Publicación: Salud, Trabajo y Ambiente 1/06 (47) Sección: Artículo de original Revisado: Aprobado: Farmacología laboral para el estrés Por: María Luisa Cárdenas Muñoz. MD. MSc Farmacología. Profesora Asistente de la Facultad de Medicina Departamento de Ciencias Fisiológicas, División de Farmacología. Universidad Nacional de Colombia Septiembre de 2005 Bogotá, Colombia Resumen El rendimiento laboral de un trabajador se puede ver afectado por diferentes factores e incluso el clima laboral, si se alteran las relaciones interpersonales; uno de los factores etiológicos que se considera es el consumo de medicamentos formulados para el manejo de patologías de base o por enfermedades producidas o agravadas por el trabajo; o también la automedicación que puede originar interacciones entre los medicamentos consumidos; por esta razón se enfatiza en el uso de medicamentos de mayor uso para enfermedades profesionales de origen psicosocial, que tienen efectos farmacológicos manifiestos sobre el Sistema Nervioso Central (SNC) ya sean deseables o indeseables, y por tanto pueden originar cambios de comportamiento en el trabajador llegando a disminuir su productividad, llevándolo incluso a una mayor frecuencia de consulta médica y hasta la incapacidad laboral. Palabras clave: ESTRES MENTAL, MEDICAMENTOS, TRABAJO, CLIMA SOCIAL, SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. MEDICINA DEL El trabajo se define como una actividad social, aceptándose que los trabajadores no funcionan en forma aislada y por tanto son susceptibles de ser influenciados por factores externos y a su vez de impactar el sistema social (1). El clima laboral, entendiendo éste como el medio ambiente y físico en el que se desarrolla el trabajo cotidiano, influye tanto en la satisfacción como en la productividad del empleado; y la calidad del mismo depende de la interacción de varios factores entre los cuales se consideran: La interacción del empleado con la empresa. La actividad del empleado y máquinas que opera. El saber hacer del empleador y su capacidad gerencial. El comportamiento de las personas. (2) Para el correcto desempeño del trabajador se debe tener un equilibrio entre los mismos, que al perderse a causa de factores externos o internos del trabajador puede generar estrés el cual es definido por la Organización Mundial de la Salud OMS como “la respuesta no específica a cualquier demanda del exterior” manifestándose física o psicológicamente, la respuesta al estrés se desarrolla en tres fases a saber: 1. Reacción de alarma con activación del sistema nervioso simpático y liberación de neurotransmisores como la noradrenalina y adrenalina, que permite una serie de adaptaciones fisiológicas como la taquicardia, las palpitaciones y el aumento de la presión arterial. 2. Estado de resistencia: en el que se presenta un fenómeno de equilibrio en la homeostasis del organismo, que puede mantenerse durante un tiempo relativamente prolongado siempre y cuando no se presente otro factor desencadenante. 3. Fase de agotamiento: en la que el organismo ya no puede mantener el estado de equilibrio presentando un deterioro de la capacidad de respuesta frente a la amenaza, afectando la interrelación y adaptación del individuo con el medio. Entre los factores psicosociales en el trabajo que pueden afectar la salud del empleado se consideran algunos que son de carácter individual como las expectativas económicas o de desarrollo personal y otros que se refieren a las relaciones interpersonales y a los aspectos emocionales. Para disminuir los riesgos de estrés laboral es fundamental tomar acciones que promocionen la identificación de factores psicosociales relacionados con la empresa como el clima laboral, el grado de satisfacción laboral y condiciones de la empresa además de tener en cuenta características personales del trabajador como sus necesidades (circunstancias familiares, salud, vivienda, transporte), experiencias personales (duelos, frustraciones, logros), cultura y percepciones del mundo. Se define la Enfermedad Profesional (EP) como “todo estado patológico permanente o temporal que sobrevenga como consecuencia obligada y directa de la clase de trabajo que desempeña el trabajador, o del medio en que se ha visto obligado a trabajar y que haya sido determinada como EP por el gobierno nacional.”