser divulgada, porque es necesaria para
esclarecer las mentes de nuestros hermanos, ensombrecidas
161
José Aniorte Alcaraz
durante muchos siglos de manipulaciones religiosas y dogmas
fanatizados. Es el momento de escuchar la voz de Jesús quien
nos decía: “conoceréis la verdad y la verdad os libertará”.
Hay muchos espíritas que se encuentran preparados para
recibir la luz de Jesús, como buenos trabajadores, humildes y
convencidos aceptan el trabajo que les ofrece su Maestro, sin
condiciones, dispuestos al sacrificio, a la renuncia y sin temor a
las críticas, burlas, escarnios y persecuciones, convencidos de
que si Jesús está con nosotros, nada ni nadie nos puede vencer.
La doctrina espírita y la doctrina de Jesús, que es la
misma, demuestra la igualdad de todos los espíritus en el
momento de ser creados, la diferencia que se establece después
entre ellos, es el resultado del adelantamiento más o menos
rápido, según el esfuerzo que cada uno de ellos haga para
integrarse en la familia universal, cuyos miembros somos todos
hermanos que debemos ayudarnos con amor y abnegación.
El progreso de los espíritus es lento, pero siempre avanza
en su camino evolutivo, y cuanto mayor es el progreso más
sienten los deberes de la fraternidad. Cuanto más adelantados
estén más sentirán la tendencia generosa y el sentimiento del
sacrificio a favor de sus hermanos, como expresión del amor
fraternal. Con la palabra caridad no se debe entender tan sólo el
dar una limosna o no tener sentimientos de odio, es necesario
imponernos un sacrificio para aliviar el dolor de los demás. La
fe no es solamente una exaltación pasajera del alma en busca de
Dios, manifestada tal vez por un sufrimiento. El verdadero
sentido de la oración, está en la asociación continua con todos
los sufrimientos, aceptados con humildad y dando gracias a Dios
por los beneficios que con ellos recibimos. El amor fraternal
impone el bien por medio de la palabra, de las obras, del olvido
de uno mismo en beneficio de los demás, mediante el sacrificio
para ayudar a nuestros semejantes, cumpliendo todos nuestros
deberes fraternos y humanos.
La doctrina Universal, es la doctrina de Jesús, es la
doctrina del amor, basada en la igualdad y en la fraternidad, y en
162
Las Verdades del Espiritismo
esto consiste el prestigio de Jesús en medio de la humanidad. Él
vino a traer la ley de Dios a un mundo demasiado nuevo para
poderla comprender, pero puso los cimientos de su obra, que
será inmortal, y esa obra continúa su desarrollo, hoy impulsada
por el Espiritismo. Él nos enseñó la ley del sacrificio y de la
renuncia, y que sus apóstoles cumplieron, aunque no los
seguidores de ellos, que debían seguir el camino de la humildad
y la pobreza y no lo hicieron, faltando así a los mandamientos
del Maestro, pero ahora ya vienen discípulos más fervorosos que
sabrán cumplir dichas enseñanzas, repitiendo sus palabras y
cumpliendo sus mandamientos.
Las revelaciones de los espíritus más elevados nos
proporcionan fuerzas, pero las inclinaciones del hombre aún son
muy negativas para recibir la nueva revelación, que despertaría
en su conciencia un deseo de cambio y la esperanza de una vida
mejor.
El hombre que se ilumina con una idea nueva, revelada por
los espíritus de más elevación, siente esta inmensa felicidad que
le da fuerzas para sacrificarse en aras de la caridad y fraternidad
universal, divulgando la verdad sobre la vida espiritual, llevando
el consuelo a los que sufren, la esperanza a los desesperados y el
esclarecimiento a las mentes ensombrecidas. El buen espírita
tiene el compromiso de realizar este trabajo, con renuncia y
sacrificio, porque es un colaborador en la obra de nuestro
Maestro Jesús. A todos los espíritus que participan en este trabajo, se les reconoce por la elevación de sus manifestaciones.
Ninguno de ellos rechaza las leyes que rigen para la naturaleza
humana, y todos buscan robustecer en sí mismos, el sentimiento
de justicia y de abnegación.
La doctrina espírita es un conocimiento superior, que tiene
el verdadero espírita que saben interpretarla, vivirla y divulgarla;
se manifiesta por la inspiración de los espíritus al Ser encarnado,
haciéndose ostensible por el acrecentamiento del deseo y la
voluntad que se impone para el cumplimiento de las misiones
que cada uno deba realizar. Así se da cumplimiento, en parte, a
163
José Aniorte Alcaraz
la ley del amor que se debe desarrollar entre los seres humanos.
Esta ley sólo puede aplicarse según la comprensión de nuestros
semejantes y ella proporciona la luz apropiada según las
necesidades de aquel que la recibe. La manifestación del
Espíritu elevado es buena y generosa, pero permanece siempre
dentro de los límites trazados por la sabiduría y elevación de su
misión. No participan en la solución de los problemas humanos,
para conseguir los bienes temporales, pero sí se interesa mucho
en el adelantamiento del Espíritu. No contestan a las preguntas
dictadas por la curiosidad en forma de consulta, por esto se
alejan de los médiums indignos y son poco frecuentes sus
manifestaciones.
Este tema no dice nada nuevo y todos los espíritas lo
conocen, pero no son muchos los que quieren reconocerlo y
aplicarlo como un serio mandamiento a seguir en su conducta y
forma de vida.
Cuando el esclarecimiento de la mente, la fuerza de
voluntad y la fe se establecen sobre una realidad, demostrada en
un mundo material, el Espíritu no puede debilitarse, pero la
naturaleza humana, humilla tan profundamente al Espíritu
agitado bajo la presión de las fantasías materializadas, que tiene
que hacer un gran esfuerzo para mantener su independencia y su
libertad, que necesita para cumplir su misión al servicio de
Jesús.
Las dificultades que tienen los espíritus más esclarecidos,
aumentan en relación con la inferioridad del mundo en que
habitan y a pesar de las luces espirituales y de la fuerza del
conocimiento que un Espíritu pueda tener, sufrirá con más o
menos intensidad los ataques a sus convicciones por las sombras
arrojadas sobre su ideal, en un mundo en que todas las creencias
religiosas se manifiestan con demostraciones referentes al
pasado y al presente, sin reconocer los errores cometidos,
ensombreciendo el porvenir y negando la inteligencia del Ser
encarnado.
La familia en la Tierra se compone de alianzas, sin tener
164
Las Verdades del Espiritismo
homogeneidad y sin fuerza colectiva para alcanzar su verdadero
objetivo. Estas alianzas se convierten en lamentables pruebas
para los espíritus más adelantados, que con más elevación tienen
que someterse a una convivencia más inferior.
