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LA AUTOHIPNOSIS
APAT
Josep Ribas Fernández
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INTRODUCCIÓN
Se ha descrito anteriormente el tratamiento psicológico de los acúfenos, que consiste en diez
acciones que transcribimos nuevamente:
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Visita a los médicos especialistas.
Evaluación del estado de ansiedad.
Si existe trastorno, prescripción de tratamiento.
Estudio de la personalidad.
Reestructuración cognitiva.
Afrontamiento.
Entrenamiento en relajación.
Entrenamiento en AUTOHIPNOSIS.
Evaluación de los resultados.
Seguimiento.
De lo expuesto podría deducirse que el objetivo del tratamiento es conseguir un estado de
autohipnosis, para lo cual hay que seguir las acciones descritas. Sería un error, ya que la
autohipnosis es sólo un medio. No debemos olvidar que el objetivo es la HABITUACIÓN, es
decir, tener el acúfeno pero no percibirlo, de modo que no afecte a la calidad de nuestra vida.
La hipnosis (o autohipnosis) no es una terapia, tan sólo es una técnica que nos permite reducir el
tiempo de terapia para alcanzar la habituación. En otras palabras, es posible llegar a habituarse
al acúfeno sin necesidad de la hipnosis, pero lo más probable es que el tiempo de terapia
necesario para ello sea mayor que el que se precisará mediante la hipnosis.
Finalmente, a la pregunta que casi todos los afectados se formulan: ¿se eliminan los acúfenos
con la hipnosis?, hay que responder: NO.
LA HABITUACIÓN Y LA HIPNOSIS
Entre las diez acciones descritas como parte del tratamiento psicológico de los acúfenos, la
hipnosis es la única de las diez que podría suprimirse y a pesar de ello sería posible llegar a la
habituación.
¿Qué es lo que justifica el empleo de la hipnosis? Es el ahorro de sufrimiento, de tiempo y de
dinero para alcanzar la habituación.
¿Puede aplicarse a todas las personas?: NO. La hipnosis no puede aplicarse a aquellas
personas que hayan experimentado o estén experimentando algún trastorno psicótico, como
consecuencia de padecer una enfermedad mental (esquizofrenia), una depresión mayor con
alucinaciones o motivado por la toma de sustancias piscoactivas.
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¿QUÉ ES LA HIPNOSIS?
Es una técnica que permite acceder a nuestro inconsciente, entendiendo por inconsciente aquel
lugar de nuestro cerebro donde reside toda aquella información que no está presente en nuestra
conciencia.
La analogía con el ordenador es ilustrativa: el inconsciente es el disco duro que almacena toda la
información, experiencias y emociones que hemos ido recogiendo a lo largo de nuestra vida. Si
toda esta información se nos manifestara a la vez provocaría un colapso de nuestro sistema
cognitivo. Es lo mismo que ocurriría con un ordenador si quisiéramos abrir todos los archivos a la
vez (abrir todos los archivos equivale a recibir toda la información almacenada a la vez). Por esta
razón recurrimos al inconsciente para buscar en cada momento la información más relevante
para conseguir nuestro objetivo, es decir,«pasar» información del inconsciente al consciente.
Una persona tiene recuerdos de sus padres ya fallecidos, pero tales recuerdos no aparecen
permanentemente en su pensamiento, es decir, los tiene almacenados en alguna parte: en su
inconsciente. Un determinado estímulo: una palabra, una imagen, un olor, un sonido, etc., le
recordará a sus padres, es decir, elicitará (dará respuesta) a su recuerdo.
Cuando aprendemos algo lo automatizamos y pasa a formar parte de nuestro inconsciente.
Estos automatismos sirven para poder realizar la tarea aprendida sin emplear recursos
atencionales. Cuando una persona ha aprendido a conducir, realiza la conducción del automóvil
de forma automática sin prestar atención a los distintos movimientos precisos para conducir.
FALSAS CREENCIAS ACERCA DE LA HIPNOSIS
Muchas personas conocen la hipnosis a través del mundo del espectáculo, en el que se realizan
representaciones en las cuales la persona hipnotizada está totalmente a merced del hipnólogo,
quien se presenta como una persona con poderes que puede influir en la conciencia y en la
voluntad del hipnotizado.
Las afirmaciones anteriores son totalmente falsas. El hipnólogo del espectáculo es un profesional
que realiza su trabajo apoyándose en una serie de trucos, técnicas y habilidades, como ocurre
en el mundo de la magia.
