CRONICIDAD DE LA POBREZA LABORAL Aroa Tejero [email protected] Departamento de Sociología Universidad de Oviedo Resumen: Los indicadores transversales suelen proporcionar una imagen de gran estabilidad en los niveles de pobreza laboral. La tasa de riesgo de pobreza de ocupados ha variado sólo poco más de medio punto en el conjunto de los países de la EU-15 (en torno al 8%) y España (en torno al 11%) desde que se dispone de los datos de la Encuesta de Condiciones de Vida (EU-SILC). Sin embargo, la movilidad es generalmente alta en estas situaciones: la mayoría de los episodios de pobreza son de corta duración, mientras que muchas de las personas que han salido de la pobreza vuelven relativamente pronto a ella. Así, los principales estudios de pobreza dinámica en España señalan la baja persistencia de la pobreza española y la alta recurrencia que hay dentro de los pobres temporales. La recurrencia o persistencia de situaciones de pobreza no son capturados por análisis transversales y son fundamentales para la comprensión de la pobreza y la pobreza de ocupados. El análisis dinámico de la pobreza laboral es particularmente interesante para la respuesta de varias cuestiones: ¿es el empleo suficiente para evitar la pobreza? ¿es la pobreza laboral una situación temporal o permanente? En este trabajo se analiza la dinámica de la pobreza de los trabajadores en España, con el objetivo de conocer si las caídas en la pobreza laboral se producen sólo temporalmente, si las personas caen varias veces en esta situación o, si de lo contrario, la pobreza laboral se configura como un fenómeno que produce atrapamiento y del cual es muy difícil salir. A su vez se pretende identificar y analizar los distintos perfiles de pobreza laboral en función de su duración. Para ello, se hará uso de la Encuesta de Condiciones de Vida en su módulo longitudinal con los años disponibles (2004-2009), de la que se obtendrán tres indicadores de dinámica de la pobreza: cuántos años pasan en la pobreza las personas que participan en el mercado laboral; cuántos episodios de la misma sufre dicho colectivo; y cuál es la duración de dichos episodios. De igual modo, se examinarán los diferentes perfiles de pobreza según su duración mediante un modelo logístico que permita señalar los principales factores determinantes de cada uno de los tipos de pobreza laboral. Los primeros resultados muestran que la pobreza laboral es un fenómeno más móvil que persistente y que tanto la participación laboral de todos los miembros del hogar como la presencia de menores dependientes se articulan como los factores más importantes a la hora de explicar la pobreza laboral desde una perspectiva dinámica. Palabras clave: pobreza laboral, duración de la pobreza, episodios de pobreza, mercado de trabajo, desigualdad. 1 1. Introducción Los trabajadores pobres constituyen un problema que ha adquirido creciente importancia en los últimos años. Esta nueva realidad pone de relieve uno de los principales problemas a los que se enfrentan las sociedades actuales: la participación en el mercado laboral puede no ser un seguro suficiente contra el riesgo de pobreza. A su vez, el estudio de la pobreza se ha enriquecido en los últimos años con el uso de nuevas perspectivas y la disponibilidad de nuevas y mejores bases de datos para el análisis. La perspectiva longitudinal permite identificar diferentes tipos de pobreza en función de su duración y observar que hay más personas que pasan por la pobreza de lo que muestran las tasas estáticas. Asimismo, esta nueva dimensión se hace especialmente importante para el diseño de políticas públicas al orientarlas hacia diferentes grupos en función de la severidad y duración de su situación. El primer objetivo de este trabajo es conocer el patrón de pobreza laboral crónica y persistente que hay en España en los últimos años a través de la exposición de diferentes indicadores y así observar cuál de ellos es el más adecuado para el posterior análisis que se presenta. A su vez, se pretende observar el impacto de la participación en el mercado laboral en el medio-largo plazo sobre la cronicidad de la pobreza a través del análisis de las diferentes situaciones respecto a la actividad. Por otro lado, a través de un modelo logístico multinomial anidado se pretende analizar cuáles son los principales condicionantes de cada una de las pobrezas que se pueden identificar en función de su duración. Para ello, y en primer lugar, se hará una primera aproximación a la importancia de la perspectiva dinámica en el estudio de la pobreza y se destacarán los principales resultados al respecto. Posteriormente, se explicarán los principales conceptos y la estructura de la encuesta y metodología utilizada. Luego se hará una descripción de la cronicidad y la persistencia de la pobreza laboral en España y su relación con la participación en el mercado de trabajo. Finalmente, se identificarán los principales condicionantes de la misma, atendiendo principalmente a factores relativos al mercado de trabajo y a características asociadas a los hogares. 2 2. Pobreza y ocupación desde una perspectiva dinámica Los estudios sobre pobreza siempre han mostrado la relevancia que tiene la participación laboral de los miembros adultos del hogar en la probabilidad de caer o de evitar dicha situación. Aún así, la atención a la pobreza laboral es reciente en Europa, donde la existencia de los regímenes de bienestar y la intención de proteger los trabajos de mayor calidad hacían pensar que la pobreza solamente estaba determinada por las situaciones de inactividad o desempleo (Peñas-Casas y Latta, 2004, Strengmann-Kuhn, 2002). Por consiguiente, una de las preocupaciones de los países europeos, antes de los años 90, era solucionar el desempleo estructural característico de la época. Los estudios más importantes al respecto destacaban que éste era el principal causante de la pobreza en sus países (Hällerod, 1998) y, por tanto, se entendía que combatiéndolo se combatía al mismo tiempo el riesgo de pobreza y de exclusión social. Sin embargo, a pesar de que el patrón mencionado se sigue manteniendo, surgen nuevas formas de empobrecerse (trabajo a tiempo parcial, inactividad y pobreza de bajos salarios) (Ayala-Cañón et. al, 2008) que hacen que la relación entre ocupación y pobreza no siga las mismas pautas de hace décadas y que el trabajo ya no sea suficiente para evitar la pobreza (Pontieux, 2010; Airio, 2008; Bardone y Guio, 2005). Así, la pobreza de las personas en edad de trabajar no tiene por qué ser necesariamente consecuencia de una conducta desviada o una falta de compromiso con el trabajo (Levitan et al., 1993). Observando las tasas de pobreza según la situación de actividad más frecuente durante el año, estar trabajando sigue apareciendo