ESTRATEGIAS DE CRIANZA EN FAMILIAS MONOMARENTALES Ziortza Molinuevo García Tercero de Sociología.

Anuncio
ESTRATEGIAS DE CRIANZA EN FAMILIAS MONOMARENTALES
Ziortza Molinuevo García
[email protected]
Tercero de Sociología.
Universidad del País Vasco
RESUMEN
La familia es entendida como un sistema social, dinámico, que evoluciona con el
transcurso del tiempo, adaptándose a las demandas y cambios provenientes del entorno.
Es un hecho que la conciliación del trabajo con la vida familiar y personal de las
familias es difícil, pero más complicada es en familias monomarentales, ya que sobre la
mujer recae toda la responsabilidad de los cuidados. Para afrontar las diversas
situaciones de la vida diaria, se ven en la necesidad de recurrir a unas estrategias donde
los apoyos familiares se convierten en una parte importante de sus vidas, sin
embargo, no todas cuentan con los mismos recursos.
A diferencia de las mujeres españolas, los soportes de los que disponen las
madres extranjeras son más escasos, con lo cual, tanto ellas como sus criaturas se
quedan en una situación de mayor vulnerabilidad.
El propósito de ésta investigación es detectar y describir las estrategias a las que
recurren las mujeres cabeza de familia para afrontar las dificultades que se les presentan
durante la crianza de sus menores y por lo tanto la manera como organizan sus vidas a
partir de todas las limitaciones que se les puedan presentar.
Este ejercicio está fundamentado en reflexiones de familias monomarentales de
origen nacional y extranjero con hijos/as menores de 18 años, con el objetivo de
comunicar y descubrir las dificultades que se les han presentado a la hora de sustentar la
familia, así como lo que ha significado para ellas el tránsito de esa etapa. Es este
apartado donde se pretende culminar el estudio, haciendo una diferencia de las
estrategias diseñadas por madres nacionales y extranjeras en el cuidado de los hijos/as.
1
Para ello, se analiza con qué tipo de apoyo social cuentan, teniendo en cuenta las
características (tamaño y composición) de las redes sociales, si están formadas por
fuentes de respaldo familiar o no, o ambas, o si están configuradas por profesionales de
los Servicios Sociales. Se quiere dar a la luz como las redes familiares y sociales son de
vital importancia, ya que las mujeres se sitúan en un contexto de vulnerabilidad, es por
ello que se pretende comprender como logran afrontar las dificultades que se les
presentan. Las desigualdades sociales, la feminización de la pobreza son factores que
inciden en la capacidad de respuesta de estas mujeres.
Palabras clave: monomarental, redes de apoyos, estrategias, crianza.
AGRADECIMIENTOS
Gracias al profesor Imanol Zubero por su gran ayuda, colaboración y soporte en este
trabajo de investigación. Y a la Federación Española de Sociología por haber tomado en
consideración mi trabajo para su presentación en el congreso.
1. PLANTEAMIENTO GENERAL DE LA INVESTIGACIÓN
1.1 FEMINIZACIÓN DE LAS FAMILIAS MONOPARENTALES
A lo largo de este trabajo, se va a ir desarrollando el tema de la conciliación laboral,
personal y familiar, de las familias monomarentales. Para ello, en primer lugar, se
define el concepto familia monoparental, que según Fernández y Tobío (1998), la
definen como “las que, no viviendo en pareja, cualquiera que sea su estado civil, es
decir, incluyendo a las parejas de hecho, conviven con al menos un hijo menor de 18
años”.
Como vemos, este trabajo de investigación se centra en un tipo de forma
familiar. Se trata de las familias monomarentales. Según datos estadísticos y referencias
bibliográficas, como por ejemplo según el INE (2013) el 82,7% de los hogares
monoparentales está formado por mujeres con hijos y/o hijas a cargo. Como vemos, esta
forma familiar está más presente en nuestra sociedad, que como mantiene Iglesias de
Ussel (1994), esta tendencia se mantendrá constante durante los próximos años.
2
Este tipo de familias debido a su estructura tienen graves dificultades en el
ámbito de conciliación de la vida familiar, laboral y personal, entre otros. Ya que una
persona debe hacerse cargo de la totalidad del cuidado de los hijos/as, de trabajar para
asegurar la supervivencia de la familia y de las tareas domésticas.
Hay determinados factores que influyen en la creación de este tipo de familias
monoparentales femeninas, destacar el factor sociodemográfico, donde la propia
capacidad biológica determina e influye la vida familiar y personal, por otro lado, nos
encontramos con el factor sociocultural, donde la tradición ha contribuido a que son las
mujeres quienes deben estar al cuidado de los hijos/as. En base a esto, se ha generado
todo un constructo social, cultural e ideológico en el que se aprecia la división de los
roles de género y familiares. Atendiendo a factores institucionales, se aprecia en el
marco legal que a quien le concierne la custodia y guarda de los menores es a la madre,
(según la lógica tradicional se encuentra mejor preparada para su cuidado). Y por último
el factor económico y laboral, en términos económicos la mujer adquiere, según la
normativa legal vigente, una manutención económica, y en lo que respecta al aspecto
laboral, se identifica a los hombres con trabajos que presentan la obligación de dejar el
hogar familiar por determinado tiempo, según el tipo de profesión.
Tras este breve análisis de la situación, se puede afirmar que la feminización de
la monoparentalidad no es casual, ya que existen diversos factores que han provocado la
presencia de estructuras monomarentales.
Por otro lado, se debe de tener en cuenta la inserción de la mujer en el mercado
laboral, gracias a la ruptura conceptual de la noción de trabajo, entendida como división
sexual del trabajo1, donde este concepto se refiere al reparto de actividades según sexo,
que subestima las tareas de reproducción y cuidado. Dicha diferenciación, ha provocado
grandes desigualdades sociales, ensalzando las actividades productivas masculinas, que
a día de hoy siguen siendo un rasgo constante de la cultura debido al peso del
capitalismo
y
el
patriarcado,
que
configuran
y organizan
las
estructuras
socioeconómicas, políticas y culturales. Pero, gracias a las aportaciones y al
reconocimiento de los movimientos sociales feministas y a autoras como Benería (1981)
quien analizó la incidencia que tiene la función productora en la actividad laboral
1
Díaz Martínez, C. y Dema Moreno, S., (2013). "Sociología y género."
3
femenina; y junto a otras perspectivas teóricas, el concepto de trabajo ha sido
reconceptualizado.
