Partes: Cerda Almonacid, Cupertina del C. c/ Seguel Jara, Lucitania

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Partes: Cerda Almonacid, Cupertina del C. c/ Seguel Jara, Lucitania del C. y otro |
Responsabilidad contractual - Recurso de casación en el fondo
Tribunal: Corte Suprema
Fecha: 13-jul-2009
Cita: MJCH_MJJ20863 | ROL: 1130-08
I.- DEMANDA:
Eduardo Cabrera Hernández en representación de doña Cupertina del Carmen Cerda
Almonacid, deduce demanda ordinaria de resolución de contrato con indemnización de
perjuicios en contra de doña Lucitana del Carmen Seguel Jara y en contra del Conservador de
Bienes Raíces de Concepción, don Gabriel Valdés Sotomayor.
Sostiene que en junio de 1995, su mandante se interesó en adquirir un inmueble
ubicado en calle Aníbal Pinto N° 1352, de propiedad de su cuñada la demandada Seguel Jara,
quien estuvo de acuerdo en vendérselo, no obstante que en el año 1993 había constituido
hipoteca para garantizar una deuda de su cónyuge, don Diego Cerda Almonacid, pero que
sabía que la obligación garantizada se estaba cumpliendo, de manera que el acreedor don
Félix Herrera Pérez ni siquiera había inscrito la hipoteca. Añade que obtuvo del Conservador
de Bienes Raíces demandado, un certificado de hipotecas y gravámenes, el que fue expedido
el 4 de julio de 1995, dejándose constancia que el inmueble inscrito a fojas 10.961 N° 6736 de
1991 y a fojas 13.089 N° 4.855 del año 1995, del Conservador de Bienes Raíces de
Concepción, se encontraba libre de hipotecas y gravámenes, prohibiciones, litigios,
transferencias de dominio y de constitución de bien familiar.
Sostiene que el 17 de julio de 1995, su representada celebró un contrato de
compraventa respecto del inmueble sub judice en la suma de $7.000.000, que pagó a la
vendedora en dinero efectivo. Sin embargo, expresa que al pretender inscribir el inmueble
constató que éste se encontraba gravado con hipoteca, la que fue constituida por escritura
pública de 19 de marzo de 1993 y ratificada con fecha 21 de julio del mismo año, la que fue
inscrita el 26 de junio de 1995.Asevera que en octubre de 1995 requirió al Conservador de
Bienes Raíces demandado, la correspondiente inscripción, la que fue rechazada por
encontrarse el inmueble transferido por la demandada a doña Gladys Yánez Aguayo,
mediante escritura pública de 18 de agosto de 1995, en el precio de $ 40.000.000.
Indica que por la presente acción persigue la resolución del contrato de compraventa
suscrito con la demandada, doña Lucitania Seguel Jara el 17 de julio de 1995, con
indemnización de perjuicios por una suma no inferior a los $ 40.000.000, esto es, incluyendo
en dicho valor la suma pagada a la demandada, Seguel, más la plusvalía del inmueble
demostrada en el precio pagado con posterioridad a ésta por la compradora. Dicha
indemnización, señala, debe ser pagada solidariamente por la vendedora y el Conservador de
Bienes Raíces, don Gabriel Valdés Sotomayor.
En cuanto al derecho, cita los artículos 1489, 1545 y siguientes, 1556 y siguientes,
1560 y siguientes del Código Civil.
II.- CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA
El demandado, señor Valdés solicitó el rechazo de la presente acción en virtud de los
siguientes fundamentos:
Sostiene que no existe constancia de rechazo de inscripción alguna ni de reclamo por
el supuesto certificado de gravámenes. Indica que no fue parte del contrato cuya resolución
demanda, por lo que carece de legitimación pasiva en su calidad de Conservador de Bienes
Raíces, toda vez que el contrato sólo crea obligaciones para las partes.
En relación a los perjuicios manifiesta que ellos no existen pues, la demandante
conocía la existencia de la hipoteca antes de la celebración del contrato de compraventa, pues
confiesa que así se lo manifestó la vendedora. Luego, explica que el presunto certificado de
gravámenes emitido por su parte carece de toda relevancia, pues entre ese documento y la
celebración del contrato no existe relación de causalidad. Agrega que la demandante jamás
pagó el precio de la compraventa, pues el presunto contrato fue enteramente simulado, estima
que no existe sino una apariencia de tal para engañar, coludidas supuesta compradora y
vendedora, a terceros de buena fe. Lo que se prueba con el supuesto precio en comparación
con el precio real.
Explica que de acuerdo con el artículo 1489 en relación con el artículo 1826 del
Código Civil, estos perjuicios y la acción respectiva son accesorias de la acción de resolución
del contrato y como esa acción es personal, sólo puede reclamarse de la respectiva parte que
celebró el contrato y no en contra de terceros que no han intervenido, calidad que tiene el
Conservador de Bienes Raíces demandado.
