LA ARTICULACIÓN SOCIAL PARA PROMOVER MODELOS DE AGRICULTURA AGROECOLÓGICA: EL CASO DE LA PLATAFORMA DE DESARROLLO RURAL SOSTENIBLE EN PARAGUAY. Marianna Guareschi1, Mamen Cuéllar Padilla2 Resúmen En el contexto paraguayo, donde la situación agraria está en el centro del debate político nacional, las organizaciones y los movimientos campesinos están intentando promover un modelo de agricultura agroecológica en defensa de la agricultura familiar campesina, ante la invasión de las áreas ruarles por un modelo agroexportador. A través del apoyo del Centro Cooperativo Sueco-We Effect se está conformando la Plataforma de Desarrollo Rural Sostenible, una articulación entre organizaciones y movimientos campesinos que intenta impulsar un modelo de producción agroecológica, representar una única voz ante las instituciones gubernamentales y avanzar acciones prácticas en el campo orientadas al fortalecimiento de la Soberanía alimentaria. A través de una metodología de investigación social de tipo estructural, se intenta analizar dicha experiencia, detectando las debilidades y fortalezas de este proceso de concertación social, sus impactos a nivel nacional y territorial así como los aprendizajes obtenidos. Palabras clave: agroecología, soberanía alimentaria, cooperación social, movimientos campesinos, Paraguay A) Presentación de la cuestión y contextualización de la investigación La Soberanía Alimentaria es un concepto nacido en 1996 desde los movimientos campesinos, grupos de pequeños productores y productoras, indígenas, mujeres y jóvenes de la sociedad rural reunidos en La Vía Campesina (LVC). Se define como “el derecho de los pueblos a alimentos nutritivos y culturalmente adecuados, accesibles, producidos de forma sostenible y ecológica, y su derecho a decidir su propio sistema alimentario y productivo” (FMSA, 2007). Junto con la propuesta agroecológica, en su dimensión político cultural, prioriza el fortalecimiento de la autonomía de las comunidades locales y se apoya en las particularidades y potencialidades locales para buscar alternativas de manejos sustentables de los recursos naturales (Cuéllar y Sevilla Guzmán, 2009; 2013). Ambos conceptos otorgan importancia prioritaria a las formas de acción social colectiva (Sevilla Guzmán, 2006) y a los procesos de cooperación social (Calle y Gallar, 2010), en un intento de democratizar nuestros sistemas alimentarios (Holt- Giménez y Patel, 2010). La conceptualización de la noción de democracia se enmarca en la perspectiva de la democracia radical (cf. Calle, 2011), donde las formas de auto-organización social problematizan conjuntamente necesidades materiales, afectivas, expresivas y de relación con la naturaleza; y abren escenarios de democracia participativa para la transformación de instituciones públicas (Calle y Gallar, 2010:7). Tales propuestas práctico-teóricas han sido recogidas en Paraguay por las organizaciones y los movimientos campesinos que han conformado la Plataforma de Desarrollo Rural Sostenible (PDRS) con el intento de: a. promover un modelo de producción agroecológica; b. representar una única voz ante las instituciones gubernamentales y; c. avanzar acciones prácticas en el medio rural orientadas al fortalecimiento de la Soberanía alimentaria. La PDRS cuenta con el apoyo técnico y logístico del Centro Cooperativo Sueco-We Effect, una organización de la sociedad civil que presenta más de veinte años de trabajo en Paraguay en proyectos de cooperación internacional en colaboración con los movimientos y organizaciones campesinas. Al reunir dos articulaciones de movimientos campesinos - la Coordinadora de Organizaciones Campesinas e Indígenas del Paraguay (COCIP) y la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo-La Vía Campesina Paraguay (CLOC-LVC)- y una organización, la Coordinadora de Empresas Asociativas Rurales Departamentales (CEARD), la PDRS se encuentra 1Instituto de Sociología y Estudios Campesinos (ISEC), Universidad de Córdoba. E-mail: [email protected] 2 ISEC-UCO. E-mail: [email protected] ante nuevos retos para la sociedad rural paraguaya