Cuentos españoles

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cuentos españoles
del sIGLO
XIX
• Comentario sobre el estilo literario en la obra de Emilia Pardo Bazán:
En mi opinión, la autora narra los acontecimientos deteniéndose, en muchas ocasiones, más en la forma que
en el fondo. Su lenguaje es complejo −utiliza abundante adjetivación, combinaciones de epítetos, narra cada
lugar de la narración como si fuera una fotografía, compara (como figura literaria) muchas descripciones con
figuras históricas o míticas, algún eufemismo−. La prosa que utiliza fluye despacio, sin embargo se observa
un progreso de la acción, aunque con paradas para la recreación de los detalles.
En cuanto al diálogo, no predomina sobre la narración, pero sin duda, ésta no alcanzaría el valor de prosa
poética sin las descripciones intercaladas en el transcurso de la acción. Si se ha de citar un cuento más
dialogado, sería el de El fondo del alma, que aunque no tiene más diálogo que El extranjero, sí da la sensación
de una participación más activa de los personajes en el texto.
Las descripciones son fundamentales en la prosa de la autora, y están creadas con adjetivos simples pero bien
combinados, lo que hace que su obra sea algo compleja. Con barbarismos gallegos, franceses y asturianos,
vocablos rurales y adjetivos en desuso, logra dar a su descripción un buen nivel.
Los personajes de sus relatos están representados mediante una exaltación de sus rasgos más marcados: por
ejemplo, la agilidad, la picardía y la destreza de Matías en El «xeste». También influye en la proyección del
personaje el estatus social al que pertenece cada uno; mediante ironías y sátiras describe subjetivamente a los
acomodados.
Es relevante el tono ligeramente feminista de la autora, sobre todo en La capitana.
• Comparación de narradores entre los textos de Pardo Bazán y «Clarín»:
En los textos de la primera, el narrador es omnisciente, que es consciente de todo lo que la acción relata,
como si lo estuviera contemplando, pero intentando quedarse al margen, en un tono objetivo.
En la obra de Leopoldo Alas, «Clarín», aunque creo que utiliza el mismo tipo de narrador, puede estar
más cerca del narrador en primera persona (narrador testigo) que Pardo Bazán, ya que cuenta la
historia de un modo más integrado, como si lo estuviera relatando uno de los personajes, con un
lenguaje más próximo y una actitud no tan alejada de la acción como la de la otra autora. Pero el
narrador no está en primera persona, porque éste no es nunca el sujeto de ninguna acción ni participa
en ningún diálogo.
• Clasificación de los relatos cortos en función de su tema e inspiración:
Cuentos realistas: El extranjero, ¡Adiós, «Cordera»!, La conversión de Chiripa, Dos sabios y El «xeste».
Cuentos fantásticos: La lima de los deseos, El pájaro verde, La conjuración de las palabras, La
capitana, El fondo del alma y Polifemo.
Por otro lado, La comendadora se encuentra entre las dos clasificaciones, ya que parece una historia
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fantástica pero a la vez verosímil.
• Elección de tres personajes por motivos diferentes explicando las razones:
Para mí, el protagonista que más contenido humano tiene, es Pinín, de ¡Adiós, «Cordera»!
(«Clarín»).Tiene la cualidad humana (que no todos los humanos tienen) de la ambición por conseguir
algo (tocar la porcelana del poste de telégrafo), el miedo a abandonar cuando ya está cerca, la
impresión de un chico de pueblo al ver la instalación de un ferrocarril, el amor por un animal (la
Cordera), etc.
En cambio, el personaje que más atractivo me ha resultado, ha sido el joven que viajaba en la galera
junto al otro señor de más avanzada edad, en El extranjero. Me ha parecido interesante que, con un
lenguaje tan pueblerino, el autor haya conseguido crear ese ambiente de respeto entre generaciones
−hoy tan olvidado− sobre todo, en las primeras líneas de la segunda división de este cuento.
Por último, en referencia a la verosimilitud y recreación de algún personaje, escogería a la anciana de
La comendadora, de Alarcón. En definitiva, esta señora, descrita en cada gesto, da la sensación de estar
sentada al lado del lector. El realismo descriptivo de este relato, pero principalmente el de la anciana, es
muy notable. En el primer párrafo, una descripción del local en el que se encuentra, en el segundo su
propia definición: su cara desgastada, su vestimenta... Más adelante, el retrato literario del niño que
juega a su alrededor.
• Clasificación de los relatos en función de su sentido crítico:
Los cuentos que, en mi opinión, cumplen una misión satírica son: El extranjero con su crítica a las
desgracias que causó la guerra de la Independencia; La comendadora, contra la fuerte presión
social y religiosa.
El pájaro verde, crítica a los matrimonios concertados y La conjuración de las palabras, sátira de
Benito Pérez Galdós hacia los autores de su época que hacían mal uso del castellano, extrapolándolo a
un cuento de la lejana Babel.
La conversión de Chiripa satiriza la marginación de los
indigentes por la sociedad de aquel tiempo y propone a la Iglesia como casa de todos, sin discriminación
por la apariencia.
