Annexe El MUNDO DE LA LECTURA, Reflexiones abril 2007 Cuba

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EL MUNDO DE LA LECTURA EN LA SOCIEDAD DEL
CONOCIMIENTO
REFLEXIONES
EN
TORNO
AL
DESARROLLO
DE
HABILIDADES COMUNICATIVAS MEDIANTE LA LECTURA
ORAL
Autoras: Mg Lic. Susana Darin ( Argentina), Mg. María Claridad
Valdés Rodríguez ( CUBA) y Lic. Carmen L. Garcia Ravelo ( Cuba)
Introducción
Los progresivos cambios generados por la llamada “revolución tecnológica” y
cuyos ejes fundamentales fueron la innovación en todos los campos de la ciencia y las
nuevas tecnologías de la información y de las comunicaciones, NTICs, no sólo han
determinado cambios multidimensionales en el ámbito político, económico, sociocultural, tecnológico y ecológico, sino que han dado origen a la necesidad de definir un
nuevo modelo educativo.
El paradigma de la “Sociedad del Conocimiento” exige una educación en la cual
se enfatice el dominio y el desarrollo de mayores competencias y destrezas, entre las
que se destacan las destrezas comunicativas, herramientas esenciales para comunicarse
eficazmente en el entorno académico y profesional. Estas destrezas son necesarias para
sobrevivir y triunfar en las diversas situaciones que nos plantea el mundo globalizado.
Incluyen la escritura, la lectura, la competencia comunicativa oral, la capacidad para
pensar en términos de diagramas, gráficos o presentar las ideas de forma visual, y la
capacidad de gestión e interacción del individuo con la comunidad a la cual pertenece.
Las capacidades lectoras son consideradas un valor agragado estratégico en la
formación de un individuo ya que la misma es imprescindible para la escritura. La
lectura enseña a escribir tanto como a reflexionar. De ahí la importancia de formar el
hábito de la lectura.
Etimológicamente la palabra leer viene del verbo latino «legere» que significa
«coger». Así pues, leer es descifrar un mensaje, comprenderlo internalizarlo
Tradicionalmente ha sido la escuela la institución encargada de enseñar a leer, a
comprender un contenido expresado en signos gráficos, a conocer y utilizar una técnica
lectora. La experiencia nos demuestra que no basta con saber leer, no basta conocer las
técnicas
lectoras
y
comprender
el
texto
escrito
para
ser
un
lector.
Muchas personas reducen la lectura al uso indispensable como instrumento informativo,
pero no tienen interés por leer otras cosas. Leen por necesidad
Ser lector supone convertir la lectura en una necesidad vital, hacer de la lectura un
hábito voluntario, una actividad elegida libremente, deseada y gustosa.
Mg. Lic. Susana Darin
El desarrollo de habilidades comunicativas mediante la lectura oral
La lengua es un valioso instrumento de comunicación y aprendizaje entre los
seres humanos. Desde pequeños, en el ámbito de la familia y en el contacto social que
los individuos desarrollan se inician saberes, la escuela también tiene su encargo social
junto a los agentes de la comunidad y la familia y como objetivo del currículo siempre
se halla propiciar el desarrollo lingüístico estructurado a lo largo de los años escolares,
dotando al estudiantado de competencias,
que los sitúan en diferentes niveles de
desarrollo comunicativo, a partir de las macro-habilidades fundamentales de: hablar,
escuchar, escribir y leer, entrenadas en los diferentes espacios comunicativos. Se
particulariza en esta oportunidad, en la valiosa lectura oral, componente y técnica que
empleará en el transcurso de toda la vida y que mediante las destrezas que alcance o
no, dará muestras de la eficiencia comunicativa en los diferentes espacios en que haga
uso de ella.
En las escuelas cubanas desde hace algunos años, con toda intencionalidad
didáctica, se fomenta el enfoque comunicativo y desde diferentes niveles de la
formación de los conceptos se potencian los componentes funcionales: la comprensión,
el análisis y la construcción de textos de diversas naturalezas y estilos funcionales.
Desde el punto de vista didáctico el profesor va jerarquizando en diferentes momentos
uno y subordinando el resto indistintamente, en dependencia del objetivo que se esté
desarrollando.
