TEMA 5 - cscjprofes

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TEMA 5
EL ARTE BIZANTINO
1. INTRODUCCIÓN Y CRONOLOGÍA
El Imperio Bizantino se extiende a lo largo de los más de mil años que
transcurren desde el siglo IV hasta la caída de Constantinopla en 1453. El arte
bizantino se desarrolla en la parte oriental del Imperio romano entre los siglos V XV. Su capital, Bizancio, fascinó por igual al Occidente europeo y al mundo
islámico, que siempre se mostró inclinado a su conquista. Cronistas como Procopio
difundieron el mito de su lujo y grandeza, que determinó que durante la Edad
Media, fuera tenida por un paraíso de civilización.
Los orígenes más remotos del mundo bizantino se sitúan en la crisis generalizada
del imperio romano a finales del s. III, caracterizados por la fragmentación del
poder político (tetrarquía) y el inicio de una profunda crisis económica. Esto originó
una individualización de las regiones orientales y occidentales del imperio que
habría de culminar con su división en el 395 a la muerte de Teodosio. Su origen se
sitúa en el año 330 cuando Constantino el Grande decide fijar la nueva capital
cristiana del Imperio Romano en la antigua colonia griega de Bizancio, bautizada
con el nombre de Constantinopla en su honor.
Posteriormente, en el año 395, el emperador Teodosio divide el imperio en dos
partes: Occidente para su hijo Honorio y Oriente para su hijo Arcadio.
A partir de este momento se acelera la decadencia del Imperio Romano occidental,
cada vez más debilitado por las continuas invasiones de los pueblos bárbaros hasta
que finalmente es destruido en el año 476.
Por el contrario, el Imperio Bizantino se mantendrá durante siglos, recogiendo el
legado de la administración y el derecho romanos, la cultura griega y la fe
cristiana.Su pervivencia se debe, en gran medida, a la concentración del poder,
tanto político como religioso, en manos del emperador, quien se reserva las
funciones del César romano y del Papa de la cristiandad. A este tipo de gobierno se
le denomina cesaropapismo. Bizancio se adueña del comercio entre Oriente y
Occidente durante siglos debido a su privilegiada situación geográfica. Por otro
lado, se convierte en protagonista de un florecimiento
En el arte bizantino se distinguen tres etapas de esplendor que coinciden con otros
tantos períodos históricos que se denominan Edades de Oro
1. La Primera Edad de Oro, esta centrada en el s. VI-VII, su esplendor es la época
del emperador Justiniano (527-565). Este monarca realizó un intento de
reconstrucción del Imperio romano, a la postre fallido. De esta forma, a los
territorios que originariamente formaban el imperio oriental: Asia Menor, Siria,
Palestina, Egipto, se incorporaron mediante conquista: el norte de África, el reino
ostrogodo de Italia (con capital en Rávena) y la parte sudoriental de la Península
ibérica.
A su muerte el Imperio se debilitóy surgen problemas como la llamada herejía de
los iconoclastas (partidarios de la destrucción de las imágenes), que originó la
desaparición de una gran cantidad de obras artísticas. León III en el 723 decretó la
prohibición de imágenes. El final es en el 843 con la retirada de la prohibición.
2. La Segunda Edad de Oro desde mediados del siglo IX al siglo XIItiene su punto
de referencia en el s. X en tiempos de la dinastía macedónica. los conflictos
iconoclastas. No obstante, en el 1051 se produjo el Cisma de Oriente, por el que la
las iglesias orientales se separaron de la obediencia de Roma.
3. La Tercera Edad de Oro En 1258 Miguel VIII Paleólogo instaura una nueva
dinastía, que coincide con los siglos finales del Imperio (s. XIII- XIV) en época de la
dinastía de los Paleólogos. No obstante, las presiones turcas culminan con su
conquista en el año 1453.
2. Los fundamentos culturales
El mundo bizantino constituye una compleja síntesis de tres influencias:
a) La tradición clásica. En contraste con Occidente medieval, donde apenas se
tenían vagas noticias de la antigüedad grecorromana, el Imperio bizantino
mantuvo vivo su idioma: el griego, una lengua prácticamente desconocida en
Europa. Por la misma razón, eran abundantes las fuentes históricas,
filosóficas y artísticas del mundo clásico, muchas de las cuales serán
difundidas en el Renacimiento.
b) La Influencia cristiana. Bizancio constituía una teocracia, un Imperio
cristiano en el cual religión y Estado se identificaban en la figura del
monarca, como máximo representante del poder temporal y espiritual; lo que
constituye el cesaropapismo. El arte no es sino el instrumento y el reflejo del
poder del emperador, y de la propia Iglesia. De esta manera se explica su
total sometimiento a normas estéticas dictadas por la más pura ortodoxia.