En el ejercicio de su libre albedrío, el Espíritu encuentra la
calma necesaria para mantener su fe, la fuerza para realizar su
trabajo y la seguridad para dirigir su obra. Para cumplir esta
misión también necesita de una cierta libertad para actuar, y esta
libertad se ve cuestionada, a veces, por la dependencia que
existe entre los miembros de una misma familia. La dependencia
y la influencia material que existe en un mundo como este, nadie
puede eludirla, y el Espíritu superior que se encuentra aquí para
abrir nuevos caminos y cumplir una misión, tiene que hacer un
gran sacrificio para conseguir la libertad necesaria para la
realización de su trabajo, pero entristeciéndose al sentirse
incomprendido y rechazado por los seres que tanto ha querido.
Las debilidades de la fe, son una consecuencia de toda
creencia sostenida sin un conocimiento y sin una razón. Estas
debilidades en las creencias religiosas, constituyen motivos de
constantes esfuerzos para todos los que practican una religión
sin comprenderla.
El fanatismo, que consiste en una fe ardiente, privada de
razón, debe considerarse como una peligrosa enfermedad del
Espíritu. La fe verdadera jamás se separa de la razón. Ella revela
una personalidad convencida de los compromisos asumidos, y
este Espíritu jamás retrocede ante las dificultades que debe
enfrentar para realizar su trabajo. Cualquiera que sea el deber a
cumplir, seguirá siempre en su lucha; éste es el resultado de
muchos sufrimientos y claudicaciones, por faltas cometidas en el
pasado, y los deberes futuros del mismo Espíritu serán el
resultado de su actuación de hoy, sobre la base de sus medios
actuales.
Muy lentamente, la naturaleza humana puede desprenderse
de sus tendencias carnales, pero la fe verdadera proporciona el
empuje del coraje, la perseverancia en los compromisos su165
José Aniorte Alcaraz
periores, el desprecio por los peligros, y el estudio profundo
para ampliar conocimientos, se hace cada vez más fácil, la
materia se debilita cada vez más, y el Espíritu conquista nuevas
posiciones y se eleva de etapa en etapa hasta el aniquilamiento
de la materia. La fe verdadera es el premio de todos los espíritus
veteranos, cuyo adelanto intelectual no se ve deprimido, por la
decadencia moral.
El deber descansa en el cumplimiento de la ley de Dios, y
en los compromisos adquiridos para la emancipación de nuestro
Espíritu. La ley Universal se cumple cuando aceptamos y
comprendemos que el Espíritu es inmortal y que tendrá que
seguir inevitablemente, una ruta marcada para conseguir su
perfectibilidad; el ser humano desprecia las grandezas de la vida
superior y aún se entrega sin reparos a las bajas pasiones,
creando para ellos mismos un futuro difícil y de grandes
sufrimientos, así será hasta que comprenda que el único camino
a seguir es el que nos enseñó nuestro Maestro Jesús, entonces
conocerá la verdad y la verdad le hará cambiar. Comprenderá
entonces que sólo a través de la Caridad y el Amor, se salvará el
hombre.
El Espíritu débil, unido a un cuerpo físico, se atrofia en la
atmósfera de las causas mórbidas, y se hace pesado por la
debilidad de los sentidos materiales, deja de ser un conductor y
se arroja en los brazos de extravagantes demostraciones.
Tras la muerte, el Espíritu guarda sus recuerdos, sean estos
consoladores o funestos. Para un ser que sólo se preocupó de
satisfacer sus pasiones y vivir la vida según sus ambiciones, el
recuerdo que siente es un verdadero tormento, sin embargo, para
los fuertes y los justos, el recuerdo que siente es un bienestar,
una experiencia y un engrandecimiento.
El remordimiento toma formas diferentes, todas basadas
sobre las impresiones de los recuerdos, y el beneficio de la
esperanza no existe para los infelices que se encuentran
embargados por la visión del delito y del temor de la represalia.
La luz de su porvenir, se hace más o menos clara, más o menos
166
Las Verdades del Espiritismo
lenta, para los espíritus que después de la muerte corporal
regresan al mundo espiritual. Además de estos dos aspectos de
la humanidad terrestre, los espíritus se distinguen por sus grados
de adelanto. Después de los espíritus demasiado nuevos para
comprender el principio espiritual, tenemos al Espíritu perezoso,
al Espíritu escéptico por orgullo, al Espíritu supersticioso o
fanático por ignorancia; todos son responsables de sus actos y
pueden mejorar aquí y en la vida espiritual. Los inteligentes, los
investigadores, los sabios, los apóstoles y misioneros, están en
los mundos materiales y constituyen los focos del progreso.
Los espíritus considerados capaces de colaborar en el
progreso universal, se encuentran repartidos y colocados en los
mundos materiales de acuerdo con las fuerzas que cada uno
dispone, y según el engrandecimiento moral que debe resultar de
su acción, en los determinados centros humanos, mediante el
buen cumplimiento de su misión. A ellos les cabe aclarar todo
sobre el misterio de la vida y de la muerte, no obstante, el
mundo de sombras en que tienen que vivir, les corresponde a
ellos mismos el hacer conocer el principio creador, inteligente y
eterno, desmenuzar los ídolos y proclamar la Religión Universal, que es la verdadera, porque es la religión de Dios y ella nos
dice: “hay que vencer o morir por la verdad, cualquiera que sea
el precio impuesto a las victorias o a las derrotas, hay que
sacrificar el interés personal ante el interés general y elevarse
entre los hombres, humillándose ante Dios”.
No se pueden contar fácilmente los espíritus que utilizando
su fuerza de voluntad persistente, han dirigido movimientos
sensibles en la marcha ascendente de la humanidad.
Estos espíritus mediativos, que abren nuevos caminos para
el futuro de la humanidad, pocas veces se ven honrados y
seguidos durante su vida humana. Casi siempre mueren en la
soledad, incomprendidos, calumniados y a veces perseguidos.
Los desviados del sentido moral, los que gozan con las
alegrías mundanas, los indignos poseedores de las facultades
intelectuales, todos los que viven en la oscuridad, todos los
167
José Aniorte Alcaraz
incapaces por cobardía, se encuentran dominados por el terror
de la vida espiritual, y así será hasta que un acontecimiento
importante en su vida, le haga cambiar el rumbo equivocado que
están siguiendo. Estos hermanos deben comprender que la
Justicia Divina es infalible y que cada uno de nosotros cogerá,
inevitablemente, lo que haya sembrado.
Para finalizar este capítulo, relataré una de las últimas
intervenciones del Maestro Jesús a sus discípulos:
“La verdad tendrá que ser restablecida, los impostores
serán confundidos, los creyentes serán recompensados y
castigados los tibios”.
“La malicia y la perversidad del mundo, os preparan
malos días. Conservad vuestra fe pura de todo fingimiento y no
pongáis límites a vuestra caridad. La fuerza viene de Dios y yo
os transmitiré la fuerza”.
“Pedid los tesoros de Dios y despreciad las riquezas de la
Tierra. Quien quiera elevarse entre los hombres, será rebajado
delante de Dios”.
“Vosotros sois mis apóstoles, predicad la palabra de Dios
y anunciad su reino por toda la Tierra”.
