Desarrollo sustentable y trabajo (I)

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Gerardo Valdovinos
Desarrollo sustentable y trabajo (I)
¿Cuál es el desarrollo del que hablamos cuando hablamos del desarrollo?
“Durante mucho tiempo se esperaba que creyésemos que todos nuestros problemas se solucionarían
felizmente mediante el “desarrollo” y la “modernización” socialmente neutrales. (…). En el mejor de los casos se
trataba de una ilusión impuesta, sobre todo, a aquellos que, a falta de alguna salida para su propio papel activo
en la toma de decisiones, procedieron a la esperanza de que se van a dar importantes mejoras en sus
condiciones de existencia, tal y como se les prometió. Tuvieron que descubrir, gracias a la amarga experiencia,
que (…) no era sino una interesada evasión de las contradicciones por parte de quienes llevaban las riendas del
control social.”
(István Mészáros, 2008)1
A los pueblos del sur del planeta se nos ha hecho creer desde hace mucho tiempo que la
solución a nuestros problemas de atraso tecnológico, sociales, políticos y, fundamentalmente,
económicos es el desarrollo. Ahora bien, sería interesante poder escudriñar y de alguna manera
“desvestir” el contenido subyacente en esa palabra, ese concepto: “Desarrollo”, para mirarlo desde
una perspectiva alternativa; desde una perspectiva del sur.
Como un posible punto de partida para analizar esta realidad podríamos plantearnos algunas
preguntas como por ejemplo: ¿De dónde proviene la idea de que debemos avanzar hacia el
desarrollo para poder superar nuestras carencias como pueblos, como naciones? Vale preguntarse
también ¿Quién determina cuales son nuestras carencias, bajo qué criterio se definen las
problemáticas? ¿Acaso es desde la perspectiva de los países desarrollados? ¿Quién se da a la tarea
de clasificar los países en “desarrollados” y “subdesarrollados”? ¿Cómo influyeron en esto las
relaciones de poder que en el mundo se configuraron una vez terminada la segunda guerra mundial?
Y ¿Qué precio debemos pagar como pueblo para poder salir del subdesarrollo y lograr el tan
anhelado progreso económico?
Parte de la (s) respuesta (s) la (s) podemos encontrar en el documento elaborado en 1951 por
un grupo de expertos para la Organización de Naciones Unidas, en el que se delinearon políticas
para el desarrollo económico de los países subdesarrollados y, donde se comienzan a visualizar
matices que van a ir orientando los acontecimientos en los años posteriores, al afirmar que:
“Hay un sentido en el que el progreso económico acelerado es imposible sin ajustes
dolorosos. Las filosofías ancestrales deben ser erradicadas; las viejas instituciones sociales tienen
que desintegrarse; los lazos de casta, credo y raza deben romperse; y grandes masas de personas
incapaces de seguir el ritmo del progreso deberán ver frustradas sus expectativas de una vida
cómoda.” (Naciones Unidas, 1951: I)2.
Entonces, desde su gestación la perspectiva del desarrollo concebida desde la lógica del
norte, implicaba de por sí abandonar, por decirlo de una forma sutil, implicaciones sociales y
culturales que conformaron el origen y las bases de civilizaciones enteras en las regiones del mundo
donde el progreso, la modernidad y la industrialización no habían dado señas de emerger.
Pero todo ello tiene un sustento que permite explicar de alguna manera el ritmo y la manera
cómo se fue tratando de implementar el desarrollo en los países subdesarrollados, para que
convenientemente cada uno jugara su papel. En concreto es importante entender que posterior a la II

2
1
Mészáros, István. (2009). El desafío y la carga del tiempo histórico. Caracas: Vadell Hermanos Editores.
United Nations. (1951). Measures for the economic development of under-developed countries. New York: Autor.
Gerardo Valdovinos
Guerra Mundial, los países industrializados necesitaban materia prima para su industria, y los países
subdesarrollados poseían en el subsuelo estas materias primas (situación que no ha cambiado
mucho si observamos la realidad actual).
Asimismo, el crecimiento de la industria en los países desarrollados implicaba la necesidad de
ampliar el mercado, pues se necesitaba a quien venderle los productos finales que las grandes
empresas (que comenzaban a tener carácter trasnacional) producían.
Dicho de otro modo, quienes después de la II Guerra Mundial lograron acumular mayor poder,
tanto político, como militar y económico, comienzan a jugar un rol en el mundo desde su postura de
fuerza hegemónica, que le permitía marcar la pauta en lo que a desarrollo se refería.
El colombiano Arturo Escobar3 en su libro “La invención del tercer mundo” recoge un análisis
que puede dar cuenta de los fenómenos antes descritos, cuando plantea: “El período 1945-1955, (…)
vio la consolidación de la hegemonía estadounidense en el sistema capitalista mundial. La necesidad
de expandir y profundizar el mercado exterior para productos norteamericanos, y de hallar nuevos
sitios para invertir sus excedentes de capital ejerció mucha presión durante estos años. La expansión
de la economía norteamericana también requería el acceso a materias primas baratas para respaldar
la creciente capacidad de sus industrias, en especial las corporaciones multinacionales nacientes. Un
factor económico que se volvió más notorio durante el período fue el cambio de la producción
industrial hacia la producción de alimentos y materias primas, en detrimento de estas últimas, lo cual
apuntaba hacia la necesidad de un programa eficiente de fomento de la producción primaria en áreas
subdesarrolladas.”
Esto lo refuerza la Dra. Fancy Castro Rubilar4 en su texto inédito “Escenario mundial y los
desafíos para la educación superior: ejemplo con el caso de Chile” cuando desde un análisis mucho
más fresco y actualizado, refleja cómo en un mundo globalizado y competitivo, los países
subdesarrollados seguimos en una posición de desventaja por las limitaciones de ser meros
exportadores de nuestras materias primas. Ella plantea que “Bajo el contexto de creciente
internacionalización y de globalización económica que viven los países, ha surgido de manera muy
insistente la necesidad de revisar las fuentes de progreso y desarrollo que el país dispone para
enfrentarse en estos nuevos escenarios mundiales. Sin duda, las alternativas son limitadas, dado que
básicamente se centran en la explotación de materias primas como insumos únicos de exportación.”
Entonces es preciso mirar la historia y la realidad con mucha atención para construir análisis y
conclusiones que sirvan a los objetivos que hoy el contexto nos plantea. Desarrollo si, es necesario,
¿pero desde qué perspectiva? Es importante lograr construir uno que no parta del abuso y la
expoliación de los recursos naturales, un desarrollo que no implique la desaparición de los elementos
culturales, políticos y hasta religioso-ancestrales que configuran nuestro código como sujetos sociales
deseosos de protagonizar nuestra historia.
3

Escobar, Arturo. (2007). La invención del Tercer Mundo. Caracas: Edit. El Perro y la Rana.
4
Castro, Fancy. (2010) Escenario mundial y los desafíos para la educación superior: ejemplo con el caso de Chile.
Cocepción: (inédito)
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