DAd PERSONALIDAD Retrato de un creador de éxitos ALFREDO ETCHEGARAY Textos | María José FRÍAS Fotos | Chino PAZOS En la casa de Alfredo Etchegaray se respira vida. Los colores suaves, la reminiscencia permanente de la naturaleza, el espejo de agua que parece llenarlo todo, la luz que se adueña de cada rincón y los espacios perfectos, creados con el objetivo claro de ser disfrutados, fortalecen la idea. Aquello es pura vida, “vivida de tal suerte, que viva quede en la vida”, afirma el anfitrión, parafraseando con cambios al genial Francisco de Quevedo. doble ALTURA·10 El atardecer de otoño ya es noche y las luces se encienden intimidantes apenas el visitante se acerca al alto cerco, custodiado por un doble sistema de cámaras de seguridad. Junto a la puerta, los números de 20 centímetros de altura se distinguen con claridad. El dueño de casa hace notar el tamaño de los números, pensados “para que todo el mundo pueda verlos”, al igual que cada detalle de una casa que no deja nada librado al azar y cuyo único aspecto severo es el cerco, inevitable para evitar visitas indeseadas. Alfredo abre la puerta para dar paso a una rampa de acceso, pensada para que sus amigos que deben usar sillas de ruedas puedan acceder con facilidad. A los costados, grandes faroles iluminados con led acompañan el camino. Las noches de fiesta, que son muchas, se les colocan velones, cuya luz se complementa con otros enormes, de 45 centímetros de diámetro, verdaderas antorchas que de tan pesadas, deben ser movidas con ruedas. La rampa termina frente a una puerta cubierta de tablas de pino americano y un frente de ladrillo, también cubierto con pinotea “para darle un aire natural y moderno”. La pintura de la madera fue reducida en un 50% para poder apreciar las vetas. Su dueño acaricia la obra con orgullo y, sin dejar de hablar ni un momento, se da vuelta para señalar un pequeño jardín que denomina “entrevero”. La casa del hombre de las 6.000 fiestas, del Guiness de los Records, del investigador, del escritor, del músico, del pintor, del relacionista público, habla de sí mismo. Nada más tentador que recorrerla. DAd PERSONALIDAD “Acá hago guitarreadas. Cualquier excusa es buena para hacer asado. Mandé hacer ponchos para mis invitados porque el fogón tiene que ser afuera”. Para el césped utilizó axonopus compressus de Vivero El Ceibo, porque es el mas duradero y promete verde todo el año. Las plantas y árboles las selecciona de Musacco y Lavender, los farloes son de Tienda Inglesa. Puerta abierta a la naturaleza Paltas, limoneros, durazneros y flores de todo tipo rodean a una palmera que Alfredo define como “la gran madre”, porque protege a todas las demás de la helada. En un rincón, espera una enorme cantidad de cañas con las que armará una pérgola que hará las veces de quincho para funcionar como cochera. “Va a ser sin columnas. Odio las columnas. O no las odio. Pero no me gustan”, afirma, mientras se mueve rápido hacia el costado de la casa para seguir mostrando su obra con orgullo. Hace poco más de un año que comenzó la reforma en el lugar. Todo lo hizo él o lo mandó hacer en base a sus propios diseños, pensados siempre en vínculo con la naturaleza. “Es la gran inspiradora. Todo está allí. La conexión lo es todo”, dice en un tono místico que utiliza varias veces a lo largo de la conversación. doble ALTURA·12 Pero quien habla de naturaleza, no habla de soledad. La casa es natural pero pensada para disfrutar con los amigos. Por eso tiene un acceso directo que lleva a original fogón móvil, con la parte interna de ladrillos refractarios, imprescindibles para contener el fuego y revestido con piques antiguos de campaña, traídos del campo de su familia. A un costado, el parrillero