Por otro lado, los bizantinos realizaron multitud de estudios de textos
religiosos y patrística, que derivaron en inacabables disputas teológicas (las
célebres Adiscusiones bizantinas@) y en no pocas herejías. El gusto por la
teología en general fue tan grande en Bizancio, que se calcula que supone
más de la mitad de la producción literaria total.
c) Los contactos con Oriente. A la influencia oriental se manifestó en todo el
complejo protocolo que rodeaba la monarquía imperial, amén del carácter
despótico y autocrático del poder regio. La corriente cultural del mundo
oriental ejercerá su influjo en lo literario y artístico. El inmenso poder
económico del Estado bizantino descansaba en su papel de intermediario del
comercio entre Oriente y Occidente, posibilitando grandiosas obras
artísticas.
2. LA ARQUITECTURA BIZANTINA
2.1. Características
La arquitectura constituye la principal manifestación artística. Aparece como una
notable síntesis del los sistemas constructivos romanos y orientales, merced a sus
notables innovaciones arquitectónicas. Sus características van a permanecer
prácticamente inalterables a lo largo de su historia, en lo que a materiales y
elementos constructivos se refiere. Las características esenciales son:
1. • La iglesia se concibe como un microcosmos divino, un espacio simbólico
donde todo tiene una simbología. Son iglesias místicas y espirituales.
2. • Dilatación espacial: se busca crear un espacio único centralizado pero
dividido en espacios intercomunicados, en donde todas las partes se
comuniquen entre sí. Para ello se utilizan los "muros cortina", formados por
líneas de arquerías superpuestas.
3. La técnica construcctiva es heredada de los romanos.
4. • Nueva concepción espacial: hay que intentar crear un espacio continuo e
infinito, gracias al empleo de bóvedas y cúpulas, intensificación de la
decoración con mosaicos.
5. • Se multiplican los puntos de luz con la creación de muchos vanos, dando
lugar a una luminosidad difusa y un aspecto místico y misterioso. El efecto
de la luz es muy importante: normalmente procede desde arriba y está
dividida en multitud de focos luminosos.
6. Bóvedas/cúpulas se abre y se dilata hacia el espacio celeste y se convierte en
trono del creador. Dilatación espacial; se busca crear un espacio único pero
dividido en espacios intercomunicados. Concepción dinámica de todos los
elementos arquitectónicos, evitando su individualización.
7. • Los mosaicos remarcan la sensación de unidad de las distintas partes.
8. Novedad: empleo sistemático de cúpulas de proporciones gigantescas. No
descansan sobre el muro sino sobre PECHINAS (1ª E.O) y después sobre
tambor (2ª E.O).
9. • Novedad: En lo referente a la tipología de plantas, se emplean los dos tipos
característicos de iglesia cristiana: la planta de cruz griega o latina, como en
el caso de la iglesia de los Santos Apóstoles de Constantinopla o de San
Marcos de Venecia, y la planta central, como la iglesia de los Santos Sergio y
Baco de Constantinopla, y San Vital de Rávena.Y crearon el modelo
arquitectónico por excelencia: fusión de planta basilical y centralizada
coronado por una gran cúpula. Esta cubierta, aunque ya había sido utilizada
en Roma, adquiere ahora un gran desarrollo técnico y simbólico. La cúpula
se apoya casi siempre sobre pechinas y, para contrarrestar la fuerte presión
que ejerce sobre las paredes, se idea como novedad!!! un sistema de
empujes que se contrarrestan entre sí, a partir de bóvedas de medio cañón,
pequeñas cúpulas, casquetes y contrafuertes.
10. Los exteriores se construyen con materiales pobres, como ladrillo o
mampostería, ya que, siguiendo la tradición romana, se concede más
importancia al interior. En cambio,el espacio difiere conceptualmente: evitan
la compartimentación en favor de espacios dilatados y dinámicos en los que
los puntos de luz contribuyen a crear un entorno místico.
11. • La decoración es abundante y lo invade todo, produciéndose un claro
horror vacui u"horror al vacío". Se buscan efectos ricos y coloristas mediante
mármoles, mosaicos, metales... Ambas costumbres son típicamente
orientales y su función es ocultar la sencillez de los materiales constructivos.
12. • novedad: Las columnas y capiteles se realizan con ricos materiales. Los
capiteles son muy peculiares, casi siempre de orden corintio con las hojas de
acanto talladas a trépano creando fuertes claroscuros. Para facilitar la
función de soporte, sobre el capitel se dispone un cimacio en forma de
pirámide truncada invertida, como podemos comprobar, por ejemplo, en la
iglesia de San Vital de Rávena.
