MANEJO DE RESIDUOS QUÍMICOS

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MANEJO DE RESIDUOS QUÍMICOS
INTRODUCCIÓN
En general, el manejo de todas las sustancias químicas se constituye en un aspecto de
especial importancia debido a las características de los diversos productos que se manipulan.
En particular el manejo de los residuos químicos es otro aspecto crítico, no sólo por los altos
estándares de calidad y seguridad que se deben seguir, sino por la necesidad de preservar un
medio ambiente sano.
1. ESTRATEGIAS PARA DISMINUIR Y PREVENIR LA GENERACIÓN DE RESIDUOS
Lo primero que se debe considerar para superar el problema de los residuos es su control o la
disminución de su generación en la fuente de donde proceden. Los métodos y equipos
apropiados para manipular las sustancias en forma segura deben orientarse a disminuir
considerablemente la generación de residuos especiales en el laboratorio. Algunas
recomendaciones son las siguientes:
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La Ley 430 de 1998 y el decreto 4741 de 2005 establecen las siguientes obligaciones y
restricciones:
 El generador de residuos peligrosos será responsable de los residuos que él genere. La
responsabilidad se extiende a sus afluentes, emisiones, productos y subproductos por
todos los efectos ocasionados a la salud y al ambiente.
 Es obligación minimizar la generación de residuos peligrosos, evitando que se
produzcan o reduciendo sus características de peligrosidad.
 Establecer políticas e implementar acciones para sustituir procesos de producción
contaminantes, inducir la innovación tecnológica o la transferencia de tecnologías
apropiadas, formar los recursos especializados de apoyo, estudiar y aplicar los
instrumentos económicos adecuados a las condiciones nacionales, para inducir al cambio
en los procesos productivos y en los patrones de consumo.
 Reducir la cantidad de residuos peligrosos que deben ir a los sitios de disposición final,
mediante el aprovechamiento máximo de las materias primas, la energía y los recursos
naturales utilizados, cuando sea factible y ecológicamente aceptable.
 Generar la capacidad técnica para el manejo y tratamiento e los residuos peligrosos que
necesariamente se van a producir a pesar de los esfuerzos de minimización.
 Disponer los residuos con el mínimo impacto ambiental y a la salud humana,
tratándolos previamente, así como a sus afluentes, antes de que sean liberados al
ambiente.
Almacene y use las menores cantidades posibles. Adquiera solamente las cantidades que
utilizará en el corto plazo.
Para ensayos de laboratorio adquiera los reactivos en envases pequeños. En el mercado se
consiguen productos analíticos en envases hasta de 100 gramos, cómodos para el usuario
y especiales para usar uno en cada prueba sin tener que recurrir a envasados y
trasvasados que generan riesgo.
Vacíe totalmente los empaques, estos tienen que ser eliminados o desechados una vez
consumido su contenido. En los recipientes que contuvieron productos químicos, esto
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implica legalmente tratar con residuos especiales. Los empaques (grandes o pequeños)
siempre se tienen que desocupar cuidadosa y totalmente si es posible, para disminuir la
cantidad de residuo, bien sea que vayan a ser limpiados para reutilizarlos, enviados a
procesos de reciclaje, tratados por incineración o desechados en relleno sanitario.
Utilice los implementos adecuados que le permitan el vaciado total de los empaques. En el
mercado de productos para la seguridad química, existen envases con diseño especial,
toma muestras, bombas, dispensadores, etc., que pretenden solucionar el problema del
vaciado total.
Recoja cualquier residuo contaminante para tratamiento y eliminación adecuados. No solo
las exigencias legales sino la responsabilidad para con la conservación y defensa del
medio ambiente deberían sensibilizar a quienes manejan sustancias químicas, sobre la
necesidad de recolectar los residuos por muy pequeñas que sean las cantidades
generadas. A menudo se observa que los restos contenidos en los tubos de ensayo son
descargados a los desagües.