caracterizados por la tradicional fragmentación entre los movimientos y organizaciones campesinas. La PDRS está conformada por una mesa nacional, en la que participan los representantes de cada articulación/organización, con funciones de análisis y toma de decisiones políticas, y cinco mesas territoriales en cinco Distritos del país, conformadas por los líderes locales y con funciones tanto de análisis político como práctico-operativas. B) Exposición de la pregunta de investigación y principales hipótesis Ante el contexto presentado, en la presente investigación nos preguntamos cuáles son las debilidades y fortalezas de este proceso de concertación social; qué impactos presenta a nivel nacional y territorial; y cuáles son los aprendizajes obtenidos en la construcción de una articulación bajo los principios agorecológicos y de Soberanía alimentaria. El presente trabajo se basa en la hipótesis de que un proceso de cooperación social bajo las perspectivas de Agroecología y Soberanía alimentaria entre organizaciones y movimientos campesinos permite la construcción de un diálogo que favorece poner las bases para consensuar un modelo práctico de manejo agrario y al mismo tiempo un discurso político, que se retroalimenta con aquel. C) Fuentes de datos y metodología utilizadas Para responder a las preguntas de investigación se ha empleado una metodología de investigación social de tipo estructural. A través de entrevistas semi-estructuradas, se ha desarrollado el proceso de indagación con los siguientes actores sociales: a. los y las representantes de las organizaciones campesinas que componen la plataforma; b. la coordinación técnica y el comité técnico de la misma; c. el coordinador en Paraguay del Centro Cooperativo Sueco- We Effect (SCC) y, por último; d. personas socias y representantes de una de las Plataformas Locales que componen la Plataforma nacional, concretamente la del Distrito de Horqueta, en el Departamento de Concepción, por estar considerada como el “semillero” de la Plataforma nacional. El criterio de selección de esta diversidad de actores fue el de permitir una triangulación de la información, en el momento del análisis de los datos. Así se pudo contrastar, por un lado, las visiones desde lo nacional y lo local; y por otro lado, las visiones desde personas con distintos roles dentro de la plataforma. Las entrevistas apuntaron a evidenciar los siguientes elementos: (i) las dificultades que está encontrando la articulación así como las ventajas que ofrece a las organizaciones implicadas, a nivel nacional y territorial; (ii) los principales logros que se han conseguido con el proceso y; (iii) los aprendizajes que están surgiendo desde esta experiencia. Además se ha presenciado a las reuniones y asambleas de la PDRS y consultado los materiales producidos por el comité técnico y la coordinación técnica de la Plataforma. D) Principales hallazgos Dificultades y ventajas del proceso de concertación social alrededor de la PDRS Las principales dificultades que el proceso está encontrando para constituir la plataforma como instancia de articulación entre organizaciones campesinas surgen, por un lado, de las diferentes trayectorias y estrategias de éstas, unas con una mirada mayormente política y otras más prácticas. Estas diferencias dificultan el diálogo y el reconocimiento recíproco, fundamentalmente en la mesa nacional. Sin embargo, apenas afecta a las plataformas territoriales, donde la necesidad de colaboración práctica entre miembros de diferentes organizaciones hace de empuje. Por otro lado, de una tradición caracterizada por establecer negociaciones unilaterales con las instituciones públicas, y de una forma de liderazgo que deja poco espacio a nuevos actores políticos que puedan tener una visión más conectada a las prácticas en los territorios y a los problemas concretos del sector campesino. Con respecto a las ventajas que se perciben de esta articulación, cabe rescatar las siguientes ideas. Por un lado, y frente a la amenaza compartida que se siente hacia el campesinado paraguayo, es una manera de