2.2. Evolución estilística y principales edificios
2.2.1. Primera Edad de Oro
De la época de Justiniano son los das centros artísticos más importantes: Rávena y la propia
Bizancio.
Localizada en el norte de Italia en la desembocadura del Po, Rávena tenía en el s. VI el
carácter de ciudad imperial. No sufrió los efectos de los iconoclastas, por lo que sus iglesias
de San Vital (527), San Apolinar il nuovo y San Apolinar in classe, han conservado intactos
sus maravillosos conjuntos de mosaicos.
La iglesia de San Vital, construida con materiales pobres (ladrillo) no nos permite adivinar
desde el exterior la fastuosidad de su interior. Se trata de una construcción de planta
hexagonal con ábside y cúpula, y formada por pilares y filas de columnas realizados en
materiales nobles. Influirá decisivamente en la obra más importante del arte carolingio: la
capilla palatina de Aquisgrán. Lo más notable de San Vital lo constituye el conjunto de
mosaicos situados en las exedras en los laterales.
Sin embargo la más importante obra de este período lo constituye Santa Sofía de
Constantinopla, la máxima expresión del cesaropapismo de la corte de Justiniano.
Fue construida entre el 532-37 por Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto . De planta
cuadrada con gran cúpula central de 31 metros de diámetro y de 55 de altura, sobre pechinas
y horadada en su parte inferior por una corona de ventana. El enorme peso de la estructura se
dirige a cuatro machones que sirven de apoyo a los triángulos esféricos o pechinas. Sistema
de empujes: El empuje es contrarrestado exteriormente mediante los grandes contrafuertes,
al tiempo que se subdivide en dos semicúpulas que se apoyan, a su vez, en cuatro cúpulas de
cuarto de esfera o exedras. Los espacios libres, en sentido perpendicular a las semicúpulas, se
cubren con dos enormes arcos abarcantes. La entrada a Santa Sofia es através de un Nártex y
al fondo del templo está el presbiterio o testero cubierto por una pequeña cúpula.
Es evidente que el espacio interior se concibe en función de la gran cúpula, de manera que la
luz filtrante procedente de sus ventanales genera una atmósfera misteriosa, y crea la ilusión de
que esta suspendida del cielo por cadenas, en palabras del historiador Procopio.
La parte baja del templo esta rematado por dos pantallas de columnas, que dan paso a dos
naves laterales, encima de las cuales se sitúa el gineceo que era el lugar destinado a las
mujeres. Los muros estaban originariamente recubiertos con ricos paneles de mármoles y
vistosos conjuntos de mosaicos murales, destruidos en tiempos de los iconoclastas y los
cruzados.
Otras iglesias de interés son Santa Irene (564), dotada de dos cúpulas de diferente tamaño, en
forma longitudinal que parece ser una versión reducida de Santa Sofía. La iglesia de los
Santos Sergio y Baco (526) constituye un precedente de San Vital de Rávena.
2.2.2. Segunda Edad de Oro
En este período evolucionan las formas arquitectónicas de la época de Justiniano. Al mismo
tiempo se fija un nuevo modelo de templo con cúpulas realzadas por un tambor cilíndrico y
construidas por medio de cimbras (armaduras desechables), según el modo sasánida. Las
iglesias, dado el carácter monacal y popular de las mismas, suelen ser de pequeño tamaño. Lo
más notable será su peculiar planta a base de una estructura cuadrada con una cruz griega
inscrita, que será conocida con la denominación de nea ecclesia que encontramos en la
Kilisse Djalni de Tesalónica, los monasterios de Dafne y Hosios Lukas y la propia iglesia de
San Marcos en Venecia (1095).
Los exteriores se enriquecen con decoración exuberante. Al igual que los interiores, cuyos
programas iconográficos responden a la más pura ortodoxia metodológica.
2.2.3. Tercera edad de Oro
Las principales novedades se refieren a una mayor riqueza decorativa en el exterior, al tiempo
que las cúpulas adoptan una apariencia bulbosa, por elevación del tambor.
Esta rica tradición va a posibilitar los más destacados ejemplos en época posterior en las
iglesias rusas de ciudades como Novgorod, Kiev y Moscú. Buena prueba de ello lo constituye
el conjunto de construcciones de la fortaleza del Kremlin y sus edificios anexos, levantados
por el zar ruso Iván El Terrible en el s. XVII. Entre ellos destaca la iglesia del
Bienaventurado Basilio, cuyas estilizadas cúpulas coloreadas se recortan sobre el cielo de la
plaza roja de Moscú.