como la forma más efectiva de evitar la pobreza. Aún así, en Europa un 8,9% de los que han estado mayoritariamente trabajando durante el año 2011 se sitúa en la pobreza, según los datos ofrecidos por Eurostat. En este contexto, España es uno de los países con mayor incidencia de la pobreza laboral (12,3% en 2011). Observando un periodo de años más amplio, tanto España como Europa presentan tasas bastante estables durante la última década, oscilando la tasa de pobreza laboral en torno al 12 y 8%, lo cual no debe llevar a pensar que son las mismas personas las que están en dicha situación durante todo el periodo. La pobreza laboral ha sido estudiada con anterioridad en España desde una perspectiva estática y se ha incidido en que los principales condicionantes de su situación vienen determinados por el tipo de hogar al que se pertenece y a la 3 participación laboral del mismo. Sin embargo, ya se ha destacado la necesidad de una perspectiva más amplia que pueda registrar los cambios en el tiempo, ya que los enlaces entre los mercados laborales y las dinámicas de la pobreza son fundamentales para entender las consecuencias tanto del deterioro de los ingresos y la seguridad en el empleo, como del énfasis que han puesto la mayoría de gobiernos europeos en emplear políticas sociales de activación (OCDE, 2001). En los últimos años, han ido creciendo el número de estudios que utilizan la perspectiva dinámica en el análisis de la pobreza (OCDE, 2001 y 2008; Cantó et al., 2010; Cantó et al., 2009; Cantó et al., 2008; Bárcena et al., 2004; Fourage y Layte, 2005; Jenkins and Rigg, 2001) y la pobreza laboral (Gutiérrez et al., 2011; GarcíaLuque et al., 2009; Airio, 2008; Capellari, 2002), debido a las carencias que presenta el estudio transversal de la misma (Smith y Middleton, 2007). Por un lado, el uso de metodologías estáticas para la cuantificación de la pobreza puede llevar a la confusión de entender que, bajo una misma tasa varios años seguidos, experimentan la pobreza las mismas personas (Headey et al., 2007). Por otro lado, identificar a los pobres en un momento concreto del tiempo no permite diferenciar las distintas pobrezas que se pueden dar en función de su duración. La estabilidad de las tasas de pobreza laboral mencionada contrasta con los resultados que muestran los estudios sobre movilidad de la distribución de la renta. Éstos señalan una fuerte movilidad de la misma en los deciles inferiores de la distribución, cambiando el 60% de los hogares españoles de decil entre un año y otro (Cantó, 2010). Por otro lado, la pobreza se presenta como un fenómeno más móvil que estático y mayoritariamente no produce persistencia. Sin embargo, para aquellas personas que no persisten en la pobreza, la alta probabilidad de volver a recaer en la misma hace de la recurrencia un fenómeno que precisa suficiente atención. A su vez, esta alta movilidad también provoca que haya más personas que pasen por la pobreza de lo que una medición en un momento concreto pueda mostrar (Cantó et al., 2010). Por último, el uso de esta perspectiva se articula como fundamental para el diseño de políticas públicas. La constatación de que la observación de la pobreza a lo largo del tiempo ayuda a identificar la existencia de diferentes pobrezas indica la necesidad de no tratar a todos los pobres por igual, y a tener en cuenta sus diferentes situaciones a la hora de trazar las políticas públicas que intentarán mejorar su bienestar. 4 Al utilizar datos estáticos para el diseño de políticas de lucha contra la pobreza el reto es menor y, posiblemente, no se tengan en cuenta a las personas pobres que peor están y se tenderá a la consideración de la población pobre como una población homogénea (Smith y Middleton, 2007). Desde esta perspectiva, diversos estudios sobre pobreza dinámica se han centrado en el estudio de lo que se podría llamar la cronicidad de la pobreza, tratando fundamentalmente de diferenciar distintos tipos de pobreza en función de su duración y severidad. En el caso de España, los principales estudios (Cantó et al, 2003, 2009) resaltan la importancia no sólo de distinguir entre aquellos que persisten un año tras otro en la pobreza de los que caen en la misma de forma transitoria, sino que también ponen de manifiesto la heterogeneidad de los pobres transitorios, es decir, de las personas que sólo se sitúan en la pobreza ocasional o intermitentemente. Se acercan a la distinción propuesta por Bane y Elwood (1986) para dividir a los pobres transitorios en recurrentes y no recurrentes. Estos dos subgrupos se diferencian en que mientras los primeros viven diversos periodos de pobreza intercalados con periodos de no pobreza, los últimos sólo se sitúan en ella ocasionalmente. Estas investigaciones sitúan a España como un país con pobreza estática alta (en torno al 20%, como ya se ha indicado), permanencia baja (tan sólo un 2,7% en un periodo de siete años) y transitoriedad elevada (44% pasan al menos un año en la pobreza). En perspectiva internacional, España se situaría en una posición intermedia, lo cual se debe a que, a pesar de tener una tasa de pobreza considerada alta, también tiene una tasa de transitoriedad elevada, lo que se refleja en unas tasas de persistencia intermedias o, incluso, bajas. Sin embargo, hay que destacar también el alto grado de recurrencia que tiene la pobreza española, siendo el 42% de los pobres recurrentes, es decir, que salen y entran en la pobreza varias veces en el periodo de tiempo tenido en cuenta (Cantó et al., 2010). Desde esta perspectiva se podría analizar, en primer lugar, la pobreza permanente. Es decir, aquella pobreza que mantiene a la gente por debajo de la línea de pobreza durante un único periodo de duración media o larga. Las cifras no muestran que este grupo sea el más importante, aunque son personas que, presumiblemente, pueden sufrir atrapamiento. Las principales investigaciones muestran que la tasa de persistencia desciende con el tiempo. Sin embargo, para ese grupo persistente en la pobreza el 5 tiempo se acabará convirtiendo en el factor fundamental que no les permitirá escapar de esa situación, ya que cuanto más tiempo estén en la pobreza más se disminuirán sus recursos acumulados (Cantó, 2002a), su capacidad de ahorro cada vez será menor y, por tanto, estarán ante un continuo descenso de su nivel de vida (Whelan et al., 2004). En la mayoría de países este tipo de pobreza está estrechamente ligada a la falta de trabajadores en el hogar y a los hogares con un sólo adulto y niños (OCDE, 2001). Los principales datos disponibles para España (Cantó, 2010) muestran que hay un mayor riesgo de pobreza persistente en los hogares con menor dotación de capital humano y peor inserción laboral. A su vez, la presencia de los niños dependientes