1 LA FORMACIÓN DEL PROFESIONAL DE NIVEL MEDIO EN EL MUNDO DE HOY. ESCENARIO, EXIGENCIAS Y RETOS. El mundo contemporáneo está marcado por una serie de características en lo económico, lo político y lo social, que influyen de manera determinante en cada uno de los países que lo conforman. Una de ellas es la globalización caracterizada en sentido general por la transformación de un conjunto de economías muy interrelacionadas, en una sola, con procesos de producción y comercialización expandidos por todo el mundo, gran apertura comercial entre los países y penetración de nuevos y diversos enfoques productivos o en el ámbito de los servicios. Otra es la competitividad internacional, que se presenta mediante diversas formas de competencia económica, lo cual demanda personal de alta calificación para participar en el proceso productivo y genera la búsqueda de formas más eficaces de gestión. Muy importante resulta la rápida expansión del conocimiento científico y el cambio tecnológico. Es decir, el empleo de tecnología de avanzada es un hecho en la industria, en los servicios, en la agricultura, lo que provoca la apertura de nuevas áreas productivas y cambios en la organización del trabajo, en la manera y preparación para ejercerlo y por lo tanto en los procesos, métodos y medios de producción. “El conocimiento es reconocido como el más importante activo de una empresa, como el único recurso económico significativo, y por tanto, se están haciendo esfuerzos para definir cómo adquirirlo, representarlo, retenerlo y administrarlo” (Castro Díaz-Balart, 2001:175) Todo ello conduce a la necesidad de tener preparado al ser humano como agente de cambio; su esencia y su educación como factores principales de las transformaciones económicas y sociales, unido al trabajo como medio de vida. Es lo que se ha dado en llamar capital humano, “...el recurso estratégico más importante del que dispone una empresa para hacer frente a las transformaciones de todo tipo que se producen en unos mercados cada vez más globales y competitivos”. (Castro Díaz-Balart, 2001:235) Por ello resulta de vital importancia para el mundo laboral, realizar acciones que lo encaminen a una adecuada calificación de sus profesionales. Es un hecho, entonces, que los retos que impone el desarrollo económico-social y la necesidad de enfrentar con éxito los problemas que plantean las tendencias del mundo contemporáneo, exijan la preparación de los trabajadores para vivir y trabajar en una sociedad dependiente cada vez más del desarrollo de la ciencia y la técnica. Las características apuntadas se reflejan de manera muy directa en el mundo del trabajo. En opinión de Fernández, 2000; Guerra, 1997 y Gallart, 1999: Se ha producido el paso, del viejo paradigma de producción masiva, fragmentada, fija y supervisada (modelo fordista de producción), a un paradigma de alto rendimiento basado en saberes, competencias y actitudes nuevas, de responsabilidad, colaboración, flexibilidad y superación permanente, condicionado por la competencia del mercado mundial. 2 La globalización y la implantación de nuevas tecnologías en el terreno laboral obliga a las empresas a desplegar estrategias ofensivas y defensivas para ser competitivas. Este desarrollo acelerado en busca de una mayor competitividad como entidades de producción o de servicios, hace que se transformen o desaparezcan ramas productivas enteras, por obsolescencia o por conveniencia, que surjan nuevos espacios profesionales y se produzca la reconversión de otros. Las empresas buscan estructurar ventajas de productividad y competitividad basadas en el potencial creativo del hombre. Su esfuerzo se condensa en hacer productivo el conocimiento, por lo que se producen cambios en la demanda de recursos humanos. Las demandas del sector productivo, como se aprecia, son múltiples y heterogéneas. Para satisfacerlas es necesario involucrar al sector educativo, ya que este forma una parte de la fuerza de trabajo calificada: es un hecho reconocido hoy por todos, la necesidad de la participación del sector educativo en la formación de los trabajadores que puedan dar respuesta a las complejidades del mundo laboral de hoy. La participación del sector educativo en la formación de los trabajadores que se necesitan en el mundo laboral, tiene diferentes interpretaciones en los distintos países. Ello se debe fundamentalmente a las posiciones diversas respecto al papel de la escuela como institución social en relación con la formación