LA EDUCACIÓN A DISTANCIA: UNA APROXIMACIÓN A LA MAYORÍA DE EDAD Definitivamente, si existe algo innegablemente fuera de toda duda en las tesis de Kant, es precisamente la fundamentación de sus criterios mínimos del racionalismo, a propósito de la mayoría de edad de los seres humanos. Paradójicamente, en las sociedades contemporáneas, dentro de su marco sociopolítico y como producto del afán desmedido de sus legisladores por disfrazar de democracia sus amañados procesos electorales, la mayoría de edad se otorga a los dieciocho años cumplidos. De hecho, en épocas no muy añejas más bien recientes se consideraba una edad algo mayor para designar ese estado de los ciudadanos de un país. Como sea, siempre se ha esperado que el paso del tiempo sirva de medio para lograr dicho atributo, pero además habrá que tomar en cuenta que la mayoría de edad no es una cosa que se recibe o que se otorga, sino el resultado de un compromiso fáctico del hombre con su autonomía y en contra de la pereza, la cobardía y la comodidad de permitir que el mundo que lo rodea piense y obre por él. De acuerdo con el razonamiento kantiano, se precisan tres exigencias mínimas para el alcance de la ilustración: En primer lugar, pensar por sí mismo lo que propone la elaboración de sus propias verdades y en consecuencia, la renuncia a la admisión pasiva o aceptación sumisa de verdades ajenas por autoridad, tradición o prejuicios sin el debido cuestionamiento de su propia conciencia; como segunda medida, ser capaz de ponerse en el punto de vista del otro exige, además de mantener sus propias perspectivas, la suficiente objetividad para encontrarse y disertar con nuevos puntos de vista en la búsqueda de posibles coherencias o de nacientes enfoques; en tercero y último lugar, plantea Kant, llevar las verdades, ya conquistadas, hasta las últimas consecuencias lo que significa seguir con nuestros propios postulados hasta el final, es decir, si es preciso, hasta aceptar en forma concluyente nuestras equivocaciones. Estas exigencias racionales de que habla Kant son, ciertamente, en todo proceso, los móviles fundamentales que permiten alcanzar con éxito la autonomía cognoscitiva. Así pues, en Kant aparece la filosofía como una reflexión universal del pensamiento sobre sí mismo, como una reflexión del hombre estudioso sobre los valores de su conducta. Puede afirmarse con resuelto convencimiento que en los programas de educación a distancia se encuentra un numeroso grupo de personas que felizmente perseveran por encontrar su mayoría de edad; que son movidos por un profundo sentimiento de superación, marcado ligeramente por ciertas privaciones, pero que a la postre éstas carecerán de cualquier significado delante de su afán de autoconocimiento, de su vehemente deseo de abandonar su minoría de edad, porque de un modo u otro, han sido picados por el bicho de pertinaz de la superación y en consecuencia cultivarán al máximo la información, pero según sus propios intereses, y según sus particulares prioridades de comunicación con su entorno y necesidad de reconocimiento por parte del mundo que los rodea o como lo diría Kant sin detenerse en el ámbito teórico sino avanzando a formular la base crítica de todos los campos conocibles. Difícilmente −o al menos en menor escala que en otras modalidades− podrían encontrarse en los programas de educación superior a distancia estudiantes que siguen una carrera como resultado de una imposición arbitraria, por ejemplo, de sus padres, o del perfil profesional característico de su familia, o de las aparentes conveniencias de orden social, político o religioso que los rodean. Pudiera decirse que el estudiante a distancia es retomando las apreciaciones de Estanislao Zuleta una 1 buena aproximación al estudio específico con concepción filosófica, pues aparte de las normatividades y formulaciones que implican los planes de estudio de cualesquier centro universitario, al menos existe la autonomía, el libre albedrío, la clara posibilidad de involucrarse en un dictado que se identifique con sus propias características en el desarrollo de las ciencias y la búsqueda del conocimiento. Esto podría ser un encuentro cercano con estudiar con filosofía, esto es amor a la sabiduría o, lo que es lo mismo, deseo de saber, de conocer. Normalmente la población que procura la educación a distancia son adultos que quieren iniciar o continuar estudios, o graduados que buscan su renovación o mejoramiento, sin ser sacados de su contexto laboral, social y familiar. Esto último, permite superar la clásica barrera entre la escuela y la vida, puesto que el estudiante no es separado de su medio. Además, dada la amplia cobertura social que puede