PRESENTACIÓN DE OBSERVACIONES AL PROYECTO DE LEY QUE “CREA EL MINISTERIO DE LA MUJER Y LA EQUIDAD DE GÉNERO”, BOLETÍN Nº 9287-06.1 Comisión de Gobierno Interior, Nacionalidad, Ciudadanía y Regionalización de la Cámara de Diputados. PABLO EDUARDO URQUÍZAR MUÑOZ2 Director Legislativo de Comunidad y Justicia Honorables Miembros de la Comisión de Gobierno Interior, Nacionalidad, Ciudadanía y Regionalización de la Cámara de Diputados de Chile. Por su intermedio Señor Presidente, agradecemos la invitación que ha sido extendida a Comunidad y Justicia para participar de la discusión de este proyecto de ley el día de hoy. Brevemente, para efectos de presentarnos, Comunidad y Justicia es una corporación sin fines de lucro que agrupa abogados a lo largo de Chile con el objetivo de promover y defender el respeto por los derechos humanos en nuestro país, para lo cual trabajamos con un equipo permanente de investigadores enfocados a esta temática. En el tiempo que se nos ha asignado el día de hoy para conversar con la Comisión, nos gustaría decir que la existencia de un organismo encargado del estudio y proposición de planes generales y medidas conducentes a que la mujer goce de igualdad de derechos y oportunidades respecto del hombre, en el proceso de desarrollo político, social, económico y cultural del país, respetando la naturaleza y especificidad de la mujer que emana de la diversidad natural de los sexos, incluida su adecuada proyección a las relaciones de la familia, efectivamente satisface una necesidad pública. 1 Ponencia realizada en el marco de la discusión en general del proyecto de ley el día 19 de mayo de 2014. Abogado, Máster en Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile y Diplomado en Derecho Internacional de los Derechos Humanos de la Universidad de Chile. 2 1 Sin embargo, tenemos la convicción de que la aprobación de este proyecto de ley no sólo no aportará en ese sentido, sino que tendría incluso efectos adversos para quienes se busca beneficiar, y para la sociedad en su conjunto. I. DE LOS ASPECTOS DE FONDO DEL PROYECTO DE LEY. Actualmente a nadie le parece extraño que se hable de la Teoría de género: “esto es una cuestión de género”, “aquí hay discriminación de género”, “falta equidad de género”, etc. Sin embargo, hace 15 ó 20 años atrás estos conceptos no se utilizaban en el sentido que actualmente se les da, ni tenían el alcance ni las consecuencias que hoy se les asigna. La Teoría de género no está solamente referida a la concepción genérica de los sexos femenino y masculino, sino que abarca una concepción cultural determinada y una visión de la sociedad predefinida, con bases ideológicas bastante claras. El proyecto de ley en comento crea un Ministerio –en los términos que se encuentra redactado- absolutamente ideológico. En efecto, la ideología que está detrás de este proyecto, es la de la Teoría de Género. Tal como lo señala una conocida historiadora chilena “la teoría de los géneros, íntimamente ligada a la teoría de la discriminación deliberada y sistemática de la mujer por parte del hombre, se sustenta en la creencia –no avalada por la ciencia, aunque se pretenda de otro modo– de que la mayoría de las diferencias entre hombres y mujeres, y ciertamente sus roles y funciones, no responden a su naturaleza sexuada y a la originalidad de lo femenino y de lo masculino, sino que a diferencias de género, vale decir, que no tienen fundamentos naturales irrevocables, 2 sino que han sido construidas culturalmente en forma artificial a través de la historia, creando una discriminación de carácter sistémico en contra de la mujer”3. La introducción de la Teoría de género –no sólo en el lenguaje cotidiano, sino que en las políticas públicas de los países y organismos internacionales– conlleva, además, un cambio cultural bastante más profundo que lo que se pretende a simple vista. Efectivamente, la agenda de la Teoría de género lleva envuelta, entre otros aspectos, un cambio en la familia, vida y sexualidad, la legalización del aborto, y la aceptación de los matrimonios entre personas del mismo sexo, así como la adopción de niños por parte de estas parejas. Implica una nueva forma de ver al ser humano, una nueva perspectiva desde la cual reelaborar los conceptos de hombre y de mujer, sus relaciones recíprocas, y sus respectivas vocaciones en la familia y en la sociedad. La ideología de género quiere instaurar una cultura sin sexos, pero sí con “orientaciones sexuales”, en la que cada individuo, independientemente de las características biológicas con las que nazca, escoja su orientación sexual. Al final, todos los