Este enfoque no solo es típico de las clases de Lengua sino que está presente en el
actuar didáctico de todas las asignaturas, pues facilitan de forma integradora, el
desarrollo de esas habilidades básicas para la adquisición de conocimiento de diferentes
materias. No obstante, sí es contenido y medio en los momentos en que la lengua y la
literatura se imparten, por lo que adentrarse en sus presupuestos teóricos y
metodológicos debe constituir una meta profesional de todos los pedagogos en los
diferentes grados y enseñanzas.
Cuando se prioriza el componente funcional de la comprensión, se profundiza en que
se alcancen niveles superiores de lectura, entendiendo que leer es comprender, en la
medida en que el receptor de un texto se convierta en lector u oyente, sea capaz de
percibirlo fonológicamente y descubra el significado de las palabras y las relaciones
que existen entre ellas, las redes y campos semánticos que se tejen y destejen, con el
andar lector, devenido de la arquitectura textual con que lo ha construido el autor; y
esto se logra a partir de la lectura. Es hacia ello, y en particular a la lectura oral, que se
encauza este trabajo, pues
es
propósito
reflexionar acerca de las posibilidades
comunicativas que se alcanzan mediante el ejercicio de la lectura en alta voz.
Siempre que se realiza algo a los individuos los mueve un fin, un propósito, una
aspiración, un objetivo. ¿Por qué enseñar? ¿Para qué aprenderlo? Son preguntas que
muchos y muchas veces los docentes se formulan.
Carlos Álvarez de Zayas, en su libro Didáctica; La escuela en la vida, al referirse a
los componentes del proceso docente-educativo considera como tales:
El aprendizaje, la enseñanza y la materia de estudio, sobre la cual trabajan
los estudiantes y el profesor 1
No obstante, estudios más profundos lo llevaron a plantearse un componente esencial
del proceso docente-educativo, considerado por él como el primero y relacionado con el
objeto y objetivo. Es decir, el objeto es el portador del problema y el objetivo es la
aspiración, lo que se pretende alcanzar en la formación de las nuevas y futuras
generaciones:
El problema, este que se denomina encargo social y que consiste en
preparar a los ciudadanos de esa sociedad (de su sociedad) tanto en sus
pensamientos como sentimientos2
Es por eso que más de una vez, han aparecido en entornos docentes interrogantes
como:
r
¿Realizan una correcta lectura oral los alumnos?
r
¿Se les han ofrecido los instrumentos o las herramientas suficientes para
una buena lectura oral?
r
¿Cómo aspiran los profesores que lean los educandos?
r
¿Se ha contribuido al desarrollo de habilidades lectoras?.
Enseñar es una manera excelente de aprender y los maestros en este ejercicio
pedagógico tienen que ser ejemplo de disciplina y dedicación en el arte de leer en alta
voz.
Para aprender, apreciar y comprender un texto, lo esencial es leer; pero si se
quiere colocar de veras un libro en las manos de otros individuos que desean leer, el
ejemplo personal, es indispensable y esto se puede lograr con una atractiva y buna
técnica de la lectura oral.
Resulta cierto que la lectura es uno de los principales ejercicios en las escuelas;
pero aún no es suficiente el tiempo que se le dedica a esta importante actividad y se
activa más en las asignaturas relacionadas con la lengua y la literatura, pero se
intensifica y estimula a sistematizar en todos los años y asignaturas, también se debe
estimular de forma independiente y con la cooperación de la familia y tutores en el
hogar, porque la lectura es un arte, y como tal tiene que ser enseñada a los demás. No
hay nada insignificante o minúsculo en el gran asunto de la educación y la lectura en
alta voz es uno de los elementos de la instrucción que durante toda la vida los
individuos van a emplear y el utilizarlo bien les ofrecerá valiosas oportunidades y
positivos resultados en los diversos escenarios.
Algunos muy buenos lectores, aquellos que leen con perfecta corrección, sin
cometer cambios, adiciones, omisiones, con fluidez, en un tiempo moderado, preciso,
casi conversacional y con la expresividad y entonación que el texto y el contexto en que
se lee necesitan, es posible que lo hayan adquirido por herencia familiar o en la escuela.
De cualquier manera los patrones a imitar deben existir, los buenos patrones están en
escuelas, hogares, instituciones solo que hay que mantener la exigencia de tan digno
acto en todo momento y circunstancia.