“Vosotros, los que escucháis mis palabras, sois mis
discípulos queridos, ayudad a los pobres, revelarles la verdad,
ellos son mis miembros, facilitad el arrepentimiento para una
rectificación. Dios nuestro Padre, siempre nos da una nueva
oportunidad”.
“Todo lo que vosotros emprendáis en mi nombre, será
asistido, y la gracia os acompañará en la paz y en los peligros”.
“No devolváis jamás mal por mal, sed fuertes ante
vuestros enemigos para que os respeten. Confirmad vuestra fe,
más con las obras que con los discursos, y en la hora del
sacrificio y la renuncia, recordad mis promesas y mi martirio”.
“Estas promesas las cumpliré si sois fuertes y habéis
comprendido y practicado lo que yo os ordeno y lo que yo
mismo he practicado”.
“Una vida tranquila no es una vida de apóstol y la
168
Las Verdades del Espiritismo
regularidad de la conducta no constituye la virtud de un
discípulo. Son necesarias al discípulo fuerza y coraje para
afrontar la burla, la crítica, el desprecio, la persecución, la
esclavitud, la muerte y el heroísmo, debe tener una disciplina;
conducta que deben seguir los discípulos del Maestro Jesús”.
“El apóstol demostrará a Dios y sufrirá por la verdad”.
“El discípulo abandonará los bienes del mundo y los
honores del mundo. Abandonará al padre, a la madre, a la
mujer, a los hijos, antes que renegar de mi doctrina, ya sea con
actos, ya sea con las palabras, ya sea con la abstención o con el
silencio”.
“Vosotros sois mis apóstoles y mis discípulos; yo tendré
que contar con vosotros y no obstante… Yo sé que alguno de
vosotros me traicionará”.
“¡Pobres locos! Les decía Jesús a los hombres entregados
a la vida alegre y al orgullo, vosotros destruís el porvenir en
obsequio del presente, y el presente huye como una sombra.
Adornáis vuestros cuerpos y desnudáis vuestras almas, buscáis
los honores del mundo cuando Dios solicita en vano los honores
de vuestro Espíritu”.
“Os arrodilláis ante el becerro de oro mientras vuestros
hermanos carecen de todo. Ahora os lo digo, aquellos que
acumulan bienes innecesarios, se verán después privados de lo
más necesario”.
“Los que gozan de honores humanos, en el día de hoy, no
podrán tener más que humillaciones en el día de mañana. Y
todos los que se complacen en los goces carnales, y los que
colocan la felicidad en la posesión de las riquezas y del mando,
serán los pobres, los desheredados, los parias de una nueva
vida difícil; vosotros tendréis hambre y sed. ¡Oh ricos egoístas!
Pediréis descanso, holgazanes orgullosos, y continuaréis en el
trabajo, sin aplacar el hambre y la sed”.
Sus discursos fueron manipulados Se le dio un sentido
erróneo y negativo, sembrando la ignorancia, atribuyéndole
palabras que él nunca pronunció.
169
José Aniorte Alcaraz
Sus palabras siempre fueron verdaderas, y no vino para
alterar la ley, sino a cumplirla, y todo lo que pueda alterar la ley
natural no lo hizo Jesús. Dios no altera sus leyes, las leyes de
Dios son inmutables y se cumplen en todo el Universo.
170
Las Verdades del Espiritismo
XIV
EL CENTRO ESPÍRITA Y LA ILUMINACIÓN DE LOS
ESPÍRITUS
No es mi intención criticar ni censurar la interpretación
que hacen algunos centros espíritas durante sus trabajos
mediúmnicos, tienen el derecho de utilizar su libre albedrío,
pero también asumen la responsabilidad de sus aciertos o
desaciertos. Yo sólo quiero recordar a nuestros hermanos
espíritas, que para nosotros existe una ley fundamental, la de
causa y efecto, según esta ley, cada uno cogemos lo que
sembramos; cuando nuestros hermanos sufridores nos piden
ayuda para salir de la situación dolorosa que ellos mismos se
han creado, entonces los espíritas “caritativos” en un esfuerzo
gratuito, intentan librarlos del temporal que ellos mismos han
provocado. Estos “espíritas” distribuidores de luz, son aquellos
que son pequeños pero sienten la necesidad de sentirse grandes.
Con este comportamiento cometen tres faltas graves: ponen en
duda la Justicia Divina que existe en todo el Universo; ignoran
que en el mundo espiritual todo está dirigido con justicia y
equidad y cada Espíritu recibe la ayuda necesaria cuando está en
condiciones de recibirla, y por último engañan a esos infelices
hermanos dándoles falsas esperanzas, haciéndoles creer que los
sacan del sufrimiento, cuando en realidad es algo que sólo
depende de ellos.
Nuestro principal objetivo, es iluminar y ayudar a nuestros
hermanos, supuestamente equivocados, pero la ayuda hay que
dársela aquí donde aún pueden cambiar de rumbo y rectificar su
forma de vida. Aquí durante la vida física es donde el Espíritu
encarnado tiene que rectificar su conducta, para que cuando
regrese al plano espiritual haya pagado parte de las deudas
atrasadas, y no haya contraído otras que puedan agravar su
situación. Por tanto la caridad a los espíritus hay que hacerla
171
José Aniorte Alcaraz
aquí, con amor, renuncia y abnegación, revelándoles la verdad,
con nuestro ejemplo.
Yo creo en Jesús, y Jesús nos dijo: “Reconciliaros con
vuestro enemigo (nuestras debilidades, pasiones y vicios) en el
camino (nuestra vida física), porque si no os prenderá el
alguacil que os entregará al juez, y el juez (nuestra conciencia)
os meterá en prisión (zonas de sufrimiento) y de allí no saldréis
hasta haber pagado el último cetil”. Amigos espíritas, no se
puede dar luz a los espíritus, si ellos viven en las sombras.