individuos serían iguales, sea cual sea la orientación sexual asumida. Lo propio de la ideología es constituir un pensamiento alejado de lo real, cerrado sobre sí mismo, omnicomprensivo, donde la auto comprensión, la idea subjetiva, reemplaza la realidad y, desde y por ella misma, pretende modificar la realidad. Justamente este proyecto de ley, se aleja de la realidad y crea conceptos que no tienen ningún reconocimiento jurídico en nuestro ordenamiento nacional. Nadie discute que exista un Ministerio de la Mujer, que realice más y mejores de las políticas públicas que hoy desarrolla el Servicio Nacional de la Mujer para lograr una igualdad de oportunidades no sólo formal sino que material entre hombres y mujeres. 3 De la Lucha de Clases a la Lucha de Géneros, Lucía Santa Cruz. Serie Informe político Libertad y Desarrollo, septiembre 1995. 3 Pero este proyecto va mucho más allá: en este proyecto ideológico, lo relevante es ampliar el espectro femenino a “otros tipos de género”, como bien lo declaró Luna Folegatti, vocera del colectivo de feminismo libertario La Alzada: “nosotras apostamos a una mirada de carácter integral donde no solamente se incluya a las mujeres, sino que también a las diversidades sexuales”.4 Como señala Claudia Dides, directora de Miles Chile, este proyecto de ley “instala la idea de la mujer, el empoderamiento y los derechos, y no la del binomio madre-hijo, o de la familia”5. Se pasa de la realidad de las relaciones de familia, en que hay madres y padres, hijas e hijos, esposas y esposos, a construcciones ideológicas que niegan cualquier diferencia: es lo que ocurre ya en Europa, por ejemplo, en España, donde el Estado ya no habla de “madres” o “padres”, sino que de “progenitor A”, y “progenitor B”.6 Todo lo anterior se ve justamente reflejado en un afán de considerar a la mujer separada y desvinculada absolutamente de lo biológico y únicamente valorada en su individualidad como parte del género. De ahí que se eliminen y no se incorporen funciones fundamentales consagradas en la actual Ley N° 19.023 del Servicio Nacional de la Mujer: letras c), d) y e) relativo al fortalecimiento de la familia, la dignidad del trabajo doméstico y el valor fundamental de la maternidad para la sociedad. En efecto, dichas letras indican respectivamente lo siguiente: “Fomentar y proponer medidas tendientes a fortalecer la familia, entregando las condiciones sociales para su desarrollo como grupo humano y el crecimiento de cada uno de sus miembros”; “Impulsar medidas tendientes a dignificar y valorar el trabajo doméstico como un aporte indispensable para el funcionamiento de la familia y la sociedad” y “Fomentar medidas concretas que destaquen el valor fundamental de la maternidad para la sociedad, velando por su efectiva protección”. 4 Véase http://eldesconcierto.cl/ministerio-de-la-mujer-feministas-evaluan-la-institucionalizacion-de-laspoliticas-de-genero/ 5 Ídem. 6 ORDEN JUS/568/2006, de 8 de febrero, sobre modificación de modelos de asientos y certificaciones del Registro Civil y del Libro de Familia. 4 Resulta inexplicable que este proyecto de ley elimine la preocupación por estas funciones. ¿En qué medida esto favorece a la mujer? Creemos que de ninguna forma. Por otro lado, y siguiendo la lógica de borrar con todo lo que haga referencia a las diferencias que la biología implica entre hombres y mujeres, el proyecto de ley en comento elimina el objetivo de la igualdad de derechos y oportunidades de la mujer respecto del hombre, en el proceso de desarrollo político, social, económico y cultural del país, “respetando la naturaleza y especificidad de la mujer que emana de la diversidad natural de los sexos, incluida su adecuada proyección a las relaciones de la familia”, contenida en el artículo 2º de la Ley del SERNAM. Para el proyecto de ley en comento, no existe una diferencia de los sexos que emane de la propia naturaleza. Esta propuesta parece desconocer un dato objetivo que es el sexo biológico. Este hecho es más que un elemento accidental: implica una carga genética, órganos sexuales masculinos o femeninos, diferencias hormonales que actúan en circuitos cerebrales distintos. En definitiva, un cuerpo, masculino o femenino, que es constitutivo de nuestra identidad personal, masculina o femenina. El proyecto olvida que hombre y mujer son seres complementarios. Juntos construyen la sociedad aportando cada uno la riqueza de su identidad, masculina y femenina. La complementariedad no es algo extrínseco al hombre y a la mujer, como algo que les viene impuesto. Por el contrario, el hombre y la mujer encuentran en el interior de