Yendo más allá de la presencia de la mujer en el mercado laboral, se tiene en
cuenta las características que presenta el trabajo femenino. Según datos recogidos del
Eustat, Instituto de la Mujer, afirmamos que la calidad del trabajo es inferior o menor
que la masculina. Los datos que lo indican son la temporalidad, el tiempo parcial,
segregación ocupacional y los salarios.
A pesar de este tipo de desigualdades, nos encontramos con el reparto desigual
según roles y género en los hogares, que con el desarrollo de políticas familiares se ha
ayudado a la compatibilización de la familia y el trabajo. Estableciéndose una guía de
ayudas sociales2. La cuestión de todo ello radica en las dificultades que se les presentan
a aquellas familias monomarentales, donde el trabajo se convierte en necesidad para
mantener la familia; pero que a su vez tienen hijos/as menores a su cargo. Esta situación
hace desfavorables la constitución de la familia.
1.2
CONTEXTUALIZACIÓN
DE
LA
REALIDAD
DE
LAS
FAMILIAS
MONOMARENTALES
A través de la aproximación que se ha realizado al fenómeno de la monoparentalidad
femenina, nos encontramos ante una realidad emergente, que está suscitando interés
entre académicos y profesionales. Se constituye como objeto de interés y preocupación,
ya que por un lado los datos estadísticos evidencian el aumento de este tipo de familias
debido al incremento de divorcios, separaciones o por el fallecimiento del varón en una
familia tradicional. Por otro lado, es un colectivo empobrecido económicamente debido
a que presentan mayores dificultades de obtener un trabajo y un salario suficiente. Por
esta serie de motivos este colectivo de mujeres presenta un débil nivel de integración, lo
que les sitúa en una situación de riesgo, precariedad o dependencia.
Según datos de la “Encuesta de pobreza y desigualdades sociales” (EPDS, 2012)
la mayor parte de las personas afectadas por la pobreza se concentran en familias
monoparentales encabezadas por mujeres (es decir, familias monomarentales) sin
ocupación estable. Por lo que señalar que la existencia de esta nueva pobreza es
2
Guía de ayudas sociales para las familias, 2013, pág. 11-39
4
sobrevenida. Además, en esta estructura familiar la mujer es el pilar fundamental del
sistema familiar.
Estas mujeres, además de hacer frente a las circunstancias económicas tienen la
responsabilidad de la educación y cuidado de sus hijos, lo que les dificulta más su
situación. Es decir, es una estructura familiar donde no es posible la división sexual del
trabajo en la que se asentó el Estado de Bienestar que surgió después de la Segunda
Guerra Mundial, donde el hombre conseguiría un salario para mantener a su familia,
mientras la mujer se encargaba de las tareas del hogar y del cuidado de la familia. En las
familias monoparentales, tan solo una persona hace frente a todas estas tareas, lo cual
puede dar lugar a múltiples dificultades (Madruga, 2006). Esto imposibilita a que
tengan bienestar y calidad de vida, debido también a la falta de ayudas que aportan las
políticas en materia de conciliación, además de las carencias que presentan.
Ante las dificultades ya presentadas, decir que, con la llegada de la crisis
económica en el 2008, en España se han originado importantes cambios estructurales en
la institución familiar, siendo la crisis el detonador de deficiencias preexistentes.
Estos cambios, se traducen, en cambios sociales importantes en relación al
ámbito laboral, como los modelos de organización del trabajo, la escasa cobertura de los
servicios que permiten el cuidado, la atención de las personas dependientes etc., que
dificultan tanto a hombres y mujeres, pero especialmente a las mujeres por considerarse
socialmente que es su responsabilidad.3
Conciliar la vida laboral y familiar supone poder hacer frente, de manera
equilibrada, al adecuado cuidado de los hijos, a las tareas domésticas y a las
obligaciones laborales. Articular todos estos aspectos de manera eficaz es para muchas
familias monoparentales una misión imposible. Es por ello, que con lo sobrevenido se
ha dificultado las condiciones de aquellos hogares compuestos por familias
monomarentales; compuestas por una única persona, en este caso mujer, como
responsable del núcleo familiar.
3
Ministerio de Sanidad, Servicios sociales, e Igualdad:
http://www.msssi.gob.es/ssi/igualdadOportunidades/iEmpleo/corresponsabilidad.htm
5
Debido a las dificultades que presentan, resulta de interés analizar a este
colectivo junto a las políticas de conciliación entre la vida laboral y la familiar en
España.
1.3 CONCILIACIÓN DE LA VIDA FAMILIAR, PERSONAL Y LABORAL
Antes de decir de donde surgen las políticas de conciliación, se define brevemente que
son. Según, el Ministerio de Igualdad (2010) lo define como “una estrategia que facilita
la consecución de la igualdad efectiva de mujeres y hombres. Se dirige a conseguir una
nueva organización del sistema social y económico donde mujeres y hombres puedan
hacer compatibles las diferentes facetas de su vida: el empleo, la familia, el ocio y el
tiempo personal” y así promover la igualdad de género. Por lo tanto, con ello se intenta
construir una sociedad donde las personas tengan una mejor calidad de vida, y hombres
y mujeres cuenten con las mismas oportunidades.
Por otro lado, según El Instituto de la Mujer (2011) “la conciliación tiende a
recaer en el ámbito de las libertades individuales, como un derecho a decidir sobre el
uso del propio tiempo, dentro de los límites que las obligaciones laborales y el ámbito
familiar imponen. […] El adecuado equilibrio entre los distintos ámbitos de la vida
privada y profesional pasa por una mayor implicación y corresponsabilidad de todos los
agentes sociales involucrados, incluyendo, además de las familias y sus miembros, al
sector privado y las Administraciones Públicas”. Es decir, se trata de que haya un
equilibrio entre la esfera profesional (jornada laboral, horas extraordinarias, viajes de
trabajo, formación en el empleo, y desplazamiento al centro de trabajo) y la esfera
personal, (Familia: cuidado y educación de los hijos e hijas, cuidado de dependientes,
tareas del hogar, cuidados personales, economía/gestión doméstica, entre otros4).
La importancia de reconocer políticas de conciliación, surgió con la creación del
Segundo Plan de Oportunidades 1993-5 (PIOM 1993-5), el cual reconoció la
importancia de la conciliación entre la vida laboral y la familiar y el impacto de la doble
carga, que fue con la consolidación de la institucionalización de las políticas de igualdad
de género en la década de los años 90, en torno a los principios de igualdad de
oportunidades y no discriminación laboral de la mujer.
