Hacia la configuración de un índice diferenciado de riesgos: el caso de Chile Arturo Vallejos-Romero1, Alvaro Quezada-Hofflinger2, Alex Boso Gaspar3, Jaime Garrido Castillo4 y Sonia Salvo Garrido5 Introducción La sociedad del riesgo, como una de las características que la sociedad moderna ha usado para autodescribirse (Beck, 2008, 2006; Luhmann, 1992; Giddens, 1993, Douglas, 1996), es tambien portadora de una concepción que ha sido usada para gestionar las oportunidades y amenazas que produce y reproduce en su interior. En la actualidad, por un lado, la previsión, seguridad y control ante problemas y conflictos se observan altamente dificitarias, lo que nos hace afirmar que tanto los marcos teóricos como los utensilios que se utilizan para dar cuenta de ellos, no estén en sintonía con una sociedad altamente compleja. En Chile, el aumento de estos riesgos y peligros se configuran por los impactos que ha tenido una sociedad moderna que no deja resguardo seguro para los riesgos que produce. Lo anterior se plasma en un modelo de desarrollo (económico) que ha tenido impactos en el trabajo, el medio ambiente, las identidades, la educación, entre otros, así como peligros naturales (amenazas), atribuidos a la incidencia de la dinámica social (cambio climático) y a la propia naturaleza, como terremotos, erupciones volcánicas, tsunamis o cualquier tipo de accidente o catástrofe que afecta a la población, los cuales siguen aumentando de manera exponencial e impactando fuertemente a la sociedad 1 Núcleo Científico Tecnológico en Ciencias Sociales y Humanidades, Universidad de La Frontera. [email protected] 2 Núcleo Científico Tecnológico en Ciencias Sociales y Humanidades, Universidad de La Frontera. [email protected] 2 3 Núcleo Científico Tecnológico en Ciencias Sociales y Humanidades, Universidad de La Frontera. [email protected] [email protected] 3 4 Núcleo Científico Tecnológico en Ciencias Sociales y Humanidades, Universidad de La Frontera. Departamento de Ciencias Sociales, Universidad de La Frontera. [email protected] [email protected] 4 Departamento de Ciencias Sociales, Universidad de La Frontera. [email protected] 5 Departamento de Matemática y Estadística, Universidad de La Frontera. [email protected] Concurso Nacional de Proyectos FONDECYT Regular 2015 chilena. Ante tales riesgos y peligros la sociedad ha accionado bajo la distinción reacción/no reacción, donde, por un lado, el Estado, apelando al bien común, se ha hecho parte construyendo, aceptando riesgos, y proponiendo medidas para resguardar a la sociedad, pero donde también ha dejado otros de lado, decidiendo que no le son prioritarios o no aparecen como factores de amenazas (u oportunidades) para la población. Por otro lado, la propia sociedad ha accionado ante tales eventos, recurriendo al mercado para resguardarse, principalmente a través del seguro, para dar cuenta de sus temores o miedos actuales y futuros, por lo tanto aceptando o rechazando riesgos y peligros que genera o ve como amenazas externas. Los riesgos en la teoría social moderna Para autores como Ulrich Beck, Niklas Luhmann y Anthony Giddens, entre otros, la característica definitoria de la modernidad es la presencia mundial de una sociedad diferenciada que produce y reproduce sus propios riesgos. Estos riesgos son efectos colaterales de los procesos industriales y han llegado a poner en peligro los requisitos básicos para la vida en general y para la vida social en particular (Beck 2006: 29-31, Giddens, 1993, 1996, Bauman 2006). La teoría de la sociedad del riesgo concibe el fenómeno como global, donde riesgos y peligros nucleares, químicos, viales, laborales, sísmicos, entre otros, son altamente imprevisibles como inevitables, poniendo en tensión la idea de seguridad. Ante un formato mundial sus impactos se reparten por igual en modernidades centrales como periféricas, pues, primero, ambas muestran mermas en sus dispositivos para prevenir y controlar los riesgos y peligros que autoproducen. Segundo, aunque a un nivel organizativo, la sociedad mundial no pueda generar mecanismos que propicien un riesgo “0”, argumentando que los riesgos son democráticos, ya que impactan transversalmente a las diferentes zonas y a todos los estratos, éstos no se reparten de igual forma. No obstante su materialización y repartición desigual, tanto en el centro como en la periferia, en zonas desarrolladas o subdesarrolladas, en zonas modernas o tradicionales o en zonas urbanas o rurales, tiene niveles y grados de afectación diferenciada, lo cual se traduce que la población tendrá una exposición y una percepción a los riesgos diferente. Por