DEMOCRACIA EN CRISIS EN SURAMÉRICA1 Corrupción y políticas débiles vulneran integridad de los países. Países como Bolivia y Ecuador enfrentan una crisis del Estado. Panorama sobre la coyuntura política que afronta América del Sur. Natalia Lucía Durango Vásquez Poner fin a la agitación sociopolítica que vive Suramérica en los últimos meses fue el llamado que esta semana hicieron la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Organización de Estados Americanos (OEA) a propósito de las crisis que viven países como Brasil, Ecuador, Bolivia, Venezuela y Perú. En palabras de José Miguel Insulza, secretario general de OEA, Latinoamérica debe poner fin a la inestabilidad institucional y organizarse para solucionar las dificultades que enfrenta pues, "son problemas regionales, no solamente locales". La profunda pobreza y subdesarrollo que afecta a Bolivia, país que cada vez está más lejos de ser competitivo en el mercado global, así como el quiebre democrático que viven países como Ecuador o Venezuela, ponen en peligro el crecimiento conjunto de la región. Las causas van desde la falta de modernización de los sistemas políticos suramericanos, pasando por el mito del impacto del neoliberalismo en la región, y por una idea de antipolítica en el que los movimientos populares piden la salida de todos los políticos, como se ha visto en las marchas de Bolivia o Ecuador. En palabras de Insulza, "hay cierta contradicción: los sistemas presidencialistas predominan en varios países de Suramérica, pero el día que quieren echar (a un presidente) se va al recuento de votos" en los Parlamentos, apuntó. Habrá que tener en cuenta entonces que la agitación política que hoy viven la mayoría de los países suramericanos obedece a una serie de problemas de carácter estructural. Según Alfonso Gómez, especialista en Cultura y Globalización de la Universidad Eafit, el problema de países como Venezuela, Bolivia, Brasil, Ecuador y Perú, que en este año especialmente han vivido agitaciones por problemas económicos, de corrupción e insatisfacción con el papel de los políticos, es de tipo estructural. "Los gobiernos anteriores no hicieron nada para integrar a los países, en ese entonces la economía regía alrededor de los Andes. Así, mientras los países estaban cerrados cada uno en su modelo de sustitución no hubo problema, pero en una economía global como la de hoy, en donde los países se tienen que conectar con el mundo, esos países no llegan a ser competitivos y cada vez van a ser más pobres". Países como Bolivia, por ejemplo están divididos tanto geográfica como políticamente, por eso su pobreza obedece más a una deficiente política de integración nacional que a la globalización en sí. 1 Periódico El Colombiano. Medellín, agosto 28 de 2005. http://www.elcolombiano.terra.com.co/BancoConocimiento/D/democracia_en_crisis_en_suramerica/democracia_en_crisis_en_ suramerica.asp Histórico Para Simón Pachano profesor de Ciencia Política de la Facultad Latinoamérica de Ciencias Sociales (Flacso), antes de entender los males comunes de nuestros países hay que entender que, a diferencia de los 80 y 90, en que había causas comunes, hoy hay hondas diferencias entre la problemática de un país y otro. "En los años 80 los conflictos en América Latina estaban fundamentalmente en el Cono Sur y con las dictaduras militares uno podría decir que el problema era ese y que todos tenían una misma matriz en definitiva. Más adelante, en los años 90, los problemas se centraban en Centroamérica y tenían que ver con las guerras civiles que se libraban allí y los problemas de derechos humanos. También había más o menos una matriz". Pero, en el caso actual es más difícil hablar de una causa común para las coyunturas sociales, políticas y económicas que viven la mayoría de los países latinoamericanos. Hoy no podemos hablar de un elemento común. Quizá lo que se puede encontrar es aspectos generales o circunstancias que afectan en común a algunos países pero no a todos. La antipolítica Este fenómeno que se refiere a la gran pérdida de credibilidad en los políticos y la desconfianza en ellos alimenta el surgimiento de tendencias antipolíticas, es decir, “de tendencias que consideran que los políticos y la política son el problema de nuestros países y que, por lo tanto, hay que acabarla" sostiene Pachano. De allí