“Entre la contemplación y el gesto: el mundo

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“Entre la contemplación y el gesto: el mundo interpretado de Glenda
León”
“Las imágenes no son conceptos, no se aíslan en su significación.
Precisamente tienden a sobrepasar su significación”. En esta afirmación del
filósofo francés Gaston Bachelard parece expresarse la naturaleza simbólica de
la producción artística de Glenda León (La Habana, 1976). Su mundo es el de
los pequeños pasajes congelados en el tiempo, su recurso la sutileza del
detalle que parecía oculto en las márgenes de una percepción fugaz. Entonces,
la artista con una especie de lupa mágica convertida en clic, nos va develando
un horizonte de existencia, que a manera de “paradoja hermenéutica”, tanto
más sencillo, así de evocador nos resulta.
La génesis de este interés, por escrutar en torno a las mencionadas pequeñas
cosas de la existencia, se encuentra, según nos confirma, desde su propia
niñez, en la que junto a la curiosidad por ir descubriendo el mundo –sintomática
de este período de la vida-, encontró el incentivo de sus padres. Igualmente,
pareciera estar destinada una actitud singular para el mundo de las artes, que
la llevó a cursar diferentes estudios: primero en la Escuela Elemental de Artes
Plásticas 20 de Octubre (1988-90), Ballet Clásico en el Centro Prodanza de
Cuba (1990-1999), la Licenciatura en Historia del Arte en la Universidad de la
Habana (1999); y posteriormente una constante labor artística que le permitió
desarrollar en el 2007 una Maestría en Arte de los Nuevos Medios, en la
Academia Superior de Arte y Nuevos Medios de Colonia, Alemania.
Desde sus primeras obras se manifiesta no sólo la experimentación con los
recursos visuales; sino también con los sonidos. De ahí que la pieza “Cada
paso es una forma del tiempo”, presentada en el Festival de Performance Ana
Mendieta en el 2000; consistía en una instalación sonora que amplificaba los
pasos de las personas por una escalera pública. En este sentido, comienza
adentrarse en el mundo de las imágenes, mezclando recursos del dibujo, la
fotografía, el video arte, la instalación y el performance; en soluciones que han
renunciado a los límites tradicionales de las manifestaciones para configuran
un discurso rico en referencias íntimas al tiempo que colectivas. Por ello,
cuando percibimos algunas de sus obras nos sentimos poseídos por ese
lirismo de la cotidianidad en el que el sonido de la respiración se acompasa con
el crecimiento de una flor que nace del “jardín interior” de la artífice, “Cada
respiro “(2003), o con el movimiento de las olas del mar “Mar interno” (2006).
Las formas del tiempo quedan registradas en la naturaleza de gestos, sonidos,
huellas naturales o humanas que son captadas tanto en la belleza de sus
morfologías -en ocasiones creadas por la artista- como en la fuerza para
generar cuestionamientos.
Otras veces, esta cualidad nace de una vocación arqueológica en la que a
manera de Gabinete de curiosidades, colecciona objetos mágicos numerados.
Objetos que parecen abandonar su aparente condición de intrascendentes para
contarnos una historia; para dar fe de esa “ceguera sensorial”, que en
ocasiones padecemos. Y la grandeza del gesto no está precisamente en las
dimensiones; sino en la capacidad de crear sentidos, en la posibilidad de
“lograr que la gente pueda ver o sentir la realidad diferente” 1 . A esto se
complementa, el empleo de recursos como la ironía y el juego con la relatividad
1
Entrevista ofrecida por la artista para la revista Zona de Obra, Madrid, 2004.
aparencial de las imágenes; en busca de esa “sonrisa cómplice” del espectador;
a la que ha antecedido un “darse cuenta”; un proceso de asociación que ya
implica el pensar.