4
Instituto de la Mujer (2011)
6
En el caso de España, nos encontramos con dos leyes para la conciliación entre
la vida familiar y la laboral, la primera la Ley 39/1999, la cual establece los derechos a
permisos, excedencia y reducción de la jornada laboral en caso de maternidad,
paternidad, adopciones y cuidados de familiares, que pueden sufrir modificaciones
según los convenios de las personas trabajadoras. Esta ley establece una serie de
medidas para garantizar la conciliación de la vida familiar, laboral y personal de los
trabajadores y trabajadoras, y la Ley Orgánica 3/2007 de 22 de marzo, que reconoce el
derecho a la conciliación de la vida familiar, laboral y personal y además expresa que
debe darse de forma igualitaria entre mujeres y hombres.
Tienen como objetivos:
-
Adoptar medidas que garanticen la conciliación de la vida laboral con la vida
familiar, y también con la vida personal.
-
Fomentar
la
corresponsabilidad
entre
hombres
y
mujeres
en
las
responsabilidades familiares y domésticas.
Sin embargo, atendiendo a cifras del EUROSTAT (Seepros), España es el país de la
Unión Europea que tiene el gasto social más bajo en protección a la familia (0,5%)
frente a un 2,1% del promedio europeo. Es decir, se tiene el gasto por habitante en
protección a la familia más bajo de la UE5. Además, los servicios, aportaciones y
provisiones por parte del Estado son mínimas. Estas insuficiencias tienen un elevado
coste social, en primer lugar, España tiene una de las tasas de fecundidad más baja, y
ello repercute en la formación de familias, y la ausencia de servicios genera la dificultad
de compaginar las tareas familiares con su vida profesional. En este sentido se puede
decir que el estado de Bienestar en el estado español sigue basando su lógica del varón
sustentador de la familia, de este modo se está desatendiendo a las necesidades de las
nuevas formas familiares.
Con todo esto, decir que no se ha prestado atención vinculada a la
monomarentalidad. A pesar de esto, se han iniciado campañas para reconocer sus
derechos sociales en algunas Comunidades Autónomas. Por ejemplo algunas
Asociaciones de Familias Monoparentales como AFAMOCAN, ASMS, MSPE, Ácana, El
5
La protección social en España y su desconvergencia con la Unión Europea: Vicenç Navarro y
Águeda Quiroga.
7
Comienzo, Asociación de Familias Monoparentales de Vizcaya, buscan una legitimidad
y reconocimiento a un problema que existe en la sociedad española y que cada vez
afecta a un mayor número de adultos y menores, es por ello que denuncian que España
carece de políticas específicas de apoyo a estas familias en el ámbito económico, la
vivienda, la compatibilidad del trabajo con el cuidado de los hijos entre otros, y por ello
reclaman la aprobación de propuestas de actuación, que traten de responder a las
necesidades específicas de este tipo de familias.
Con lo recogido anteriormente, se reclama que hay un apoyo insuficiente para la
conciliación de la vida laboral y familiar, lo que desalienta a que las mujeres participen
en el mercado laboral y a la maternidad. Donde las barreras que tienen las mujeres para
acceder y mantener un puesto de trabajo, se relaciona con las dificultades para
compatibilizar la vida laboral, familiar y personal.
Esto lleva a cuestionar la noción de “conciliación de la vida familiar, personal y
laboral”, donde la falta de corresponsabilidad y las dificultades, contribuyen a mantener
la discriminación laboral y salarial de las mujeres, que constituye una barrera para su
desarrollo profesional.
Uniendo todo esto con datos estadísticos extraídos del Instituto de la Mujer, las
consecuencias de la ausencia de conciliación recaen en que cada año 380.000 mujeres
abandonan el mercado de trabajo frente a 14.000 hombres y el 74,34% de los contratos
son de jornada parcial, con la creencia de que se posibilita a la mujer a que tenga tiempo
criar y educar a sus hijos/as. Este hace que la tasa de actividad de las mujeres decrezca
frente a la de los hombres o hace que las mujeres no busquen un empleo.
El claro ejemplo de la incompatibilidad de las jornadas laborales, escolares y
familiares: es que el 33% de las mujeres se incorpora al puesto de trabajo antes de que
abra el colegio y el 59% termina su jornada después de que los centros educativos
cierren sus puertas. Además de tener un impacto sobre la natalidad, donde el 58% de las
mujeres que residen en España asegura que tener hijos/as representa un obstáculo para
la vida profesional.
Como hemos podido ver, las mujeres sufren todas las dimensiones de la
precariedad en mayor medida que los hombres: más desempleo, más temporalidad,
8
contratos parciales involuntarios, problemas de promoción y peores salarios. Todo esto
hace que la conciliación siga siendo una cuestión de mujeres.
Resulta interesante ver que en el ámbito de las familias monoparentales se
aprecia un menor ejercicio de los derechos de conciliación.
Mientras tanto, las mujeres que se encuentran en esta situación están en un
constante juego de sostener tanto su propio equilibrio como el de su familia; intentando
tener cubiertas todas sus necesidades económicas, sociales y afectivas, aun cuando no
tengan al alcance los recursos necesarios y sin que las políticas del Estado de Bienestar
les tengan en cuenta como población de riesgo, y así ayudarlas a tener una red de
protección para aminorar los efectos de su situación.
De todas formas, cabe reseñar que esto no es, solamente, un problema de las
familias monomarentales, ni siquiera de las monoparentales en general. Sin embargo, si
podemos decir que el problema aumenta significativamente en cuanto la cabeza de
familia es la mujer, ya que esta carece de pareja para poder dividir las tareas domésticas,
solo tiene una única fuente de ingresos para la economía de toda la casa (su sueldo) y
tampoco tienen el tiempo necesario para cuidar y estar con su hijo, así como para
realizar actividades sociales. Por lo tanto, cuando hablamos de empleo en esta clase de
familias no solo estamos hablando de una cuestión prioritaria, sino que también estamos
ante un hecho que plantea retos específicos a la mujer monomarental.
Es por ello que estas tensiones de consolidación son uno de los principales
impedimentos de la experiencia de maternidad para este tipo de familias y para estas
mujeres, dado a que la dinamización del trabajo maternal y laboral al mismo tiempo es
más difícil cuando se está sola, sin nadie que pueda ayudar.
1.4 DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN
1.4.1
Objetivos
El propósito del presente trabajo es aproximarse a identificar el impacto y las estrategias
que han desarrollado estas mujeres para afrontar las diversas situaciones de la vida
diaria. Por ello se plantean una serie de objetivos, los cuales aportarán información
relevante para entender la realidad de estas mujeres.
