Crecer y pensar; Juan Delval

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Introducción:
En primer lugar, puedo decir que el libro me ha enseñado mucho sobre la temática educativa, tanto en
aspectos de pura cultura educativa, como puede ser la evolución de la enseñanza a lo largo de los años, desde
los años en que la educación era un privilegio de la clase alta, hasta el día de hoy, en que la enseñanza se ha
convertido en obligatoria para todo los niños, o en aspectos básicamente prácticos, que en buenas condiciones
se podrían llegar a aplicar en un futuro, como puede ser aspectos del aprendizaje en el niño según su estadio.
En segundo lugar, he de decir, que después de haberme leído este libro, estoy prácticamente de acuerdo con
las ideas que se exponen sobre la educación y el desarrollo del niño. Pero he de decir, que aunque esté de
acuerdo, veo esas ideas sólo como un hecho teórico y no como ideas para llevar a la práctica, ya que me ha
parecido que no se podían emplear en nuestra actualidad. En conclusión, creo que se trata de una ideología
sobre la educación y el desarrollo del sujeto, a mi parecer válida pero no aplicable sin antes cambiar y tener en
cuenta ciertos aspectos de nuestra sociedad actual.
Así pues, voy a desarrollar este trabajo, relacionando aspectos del libro con aspectos de la realidad,
basándome en la idea que es una ideología no aplicable hoy. Explicando las causas y aspectos que me han
llevado ha esta conclusión.
Reflexión:
La idea del autor de Crecer y pensar, que se centra en la teoría de Piaget sobre el desarrollo del niño, se basa
en una educación para la consecución de un niño inteligente y autónomo, en un futuro.
Es decir, según el autor, se ha de educar al niño, de forma que utilice su cuerpo y mente, para aprender cosas
nuevas, para desarrollar su inteligencia y aprender sin que el maestro inculque unos conceptos, sino que sea el
niño que los descubra y entienda. Y nos lo expresa así: La inteligencia sólo se desarrolla ejercitándola no
enseñando a ser inteligente1
Es aquí, a mi parecer, donde encuentro la primera contradicción. En la actualidad, o si más no, en la educación
que yo misma he visto y recibido, el maestro es la autoridad. Éste entra en clase, empieza ha hablar sobre unos
conceptos que él ha estudiado y que por supuesto entiende a la perfección y cuando llega la hora se va. No
deja que el alumno aprenda según va viviendo, no deja intervenir y toda idea expuesta por el niño, nunca
acaba de ser correcta. Podríamos decir que en ningún momento el niño desarrolla su inteligencia de forma
libre, sino que el profesor enseña a ser inteligente.
Desde la infancia se inculca la idea del profesor, como un ser superior. El profesor tiene la razón y la solución
a todos los problemas, que evidentemente explica antes de la propia experimentación. ¿Entonces como
podremos crear niños inteligentes y autónomos, si el mismo maestro inculca sus ideas?
Creo que existe poca comprensión de las ideas de la escuela nueva, que se proponen. La escuela que
llamamos, en la actualidad, moderna, por la diferenciación con la tradicional, trata de aplicar este concepto sin
resultado óptimo. Aplican la experimentación, la ciencia, desde edades tempranas, hecho que es muy
importante, es decir, una de las ideas básicas de la escuela nueva. Por lo contrario, en muchos casos, el
profesor es el que explica por completo el experimento a realizar, dando todas las consignas de aplicación,
incluso adelantando el resultado de éste. En una escuela basada en las ideas de autonomía y consecución de la
inteligencia, simplemente se dejaría que el niño experimentara y llegará a una conclusión, un resultado por su
propio pie, siempre con la ayuda y supervisión del profesor, pero nunca se le daría al niño la explicación total
del experimento.
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Aquí se observa la poca compenetración de ambas escuelas, basadas teóricamente en la misma ideología.
Para empezar deberíamos cambiar el plan de estudios, el programa educativo, que hoy por hoy, obliga al niño
ha estar en una aula encerrado durante muchas horas, en vez de aprender en diferentes ambientes, ya que la
educación no sólo se consigue en la escuela, sino que la familia, los amigos, la naturaleza, o el propio ser...
son aspectos que influyen en la educación del niño, y que se consideran poco. Además no tan sólo se debería
basar en el conocimiento de unos conceptos, sino que éste programa, debe también contribuir al desarrollo y
autonomía del niño.