Para finalizar este libro, en este capítulo, añado cuatro
capítulos de nuestra querida Amalia Domingo Soler, extraídos
de la revista “La Luz del Porvenir” que explican claramente, la
realidad del tema principal que contiene esta obra:
EXTRACTO DE UNA COMUNICACIÓN
Con el uso del libre albedrío que tiene cada individuo,
hemos aceptado del Espiritismo todas las manifestaciones y
procedimientos de muy buen grado, menos el hacer caridad a los
espíritus. Sin poderlo remediar, cada vez que vemos a un
médium hacer visajes y contorsiones, lanzando maldiciones
espeluznantes, dominado por un Espíritu en sufrimiento, se
apodera de nosotros tal contrariedad que huimos de presenciar
tales escenas, de escuchar los diálogos que se entablan entre el
presidente del grupo o del centro que se dedica a hacer caridad a
los espíritus. Mas siempre que hemos tocado este punto, haya
sido de palabra o por escrito, hemos sido reconvenidos por
cuantos nos han escuchado, pero recriminados duramente,
diciéndonos que difundir la luz entre los ciegos era una obra de
misericordia y ciego era el criminal empedernido que en
sucesivas existencias, hacía el mal por el solo placer de ser
hostil y feroz para con sus semejantes; a lo que siempre hemos
172
Las Verdades del Espiritismo
contestado: y antes de ser conocido y practicado el Espiritismo
en la Tierra, ¿Cómo abrían los ojos a la luz, los ciegos de
entendimiento? Cuando no había médiums a quien molestar y
entretener, (porque éstos no habían adquirido el menor desarrollo) ¿Qué hacía Dios con aquellos desventurados? ¿Los dejaba
sumergidos en las tinieblas? Esto no parece posible; porque las
leyes Divinas son de toda eternidad, y a Él no se le ocurrirá hoy,
lo que no pensó ayer, por consiguiente, los espíritus en el
Espacio siempre habrán tenido guías y protectores que les
habrán enseñado el camino del arrepentimiento y los medios
más oportunos para salir del caos del dolor; y además, ¿Qué
papel representa en el Universo la humanidad terrena? ¿Qué
virtudes atesoran los habitantes del planeta Tierra? ¿Qué grados
de progreso les hace marcar en la historia de los siglos, los
hechos más culminantes de su vida? Triste y vergonzoso es
confesarlo, pero en todos los tiempos se ha sostenido una lucha
titánica y fratricida, el fuerte dominando al débil, y éste
empleando la astucia y todas las malas artes para vengarse de su
opresor; no ha habido redentor en la Tierra que no haya sido
crucificado, no ha habido sabio que no haya sido objeto de
ludibrio para sus semejantes en el cuerpo, mas no en la
inteligencia.
Todos los grandes inventos han sido bautizados con las
amargas lágrimas de su inventor. Toda religión, todo principio
de moral ha sido maleado y explotado por la ambición
insaciable del hombre. Todos los imperios más poderosos han
levantado su solio sobre montañas de cadáveres. Los políticos
eminentes, los que sostienen en sus tronos a los Césares, no son
otra cosa que mercaderes de coronas. En la Tierra hasta el amor
es un cambio de egoísmo. Y estos espíritus que viven en
continua turbación, en uno de los mundos de peores condiciones
que pueblan los espacios, son los encargados, son los elegidos
para dar luz a los que ya no tienen la camisa de fuerza de nuestra
grosera envoltura. ¿Hemos de instruir a los que están más libres
que nosotros?
173
José Aniorte Alcaraz
El Espiritismo indudablemente tiene aún muchos puntos
oscuros, y uno de ellos ha sido y es para nosotros “el hacer
caridad a los espíritus”, pero como siempre que hemos tratado
semejante cuestión, hemos adquirido enemigos y hemos sido
objeto de agrias censuras, hemos concluido por decir: ruede la
bola, estudiemos y algún día se sabrá la verdad.
Así las cosas, hemos seguido asistiendo a las sesiones
espiritistas del Círculo de Buena Nueva, en el cual, en doce años
que venimos estudiando las comunicaciones que da un buen
médium parlante, nunca afortunadamente, éste ha servido de
instrumento o de intermediario a espíritus en sufrimiento. Sus
comunicaciones sencillas y dulces las unas, filosóficas y
profundas las otras, han sido un curso de moral racionalista,
digno de ser estudiado y archivado en la biblioteca del hombre
más sabio; pero careciendo de taquígrafos nada ha quedado de
tan buenas lecciones, más que alguna que otra historia que
hemos recogido en fragmentos, o el extracto de alguna
comunicación cuyo asunto nos pareciera digno de ser estudiado
y comentado detenidamente; y a este género de comunicaciones,
pertenece la que oímos el 22 de julio último; la que hubiéramos
querido que la hubiesen escuchado todos los espiritistas de la
Tierra; porque el Espíritu que se comunicó dijo grandes y
profundas verdades, y tanto nos impresionaron sus palabras, que
le pedimos que nos inspirara para trasladar al papel algunos de
sus conceptos; y aunque muy imperfectamente haremos el
extracto de un discurso, quizá el más notable y de mayor
trascendencia que hemos oído sobre Espiritismo. Dijo así el
Espíritu:
“Hermanos míos, voy a tocar un tema que ha sido muy
discutido, que ha levantado gran polvareda entre los espiritistas,
y éste se reduce a hacer una pregunta sencillísima. ¿Es útil, es
conveniente hacer caridad a los espíritus?”
“¿Qué son los espíritus para los terrenales? Seres invisibles
que se comunican con determinadas personas, las cuales tienen
condiciones medianímicas apropiadas, para recibir de distintas
174
Las Verdades del Espiritismo
maneras el pensamiento y la voluntad de los que un día
habitaron en la Tierra. ¿Podéis responder de su identidad? No;
podéis deducir, conjeturar y hasta creer que será éste, o aquél,
unas veces porque le ven los médiums videntes, otras porque
dicen lo que sólo uno de sus deudos sabe, pero la completa y
absoluta seguridad de que el que se comunica es Juan, Manuel o
Pedro, esa no la podéis tener, la identidad sin duda es
completamente imposible; luego al hablar con los espíritus,
habláis con seres enmascarados que pueden reírse de vosotros a
mandíbula batiente (si la tuvieran), como se ríen vuestras
máscaras en las fiestas del carnaval de aquellos que se empeñan
en adivinar, quién será el bullanguero encapuchado sabedor de
secretos y deslices. Y a estos seres que no conocéis, que ignoráis
por completo cómo vivieron y cuales fueron sus aspiraciones en
la Tierra, si se os presentan gimoteando y destrozando al
médium, decís con acento compasivo:
¡Pobrecito! ¡Cuánto sufre! ¡Qué turbación tan horrorosa!
Es preciso no dejarle en la oscuridad. Escucha buen Espíritu,
¿Tú no sabes que existe Dios? A esta pregunta el pobre médium
suele ser arrojado al suelo y maltratado por el Espíritu que
reniega y maldice hasta su sombra; y los inocentes espiritistas
sin cuidarse de lo que sufre el médium, principian a exhortar al
Espíritu en turbación y a decirle: mira, atiende, escucha, ¿Tú no
sabes rezar? ¡Ah! Tú no sabes el consuelo que se encuentra en la
oración, ora, buen Espíritu, ¡Elévate! ¡Elévate! Y encontrarás a
Dios”
“¡Infelices! (que no merecen otro nombre los que se asocian a los comediantes del Espacio) ¿Pensáis que un Espíritu
empedernido en el crimen se eleva en el breve plazo de algunos
segundos? No; necesita siglos para engrandecerse y aspirar el
perfume divino de la oración. ¿Por qué sois tan torpes? ¿Por qué
no estudiáis en vuestra propia vida? En vuestra misma familia
no faltará un ser más descreído que vosotros, que se ría de
vuestras creencias y al que predicáis continuamente para que
entre en el redil, y cuántas veces, después de escucharos os dice
175
José Aniorte Alcaraz
con la mayor indiferencia: bueno, allá veremos; y a su vez
aprovecha la ocasión que cree más propicia para ridiculizaros y
atraeros a su escepticismo, sin que vuestro trabajo obtenga más
fruto que el que alcanzar pudiera un misionero, predicando en
un desierto día tras día.”