se presenta como un factor condicionante de esta pobreza, ya que aquellos hogares en los que estén presentes tendrán una mayor probabilidad de pobreza persistente (OCDE, 2008). Algunos autores (Arranz y Cantó, 2008) explican que luchar contra la pobreza persistente implicaría diseñar políticas educacionales y de salud para los niños pobres y ofrecer transferencias complementarias y estables para los adultos pobres. Por otro lado, también señalan que la pobreza crónica se combatiría con políticas que incidieran en la promoción de la empleabilidad de los miembros del hogar y en la capacidad de ofrecer una garantía de suficiencia de ingresos a largo y medio plazo (Cantó et al., 2008). La pobreza recurrente, en segundo lugar, es aquella que padecen las personas que tienen un mayor riesgo de reentrada en la pobreza, y, por tanto, viven episodios alternativos a un lado y otro de la línea de pobreza. Su existencia muestra que el hecho de salir de la pobreza no es suficiente si no va seguido de un periodo suficientemente largo fuera de ella (Cantó, 2002b). Este círculo de entradas y salidas se debe a que la movilidad de ingresos suele ser de corto alcance, de manera que los ingresos para estas personas suelen verse aumentados sólo lo necesario para superar la línea de pobreza, no siendo este aumento de ingresos suficientemente significativo como para mejorar su bienestar (Arranz y Cantó, 2008). La recurrencia de la pobreza, por tanto, hace evidente la necesidad de políticas o medidas orientadas al mantenimiento fuera de la misma. Algunas investigaciones (Ayala y Sastre, 2007; OCDE, 2001) han señalado que la alta recurrencia en España está muy relacionada con la situación de los miembros del hogar en el mercado de trabajo (desempleo y temporalidad). La pobreza de corto 6 alcance está concentrada en hogares cuyos sustentadores principales están en edad de trabajar, lo que muestra que hay características dinámicas del ingreso diferenciadas para los adultos de ese grupo. Por último, la pobreza temporal es aquella que se experimenta durante un sólo periodo, y corto de duración. La evidencia empírica destaca que esta pobreza es la más experimentada por las personas (Arranz y Serrano, 2008), pero, a su vez, que es la menos grave de las posibles, ya que se trata de personas que consiguen escapar naturalmente de la pobreza (Smith y Middleton, 2007). De esta manera, se podrían interpretar estas observaciones aisladas de pobreza como un espacio temporal entre dos trabajos, un periodo de baja renta para personas jóvenes que luego verán sus ingresos crecer o errores en los datos (Atkinson y Hill, 1998), siendo una situación pasajera que experimentarían muchas personas en algún momento de su vida, aunque sin condicionar de manera importante sus oportunidades laborales ni descender su nivel de bienestar. Esta pobreza afecta principalmente a hogares donde hay un alto número de adultos y cuyos miembros tienen un nivel educativo relativamente alto (secundarios al menos). Las principales medidas propuestas (Arranz y Serrano, 2008; Cantó, 2008, 2010) van orientadas a promover la estabilidad del empleo y a implementar transferencias de dinero en periodos cortos que trabajaran como sustitutivos del ingreso para garantizar la protección adecuada en periodos de desempleo y/o caída de ingresos. En conclusión, son los factores relativos al hogar y al mercado de trabajo los que más condicionan que un hogar se sitúe por encima o por debajo de la línea de pobreza durante un periodo de tiempo más o menos extenso. La esencia de la dinámica de la pobreza es el balance entre el trabajo y las necesidades del hogar, entre los ingresos y las necesidades que es lo que determina la pobreza (Smith y Middleton, 2007). Por tanto, los principales determinantes de las tipologías de pobreza en función de su duración son las variables referidas a la educación y a la inserción laboral de los miembros del hogar (Cantó, 2010). En este contexto, se hace necesaria la realización de una caracterización que muestre cuáles son las características de aquellos trabajadores pobres que se mantienen en la situación de pobreza durante un largo periodo, o que lo hacen sólo momentáneamente, o estacionariamente viviendo ciclos de pobreza y no pobreza. 7 3. Datos y metodología La Encuesta de Condiciones de Vida (European Statistics on Income and Living Conditions) constituye una herramienta para el estudio de la distribución de los ingresos y la exclusión social en Europa. Una encuesta que, desde 2004, han ido realizando todos los países miembros de la Unión Europea con la misma estructura y con el objetivo fundamental de poder recabar información sobre los hogares y las personas de los distintos países de la UE obteniendo resultados que pudieran ser fácilmente comparables y que ayudaran a conocer mejor la actual situación de la actividad económica y las condiciones de vida de las personas. La ECV presenta algunos problemas que se deben tener en cuenta. En primer lugar, esta encuesta se compone de una muestra considerada semi-panel, es decir, que no son las mismas personas seguidas durante el tiempo, sino que un cuarto de la muestra se renueva anualmente. Es lo que se denomina un panel rotatorio con cuatro turnos de rotación. Por tanto, un hogar, un individuo, podrá estar en la muestra tan sólo cuatro años. El análisis se hará construyendo un panel balanceado (sólo se cogerán a aquellas personas que tengan datos para todo el periodo de cuatro años) y, aunque los resultados se presenten para el periodo 2004-2009, realmente estarán reflejando los resultados para los tres subperiodos de 4 años correspondientes. Por otro lado, la ECV alberga una inconsistencia entre los periodos de referencia de algunas de las variables. Así, tendríamos algunas variables que harían referencia al año anterior al momento de la entrevista, como son las variables referidas a los ingresos, que son las que se utilizan para construir la dimensión de pobreza, mientras que otras se refieren al momento de la entrevista1. Por tanto, cuando se esté midiendo la pobreza en el archivo del 2004, en realidad estaremos midiendo y analizando la situación económica de esos hogares en el 2003. De esta manera, y aunque se utilicen los datos de los archivos entre 2004 y 2009, realmente estaremos analizando los tres subperiodos correspondientes a 2003-2006, 2004-2007 y 2005-2008. 1 Para solventar esta incongruencia entre los periodos de referencia, y debido a que se utiliza una base de datos longitudinal, se han contemporaneizado todas las variables para que hagan referencia al mismo año: por ejemplo, cuando se analice el año 2004 se utilizarán las variables de ese año que se refieren al momento de la entrevista, mientras que se utilizarán las variables del 2005 que se refieren al periodo de referencia de la renta (que es el 2004). 