Por ello, el motivo de analizar este tipo de familia se centra en identificar las
similitudes y diferencias que presentan dos familias monomarentales de la CAPV,
siendo una de ellas autóctona y otra inmigrante.
9
-
Estudiar cómo estas familias organizan el trabajo doméstico y cómo gestionan el
cuidado de los hijos/as.
-
Conocer que estrategias emplean para conciliar la vida familiar y laboral.
-
Identificar las relaciones sociales y familiares, ahondando en el apoyo que
reciben.
1.4.2
Propuesta metodológica
Como hemos visto, la monoparentalidad es una realidad compleja. Como indica Mora
(2001) es preciso hacer investigaciones específicas de cada tipo de familia
monoparental.
Es por eso, que se plantea conocer la percepción subjetiva de las mujeres al
frente del hogar, haciendo hincapié en sus condiciones socioeconómicas y laborales, así
como en las estrategias que han desarrollado para compatibilizar su vida familiar,
laboral y personal. De acuerdo a los objetivos de la investigación, se ha diseñado una
investigación de tipo cualitativo. Se opta por diseñar este tipo de análisis, debido a la
falta de información que existe sobre este fenómeno y su complejidad, además se ha
delimitado nuestro objeto de estudio a dos mujeres residentes en la CAPV.
El diseño en el que se encuadra este estudio, está fundamentado en dos
testimonios de mujeres que encabezan sus hogares en solitario. Es decir, dos familias
monomarentales, una de origen nacional y otra extranjera, que viva con al menos un
hijo/a menor de 18 años. Así, con el objetivo de detectar y describir las estrategias que
han diseñado y han recurrido estas mujeres cabeza de familia, para posteriormente hacer
una diferenciación de las distintas estrategias elaboradas, con la finalidad de poder
comunicar las dificultades que se les presentan durante la crianza de sus menores y
como lo gestionan. Para ello se han localizado a estas mujeres a través de distintos
contactos personales y de amistades. Teniendo en cuenta variables como la edad de las
mujeres, su situación laboral y económica, para que no presenten sesgos. Esta técnica
cualitativa va a proporcionar las claves necesarias para conocer los aspectos
relacionados con el funcionamiento del núcleo familiar.
Para ello se procede a realizar una entrevista semiestructurada, para acceder a
conocer las circunstancias y vivencias particulares.
10
En relación a la organización del núcleo familiar. La cuestión general que se
plantea es ¿Cómo concilian la vida laboral y familiar estas madres? A partir de ahí se
dan una serie de pregunta específicas, las cuales se llevan a cabo en cada una de las
entrevistas.
-
¿Cómo habéis tenido que adaptar el rol como trabajadoras ante estas nuevas
circunstancias familiares? ¿Ha habido algún cambio en vuestra vida laboral?
¿Este cambio ha influenciado en vuestro cargo o ámbito profesional?
-
¿Habéis tenido la obligación de adaptar el trabajo para responder a las
necesidades básicas?
Estas cuestiones son básicas, ya que la edad de los hijos/as influye para conocer
qué tipo de estrategias han utilizado para hacer frente a esta nueva situación
familiar. Y desde esta premisa, se parte a conocer con qué tipo de apoyo social
cuentan, si están formadas por fuentes de respaldo familiar o no, o ambas, o si están
configuradas por profesionales de los Servicios Sociales.
Para ello se elaboran dichas cuestiones, para conocer además como estas madres
gestionan su vida diaria.
-
¿Cómo organiza el cuidado de los menores en época de vacaciones escolares?
-
¿Qué haces con tus hijos/as cuando te encuentras fuera del hogar?
-
¿Quién se encarga de llevar al niño/a al colegio o cómo se organiza para
recogerlo a su salida? (siempre que la jornada laboral coincida con el horario)
-
¿Con qué tipo de ayudas cuentan? (familiares, vecinos, amigos, cuidadores)
-
¿Qué grado de implicación mantienen?
-
¿Cómo se organiza para llevar a sus hijos al médico, acudir a reuniones
escolares?
-
A la hora de la realización de las tareas domésticas ¿quién se encarga de
realizarlas?
-
¿Si no cuenta con ayuda como gestiona la problemática de no poder cuidarlo?
¿Lo matricula en algún tipo de actividad (extraescolar)?
11
-
¿Recibe apoyo por parte de las administraciones públicas y grupos sociales?
Profundizar en estos aspectos va a ayudar a identificar como es la dinámica interna
de estas familias monomarentales y cómo afrontan su día a día. De esta manera, se
identificará las posibles similitudes o diferencias con respecto a las maneras de crianza
y cómo organizan sus vidas a partir de todas las limitaciones que se les puedan presentar
según la procedencia de la mujer.
Gracias a este análisis, se quiere dar a la luz como las redes familiares y sociales son
de vital importancia, ya que las mujeres se sitúan en un contexto de vulnerabilidad.
2. ESTRATEGIAS EN LOS NÚCLEOS FAMILIARES
2.1 CONCEPTO DE ESTRATEGIA
El término estrategia es objeto de debate6, ya que se emplea de diversas maneras según
el campo de investigación. En esta investigación, utilizaremos el concepto de estrategia
familiar como instrumento teórico para el análisis de las prácticas sociales de las madres
en su vida cotidiana familiar y laboral. El uso de este término es debido al cambio
estructural y social que se dan en las familias, donde los individuos se enfrentan a
nuevos problemas y que actúan y se comportan de forma diferente debido al nuevo
contexto, el cual plantea buscar nuevas soluciones. De esta manera, se innova a
responder a situaciones. Louise Tilly y Joan Scott7 definen estrategia en función de
cómo la gente toma decisiones frente a nuevas circunstancias, de esta manera, el
termino estrategia queda definido como aquellas prácticas elaboradas por las madres
encaminadas a lograr un cambio en su posición familiar, en el mercado laboral y en la
sociedad, para responder a nuevos problemas y buscar soluciones para garantizar una
óptima reproducción de los hijos/as.
A continuación, dada ya una definición de estrategia familiar, se plantea la
investigación en torno a dos aspectos fundamentales, en las que las mujeres han tenido
que responder a los problemas de compatibilización mediante el uso de estrategias. Por
lo tanto, daremos a conocer los datos personales de las familias, y mediante los
6
G. Crow (1989) The use of the concept Strategy in Recent Sociological Literature.
J. Morgan (1989) Strategies and Sociologists. A comment on Crow.
7
L.A. Tilly y J. W. Scott. (1989)
12
testimonios acercarnos a la vida familiar. Una vez analizadas las entrevistas, se procede
a concluir y a diferenciar las distintas estrategias utilizadas por las madres.