para la vida y para el trabajo que, a su vez, está en dependencia de qué corriente de pensamiento filosófico, pedagógico y sociológico está en la base de esta posición. Las concepciones más críticas, ven en la escuela un instrumento de reproducción de las relaciones de producción capitalistas. Le plantean un carácter segregador y explican que la formación que ella logra es marginada y selectiva. Estas posiciones atribuyen un papel secundario a la escuela y dejan al sector productivo la formación de profesionales para su incorporación al trabajo. Las concepciones menos críticas, colocan la escuela en armonía con la sociedad, le atribuyen como función corregir los desvíos y distorsiones de los modos de adquisición del conocimiento. Para estas concepciones, la escuela debe promover cohesión y garantizar la integración de todos los individuos al cuerpo social, incluida por supuesto la actividad de trabajo. La posición teórica que asume la autora, desde la filosofía y la sociología materialistas, es la de reconocer la importancia de la participación de la escuela en la formación del profesional de nivel medio, dirigiendo dicha formación, avalada por su preparación científico-pedagógica y la innegable necesidad de la presencia del mundo laboral como agente influyente de vital importancia para lograr la óptima formación del futuro trabajador. Al consultar bibliografía especializada de diversas partes del mundo, (Fernández, 2000; Guerra, 1997; Castro Díaz-Balart, 2001, entre otros) se logró sistematizar una serie de regularidades que caracterizan la relación educación-mundo del trabajo en la actualidad. Ellas son: Hay un aumento de los años de escolaridad que necesita tener la generación más joven para ser calificada y poder acceder al trabajo y al cambio acelerado del tipo de saberes y 3 competencias que requieren los nuevos empleos. El resultado es que la población joven que proviene de las escuelas es excluida en forma creciente. Un proceso creciente de devaluación de las certificaciones para la actividad de trabajo, por lo que el desempleo y la subocupación son rasgos de los cuales no están exentos los grupos de jóvenes más calificados. La generación de procesos de crecientes demandas de calificaciones para actividades que no las requieren, lo que genera la sobre calificación para la función que va a desempeñar en la actividad de trabajo, proceso que la escuela no puede asumir. Existen crecientes contradicciones entre el sistema de educación técnica y el llamado sistema de formación profesional en cuanto a la accesibilidad al mundo del trabajo. Hay un mayor desarrollo de los vínculos universidad-sector productivo, dadas las ventajas que este ofrece tanto para los centros educativos en cuanto a superar la insuficiencia de recursos financieros procedentes de las fuentes tradicionales para mantener tales instituciones dentro de niveles adecuados de enseñanza e investigación como para las empresas en cuanto a abrir canales para reclutar talentos jóvenes y no enfrentar solos el desafío que implica la innovación en sus variadas dimensiones. Un análisis de estos aspectos lleva a la conclusión de que la sociedad actual otorga particular importancia a la educación. Sin embargo, el desempleo y el subempleo aumenta entre los sectores más calificados, de lo que se infiere que la educación no está cumpliendo adecuadamente su papel en la preparación de los jóvenes para integrarse al mundo laboral. De acuerdo con esta caracterización del mundo contemporáneo, de su especificidad en relación con el trabajo y las relaciones del sector educativo con el sector productivo, los estudiosos del tema se proyectan en relación con los retos que se deben asumir en la preparación de los jóvenes para el trabajo. Guerra, 1997; Castro Díaz-Balart, 2000; Druchker, 1994; Tedesco, 1995; Palacios, 1996 plantean las siguientes: Los educadores, gobernantes y agentes sociales deben buscar y conseguir, la estrecha relación entre sistema educativo y sociedad. Es pues, necesaria una relación fluida y conjunta entre las políticas de empleo y de educación y lograr la responsabilidad conjunta del sistema educativo y el mundo empresarial en la transmisión de nuevas formas de comportamiento y métodos renovados de aprender y trabajar. Los centros educacionales deben facilitar el aprendizaje de métodos para adquirir nuevos conocimientos o habilidades y capacidades básicas, enseñar a los jóvenes a comunicarse, analizar los problemas y disponer de la