8 El concepto de trabajador pobre tiene dos dimensiones: la individual y la del hogar. Un trabajador pobre será aquel considerado trabajador que, a su vez, viva en un hogar pobre. Hay muchas maneras de medir ambas dimensiones, sin embargo, por cuestiones metodológicas, en este proyecto se utilizará la definición que ofrece Eurostat y que es susceptible de ser utilizada en todos los países de la Unión Europea: se define como trabajador a aquella persona que, durante el año de referencia, haya trabajado al menos 7 meses, durante al menos 15 horas a la semana. Por otro lado, el hogar pobre está definido en base a la renta del hogar y a la composición del mismo, es decir, que se tiene en cuenta los ingresos medianos del hogar según la escala de equivalencia de la OCDE. Así, se consideran hogares pobres a todos aquellos que se sitúan por debajo del 60% del ingreso mediano equivalente. La cronicidad de la pobreza es un fenómeno también puede medirse de múltiples formas. En este caso, se medirá la cronicidad de la pobreza laboral desde el denominado spell approach o “metodología de los episodios de pobreza”2 que, periodo a periodo, observa qué hogares y qué personas caen en la pobreza y tiene en cuenta la duración total de esos episodios, es decir, el número de periodos que se está en la pobreza o fuera de ella. Desde esta perspectiva se diferencia a los pobres crónicos de los transitorios comparando el número de periodos que se está por debajo del umbral de pobreza con el número de periodos observados, por tanto, se tiene que fijar un umbral de duración, es decir, se tiene que definir si pobres crónicos son aquellos que están por debajo de la línea de pobreza todo el periodo observado, dos tercios del mismo o qué porcentaje del tiempo observado que se esté en la pobreza se considera suficiente para clasificar a un hogar en la pobreza permanente. Aquí se presentan cuatro indicadores de persistencia/cronicidad en la pobreza laboral: - Pobreza laboral persistente UE: Concepto de persistencia propuesto por la Unión Europea que define a los pobres persistentes como aquellos hogares que están en la pobreza en un año dado habiendo estado dos de los tres años anteriores. - Años en la pobreza laboral: se contabilizan los años bajo la línea de pobreza. 2 Se entiende por periodo de pobreza, todo el tiempo transcurrido en la misma hasta que se consigue salir de ella, independientemente de si es un año, dos o cuatro. 9 - Episodios en la pobreza laboral: aquí se distingue a los pobres recurrentes del resto, es decir, a los que experimentan un episodio de pobreza frente a dos, sin tener en cuenta los años que se está bajo la línea de pobreza. - Cronicidad de la pobreza laboral: Con este indicador se distinguen tres categorías de pobres: los pobres temporales, son aquellos que sólo experimentan un periodo de pobreza de uno o dos años de duración; los pobres temporales, aquellos que experimentan dos periodos de pobreza, independientemente de si son dos años (mínimo para que haya dos periodos) o cuatro; los pobres persistentes, por último, son aquellos que sólo experimentan un periodo de pobreza de tres o cuatro años de duración. Por último, para el análisis de la situación de cronicidad de la pobreza laboral en España y la determinación de sus principales condicionantes se llevará a cabo una regresión logística multinomial anidada en dos niveles con la que se medirá la influencia de diferentes factores en la probabilidad de padecer algún tipo de las pobrezas definidas. Por un lado, en un primer nivel, se estimará la probabilidad de ser pobre o no serlo. Por otro lado, y ya en el segundo nivel, se estimará la probabilidad de, una vez siendo pobre, padecer alguna de las pobrezas definidas en el indicador de cronicidad: temporal, recurrente o permanente. El uso de este modelo estadístico es adecuado porque“permite estimar el efecto de las características sobre la probabilidad de que un individuo esté incluido en una de las tipologías de pobreza dinámica, permitiendo que los errores de las tres alternativas de pobreza dentro de una misma rama estén correlacionados entre sí” (Cantó et al, 2012) Como variables independientes se tomarán aquellas que en estudios anteriores de pobreza laboral estática y pobreza dinámica han resultado determinantes. Por un lado, variables sociodemográficas: sexo, edad, estado civil y nivel educativo. Por otro lado, variables relativas a la situación laboral de los individuos: tipo de contrato, tipo de jornada y situación en el empleo. También se incluirán variables relacionadas con el hogar: número de adultos y dependientes en el hogar e intensidad laboral del mismo. Y, por último, para observar el impacto de los ingreso salariales y de las transferencias sociales en cada una de las pobrezas analizadas se incluyen las siguientes variables: ingresos salariales, prestaciones por desempleo, prestaciones por invalidez u otras prestaciones como % de la rente equivalente. 10 4. Relación dinámica entre la pobreza y el empleo. En este apartado se analizan diferentes indicadores de cronicidad y persistencia de la pobreza laboral con el objetivo de dar una imagen general de su situación dinámica en España durante los últimos años. A su vez, también se pretende observar el impacto del indicador utilizado en la obtención de los resultados. Por otro lado, y utilizando ya el indicador de cronicidad propuesto en este artículo, se examina la influencia de diferentes situaciones de empleo en dicha cronicidad con el fin de observar si la mayor o menor participación en el mercado laboral en el medio-largo plazo, y el tipo de participación, condicionan la situación de pobreza crónica. En primer lugar, la Tabla 1 muestra la persistencia de la pobreza laboral basada en el concepto propuesto en los indicadores de Laeken, empleado por Eurostat en sus estadísticas oficiales. Las tasas varían entre el 4,4% de los trabajadores que están en la pobreza persistente en el año 2006 hasta el 6,2% que están en la misma situación en el año 2008. Por tanto, se aprecia que la pobreza laboral se configura como una situación de relativa persistencia desde esta perspectiva. Cabe destacar también el incremento significativo de la persistencia durante los últimos años, incremento coincidente con el cambio de ciclo económico y comienzo de la crisis. En segundo lugar, se presentan el número de años en la pobreza laboral. A medida que aumenta el número de años tenidos en cuenta, la tasa de pobreza laboral disminuye. Así, un 11% de los trabajadores pasan un año de cuatro en la pobreza (de media en el periodo 2003-2008), siendo un 2,3% de los mismos los que pasan cuatro años en dicha situación. Esto indica, por un lado, la mayor importancia que pueden tener la temporalidad y recurrencia de la pobreza laboral, en comparación con la persistencia. Aunque, por otro lado, destaca la influencia del tiempo en la probabilidad de abandonar la pobreza: cuanto más tiempo se esté en dicha situación más difícil será salir de la misma (Cantó, 2002b). Estos datos también muestran que un 23,2% de los trabajadores pasan en algún momento por la pobreza, lo que supone casi el doble de lo que reflejan las tasas estáticas, dato que confirma la importancia de la perspectiva dinámica también en el análisis de la situación de los trabajadores pobres. 