Cuando el niño aprende a leer, cuando ya puede hacerlo por sí solo, casi se ha
formado una habilidad, que aún no está automatizada. Por tal razón, para que este logre
alcanzar una lectura correcta, adecuada a su grado y edad, se debe propiciar el
desarrollo del hábito de la lectura y en particular la lectura oral.
Leer bien un texto o una obra y representarla o dramatizarla, son cosas diferentes.
El actor solo tendría que representar un papel; sin embargo, el lector los representa
todos. “El actor es un solista que toca en una orquesta; el lector es toda la orquesta”3.
El lector en alta voz, tendría que figurar cualquier edad, sexo, sentimiento y
cambiar a cada momento de voz, de movimiento, de expresión y por supuesto, como la
impresión que quiere lograr es de conjunto, debe dar a cada personaje todo su valor, la
jerarquía que le corresponde, sin sacarlo de su categoría y contexto. En esencia, debe
dar al que lo escucha un cuadro completo y acabado, que le permita adentrarse y
comprender lo escuchado.
Por supuesto que es una tarea difícil enseñar a leer a otros, pero no es tan difícil si
se le enseña cómo se lee. Es acertado pensar, que varios grupos de alumnos enseñados
por maestros distintos adquirieron actitudes diferentes ante la lectura y su interpretación.
Por eso, como aconsejara Camila Henríquez Ureña en: Invitación a la lectura:
Lo mejor es que el maestro se limite a sugerir caminos, modos y a dar a
conocer al alumno los recursos literarios que emplean los diversos tipos
de literatura y las técnicas que le permitieron acercarse a su
interpretación; pero debe advertir siempre al alumno que al leer debe
situarse como una personalidad, como un temperamento ante otro, y
que nadie puede precisar de antemano el resultado de esa relación 4
El maestro tiene la misión de familiarizar o relacionar al alumno con las técnicas
de la lectura según los diferentes tipos de textos.
Mediante ellos, los alumnos
aprenderán a ver la obra leída en función del mundo en que fue creada y podrán
descubrir por sí mismos el sentido con que fue escrita por su autor. El maestro orientará
al lector de manera tal, que le facilite o ayude a desarrollar su poder de reacción ante lo
leído, y que este pueda crear sus propios mecanismos para leer y escudriñar críticamente
lo leído, sin desesperarse y sin querer encontrar en el texto lo mismo que otros han
hallado antes.
No se puede perder de vista la realidad y el contexto, en que fue escrita la obra, ni
el sujeto que realiza la lectura, ni el autor que la creó. Por eso al desarrollar habilidades
lectoras es importante y necesario tener en cuenta los conocimientos adquiridos por el
lector y sobre todo, aquellos relacionados con el tema tratado en la lectura. No se debe
olvidar que habilidad es el dominio de un conjunto de acciones psíquicas y prácticas
que posibilitan la realización de una actividad partiendo de los conocimientos y hábitos
que posee cada persona.
Es por ello, que la preparación para la lectura oral o en alta voz lejos de hacer
perder tiempo a los alumnos, se lo hará ganar; porque esforzarse en leer bien una página
es la manera más segura de comprenderla mejor y recordarla por más tiempo. Por eso es
conveniente que en la escuela, la lectura que sea seleccionada, la lea primero el maestro
y luego el alumno y que previamente haya sido leída por ambos en forma silenciosa o
que se preparen previamente los buenos lectores como ejercicios modelos ante el
alumnado o se parta de grabaciones que contengan música o vídeos, entre otras ideas
creativas.
La parte técnica del arte de leer en voz alta se relaciona con la voz y la
pronunciación, los sentidos y las palabras. La voz solo se emite, se ejecuta, por acción
voluntaria; se habla cuando se desea hablar; se puede hacer en forma más o menos alta,
más o menos rápida; se regula la voz como personal que es. Por consiguiente, la voz,
es el principal instrumento del lector en alta voz y no se podría llegar a utilizar bien sin
el concebido aprendizaje para ello. Por lo tanto, se puede aprender a leer, por ser la
lectura susceptible de modificación, de cambios por la voluntad del lector.