su naturaleza el reclamo de la entrega recíproca al otro, y es esta complementariedad el único camino para que cada uno alcance su plena realización. Asimismo, el proyecto de ley incorpora como función “promover la transformación de estereotipos”. El propósito de crear entidades políticas destinadas a revisar los “estereotipos negativos” y las conductas y actitudes “sexistas” y proponer modelos 5 culturales alternativos, supone, en primer término, que existen parámetros objetivos para determinar científicamente cuáles serían estos modelos ideales, así como que frente a la existencia de estereotipos estimados negativos, y de importancia para la determinación de conductas, le corresponde al Estado intervenir para revertirlos y presentar un modelo cultural alternativo. Sin embargo, en el caso de esta letra h), la intervención estatal es bastante cuestionable, ya que la evaluación positiva o negativa de los estereotipos es absolutamente arbitraria y depende de los valores y creencias particulares de los individuos. Así entonces se podría llegar al absurdo de considerar que la maternidad es un estereotipo negativo. II. DE LOS ASPECTOS FORMALES DEL PROYECTO DE LEY. El artículo 2 indica que: “Al Ministerio le corresponde planificar y desarrollar, políticas y medidas especiales destinadas a favorecer la igualdad de derechos y de oportunidades entre hombres y mujeres, procurando eliminar toda forma de discriminación basada en el género, la plena participación de las mujeres en los planos cultural, político, económico y social, así como el ejercicio de sus libertades fundamentales y velar por el cumplimiento de las obligaciones contenidas en los instrumentos internacionales ratificados por Chile en la materia y que se encuentren vigentes.” Pareciera que se incurre en una errada técnica legislativa estableciendo el objeto de la Institución en su artículo 1, volviéndolo a regular en su artículo 2, para finalmente detallar sus funciones específicas en el artículo 3. El artículo 2 es innecesario. Por otro lado, se señala en muchas partes del proyecto de ley el propósito de “eliminar toda forma de discriminación”. Sin embargo, nos olvidamos que la discriminación que nuestro ordenamiento jurídico prohíbe conforme a la Constitución Política de la República 6 7 y a Ley N° 20.609 que establece medidas contra la discriminación 8 , es precisa y específicamente la discriminación “arbitraria”, y no otras (a contrario sensu, las formas de discriminación justas, que son las diferencias de trato a las personas en que la ley incurre por motivos razonables), por lo que necesariamente debe incorporarse esa palabra. En el mismo orden de ideas, se menciona que la discriminación que se prohíbe, es aquella “basada en el género”. No obstante, esto no se encuentra definido ni tampoco tiene reconocimiento en nuestro ordenamiento jurídico, sino más bien, el término “sexo”, de acuerdo a la mencionada Ley N° 20.6099, entre varias otras. También se propone “velar por el cumplimiento de las obligaciones contenidas en los instrumentos internacionales ratificados por Chile en la materia y que se encuentren vigentes”. Pareciera que el término correcto no es “instrumentos”, sino más bien, conforme al artículo 5º inciso segundo de la Constitución Política de la República10 y la misma Ley N° 20.609 que establece medidas contra la discriminación11, la expresión “tratados internacionales de derechos humanos”. III. CONCLUSIONES. Existe una realidad innegable de injusticias y discriminaciones arbitrarias contra las mujeres. Todo ello se debe rechazar y combatir activamente, junto con crear las condiciones para una verdadera igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en todos los planos de la vida en sociedad. Sin embargo, el proyecto de ley en comento, al crear el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, no es simplemente una actualización mejorada de la Ley del 7 Artículo 19 N° 2. Artículo 2. 9 Artículo 2. 10 Artículo 5. 11 Artículo 2. 8 7 SERNAM. Por el contrario, se trata de un nuevo organismo público, con objetivos distintos: ya no es un servicio cuya mayor preocupación sea la situación de la mujer en Chile, sino uno con el propósito explícito de introducir la ideología de la Teoría de género, como alguien podría decir, “por secretaría”. De lo contrario no se explica la eliminación de las funciones relativas al fortalecimiento de la familia, la dignidad del trabajo doméstico y el valor fundamental de la maternidad para la sociedad. Tampoco la negación de la complementariedad de hombre y mujer emanada de la naturaleza de los sexos. ¡Muchas gracias! 8