defender, con mayor fuerza, los intereses de este importante segmento de la población del país y del medio rural. En esta defensa, resulta fundamental consensuar el modelo de agricultura campesina que se quiere defender y, si bien está claro que es el modelo agroecológico el paraguas que une a todas estas organizaciones, queda definir y concretar los principios del mismo. Esto se percibe como un elemento clave frente a lo que se percibe como una apropiación de los conceptos por parte de actores cuyo objetivo está más orientado a la descampesinización del país. Además, plantean la ventaja de contar con un espacio para compartir e intercambiar, no sólo experiencias y visiones, sino también recursos, personal técnico, apoyo logístico, proyectos de incidencia, el anclaje a comunidades y territorios, etc. Se subraya de esta manera la complementariedad entre las organizaciones en todos estos ámbitos, y tanto a nivel nacional como territorial. Por último, todas las organizaciones coinciden en reconocer que esta articulación permite visibilizar y valorizar el trabajo de cada una de ellas. Los impactos a nivel nacional y territorial A pesar de ser una experiencia reciente y por esto todavía en construcción, sus máximos logros a nivel nacional hasta el momento se identifican en: a. haber propiciado un mayor diálogo y comprensión entre organizaciones campesinas que, superando la desconfianza recíproca, perciben la necesidad de articularse para conquistar espacio ante el Gobierno como sector campesino en su conjunto, alcanzando un compromiso político entre sí; b. haber planteado un proyecto territorial con enfoque agroecológico, que propicia una formación y preparación técnico-política de las bases de las organizaciones vinculadas a la Plataforma, tanto a nivel nacional como territorial; c. haber generado entre las personas dirigentes de los movimientos campesinos un interés por: desarrollar una producción agrícola sostenible que transite hacia la agroecología, organizarse para generar ingresos económicos, e incidir a nivel político apoyando la formación de nuevos líderes a nivel local; d. haber propiciado una transición desde la lucha por la conquista de la tierra, a la defensa de la que se tiene a través del consenso sobre una propuesta productiva y organizacional; e. haber establecido un constante acompañamiento técnico en las chacras, tanto en términos de producción, como de comercialización y de elaboración de alimentos; f. haber aplicado la metodología de campesino a campesino. A nivel territorial, los mayores avances prácticos se encuentran en aquellas comunidades donde ya se ha trabajado hace años en la implementación de técnicas agroecológicas y donde ya estaba presente cierta comunicación e intercambio entre organizaciones, como es el caso del distrito de Horqueta. Sin embargo, se percibe que los cursos de capacitación organizados por la Plataforma y el equipo técnico a disposición de las comunidades de base han establecido una forma de asesoría en las fincas, que permite acompañar los procesos de transición agroecológica también en las zonas más invadidas por el monocultivo. En los casos de mayor éxito como es el de Horqueta, la Plataforma local consiguió ya en 2013 firmar un convenio de cooperación con la municipalidad y obtener el compromiso por su parte de que el 10% del presupuesto municipal, que por ley debe de apoyar la Agricultura Familiar Campesina, se invierta en un proyecto elaborado y presentado por la Plataforma. Además, para finales de 2015 se promulgó por sanción automática la ordenanza “por la cual se declara de interés distrital la agricultura familiar campesina y se establece la zonificación agroecológica en el distrito de Horqueta” (Base IS, 2016) Los principales aprendizajes del proceso de articulación El elemento principal que sobresale como un factor determinante para el buen éxito y la continuidad de la experiencia ha sido la construcción de capacidades humanas en los territorios. El rol del personal técnico se reduce al de facilitador de procesos de construcción de propuestas de desarrollo local