original de la casa permanece bajo un cobertizo de maderas. Lo cubrió porque le parecía antiestético, pero sus puertas se abren cuando llegan muchos amigos y el fuego se enciende por todos lados. Incluso en frías noches, para las cuales aparece una enorme caja con ponchos que hizo especialmente en color arena y negros con flecos, para sentirse ¨como en campaña¨ pero sin perder el estilo. Junto al fogón, 15 enchufes para exterior (estancos) están preparados por si alguno de los visitantes necesita electricidad para su instrumento. “Los vecinos no se quejan de la música porque pongo jazz o bossa nova. No hay como quejarse. Y cuando hay fiesta, están invitados”, sonríe. Inmediatamente, aclara que en su casa no recibe a mucha gente. “Son reuniones chicas. Entre 10 y 100 personas. Con más, se despersonaliza”. Y seguimos el recorrido. doble ALTURA·13 DAd PERSONALIDAD “Se entra caminando. Tiene 5 centímetros de un lado y 1.30 metros del otro. Es diseño propio. Hago cenas con los muebles, el disc-jockey y el barman adentro del agua”. Espejo de agua El pequeño jardín queda atrás y una enorme piscina, de 12 por 12 metros, iluminada con leds sumergibles se despliega en todo su esplendor. Un gran espejo entre papiros en la medianera posterior la viste de una profundidad impresionante. No tiene escalera y hace pensar en una playa. Vale la pena mencionar que fue él quien preparó en persona el entorno festivo para las fotos, la gran champagnera y una mesa que mandó a hacer especialmente: limones sumergidos en un jarrón cilíndrico con agua que sostiene en equilibrio un vidrio circular biselado de 8 mm de espesor. Empuja una reposera hacia dentro del agua para mostrar el efecto, sonríe y se distrae un momento para mostrar a Cacao, su gato, doble ALTURA·14 a espera de que aparezca Sancho, su cocker y también Chiqui, una perrita adoptada. Mencionará varias veces que actualmente vive solo porque hace poco se separó de su última novia. “Pero nunca estoy solo. Estoy rodeado de amigos, siempre hay gente”, afirma el hombre que supo responder a los requerimientos de figuras tan diversas como Pelé, Sting, Antonio Banderas, Billy Idol, Rupert Everett, Vinicious De Moraes, Valeria Mazza, el príncipe Talal Bin Abdul Aziz, el Principe Alberto de Mónaco y su madre Grace Kelly, Ivana Trump, Gunilla Von Bismark o Margaux Hemingway. La iluminación fue posible ya que luego de un arduo trabajo encontró las leds sumergibles tipo IP68 (Lights & Life). El efecto de iluminación se complementa en gran manera por el ¨Diamond Brigth¨, el producto con el cual revistió la piscina que imita arena, por su color y textura. doble ALTURA·15 DAd PERSONALIDAD Iluminado por doquier La luz, símbolo absoluto de la vida, reina en la casa. Lo primero que hizo Alfredo cuando la compró fue tirar muros para hacer ventanales que cruzan de lado a lado en la mayoría de las habitaciones, y van de piso a techo. Cambió la orientación del living comedor, que estaba hacia el sur, para que mirara al norte. Frente a un ventanal de 15 metros de largo, la piscina se despliega, magnífica, reproducida innumerable cantidad de veces por los espejos del fondo. Para que ninguna columna rompa la vista o cubra la luz, Alfredo prefirió un sistema de viga con brazos articulados que sostienen los toldos color arena, pensados para balancear la temperatura de la casa de manera natural. “No hay aparatos de aire porque si los tuviera debería dejar todo cerrado para refrescar y lo más agradable es abrir todo. Se trata de disfrutar de la naturaleza”, explica. En el living, una mesa hecha con madera reciclada y rascada (decapé) espera la llegada de los nuevos módulos que la acompañarán. Un sistema de audio inalámbrico sonorizará toda la casa