2.2 Situación actual de las familias.
Entrevistada 1: Mujer de nacionalidad española de 35 años, vive en Santutxu
(Bilbao), es madre soltera, tiene una hija de 14 años-adoptada-. Adoptó a la menor en
cuanto obtuvo un puesto fijo. La menor tenía 10 años en ese momento. Tiene estudios
superiores, más concretamente es diplomada en Pedagogía. La entrevista se llevó a cabo
en una cafetería del Casco Viejo, antes de que esta entrara a trabajar a las 10:00 de la
mañana.
Entrevistada 2: Mujer de nacionalidad extranjera de 34 años, divorciada, de
procedencia sudamericana. Vinieron a España hace un año. Vive en Atxuri (Bilbao).
Tiene dos hijos uno de 10 y otro de 8 años. No presenta estudios cualificados. La
entrevista fue efectuada en el domicilio de la mujer mientras preparaba la cena para sus
hijos a las 21:00.
Con esta composición familiar diversa, se verán similitudes y diferentes estrategias
de crianza para compatibilizar la vida laboral, personal y familiar, y se nos da a conocer
las redes de apoyo que tienen.
2.2.1. Ámbito laboral y económico
a. Entrevistada 1
La primera entrevistada consta de un trabajo remunerado y fijo con un salario de
1.300€ al mes. Trabaja de educadora social en un centro de menores cuya jornada
laboral completa es de 8 horas, de lunes a domingo, librando un fin de semana al mes.
En cuanto al periodo vacacional, la entrevistada tiene un mes de vacaciones el cual, ella
dispone el derecho de elegirlo y lo elige en el periodo navideño, así como otros días
festivos que pueda tener la menor en el colegio (carnavales, verano, semana santa…).
Por otra parte, también puede -en la medida de lo posible- cambiar un turno con sus
compañeros de trabajo (para así librar la tarde o la mañana). Este último recurso lo
emplea para salidas médicas, eventos importantes (cumpleaños, actuaciones de la
menor…) o cuando su red social no puede hacerse cargo de ésta.
13
A la hora de hablar sobre si su entrada económica es suficiente para la manutención
del hogar y de la menor y si se tienen que privar de algún recurso esta confiesa que “la
tengo que decir que no puedo apuntarla a alguna activad extraescolar, o que este mes
hay que tener ahorrar, entonces cogemos una hucha y vamos metiendo lo que tengamos,
lo que nos sobra de la compra o así, en vez de gastarlo en algún capricho…”. Sin
embargo, a la hora de preguntarla sobre cómo define su nivel de recursos ella lo califica
como “medio, no me quejo de lo que tengo. Tengo que estar agradecida por tener el
empleo que tengo y mis amistades que me suelen ayudar dándome ropa para mi hija”.
En cuanto a los ahorros, la mujer siempre ahorra ya que no sabe lo que le va a pasar en
un futuro. Tampoco presenta ayudas sociales, ni ha pedido un préstamo bancario a pesar
de que cuando empezó la crisis financiera en 2008, sí que notó que tenía que gastar
menos.
Por otro lado, la mujer se queja de que no tiene mucho contacto social con las
personas de su entorno laboral: “Siempre que me dicen para salir a tomar algo o ir a una
comida nunca puedo ir porque tengo que cuidar a mi hija”. De todas formas, dentro de
las horas laborales los compañeros y el jefe conocen la situación en la que se encuentra
y le ayudan: “me suelen dejar salir más pronto para poder ir a recoger a la niña al
colegio o para llevarla a algún lado”.
b. Entrevistada 2
La segunda mujer trabaja en una residencia, como limpiadora del centro. Su jornada
laboral completa es de 8 horas de lunes a domingo, librando un día entre semana.
Salario aproximado de unos 950€. No tiene ayudas económicas, aunque está intentando
tener la RGI.
Esta mujer, que como ya hemos comentado es de nacionalidad colombiana, vino
a España por motivos laborales tras divorciarse de su marido. Tras el divorcio la mujer
tenía que mantener a sus dos hijos y ya que no encontraba trabajo por su país, decidió
venir a España: “dado a que las posibilidades de encontrar y trabajo aquí son superiores
y hay mejor calidad de trabajo”. Los primeros meses en España tuvo que solicitar ayuda
de su red social para poder vivir: “tuve que pedir a una amiga mía que me dejara su
casa, los primeros meses, hasta que encontrara trabajo”. Tras encontrar trabajo, como
limpiadora del centro residencial de ancianos, consigue alquilar un piso donde ella
ahora mismo vive con sus dos hijos. El alquiler es de 490€.
14
En cuanto a los recursos que esta familia tiene, cabe destacar que la casa en la
que se encuentran viviendo apenas dispone de dos habitaciones (a pesar de que sean 3
en la familia) y con una superficie de 70 m2. Siguiendo con los recursos, la familia
atiende a sus necesidades alimentarias observando y buscando descuentos y
promociones, así como ir a los supermercados o establecimientos más baratos. En
cambio, para cubrir sus necesidades de vestimenta la mujer nos comenta: “Suelo ir a
Cruz Roja una vez al mes para ver que ropa puedo coger para mí y para mis hijos. Y ya
de paso, dejo la que ya no necesitamos”. En cuanto a los recursos básicos que toda
vivienda dispone (luz, gas, teléfono, agua…) comenta que: “Para ahorra agua baño a
mis hijos juntos. (…). No llamamos con el teléfono, solo lo tenemos para recibir
llamadas. (…). Solo ponemos la calefacción dos veces a la semana cuando estamos en
pleno invierno. Mientras tanto, nos tapamos con mantas y ropa de invierno.”.
2.2.2. Ámbito social
a. Entrevistada 1
En cuanto a las redes de apoyo, esta mujer cuenta con la ayuda de su madre y su
hermana: “gracias a mi madre puedo ir al trabajo más tranquila, se encarga ella de
llevarla al colegio y de recogerla. (…) cuando mi madre no puede llamo a mi hermana,
aunque no me gusta depender de la gente, ahora mismo, es misión imposible, no me
puedo dividir en dos”. Observamos, también, que la figura que más ayuda a la mujer en
el cuidado de su hija es la madre: “Es mi madre la que más me ayuda a cuidar a mi hija
(…) a decir verdad, me siento culpable por ello, porque fui yo quien eligió adoptar una
niña y tengo que recurrir a ella para poder afrontarlo todo. Aunque sé que, cuando sea
más mayor, va a tener mucha más independencia y será todo más fácil para las dos”.