“Vosotros mismos, si os miráis sin usar el anteojo del
amor propio, reconoceréis que de cien defectos, sólo os habéis
despojado por completo de uno, después de estudiar años y años
el aforismo de la moral eterna: “no hagas a otro, lo que no
quieras para ti”. Ahora bien, ¿Cómo queréis, ¡Pobres ciegos de
entendimiento! Que los criminales se rediman en un segundo, si
vosotros sin serlo, tardaréis muchos siglos en redimiros?”
“¡Redimir! He aquí la eterna monomanía de la humanidad;
pero siempre queréis redimir a los que están más lejos,
olvidándose de vosotros mismos, y luego de aquellos que
llamáis salvajes y que habitan en regiones, en las cuales aún no
habéis puesto vuestra planta. ¡Tanto como tenéis que hacer aún
en ese planeta, tanto como tenéis que colonizar, tanto como
tenéis que aprender para enseñar e instruir, a las masas embrutecidas por la barbarie de la ignorancia!... y perdéis un tiempo
precioso ridiculizando al Espiritismo, convirtiendo un estudio
serio y profundo en irrisible pantomima, en comedia que por
vuestra torpeza puede muy bien convertirse en tragedia”.
“¿Queréis hacer caridad a los espíritus? Comenzar por
vosotros mismos, moralizando vuestras costumbres y dulcificando vuestros sentimientos; engrandeciendo vuestros ideales
y sublimando todas vuestras aspiraciones, siendo modelos
acabados de mansedumbre y de templanza, esa es la mejor
caridad que podéis hacer a los que os necesitan. No levantéis un
nuevo monumento a la superstición, no hagáis del Espiritismo
una farsa indigna entre los miserables de arriba y los imbéciles
de abajo, aprovechad mejor el tiempo estudiando, que nada
sabéis todavía del mundo de los espíritus, pues sólo sabéis que
el alma no muere, pero ignoráis en las condiciones que se
encuentra, pues en vuestras afirmaciones todo es hipotético, os
176
Las Verdades del Espiritismo
pondré un ejemplo sencillo: ¿Saben los hombres honrados lo
que pasa dentro de los presidios? No; acuden a ver a los
confinados, les aconsejan, les exhortan y sus palabras resuenan
en los oídos de los penados como una música más o menos
armoniosa, que al cesar la cadencia cesa la impresión, y su
género de vida no sufre alteración alguna, porque siempre se
inclina el Espíritu del lado de la rutina y de la costumbre, pues
de igual manera, los espíritus criminales no se convierten por los
consejos de aquéllos a quienes toman en su malicia y
perversidad como juguete y entretenimiento, complaciéndose en
atormentarlos y en obsesarlos sin compasión”.
¡Cuánto tiempo malgastáis! ¡Cuántas horas perdéis en
inútiles predicaciones, conversando con los de arriba mientras
abandonáis a los de abajo!...
“¿Creéis que os faltan en vuestro planeta espíritus en
turbación? Miraos a vosotros y veréis que ocupáis el primer
lugar entre los seres ofuscados”.
“Estoy leyendo en vuestro pensamiento que se hace la
siguiente pregunta. ¿Todos los espíritus en sufrimiento que se
comunican, son unos impostores? ¿Todos engañan? No todos
precisamente; pero tened entendido que el Espíritu que de buena
fe llega a vosotros para contaros sus penas, respetará al médium
y no le hará sufrir, ni tampoco dirá con fingido alborozo ¡Qué
bien me encuentro! ¡Ya veo la luz! ¡Cuán feliz soy! No, nada de
eso; porque tenedlo bien entendido, no sois los terrenales los
encargados de dar luz a los habitantes del Espacio, porque aún
vivís en completas tinieblas, porque sois unos infelices cargados
de penalidades y no sabéis siquiera la mayoría de vosotros, de
qué se compone el aire que respiráis. No tratéis de redimir a
nadie, que harto trabajo os costará redimiros en el transcurso de
los siglos”.
“Aprovechad mejor el tiempo, estudiad, analizad, comparad y haréis la mejor obra de caridad porque veréis nuevos
horizontes y dejaréis de representar farsas ridículas, queriendo
convertir muchas veces a quien sabe más que vosotros, en todos
177
José Aniorte Alcaraz
los sentidos”.
“Los espíritus no necesitan caridad, en el Espiritismo no
hay ánimas del purgatorio que esperen misas y responsos, las
leyes eternas se cumplen sin intervención de nadie; los espíritus
se estacionan o adelantan según sus grados de progreso ¡Y
cuántas comedias se han representado hasta ahora en los Centros
Espiritistas! Porque no ha habido tal conversión y sí sólo la
burla de los de arriba y la supina ignorancia de los de abajo”.
“Repetid mis palabras y no temáis al estamparlas en el
papel, que ellas den lugar a protestas, decid siempre la verdad,
que la verdad os hará libres. De verdades está sedienta la
humanidad, tenedlo bien entendido, haced que la razón sea el
manantial inagotable que calme la ardiente sed de las generaciones del porvenir. Adiós”.
Ésta fue la síntesis de la comunicación, su lenguaje fue
correcto y elocuente, y hartos sentimos no haber podido copiar
fielmente sus menores palabras, pero en la ruda lucha de la vida
no siempre se dispone del tiempo necesario, no siempre se
pueden emplear todas las horas en trabajos intelectuales; mas
aunque muy imperfectamente, no hemos querido dejar de
transcribir algunos fragmentos de tan valiosa comunicación, que
ha venido a corroborar nuestra opinión de que los espíritus no
necesitan caridad; al menos en la forma que hasta ahora se ha
venido haciendo, y creemos que el mayor bien que les podremos
hacer es convertir la Tierra en un mundo de paz y de amor; paz
y amor que hasta el presente desconocemos, pues los terrenales
no se quieren, no se aman, únicamente se toleran, la tolerancia
es lo que hoy simula el amor en el seno de la familia; que los
espíritus perversos cuando se acerquen a la Tierra no vean más
que familias felices, y la contemplación de nuestras virtudes,
será para ellos la mejor obra de caridad.
178
Las Verdades del Espiritismo
HACER CARIDAD A LOS ESPÍRITUS 1ª PARTE
En el numero 20 de La Luz del Porvenir publicamos un
artículo titulado, “Extracto de una comunicación” y en él nos
ocupábamos de si era, o no, conveniente hacer caridad a los
espíritus. Expusimos francamente nuestra humilde opinión y
aquí fue Troya: de Valencia, de Veracruz, de Alicante, de
Buenos Aires y de otros puntos, recibimos cartas y artículos
impresos protestando de nuestro modo de pensar, y sea porque
no expusimos bien nuestros pensamientos, o porque no nos han
entendido, lo cierto es que hemos encendido la tea de la
discordia (metafóricamente hablando) entre algunos espiritistas.
En este supuesto, nada más justo que escribamos uno o dos
artículos más sobre este asunto, que aunque no pretendemos
convencer a nadie, sí queremos dar más explicaciones sobre este
particular, que tan interesante es a nuestro parecer y de tanta
importancia para la vida racional del Espiritismo.