Aunque más disimuladamente, Dos sabios, critica el creerse superior a los demás simplemente por la
cultura o la economía. En las primeras líneas de La capitana, Pardo Bazán demuestra tímidamente su
feminismo (como sátira muy breve). De hecho, al ser una señora la protagonista de este cuento,
transmite desde el principio un cambio de roles entre sexos, otorgándole a una mujer, Pepona,
designada por ella como varona, el papel de bandida y gañán.
• Redacción de un pequeño relato contado desde la perspectiva de un gato que convive en una familia
común:
Era un día como muchos otros, uno de tantos. Las horas tirado en
el suelo pasaban como años. No hacía tanto que había llegado a esta casa. Ramón −el padre de familia−
me trajo hace unos cuatro días después de quitarme de los brazos de mi madre y de mis otros hermanos
gatos. Desde ese día, cada vez que puedo, le araño o le hago algo peor. Supongo que mi antigua dueña
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no me quería y por eso me regaló. De todas formas, me alegro de haber cambiado de dueño.
Con Marisa, estaba todo el día a su lado y no dejaba de acariciarme. Estaba un poco cansado. Ponía
cara de estar a gusto, pero en realidad, me aburría. En cambio, aquí, estoy como quiero. Si tengo frío,
me quedo al lado de la chimenea; si tengo calor me doy una vuelta por el jardín. Sin embargo, esta
familia es rarísima. Están todo el día gritando. Que si los hermanos entre sí, que si la abuela con el
padre, la madre con el padre, la madre con los hijos, el padre conmigo... En fin, todo el día discutiendo.
Pero lo más extraño, es que nunca discuten ni por comida, ni por territorio. Al contrario que yo. No lo
entiendo.
Pero al fin y al cabo, son una familia feliz. Sobre todo, cuando se ponen a mirar una caja llena de
colores todos juntos por la noche. Los hermanos se quedan dormiditos sobre las nueve y media. Juan le
hace cosquillas a su esposa mientras ésta también cabecea. Y la abuela, disfruta haciendo jerséis y
observando esta estampa familiar tanto como yo. De repente, pego un gran brinco hasta los brazos de la
abuela y todos nos dormimos en el salón, hasta que un molesto pájaro de madera sale de su casita a eso
de las doce, y nos despierta para que nos vayamos a dormir a las habitaciones.
• Selección de pasajes objetivos en cuanto a la descripción paisajística, rutinaria o de costumbres:
Aunque todos los cuentos contienen gran cantidad de narración
descriptiva de personajes o locales del espacio del relato, hay unos pasajes concretos en los que se
describen las geografías que envuelven los cuentos.
Es espectacular la descripción de Granada que hace Alarcón en La comendadora:[...] La primavera
había principiado... Algunos canarios y ruiseñores, enjaulados y colgados a la parte afuera de los balcones
de aquel aposento [...] Las macetas de alhelíes, mahonesas y jacintos que adornaban los balcones,
empezaban a florecer, en señal de que la Naturaleza volvía a sentirse madre [...] A veces se oía alguna
copla de fandango [...] los perpetuos arrullos del agua del río, el confuso rumor de la capital [...] Todo esto,
y aquel sol que volvía en busca de nuestra aterida zona, y aquel pedazo de firmamento azul en que se
perdían la vista y el espíritu, y aquellas torres de la Alhambra, llenas de románticos y voluptuosos
recuerdos, y los árboles que florecían a su pie como cuando Granada era sarracena. [...]
De El pájaro verde (Juan Valera), breve pasaje descriptivo sobre los parques y jardines del rey: [...] Los
parques y jardines, donde solía cazar y holgarse, eran maravillosos por su grandeza y frondosidad y por la
copia de alimañas y de aves que en ellos se alimentaban y vivían. [...]
Pérez Galdos describe así el libro de La conjuración de las palabras (lugar geográfico donde se narra el
cuento): [...] Por dentro era un laberinto tan maravilloso, que ni el mismo de Creta se le igualara.
Dividíanlo hasta seiscientas paredes de papel con sus números, llamados páginas. Cada espacio estaba
subdividido en tres corredores o crujías muy grandes, y en estas crujías se hallaban innumerables celdas,
ocupadas por los ochocientos o novecientos mil seres que en aquel vastísimo recinto tenían su habitación.
Estos seres se llamaban palabras. [...]
La caracterización de los parajes asturianos que hace «Clarín» en ¡Adiós, «Cordera»!: [...] El prao
Somonte era un recorte triangular de terciopelo verde tendido, como una colgadura, cuesta abajo por la
loma. Uno de sus ángulos, el inferior, lo despuntaba el camino de hierro de Oviedo a Gijón. [...] (la
Cordera) gozaba el placer de vivir en paz, bajo el cielo gris y tranquilo de su tierra [...] Desde allí (desde el
prao Somonte) no se veía vivienda humana; allí no llegaban ruidos del mundo más que al pasar el tren.
[...] bajo los rayos del sol a veces, entre el zumbar de los insectos [...] Rodaban las nubes allá arriba, caían
las sombras de los árboles y de las peñas en la loma y en la cañada, se acostaban los pájaros, empezaban a
brillar algunas estrellas en lo más oscuro del cielo azul [...]
