Foro IV, Seguridad Química en un Mundo Vulnerable HECHOS Y CIFRAS Los productos químicos pueden tener numerosos usos beneficiosos, como es la protección de los cultivos y la prevención y tratamiento de las enfermedades. Sin embargo, la exposición a productos químicos tales como los metales tóxicos, los plaguicidas y los productos químicos industriales pueden tener también efectos negativos en la salud humana y el medio ambiente, cuando su fabricación y uso no se gestionan de modo responsable. Algunos efectos negativos son complejos y no se comprenden o conocen plenamente al existir insuficiencias en nuestros conocimientos científicos. Existen también efectos bien probados. Los siguientes hechos y cifras proporcionan información sobre la industria química y un vistazo de las cuestiones primordiales relacionadas con la seguridad química que se examinarán en el Foro IV. Estos datos reflejan la mejor información fiable disponible procedente de una serie de fuentes creíbles. MAGNITUD DE LA INDUSTRIA En 1998, la industria química representaba aproximadamente el 7% de la renta mundial, el 9% del comercio internacional y una cifra estimada en US$1,5 billones en ventas (OCDE, Perspectivas medioambientales para la industria química, 2001). En 2001, el 80% de la producción total mundial de productos químicos procedía de 16 países, concentrada en los países de la OCDE. Sin embargo, en 2020, se prevé que los países en desarrollo ocupen el primer lugar en las tasas de crecimiento de productos químicos industriales de alto volumen (esto es, los fabricados en más de 1000 toneladas por año), aumentando su participación en la fabricación mundial de productos químicos hasta el 31% (OCDE, Perspectivas medioambientales para la industria química, 2001). Existen decenas de miles de productos químicos sintéticos fabricados comercialmente en todo el mundo. Falta información apropiada sobre seguridad acerca de la gran mayoría de esos productos (OCDE, Perspectivas medioambientales para la industria química, 2001). Dado que muchos países en desarrollo carecen todavía de legislación sobre productos químicos, inventarios y controles de importación y exportación, nadie sabe con exactitud cuántos productos químicos se hallan actualmente en uso (Banco Mundial, Productos tóxicos y pobreza). Se calcula que en todo el continente africano existen hasta 50 000 toneladas de plaguicidas en desuso que están pasando al medio ambiente, contaminando el suelo, el agua, el aire y las fuentes de alimentos (Programa Africano de Productos Almacenados, www.africastockpiles.org) 1 EL PROBLEMA En los países, los pobres sufren la mayor exposición a los productos químicos. Los niños empleados en el sector laboral informal pueden estar expuestos a múltiples productos químicos tóxicos (Laraqui y otros, 2000). En todo el mundo, las colectividades que se dedican a la búsqueda de desechos tienen una alta exposición a productos químicos tóxicos. La exposición a sustancias tóxicas es un importante factor contribuyente a las enfermedades crónicas, junto con otros factores tales como el tabaquismo, el consumo de alcohol y la obesidad (Banco Mundial, Productos tóxicos y pobreza, 2002). La contaminación interviene en la aparición del cáncer y las enfermedades respiratorias crónicas. Probablemente desempeña también una función en las anomalías congénitas y en algunas enfermedades crónicas del adulto, como la enfermedades de Parkinson (Lockwood, 2000). La OIT calcula que la exposición profesional a sustancias peligrosas puede producir al año unas 340 000 defunciones en todo el mundo, sin citar las personas expuestas a lesiones y enfermedades provocadas por productos químicos (Dr. Jukka Takala, OIT, Alocución en el XVI Congreso Mundial sobre Seguridad y Salud en el Trabajo, mayo de 2002, Viena). INTOXICACIONES El envenenamiento por productos tóxicos en los niños representa el 2% aproximadamente de todas las defunciones por lesiones en los niños en los países desarrollados y el 5% aproximadamente en los países en desarrollo (Bates y Edwards, Roper, Volans, Paediatric Toxicology: Handbook of Poisoning in Children, 1997). La intoxicación por plaguicidas es un importante problema de salud pública en los países en desarrollo (Ecobichon, 2001; Koh y otros, 1996). Se desconoce la amplitud del problema; la Organización Mundial de la Salud ha estimado una incidencia mundial anual de 3 millones de casos de intoxicaciones graves agudas (incluidos los suicidios), lo que corresponde posiblemente a un número mucho mayor de casos sin notificar de intoxicaciones leves a moderadas, con unas 220 000 defunciones (Koh y Jeyaratnam, 1996; Ecobichon, 2001). Las intoxicaciones no intencionadas provocan unas 50 000 defunciones de niños menores de cuatro años según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (Informe sobre la Salud en el Mundo, 2002). Las intoxicaciones agudas no intencionadas de niños son graves consecuencias del uso moderno de los productos químicos. Por ejemplo, conforme al Informe Anual del Centro de Intoxicaciones en el Brasil se notifican 12 471 intoxicaciones en niños menores de cinco años. En Suecia, la tasa anual de indagaciones dirigidas al centro de intoxicaciones sobre productos químicos no farmacéuticos es de unas 14 000 por millón de niños menores de nueve años. Conforme a una amplia red de vigilancia estadounidense, en 2001 se notificaron 2,2 millones de casos de intoxicaciones humanas, de los que el 85,2% no eran intencionadas. OTROS PROBLEMAS Gran parte del terreno agrícola apropiado está amenazado por la contaminación química, en particular por los productos de desecho procedentes de los centros 2 urbanos. La degradación química es responsable del 12% de la degradación mundial del suelo (Perspectivas Medioambientales Mundiales 3). Tras la aplicación de medidas de control se han observado constantemente descensos de las concentraciones de plomo en los países industrializados, pero el 5% de los niños por lo menos tienen todavía elevadas concentraciones de plomo en la sangre. En muchos países en desarrollo en donde todavía se utiliza gasolina con plomo, el plomo puede ser una amenaza para más de la mitad de los niños. El plomo afecta a prácticamente todos los sistemas orgánicos. La mayor parte de las exposiciones tóxicas se producen con concentraciones crónicas bajas y pueden provocar reducciones del cociente intelectual, aumento de la tensión arterial y variados efectos en el comportamiento y el desarrollo (Informe sobre la Salud en el Mundo, 2002). 3