Nosotros respetamos y admiramos los trabajos verificados
en la sociedad “Constancia” (de Buenos Aires), donde bajo una
entendida dirección, personas competentes hacen profundos
estudios. Sabido es que donde hay entendimiento claro, todo el
trabajo que se emprende es útil; y para estos hombres entendidos
no hablamos nosotros, que cada cual progresa según sus
aptitudes especiales, según sus aspiraciones y sus conocimientos
anteriores. En un Centro bien organizado como el que dirigía
Allan Kardec en París, Fernández Colavida en Barcelona,
Manuel Ausó en Alicante, Torres Solanot en Madrid, Bassols en
Zaragoza, etc... que en estas reuniones se hicieran toda clase de
estudios sobre Espiritismo, nada más justo ni más conveniente,
porque había una inteligencia superior para juzgar y apreciar, no
diremos con un criterio infalible, porque en la Tierra no hay
ningún hombre que lo sea, al menos razonablemente. Nosotros
no combatimos a las personas sensatas que emplean su tiempo
en convencer de sus errores a los habitantes del Espacio, porque
todo es un estudio de más o menos aprovechamiento, pero
179
José Aniorte Alcaraz
estudio e investigación al fin.
Lo que nosotros hemos combatido, combatimos y combatiremos siempre, es que personas completamente ignorantes
hagan caridad a los espíritus, porque esta clase de comunicaciones y de intimidades con los seres de ultratumba, es más
peligrosa que el manejo de armas de fuego, por niños que
desconocen el mecanismo de las pistolas o escopetas que en
mala hora cogieron.
Hacer caridad a los espíritus, es un estudio, es un trabajo,
es una investigación que debe revestir tal seriedad y examen tan
minucioso, que sólo personas competentes deben dedicarse a
ella, pero no las personas ignorantes, no los seres viciosos de
conducta reprensible que por pasatiempo, por curiosidad y hasta
por interés propio, se dedican a perder algunas horas pronunciando pláticas insulsas y dando consejos vulgares o haciendo
preguntas impertinentes que dan por resultado relaciones
terroríficas de los espíritus en sufrimiento, gemidos, sollozos y
al fin un grito de alegría, porque han visto la luz, ¿Y la luz dada
por quién? Por alguna mujer murmuradora que antes y después
de la sesión, saca a relucir las faltas de cuantos conoce, o por
algún hombre que vive escandalosamente fuera de su hogar.
Antes que espiritistas somos racionalistas, la razón es
nuestro escudo, nos dirán que hay médiums admirables,
(nosotros los hemos conocido) cuya conducta dejaba mucho que
desear y que sin embargo sus comunicaciones eran un código de
perfecta moral. Esto es muy distinto, el médium es un
instrumento nada más, y tanto es así, que a médiums hemos
conocido, que se reían de los fenómenos espiritistas y decían
que no los creían, en cambio los directores de los grupos
familiares (que es donde hay monomanía de hacer caridad a los
espíritus), éstos trabajan por su voluntad, éstos hablan,
preguntan y amonestan y son los actores que desempeñan su
papel mejor o peor aprendido, siendo su trabajo completamente
distinto del que ejecutan los médiums.
Nos preguntan de Veracruz si no es útil orar por los
180
Las Verdades del Espiritismo
espíritus en sufrimiento, y a esto contestamos: que la oración es
una expansión del alma que se ha prostituido por el abuso que
de ella han hecho las religiones.
Rezar, se reza a todas horas, es una lección aprendida en la
infancia que se repite como una canción popular, pero orar... se
ora.... muy pocas veces en la vida con ese fervor, con ese íntimo
deseo de que Dios escuche nuestro ruego.
Ora la huérfana, ante el cadáver de su madre.
Ora el anciano, ante la cuna vacía de su nieto más querido.
Ora la madre, ante la tumba de su única hija.
Ora la mujer enamorada pensando en su esposo ausente.
Ora el padre de familia cuando ve que la miseria invade su
hogar y él no tiene fuerzas para rechazarla.
Ora la mujer abandonada recordando su niñez.
Se ora en fin, siempre que se siente mucho, y para sentir es
necesario que se agite nuestro ser por los grandes dolores que
envenenan la vida, y esa oración suprema no se pronuncia
pensando en los seres que sufren en el Espacio, podrá pedirse
por ellos en el momento que nos impresionen sus quejas, pero
luego..., se rezará a su memoria, se repetirán palabras, pero no se
orará con ese íntimo sentimiento, que es el que tiene poder
suficiente para conmover hasta el duro granito.
Creemos que a muchos espiritistas, les pasa lo que a la
novia del cuento, que compró la cuna antes que el lecho nupcial.
Si aún no sabemos complacernos mutuamente, si aún nos
dejamos abandonados los unos a los otros ¿Para qué rezar por
los de arriba sin antes proteger a los de abajo?.
¡Hacer caridad a los espíritus! ¡Y mientras, se dejan a
muchas familias espiritistas que se mueran de inanición!
Estudien en buena hora los hombres de talento, investiguen,
analicen, busquen los secretos y los arcanos de la vida espiritual
en los seres de ultratumba, pero no profanemos los santuarios de
la ciencia, los que no tenemos más que ligeras nociones de la
supervivencia del alma, no queramos coger el fruto sin antes
haber sembrado la semilla. Si en esta existencia no podemos
181
José Aniorte Alcaraz
hacer más que mejorar nuestras costumbres, no nos demos por
descontentos, ya volveremos mejor preparados y entonces
podremos relacionarnos más íntimamente con los espíritus,
como vimos que se relacionaron Kardec, Fernández Colavida,
Palet, y otros muchos sin tocar consecuencias funestas ni perder
el tiempo lastimosamente.
En la Tierra tenemos mucho que hacer los espiritistas, sin
entremeternos en libros de caballería, los que no tenemos
instrucción, los que tenemos que ganarnos el sustento trabajando
todo el día.
¿Acaso es preciso en las sesiones familiares ocuparse en
rescatar cautivos? Lo primero de todo es leer y comprender lo
que se lee, con estudiar cuanto han escrito Allan Kardec,
Pezzani, Flammarion, Manuel González, Torres Solanot, Amigó
y Pellicer, Navarro Murillo, William Crookes y centenares de
obras espiritistas que hay al alcance de todas las inteligencias, es
la mejor caridad que a sí mismos se pueden hacer todos los que
carecen de instrucción, que el no saber no es ningún delito, y si
nos hacemos la caridad de estudiar, entonces es muy santo y
muy bueno que nos dediquemos a convertir infieles del Espacio,
si tal es nuestro deseo, pero hoy por hoy, exceptuando los
Centros formales donde hombres sensatos estudian las fases de
la vida espiritual, en los grupos familiares por regla general, si
no se contentan con las sencillas comunicaciones de deudos y
amigos, se corre el riesgo de ser engañados por las máscaras del
Espacio que se cambian de antifaz y modulan la voz a su
capricho y a su placer.