(3) Los elementos que se deben tener en cuenta para definir la EP son: Ejercicio de una profesión, oficio o trabajo de terminado. Alteración del estado normal de salud. Algún grado de incapacidad o la pérdida de la capacidad laboral. Relación de causalidad directa entre la alteración y la actividad realizada. Las enfermedades profesionales se han clasificado de manera taxativa en 42 grupos además de crearse la relación de causalidad entre la enfermedad y factores de riesgo existentes en las empresas; entre las cuales se consideran aquellas causadas por estrés en el trabajo, ya sea por sobrecarga cuantitativa, por trabajos repetitivos, por trabajos que exigen los turnos nocturnos o por trabajos con estresantes físicos con efectos psicosociales (3). Entre estas patologías se incluyen: Ansiedad. Depresión. Hipertensión arterial. Infarto del miocardio. Enfermedad ácido péptica severa. Colon irritable. Figura 1. Respuesta fisiológica al estrés Respuesta de alarma Liberación de neurotransmisores Ansieda d Depresió n Estrés fisiológico Adaptación HT A Fase de agotamiento Fase de Equilibrio Teniendo en cuenta que entre las patologías de mayor incidencia en el ámbito laboral son la ansiedad y la depresión (4), el incremento del ausentismo laboral, la baja productividad y el mayor uso de los sistemas de salud, ha generado un gran interés por parte de empleadores para mejorar las condiciones de trabajo y de reincorporación del empleado a su trabajo. Las manifestaciones clínicas obedecen a la alteración en la concentración de los neurotransmisores exitatorios o inhibitorios en el SNC por lo que el tratamiento farmacológico trata de estabilizar dichas sustancias y así mejorar los signos y síntomas de la enfermedad. (Ver Tabla1). Tabla 1. Neurotransmisores del sistema nervioso central EXITATORIOS Neurotransmisor Glutamato Noradrenalina INHIBITORIOS Receptor Neurotransmisor Receptor NMDA Alfa y Beta GABA GABAA - GABAB Serotonina Dopamina 5HT1A 5HT2A 5HT2C D1,D2,D3,D4,D5 La eficacia y seguridad de los psicofármacos se manifestan sobre la fisiología del SNC, sin olvidar que las reacciones adversas pueden involucrar el sistema nervioso periférico o cualquier otro sistema del organismo, por esta razón es muy importante que el paciente o sus familiares estén atentos a cualquier síntoma o signo que afecte al individuo. Los fármacos utilizados para el manejo de la depresión buscan mejorar los síntomas mediante el incremento de noradrenalina y serotonina en la terminal nerviosa presináptica, aunque tienen efecto también sobre receptores muscarínicos del sistema nervioso parasimpático al bloquearlos entrando en competencia con la acetilcolina, dando origen a efectos anticolinérgicos (5). Tabla 2. Grupos farmacológicos útiles en el manejo de la depresión y ansiedad GRUPO FARMACOLÓGICO REACCIONES ADVERSAS MEDICAMENTOS ANTIDEPRESIVOS Antidepresivos tricíclicos / policíclicos Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina Inhibidores de la recaptación de serotonina/noradrenalina Inhibidores selectivos de la recaptación de noradrenalina Inhibidores de la monoaminooxidasa Amitriptilina Desipramina Imipramina Nortriptilina Fluoxetina Sertralina Paroxetina Bupropion Trazodona Sequedad de boca Visión borrosa Aumento gasto cardíaco Lipotimia Sedación Náusea Ansiedad Insomnio Disfunción sexual Anorexia Pérdida de peso Venlafaxina Reboxetina Tranilcipromina Fenelcina Cefalea Taquicardia Hipertensión arterial Arritmias cardìacas ANSIOLITICOS Benzodiazepinas Otros Alprazolam Diazepam Loracepam Buspirona Zolpidem Somnolencia Confusión Ataxia Alteración cognoscitiva Dependencia física y psicológica Agitaciòn Cefalea Mareo Somnolencia La seguridad de los