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En La conversión de Chiripa, aunque quizás no objetivamente, se describe la inapacible calle de este
modo: Llovía a cántaros, y un viento furioso, que Chiripa no sabía que se llamaba Austro, barría el
mundo, implacable; despojaba de transeúntes las calles como una carga de caballería, y torciendo los
chorros que caían de las nubes, los convertía en látigos que azotaban oblicuos. Ni en los porches ni en los
portales valía guarecerse, porque el viento y el agua los invadían [...]
Al comienzo de Dos sabios: En el balneario de Aguachirle, situado en lo más frondoso de una región de
España muy fértil y pintoresca [...] Álvarez buscaba la soledad de un prado de fresca hierba, y en cuesta
muy pina que había a espaldas de la casa... Pues allá, en lo más alto del prado, a la sombra de su manzano
[...]
Pardo Bazán, en El «xeste», describe desde el inicio: Alborozados soltaron los picos y las llanas, se
estiraron, levantaron los brazos el cielo nubloso, del cual se escurría una llovizna menudísima y
caladora, que poco a poco había encharcado el piso. [...]
La misma autora, en El fondo del alma: El día era radiante. Sobre las márgenes del río flotaba desde el
amanecer una bruma sutil, argéntea, pronto bebida por el sol. [...]
Por último, en Polifemo, de Palacio Valdés: [...] Por allí paseaba metódicamente los días claros, de doce a
dos de la tarde, el implacable guerrero. [...]
Estas citas son sólo una pequeña muestra de la abundancia descriptiva de esta selección de relatos.
Las descripciones han sido colocadas, en la mayoría de los casos, en la presentación del cuento, y
normalmente representan parajes que el autor o la autora conoce bien, en muchas ocasiones, de su zona
natal.
• Elección razonada de un personaje animal:
Para mí, el animal más simpático ha sido «Cordera».
Principalmente, porque un cuento está dedicado a ella casi en su totalidad. Después, porque me parece
un animal muy pausado, que sigue con su rutina sin importarle lo que ocurra alrededor de ella.
Con gran experiencia; incomunicada del mundo civilizado. [...] Experta en pastos, sabía aprovechar el
tiempo, meditaba más que comía, gozaba del placer de vivir en paz. [...] Son características que definen a
la vaca perfectamente.
Me parece que el autor ha conseguido transmitir la sensación de un animal de no tener pero no
padecer; de gozar de no padecer: [...] sin perder el tiempo en levantar la cabeza por curiosidad necia,
escogiendo sin vacilar los mejores bocados, y después sentarse sobre el cuarto trasero con delicia, a rumiar
la vida, a gozar del deleite de no padecer, y todas las demás aventuras peligrosas [...]
• ¿En qué cuentos se repite el nombre Muley para nombrar a dos perros? ¿Por qué se repite ese
nombre árabe? Explicación de si la sociedad y la política de aquel tiempo tienen algo que ver:
El nombre Muley se utiliza en los cuentos Polifemo de Palacio
Valdés y en La conversión de Chiripa («Clarín»). Como ya se cita en la nota informativa de ésta última,
Muley era el título de los sultanes marroquíes. El inicio de conflictos entre Marruecos y España a partir
de 1859 tiene que ver para que estos dos autores den este nombre a perros con cierto sarcasmo.
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• Compara el estilo de los cuentos de Pardo Bazán, «Clarín» y Alarcón, señalando coincidencias y
diferencias:
El estilo de Pardo Bazán esta fundado en unos sólidos vocablos
pueblerinos. Pese a su tono popular, consiguen llegar a la elegancia. Sin embargo, creo que «Clarín»
tiene un lenguaje más elevado. Sin duda, sintagmas nominales como recorte triangular de terciopelo
verde tendido, no expresan una simplicidad sintáctica. En cuanto a Alarcón, utiliza extractos de textos
anteriores a su tiempo, hiperbatones entre dos palabras; su lenguaje también es complejo, pero más en
el sentido sintáctico, no tanto en el léxico. Utiliza abundante diálogo y discurso de cuentos dentro del
diálogo de los propios personajes. En lo referente a los recursos estilísticos, Pardo Bazán es la que más
los emplea −epítetos y comparaciones para lograr realismo−, aunque los otros dos autores también los
utilizan: metáforas, ironías y personificaciones. A pesar de estas diferencias, los tres autores llegan a la
riqueza poética en su prosa, por vías diferentes.
• Efectos que logra la abundancia de diálogo. ¿En qué cuento se encuentra en mayor cantidad?
A mi parecer, el texto que más diálogo tiene, es El extranjero, de
Alarcón. Si la descripción lograba un mayor realismo, un retrato de la escena del relato, este diálogo
consigue que la acción se desarrolle más fluida. En ese fragmento, da la sensación de una conversación
continua entre los pasajeros, transcurriendo mucho más rápidamente que si esta historia estuviera
contada en forma de narración. Los personajes se responden y contestan, cambian de tono y registro, se
utilizan vocativos, etc.
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