y completará el ambiente de calma y tranquilidad que Alfredo desea. Vidrio y cristal serán los principales componentes de los nuevos muebles, que acompañarán una composición estética donde priman los colores mansos. Arena, lino claro, marfil y manteca, con toques de verde manzana, son los tonos primarios de una casa en la cual hasta el piso, de porcelanato español texturado, parece imitar la arena. De noche, la luz también reina pero está oculta. Surge bajo el pretil de la casa, con un sistema 100% led que optimiza el uso energético, otra de las obsesiones de un hombre que parece saberlo todo. Galería de arte Alfredo nació en “Le Petit Palais”, una residencia señorial construida sobre la calle Mercedes por el arquitecto francés Camile Gardés a pedido de su abuelo materno. Allí creció junto a sus padres, verdaderos apasionados del arte, y sus hermanos Pablo, Betina y Felipe. De la casa de su infancia, además de los recuerdos y los afectos, sólo conserva los cuadros de su madre, Raquel Carvallido, que son los únicos que ocupan protagonismo en las paredes de su casa. Sus grabados en madera, recuerdo de sus primeras incursiones en el arte, esperan apoyados contra una pared, al igual que otras decenas de cuadros pintados por diversos artistas jóvenes, que adquiere por diversas razones pero nunca cuelga. Las paredes, son de su madre, con la única excepción de una composición fotográfica que muestra limones cortados e iluminados por detrás, que se repite en la cocina, los baños y en su habitación, realizadas por él en base a edición fotográfica. Pintores como Giacoya, Campiglia, Castel Capurro, Labeque, Tonelli, Vicente Martín, Andrés Vivo, entre otros complementan el acervo pictórico adquirido y recopilado con su visión por el sentido estético, el que predica y disfruta. (Foto superior). En la piscina, reposeras y sillones (de Devoto Home, Casa & Giardinno y Disegno Italiano) y una pintura de su amigo francés Fabrice de Villeneuve se mezclan con accesorios que mandó a pintar de verde manzana: un disco de arado y una mesita antigua. Con gran recurso y sin miedo a quedarse sin jardín, realizó construcciones a ambos lados de la piscina revestidas en madera para exterior (Hughes Importaciones), que ofician de depósitos y espacio secundarios que piensa en breve acondicionar como gimnasio y barbacoa. Una cómoda de elegantes curvas y reminisencias orientales (de Baik) se pliega a las tonalidades limón de muchos de los accesorios en la casa de Alfredo. Sobre ella elementos que lo definen: el ajedrez por su sentido de estratega, la escultura la sensibilidad con el arte y la vela por su pasión por la luz, la que produce un efecto tan especial con un simple foto detrás de una cuantas botellas. Pero lo central no deja dudas de su ubicación, uno de los cuadros de su madre y reconocida artista. doble ALTURA·16 Personalmente diseñó el sistema para colgar los títulos de la biblioteca y la talla ¨Gaucho oriental¨ cuadros: un zócalo superior, gancho y tanza. Sin realizada por Alfredo en 1975. La pintura de gran perforar paredes, con sutileza y sencillez lo que resalta formato es de Raquel Caravallido, perteneciente en todos los casos es lo que la obra transmite. Sobre la a la década de los 80 cuando su inspiración cómoda (de Baik Muebles) algunos libros resumen los recurrente eran iglesias, ruinas y monasterios. doble ALTURA·17 DAd PERSONALIDAD En la pared del recibidor, realizó una composición con pequeñas ¨tortas¨ de madera pintadas de color lino claro, como la pared, donde cuelga sus sombreros. Todo lo que conlleve utilización de un recurso (barato o sencillo) puede en la casa de Alfredo ganar admiración. Recostadas sobre la pared una pintura de Lara Campliglia y otra de