El estudio constante de la “realidad inmediata” y el manejo de referencias
literarias y plásticas con las que encuentra filiación conceptual son parte de su
postura artística. Gaston Bachelard, Osho, Reiner Maria Rilke, George Kubler
y Augusto Monterroso, son algunos de los “autores intelectuales” de su
nomenclatura de títulos. De este último, le apasiona la intensidad que logra en
la síntesis o resumen de grandes ideas, la fuerza que le imprime a la brevedad.
Mas, a dicho proceso de aprehensión de pensamientos, incorpora la ineludible
reflexión, que luego alcanza “la dimensión de imágenes imaginadas”.
En los últimos años la obra de Glenda León ha adquirido una mayor
importancia no sólo en el panorama del Arte Cubano contemporáneo, sino en
el espacio internacional. Lo que se ha visto favorecido con el desarrollo de
exposiciones personales 2 , la participación en proyectos colectivos, becas y
residencias, en diversas latitudes. También su obra forma parte de importantes
colecciones privadas y públicas como: Centre George Pompidou (París),
Museo Nacional de Bellas Artes (Cuba), The Museum of Fine Arts (Huston, US),
Rhode Island School of Design Museum (Providence, US), Walter Philip Gallery
(Alberta, Canada), etc.
En la Décima Bienal de la Habana mostrará la pieza Mundo Interpretado,
instalación sonora que se ubicará en uno de los pabellones de la Cabaña. La
obra consiste en cinco cajas de música con un diseño circular. Éstas tienen
inscritas en el cilindro, el nombre en braille de los dioses o “entidades
representativas” de las cinco religiones con más seguidores en el mundo: el
Cristianismo, el Judaísmo, el Islamismo, el Hinduismo y el Budismo. De ahí que
se establezca un paralelo simbólico entre los nombres y la música que los
acompaña. En este caso el título es una “apropiación” de un fragmento de
“Elegías de Duino” de Rainer Maria Rilke.
El interés por una obra, que se acerca al horizonte de la religiosidad, se halla
en la experiencia de haber vivido, durante su estancia en el extranjero, en
lugares o barrios de fuerte tradición religiosa; así como por el impresionante
número de historias en torno a la creación, que encontró en la investigación de
varias culturas. Sobre la idea de esta obra, la artista comenta: “Desde hace
mucho tiempo las personas han creído que creen en algo diferente cuando
adoran a un dios o siguen determinada religión. Hay una ceguera generalizada
respecto a ese poder que es el mismo en todo el universo, y que está también
dentro de nosotros. Se ignora (o se olvida) que solo los nombres y la forma de
seguirlos es lo que crea la diferencia. Las religiones han creado una falsa
espiritualidad que ha originado un crónico distanciamiento del ser consigo
mismo.”3
La obra surge como un “canto al espíritu” en el que se plantea un viaje a la
manera primigenia e intuitiva de conocer el mundo y por ende a la búsqueda de
“ciertas esencias o verdades” sobre la existencia. Nuevamente la artista nos
2
Las formas del instante (2001, Centro de Desarrollo de las Artes Visuales), Realidades mágicas (2003,
Galería 23 y 12), El vuelo de la razón (2005, Galerie m:a contemporary, Berlín, Alemania), Mar interno
(2006, Le Plateau Espace expérimental), El ir y venir de la permanencia (Inner Sea) (2007,Optica Gallery,
Montreal, Canadá) y El vuelo de la razón (2008, Centro de Desarrollo de las Artes Visuales).
3
Reflexiones que nos ofreció la artista sobre la pieza “Mundo interpretado”. Entrevista realizada el 3 de
marzo del 2009.
invoca a ese re-descubrir de una realidad, en esta ocasión fisurada por lo que
denomina “ceguera espiritual”.
La obra artística de Glenda León se nos muestra hermosa, inteligente,
reflexiva…, cercana. Ella revela el sabio equilibrio entre concepto y apariencia;
premeditadamente ahonda en un espacio sensible que se mueve entre el
interior y el exterior, lo propio y lo ajeno. En esta proyección cual “racimo de
imágenes”, se presenta como un poema visual de lo que somos.
Yalicel Gabeira Londres
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