En cuanto a la hora de hablar su vida social (amistades, parejas…) la mujer
confiesa que “me he alejado de todos mis amigos porque ya no tengo tiempo para estar
con ellos. Ni si quiera para tomar un café. Porque, además de la niña, el trabajo me
come mucho tiempo”.
Sobre si es ella la que se ocupa de llevar a su hija al médico la mujer responde:
“si puedo cambiar mi turno en el trabajo, soy yo la que se ocupa, sino son mi madre o
mi hermana la que la llevan al médico”. Mientras que, a la hora de hablar de la
posibilidad de que la menor pueda tener actividades extraescolares la madre argumenta
15
que “no tengo tiempo para poder llevar a un sitio u a otro, por lo que se me hace casi
imposible poder apuntarla a algo. Aparte, del gasto económico que esto supone”.
Sobre el uso del tiempo en relación al ámbito doméstico cabe reseñar que obtiene
una ayuda por parte de la familia (específicamente, por parte de su madre y de su
hermana). Esto hace que la madre pueda librarse de algunas pequeñas tareas del hogar y
del cuidado de la menor: “De vez en cuando, viene mi madre a hacerme la comida para
mí y mi hija. Me suele hacer de más, así que me viene bien si voy apurada algún que
otro día. (…) Me limpia la casa, a pesar de que le insista en que no lo haga (…)”. Sin
embargo, la mujer respecto a las labores que desempeña su madre en su casa confiesa
que: “Me siento mal que mi madre me haga todo esto. Me gustaría contratar a una
persona para que me hiciera eso, pero no tengo dinero para ello”.
En cuanto a cómo distribuye el tiempo para el cuidado de su hija, cabe destacar, que
muchas veces ha tenido que llevarla a clase a pesar de que presentaba cierto malestar:
“A veces, cuando se despierta un poco pachucha, la tengo que dar Dalsy y la tengo que
llevar al colegio porque no tengo a nadie con quien dejarla”. Por otro lado, dado a que
su trabajo no tiene descanso de fin de semana, la madre pide ayuda a sus redes sociales,
como son los compañeros del colegio de su hija y su madre: “En los fines de semana,
mi madre se queda cuidando de mi hija (…). De vez en cuando, algunos amigos del
colegio de mi hija suelen llevársela al cine para ver alguna película o celebrar un
cumpleaños y cosas así”.
A pesar de la situación de vulnerabilidad que se encuentra y falta de tiempo que
presenta, la mujer no acude a los servicios sociales: “No voy porque me siento ya
respaldada por mi familia a pesar de que no tenga tiempo para mí”.
b. Entrevistada 2
Esta mujer no parece tener ayudas de su red social ya que en el contexto en el que eligió
vivir carece de ello, debido a que emigró: “me han ayudado alguna persona de vez en
cuando, pero siempre han sido ayudas esporádicas. No he tenido nunca una figura de
ayuda fija”. La mujer, también, siente algo de desconfianza por la gente y esto no ayuda
a la construcción de una red social que le pueda ayudar en su situación actual.
En cuanto a las relaciones sociales la mujer confiesa que: “no tengo tiempo para
hacer nuevas amistades en la ciudad. Mi tiempo “libre” es para atender a mis dos hijos
16
(…). Si tuviera tiempo libre tampoco podría hacer nada, ya que no tengo dinero para
gastar”.
En cuanto al uso del tiempo tanto para el ámbito doméstico como para el de
crianza, la madre dice: “les llevo antes al colegio porque hay un punto de encuentro para
llevar al colegio a aquellos hijos que tienen madres o padres que no pueden llevarles a la
hora por el trabajo (…) Les apuntó al comedor porque no paso por casa hasta la noche y
no puedo prepararles la comida (…) Cuando ellos tienen vacaciones y yo tengo que
trabajar, como último recurso, ellos se quedan en casa y si necesitan cualquier cosa, me
llaman. Sino, en el mejor de los casos, puedo contar con mi vecina para que pueda
cuidarlos (…). Cuando las vacaciones son mucho más largas, les suelo apuntar a
campamentos o a guarderías de verano, que, aunque no les guste mucho, al menos se
entretienen y yo puedo seguir trabajando algo más tranquila”. Por otro lado, para las
labores domésticas la mujer dispone de un móvil y los hijos de otro para comunicarse
mientras ella está en el trabajo o cuando necesitan algo: “He tenido que enseñarles a
freír chuletas, poner lavadoras…. hacer todas las cosas de la casa mediante el teléfono
móvil.
Finalmente, la mujer acude a asociaciones para mujeres inmigrantes: “intento ir a
estas asociaciones para poder hacer alguna amistad, pero me cuesta demasiado. Estoy
encerrada en mi misma y no tengo tiempo, ni dinero, ni habilidades sociales”.
3. CONCLUSIONES
La monomarentalidad, por lo que hemos podido ver en los fragmentos expuestos en el
aparto de resultados, afecta a las mujeres tanto social, como económicamente. El tipo de
ayudas y entradas económicas por las que se abastecen hace que sean un grupo
vulnerable de nuestra sociedad. No obstante, cabe destacar, que hay otros factores
socioeconómicos que son determinantes a la hora de determinar la calidad de vida que
estos familiares pueden tener. Es por ello que no todas las familias monomarentales
están en el mismo grado de riesgo social, y, por lo tanto, analizar y comparar las
diferentes situaciones de cada familia parece una labor reseñable en este ámbito. En el
caso de esta investigación, se analizará en dos apartados las diferencias y similitudes
que tienen las dos madres entrevistadas:
17
3.1. Ámbito laboral y económico
Aquí cabe destacar, la diferencia laboral que presentan estas dos mujeres. Por un lado,
tenemos a la primera entrevistada con trabajo estable, que ha podido elegir con total
voluntad, cuando era el mejor momento para adoptar a su actual hija. Por otro lado, la
segunda entrevistada partía desde un matrimonio desecho en el que se concibieron dos
hijos de los cuales se tuvo que hacer cargo una vez terminado los tramites del divorcio.
Por lo que podemos observar, estas dos mujeres, ya desde el principio, parten de
una construcción familiar muy diferente; la primera pudo elegir el momento idóneo (o
que ella consideraba idóneo) para ser madre, mientras que la otra, han sido el transcurso
de su vida la que le ha llevado a la situación de monomarentalidad. Esto hace que la
situación actual de ambas mujeres y, el transcurso de la vida de cada una de ellas desde
que se convirtieron en madres monomarentales hasta hoy en día sean diferentes.