los fuertes movimientos que promueven el reemplazo abrupto de mandatarios. "Perú está de vuelta en ese tema, porque tuvo ya su época de antipolítica con Fujimori y no le fue muy bien. Entonces más bien está tratando de restablecer un sistema de partidos y la gente está confiando más en ellos. Pero, la antipolítica sí es el caso de países como Bolivia, Venezuela y en alguna medida de Ecuador. Sobre todo Venezuela y Perú en donde colapsaron los sistemas de partidos. Venezuela sigue con una tendencia muy fuerte de rechazo a la política, a los partidos y de ahí la abstención fuerte y la fortaleza para Chávez que está sin contendor". Neoliberalismo La teoría de que la aplicación de políticas neoliberales ha causado el deterioro socioeconómico de algunos suramericanos es un tema que es mejor tomar con pinzas. Para Pachano habría que hablar mejor de "bajos rendimientos de la políticas aplicadas en cada país". Sostiene el analista que "durante 20 años prácticamente ha habido una serie de experimentos políticos y económicos y en casi todos los países se han dado ajustes de carácter neoliberal y, si bien en algunos ha funcionado, en otros no". Agrega que "hay países en donde no se han aplicado políticas neoliberales, como es el caso de Venezuela y Ecuador, y estos países muestran niveles de pobreza crecientes". En Venezuela, que se sostiene con las ganancias del petróleo, la economía informal llega al 52 por ciento y el desempleo ha estado en promedio durante la gestión de Chávez en un 15 por ciento. Esto quiere decir que no necesariamente los malos indicadores económicos de algunos países obedecen a la aplicación de políticas neoliberales, sino a que en América Latina hay problemas más fuertes que han sido impermeables a las políticas económicas. Corrupción y violencia Uno de esos problemas es precisamente la corrupción que por estos días ocupa las primeras planas de los diarios a raíz del escándalo de corruptelas en Brasil, y la violencia, que no sólo se refiere a la expansión de grupos armados sino a que el Estado no está garantizando seguridad a sus ciudadanos, lo que también debilita la credibilidad en las instituciones. Según Pachano, ese es un problema con consecuencias políticas que muestra la incapacidad de los políticos para solucionar esto y por eso "el juicio que se hace contra ellos tiene mucho que ver con la inseguridad con que vive la gente en su vida diaria. Se trata de Estados que no protegen a los ciudadanos". La crisis del Estado Para países como Bolivia y Ecuador, su problemática obedece principalmente a una crisis del Estado, no el entendido como el aparato estatal sino como la organización política de la sociedad. Según sostiene Pachano, tanto el Estado boliviano como el ecuatoriano no representan a sus sociedades, no son la organización política de las sociedades y por eso la crisis ya es profunda porque se requiere prácticamente la refundación del Estado como tal. Según un reciente informe del Centro de Proyecciones Económicas de la Comisión Económica para América Latina, el crecimiento para la región será de un 4.4 por ciento en 2005. Organismos internacionales advierten que los índices de crecimiento deben obedecer a políticas que promuevan la igualdad y disminuyan la brecha de pobreza, para salir de ese terreno fértil para que la democracia zozobre. La ONU insta a adoptar políticas sociales La ONU instó los países latinoamericanos a incorporar aspectos sociales en sus políticas económicas, a fin de mejorar la distribución de la riqueza y luchar contra la desigualdad. "La buena distribución de los ingresos parte no sólo de una buena política social, sino también de incorporar criterios sociales en la política económica", dijo a Efe el subsecretario de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU, el colombiano José Antonio Ocampo. "La mitad de los países latinoamericanos han experimentado un deterioro en la distribución de ingresos" dijo. Reconoció que es difícil precisar el porcentaje del aumento en la desigualdad, aunque indicó que en un país latinoamericano, el 10 por ciento más rico de la población dispone de un 40 a un 50 por ciento de la riqueza. En tanto, el 10 por ciento más pobre tiene entre el uno y el dos por ciento de los ingresos, con lo cual la brecha entre los ricos y pobres tiende a ser entre 30 y 40 veces mayor.