ACADEMIA NACIONAL DE INGENIERÍA INSTITUTO DE CONSTRUCCIONES Y ESTRUCTURAS Nota aclaratoria

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ACADEMIA NACIONAL DE INGENIERÍA
INSTITUTO DE CONSTRUCCIONES Y ESTRUCTURAS
Nota aclaratoria
El Instituto de Construcciones y Estructuras de la Academia Nacional de Ingeniería se ocupa en
forma permanente, entre otros temas, de la seguridad de las estructuras. En el documento que se
expone a continuación se trata, en particular, la seguridad estructural de los balcones y la aplicación de la Ley N 257 de la CABA.
DOCUMENTO SOBRE LA LEY Nº 257 DE LA CABA Y
LA SEGURIDAD DE LOS BALCONES
La serie de colapsos de marquesinas, balcones y los desprendimientos de diversos elementos
de fachada que se reiteran periódicamente genera una entendible inquietud tanto en la población
general como en distintos medios profesionales vinculados a la construcción.
Es por este motivo que la Academia Nacional de Ingeniería, a través de su Instituto de Construcciones y Estructuras, considera un deber aclarar algunos aspectos de la legislación vigente,
aplicable en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires y sus efectos sobre la seguridad de la población
y la responsabilidad de los profesionales intervinientes.
Como consecuencia de dichos eventos la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires sancionó
en el año 1999 la Ley Nº 257, conocida como “Ley de Balcones”, por la cuál se exige a los propietarios de los inmuebles, hacer inspeccionar periódicamente los frentes, contrafrentes y laterales de sus
propiedades, por profesionales habilitados. El objetivo fundamental es el de detectar y prevenir situaciones de riesgo para la seguridad de personas y bienes, por desprendimientos de cualquier tipo
de elementos de los sectores mencionados, causados por un mal estado de conservación. La ley
también exige realizar los trabajos de mantenimiento especificados por un profesional dentro de
ciertos plazos establecidos (dice la ley: “En todos los casos, las tareas de prevención se realizarán
con el objeto de evitar accidentes conservando la integridad de los elementos ornamentales de la fachada”)
Esta Ley representa un avance en la mejora de las condiciones de seguridad que podría ser
aun mayor si el grado de cumplimiento de los propietarios también lo fuera. Aunque no se dispone
de estadísticas adecuadas, el procedimiento establecido ha servido para detectar y neutralizar un
número importante de problemas en las construcciones y para identificar la responsabilidad de los
distintos actores no sólo originadas durante la construcción sino también en el de uso indebido y/o
en un mantenimiento insuficiente.
Ahora bien, las patologías en los elementos de las fachadas que producen estos accidentes,
pueden deberse a deficiencias de diseño, construcción o de conservación. La Ley se refiere específicamente al estado de conservación. Se entiende que los aspectos de diseño y construcción ya han sido motivo de instancias anteriores de verificación y control.
La mayor parte de las patologías que pueden afectar a los balcones y elementos de fachada
en general pueden diagnosticarse con una buena inspección visual a cargo de un profesional capacitado. Sin embargo existen otros fenómenos, como el de la rotura frágil del hormigón, que no presentan síntomas, ni siquiera un instante antes de producirse, (similar a lo que ocurre con la muerte súbita), por lo que son imposibles de diagnosticar mediante una inspección de rutina. Este fenómeno,
normalmente originado en la inexistencia o mala ubicación de la armadura, es un defecto de origen,
(diseño o construcción) y no de conservación, y suele ser fatal debido a que, al no presentar manifestaciones de un comportamiento anómalo, es imposible tomar medidas para evitar o mitigar sus
consecuencias.
Si bien el actual desarrollo de la Ingeniería Estructural, mediante cateos, ensayos y estudios
analíticos, está en condiciones de determinar con cierta precisión, si un balcón está en situación cercana a la rotura, éstos estudios son, en general, sumamente costosos y molestos para los ocupantes
de los inmuebles, con el agravante de que lo que se determine en un balcón, no suele ser extrapolable al resto, es decir que se requiere intervenir en la totalidad y en toda su extensión, si se pretende
tener un diagnóstico certero.
Podemos concluir entonces que el procedimiento previsto en la Ley Nº 257 es razonablemente satisfactorio, a los efectos de reducir la probabilidad de accidentes por desprendimientos de
elementos de fachada de los edificios y en algunos casos detectar posibles fallas en los balcones de
manera que es deseable que el grado de cumplimiento de dicha ley sea el mayor posible.
Sin embargo es necesario aclarar que el tipo de inspecciones que razonablemente pueden
afrontar los propietarios, no permiten eliminar totalmente el riesgo de accidentes y que si bien técnicamente es posible reducirlos aún más mediante estudios exhaustivos, los costos y las molestias que
ocasionan resultarían insoportables para la gran mayoría de los propietarios de inmuebles de la ciudad.
Considerando lo expuesto con respecto a los edificios existentes, cabe también destacar, para
las nuevas construcciones, la importancia de contar con un proyecto y una ejecución correctamente
realizados y controlados, con la intervención de profesionales con competencias adecuadas y presencia suficiente durante la construcción, para garantizar la confiabilidad de las estructuras desde el
inicio. Los profesionales deberían garantizar la generación de estructuras con la confiabilidad y durabilidad suficiente, a partir de la cual los propietarios sólo deban asumir las responsabilidades inherentes a su mantenimiento y un correcto uso. Dicha garantía sobre la calidad de lo construido aumentaría considerablemente con la obligación de aplicar protocolos y técnicas modernas de control
y registro de lo actuado, por ejemplo, con fotografías de la situación previa al hormigonado.
Los propietarios a su vez, deben extremar cuidados, en la medida de sus posibilidades, en la
selección de profesionales con las competencias compatibles con el tipo de encomienda que les
asignan (tal como seguramente actúan en la selección del médico que los atiende).
En la medida que se trate de estructuras cuya falla se produciría luego de generar señales que
pongan en evidencia la existencia de un comportamiento anómalo, diagnosticado por un profesional
especializado y se realicen las inspecciones dentro de los intervalos establecidos en la ley, se podrá
satisfacer en mayor medida el objetivo de reducir al mínimo este tipo de fallas.
Por otra parte, y como consecuencia de lo expresado, en los casos de accidentes de este tipo,
en los que se haya cumplido con las inspecciones previstas por la Ley, la imputación de responsabilidades sólo debe hacerse previo peritaje sobre las causas del accidente evitándose así decisiones
apresuradas e injustas.
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