¿ENERGÍA ATÓMICA PARA URUGUAY? (Algunas reflexiones sobre seguridad, riesgos y disponibilidad) Ing. Enrique J. Muttoni [email protected] Como se indica en el prólogo del DVD adjunto, éste expone la perspectiva de un ingeniero que prefería compartir los trabajos con sus ayudantes y no sólo dirigirlos desde su escritorio, con lo que se familiarizó con la realidad de la industria uruguaya en muchos aspectos esenciales. Puede aportar puntos de vista complementarios a los de otros técnicos y científicos. En la sección 1 se introducen los temas del DVD, con breves comentarios. De 2 a 6 se presentan algunas de las fuentes naturales de energía para quienes no estén familiarizados con esos temas y a partir de la sección 7 se entra en el objetivo principal: aclarar conceptos sobre la energía originada en la fisión de los núcleos atómicos. --- La historia del uso humano de las alteraciones espontáneas o artificiales del átomo ha visto varias etapas. La imprevisión inicial sobre los riesgos de sus aplicaciones fue explicable porque no existía experiencia en esos temas. Pero es inexplicable que durante décadas se siguieran manejando con imprudencia e incluso frivolidad. (Se vendían cosméticos radiactivos, agua y pan radiactivos, y hasta supositorios radiactivos para “restaurar la potencia sexual masculina”) La posterior investigación y explotación de la energía atómica comenzó por la búsqueda del poder bélico y luego vinieron los usos civiles. Si esos desarrollos no hubieran servido para aplicaciones militares es probable que el uso civil de la energía atómica fuera hoy una curiosidad. En la práctica es casi así: Según las estadísticas representa algo del orden del 5,5 % de la energía utilizada en el mundo. O menos si se incluyen las energías no facturadas, como solar directa o leña. Su aporte porcentual disminuye desde hace años, según la propia “World Nuclear Association”. Respecto a la sensatez o la imprudencia de las normas de uso y proyecto hay algo claro: La tendencia general de la ingeniería es comenzar sus diseños con grandes márgenes de seguridad, e irlos afinando lentamente y con grandes precauciones. En el campo de la fisión eso no ha sido posible. Por el contrario, las normas de seguridad se deben incrementar constantemente. Cada nueva generación de centrales atómicas se presenta así como más segura que la anterior. ¿Hasta cuándo? Lo que sucede es que el propio progreso de la ciencia hace que cada día se descubran nuevos fenómenos y se deban enfrentar nuevos desafíos. El ser humano está aquí actuando todos los días en el límite de lo desconocido. En la generación de energía eléctrica el reactor de fisión simplemente sustituye a la caldera de combustible (fósil o biomasa) por energía térmica proveniente de la desintegración de átomos. Los otros equipos de la planta: turbinas, alternadores, etc., son similares a los convencionales. Pero como todo el entorno se vuelve riesgoso, las instalaciones requieren precauciones especiales, con mayores costos. En resumen, la industria logró un leve aporte a las comodidades para la humanidad a cambio de exponerla a riesgos que el público no siempre conoce. Sin contar con los posibles accidentes, en el uso normal se generan desechos peligrosos, y “Hoy por hoy no está resuelto el problema de los residuos nucleares” (C. Garmendia, Ministra de Ciencia e Innovación de España – 10/03/2009). Algunos de esos residuos son altamente radiactivos por milenios. Al finalizar la vida útil de una central de fisión nuclear es necesario “decomisionarla”. (Desarmarla e intentar solucionar el problema de la radiactividad residual). El proceso es lento, inseguro, y muy costoso. Se estima que el costo de esas operaciones para las centrales actualmente existentes en Inglaterra sería de miles de millones de Libras, y su plazo, de décadas. Los vendedores de centrales nucleares tratan de no dar importancia a esos asuntos. Y a veces las fábricas de reactores son demasiado costosas hasta para los gobiernos que las apoyan: Por ejemplo, el de Canadá ha perdido millones, e inició el proceso de vender la división reactores de su empresa nuclear para fines de 2010. ¿Le convendría a Uruguay comprar por ejemplo un reactor canadiense? De las ocho centrales nucleares que funcionan en España, hay tres en Cataluña, más una que debió enterrarse bajo un sarcófago de hormigón. En mayo del 2009 hubo un momento en que no funcionaba ninguna. “Vandellòs II” tuvo un accidente no nuclear el 24 de agosto de 2008, que obligó a retirarla de servicio por unos meses. Después se detuvo para mantenimiento. En resumen, en un año tuvo menos de 6 meses de utilidad. Una sola central nuclear genera tanta energía que la falla de una de ellas en Uruguay causaría una parálisis del país. Además continuamente aparecen problemas menores, como fugas radiactivas que podrían provocar aquí una crisis económica total. La ingeniería moderna tiende a distribuir los riesgos en vez de concentrarlos, como lo enseña el proverbio de “no poner todos los huevos en una misma canasta”. Parecería prudente tener eso en cuenta. Referencias adiconales. Un artículo objetivo y bastante completo sobre la energía atómica puede encontrarse en Internet en: http://es.wikipedia.org/wiki/Energ%C3%ADa_nuclear En Internet hay miles de otras páginas donde se discuten estos temas. Algunas muy partidarias de la energía atómica (Obviamente por ejemplo las de la “World Nuclear Association”, que representa a los fabricantes y profesionales de la industria) y otras cerradamente opuestas. De todos modos, es muy importante acercarse a esa información y analizarla objetivamente. Una referencia sudamericana de alguien de primer nivel es la de Luiz Pinguelli Rosa, un PhD brasileño con especialización nuclear, investigador y profesor, ex presidente de Eletrobras y secretario general de la Asociación de Físicos de Brasil. Recomendamos buscar en Internet su trabajo sobre “Generación Hidroeléctrica, Térmica y Nuclear”. No ahonda allí el tema de la energía eólica, que no tiene demasiado interés para Brasil, pero incluye datos muy importantes sobre el problema general