capacidad necesaria para su solución, priorizando el trabajo técnico en grupos. Es necesario diseñar sistemas de formación que sean capaces de anticiparse a los cambios venideros, no solo en los conocimientos demandados sino también en las técnicas y valores a formar. La escuela debe poner énfasis en los requerimientos de orden productivo, instrumental, de competencias o vocacional, que son señales de naturaleza económica, tanto en la formación como en la investigación, sin descuidar los aspectos formativos y culturales. El cambio de rumbo hacia un mayor desarrollo de la gestión de la innovación necesita introducir modificaciones al nivel del sistema educativo, tanto medio superior, como universitario o de postgrado. Ello implica preparar a los estudiantes para trabajar en un ambiente intensivo de conocimientos, acción intelectual creativa y aprendizaje continuo. En la formación media profesional, el sistema debe concentrarse en formar a los 4 estudiantes en los conceptos citados desde una enseñanza interdisciplinaria, desarrollando su capacidad para trabajar en equipos. Resulta importante incorporar a la enseñanza las nuevas tecnologías, para que los estudiantes aprendan a buscar información y acceder al conocimiento mediante la óptica de aprender a aprender. Es necesaria una asociación entre las escuelas y las instituciones que dan empleo. Las instituciones empleadoras, tendrán que aprender también a trabajar juntas en la educación avanzada de sus trabajadores. Las escuelas necesitan el estímulo de trabajar con adultos y con organizaciones empleadoras y estos necesitan el de trabajar con las escuelas. Estas proyecciones están planteadas por especialistas de distintas ideologías, regiones del planeta, niveles de vida y profesional y sin embargo, hay un hecho en el cual todos coinciden: la necesidad de lograr en la formación de los futuros trabajadores la unidad entre la escuela que los forma y el mundo laboral. En Cuba, el comportamiento de la relación educación técnica-trabajo muestra la existencia de una tendencia de formación del profesional integrado a los centros de trabajo que caracteriza la Educación Técnica y Profesional. El vínculo teoría-práctica caracteriza la unidad dialéctica entre educación y trabajo, reflejada en los Documentos del Partido, en los resultados investigativos de los estudiosos del tema que le confieren al principio estudio-trabajo un papel fundamental como sustento pedagógico de la formación del profesional de nivel medio, el que mantiene su vigencia como principio rector de la formación de los estudiantes y en la regulaciones legales al respecto. Las ideas y la práctica de la interrelación de la escuela politécnica, formadora de los profesionales de nivel medio en Cuba y el mundo del trabajo, hunde sus raíces en el pensamiento martiano las que se aplican completamente al proceso de educación técnica y profesional y se encuentran en la base de toda estructuración de integración escuela politécnica-mundo laboral. Bibliografía Abreu Regueiro, R. (2004). Modelo Teórico Básico de la Pedagogía de la Educación Técnica y Profesional. (Tesis Doctoral) ISPEJV, Ciudad de la Habana. Castro Díaz -Balart, Fidel. (2001). Ciencia, innovación y futuro. Ciudad de la Habana: Instituto Cubano del Libro. Drucker, Peter F. (1994). La sociedad poscapitalista. Bogotá. Grupo Editorial Norma. Gabriel Sosa, Leonardo. Escuela, transformación educativa y mercado. Disponible en: www.geocities.com Fernández Berdaguer, Leticia. (2000). Educación superior, los jóvenes y el trabajo. Buenos Aires 17 al 20 de mayo del 2000. Disponible en: 5 www.cinterfor.org.uy Formación en la Empresa. Disponible en: www.belt.es Gabriel Sosa, Leonardo. Escuela, transformación educativa y mercado. Disponible en: www.geocities.com Gallart, María Antonia. (1997). Educación y empresa en un contexto cambiante: el caso de la Argentina. / María Antonia Gallart, Marta Novick. Disponible en: www.cinterfor.org.uy Guerra Rodríguez , Diódoro. (1997). La educación tecnológica y su interacción con el sector productivo. La Academia. Julio-Agosto 1997. México. León García, Margarita (2003). Modelo teórico para la integración escuela politécnica-mundo laboral en la formación de profesionales de nivel medio. (Tesis doctoral) Ciudad de la Habana. ISPEJV. Tedesco, Juan Carlos. (1995). “Los desafíos de la educación”. p. 24. En: Entrega Especial. La formación profesional en el cruce de los caminos. Boletín CINTERFOR. No. 131 abril-junio, 1995.