Sánchez. Las comodidades de la casa se completan con decenas de placares, una cocina de 9 por 3,30 metros, muebles que se abren por ¨one touch¨ (herrajes de Montecuir), mesadas en Silestone (Abbate y Cía), calefacción central regulable por zonas con termostato y un sistema de cañería de agua que permite elegir la fuente de energía. Revestimientos de pisos y paredes fueron elegidas en Bagno & Company, Bosch y Cerámicas Castro. Entre champagne y bossa nova En una casa así, no podía faltar un buen bar. Alfredo lo está armando en un rincón, rústico, utilizando trozos de durmientes. En ese rincón, clasifica los vinos por cepas y tiene los champagnes más finos, aquellos que utilizaba Gilberto Scarpa en sus megafiestas. Un prosecco italiano “Il Concerto”, que le obsequió un embajador de Italia, es uno de sus motivos de orgullo, junto a un ron Zacapa de 23 años de añejamiento, que descansa junto a sus hermanos “Aniversario”, “Embajador” y “Santa Teresa”. Alfredo parece acariciar las botellas cuando las muestra. Habla de texturas, aromas y sabores complejos, que acaricien el paladar, y muestra su conocimiento exponiendo los vinos: Rotchild, Chateau Laffite, Chateau Maynard, Pomard. El día de un anfitrión nato ¨Mi día comienza a las 6 de la mañana. Antes del desayuno, me ducho y me masajeo la cabeza y eso me deja lleno de energía. No tengo modorra nunca. Lo primero que hago es leer el diario El País, y luego de un jugo de frutas y verduras crudas juego tenis todos los días. Los viernes lo hago en mi colegio, el Old Boys, al cual este año le estoy preparando la fiesta de los 100 años, como lo hice con el British, pocos años atrás. Hago esas fiestas con luna llena, esta va a ser con la del 8 de noviembre. Será un ¨pueblo gastronómico¨ y voy a sorprender. Las fiestas deben ser pura creatividad. Uno tiene permanente inspiración si cuenta con métodos. Me gusta mucho la lectura. Escribo prólogos de libros y editoriales sobre turismo. Fui primer premio de literatura en el colegio, y de dibujo en primaria y secundaria. Paso la vida dibujando y escribo música. Encaminada la mañana tomo mate y hago un segundo desayuno entre noticias internacionales. Mis días son variables. Doy conferencias de forma honoraria en la UTU y soy docente de la carrera de marketing en el ITHU. Dicto seminarios por invitación en la Universidad de la Empresa y la Católica, o en el exterior. Al caer la noche siempre tengo ganas de reunir amigos en casa. Lo hago muy a menudo, todo es buena excusa. Mi casa está pensada para el bien recibir¨. doble ALTURA·18 doble ALTURA·19 DAd PERSONALIDAD Entonces se da vuelta y señala una guitarra, porque donde hay buenos vinos, no puede faltar la música. Bombos, panderetas, ukeleles y guitarras de diverso tipo hablan de su amor por el sonido. Lo menciona y sale como disparado a mostrar los bastidores de madera que creó con guata (de Paganini Rossi) y cubrió con cañas para colgar de algunos techos y generar efecto acústico. “Mi padre era ingeniero industrial pero tocaba el piano y la guitarra. Todos tocábamos la guitarra en casa y hacíamos fogones”, recuerda con una sonrisa y la mirada baja. Levanta la vista y con la alegría otra vez brillando tras el fugaz recuerdo, vuelve a contar precipitado: “Yo soy creador de música. Uso el sinónimo Al.Fred y la cuelgo en el sitio web (www.worldmusicwalk.com), que quiere decir ‘caminando por la música del mundo’. La música siempre es un proyecto, porque me alimenta el alma. En estos días hice un candombe, “Candome para Carlitos”, en homenaje a mi gran amigo Carlos Paez Vilaró, a quien le hacía las fiestas de Casapueblo desde el año 1969. Era mi compañero de restaurantes en Buenos Aires, porque vivíamos en el Alvear por los años 83’ al 85’. Yo pagaba mi estadía porque organizaba fiestas, y el pagaba con cuadros. Fue un alfarero de la vida”. 