EXPLICACIÓN Y COMPRENSIÓN, de Georg Henrik von Wright La explicación científica tiene dos aspectos: 1) El escrutinio y descubrimiento de los hechos (llamada ciencia descriptiva) 2) La construcción de hipótesis y teorías (denominada ciencia teórica) Pero no siempre pueden aislarse. Por su parte la construcción teórica tiene dos fines: uno es predecir la ocurrencia de fenómenos, el otro es explicar los fenómenos ya ocurridos. La predicción mira hacia adelante, la explicación mira hacia atrás. En la historia de la ciencia se distinguen dos tradiciones: 1) La tradición aristotélica, o explicación teleológica, o finalista 2) La tradición galileana, o explicación causal, o mecanicista El movimiento científico del siglo XIX puede equipararse al producido hacia el final del Renacimiento. En éste se destacaron Copérnico Kepler, Galileo, Newton, Versalius, Harvey. En aquél, Ranke, Mommsen, W. Humboldt, Rask, Grima, Tylor. El Positivismo tiene tres características principales: 1) El monismo metodológico (un único método a pesar de la diversidad de objetos de estudio) 2) La física matemática como canon metodológico y certeza de verdad 3) Explicación causal (explicación de casos particulares -incluidos los hechos de la naturaleza humana- a partir de leyes generales) Además, rechaza las explicaciones basadas en intenciones, fines, o propósitos. El positivismo se corresponde con la tradición galileana. A fines del siglo XIX surge una reacción al Positivismo: el Idealismo o Hermenéutica. Sus representantes más destacados son Droysen, Dilthey, Simmel, Max Weber, Windelband, Rickert, Baden, Croce, Collingwood. Este movimiento antipositivista rechaza: 1) El modelo nomotético (o sea, las leyes generales) 2) El patrón de las ciencias naturales 3) La explicación en las ciencias sociales Y proponen el método ideográfico (la descripción de objetos individuales y únicos) y la comprensión en vez de la explicación. El modelo es propuesto por primera vez por Droysen, pero más tarde es sistematizado por Dilthey. Diferencias entre comprensión y explicación: 1) La comprensión tiene una carácter más sociológico (busca la empatía, es decir, recrear en la mente del investigador la atmósfera espiritual, los pensamientos, los sentimientos, y los motivos de su objeto de estudio. 2) La comprensión tiene en cuenta la intencionalidad. Está comprendida por: a. El objetivo o propósito b. El significado c. El sentido Se habla de la “dimensión semántica” de la comprensión. Como contrarreación positivista, entre 1920 y 1930 surge el Neopositivismo o Positivismo Lógico. Actualmente existe una corriente filosófica heredada de este movimiento que se denomina filosofía analítica. Ésta se divide en dos perspectivas: 1) La filosofía del lenguaje o filosofía lingüística (es antipositivista [¡]) 2) La segunda ¡no tiene nombre!, pero tiene una confianza absoluta en el progreso a través del desarrollo de la ciencia y de una actitud racionalista hacia los asuntos humanos 1 En 1942, Hempel escribe: “The Function of General Laws in History”. Aquí plantea el modelo de cobertura legal (o explicación por subsunción). Se divide en dos ramas: 1) El modelo nomológico-deductivo 2) El modelo probabilístico-inductivo Aquí el autor analiza el famoso caso del radiador del auto (página 32). Von Wright afirma que “conocidos los antecedentes y las leyes podríamos haber predicho con certeza el acontecimiento. He aquí un buen ejemplo sin duda de explicación, pero no del tipo de explicación que interesa a los historiadores”. A continuación se explican ambos modelos, pero su explicación es muy confusa (fue dado mucho más claro en clase). Después dice que el campo tradicionalmente asignado a la teleología se divide en dos sectores: 1) El dominio de las nociones de función, carácter propositivo y totalidades orgánicas (sistemas) 2) El dominio de los objetivos e intenciones. El primero corresponde al campo de la biología, el segundo al campo de la ciencia de la conducta, las ciencias sociales, y la historiografía. Desde la biología se propone la retracción negativa. En este punto el texto se vuelve bien confuso…(pagina 36). Página 39: La noción de ley natural, de uniformidades legaliformes en general, ocupa un lugar preferente en la filosofía positivista de la ciencia. Los modelos hempelianos de explicación son en este sentido típicamente “positivistas”. Aquí, a partir de un ejemplo, analiza la posición convencionalista y concluye que ambas tradiciones (positivismo y convencionalismo), llevados a sus extremos, vienen a oponerse en un sentido parecido a como se oponen entre sí un empirismo extremado y un extremado racionalismo. Sin embargo, ambas posiciones tienen mucho en común. Luego analiza la cuestión de los “contrafácticos”, llegando a la conclusión de que “es la unidad y no la universalidad lo que constituye la marca de una conexión nómica o de legaliformidad”. En este caso, dejaría de lado la concepción positivista de la ley, aunque no necesariamente la validez de la teoría de la explicación por subsunción. Más adelante afirma que “el test definitivo para juzgar sobre la validez universal de la teoría de la explicación por subsunción es el de si puede hacerse cargo cabalmente de la explicación de acciones”. Muchos filósofos analíticos (neopositivistas) creen que la teoría supera la prueba: “las acciones responden a motivos; la fuerza de los motivos descansa en el hecho de que los agentes están dispuestos a seguir pautas de conducta características; tales pautas proporcionan las leyes que conectan motivos y acción en el caso individual”. Pero entonces, ¿por qué las explicaciones que proponen los historiadores rara vez hacen referencia a leyes generales? Según Hempel, “la razón por la que falta en las explicaciones históricas una formulación completa de las leyes generales reside primordialmente en la excesiva complejidad de tales leyes y en la insuficiente precisión con que las conocemos. Las explicaciones dadas por los historiadores son típicamente elípticas o incompletas. En términos estrictos, constituyen únicamente bosquejos de explicación”. Por su parte, otro representante de la teoría por subsunción, Kart Popper, argumentaba que las leyes históricas son demasiado triviales como para merecer una mención explícita. 2 Una concepción totalmente diferente del cometido de las leyes en las explicaciones históricas es la expuesta por William Dray en su libro Laws and Explanation in History. “La razón por las que las explicaciones históricas no hacen referencia normalmente a las leyes no radica en que las leyes sean complejas y oscuras que debamos contentarnos con su mero bosquejo, ni en que resulten demasiado triviales para ser mencionadas. La razón consiste simplemente en que las explicaciones históricas no se fundan en absoluto en leyes generales”. La crítica de Dray de la función de las leyes generales en la explicación histórica lleva entonces a una recusación completa del modelo de cobertura legal. Explicar una acción es en opinión de Dray, mostrar que una acción fue el proceder adecuado o racional en la ocasión considerada. Dray llama a esto explicación racional. El modelo de explicación de Dray se asemeja a las ideas tradicionales sobre el cometido metodológico de la empatía y de la comprensión. Otra teórica, Elizabeth Anscombe, en su libro Intention, contribuyó a centrar el debate en la noción de intencionalidad. Esta autora, ha hecho dos contribuciones importantes en este campo: 1) argumentó que una conducta que es intencional, en tenor de una descripción, puede dejar de serlo a tenor de otra. Entonces, el modo como es descrito, entendido en calidad de acción, introduce una diferencia pertinente en la explicación de un ítem de conducta. Aquí la diferencia entre explicación y comprensión se vuelve relevante. 2) llamó la atención sobre el peculiar carácter lógico del razonamiento conocido por silogismo práctico. Consideró que éste no es una forma de demostración y que constituye un razonamiento de tipo diferente al de la prueba silogística (¿?) (pág 49). Más adelante menciona los trabajos de Taylor y Winch que atacan al positivismo y defienden la comprensión de los fenómenos sociales por métodos radicalmente diferentes de los empleados en la ciencia natural. Winch cree que “el científico social debe comprender el significado de los datos de comportamiento que registra si quiere considerarlos como hechos sociales (…) El científico social no puede permanecer al margen de su objeto de estudio de la forma en que puede hacerlo un científico natural [hoy sabemos que ningún científico puede hacerlo]”. Volvemos al concepto de “empatía”. La comprensión empática no es un sentimiento, es una aptitud para participar de una “forma de vida” [después Gadamer nos dijo que esto tampoco es posible]. Finalmente dice de la Hermenéutica (su fundador es Gadamer en 1960) que tiene dos características fundamentales: 1) El lenguaje tiene un lugar central, así como las nociones lingüísticas de significado, intencionalidad, interpretación, y comprensión. Hermenéutica significa “el arte de la interpretación”. 2) Muestra una gran preocupación por la metodología y por la filosofía de la ciencia. En oposición al monismo del Positivismo, defiende el carácter único, particular, y específico de los métodos interpretativos y comprensivos. La tradición hermenéutica distingue comprensión de empatía, ya que la primera se trata de una categoría semántica y no sicológica. 3