con enfoque territorial. Así, queda en manos de los actores locales el impulsar dinámicas propias, articularse y negociar propuestas de desarrollo sostenible con los diversos actores del territorio (Informe técnico PDRS, Noviembre 2013). Asimismo, se percibe que la forma de articulación entre las organizaciones, que se vuelven protagonistas de su proceso, es fundamental. Es necesario conseguir a través de ella una horizontalidad en las relaciones que rompa con estructuras de poder no deseadas y, al mismo tiempo, construir una única voz que refleje a sus actores miembro. No resulta fácil, pues, encontrar el equilibrio entre la Plataforma como instancia superior a las organizaciones miembro y los intereses individuales de cada una de ellas. Otro aprendizaje ha sido identificar la la importancia de la cuestión territorial, para que la dimensión política de la Soberanía alimentaria y de la Agroecología se concretice y se difunda entre las comunidades campesinas. Así, es necesario buscar el equilibrio entre la construcción de propuestas a nivel nacional, y los procesos de articulación y consenso entre organizaciones locales. Se ha identificado que, ante problemáticas comunes, en los territorios se vuelve más fácil superar las diferencias entre organizaciones que a nivel nacional. Además, es a este nivel donde se llevan a la práctica las propuestas de la Plataforma nacional y, al mismo tiempo, desde donde se enriquecen los debates nacionales a través de la visibilización de su experiencia. E) Implicaciones para políticas públicas. El proyecto de articulación de las organizaciones campesinas alrededor de la PDRS se enmarca en un intento de convertir a la “organización campesina” en un actor social y político, clave en la construcción de una propuesta alternativa de desarrollo rural. Así, ha permitido consolidar un actor como interlocutor válido frente a las instancias oficiales, que defiende los intereses campesinos bajo el paraguas de la Soberanía Alimentaria y la Agroecología. Además, esta voz unificada ha dado ya sus frutos, como la incidencia dentro del Distrito de Horqueta en las ordenanzas municipales y el apoyo conseguido por estas instituciones públicas. Así, a pesar de las dificultades, los enfoques agroecológicos y de Soberanía alimentaria están permitiendo reunir y poner de acuerdo organizaciones heterogéneas, y conseguir una voz común. La síntesis que supone la Plataforma, entre acción y debate político, junto con la articulación logística entre organizaciones y movimientos campesinos a diferentes niveles, están permitiendo influenciar las políticas públicas a pesar de un contexto desfavorable. Referencias bibliográficas Base IS. 2016. La agricultura agroecológica fue declarada de interés municipal en Horqueta. En América Latina en movimiento. Disponible en http://www.alainet.org/es/articulo/175600. Consulta: 05 de marzo de 2016 Calle Collado, Á. 2011. Democracia radical, entre vínculos y utopías. Barcelona: Icaria, 349 p. Calle Collado, Á. y Gallar, D. 2010. “Agroecología política: transición social y campesinado”. VIII Congreso Latinoamericano de Sociología Rural – ALASRU, Pernambuco, Brasil. Cuéllar Padilla, M. y Sevilla-Guzmán, E. 2009. “Aportando a la construcción de la soberanía alimentaria desde la Agroecología”. Ecología Política 38: 43-52. Cuéllar-Padilla, M. y Sevilla-Guzmán, E. 2013. “La Soberanía Alimentaria: la dimensión política de la Agroecología”. En Cuéllar, M., Gallar, D. y Calle, A. (eds.): Procesos hacia la Soberanía Alimentaria. Perspectivas y Prácticas desde la Agroecología política. Ed. Icaria. Barcelona: pp 1532 FMSA- Foro Mundial sobre Soberanía Alimentaria. 2007. Declaración de Nyéléni 2007. Foro para la Soberanía Alimentaría. 23 - 27 de Febrero de 2007. Sélingué, Mali. Online: www.nyeleni.org [Consulta: 12 de Septiembre de 2014] Holt-Giménez E. y Patel R. 2010. Rebeliones alimentarias, crisis y hambre de justicia. España: El Viejo Topo, 300 p Sevilla Guzmán, E. 2006. “Agroecología y agricultura ecológica: Hacia una" RE” construcción de la soberanía alimentaria”. Agroecología I: 7-18