DESARROLLANDO PERSONAS

DESARROLLANDO PERSONAS
MEJORAR Y DESARROLLAR PERSONAS, UN DESAFÍO DE LOS TIEMPOS DE
HOY
Mejorar, Desarrollar personas, se ha convertido en un hito en la vida actual. En
cualquier reunión, encuentro, charla común, siempre aparece la idea de que la
educación es un activo de una importancia tal, que sin ella, las personas en grandes
dificultades a la hora de enfrentar la vida.
Ya se conocía esta importancia en el inicio del año cero, cuando Jesús de Nazareth
les pidió a pescaderos, artesanos y especialistas que se conviertan en sus seguidores
y los instruyó hasta que se convirtieron en sus discípulos.
La palabra educación, dio paso luego a otro término, que se llamó coaching, que
consiste en sacar afuera lo mejor de cada uno.
El término comenzó a ser utilizado en Kocs, un pequeño pueblo ubicado al noroeste
de Hungría, donde antaño se fabricaban carros y carruajes. Los estudiantes
universitarios comenzaron a utilizar la palabra kocs para indicar cómo sus instructores
se involucraban con los resultados logrados por los estudiantes. Estos instructores los
guiaban hasta el examen, como si estuvieran encima de ellos sobre un carruaje.
La palabra coach comprende aún hoy algo de esos socios compañeros y de la
responsabilidad recíproca. Pero “desarrollo de personas” es más que una vieja teoría
aplicada a nuevos negocios; “desarrollo de personas” es, por un lado, un instrumento
técnico en torno a conocimientos técnicos y financieros, y, por el otro, un instrumento
de empatía, en donde tiene mucha importancia el conocimiento de los equipos y
comunicación entre todas las personas.
“Desarrollar personas” forma parte de la tarea de “cada persona interesada en
personas” y es un tema central para obtener crecimiento sustentable. Muchas veces
se aplica dentro de las organizaciones que hacen un uso óptimo de la calidad y de los
talentos de cada persona, de tal manera que se puedan desplegar y desarrollar los
conocimientos y las habilidades de cada uno.
El buen “desarrollo de personas” es un proceso que consiste en ayudar a las personas
a lograr mayor claridad en las cosas que hacen y que dicen. “desarrollo de personas”
se relaciona con los procesos prácticos de la vida y el quehacer de cada región,
pueblo o grupo humano, y es el motivo para aprender o seguir aprendiendo.
Para mejorar, es necesario que las personas trabajen juntas de manera efectiva y
eficiente, y que pongan sobre el tapete todas sus habilidades y cualidades en el
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momento justo. Un coach debe pensar en ello, ubicar la persona adecuada en el
momento justo, en la situación precisa y en el momento puntual.
Por lo tanto, el “desarrollo de personas” trata de mejorar el desempeño de sus
colaboradores y hacer uso efectivo de las habilidades que existen entre ellos con
ayuda de un enfoque metódico y estructurado.
Esto último es muy importante: “desarrollo de personas” es más que mantener de vez
en cuando una charla con los “aprendientes” sobre la marcha diaria de las cosas y de
lo que puede ser mejorado. No se trata de hablar de los errores que se produjeron en
el pasado, sino de las posibilidades que existen en el futuro. Para mayor claridad: no
sólo los líderes se dedican al “desarrollo de personas”. En muchos equipos se originan
'los sistemas de mentores', en donde las personas con mucha experiencia ayudan de
manera informal a nuevos colegas para que aprendan las habilidades necesarias para
el trabajo y los ayudan cuando se originan problemas.
¿De dónde proviene ese interés creciente en el “desarrollo de personas”? Uno de los
desafíos más grandes del líder en la actualidad es lograr un buen desempeño por
partes de sus colaboradores para alcanzar los objetivos del plan trazado. Esto rige
tanto para el líder general que trabaja con un equipo multidisciplinario, como para el
líder que trabaja con un equipo de profesionales, como para quien lidera un proyecto.
El interés creciente por el “desarrollo de personas” se ve incentivado por la gran
cantidad de cambios que tienen lugar, tanto dentro como fuera de cualquier grupo
humano.
Para muchos líderes, la escuela clásica fue el ejemplo del liderazgo enérgico. Decir lo
que hay que hacer, sin importar quien está del otro lado, ya es cosa del pasado (o
debiera serlo). Eso ya cambió. Pertenece al momento en que el mundo estaba en la
era industrial y donde la gente era parte de una engranaje. Hoy estamos en la era de
las Personas Aprendientes, y para aprender y mejorar, cada uno de los que forman el
grupo necesitan ser desarrollados, explotar sus potenciales, trabajar en sus
oportunidades de mejora y alinearse hacia un objetivo común, Ser parte de una
entidad que le vaya bien, sentir orgullo de trabajar en ella y no (como decía JFK
cuando se refería a su nación) preguntar que me puede ofrecer mi nación, sino que
puedo ofrecer a ella.
Pasar del decir al hacer, parece fácil, pero a veces las personas se quedan a mitad de
camino, PONIENDO MUCHOS DE SUS TRABAS Y PROBLEMAS EN EL AFUERA,
es decir en aquellas variables que no son controlables por ellos mismos. Y pasar del
decir al hacer bien y en forma veloz, se ha convertido en el mundo de hoy en una
premisa sin la cual no se puede pensar en tener chances de progresar.