Por razones de protección al medio ambiente, no se deberían tirar irresponsablemente los
pequeños restos o las soluciones de metales pesados y otros contaminantes aunque las
concentraciones estuvieran dentro de lo permitido por la legislación sobre vertimientos, ya
que la acumulación lleva finalmente a una contaminación segura de las aguas.
Para el caso de almacenamiento de canecas, galones, frascos u otros recipientes de
características similares, pueden utilizarse estibas fabricadas, o bien en metales como el
acero, o en plásticos especiales tipo teflón altamente resistentes a los productos químicos;
estas estibas cuentan con espacios colectores para recuperar el producto vertido. Si no se
desea optar por esta medida, puede ser más complejo lograr las mismas condiciones de
seguridad ya que las estibas convencionales se deben utilizar sobre material absorbente
(diques alrededor, calcetines, paños), no se recupera el material derramado y se hace más
difícil y costosa su disposición.
Es importante contar con una serie de elementos que permitan atender la eventualidad de
un accidente químico. Por ejemplo, se hace recomendable mantener suficientes materiales
absorbentes apropiados tales como diques de contención, paños, calcetines, almohadas,
solidificantes, etc., los cuales se eligen de acuerdo a la clase de productos y la cantidad que
se maneja. Estos garantizan un tratamiento adecuado ante cualquier vertimiento accidental,
protegiendo la salud de las personas y al medio ambiente.
2. CLASIFICACIÓN DE LOS RESIDUOS
Para eliminar de forma apropiada los residuos y evitar trastornos en la marcha del trabajo
diario, tienen que utilizarse para la recolección de residuos unos recipientes colectores que
resistan los tipos de ataque químico con los que hay que contar. Tienen que ser impermeables
y de cierre hermético.
Hay recipientes colectores de diversas características especiales para depositar y transportar
en forma segura cada clase de residuo, por ejemplo los de polietileno resistente de alta
densidad para productos corrosivos; los de metal para combustibles; los de otros plásticos y
polímeros con resistencia especial para diversos residuos acuosos. Los diferentes tipos de
recipientes colectores apropiados se consiguen en el mercado con el nombre de Safety Cans o
Disposal Cans.
Una primera clasificación es separar los residuos químicos de los domésticos que no involucran
mayor riesgo (papel, cartón, vidrio que no haya contenido productos químicos, etc.)
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2.1 Los desechos domésticos se recolectan directamente del lugar de origen, utilizando
bolsas de colores, según sea la naturaleza del residuo, así:
Residuos Ordinarios: Provenientes de áreas administrativas, empaques de comidas, servicios
sanitarios y en general todos aquellos susceptibles de descomposición.
Su destino final es el relleno sanitario. Se deben depositar en una bolsa de color verde.
Residuos Patógenos: Son aquellos que implican riesgo biológico, es decir son residuos que
por sus características pueden ser infecciosos. Son residuos patógenos: animales muertos,
material de curación (apósitos, gasas y vendajes), fragmentos orgánicos, enfermerías, medios
de cultivo, entre otros. Su destino final es la incineración. Se deben depositar en una bolsa de
color rojo.
Excepto agujas y jeringas que deben depositarse en un recipiente especial para su posterior
incineración.
Residuos Reciclables: Son todos aquellos que se pueden recuperar y aprovechar, como
ejemplo: el vidrio, plástico, papel, cartón y otros provenientes de fuentes industriales,
institucionales, servicios y residuos domésticos.
Su destino final es la conversión en materia prima para la fabricación de nuevos productos.
Deposítelos en bolsas de color gris.
Como los residuos reciclables son los generados con mayor frecuencia o en mayor cantidad, se
recomienda hacer una sub-clasificación señalizando en forma separada o colocando en
diferentes lugares fijos las bolsas blancas que reciben papel, plásticos y vidrio.
2.2. Si se manejan varios tipos de sustancias químicas (como en el caso de laboratorios),
la clasificación de los residuos puede hacerse según el tratamiento final que vayan a
recibir (ver el capítulo 3).