11 Tabla 1. Indicadores de cronicidad y persistencia de la pobreza laboral 2006, 2007 y 2008 Pobreza laboral persistente UE 0 años 1 año 2 años 3 años Años en la pobreza laboral 4 años Al menos un año en la pobreza Número de episodios 1 episodio de pobreza laboral 2 episodios Nunca pobre Temporalidad Cronicidad de la pobreza laboral Recurrencia Permanencia 2006 4,4 78,8 10,5 5,6 3,7 1,5 2007 4,8 77,5 11,0 5,8 3,0 2,7 2008 6,2 74,1 11,5 6,6 5,0 2,8 Media 21,2 22,5 25,9 23,2 17,2 4,0 78,8 13,8 4,0 3,4 18,9 3,7 77,5 14,1 3,7 4,7 22,2 3,7 74,1 16,3 3,7 5,9 19,4 3,8 76,8 14,7 3,8 4,7 5,1 76,8 11,0 6,0 3,9 2,3 Fuente: Elaboración propia a partir de los microdatos de la ECV 2004-2009 El indicador que recoge el número de episodios de pobreza laboral muestra que ésta es padecida mayoritariamente durante un único periodo (el 19,4% de los trabajadores pasan de media un periodo de pobreza, mientras que sólo el 3,8% de ellos lo hacen durante dos periodos), lo que parece indicar una menor importancia de la recurrencia dentro de la pobreza laboral3, al menos en el corto-medio plazo. Esto se confirma a través de los resultados obtenidos con el indicador de cronicidad (que tiene tanto en cuenta los años como los periodos en la pobreza laboral) ya que las tasas de recurrencia son las menores de las observadas (3,8% de media durante el periodo). Por tanto, se puede concluir que la pobreza laboral se articula como un fenómeno más móvil y temporal (con una tasa media de temporalidad del 14,7%) y con un cierto nivel de atrapamiento debido a que la tasa de persistencia presenta un valor de un 4,7% de media en el periodo estudiado. Para analizar la influencia de diferentes situaciones de empleo en la cronicidad, en las Tablas 2, 3, 4 y 5 se analizan las tasas de cronicidad según los meses que se haya estado en diferentes situaciones de empleo entre el 2003 y 2008. Observando el efecto 3 Aunque hay que tener en cuenta que la recurrencia puede estar infrarepresentada dado que sólo se estudia un periodo de cuatro años. 12 del número de meses ocupado, destaca que todas las tasas sufren un descenso a medida que aumenta el número de meses trabajados durante cuatro años. Las mayores diferencias se dan en la pobreza persistente, que muestra una tasa del 18,5% para aquellos que hayan trabajado menos de seis meses en el periodo, frente a la tasa de un 4,4% de pobres persistentes entre los que trabajan casi todo el periodo (entre 43 y 48 meses). Destacando, en este caso, que personas que hayan tenido una participación tan alta en el mercado de trabajo puedan persistir en la pobreza durante todo el periodo. La pobreza temporal ofrece tasas de entre el 20,5% y el 31,2% para todos los intervalos de meses tenidos en cuenta, a excepción de quien pasa casi todo el periodo ocupado (con una tasa del 14,2%), lo que muestra que no hay una relación clara y directa entre la pobreza temporal y la mayor o menor participación laboral en el medio plazo y que, por tanto, esta pobreza puede estar ocasionada por otro tipo de factores (fluctuaciones en los ingresos, por ejemplo). También puede indicar que la pobreza temporal es un fenómeno más habitual de lo que parece. Por tanto, la probabilidad de sufrirla estaría más igualmente repartida independientemente de una mayor o menor participación en el mercado laboral. Tabla 2. Cronicidad de la pobreza según número de meses ocupada/o entre 2003 y 2008 Número de meses ocupado Cronicidad Pobres alguna vez Nunca pobres Pobres Pobres Pobres temporales recurrentes persistentes De uno a 6 meses De 7 a 12 meses De 13 a 18 meses De 19 a 24 meses De 25 a 30 meses 48,9 51,5 44,4 47,4 41,2 51,1 48,5 55,6 52,6 58,8 20,5 27,9 25,3 31,2 27,5 9,8 9,6 8,7 7,6 5,9 18,5 13,9 10,4 8,6 7,8 De 31 a 36 meses De 37 a 42 meses De 43 a 48 meses 33,8 32,6 22,2 66,2 67,4 77,8 22,6 21,5 14,2 5,3 5,4 3,6 5,9 5,7 4,4 Fuente: Elaboración propia a partir de los microdatos de la ECV 2004-2009 La pobreza recurrente, por último, muestra dos tendencias diferenciadas: por un lado los que han trabajado menos de la mitad del periodo (menos de 24 meses) que ofrecen tasas de recurrencia de entre el 7,6 y el 9,8% y los que trabajan más de la mitad del periodo y son pobres recurrentes, que muestran un descenso paulatino por categorías 13 desde el 7,6% al 3,6%. Así, es la estabilidad en el empleo en el medio-largo plazo la que reduce la probabilidad de recurrencia (reducción mayor cuanto mayor sea la participación en el mercado de trabajo), ya que la ocupación durante un periodo inferior a dos años muestra probabilidades de recurrencia mayores y sin un patrón tan definido. Sin embargo, y dado que el concepto de ocupado que subyace del indicador de pobreza laboral propuesto por Eurostat engloba tanto a trabajadores por cuenta ajena como propia, y dado que en España el peso de los trabajadores por cuenta propia es muy alto (García e Ibáñez, 2007), cobra importancia ver el impacto del indicador de cronicidad en función de si se ha estado trabajando por cuenta propia o ajena. La Tabla 3 muestra la cronicidad de la pobreza según el número de meses que se haya estado empleado, es decir, trabajando por cuenta ajena. El número de meses empleado muestra aquí una relación directa con el indicador de cronicidad: todas las tasas (incluso la del número de empleados que han sido pobres en algún momento durante el periodo, aunque con una pauta menos clara en la pobreza temporal) disminuyen paulatinamente a medida que se están más meses trabajando por cuenta ajena. La pobreza parte de tasas altas para aquellos que pasan seis meses o menos empleados (23,2% de pobreza temporal, 9,7% recurrente y 17% persistente), para descender a las tasas más bajas de las situaciones laborales tenidas en cuenta (un 9,3% de los que han trabajado todo o casi todo el periodo son pobres temporales, siendo tan sólo de un 1,3% la tasa de recurrencia y de un 2,5% la de persistencia). Tabla 3. Cronicidad de la pobreza según número de meses trabajando por cuenta ajena entre 2003 y 2008 Número de meses Pobres trabajando por alguna vez cuenta ajena De uno a 6 meses 49,9 De 7 a 12 meses 50,8 De 13 a 18 meses 46,8 De 19 a 24 meses 44,4 De 25 a 30 meses De 