Aguas subterráneas

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• Aguas subterráneas.
El origen principal de las aguas subterráneas es la infiltración, aunque también puede tener un origen
magmático. En el interior del terreno, esta agua se desplaza o se acumula en las grietas y en los poros.
El agua subterránea tiene una capacidad lenta de renovación, por lo que es necesario evitar su
sobreexplotación. Se considera un recurso renovable cuando el volumen de agua extraÃ−da cada año no
supera al de la infiltrada.
El caudal (Q) que traspasa un terreno depende de la superficie real atravesada por el agua (S), de la
conductividad hidráulica del terreno (C) o de los canales y poros comunicados que tenga el terreno, y del
gradiente hidráulico (P), que es la pendiente o pérdida de potencial entre dos puntos. En el caso de
corrientes de baja velocidad, el caudal se puede cuantificar mediante la ley de Darcy: Q=SCP
En los terrenos permeables cabe distinguir las siguientes partes:
• Zona de saturación: zona porosa saturada de agua, forma el acuÃ−fero subterráneo.
• Zona de aireación: encima de la anterior. Sus poros no están completamente llenos de agua. El
movimiento del agua es vertical.
• Zona capilar: parte por donde asciende el agua desde la zona de saturación.
• Nivel freático: plano que limita el acuÃ−fero en su parte superior.
• Nivel piezométrico: plano al que llegarÃ−a el agua si no estuviera confinada en la parte superior por un
estrato impermeable.
Existen distintos tipos de acuÃ−feros: los confinados y libres se diferencian entre sÃ− por la impermeabilidad
del lÃ−mite superior. En los primeros el agua está a una presión mayor que la atmosférica y, si se
perfora la capa impermeable, asciende hasta el nivel piezométrico. Cuando el nivel piezométrico está
por encima de la superficie del terreno, forma un pozo artesiano en el que el agua sale como un surtidor.
Por último, los acuÃ−feros fósiles tienen una recarga no renovable a escala temporal humana.
Los acuÃ−feros subterráneos están estrechamente relacionados con los superficiales, que son alimentados
por infiltración, y el nacimiento de los rÃ−os se correspondes con la salida al exterior de las aguas
subterráneas. También pueden originar lagunas si la superficie topográfica corta el nivel freático.
Si los acuÃ−feros están situados cerca de la costa, además del problema de sobreexplotación por extraer
más agua de los que se recarga por la infiltración, pueden salinizarse por un proceso conocido como
intrusión salina.
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