MAT.PAG._Dialectica_historica_del_espiritu_cientifico

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Gastón Bachelard (1884–1962)
La Dialéctica Histórica del Espíritu Científico
“La verdad sólo tiene pleno sentido al cabo de una polémica. No podría haber aquí una verdad primera. Sólo
hay errores primeros... una verdad sobre un fondo de error, tal es la forma del pensamiento científico”
Sobre Obstáculos y Rupturas Epistemológicos:
Para el filósofo francés Gastón Bachelard, el conocimiento científico marca una Ruptura
Epistemológica respecto del conocimiento ordinario e inmedato y, por lo general, erróneo.
Las nuevas verdades científicas nacen a pesar de las experiencias naturales e inmediatas,
obstáculos que hacen que sólo pueda conocerse científicamente en contra de conocimientos
anteriores, los de una historia “perimida” dice el autor; ahí donde el error originario resulta
un elemento importante a considerar en el estudio del desarrollo histórico de las ciencias
(más allá del mero voluntarismo de “actos epistemológicos” singulares).
El espíritu de la ciencia procede planteando problemas; en efecto, nada es espontáneo,
nada está dado. Todo tiene que construirse venciendo obstáculos incrustados en las
concepciones del mundo bajo la forma de entorpecimientos o confusiones: formas variadas
de inercia lingüística o semántica, valorativa o psicológica tales como en el realismo
ingenuo de la experiencia básica, vulgar o común. Es la ciencia contra el “...impulso y
enseñanza de la naturaleza” el hecho coloreado y variado, atractivo a los sentidos y no a la
razón.
Es así que el error ocupa un lugar preeminente en la historia de la verdad: la
“rectificación del error” marcará un punto de partida decisivo de las ciencias (el “lado
obscuro de la ruptura”). Las rectificaciones parten desde una anterioridad el error;
efectivamente, “...sobre los errores del pasado a título de revulsivo”, decía Bachelard.
Tomando partido por la preeminencia intelectual de las ciencias, más que de la
filosofía, fundará una obra polémica desde donde ataca las teorías filosóficas tradicionales
del conocimiento; teorías marginales al verdadero avance de las ciencias, atoradas –
aquellas- entre lo general y lo inmediato. Es la crítica del realismo ingenuo, del
racionalismo espiritualista y la constatación empírica positivista, todos, inadecuados para
comprender las nuevas teorías científicas. Su conciencia filosófica de la Ciencia nueva
“...sería verdaderamente adecuada al pensamiento científico en evolución constante”, más
allá de lo a priori y lo a posteriori de su constitución. Postula una comprensión dialéctica
del desarrollo científico desde una “Filosofía abierta” o Racionalismo aplicado. Ello
supone una epistemología histórica, una historización de la producción de los
conocimientos científicos.
Otros referentes esenciales del pensamiento bachelardiano
“Razón Polémica” vs. Razón arquitectónica”: en contra de la idea de una constitución
definitiva del espíritu científico, B. considera que un discurso sobre la ciencia habrá que ser
un “discurso de circunstancia”, más allá de la polaridad de análisis entre las
generalizaciones de la idealización (lo trascendental o razón absoluta e inmanente y sus
exigencias de unidad de las reglas del entendimiento) vs. lo intuitivo o inmediato empírico.
El primado gnoseológico de la Ciencia: la Ciencia crea Filosofía, afirma, pero tal deberá
ser una “filosofía concordataria”, o sea, abierta, histórica, adecuada a los momentos de las
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ciencias en su historia. No hay pues filosofía anterior a las ciencias y la mediación compleja
de sus discursos. Su epistemología pasará por el principio que rige las relaciones entre la
filosofía y la ciencia. La ciencia es revolucionaria y ejerce efectos sobre la estructura
variable del espíritu: pues el conocimiento posee historia: “El espíritu tiene una estructura
variable desde el momento en que el conocimiento tiene una historia”, afirma.
La Formación Histórica de la Razón: Más aún que una “búsqueda de orígenes”, una
Historia de la Ciencia será la historia de las variaciones, las rectificaciones, los
desplazamientos y rupturas de las ideas, tenidas éstas como “hechos”; análisis de la
positividad histórica como la reconstrucción del proceso material de las prácticas, discursos
y culturas científicas, asimismo, no relativizable en la cogito del sujeto.
Desde una perspectiva psicológica el problema del conocimiento o “Espíritu
Científico” ha de platearse en términos de obstáculos y discontinuidades; es decir, desde el
análisis de los procesos de rectificación del saber, diciendo no a la experiencia anterior. En
la renovación del espíritu científico, se manifiesta una actividad de negación (noeuclidiano, no-newtoniano...); es la “dialéctica del no”. Es una “dialectización de los
principios del espíritu”, las dialécticas históricas de las ciencias (en sus objetos, métodos,
psicologías, epistémicas –razón y realidad; conocimiento científico y conocimiento común, etc.). Inherentes al conocer, son las diferentes causas de estancamiento, inercias y hasta de
retroceso del pensamiento. Esta especie de “no-espontaneidad” esencial o constitutiva de la
ciencia se basa en un tipo de negación consciente y racional: la negación de la “inercia
natural” del entendimiento ante la realidad. Sólo puede conocerse científicamente a través
de una oposición a las formas de la experiencia básica o inmediata, con toda su inercia
lingüística y semántica, valorativa o psicológica, es decir: “…en contra de lo que es, dentro
y fuera de nosotros, impulso y enseñanza de la naturaleza, en contra del entusiasmo
natural… coloreado y variado”. Voluntad correctiva que por principio, sólo puede
trascender identificando con exactitud suficiente los llamados obstáculos epistemológicos:
“Es ahí donde mostraremos causas de estancamiento y hasta de retroceso; es ahí donde
discerniremos causas de inercia [...] El conocimiento de lo real es una luz que siempre
proyecta alguna sombra. Jamás es inmediata y plena…”
La ciencia parte de un “realismo de segunda posición”, lo cual supone distinguir lo real
inmediato de lo real elaborado: significa que la realidad pasará por los procesos de
construcción de los objetos como “espacios de configuración”, que abandonan
progresivamente los niveles de la inmediatez. Así, “Toda verdad nueva nace a pesar de la
evidencia, toda experiencia nace a pesar de la experiencia inmediata”. (Tal será la base de
su distinción entre conocimiento común y conocimiento científico).
Bibliografía Básica:
Bachelard, Gastón (1972) La Formación del Espíritu Científico. Siglo XXI. Buenos
Aires.
Aguilar R. (1980) “La Epistemología Bachelardiana”, en: Teoría. Anuario de Filosofía
1 (1). UNAM.
Jarauta, F. (1979) La Filosofía y su Otro. Pre-Textos. Valencia.
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Preguntas:
A partir de lo anterior, contesta brevemente:
1) ¿Cómo entiendes su idea de Realismo no-espontáneo, construido o “de segunda
posición”, y cómo lo relacionarías con sus importantes nociones de “obstáculo” y “ruptura”
epistemológicos?
2) Con base en el resumen, ¿en qué consistiría el carácter histórico y “concordatario” de la
epistemología de Bachelard?
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