31 a 36 meses De 37 a 42 meses De 43 a 48 meses 40,8 30,6 28,2 13,2 Cronicidad Nunca pobres Pobres Pobres Pobres temporales recurrentes persistentes 50,1 49,2 53,2 55,6 23,2 30,8 29,7 31,5 9,7 8,5 8,0 7,0 17,0 11,5 9,1 5,9 59,2 69,4 71,8 86,8 27,0 22,0 20,4 9,3 6,2 4,5 3,6 1,3 7,7 4,1 4,1 2,5 Fuente: Elaboración propia a partir de los microdatos de la ECV 2004-2009 14 En la Tabla 4 se encuentran los resultados para las personas que, en este caso, trabajan por cuenta propia. En este caso, ya no hay una influencia directa del número de meses que se haya sido autónomo en las distintas tasas derivadas del indicador de cronicidad. La tasa de temporalidad apenas cambia, oscilando entre un 28,9% y un 35,2% (con la excepción del 57% de pobres temporales que hay entre las personas que trabajan por cuenta propia entre 35 y 30 meses). En la recurrencia se vuelve a encontrar una ausencia de una pauta clara, ya que se obtienen tasas altas de recurrencia tanto en personas que hayan sido autónomas poco tiempo (13,6 % entre aquellos que lo fueron entre 13 y 18 meses) y las que lo fueron durante un periodo mayor (15,5% entre aquellos que trabajaron por cuenta propia entre 43 y 48 meses). Las tasas de persistencia, por último, son incluso las que menos cambios registran y, por tanto, las menos sensibles a la ocupación por cuenta propia, lo que determina el mayor riesgo que tienen estos trabajadores de sufrir esta pobreza, destacando especialmente la alta permanencia (alrededor del 15%) de aquellos que pasan todo o casi todo el periodo trabajando por cuenta propia. Tabla 4. Cronicidad de la pobreza según número de meses trabajando por cuenta propia entre 2003 y 2008 Número de meses Pobres trabajando por alguna vez cuenta propia De uno a 6 meses 51,6 De 7 a 12 meses 53,6 Cronicidad Nunca pobres Pobres Pobres Pobres temporales recurrentes persistentes 48,4 46,4 28,9 33,8 7,7 8,3 14,9 11,5 De 13 a 18 meses De 19 a 24 meses De 25 a 30 meses De 31 a 36 meses 53,0 52,7 69,2 54,0 47,0 47,3 30,8 46,0 30,6 35,2 57,0 34,2 13,6 7,9 2,8 9,9 8,8 9,6 9,4 10,0 De 37 a 42 meses De 43 a 48 meses 60,8 59,6 39,2 40,4 27,0 29,4 18,7 15,5 15,1 14,7 Fuente: Elaboración propia a partir de los microdatos de la ECV 2004-2009 Por último, la Tabla 5 muestra también la cronicidad pero, en este caso, de las personas que pasan algún mes desempleado entre 2004 y 2008. La relación es clara, cuanto más número de meses se esté en desempleo, peores son las tasas de cualquiera de las pobrezas desde la perspectiva de la cronicidad (siendo la pobreza temporal la que menos variaciones tiene). Sin embargo, el impacto es mucho mayor en la persistencia, 15 por lo que la pobreza de los desempleados tiene mayores posibilidades de configurarse como una situación de atrapamiento que la pobreza que viven las personas que tienen una mayor participación en el mercado de trabajo. También destacar que entre el 54,8% y el 75,7% de las personas que están en desempleo entre 19 y 48 meses pasan en algún momento por la pobreza, por lo que las posibilidades de pasar por dicha situación cuando se es parado de larga duración son significativamente altas. Tabla 5. Cronicidad de la pobreza según número de meses en desempleo entre 2003 y 2008 Número de meses desempleado Cronicidad Pobres alguna vez Nunca pobres Pobres Pobres Pobres temporales recurrentes persistentes De uno a 6 meses De 7 a 12 meses De 13 a 18 meses 32,8 47,9 49,2 67,2 52,1 50,8 24,9 27,1 28,0 3,8 7,3 9,2 4,1 13,5 12,0 De 19 a 24 meses De 25 a 30 meses De 31 a 36 meses De 37 a 42 meses De 43 a 48 meses 48,4 54,8 67,7 75,7 72,5 51,6 45,2 32,3 24,3 27,5 23,1 28,4 21,8 43,9 12,4 11,7 6,9 13,1 12,5 12,4 13,6 19,5 32,7 19,4 47,7 Fuente: Elaboración propia a partir de los microdatos de la ECV 2004-2009 De los resultados presentados se deriva, por un lado, que la cronicidad y la persistencia de la pobreza laboral se articulan como un fenómeno principalmente móvil y temporal, con una cierta importancia de la persistencia y de la recurrencia. Las diferencias entre los indicadores tenidos en cuenta no son significativas, y radican principalmente en las diferentes dimensiones que tienen en cuenta. De esta manera, el indicador de cronicidad propuesto en este artículo es adecuado para el estudio de la situación dinámica de los trabajadores pobres ya que es el más completo de los utilizados (porque tiene en cuenta tanto duración en número de años, como el número de episodios que se está en la pobreza) y arroja resultados que son bastante consistentes con el resto de indicadores mostrados. Por otro lado, la descripción de la cronicidad en función de la diferente participación en el mercado de trabajo que se tenga en el mediolargo plazo muestra la importancia de estar trabajando para evitar las peores situaciones de pobreza. De todas maneras, el concepto de trabajador pobre propuesto esconde dos realidades diferenciadas: los trabajadores por cuenta ajena que ven como una mayor 16 participación laboral se traduce en un menor riesgo de cualquiera de las pobrezas, mientras que para los trabajadores por cuenta propia su participación en el mercado de trabajo tiene un menor efecto a la hora de disminuir dichos riesgos. 5. Factores determinantes de la cronicidad de la pobreza laboral En este apartado se muestra el análisis de los condicionantes de las diferentes pobrezas que derivan del indicador de cronicidad propuesto. Se presentan los coeficientes obtenidos para la pobreza laboral temporal, recurrente y permanente en comparación con la situación de no pobreza (que es la categoría de referencia de la variable dependiente). Como se ha mostrado en el anterior apartado, el concepto de trabajador pobre alberga dos realidades diferenciadas para aquellas personas que son empleadas por cuenta ajena o por cuenta propia, estando estos últimos ante un riesgo mucho mayor de cronicidad de la pobreza. Por tanto, se ha optado por analizar ambas situaciones por separado ya que los posibles condicionantes de dichas situaciones son susceptibles de ser diferentes. En primer lugar, señalar que los resultados de los test de log-verosimilitud confirman la mejor adaptación del modelo multinomial anidado frente a un modelo multinomial simple: la baja significatividad muestra que los inobservables de los diferentes tipos de pobreza tenidos en cuenta están correlacionados entre sí de alguna manera, por lo que un modelo multinomial simple, que no tuviera en cuenta los dos niveles propuestos en el modelo anidado, generaría sesgos en la estimación de los coeficientes (Cantó et al, 2012). Los resultados muestran que hay ciertas diferencias en cuanto a los factores asociados a las diferentes pobrezas estudiadas, y que estos factores afectan de forma diferente a trabajadores por cuenta ajena y propia. En la Tabla 6 se presentan los resultados obtenidos para los trabajadores por cuenta ajena. Son principalmente características relativas al capital humano y al puesto de trabajo las más asociadas a la pobreza temporal, además de que la edad también parece tener un impacto significativo, estando la temporalidad, por tanto, más asociada a edades más tempranas. Así, haber cursado estudios medios o superiores disminuye la probabilidad de pobreza temporal, en comparación con aquellas personas que tan sólo poseen estudios primarios. 