ARTE POST-PALEOLÍTICO Es el arte desarrollado en la península ibérica desde el Neolítico hasta la Edad de los Metales, pudiendo dividirse en dos grandes tipos: Arte macro-esquemático: o Desarrollado en exclusiva en la zona de la actual provincia de Alicante. Ejemplo: Plá de Tetracos (Alicante) o Ubicación: en el interior de las cuevas, con una función “de santuario”. o Color: siempre en rojo (normalmente muy oscuro) o Representaciones de figuras antropomórficas (un individuo o una pareja) de grandes dimensiones, con los brazos levantados y las manos abiertas en posición de orante. Arte levantino: o Se han encontrado un centenar de localizaciones, a lo largo de las actuales provincias de Valencia, Tarragona, Lérida, Albacete, Huesca y Teruel. o Ubicación: cerca del exterior de las cuevas o en abrigos rocosos abiertos, lo que explicaría su deterioro. o Color: siempre en un solo color, normalmente rojo, aunque también en negro o blanco. o Las figuras antropomórficas son de pequeñas dimensiones (entre 10 y 20 centímetros) y con formas estilizadas. o Se representan escenas de la vida del grupo: La mayoría de ellas son escenas cinegéticas. También existen escenas de recolección: se representan a mujeres con los pechos al descubierto y faldas acampanadas muy largas, o como en el caso de la “Cueva de la araña” de Bicorp (Valencia) a una figura encaramada a una cuerda con un recipiente en la mano y recogiendo miel de una colmena. De danzas o ejecuciones. De guerra: a fines del Neolítico (entre el 2.500 y el 1.900 a.C.) existió un desequilibrio entre el sostenido incremento demográfico y un estancamiento en los medios de subsistencia; dicho desequilibrio se trató de solucionar mediante medidas drásticas como el infanticidio femenino o la ejecución de viudas, pero también a través de la migración en busca de nuevos asentamientos, por lo que es típico de este periodo que los poblados se fortifiquen y que existiesen disputas bélicas entre diferentes poblados. METALURGIA DEL ORO La metalurgia del oro está documentada en la península ibérica desde el 3.450 a.C., por la diadema hallada en la “Cueva de los Murciélagos” (Granada), trabajada a través de martilleado. Sin embargo, el yacimiento más importante –datado en el 4.000 a.C.- se halla en Varna (Bulgaria), donde se encontró un inmenso tesoro de oro compuesto por brazaletes, collares, mangos de hachas... CALCOLÍTICO (2.500-1.900 a.C.) Tras una etapa premetalúrgica (en la que objetos se transformaban a base de martilleado), se aprende a fundir el cobre mediante un proceso de “reducción” (derritiéndolo en un horno a más de 1.000 Cº) y posteriormente a darle forma a través de diferentes moldes. En la península ibérica abundan los yacimientos copríferos en el sur de Portugal y en el sudeste español (en menor medida en Galicia, Cordillera Cantábrica, Sistema Ibérico y Pirineos) El Calcolítico está asociado tradicionalmente con el megalitismo, los enterramientos colectivos en construcciones destacadas; hoy en día dichos recintos nos han llegado al descubierto, pero en origen estaban cubiertos por tierra en su totalidad salvo la entrada. Función: se acepta la extrafuneraria (el recinto era reutilizable, con sistemas de apertura), aunque se discute sobre si tenía una función de marcador territorial o si eran templos de veneración a los antepasados. Tipos: de corredor o en galería. “Cultura de los Millares”: es la cultura más representativa del calcolítico peninsular; tuvo su apogeo entre el 2.400 y el 2.000 a.C. en el sureste de la península ibérica, en las actuales provincias de Almería, Granada, Murcia y Alicante. El poblado debió de ser un gran centro económico basado en la producción agropecuaria y los metales (en su interior existen multitud de talleres metalúrgicos). Dicho poblado tenía una extensión de cinco hectáreas con una capacidad para 1.000 habitantes, y estaba fuertemente fortificado con tres murallas; poseía también una necrópolis con más de 100 tumbas situado en lo alto de una colina. Una característica de dicha cultura es la proliferación de ídolos cilíndricos, los llamados “ojos solares”. EDAD BRONCE (1.900-1.000 a.C.) Dos son las culturas características de este periodo en el interior de la península ibérica: “Cultura del Argar” (1.900-1.300 a.C.): desarrollada en el sureste peninsular en la misma zona que la Cultura de Millares. Los poblados son más pequeños (para unos 400 habitantes) y están situados en alturas o cerca de ríos para su mejor defensa. Los enterramientos son ahora individuales en el interior de los poblados, aunque se pueden clasificar en dos periodos: Desde el 1.900 hasta el 1.500 a.C. los enterramientos se realizaban en cistas rectangulares construidas con losas de piedra. Desde el 1.500 hasta el 1.300 a.C. los enterramientos se realizaban en grandes tinajas de cerámica. “Cultura de Campo de Urnas” (1.300-1.200 a.C.): desarrollada en una amplia zona costera catalana y a lo largo del río Ebro desde Zaragoza hasta su delta. Los asentamientos son enormes e increíblemente fortificados, aunque es más como símbolo de poder que como defensa de posibles ataques. El cadáver se incineraba junto a las ropas y los objetos cotidianos del difunto; las cenizas de dicha incineración se depositaban posteriormente junto al ajuar (espada, lanza, hachas, flechas, collares, brazaletes...) en una gran vasija que más tarde se enterraba bajo un túmulo.