PARTE 10 10 nuevas competencias para enseñar. Implicar a los

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PARTE 10
10 nuevas competencias para enseñar.
Implicar a los alumnos en sus aprendizajes y su trabajo.
Cuando enseñamos nos damos cuenta de la educación básica es obligatoria y
que además esos alumnos no han elegido ir a la escuela, están yendo
obligados. Asi que la competencia y las ganas de desarrollar el deseo de saber
y la decisión de aprender en el corazón del oficio de profesor.
Ningún profesor pierde completamente la esperanza de tener que verse sólo
con alumnos «motivados». Cada uno espera alumnos que se impliquen en su
trabajo, manifiesten el deseo de saber y la voluntad de aprender. La motivación
todavía demasiado a menudo se considera una condición previa, cuya fuerza
no depende del profesor.
Peor resulta el panorama cuando se trata de competencias laborales, porque si
los alumnos no tienen ganas de aprender, mucho menos de trabajar.
Los maestros deberían inculcar este deseo de aprender, sin embargo es difícil
si se encuentra uno en una institución en donde se fomenta la ficción de los
alumnos deseosos de aprender y los planes de estudio. Si la escuela
fomentara el deseo de aprender debería aligerar considerablemente sus
programas, para integrar al tratamiento de un capítulo todo lo que permite a los
alumnos darle sentido y tener ganas de apropiarse de él.
Entre las competencias a desarrollar para que nuestros alumnos muestren
mayor interés o interés intrínseco en el deseo de aprender están:
Sucitar el deseo de aprender, explicitar la relación con el conocimiento, el
sentido del trabajo escolar y desarrollar la capacidad de autoevaluación en el
niño.
La distinción entre deseo de saber y decisión de aprender, tal como la propone
Delannoy (1997), sugiere por lo menos dos medios de acción. Algunas
personas disfrutan aprendiendo pr aprender, sin iportarles el proceso, solo los
resultados. La mayoría de la gente es, en algunos momentos, susceptible de
introducirse en el juego del aprendizaje, si se le ofrecen situaciones abiertas,
estimulantes e interesantes.
Excepto para unos cuantos, aprender cuesta tiempo, esfuerzos, emociones
dolorosas: angustia por el fracaso, frustración por no lograrlo, sentimiento de
llegar a sus límites, miedo de lo que pensarán los otros.
Frente a tantos alumnos que no manifiestan ningunas ganas de saber, una
voluntad de aprender, incluso frágil y superficial, ya es un regalo.
Las estrategias de los profesores pueden desarrollarse en un doble registro:
• Crear, intensificar, diversificar el deseo de saber.
• Favorecer o reforzar la decisión de aprender.
Enseñar es reforzar la decision de aprender y estimular el deseo de saber. Una
relación con el saber (Charlot, 1997) siempre es solidaria con una
representación de las prácticas sociales en las que ésta se emplea. Al principio,
esta representación no está formada en todos los alumnos. Es trabajo del
profesor hacerla construir o consolidarla.
La competencia profesional apuntada aquí requiere dos recursos mucho más
precisos:
• Por un lado, una comprensión y un cierto dominio de los factores y los
mecanismos sociológicos, didácticos y psicológicos en juego en el
•
nacimiento y el mantenimiento del deseo de saber así como de la decisión
de aprender.
Por otro lado, las habilidades en el dominio de la transposición didáctica,
las situaciones, las competencias, el trabajo sobre la transferencia de
conocimientos, así como los recursos para ayudar a los alumnos a
imaginarse las prácticas sociales para las que se les prepara y el papel de
los conocimientos que las hacen posibles.
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