Si ya desde el comienzo se parte desde una situación socioeconómica totalmente
diferente, no es de extrañar que el trabajo de una comparada con la otra sea,
completamente distinto. La primera entrevistada consta de un trabajo del cual ha
conseguido mediante la carrera profesional que ha cursado (Pedagogía), mientras que la
segunda trabaja en un empleo que no necesita cualificación alguna y, por lo tanto, sus
condiciones laborales y su sueldo son mucho más precarios. Cabe destacar, también,
que la primera obtiene apoyo en su red laboral (compañeros de trabajo, jefes…) para
poder compaginar con mayor facilidad su vida laboral con su labor en el ámbito del
cuidado de la menor que tiene bajo tutela. Sin embargo, la segunda entrevistada, parece
no presentar ayudas de su red de compañeros de trabajo por lo que le ha llevado a una
situación desfavorable para la crianza de sus dos hijos y, por ello, ha tenido que emplear
otros medios para poder atender a las necesidades básicas de estos (cosa que se ve
perfectamente reflejada, en el análisis del ámbito social y que se aborda en dicho
apartado).
Una vez mostrada las dificultades que tienen estas mujeres en el uso del tiempo
y que estrategias usan cada una para poder resolver dichos problemas, la diferencia
salarial es abismal. Mientras que la primera cobra 1.300€ teniendo también un empleo
asegurado y con poco esfuerzo físico, la segunda cobra apenas 950€ y más de la mitad
de este salario tiene que ir destinado al alquiler de su vivienda, aparte de que es un
trabajo del que requiere mucho esfuerzo físico y hay riesgo de caer en desempleo. Sin
18
embargo, a pesar de que la cantidad salarial sea diferente, ambas familias presentan
problemas económicos; la primera comenta que necesita la ayuda de algunos amigos
que le prestan ropa para cubrir ciertas necesidades de la niña, mientras que la segunda,
necesita buscar los mejores precios para comprar alimentos, usar, cuanto menos mejor,
los gastos de la vivienda (el teléfono, la luz, el gas…) y tiene que ir a ciertas ONG-s
para conseguir la vestimenta necesaria para el cuidado de sus hijos (aparte, de que la
primera entrevistada tiene una sola hija y la segunda, dos). Por lo tanto, como podemos
observar estas mujeres carecen de las entradas económicas necesarias para mantener a
una familia y necesitan ayudas sociales, aunque si se observa que hay una diferencia
significativa entre las dos, donde la primera puede tener una mejor calidad de vida que
la segunda dada a su red de apoyo laboral y su sueldo.
3.2. Ámbito social
Tal y como pasa en el anterior apartado, estas dos madres en estado de
monomarentalidad presentan un comienzo totalmente distinto y eso, también, se ve
reflejado en sus recursos sociales. Mientras que la primera, de nacionalidad y con
familia en la localidad en la que vive, consta de amigos de toda la vida y familia para
que puedan ayudarle en la crianza y la manutención de su hija, la segunda carece de
medio social alguno para la labor. Cierto es, que la segunda entrevistada, ha forjado una
red social de ayuda de la cual está conformada por personas cercanas a su entorno
(vecinos, asociaciones de mujeres inmigrantes…) pero esta red social es muy escasa y
apenas cuenta con antigüedad, por lo que el apoyo que estas personas pueden dar a la
familia es esporádico, escaso y limitado. Es por ello que podemos confirmar de que la
primera entrevistada, en comparación con la segunda, no presenta tanto riesgo de
vulnerabilidad, ya que cuenta con una red extensa y consistente de amigos y familiares
que pueden ayudar a solventar los problemas de tiempo que estas madres suelen tener.
Esta diferencia en el ámbito social queda bien reflejada en las estrategias que
emplea cada una de las madres a la hora de usar el tiempo “libre” para las labores
domésticas y de crianza. Por un lado, la primera entrevistada, aunque se sienta mal por
ello, tienen una madre que hace ciertas labores domésticas y de crianza para poder
cubrir las necesidades que una vivienda y un hijo supone. Mientras tanto, la segunda
entrevistada, como se dice coloquialmente, tiene que buscarse la vida acudiendo a
asociaciones en las que puedan ayudarla en su situación e integrarse al nuevo ambiente
19
en el que está viviendo desde hace un año, aparte de que tiene que enseñar, con los
medios que tiene, a sus hijos a hacer dichas tareas, haciéndose así más independientes.
3.3. Conclusiones generales de la investigación
Podemos decir con todo lo expuesto en esta investigación que es cierto que la pobreza
está feminizada. Por lo que podemos observar, tanto la primera mujer como la segunda
presentan problemas económicos para poder llevar a cabo, efectivamente, sus labores de
cuidado y crianza del menor, así como de mantener una vivienda en un estado digno.
También podemos observar lo importante que es para esta clase de familias el tener una
red social que le pueda ayudar a la mujer a llevar a cabo sus labores tanto laborales y
familiares y a compaginar estas dos vidas.
Como podemos observar en esta investigación como en las demás de este
ámbito, las familias monomarentales tienen problemas tanto económicos como sociales.
También se observa en las entrevistas que las mujeres se mueven en pro al bien de sus
hijos/as desatendiendo sus necesidades laborales y sociales, así como, perdiendo lazos
con sus antiguos amigos y familia. Una de las posibles razones de esto, es la
representación de la mujer en la sociedad como objeto de cuidado hacia los niños; se
cree que la mujer, solo por el hecho de ser la mujer, es la que debe cuidar a los niños de
una casa y que, por lo tanto, esta dejará de lado sus obligaciones laborales y, por ende,
desempeñará peor su trabajo. Sin embargo, si dentro de este estereotipo o realidad se
tuviera en cuenta las posibles ayudas sociales o familiares que puede tener dicha mujer
(como son las redes de apoyo) este colectivo podría tener más facilidades a la hora de
acceder en un trabajo, la crianza de sus menores será mucho más óptima y se mejoraría
su propia calidad de vida. Todo esto, juntándolo con los datos demográficos que hemos
expuesto en el principio del documento creemos como necesario que este colectivo debe
ser más latente en las preocupaciones sociales para lograr un Estado de Bienestar.
Por otro lado, debemos considerar que estas mujeres a la hora de convertirse en
madres monomarentales, han sufrido unos cambios drásticos a la hora del uso del
tiempo, económico y social en sus vidas. La primera mujer, soltera y sin hijos al
principio, atendía más a sus necesidades sociales y económicas antes de decidir ser
madre, mientras que la segunda, parte desde una familia tradicional, la cual es
descompuesta por el divorcio, y que, por lo tanto, ella era la que no se ocupaba en llevar
las entradas económicas a casa, sino que era el padre de la familia.