El niño necesita actividad, necesita moverse y conocer cosas nuevas, cosas que a él mismo le interesen, pero
la educación de hoy tan sólo se basa en un temario lejos de la realidad y de la sociedad que le rodea, que no le
concierne, y por tanto no le motiva, cosas que quedan lejos del mundo donde vive.
La idea de actividad, considero que es muy factible, para el desarrollo de la inteligencia y la habilidad del
niño, pero en la realidad pocas escuelas llevan a cabo esta forma de aprender manipulando objetos o
descubriendo por si solos el funcionamiento de las cosas, sin que el maestro las explique anteriormente, el
profesor actual, se encarga de dar solución a todos los problemas que van surgiendo. La función del profesor
ha de ser conducir al niño al desarrollo no la de manipular su mente aplicando los conceptos según su parecer.
¿Porqué veo imposible que la escuela se base en estas ideas? Pues simplemente por la sociedad donde
vivimos. Ésta está totalmente jerarquizada, que por otra parte ha de ser así, pero debería ser más flexible y
más tolerante con los cambios que la sociedad experimenta y que pasan por alto.
Si observamos nuestro alrededor, vemos políticos que nos imponen unas ideologías, religiosos que hacen de
su religión la más buena, científicos que nos explican que su teoría es la más adecuada, y hasta nos hacen
creer que la guerra es la mejor solución ante un conflicto entre naciones. ¿De esta forma cómo podemos
pretender que la educación tenga el objetivo de crear a individuos libres e inteligentes?
Por otro lado, en mi opinión, el niño actual no es como hace varias generaciones. Hoy en día, y según la
experiencia que voy teniendo con niños de entre 5−15 años y por conversaciones mantenidas con maestros, el
niño no tiene el mismo respeto por las cosas, ni por las personas, es un niño sin motivación positiva. Éste, es
pasivo, participa muy poco en clase, aunque le presenten actividades buenas y divertidas. No tiene interés por
aprender y desde hace unos años hay pocos que quieran seguir estudiando cuando se termina la enseñanza
obligatoria. Y así lo dicen numerosos porcentajes de estudios hechos, al menos en mi población.
Muchas veces este poco interés se puede solucionar motivando al niño desde la escuela y desde su propio
hogar, pero un desequilibrio entre ambos esfuerzos puede hacer que el niño pierda totalmente el interés. En
ocasiones este desinterés, es ocasionado por la propia sociedad, que hoy considero muy materialista.
La motivación ha de ser conjunta. El niño ha de motivarse por si sólo, ha conocer la realidad que le rodea, la
familia ha de ayudar al niño, no presionar para que estudie y aprenda cosas que no aprendieron ellos en su
momento, ha de significar para el niño una motivación positiva, y por otra parte el profesor ha de orientar y
estimular al niño, y ambos han de tener una actitud creadora y innovadora.
Si realmente hubiese esta compenetración, serían muy pocos los niños que al finalizar la enseñanza obligatoria
se rendirían y dejaran de estudiar. Y si más no, serían muy pocos, los casos perdidos, los que opinarían que la
escuela es aburrida y inservible.
Es la escuela la que se ha de adaptar al niño, y no éste a la escuela. Así que debemos tener siempre en cuenta
el nivel del niño, lo que quiere aprender y por lo que se interesa y conducirlo a la satisfacción del aprendizaje
mediante actividades y mediante el descubrimiento.
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Conclusión:
La idea del autor es buena, siempre y cuando la aplicación de este tipo de aprendizaje y enseñanza, vaya
acompañado de un cambio en la sociedad y en el concepto que tiene de sus jerarquías. Sólo de este modo se
podrá establecer lo que aquí se denomina la escuela nueva. Personalmente, culpo a la sociedad, del actual
fracaso escolar y de la poca motivación de los niños por aprender. La sociedad tendría que cambiar sus
ideologías y dar más importancia a la libertad del individuo y a considerar a todos como iguales, para así
formar y desarrollar individuos inteligentes.
DEF 30/10/01 Marta Trullols
Crecer y pensar de Juan Delval
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DEF 30/10/01
Crecer y pensar de Juan Delval
• Crecer y pensar de Juan Delval. Pag.83. Cap.III La función de una nueva escuela
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