Antes que espiritistas somos racionalistas, y encontramos
que la mejor caridad es conocer nuestra ignorancia y nuestra
pequeñez que no nos permite dar luz a nadie, cuando de ella
carecemos una gran parte de los espiritistas.
182
Las Verdades del Espiritismo
HACER CARIDAD A LOS ESPÍRITUS 2ª PARTE
Por tercera y última vez, nos ocuparemos de una cuestión
que ha levantado una gran marejada entre los espiritistas, los
unos nos recriminan duramente llamándonos materialistas, los
otros nos llaman desertores de la escuela de Allan Kardec, y los
menos nos dicen ¡Adelante! Ha puesto Ud. el dedo en la llaga,
¡Todo por la verdad! Como decía el inolvidable Palet.
No nos gusta las polémicas inútiles, porque no lograremos
llevar el convencimiento a la mente de aquellos que buenamente
encariñados con dar luz a los ciegos, les parece una verdadera
profanación lo que nosotros decimos. Nunca creímos convencer
al que está completamente opuesto a nuestro modo de pensar, lo
único que nos ha movido a decir algo sobre este particular es la
consideración siguiente:
¿Dijo Allan Kardec la última palabra en las obras fundamentales del Espiritismo? No, porque esto sería detener la
marcha majestuosa del progreso. Él habló sencillamente para
que las multitudes le entendieran, él formuló muchas y variadas
oraciones, porque comprendió que las almas acostumbradas a
tener templos para rezar, no podía dejárselas sin el consuelo de
una plegaria repetida en diversos tonos. Él habló a todas las
inteligencias humildes, porque son las primeras que aceptan
todas las predicaciones que les ofrecen un porvenir de
redención. Él hizo un trabajo cuya importancia aún no
comprendemos, porque sólo el tiempo agiganta a los reveladores
de nuevas verdades. Él despertó en la generalidad el sentimiento
de la compasión, porque éste es el primer paso que da el Espíritu
para dulcificar su rudeza, y esta compasión la extendió hacia los
seres desencarnados, despertando en ellos el interés por las
comunicaciones de los espíritus, diciendo alguno de los buenos
creyentes con el mayor entusiasmo:
-Yo tengo una gran habilidad para convertir a los ciegos
del Espacio; ya tengo aprisionados en un saco fluídico a tantos o
a cuantos espíritus. Ayer tuve un día feliz, les di la libertad a
183
José Aniorte Alcaraz
cien espíritus que gemían en la oscuridad, y este procedimiento
para nosotros, es lo mismo que la fe y la esperanza que tienen
los católicos romanos en tal Virgen, más milagrosa que ninguna,
o tal Cristo que suda sangre y llora los desaciertos de la
humanidad.
El hacer la caridad a los espíritus sin tener la más leve
noción del Espiritismo, sin conocer qué es el fluido, sin
comprender en lo más sencillo la vida de ultratumba, ¿Cómo
puede asegurarse que uno no es víctima de un engaño, de una
superchería?, si desconoce por completo las malas artes de los
espíritus, si no puede distinguir la mentira de la verdad.
Si la identidad es poco menos que imposible con los seres
desencarnados. ¿No se pierde un tiempo precioso exhortando a
quien no se conoce?
Habrá espiritistas tan convencidos como nosotros, de la
verdad innegable de la comunicación ultra-terrena, pero más que
nosotros no, porque le hemos debido al conocimiento del
Espiritismo las horas más hermosas de nuestra vida. Nosotros no
abjuramos de creencias cimentadas en el estudio y en la
manifestación de los espíritus, únicamente disentimos en
algunas prácticas porque las consideramos muy peligrosas y no
queremos catástrofes como las que ya hemos presenciado.
Recordamos a una médium que se quedaba en éxtasis,
cuando el Espíritu de la Virgen María (según aseguraba una
vidente) se apoderaba de ella; en aquellos momentos solemnes
la médium decía que tenía poder para convertir a los espíritus en
sufrimiento, y una noche si no se la desnuda violentamente
queda asfixiada aquella infeliz, dominada por fuerzas superiores
y desconocidas, y por hacer caridad a los espíritus, ¡Qué
consecuencias tan fatales para todos los que estaban en la
reunión, si aquella pobre mujer pierde la vida!.
Dicen que nosotros queremos establecer privilegios, no y
mil veces no, pero ¿Cómo nos ha de inspirar la misma confianza
para tratar con los espíritus, una persona completamente
ignorante en la ciencia espírita, y un hombre que haya perdido la
184
Las Verdades del Espiritismo
lozanía de su juventud, arrancando secretos a la comunicación
de ultratumba? Este último ¿No parece más indicado para
levantar una punta de ese velo que cubre lo desconocido?.
Nadie como el verdadero espiritista comprende que no hay
más privilegio que el trabajo individual y el afán que tiene cada
uno de progresar dentro de su esfera.
Si todas las ciencias necesitan tan profundos estudios, para
conocer una mínima parte de sus propiedades y manifestaciones,
el Espiritismo que es la ciencia de las ciencias, ¿No necesitará
investigaciones analíticas? ¿No será necesario un detenido
examen de las comunicaciones de los espíritus? ¿No será
indispensable poseer una buena parte de sentido común, para
saber apreciar los consejos e instrucciones de ultratumba?.
Creemos que sí, creemos que ante todo debe uno tratar de
adquirir los conocimientos rudimentarios, para comprender algo
de ese gran todo llamado Espiritismo.
No sabemos si por suerte o por desgracia, hemos tocado
muy de cerca las consecuencias tan tristes de la impremeditación
de algunos espiritistas, tan creyentes y tan bondadosos como
ignorantes en la cuestión de tratar con los espíritus, para lo cual
se necesita no sólo un estudio profundo de cuanto concierne a la
vida de ultratumba, sino también conocimientos adquiridos en
otras muchas existencias, que se manifiestan por una doble vista
sorprendente y una penetración maravillosa, condiciones indispensables para emprender la difícil tarea de hacer caridad a los
espíritus y saber distinguir entre el alma apenada y afligida y el
ser que se divierte haciendo padecer a los médiums, siendo un
obstáculo las sesiones con su obstinada permanencia en ellas,
entreteniendo durante horas al auditorio con monosílabos entrecortados, arranques violentos y una carcajada burlona por punto
final.
Será muy bueno y muy santo hacer caridad, pero ha de
hacerse con conocimiento de causa, es preciso saber a quien se
hace la caridad. Dice un antiguo refrán: haz bien y no mires a
quien, y ese aforismo lo rechazamos, porque dar sin saber qué
185
José Aniorte Alcaraz
clase de persona lo recibe, es exponerse a fomentar el vicio
quitándole al verdadero necesitado un consuelo y un alivio en su
dolor. Pues esto mismo sucede con los seres desencarnados, hay
espíritus que verdaderamente escuchan con atención profunda,
los consejos y explicaciones de los directores de los Centros
Espiritistas, y lentamente aquel alma adormecida va saliendo de
su letargo, y estos mismos consejos le son perjudiciales al
Espíritu hipócrita y burlón que se divierte abusando de la
credulidad y de la buena fe de algunos espiritistas, confiados en
demasía, porque se le da ocasión propicia para engañar,
entretener y hacer perder el tiempo inútilmente.