1 “Y nunca me canso, porque de noche me quedo dormido en 30 segundos. Hice yoga a los 10 años y eso me permite relajar los músculos, controlar la respiración y vaciar la mente. Anoto las preocupaciones en un papel y ahí las dejo”. 4 Piensa en música y camina rápido hacia sus discos de vinilo. Los tiene de todos los géneros y guarda hasta los de sus abuelos. Pronto montará un rincón especial para volver a escucharlos. Es posible que el rincón quede cerca del cuarto que destinó a sus documentos, miles y miles de papeles de investigación en arqueología subacuática, la misma que lo llevó a encontrar más de 250 naufragios, incluida la emblemática águila del acorazado alemán Graf Spee. doble ALTURA·20 6 2 1 Apasionado del buen vestir, también se ocupó de las corbatas, ordenadas cromáticamente en un lugar especial dentro de su vestidor de verano (también tiene uno de invierno). / 2 Detalle nocturno de la piscina. / 3 Piques antiguos personalizan el fogón. / 4 Una pandereta hace las veces de spot de iluminación. / 5 Una carta antigua de rutas marítimas guarda como un tesoro. / 6 Un velón de 45 cm. de diámetro, que envió a hacer especialmente para sus recepciones. / 7 Los trazos de su madre: su colección de pintura preferida. / 8 Libros que reflejan sus pasiones: la arquitectura para agasajar, la pintura, naufragios, protocolo, vinos, música, historia, ciencia y naturaleza. 7 3 5 8 doble ALTURA·21 DAd PERSONALIDAD El hombre que quería comprar el tiempo Alfredo Etchegaray se define como “una esponja”. Admira “las locuras de los sabios creativos de toda la historia, en especial de los genios del Renacimiento como Leonardo Da Vinci” y siempre tiene “ganas de hacer más”. No contempla la vida desde el pasado sino que la proyecta hacia el futuro. Todo lo sueña, todo lo intenta. No puede comprar lo que mas valora: el uso del tiempo, por eso lo cuida. Si tuvieras que definirte a vos mismo, ¿cómo lo harías? Me definiría como un hombre sensible, creativo, investigador, aventurero, intenso, una esponja aprendiendo, focalizado en mirar el horizonte, un solucionador, un hacedor de éxitos para la gente. ¿Cómo surgen ideas tan dispares? ¿Te acordás cual fue la primera? ¿Cuándo nace el Alfredo que conocemos? Siempre estuve abierto a aprender de todos y así me fui formando. Por supuesto que tuve de quien aprender en mi familia. Mi madre hacía flamenco, baile español, zapateo americano, pintura. De chico estudié acordeón a piano y solfeo, que era muy aburrido. Me incliné por otras cosas. Me gustó trabajar la madera. Aprendi de la mano del madrileño Javier Nieva (quien realizó el Cristo de la Iglesia del Seminario). Compraba antigüedades en Gomensoro & Castells, las restauraba y las volvía a mandar a remate. A los 10 años ya hacía reparaciones de cosas mecánicas, simplemente porque tenía capacidad de observación. Decenas de botellas compró un día para una fiesta, y hace años causó sensación con la originalidad. Lo han acompañado siempre. Hoy las ubica sobre la larga biblioteca que viste el pasillo, entre máscaras del Carnaval de Venecia del 86, originales y excelentemente conservadas. “Aprendí a cargar las pilas rápido cuando era muy joven. Con 15 años era disc-jockey y dormía muy poco, me acostumbré a dormir 20 minutos y recargar las pilas de inmediato. Después, solo acelero la respiración y ya estoy despierto. Así son mis días. Nunca me canso de vivir”. ¿Qué te resulta más destacable de tu vida como relacionista público? Organicé más de 6.000 eventos, desde cumpleaños de 15 y casamientos hasta lanzamientos de productos con más de 1.000 ideas creativas. Para