17 Por otro lado, las condiciones laborales también tienen una influencia en la determinación de la pobreza temporal: la temporalidad en el contrato laboral, así como trabajar a jornada completa o en la agricultura, son características asociadas a mayores probabilidades de padecer dicha pobreza. A parte de estas variables mencionadas, también cobran importancia dos referentes al ámbito del hogar: los hogares con mayor número de niños dependientes y con menor número de personas que reciben rentas salariales están ante un mayor riesgo de pobreza temporal. Los pobres recurrentes muestran unos condicionantes diferentes de su situación. La edad y el nivel educativo vuelven a tener una importancia significativa en esta pobreza, pero en este caso mayor edad y un mayor nivel educativo suponen mayores probabilidades de padecer pobreza recurrente. Teniendo en cuenta las variables laborales, tan sólo el sector de ocupación ha resultado determinante, siendo los trabajadores de la agricultura los que mayores riesgos tienen de recurrencia, y los trabajadores del sector servicio los que menores. Respecto a las variables relativas al hogar, destaca la intensidad laboral del hogar, es decir, una mayor intensidad laboral suponen una manera de evitar el riesgo de recurrencia. En este tipo de pobreza, por tanto, cobra más importancia la cantidad de recursos de la que se dispone en el hogar que la cantidad de necesidades que necesitan ser cubiertas. Por último, respecto a la importancia de los diferentes ingresos tenidos en cuenta, llama la atención que una mayor importancia del salario y de las transferencias por desempleo supongan un mayor riesgo de recurrencia de la pobreza laboral. Que el salario sea una fuente de ingreso determinante de la recurrencia puede estar indicando que son las posibles características estacionales de esos salarios las que pueden estar condicionando que estos trabajadores se articulen como pobres recurrentes. Asímismo, la importancia de transferencias sociales como las de desempleo indica que estas pueden no estar siendo suficientes para evitar la fluctuación de ingreso y el continuo movimiento a un lado y otro de la línea de pobreza. 18 Tabla 6. Factores determinantes de la probabilidad de ser trabajador (por cuenta ajena) pobre temporal, recurrente o permanente Edad Sexo (Ref. Hombre) Mujer Estado civil (Ref. Soltero/a) Casado/a Separado/a, viudo/a o divorciado/a Nivel educativo (Ref. Primario) Secundarios Terciarios Tipo de contrato (Ref. Indefinido) Temporal Tipo de jornada (Ref. Hasta 30 horas a la semana) Más de 30 horas a la semana Sector de ocupación (Ref. Agricultura) Industria Servicios Número de adultos en el hogar Número de niños en el hogar Intensidad laboral del hogar % Personas en el hogar con ingresos salariales % Personas en el hogar que reciben prestación por desempleo % Personas en el hogar que reciben prestación por inactividad % Personas en el hogar que reciben otro tipo de prestaciones N= 4202 Temporal Coeficiente -0,080*** Recurrente Coeficiente 0,337*** Permanente Coeficiente -0,063 0,283 -0,612 -2,890 0,021 1,206 -1,317 -3,967 4,583* 6,990* -0,896* -1,728*** 5,061** 7,016** -2,048 -7,550*** 0,623* 1,399 0,673 -0,978** 0,226 -2,200 1,609* 2,983** -0,275 -1,159*** 0,115 -8,559*** -17,897*** -0,791 0,919 -10,745** -2,177 -6,052** 1,983** 4,204*** -0,332 -0,023* 0,127** -0,352*** -0,011 0,092** -0,056 -0,007 0,018 -0,266*** -0,017 0,067 0,120* Test de log-verosimilitud (λ1=1) Chi2(1)= 50,06 Probabilidad > Chi2(1)=0,000 Notas: Significación p<0,001 (***), p<0,05 (**), p<0,10 (*) Fuente: Elaboración propia a partir de los microdatos de la ECV 2004-2007. Por último, la permanencia de la pobreza de trabajadores por cuenta ajena muestra una mayor importancia de todas aquellas variables relativas a la esfera del hogar. Aun así, el estado civil resulta condicionante de la permanencia ya que los trabajadores solteros tienen una menor probabilidad de sufrir dicha pobreza. Asimismo, el nivel de estudios también se articula como un factor fundamental, ya que mayores niveles de estudios se asocian con menores probabilidades de permanencia. Y respecto a las variables del hogar, los hogares más grandes son más proclives a padecer esta 19 pobreza, ya que tanto un mayor número de adultos como de niños aumenta las probabilidades de permanencia en la pobreza laboral. Por último, respecto a la importancia de los diferentes ingresos, el salario y las prestaciones por inactividad resultan significativos y de relación inversa, es decir, que más personas que reciban salarios o prestaciones por inactividad en el hogar supondrán menores probabilidades de permanencia, habiendo la relación contraria cuando se tienen en cuenta otro tipo de prestaciones. En la Tabla 7 se presentan los resultados obtenidos para los trabajadores por cuenta propia. Definiendo en primer lugar los condicionantes de la temporalidad en la pobreza de estos trabajadores se observa que son principalmente variables relativas al hogar las que resultan factores significativos: aquellos hogares con menor número de adultos, más miembros que reciben prestaciones por desempleo, por inactividad o rentas salariales tienen más probabilidades de ser pobres temporales. También resaltar la importancia del sector de ocupación ya que, en este caso, los trabajadores por cuenta propia de la industria tienen están ante un mayor riesgo de este tipo de pobreza. Cuando se observa la pobreza recurrente cobran importancia otras variables como la edad, el sexo y el estado civil. De esta manera, los trabajadores con mayores edades, hombres y casados tienen más probabilidades de padecer este tipo de pobreza. También resultan importantes algunas variables relativas al hogar, ya que aquellos hogares con mayor intensidad laboral, que tengan menor número de personas que reciban rentas salariales y que tengan menor número de niños en el hogar tendrán mayor riesgo de pobreza recurrente. Aunque el factor que más determina es el sector de ocupación, de manera que los trabajadores por cuenta ajena en la agricultura o los servicios también tienen mayor riesgo de pobreza laboral recurrente. Por último, la pobreza permanente vuelve a estar mayoritariamente determinada por variables referidas al hogar, como es