En lo conclusivo señala que la solidaridad es improcedente, pues ésta sólo tiene su
fuente en la convención, en la ley o el testamento.
III.- SENTENCIA DE TRIBUNAL DE PRIMERA Y SEGUNDA INSTANCIA:
Mediante sentencia de veintisiete de marzo de dos mil uno, que se lee a fojas 196, el
juez titular acogió la demanda de lo principal de fojas 1, sólo en cuanto declara resuelto el
contrato de cesión de derechos celebrado entre la actora y la demandada, Lucitania del
Carmen Seguel Escobar, desestimándola en lo demás solicitado, sin costas.
La demandante, dedujo recurso de casación en la forma y de apelación, adhiriendo el
demandado a éste último recurso. Una Sala de la Corte de Apelaciones de Concepción, por
resolución de veintiséis de diciembre de dos mil siete, escrita a fojas 264, rechazó el recurso
de nulidad formal y confirmó la sentencia en alzada.
Fundamento: “Que, extemporáneamente, la demandante, ha pretendido que la
demanda, en lo que respecta a la indemnización solicitada, tendría su fundamento en la
negligencia o descuido del señor Conservador de Bienes Raíces, esto es, en una eventual
responsabilidad cuasidelictual civil de éste, acorde con lo prevenido en los artículos 2314 y
siguientes del Código Civil. Sin embargo, si se analiza el contenido de su demanda, aparece
que esto no es así; es más, ni siquiera cita en ella la disposición legal mencionada.”
IV.- SENTENCIA DE CASACIÓN DE LA CORTE SUPREMA
1).- VOTO DE MAYORÍA
Sobre dicho tópico cabe señalar, que el artículo 254 del Código de Procedimiento
Civil exige como requisito de la demanda, en lo que interesa, que ésta contenga la exposición
clara de los fundamentos de hecho y de derecho en que se apoya. Ahora bien, en
cumplimiento de este requerimiento la parte demandante se limitó en su demanda a invocar
únicamente normas de responsabilidad contractual, citando al efecto las disposiciones que
estimó pertinentes para la solución de la controversia, contenidas en el Códigos Civil.
Si bien, los tribunales son libres para aplicar al caso de que se trata el derecho que
estimen pertinente -facultad expresada en aforismo iura novit curia, esto es, puede y debe
aplicar a la cuestión de hecho (questio facti) las normas legales que la gobiernan (questio
juris). "Como se dice muy frecuentemente, el juez, en todo caso, al que se le supone por razón
de su cargo, perfecto conocedor del derecho, suplirá ex oficio la errónea o imperfecta in
terpretación del derecho" (Rev. D. y J., T. LX, 1963, 2ª p., sec. 2ª, pág.49); en el caso sub lite,
los jueces del fondo determinaron la acción entablada por la demandante, analizando sus
elementos integrantes, los fundamentos de hecho y se sometieron al marco de las citas legales
mencionadas por ella, de modo que, en su labor interpretativa, de acuerdo con los hechos
resumidos en lo expositivo de este fallo, concluyeron que analizado el contenido de su
demanda, ésta no tendría su fundamento en la negligencia o descuido del señor Conservador
de Bienes Raíces, esto es, en una eventual responsabilidad cuasidelictual civil de éste, acorde
con lo prevenido en los artículos 2314 y siguientes del Código Civil, razonamiento que se
encuentra congruente con lo que reiteradamente ha sostenido esta Corte, en cuanto a que los
tribunales de justicia tienen amplias atribuciones para apreciar la procedencia de las acciones
y excepciones sometidas a su conocimiento y para dar las razones legales que hayan tenido
presente para declarar aquellas que estiman aceptables.
2).- VOTO DE DISIDENCIA
Que por las razones dadas y resultando absolutamente clara la fuente de
responsabilidad en que se sustentan las pretensiones de la actora al dirigirse en contra de los
demandados, el juez debe atender a la esencia y naturaleza de los mismos, puesto que es él
quién conoce y aplica el derecho.
Que de acuerdo a los antecedentes expuesto y como se ha dejado establecido, es
posible advertir que el actor pretende a través de la presente acción hacer efectiva la
responsabilidad extracontractual del Conservador de Bienes Raíces demandado, en relación al
otorgamiento del certificado de hipotecas y gravámenes a que se ha hecho referencia, por lo
que corresponde determinar si concurren los presupuestos que hacen procedente dicha
indemnización de perjuicios, esto es, una acción u omisión culposa o dolosa del agente, el
daño a la víctima y la relación de causalidad entre la acción u omisión culpable o dolosa y el
daño.
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