Para facilitar su eliminación, los residuos pueden recogerse según su naturaleza química, en
recipientes separados. Para evitar una acumulación descontrolada de diferentes residuos, los
recipientes deben estar claramente identificados y señalizados de acuerdo con su contenido
(incluyendo los símbolos de peligrosidad). Una clasificación ideada por la empresa farmacéutica
MERCK, utiliza letras para identificar los tipos de residuos como sigue:
A. Solventes orgánicos y soluciones de sustancias orgánicas que no contienen halógenos.
B. Solventes orgánicos y soluciones de sustancias orgánicas que contienen halógenos.
C. Residuos sólidos orgánicos de laboratorio, empacados en bolsas o frascos plásticos o en los
envases originales del fabricante (productos vencidos o descompuestos).
D. Soluciones salinas, en este recipiente hay que ajustar un valor de pH entre 6 y 8.
E. Residuos inorgánicos tóxicos, sales de metales pesados y sus soluciones; empaque
resistente a la ruptura y cerrado herméticamente.
F. Compuestos combustibles tóxicos; recipiente resistente a la ruptura, cerrado
herméticamente y con indicación clara de la sustancia que contiene.
G. Mercurio y residuos de sales inorgánicas de mercurio.
H. Residuos de sales metálicas regenerables (recoger las de cada metal por separado).
I. Residuos sólidos inorgánicos de laboratorio empacados en bolsas o frascos plásticos o en
los envases originales del fabricante.
J. Restos de vidrio, metal o plástico, cartuchos, columnas, elementos de cromatografía. Según
el tipo de residuo, recolectar por separado.
Hay que tener en cuenta que frecuentemente es necesario desactivar los productos químicos
reactivos por medio de tratamientos adicionales antes de su disposición final.
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3. TRATAMIENTO Y ELIMINACIÓN DE RESIDUOS QUÍMICOS
Proteger el medio ambiente es una enorme responsabilidad, que se acentúa aún más cuando
se trata de productos químicos, ya que en una situación crítica de contaminación como la que
vivimos actualmente, se hacen cada vez menores las cantidades y concentraciones
ambientales permitidas de sustancias que contaminan.
Para reducir los residuos contaminantes es indispensable comenzar por controlar su
generación en la fuente y luego sí considerar las diferentes alternativas de tratamiento para los
residuos que se produzcan inevitablemente.
En los últimos años han surgido diferentes tecnologías para el tratamiento de desechos
peligrosos. Estas técnicas apuntan a reducir el volumen ó inmovilizar los componentes del
tóxico. La elección del mejor método para el tratamiento de los desechos depende
principalmente de la naturaleza misma del desecho y de muchos otros factores como: la
protección del medio ambiente, la disponibilidad, la conveniencia o las facilidades para el
tratamiento del desecho, los estándares de seguridad, y la consideración de los costos.
Existe un gran número de técnicas utilizadas para la disposición final de desechos, pero éstas
se pueden clasificar en tres grupos: tratamientos físicos, químicos y biológicos. Cuando es
imposible disminuir la generación de residuos, se acude a estos tratamientos como último paso,
después de agotar los demás recursos posibles de control en la fuente.
Antes de describir brevemente los métodos, es importante destacar que el desarrollo de todos
estos procesos genera un riesgo al personal que lo realiza, por ello deben extremarse las
medidas de seguridad.
3.1 TRATAMIENTOS FÍSICOS
Este proceso incluye varios métodos de separación y solidificación. A un nivel básico, por
ejemplo, la separación sólido - líquido consiste en filtrar o en decantar y separar los sólidos
contenidos en el líquido; algunas veces puede recurrirse a la adición de productos floculantes,
los cuales agrupan las partículas más pequeñas en una más grande para que se precipite. Una
vez concluida esta etapa, el líquido sobrenadante se elimina por decantación, filtración o
evaporación (siempre que el vapor no sea contaminante).
Otra manera más ágil de lograr la separación de las dos fases es a través de la utilización de
centrífugas las cuales realizan el proceso en menor tiempo.
La solidificación consiste en absorber el material en otro, estableciendo un enlace químico que
evite su extracción e incluso transformándolo en un producto de consistencia rocosa,
indestructible. Este es el mecanismo de acción, de algunos materiales absorbentes utilizados
para la atención adecuada de vertidos accidentales.
