Facultad de Agronomia Área de Evaluación y Planificación Institucional Algunas reflexiones sobre la Autoevaluación Cuando esporadicamente nos preguntan si practicamos la autoevauación en las diferentes actividades que llevamos adelante, la primer respuesta que damos es afirmativa, pero ¿realmente tenemos claro lo que esto significa?, realmente ¿estamos realizando conscientemente la autoevaluación?, ¿estamos aprovechando todo lo que nos puede aportar este proceso para mejorar nuestro desempeño? Generalmente asumimos la autoevaluación de nuestras actividades como un mero trámite administrativo y por lo tanto cuanto más pronto lo hagamos y salgamos del problema mejor. La autoevaluación está prevista como un aporte para: quien la ejercita y registra en forma escrita. para el superior, quien tiene que evaluar las tareas y actividades. para el colectivo, la Institución. para los externos (evaluadores, acreditadores, etc). Para quien la ejercita: Permite la reflexión sobre lo realizado. Facilita el análisis de los logros y de las dificultades tanto propias como externas. Apoya la reprogramación de tareas (Planes de actividades). Da la posibilidad de repetir y recrear logros y superar errores y fracasos. Para quien tiene que evaluar: Le facilita la tarea, conociendo la visión del evaluado. Le facilita y orienta sus recomendaciones. Para la Institución: Da la tranquilidad de que se cuenta con un procedimiento objetivo y cuantificable para la evaluación de tareas. Asegura que las políticas que se instumenten cuentan con un mecanismo idoneo más, para permitir el seguimiento y evaluación. Para los externos: Da la tranquilidad de que la institución cuenta con un procedimiento objetivo y cuantificable para la evaluación de tareas. Da pautas sobre la madurez de la Institución. Estos son algunos de los motivos para reafirmar esta práctica.