MEDICOS SENTENCIADOS

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28/03/2003
Condena por acceder a una historia clínica sin un motivo
asistencial
Permitir el acceso a dos pediatras a la historia clínica de uno de sus pacientes menor de
edad sin ningún motivo asistencial y sin consultar a los padres es motivo de
responsabilidad patrimonial, según ha señalado el Tribunal Superior de Justicia de
Extremadura. El fallo censura que los médicos buscaran en todo momento su beneficio
particular y no el del menor, pues trataban de preparar su defensa en juicio.
El Tribunal Superior de Justicia de Extremadura ha condenado a la Administración
autonómica por permitir que dos pediatras accediesen a la historia clínica de uno de sus
pacientes sin un motivo asistencial que lo justificase y sin consultar a los padres. La
sentencia considera que esta conducta entraña una violación del derecho a la intimidad y
ordena a indemnizar con 6.010,12 euros (un millón de pesetas).
El tribunal autonómico extremeño ha estudiado el caso de un menor a quien, a los pocos
meses después de su nacimiento, se le detectó una minusvalía, por lo que comenzó a
acudir -en septiembre de 1994- a un centro base de atención a minusválidos,
perteneciente a la Junta de Extremadura. Allí recibió tratamientos de fisioterapia, atención
temprana y apoyo psicológico hasta mayo de 1996.
Sin embargo, en julio de 1995 el menor tuvo una infección y se le trasladó a un hospital
del Insalud. Al regresar al centro de minusválidos, como la salud del pequeño se
deterioraba, sus padres demandaron a los dos pediatras del Insalud imputándoles una
deficiente asistencia médica a su hijo.
Información
Según la sentencia, los facultativos, al recibir la notificación de la demanda, se personaron
en el centro base y solicitaron a la directora información sobre el menor. La responsable
del centro concertó una reunión con el equipo técnico que le había atendido: el
fisioterapeuta, el psicólogo y el de atención temprana. Durante el encuentro se analizaron
tanto los datos clínicos del niño como su trayectoria antes y después del proceso
infeccioso. El fallo resalta que 'en aquellos momentos los pediatras eran ajenos al
tratamiento del pequeño'.
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C/ Magallanes, 24 – 1º C
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Respecto a si la directora del centro facilitó a los médicos documentación escrita, la
sentencia señala que 'este extremo no está acreditado, pero según las declaraciones del
fisioterapeuta en el juicio, se le facilitó la misma información que tenían los padres del
menor'. En otras palabras, 'se le suministró información sobre datos clínicos del pequeño
por parte de funcionarios del centro base de minusválidos de la junta extremeña sin
consentimiento de los padres'.
Además, prosigue el fallo, 'tal información se reveló a médicos del Insalud que no estaban
tratando al paciente y que el único vínculo que tenían con el benjamín era la demanda
formulada contra ellos o contra el instituto'.
Beneficio personal
El tribunal autonómico no tiene ninguna duda en afirmar que 'con la información facilitada
no se buscaba el beneficio del menor, pues ya no le estaban asistiendo, sino que se
trataba del logro de un beneficio particular de los facultativos que accedían a datos de
modo privado'. Y ello al margen del proceso judicial abierto, que 'ciertamente les podía
posibilitar una mejor defensa de sus intereses, pues podían conseguir datos clínicos que
como meros terceros no hubieran podido nunca alcanzar'.
Por estas razones, los magistrados consideran que ha habido una intromisión ilegítima en
el derecho fundamental a la intimidad personal del menor al revelarse datos referidos a su
salud. Por tanto, la Administración autonómica debe responder patrimonialmente por
facilitar tales datos.
¿Y si hubiese sido penal?
El caso que ha estudiado el Tribunal Superior de Justicia de Murcia -cuya sentencia ha
publicado Actualidad Jurídica Aranzadi- se ha tramitado por vía contenciosa, buscando una
responsabilidad de la Administración por la conducta de su personal.
Sin embargo, al considerar ilícito el acceso al historial con fines distintos de los
estrictamente asistenciales (u otros, como los de investigación o evaluación de la cartera
previstos por la ley) y proscribir su uso para preparar la defensa jurídica, surge la duda de
si los médicos no han sufrido el riesgo -quizá sin saberlo- de una sentencia penal. En
efecto, tal y como puso de relieve Santiago Pelayo, letrado de la Asesoría Jurídica del
Instituto Nacional de Gestión Sanitaria, al poco de aprobarse, el Código Penal de 1995
castiga el acceso no autorizado a datos de salud con penas de prisión que oscilan entre los
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2,5 y 4 años y un periodo de inhabilitación de entre 6 a 12 años. Se podría pensar que es
muy poco probable que un juez aprecie delito doloso en el acceso de un médico a una
historia clínica con el fin de preparar su defensa ante la demanda de un paciente, pero
también parecía harto improbable que esta conducta -habitual, por lo demás- pudiese ser
apreciada como intromisión ilegítima en la intimidad del enfermo. Y, sin embargo, así ha
ocurrido en Extremadura.
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