3.2 TRATAMIENTOS QUÍMICOS
Los métodos por tratamiento químico son utilizados por dos razones básicamente: debilitar el
desecho peligroso y, más usualmente para modificar las propiedades químicas del desecho.
Dentro de los procesos de tratamiento químico, se pueden citar:
Oxidación Química. Consiste en adicionar un fuerte oxidante a una solución que contenga en
suspensión un producto tóxico para ser convertido en otro de menor toxicidad. Ejemplo de esto,
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es una solución de cualquier sal de cianuro a la cual se le adiciona cloro en exceso para
desintegrar el ión cianuro en gas carbónico y nitrógeno, que son gases de menor toxicidad.
Precipitación de Metales Pesados. Este proceso consiste en adicionar, por lo general, una
base ó hidróxido para precipitar los metales que se encuentran suspendidos en una solución.
Esto es aplicable a las soluciones utilizadas para el plateado de objetos, las cuales pueden
contener metales no deseados como cobre, zinc ó níquel que son precipitados como lodo una
vez se adiciona el hidróxido de sodio.
Reducción Química. Este proceso consiste en adicionar un agente reductor a un compuesto
puro o en solución para cambiar su estado de oxidación (valencia) y así desencadenar una
reacción química que permita la formación un nuevo compuesto que resulte menos peligroso
que el original.
Recuperación de Aceites y Solventes. Con mucha frecuencia, los solventes orgánicos son
compuestos tóxicos y sus vapores mezclados con el aire pueden formar mezclas explosivas.
Muchos de estos desechos son recuperados en la fuente. Cuando esto no es posible la
incineración es el método más apropiado.
Neutralización. Este proceso se aplica generalmente entre ácidos y bases, adicionando uno al
otro hasta formar una sal. Como bien se sabe tanto los ácidos como las bases son en buen
número, agentes corrosivos, en tanto que las sales formadas presentan menores niveles de
toxicidad o peligro.
3.3 TRATAMIENTO BIOLÓGICO.
Este tipo de tratamiento tiene mayor aplicación en industrias como la de refinación del petróleo,
industria de químicos orgánicos, preservación de madera, producción de petróleo, plástico y
residuos de pinturas, entre otros. También puede ser utilizada para la destrucción de grasas.
El proceso básicamente consiste en hacer del desecho un medio enriquecido, bien sea por
adición de nutrientes como el nitrógeno y el fósforo, para facilitar que microorganismos realicen
transformaciones químicas dentro del desecho. Esto en algunos casos debe estar acompañado
de condiciones ambientales apropiadas, como la falta de aire, para el caso de las bacterias
anaerobias.
3.4 OTROS SISTEMAS DE MANEJO DE DESECHOS
Encapsulamiento.
Es una forma de solidificación. Este principio es el que se utiliza en casi todos los absorbentes
químicos que se encuentran en el mercado. Gracias a este sistema el desecho reacciona con el
material absorbente, se produce así un compuesto tan fuerte y estable que el desecho se
mantiene capturado y no se libera bajo la acción de ningún medio mecánico o químico. De esta
manera se garantiza que el producto se va a aislar y puede disponerse de él en un relleno
sanitario o en un lugar especial como sería el caso de un encapsulamiento en concreto. En el
caso de algunos absorbentes, pueden incinerarse ya que poseen un alto poder calorífico.
Incineracion. La incineración es un proceso bastante útil y cuestionado en cuanto a la emisión
de gases tóxicos producidos por la combustión de los desechos. Esta emisión es consecuencia
de una inadecuada tecnología. Actualmente se adicionan a los hornos de incineración
“lavadores de gases” ó scrubber los cuales capturan los gases de combustión y se mezclan con
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agua u otro solvente para evitar que sean liberados a la atmósfera, posteriormente estas
soluciones se eliminan utilizando uno de los sistemas mencionados anteriormente o se reciclan.
También existen “incineradores ecológicos” diseñados con hornos secundarios para realizar la
combustión por etapas y con una alta eficiencia.