lo tanto, si bien se puede afirmar la horizontalidad de los riesgos, éstos reproducen la estructura estratificada y desigual de la sociedad moderna. Así las cosas, nos encontramos ante un problema eminentemente social, donde los riesgos son seleccionados bajo los referentes de operación de los tomadores de decisiones y cuyas atribuciones están ancladas en las lógicas propias de sistemas sociales (familia), organizaciones (Estado) e individuos. Esta forma de acercamiento dista de las formas mitológicas, divinas y eminentemente causales de los estudios cuantitativos, a las que echa mano nuestra sociedad y las que nos precedieron; con todas sus herramientas y técnicas para enfrentar los riesgos que provenían del entorno (peligros) y que trataron y tratan de llegar a riesgo “0”. La distinción riesgo/peligro nos pone bajo la forma de una observación de segundo orden, pues indicando o seleccionando (atribución) el riesgo, distinguimos un lado de la forma en la cual se puede, según las dimensiones del sentido (material, temporal y social), realizar otro tipo de distinciones y atribuciones (Corsi, Baraldi y Esposito, 1996). Por lo tanto, observamos conceptos, los cuales son el resultado de una distinción, que indica un lado y no el otro y no meras descripciones de objetos sobre los cuales se hace sólo referencia a modo de una observación de primer orden (Luhmann, 1992). Esto permite saber quién toma las decisiones ante tal riesgo y quien no las toma, y es afectado por algo externo, así como quien se asegura formalmente decide implícitamente un aseguramiento formal o no lo decide, acepta el riesgo o peligro como tal. Además, nos permite conocer si el riesgo que acepta plasmándolo en un seguro es un riesgo probable hoy o lo futuriza como un riesgo venidero. Esto nos permitirá configurar los riesgos y peligros que asumen y no asumen y aceptan y no aceptan en Chile a través del aseguramiento mediante seguros (privados) frente a las amenazas y riesgos que construyen. Hacia una configuración diferenciada de un índice de riesgos y peligros en Chile: propuesta y meotodología. Ante una investigación incipiente en torno a la construcción social de riesgos de los chilenos, que se expresa en la valoración y aceptación formal a través de los seguros que se contratan en el mercado y su visibilización a través de un índice que configure lo planteado, pretendemos aportar en esta temática y problemática respecto a la configuración social de los riesgos, expresadas en amenazas, que asume la sociedad chilena y sobre los cuales se asegura y protege. En un segundo plano, dicho conocimiento debería orientar y delinear políticas públicas de riesgos focalizadas contextualmente, lo que pondría en tensión las miradas objetivas del riesgo a través de las diferentes propuestas teóricas y metodológicas que lo homogenizan y por lo tanto, en la misma línea, tiñen las estrategias de intervención. Para alcanzar nuestros propósito, diseñamos un estudio de corte exploratorio, de metodología mixta6, a través de una recolección y análisis de datos secundarios a nivel nacional emanados de las estadísticas nacionales de Seguros emitidos por la Superintendencia de Valores y Seguros de Chile y la Asociación de Aseguradoras de Chile. En términos específicos, para la obtención y análisis de la información secundaria, primero, se trabajó con las bases de datos solicitadas a la Superintendencia de Valores y Seguros y la Asociación de Aseguradoras de Chile que entregó el total de aseguradoras que pueblan el mercado chileno de seguros. Entre ellas se encuentran Aseguradoras con alta presencia en Chile, que tienen igual o más del 50% del mercado en Seguros Generales (56%), como son RCA Seguros, Vida Security, BCI Seguros, Mapfre y Liberty, y Seguros de Vida (50%) , como lo son Metlife, Chilena Consolidada, 6 Este trabajo se encuadra en una investigación mayor, financiada por el Gobierno de Chile, donde queremos configurar tanto los mecanismos formales (seguros otorgados por el mercado y aseguramiento otorgado por el Estado) como informales (mecanismos informales de aseguramiento social) a través de una investigación exploratoria de diseño mixto (cuantitativo como cualitativo). Consorcio Nacional, Sura y Corpvida. Todo esto nos sirvió para operativizar la propuesta de un índice de riesgo. Cuadro 1: Matriz de seguros Seguros Seguros Generales Seguros de Vida Vehículos Vida Transporte Salud Robo con Fractura Accidentes Personales SOAP Desgravamen Responsabilidad Civil Seguros con CUI Casco Seguros con Ahorro Previsional Ingeniería Rentas Vitalicias Vejez Otros Rentas Vitalicias Sobrevivencia