Las 10 ventajas del “desarrollo de personas”.
¿Cuáles son las ventajas?
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1. Mejor desempeño y productividad:
Con el “desarrollo de personas” se logra obtener lo mejor de las personas o del
equipo.
2. Mejor desarrollo de las habilidades de su personal:
Trabajando de manera ejecutiva, sus colaboradores
desarrollándose.
podrán
seguir
3. Aprender mejor:
“desarrollo de personas” significa aprender sin vueltas, aumentar el placer de
trabajar para afianzar mejor las tareas.
4. Mejores relaciones:
Ya al formular ciertas preguntas a sus colaboradores, éstos se percatarán que son
apreciados y que se los trata como personas. Desarrollarse aumenta la creencia en
si mismo y sube la motivación personal.
5. Un mejor ambiente laboral:
El ambiente que reina en el trabajo cambiará de manera positiva como
consecuencia de las mejores relaciones.
6. Más tiempo para el líder:
Si sus colaboradores tienen mayores responsabilidades, deberán ser menos
controlados.
7. Mayor creatividad:
Los miembros del equipo son estimulados para que ofrezcan aportes creativos sin
tener miedo a la burla; y, una idea creativa, generalmente, hace aparecer otra y
otra.
8. Reaccionar más rápido y de manera más eficiente:
Si sus colaboradores se saben apreciados, reaccionarán solos si hiciera falta.
9. Mayor flexibilidad:
“desarrollo de personas” significa cambios, anticiparse a ellos y tomar
responsabilidades; la palabra flexibilidad aumenta y solo aquella persona que logra
ser flexible sobrevivirá.
10. Uso óptimo de las personas, habilidades y recursos:
El líder sabe de cuáles recursos escondidos puede disponer; descubrirá talentos
ocultos que nadie había percatado hasta ese momento.
Pero para desarrollar personas, tenemos que levantar algunas barreras o enemigos
del aprendizaje, y decimos que las personas aprenden cuando son capaces de
ejecutar acciones que antes no podían realizar.
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En un nivel primario, los seres humanos no necesitan que se les enseñe a aprender.
Desde nuestros primeros días de vida, aprendemos sin que nadie nos diga cómo
hacerlo, y seguimos aprendiendo por el resto de nuestra vida. Esta manera innata
para seguir aprendiendo, a menudo produce una ceguera: nos preocupa más “qué”
aprender que “cómo” lo hacemos.
Sin embargo, esto genera al menos dos problemas. En primer lugar, no prestamos
suficiente atención al hecho de que hay muchas áreas en nuestras vidas en las que
desarrollamos resistencia al aprendizaje y continuamos realizando acciones
ineficaces.
Consistentemente cometemos los mismos errores, siguiendo las mismas pautas y
enfrentando las mismas dificultades. En segundo lugar, pasamos por alto el hecho de
que, aunque aprendamos, lo podríamos hacer de manera mucho más efectiva. El
hecho que aprendamos no significa que no podríamos hacerlo mejor.
Por lo tanto es vital que quienes desarrollen personas, sepan enseñarles a aprender,
para cuando ellos ya no estén y esas personas deban manejare por si mismas.
Quien desarrolle personas, deberá tener en cuenta preguntas tales como:
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¿Cuán buenos somos para aprender?
¿Podemos decir que sabemos que queremos de nuestras vidas?
¿Qué hacemos en áreas de nuestra vida en las que nos damos cuenta que
necesitamos mejorar y no sabemos como hacerlo?
¿Qué miedos nos atacan a la hora de pedir ayuda a otros?
Qué relaciones hemos generado que puedan ser nuestros “socios de la
mejora”?
¿Cuán rápido renunciamos a las cosas difíciles y nos damos por vencidos?
Qué capacidad tenemos para soportar la presión de que el éxito no viene
fácil?
¿Creemos que ya lo sabemos todo y nadie podrá enseñarnos algo?
¿Cómo dosificamos y domesticamos nuestra soberbia?
¿Qué papel le otorgamos a nuestra familia a la hora de ayudarnos a
mejorar?
¿Qué prioridad le otorgamos en nuestra vida al aprendizaje?
Por último, siempre es bueno volver a los orígenes. Y si alguien que sabía de cómo
enseñar a las personas, ese era Sócrates. Y lo curiosos es que cada vez que Sócrates
iba a entablar una conversación con sus seguidores, dejaba en claro que él suponía
no saber nada. Su punto de partida siempre era que él sabía que no sabía ¿Cómo se
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explica que alguien como Sócrates, que profesaba su ignorancia, fuera considerado el
más sabio de todos los hombres?
La forma en que Sócrates abordó esta paradoja fue señalando que es más sabio
suponer que no sabemos a suponer que sí sabemos. Después de compararse con
alguien que tenía fama de sabio, a Sócrates se le ocurrió la siguiente reflexión.
“Soy más sabio que este ser humano puesto que, probablemente, ninguno de
nosotros conoce algo noble y bueno, pero él supone que sabe algo cuando no sabe,
mientras yo, en tanto no sé, ni siquiera supongo que sé. Es probable que sea un poco
más sabio que él en esto mismo: que lo que no sé, ni siquiera supongo que sé”.
Como punto final, podemos señalar que con respecto al aprendizaje, es más sabio
suponer la ignorancia que el conocimiento.
Alejandro Altilio
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