Reciclaje.
Reduce la carga de desechos tóxicos en el ambiente en un 20%. Este método evita
refinamientos y costos, los materiales reciclados se pueden purificar y ser más baratos que
algunos materiales nuevos. Las sustancias más posibles de tratarse con éxito en esta forma
son solventes de aceite, papel, madera, sobrantes de metales. Un buen número de líquidos
orgánicos pueden recuperarse por destilación fraccionada.
Reutilización.
Es la acción de recoger el residuo y usarlo como materia prima para otro proceso. Estudiando
cada caso se logrará disminuir la necesidad de tratar residuos que se pueden reutilizar. El
agua, por ejemplo, se recircula en muchos procesos que la requieren en gran cantidad; sin
embargo, esta opción es útil dependiendo del grado de pureza requerido.
4. MANEJO DE ENVASES PROVENIENTES DE LOS REACTIVOS QUÍMICOS
El manejo de los envases vacíos que se obtienen después del uso de los reactivos químicos, es
un problema común que no ha sido reglamentado aún en nuestro país.
Las exigencias ambientales de la norma ISO 14000, movimientos internacionales de
compromiso con el Desarrollo Sostenible como el proceso de Responsabilidad Integral y la
necesidad de realizar adecuadamente una gestión ambiental consciente, conducen a las
empresas hacia la toma de decisiones individuales que dependan de ellas mismas.
En este aspecto, así como en todo lo referente al manejo de residuos sólidos y líquidos, se está
trabajando arduamente. Algunas empresas han desarrollado programas muy completos de
manejo ambiental, y específicamente el de los envases como residuo sólido especial.
Actualmente, la gestión consiste en que una vez el usuario del reactivo desecha el envase, este
es llevado a zonas especialmente dispuestas para el tratamiento de residuos dentro de la
empresa. Los envases pueden sufrir dos clases de tratamiento : uno es la neutralización o
desactivación del residuo de la sustancia química y un posterior lavado hasta asegurar que no
existe probabilidad de contaminación ; el producto de este lavado sufre un tratamiento como
residuo líquido y el envase se destruye fraccionándolo y eliminando toda posibilidad de reuso
tanto del material como de la etiqueta para fines ilícitos ; finalmente, el residuo del envase es
vendido o enviado a procesos de reciclaje. La otra forma de desechar estos envases es
enviarlos a una empresa especializada en la disposición final de residuos ; en este caso, es
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necesario que el envase no lleve la etiqueta original sino que se encuentre debidamente
identificado el hecho de que se trata de un residuo y la caracterización del mismo.
La decisión de tomar una u otra opción, depende de la clase de contenido del envase teniendo
en cuenta su peligrosidad tanto para la salud humana como para el medio ambiente.
Igualmente, depende del conocimiento que se tenga acerca de la responsabilidad y seriedad de
dicha empresa especializada.
FUENTES CONSULTADAS
1. The World Bank. THE SAFE DISPOSAL OF HAZARDOUS WASTES. Varios autores.
Washington. 1989. Tech. Paper No. 93.
2. Merck. EL ABC DE LA SEGURIDAD EN EL LABORATORIO. Cámara de la Industria
Farmacéutica. 1996.
3. Merck, Dante Bernabei. Seguridad - Manual para el laboratorio. Merck. Alemania. 1994.
Capítulo 6.
4. Varios Catálogos de productos.
"Nota: La información anterior se presenta de manera práctica, sencilla y orientadora, no es exhaustiva ni producto de nuestra
propia investigación; intenta resumir temas específicos y está basada en fuentes consideradas veraces. Sin embargo, debido a la
rapidez con que fluye la información, el lector no está eximido de obtener información suplementaria mas avanzada y acatarla o no,
depende exclusivamente del usuario. El autor no se hace responsable por las consecuencias derivadas de la aplicación de estas
recomendaciones."
 Fecha de impresión:
13/11/2015
 Elaborado por:
CISTEMA (Equipo Asesor en Gestión de Riesgo Químico)
Gerencia Técnica - Dirección HSE
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