Otros Fuente: Asociación de Aseguradoras de Chile. Índice de Riesgos I: Línea base Para la construcción del índice de riesgos, tomamos la propuesta de Korstanje (2013) para elaborar un índice de riesgo que se construye en función del Índice General de Riesgo, el Índice Productivo de Riesgos y el Índice de Protección Secundario. El Índice General de Riesgo se grafica con la Contratación de Seguros/Población general Esto expresa que a mayor número de contratos de seguros en pesos mayores serán los índices de riesgo. El Índice Productivo de Riesgos que se grafica con la Contratación de Seguros (Pólizas)/ dividido por la Población Económicamente Activa. Esto nos dice que a mayor sea el índice, la propensión de la masa laboral activa a contratar un seguro para su protección. El Índice de Protección Secundario se grafica con la Cantidad de Pólizas Contratadas/Contratación de Seguros en Pesos. Esto nos expresa que un volumen de pólizas contratadas puede ser baja, pero se ha invertido en ellas un gran monto de dinero. A través del Índice de Riesgo esbozado pretendemos identificar la propensión y disposición que tienen los chilenos a adquirir seguros como mecanismos que le permitan asegurar sus bienes y su vida, lo que en términos generales nos esbozará, a nivel país, como se configuran los riesgos a través de un mecanismo objetivo como son los seguros, esfera económica que marca en la actualidad los mecanismos de aseguramiento para la población en general. Así también, bajo esta estandarización, podremos encontrar un patrón general comparable con otros países para desarrollar posteriores trabajos. Índice de Riesgo II: Ampliando la línea base El aporte a la propuesta planteada por Korstanje es apuntar un índice diferenciado, es decir, un índice que pueda abarcar la complejidad a través de una desagregación del territorio nacional y no tomar como unidad al país. Esto significa que la construcción social del riesgo y su aseguramiento, evidenciada en la toma de seguros que ofrece el mercado nacional, no sería igual en el norte y sur del país, así como en la precordillera y el borde costero. Asumiendo lo expresado en el párrafo anterior, la primera gran decisión del marco muestral fue definir los segmentos territoriales con los cuales se trabajará, para lo cual se explicitan un conjunto de criterios de inclusión definidos por un orden jerárquico, entre los que se cuentan; administrativos, demográficos, geográficos y productivo. Los dos primeros criterios nos remiten a la división político administrativa del país, que lo divide en 15 regiones, y al sistema urbano nacional (MINVU, 2013), el cual reconoce la existencia de áreas metropolitanas, ciudades intermedias mayores, ciudades intermedias menores, ciudades pequeñas. El criterio geográfico nos propone considerar siempre zonas costeras y cordilleranas en cada una de las regiones, vinculando este criterio con la vocación productiva presente en cada territorio. De ese modo, primero, a muestra a nivel territorial se ordena en Zona Norte (Región XV, I, II, III, IV), Zona Centro (VI, VII, VIII, IX, XIV) y Zona Sur (X, XI, XII), la consiste en una muestra preferentemente urbana. Segundo, se trabajará en la elaboración de un índice para cada una de las regiones mencionadas. En consecuencia, lo esbozado nos permitirá elaborar una configuración a nivel nacional que nos permita evidencia la diferenciación del territorio en torno a los que la sociedad percibe y construye como riesgos y el tipo de seguro que toma para resguardarse. Esto permitirá un mapeo del riesgos basado en el mercado a través de la compra de pólizas de seguros. Bibliografía Beck, U. (2008),La sociedad del riesgo mundial: en busca de la seguridad perdida, Ediciones Paidós Ibérica Beck, U. (2006), La Sociedad del Riesgo. Hacia una Nueva Modernidad, Editorial Paidós Ibérica, Barcelona. Bauman Z. (2006), Vida Líquida, Editorial Paidós Ibérica, Barcelona. Corsi, G. Baraldi, B. y Espósito, E. (1996), Glosario de Niklas Luhmann, Universidad Iberoamericana/ITESO, México. Douglas, M. (1996), La aceptabilidad del riesgo según las ciencias sociales, Editorial Paidós, Barcelona [1985]. Giddens, A. (1993), Las consecuencias perversas de la modernidad, Alianza Editorial, Barcelona. Giddens, A. (1996), Modernidad y Autoiedentidad. En Josetxo Beriain (Comp), Las Consecuencias Perversas de la Modernidad, Anthropos, Barcelona. Korstanje, M. (2013), Construyendo el índice del riesgo: hacia una nueva disciplina, Contribuciones a la Economía, Octubre de 2013, España. Luhmann, N. (1992), Iberoamericana, México. Sociología del Riesgo, Editorial Triana/Universidad