Lúcia Maria dos Santos, osr en Angola

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Lúcia Maria dos Santos, osr en Angola
Lúcia Maria dos Santos es una de las Hermanas Oblatas del Santísimo redentor
que trabajan en el Proyecto Lobito, en Angola, situado en la ciudad del mismo
nombre. Esta brasileña, oriunda de Minas Gerais, cumple 25 años como religiosa
oblata. Y lo hace trabajando en favor de las 60 chicas que actualmente se
benefician de los talleres y programas del proyecto que la congregación tiene en
el país africano.
El Proyecto Lobito se fundó en 2001, en él las hermanas oblatas ayudan a las
chicas que ejercen la prostitución, en su mayoría adolescentes de entre 12 y 17
años. Gracias a cursos y talleres de alfabetización, belleza, informática y cocina,
las chicas encuentran una formación que les ayudará a salir adelante y gestionar
su propio futuro.
Además de estos talleres, el proyecto cuenta con un área de atención
psicológica, donde una psicóloga y una sexóloga ayudan a las chicas en sus
problemas.
Cada semana, las hermanas recorren las calles de Lobito para ayudar a estas
mujeres que, por falta de trabajo o problemas familiares, acaban ejerciendo la
prostitución. El éxito del proyecto reside en que la mayoría acaban encontrando
trabajo gracias a la formación recibida.
Lúcia Maria señala que uno de los principales problemas a los que se enfrentan
es concienciar y sensibilizar a la sociedad angoleña del problema de la
prostitución. Un objetivo que poco a poco se va consiguiendo, aunque es difícil
pues, hasta hace unos años, la prostitución era un tema del cual no se hablaba
ya que no estaba tan globalizado como lo está hoy en día. Además de la
necesidad de sensibilizar a la población, las hermanas se enfrentan a un país en
continua inestabilidad. Angola se encuentra en guerra y esta situación provoca
que no puedan planificarse proyectos a largo plazo.
Pero esta situación tan difícil no impide que Lúcia vea un horizonte de esperanza
al percibir cómo cada vez más mujeres acuden a las hermanas oblatas para salir
de la prostitución, llegando muchas veces a pedir que se les reserve plaza en el
proyecto cuando éste no da abasto. La presencia de Dios en la experiencia de
cada una de las chicas, y la manera en la que se ayudan y se esfuerzan por
superarse, hace que las oblatas de Angola continúen luchando por ser puntos
de luz, referencias en medio de la oscuridad.
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