la menor intensidad laboral, la menor recepción de prestaciones por inactividad o desempleo o la menor proporción de personas que reciben rentas salariales. El número de adultos y niños también resultan determinantes, volviendo a resaltar la importancia que tiene la dimensión de las necesidades en la determinación de esta pobreza (independientemente de que estemos hablando de trabajadores por cuenta propia o ajena). Sin embargo, también cobran importancia otras variables individuales como el estado civil, de manera que estar 20 soltero aumenta la probabilidad de permanencia en la pobreza laboral, así como también el hecho de ser mujer o no tener empleados a cargo. . Tabla 7. Factores determinantes de la probabilidad de ser trabajador (por cuenta propia) pobre temporal, recurrente o permanente Edad Sexo (Ref. Hombre) Mujer Estado civil (Ref. Soltero/a) Casado/a Separado/a, viudo/a o divorciado/a Nivel educativo (Ref. Primario) Secundarios 1ª Etapa Terciarios Situación en el empleo (Ref. Autónomo con empleados) Autónomos sin empleados Tipo de jornada (Ref. Hasta 30 horas a la semana) Más de 30 horas a la semana Sector de ocupación (Ref. Agricultura) Industria Servicios Número de adultos en el hogar Número de niños en el hogar Intensidad laboral del hogar % Personas en el hogar con ingresos salariales % Personas en el hogar que reciben prestación por desempleo % Personas en el hogar que reciben prestación por inactividad % Personas en el hogar que reciben otro tipo de prestaciones N= 774 Temporal Coeficiente 0,150 Recurrente Coeficiente -0,390** Permanente Coeficiente 0,059 -1,053 -6,733* 10,110** 0,977 -1,308 14,082** 1,766 -21,028** -1,484 -1,371 2,399 -1,261 -5,110 4,144 -4,310 -3,462 -0,433 8,064** 18,728 -16,838 -10,932 8,596* 1,450 -3,397** 1,088 1,556 -21,012** -6,302 2,117 -9,884** 19,749* 2,821 2,493 4,804** 7,655** -36,290*** 0,152** -0,224** -0,234** 0,417** -0,108 -0,910** 0,214* 0,068 -0,790*** -0,014 0,177 -0,171 Test de log-verosimilitud (λ1=1) Chi2(1)= 12,75 Probabilidad > Chi2(1)=0,000 Notas: Significación p<0,001 (***), p<0,05 (**), p<0,10 (*) Fuente: Elaboración propia a partir de los microdatos de la ECV 2004-2007. De los resultados presentados se puede deducir, en primer lugar, que las diferencias entre las características que afectan a la cronicidad de la pobreza de los trabajadores por cuenta propia y ajena son diferentes. En el caso de la cronicidad de la 21 pobreza de los trabajadores por cuenta ajena se observa que la temporalidad está mayoritariamente determinada por características individuales y también por las condiciones de trabajo; la recurrencia está más asociada a aquellas variables que se refieren a la cantidad de recursos que hay en el hogar, de manera que aumentar los recursos (o proveedores de recursos) se presenta como una manera de evitar este tipo de pobreza; la permanencia, sin embargo, está determinada principalmente por las variables referidas a la dimensión del hogar, cobrando importancia comparativa la presencia de niños dependientes y por tanto, estando esta pobreza más determinada por la cantidad de necesidades que es necesario cubrir. En la pobreza por cuenta ajena las diferencias entre pobrezas no están tan claras, habiendo una influencia mucho mayor en todas ellas de la esfera del hogar, siendo esta influencia mucho mayor en la pobreza permanente. 6. Conclusiones En este trabajo se ha realizado un análisis y descripción de la cronicidad de la pobreza laboral en España. En primer lugar, se ha presentado el patrón de pobreza laboral crónica y persistente que hay en España en los últimos años a través de diferentes indicadores, así como el impacto de las diferentes situaciones respecto a la actividad en el padecimiento de las diferentes pobrezas que se han tenido en cuenta en función de su duración. A su vez, se han caracterizado esos diferentes tipos de pobreza con el fin de establecer qué factores son los que principalmente avocan a un tipo u otro de pobreza. Se ha mostrado la importancia de la perspectiva dinámica en el análisis de la pobreza y se ha constatado que más personas pasan por la pobreza laboral que lo que reflejan las tasas estáticas. A su vez, el uso de diferentes indicadores ha permitido observar que la pobreza laboral en España se articula como un fenómeno principalmente temporal, con cierta importancia de la permanencia y, por tanto, escasamente recurrente. El uso de diferentes indicadores no muestra diferencias significativas y justifica el uso del indicador propuesto, por su capacidad de reflejar diferentes dimensiones que otros indicadores miden de manera única. El análisis de la relación entre la cronicidad y la participación laboral de los individuos en el corto medio plazo ha permitido ver la importancia de la situación de 22 actividad para la cronicidad de la pobreza laboral. Estar trabajando se presenta como una mejor situación frente a la pobreza laboral que estar en desempleo, que se articula como un factor condicionante de las probabilidades de pasar en algún momento por la pobreza laboral y de que esta situación se convierta en permanente. Sin embargo, el concepto de trabajador pobre propuesto alberga dos realidades diferenciadas en el caso español: los trabajadores por cuenta propia tienen un riesgo mucho mayor de cualquiera de las situaciones de pobreza tenidas en cuenta. Por lo que la cronicidad de la pobreza laboral está condicionada en gran medida por la situación de empleo. Por último, la implementación de un modelo logístico multinomial anidado en dos niveles ha llevado a la conclusión de que los factores relativos a la participación en el mercado de trabajo y a la composición del hogar son también determinantes de la cronicidad de la pobreza laboral. Sin embargo, la influencia de estos factores es diferente en función del tipo de pobreza al que se haga referencia (lo que justifica la realización de un análisis como el que se propone): los factores relativos al hogar son más importantes para los trabajadores por cuenta propia, para los que parece que resulta fundamental la recepción de otros ingresos en el hogar; los trabajadores por cuenta ajena, sin embargo, tienen un perfil de cada tipo de pobreza más diferenciado estando la pobreza temporal más asociada a variables individuales y del hogar, la recurrente a hogares con menores recursos y la permanencia a hogares con mayores necesidades. 7. Bibliografía Airio, I. (2008): Change of a norm? In-work poverty in a comparative perspective, Helsinki: The Social Insurance Institution of Finlad, Research Department. Arranz, J. M. y Cantó, O. (2008): “Measuring the effect of spell recurrence on poverty dynamics”, Papeles de Trabajo del Instituto de estudios Fiscales, PT 05/08. 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