alcanzar, hace más real la igualdad de oportunidades, por lo que se transforma en una respuesta a la demanda democrática de educación. Hay que concebir la Educación a Distancia como una modalidad educativa centrada en un estudiante, limitado en tiempo y en espacio, que pretende su formación profesional mediante un aprendizaje significativo y de desarrollo autónomo, para lo cual recurre a apoyos didácticos escritos, electrónicos y virtuales. Esta formación debe incluir los principios de la educación permanente con énfasis en la formación de actitudes y valores, personales y sociales y finalmente, debe estar orientada a rescatar a través del acto formativo la consolidación de los valores supremos de la condición humana. El significado de la educación a distancia es, más o menos, comprendido por la mayoría. Sin embargo se la relaciona exclusivamente en algunos casos en forma despectiva con la enseñanza por correspondencia. Como primera aproximación, hay que decir que esa identificación no es exacta, puesto que la correspondencia escrita es sólo uno de los medios que utiliza, entre varios otros. Ahora bien, la razón de que aún exista un cierto rechazo a esta forma de aprendizaje radica en que muchos no conocen sus principios, ni sus métodos, ni el desarrollo universal que ha alcanzado, respaldado por organismos internacionales como la UNESCO y la OEA y avalado por los excelentes resultados obtenidos en el mundo. También se olvida que el aprendizaje siempre es, ante todo individual, es decir, se da sólo en el individuo. Por consiguiente, tanto en la participación en una clase formal, como en el silencio del estudio, de la lectura, del análisis intelectual, lo que importa es el aprendizaje. La Educación a Distancia es una modalidad que permite el acto educativo mediante diferentes métodos, técnicas, estrategias y medios, en una situación en que alumnos y profesores se encuentran separados físicamente y sólo se relacionan de manera presencial ocasionalmente. Desde una perspectiva del proceso de aprendizaje, esta modalidad permite transmitir información de carácter cognoscitivo y mensajes formativos mediante medios no tradicionales, y su desarrollo no requiere de una relación permanente de carácter presencial, y circunscrita a un recinto específico. Es un proceso de formación autodirigido por el mismo estudiante, apoyado por el material elaborado en algún centro educativo, normalmente distante. Éstas y muchas razones más, hacen evidentes la significativa tarea que cumple esta modalidad de educación en su conjunto, como también se vuelven demasiado tangibles las perspectivas que implícitamente propone. ¿Podría la educación a distancia convertirse en el complejo educativo más poderoso y mejor implementado del planeta? A mediano plazo, en la comunión del avance de la tecnología de los medios de comunicación con las fuerzas autónomas y decidido empeño de quienes demandan esta modalidad de educación, podríamos 2 ser testigos del advenimiento de una considerable disminución de las diferencias planteadas entre ésta y la modalidad presencial. Sin embargo, el objetivo del tipo de educación buscado, no es reemplazar las instituciones tradicionales, sino incorporar nuevas formas organizativas para mejorar su acción cuando ésta sea insuficiente. Una integración de la educación formal y la no formal, puede optimizar el sistema, ampliando sus ventajas al promover modificaciones en las orientaciones metodológicas y maximizar el aprovechamiento de los recursos materiales disponibles. Esta modalidad alcanza una presencia relevante en el desarrollo educativo mundial. Hoy en día existe un creciente interés por la Educación a Distancia que plantea todo un desafío en el mundo por conocer más sobre esta metodología en la que la responsabilidad del alumno es fundamental y la presencia de conductas de entrada relacionadas con habilidades intelectuales, más que contenidos, son requisitos necesarios. Durante este último tiempo, la Educación a distancia ha ido abriéndose un espacio legítimo dentro del concierto educacional mundial. Desde capacitación laboral hasta post−grados universitarios figuran en la oferta de las más diversas instituciones educativas. Con el avance de la Informática y el acceso cada vez más masivo a redes de comunicación, la instrucción y capacitación a distancia se hace cada vez más eficaz y solicitada. Desde hace ya varios años, Internet, la red computacional más grande del mundo, contribuye eficaz y eficientemente en este proceso educativo. Por todo esto y mucho más, no sería nado extraño, que la respuesta al interrogante sobre las posibilidades futuras acerca de la educación a distancia sea un sí, mayor de edad. 3