20
Sin embargo, para futuras investigaciones relacionadas con este ámbito se
propone obtener una muestra más amplia puesto que los dos casos aquí expuestos son
muy diferentes: Por un lado, la mujer de nacionalidad española viene de una familia
cuyo nivel socioeconómico es medio, mientras que la mujer inmigrante, viniendo de un
país subdesarrollado tiene muchas menos entradas y ayudas económicas, así como la
diferencia en el ámbito de las redes sociales donde el llegar a un nuevo país supone una
carencia de dichos recursos.
21
BIBLIOGRAFÍA
BENERÍA, L. (1981) Reproducción, producción y división sexual del trabajo. Mientras
tanto, nº6.
B.O.E Ley 39/1999, de 5 de noviembre, para promover la conciliación de la vida
familiar y laboral de las personas trabajadoras.
Disponible en: http://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-1999-21568
B.O.E Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y
hombres.
Disponible
en:
http://www.boe.es/buscar/pdf/2007/BOE-A-2007-
6115- consolidado.pdf
BOTT, E. (1990): Familia y red social. Madrid: Taurus
CROW. G (1989) The use of the concept Strategy in Recent Sociological Literature.
Sociology. Vol. 23.
DÍAZ MARTÍNEZ, C. y DEMA MORENO, S., (2013). Sociología y género. Tecnos,
2013
FERNÁNDEZ, J.A. y TOBÍO, C. (1998): Las familias monoparentales en España,
Revista española de investigaciones Sociológicas, vol.83, pp.51-85
IGLESIAS DE USSEL, J (1994). La Familia. V Informe sociológico sobre la situación
social en España. Madrid. Fundación FOESSA,
INE (2013). Censo de Población de 2011. Cifras INE [www.ine.es].
L.A. Tilly y J. W. Scott. (1989) Woman, Work, and Family. The American Historical
Review Vol. 85
MADRUGA, I. (2006). Monoparentalidad y política familiar. Madrid: Centro de
investigaciones sociológicas.
MORA, G. (2001). Las familias españolas ante el cambio de siglo. Estructura y cambio
social. Madrid; CIS
MORGAN.J (1989) Strategies and Sociologists. A comment on Crow. Sociology, 22.
TOBÍO. C (2005) Madres que trabajan dilemas y estrategias, Cátedra, Madrid.
22
TOBÍO, C. y FERNADEZ, J.A (1999) Monoparentalidad, trabajo y familia. Revista
internacional de Sociología, nº 22.
TRINIDAD. L, TORRADO, V, ROYO PRIETO, R: Mujeres al frente de familias
monoparentales, en Letras de Deusto, nº 38
23
ANEXO
GUION DE LA ENTREVISTA
1. Desde que es madre soltera con hijos/as a cargo, ¿Sigue manteniendo el empleo?
¿Está buscando otro trabajo más?
2. ¿Cuál es el nivel de estudios más alto alcanzado?
3. ¿Qué tipo de vivienda tiene? Propia con/sin hipoteca… ¿Qué características presenta
su vivienda? (humedades, olores, goteras, ruidos,).
4. ¿Cómo cree que será su nivel de consumo durante los próximos doce meses?
5. ¿Ha modificado sus hábitos de gasto con la finalidad de aprovechar mejor el
presupuesto?
6. ¿Qué medidas o cambios en los hábitos de gasto ha adoptado ante la nueva situación?
7. Actualmente, ¿cómo calificaría su estado de salud y el de sus hijos/as?
8. ¿Se enfoca prioritariamente a la consecución del empleo o considera que tiene otra
serie de prioridades que vertebran su vida diaria?
9. ¿Cómo se siente respecto a su situación de monomarentalidad? ¿Se produjo algún
cambio por la nueva situación?
10. ¿Ha tenido que aprender un oficio que le permitiera sobrellevar de mejor manera la
economía del hogar?
11. ¿Tiene familiares y/o amigos que le puedan ayudar con los menores? ¿Cuándo
pueden ayudarle? ¿Cómo es la relación con la familia? ¿Qué grado de implicación
mantienen?
12. ¿Necesitaría apoyo (social o familiar) para asumir todas estas responsabilidades?
13. ¿Eres capaz de compatibilizar sus responsabilidades laborales con las exigencias
familiares? ¿Cómo has tenido que adaptar el rol como trabajadoras ante esta nueva
circunstancia familiar? ¿Ha habido algún cambio en su vida laboral? ¿Este cambio ha
influenciado en su cargo o ámbito profesional? ¿Has tenido la obligación de adaptar el
trabajo para responder a las necesidades básicas?
24
14. ¿Establece relaciones interpersonales estrechas en su espacio laboral?
15. ¿Se siente molesta cuando no puede asistir a una cita escolar por falta de tiempo?
16. ¿Ha acudido alguna vez a los Servicios Sociales en busca de ayuda?, ¿a cuáles de
ellos ha acudido?
17. ¿Con qué frecuencia se relaciona con familiares, vecinos, amigos?
18. ¿Cómo organiza el cuidado de los menores en época de vacaciones escolares?
19. ¿Qué haces con tus hijos/as cuando te encuentras fuera del hogar?
20. ¿Quién se encarga de llevar al niño/a al colegio o cómo se organiza para recogerlo a
su salida? (siempre que la jornada laboral coincida con el horario)
21. ¿Cómo se organiza para llevar a sus hijos al médico, acudir a reuniones escolares?
22. A la hora de la realización de las tareas domésticas ¿quién se encarga de realizarlas?
23. ¿Si no cuenta con ayuda como gestiona la problemática de no poder cuidarlo? ¿Lo
matriculan en algún tipo de actividad (extraescolar)?
24. ¿Percibe alguna ayuda o prestación económica por parte del Estado? ¿Qué tipo de
ayuda necesitaría de manera más inmediata?
25. ¿En qué medida cubre los gastos totales de su vivienda (préstamo, alquiler,
reparaciones, gastos comunitarios, agua, electricidad, gas, impuestos, etc.)?
26 ¿Hace actualmente frente a los gastos básicos de subsistencia?
27. ¿Cómo definiría su nivel de recursos (vestimenta, alimentación…)?
28. ¿Ha tenido cambios presupuestarios en los últimos años?
29. ¿Se han modificado los recursos que dispone?
30. ¿En qué establecimientos realiza sus compras para cubrir las necesidades básicas?
31. ¿Dispone de ahorros?
32 ¿Ha obtenido algún préstamo monetario para financiar gastos imprevistos o cubrir
sus necesidades básicas?
25
Descargar