Mitsubishi estuvieron los lobos marinos haciendo juegos con las pelotas alrededor del auto girando en El Prado, que fue primer premio. El volcán que hacía erupción con animales alrededor y los autos adentro, también primer premio. Hasta armé un “Pueblo Gaucho” en cuatro días para que Zonamerica recibiera a un grupo de inversores belgas. Allí celebró Nicole Neuman su fiesta de 16 años, como parte de la telenovela “90-6060 Modelos”. Tengo cientos de anécdotas pero siempre me concentro en proyectarme, en el futuro. ¿Te falta algo por hacer? Todo. Mi próximo paso es ser ciudadano del mundo. Tengo una lista enorme de sueños. Hasta ahora hice cosas que tuvieron repercusión en el mundo, como el record Guiness por manejar 35.000 kilómetros desde el norte de Alaska hasta Tierra del Fuego; o el rescate del águila del Graf Spee, que fue publicado en más de 100.000 artículos en el mundo, tuvo doble página en el New York Times y en el Times de Londres. Pero me alimentan los desafíos. Me gusta ser creador de éxitos. No es solo por el dinero. ¿Por qué no formaste una familia? Cuando tenía 15 o 20 años sentía que el casamiento me iba a impedir hacer muchas cosas que quería y seguramente tenía razón. Por otro lado, tenía pánico al divorcio. Mi abuelo materno siempre nos decía que no nos casáramos jóvenes, que disfrutáramos de la vida y le hicimos caso. ¿Qué lugar ocupa el arte en tu vida? Muy destacado. Toda la vida hice artes plásticas. Ahora voy a empezar una nueva línea de pintura que será a ojos vendados. Me gustan los desafíos. No quiero pintar más mirando. Lo voy a hacer solo y también con amigos pintores a los que voy a invitar. En alguna ocasión dijiste que “el tiempo es lo único que no se puede comprar”. ¿Cómo es tu vínculo con el tiempo? No quiero perder tiempo de esta vida. Tengo fobia a las colas. No puedo no hacer nada. Busco el camino de la diversidad, del sorprenderme cada día con proyectos nuevos. Me gusta vivir tan intensamente la vida, que viva quede en la vida, y no en la muerte, al revés de lo que decía (Francisco de) Quevedo. doble ALTURA·22 Alfredo ETCHEGARAY en 10 flashes ¿Planificar o improvisar? Ambas. La planificación es la estructura central. La improvisación es lo nuevo dentro de esa planificación. ¿Formal o casual? Me adapto a una fiesta de frac o a estar descalzo con una tribu aborigen. ¿De qué no te desprenderías nunca? De las cosas que significan afectos. De los cuadros de mi madre. Con Carlitos Páez Vilaró y Anthony Delon, Antonio Banderas, Rodrigo d´Arenberg y Dewi Sukarno, viuda del primer presidente de Indonesia. Alfredo experimenta, vive, vibra, parece no dormir nunca, camina hacia el portón de entrada y se detiene en cada rincón. Para todo, tiene un proyecto. “Es más creatividad, que dinero”, asegura mientras me despide. Cuando me alejo, lo veo por el espejo retrovisor, mirando atentamente las plantas frente a su puerta. Seguramente, una nueva idea ya ronda en su cabeza. ¿Qué no perdona el protocolo? La agresividad. Lo más importante es la cortesía. ¿Arena de la Polinesia o del Caribe? Polinesia, por la diversidad de flora y fauna, y por estar menos afectada por la mano del hombre. ¿Pisos pulidos o texturados? En baños y cocina pulidos por higiene, para el resto texturado por seguridad y porque imitan la arena. Lo mejor de Punta del Este. La naturaleza, los campos cercanos, la puesta de sol de Punta Ballena, los restaurantes que aprovechan lo natural, las playas, las lagunas. ¿Y Lo peor? La concentración de edificios en primera línea y la falta de actividad fuera de temporada. ¿De qué no podés prescindir? De la buena música y de la naturaleza. Un lugar en el mundo. Todo el planeta, los lugares donde estén los afectos. doble ALTURA·23