psicofármacos depende en gran medida de su propio mecanismo de acción además de otros factores inherentes al paciente y al fármaco o a la administración del mismo, siendo de especial interés las interacciones medicamentosas que pueden causar potenciación de los efectos bien sea por alteración de la farmacocinética (disminuyendo la biotransformación o eliminación del psicofármaco), incrementando los niveles séricos del fármaco o por efecto sinérgico (efecto de suma por interactuar con otro fármaco que tenga diferente mecanismo de acción pero con igual efecto farmacológico) o efecto de potenciación pudiendo ocasionar cuadros de intoxicación. Es fundamental que el paciente que esté recibiendo psicofármacos conozca las posibles reacciones adversas que se pueden presentar con los medicamentos que se le han formulado e igualmente que sepa el peligro potencial de la automedicación. Cotidianamente se recurre a medicamentos “naturistas” con la creencia de ser inocuos por su origen natural, pero también pueden generar signos y síntomas productos de la interacción con los psicofármacos llevando al desarrollo de Reacciones Adversas a Medicamentos (RAM) o incluso a un cuadro de intoxicación. La hipertensión arterial es otra de las patologías que se considera generada o agravada por el estrés laboral (6). El manejo farmacológico, de ser necesario, puede tomar como órgano blanco para el efecto antihipertensivo el SNC ocasionando reacciones adversas que inciden en el comportamiento del paciente, alterando su clima laboral. Entre los grupos de antihipertensivos que pueden ocasionar alteraciones del comportamiento se encuentran: Estimulantes alfaadrenérgicos presinápticos: incrementan la recaptación de noradrenalina a nivel presináptico disminuyendo las concentraciones del neurotransmisor disponible para acoplarse a los receptores de los órganos efectores, disminuyendo el tono simpático. Los fármacos de este grupo son: clonidina y metildopa. Las reacciones adversas más frecuentes a estos medicamentos incluyen: depresión, sedación, somnolencia, dificultad para la concentración. La metildopa además puede incrementar los niveles de prolactina ocasionando galactorrea y disfunción sexual, afectando la calidad de vida (7). Bloqueadores adrenérgicos: no selectivos como el propranolol que por sus características farmacocinéticas pueden atravesar la barrera hematoencefálica ocasionando cuadros de depresión que también alteran el comportamiento del trabajador que los recibe pudiendo afectar el clima laboral. Los medicamentos cardioselectivos como el metoprolol tienen muy pocos efectos sobre SNC además que por ser selectivos no agravan patología, como el asma, o la enfermedad vascular periférica 1. Es fundamental que en los programas de salud ocupacional, se tenga en cuenta este aspecto de vigilancia al uso de los medicamentos, para detectar cualquier alteración que afecta la calidad de vida del trabajador tanto a nivel individual como colectivo, con el fin de colaborar en su recuperación y si es necesario en su reintegro al trabajo de tal manera que se den las condiciones óptimas para su desempeño y así beneficiar al trabajador como a la empresa. Bibliografía 1. MORA, C. El capital humano en el comportamiento organizacional. En http://www.gestiopolis.com/canales5/rrhh/elhucompor.htm consultado el 29 de agosto de 2005. 2. www. Gestiopolis.com/dirgp/rec/clima.htm. consultada el 28 de agosto de 2005 3. Decreto 1295 de 1994, articulo 11 del Sistema General de Riesgos profesionales. 4. JONES, D. Stress management and workplace disability in the US, Europe and Japan. J. Occup Health 2003: 45; 1-7 5. MYCEK, M.. Farmacología, Segunda ediciòn. Editorial Mc Graw Hill. 2004. 6. LANG, T. Prevalence and therapeutics control of Hypertension in 30000 subjects in the workplace. Hypertension. 2001; 38 449-454 7. GOODMAN Y GILMAN. Bases farmacológicas de la terapeútica. Decima edición. Editorial Mc Graw Hill. E.U. 1 Opie, Fármacos en cardiología. Quinta edición. Editorial Mc Graw Hill. USA