Los tres principios de la mediación

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 LOS TRES PRINCIPIOS DE LA MEDIACIÓN Confidencialidad en la mediación de conflictos: con la reputación de tu empresa no se juega. ¿Conflictos con tu socio, con un cliente, con un proveedor…? Los puedes abordar de manera pública, por la vía judicial o de manera privada, a través a la mediación. En público el conflicto será conocido y observado mientras que en privado permanecerá bien custodiado. En mediación la reputación de tu empresa está a salvo ya que el mediador y los participantes han de guardar confidencialidad de lo que se trata en mediación. Además, si ambas partes no lo autorizan, el mediador no puede declarar en un juicio ni como testigo ni como perito, ni puede aportar ningún documento. El mediador queda protegido por el secreto profesional. Gracias al principio de confidencialidad el conflicto se resuelve discretamente y las relaciones se preservan. Imparcialidad e igualdad de oportunidades. Garantía profesional del mediador de conflictos. Cuando las personas acuden a mediación cuentan su legítima visión del conflicto. Ellas creen que conseguir su meta es incompatible con que el otro consiga la suya. De ahí nace el conflicto y por eso vienen. Necesitan ser comprendidos y puede que traten de conseguir la alianza del mediador. El mediador les informará de que durante todo el proceso, mantendrá una conducta imparcial respecto a cada una de las personas que asisten a la mediación, sin dar ni quitar la razón a uno o a otro, sin dar su opinión, sin actuar en perjuicio o interés de cualquiera de las partes, escuchando a todos por igual, distribuyendo los tiempos de palabra de manera equitativa y respetando todas las posturas. Gracias al principio de imparcialidad las personas tomarán sus propias decisiones y llegarán a sus propios acuerdos. ¿Algún voluntario? En mediación, todos. Cuando hacemos algo libre y voluntariamente y no por obligación o por imposición de otros, reflejamos interés en esa acción. Ese interés nos mueve; es como un motor. El proceso de mediación se inicia a petición de las personas interesadas, que pueden abandonarlo en cualquier momento, si lo estiman oportuno. Así mismo el mediador, si considera que la mediación no prospera, la dará igualmente por finalizada. Gracias al principio de voluntariedad las personas que deciden participar de la mediación están realmente involucradas en el proceso y realmente interesadas en resolver el conflicto, lo que favorece la resolución del mismo y que los acuerdos que se adopten perduren en el tiempo 
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