3 LAS ARTES FIGURATIVAS
3.1. La iconografía bizantina
La iconografía consiste en la descripción y explicación de las representaciones figuradas,
tanto en escultura como en pintura u otra manifestación artística similar. Se refiere, pues, al
repertorio de imágenes diversas: personajes, ideas religiosas etc. propias de una época y su
plasmación el arte de esa época. En este sentido, el mundo de las imágenes bizantinas es muy
distinto al del arte occidental, ya que parte de una valoración distinta. Ello se debe a su
sentido religioso evidente, la iconografía sirve de soporte a la más pura ortodoxia religiosa,
por lo cual se impone una limitación creativa a los artistas, ya que todo debía estar sometido a
unas normas y un lenguaje prefijado en su representación. En Bizancio existía un conjunto de
normas artísticas, la Hermeneia, que no solamente establecía aspectos técnicos y relativos al
lenguaje del arte, sino que fijaba rigurosamente los modelos iconográficos y su ubicación, con
lo que la creatividad de los artistas quedaba subordinada a las élites dominantes.
Para los bizantinos el templo constituía una reproducción de la disposición jerárquica que
existe en el Universo cristiano. Como ya se ha dicho, la cúpula de las iglesias simbolizaba la
bóveda celeste, por lo que será el lugar elegido para situar el Pantocrátor. Se trata de una
representación de Cristo como juez soberano universal. El ábside se reserva para la Virgen
María, mientras que la nave central abundan las imágenes de santos y escenas del Evangelio.
Los principales tipos iconográficos se fijan en la segunda edad de oro, una vez vencida la
herejía iconoclasta. De Bizancio pasarán al arte occidental.
Los modelos iconográficos de la Virgen María se caracterizan por su gran diversidad. El de
la virgen Kiriotissa, llamada también Nikopaya (hacedora de la victoria) la representa sentada
en un trono con el Niño en su regazo, será el modelo a seguir por los artistas del Románico.
La virgen Theotokos (madre de Dios), ofrece al Niño una fruta como nueva Eva, mientras que
la Hodigitria, puesta en pie le señala como camino de salvación. Por su parte la
.Blaquernitissa, es una virgen orante que sigue el modelo paleocristiano con brazos
extendidos y el Niño en su pecho en forma de medallón. Por último, la Galaktofrussa, es una
virgen de la leche, en actitud de amamantar.
En lo referente a la figura de Cristo, este adoptará el modelo siriaco, de imponente aspecto,
larga melena con pequeños mechones en la frente y barba partida, que se contrapone con el
Cristo helenístico anterior. También se fija modelo de crucificado, destacando el tema de la
Deesis, con la Virgen y San Juan a los lados de la cruz en señal de intercesión. Otros temas
muy repetidos serán. igualmente, las llamadas doce fiesta litúrgicas, entre las que destaca la
Anastasis o bajada de Cristo a los infiernos
3.3 Pintura y mosaico
Los bizantinos adoptaron costumbres de los pueblos orientales, entre ellas, la tendencia a
llenar totalmente las superficies con pinturas o mosaicos; actitud que se denomina horror al
vacío.
Apuntes de Historia del Arte
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La forma queda subordinada al simbolismo, lo que determina la utilización de recursos varios
recursos formales:
S
Una cierta frontalidad, simetría y jerarquía de las figuras, cuyo tamaño va en relación directa
con su importancia social o religiosa.
S
Los colores y el espacio son también en simbólico. Esto explica la abundancia de dorados y
la marcada tendencia a la abstracción que caracteriza la plástica bizantina.
S
Los personajes son herméticos, cerrados en si mismos. No revelan estado del alma. Están
dotados de una espiritualidad que les convierte propia de seres sobrenaturales.
La manifestación más importantes lo constituye el mosaico. Deriva del opus teselatum romano,
pero a diferencia de este, son murales. Su técnica además de compleja era muy costosa, ya que
estaban realizados mediante minúsculas piezas coloreadas con óxidos metálicos y sometidos a un
proceso de vitrificación, que eran insertados sobre el revoco blando del mundo en el que
previamente se había dibujado el boceto. Buena prueba de su riqueza decorativa estriba en que
además se utilizaran materiales nobles como pan de oro y nácar.
Por su importancia se destacan los impresionantes conjuntos de San Vital de Rávena. El que
representa a Justiniano y su corte, ofreciendo un presente eucarístico, presenta gran luminosidad y
colorido. Las figuras tienen nimbo, lo que unido a la presencia del crismón, nos pone de manifiesto
el sentido propagandístico de la obra, expresión del más puro cesaropapismo. A la ausencia de
perspectiva se une la negación del espacio pictórico, hasta el punto de parecer que los personajes
flotan en el aire. El de La emperatriz Teodora y su séquito, contrasta, sin embargo, la gracia con que
son tratados los personajes, frente a los rostros expresionistas del anterior.
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