Para llegar a ser un buen lector oral es indispensable conocer y emplear el tono
bajo, medio y alto, cuando corresponda. Hay quien hasta ha perdido razones, por haber
comenzado su defensa, a veces sin notarlo, en un tono muy alto. Igual sucede con la
lectura. Ningún extremo es saludable; se requiere, por tanto, de una acertada
combinación de tonos en el ejercicio de la voz y sobre todo el trabajo sistemático con
ella. La práctica bien dosificada fortalece y estimula la voz débil, suaviza y colorea la
dura y dulcifica la más áspera. La voz se tiene, no se crea; pero sí puede ser
transformada, educada.
Sin embargo, para leer bien, se necesita respirar bien. Debemos facilitar el paso
del aire por nuestros órganos respiratorios para que salga luego en forma de manantial
mediante las cuerdas vocales. Hay que adquirir y almacenar aire (aspirar) y solo utilizar
el necesario y en el momento preciso (espirar).
El buen lector aspira bastante y espira poco. El que no regula bien estas acciones,
a cada instante se verá obligado a realizar aspiraciones ruidosas que entorpecen la
lectura y molestan al que escucha. Por eso es recomendable una correcta postura al leer.
En posición no adecuada se aspira mal y se espira peor.
Todo lo anterior se relaciona con la articulación y producción de los sonidos y las
palabras. La adecuada articulación, proporciona energía, pasión por lo que se lee y
puede llegar a sustituir cualquier flaqueza de la voz. El lector más admirable puede ver
por un instante, débil, apagada o ronca su voz y una buena articulación puede salvarlo
de situación.
Por eso es necesario que desde los primeros grados escolares se desempeñe un
trabajo correctivo bien dirigido, se tracen estrategias que preparen al alumno para
enfrentar mayores exigencias lectoras en relación, además, con la entonación y
expresividad de lo leído.
En la primera parte del proceso de la lectura, el alumno
recibe las impresiones hasta el límite de sus capacidades de receptividad y comprensión,
y en la segunda parte de este proceso es capaz de comparar, formarse juicios y hasta
llegar a concretar una firme impresión acerca de lo leído.
No todos los alumnos llegarán a ser lectores críticos, profundos, que expresen sus
descubrimientos o impresiones lectoras; pero sí se puede contribuir a la formación de
lectores inteligentes, analíticos, que disfruten del arte de la lectura y del placer que
significa la lectura oral. Muestra, de que con una adecuada lectura en alta voz, se puede
lograr una buena comunicación con el auditorio y que además este pueda disfrutar y
vibrar de emoción.
Si usted, estimado lector o profesional de la lectura, se ha estimulado a pensar y
a reflexionar al respecto, las autoras se consideran un tanto satisfechas en la medida
además que provoque tal efecto en sus círculos de amigos, en colectivos profesorales o
en su alumnado y será un incondicional aliado en la búsqueda de vías y nuevos
métodos para poner en práctica este tan antiquísimo ejercicio, con lo cual contribuirán a
favorecer el desarrollo de buenos lectores en alta voz y en competentes hombres en el
ejercicio de la lectura durante su vida.
Mg. María Claridad Valdés Rodríguez
Lic. Carmen L. García Ravelo
Citas bibliográficas
1.
Álvarez de Zayas, Carlos. Didáctica: La escuela en la vida, p. 17.
2. ------ Op. Cit. p. 18.
3.
Legouvé, Ernesto. El arte de la lectura. p. 13.
4.
Henríquez Ureña, Camila. Invitación a la lectura. p. 31.
Bibliografía

Álvarez de Zayas, Carlos. Didáctica: La escuela en la vida. -3. ed. -La Habana:
Editorial Pueblo y Educación, 1999. -p.

Henríquez Ureña, Camila. Invitación a la lectura. --La Habana: Editorial Pueblo
y Educación, 1973. -p. 30-38.

Legouvé, Ernesto. El arte de la lectura; traduc. De M. Sales Ferré. -Madrid:
Librería General de Victoriano Suárez, 1912. -p. V-VIII. p.1-23

Orientaciones Metodológicas: primer grado. / Mercedes López López.../ et. al./.
-La Habana: Editorial Pueblo y Educación, 1988. -p. 3-18.
·
Rivero Verdecia, Arnaldo , Una aproximación a la comunicación, la
propaganda y la promoción de la lectura: selección de temas._ _ La Habana:
Universidad de la Habana: Facultad de comunicación, 1997._ _297p.
·
Roméu Escobar, Angelina. El enfoque comunicativo. Congreso Internacional,
Pedagogía 2001, 2003. Ciudad de La Habana, Cuba.
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