No todos sirven para esa clase de trabajo, nosotros por
ejemplo, que llevamos más de quince años trabajando continuamente en la propaganda del Espiritismo, con verdadero
entusiasmo, con íntima y profunda convicción de que la
comunicación de ultratumba es la manifestación de la vida del
infinito, si nos viéramos precisados a dirigir un Centro Espiritista, confesaríamos ingenuamente que no tenemos condiciones
para ello, porque no sabemos distinguir el oro del oropel.
Nos sucede a veces que no nos satisfacen algunas
comunicaciones, que dudamos cuando los espíritus dan nombres
de eminentes sabios, en silencio rechazamos cuanto nos parezca
que está reñido con el sentido común, pero no sabemos discutir
con los espíritus y conociendo nuestra insuficiencia enmudecemos, en cambio, hemos visto muchas veces a hombres del
pueblo dirigiendo perfectísimamente una sesión por borrascosa
que haya sido, manteniendo a raya a los espíritus perturbadores.
No nos han comprendido al lanzar sobre nosotros, el
anatema de que ya no somos espiritistas porque no nos gusta
hacer caridad a los espíritus.
Por mirar en el estudio razonado del Espiritismo, la
regeneración social, por creer que sin esa creencia eminentemente racional y profundamente lógica, se hace imposible el
progreso en la humanidad, por considerar que la comunicación
de los espíritus es la verdad innegable de todos los tiempos, por
186
Las Verdades del Espiritismo
encontrar en la vida de ultratumba el complemento de la vida
terrena, por hallar en los seres invisibles amor inmenso, consejos
evangélicos y todo cuanto puede dar aliento al desheredado de la
Tierra, por eso no queremos que las sombras del error y de la
superchería tiendan su negro manto sobre la luz esplendente del
Espiritismo, por eso queremos estudio, porque sin saber no se va
a ninguna parte. No basta la buena voluntad, nuestra voluntad es
inmensa y sin embargo, cuántas veces nos dicen los espíritus:
“daríamos comunicaciones científicas, pero..., no servís para
recibirlas, por esta vez el templo de la ciencia está cerrado para
vosotros”.
Cuando leemos ciertas descripciones de lo que acontece en
los Centros dedicados a hacer caridad a los espíritus, decimos
con profunda tristeza ¡Cuánta ignorancia!.
LAS PLAGAS DEL ESPIRITISMO
Dice Castelar, que no hay ningún hombre a la altura de su
idea. Es muy cierto, certísimo, por eso sin duda alguna, muchos
espiritistas tienen sobra de buena fe, y falta de sentido común,
siendo su mayor desgracia la de ser médiums.
La mediúmnidad en ciertos seres es una verdadera calamidad, porque les convierte en el hazme reír de los desocupados,
de los maliciosos y de todos aquéllos que se complacen en
evidenciar las debilidades ajenas, viendo como suele decirse, la
paja en el ojo ajeno, sin ver la viga que llevan en el suyo.
Entre las plagas del Espiritismo, figuran en primera línea
los médiums ignorantes, aquellos que con una fe inmensa,
creyendo que cada Espíritu es semejante a Cristo, escuchan con
el mayor recogimiento las palabras que les dictan los seres de
ultratumba, copiándolas con verdadera veneración, aunque sea
un escrito, como se dice vulgarmente, sin pies ni cabeza.
187
José Aniorte Alcaraz
En esta clase de comunicaciones, abundan los anuncios
proféticos de mejores días, y a veces, por el contrario, predicen
calamidades y castigos para las gentes de poca fe. Pero todo
esto, dicho con más desatinos que palabras: lo que a nosotros
nos causa profunda pena, pues vemos que la ignorancia es
perjudicial en todas las escuelas y muy perjudicial también en el
Espiritismo Filosófico; porque lo más sublime, lo más grande, lo
que más hace pensar y discurrir a los profundos sabios, queda
reducido en poder de los ignorantes a una serie de comunicaciones insulsas que hacen reír a los indiferentes, y hacen llorar
a los que verdaderamente conocen y estudian las verdades
fundamentales del Espiritismo.
Hay una especial monomanía en crear Centros Espiritistas
y desarrollar médiums, sin escoger con prudencia un presidente
o director que sea medianamente entendido, que sepa distinguir
el oro del oropel, y no se deje engañar por los espíritus, que
tomando nombres retumbantes (que nunca les han pertenecido),
dicen las mayores simplezas y majaderías, que son aceptadas
como artículos de fe.
En estos centros se dedican con preferencia, a las curaciones, y nada más cómico que una de esas sesiones en que unos
cuantos infelices (no infelices por su humilde posición social,
sino por su falta de entendimiento), le van explicando al médium
sus dolencias y padecimientos, y éste, magnetizado por los
espíritus, va recetando las medicinas más vulgares que ya dieron
al olvido nuestros abuelos, por haber dado la ciencia médica
pasos de gigante con el sistema homeopático el dosimétrico, el
hidroterápico y otras muchas aplicaciones que hoy tiene la
medicina y que emplean admirablemente.
Por nuestra parte diremos para concluir que por lo mucho
que nos interesa la propaganda del Espiritismo, porque rendimos
ferviente culto a las comunicaciones de los espíritus, queremos
que los espiritistas se hagan la caridad de conocerse a sí mismos,
y cada cual trabaje en el terreno que le pertenezca. Los más
sabios no son por privilegio, sino porque han trabajado miles de
188
Las Verdades del Espiritismo
existencias, estos que se dediquen a investigar y analizar los
efectos desconocidos de las leyes naturales, y pregunten a los
espíritus qué misterios encierra la vida de ultratumba, y los
obreros de última hora, los que sólo tenemos buena voluntad
contentémonos con ir quitando piedras del camino sin meternos
en honduras de hacer caridad a los espíritus, porque es muy
fácil, que si los ciegos guían a otros ciegos, todos resbalen y
caigan en el abismo.
El estudio del Espiritismo, reclama ante todo que no se
resuciten nuevos fanatismos, la comunicación de los espíritus es
luz y verdad, no arrojemos sobre ella la sombra del error.
189
ÍNDICE
Capítulo
Página
Introducción..................................................................................
I
II
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX
X
XI
XII
XIII
XIV
El Sermón de la Montaña.............................................
La pureza del Cristianismo...........................................
No existen las penas eternas.........................................
El Cristianismo, base fundamental del Espiritismo......
Espíritu y periespíritu son inseparables.......................
La evolución es una ley de Dios...................................
El valor del pensamiento..............................................
La evolución del Espíritu a través del hombre.............
La nueva enseñanza......................................................
El Espíritu no renace ni muere.....................................
Ley de causa y efecto....................................................
La verdadera oración está en el trabajo.......................
Qué es el Espiritismo y qué es el Cristianismo.............
El Centro Espírita y la iluminación de los Espíritus....
7
13
27
39
49
60
71
84
99
112
122
132
144
160
171
Descargar