La constatación de la falsedad de tales actuaciones no resta mérito alguno a los profesionales de
la hipnosis y de la magia en su espectáculo.
Las falsas creencias sobre la hipnosis influyen negativamente, ya que pueden interferir en el
proceso de la hipnosis, al retardar o impedir sus efectos y crear decepción ante los primeros
ensayos, en los que la persona busca la «gran» emoción que nunca llega, deja de vivir un sin fin
de «pequeñas» emociones que la hubieran conducido a un estado hipnótico.
LA HIPNOSIS CLÍNICA
No tiene nada que ver con la hipnosis-espectáculo. En la hipnosis clínica la persona hipnotizada
no pierde nunca la conciencia ni su propio control.
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En el estado hipnótico, la amígdala (explicada al describir el cerebro humano en el capítulo sobre
ansiedad y acúfenos) continua realizando su función y daría respuesta de ansiedad (lucha o
huida) ante cualquier peligro potencial.
EL INCOSCIENTE Y LAS EMOCIONES
Nuestras emociones se crean en el sistema límbico. Aparecen como reacción involuntaria a los
estímulos del ambiente, y generalmente desaparecen una vez que lo ha hecho la fuente que los
ha originado. No obstante, en algunas ocasiones quedan grabadas en nuestro inconsciente
asociadas a determinadas situaciones.
Cabe preguntarse: ¿por qué ocurre esta asociación? El motivo es que se trata de emociones:
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Intensas
Aversivas
Repetitivas
Intensas. Cuando una persona ha recibido el impacto de una emoción fuerte, como, por
ejemplo, sufrir un ataque de pánico, un accidente grave, un ataque terrorista, etc., la intensidad
de la emoción es tan fuerte que puede quedar asociada a la situación y a los estímulos que
estaban presentes en el momento en que se experimentó dicho impacto.
Aversivas. Un solo ensayo puede ser suficiente para condicionar una aversión al sabor. Por
ejemplo, si en una ocasión nos sienta mal un determinado alimento y sufrimos vómitos, diarrea o
fiebre, nuestra mente asociará alimento y vómitos, diarrea o fiebre, y durante mucho tiempo (a
veces para siempre) nos será imposible volver a ingerirlo.
Repetitivas. Aunque se trate de emociones de escasa intensidad, si representan dos estímulos
simultáneamente un determinado número de veces, por ejemplo si el adicto al tabaco todos los
días después de comer fuma un cigarrillo, éste se convertirá en imprescindible y el deseo de
fumar después de comer se disparará para siempre.
Estas asociaciones entre emociones y determinadas situaciones son la base de gran número de
sugestiones.
LA SUGESTIÓN
Consiste en la creencia de que algo va a ocurrir, aunque no tengamos para ello ninguna
explicación lógica ni razonada en la que apoyar dicha creencia.
Su actuación es condicional: SI … ENTONCES, y automática (sin mediar la razón), es decir, SI
ocurre tal cosa… ENTONCES… ocurrirá tal otra. Por ejemplo, SI tomo la pastilla ENTONCES
me dormiré, SI tomo café en la cena ENTONCES me costará conciliar el sueño.
La sugestión se produce debido a que la asociación entre la emoción y la situación determinada
está grabada en nuestro inconsciente (es un AUTOMATISMO). Las sugestiones pueden ser
positivas o negativas, aunque generalmente prestamos más atención a las negativas.
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¿CÓMO ENTRAN ESTAS ASOCIACIONES EN NUESTRO INCONSCIENTE?
En la edad adulta entran a través de la razón. Es la razón, el razonamiento, la que crea nuestras
emociones.
Veamos la explicación que da Albert Ellis:
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A son los acontecimientos que observamos, que nos suceden, que nos afectan.
B son las creencias que tenemos acerca de los acontecimientos A.
C son las consecuencias de los acontecimientos A.
C no depende de A.
C depende de B.
Apliquemos lo anterior a nuestro caso: al acúfeno.
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A es el acúfeno.
B son las creencias que tenemos acerca del acúfeno (de ahí la importancia de la
reestructuración cognitiva, en otras palabras la importancia de estar informados
sobre la naturaleza de los acúfenos).
C son las consecuencias que nos ocurren por tener el acúfeno (posibles
trastornos del estado de ánimo).
Aplicando el razonamiento de Ellis, vemos que las consecuencias del acúfeno (C) dependen de
(B), o sea, de las creencias que tenemos acerca del acúfeno, y no dependen de (A), o sea, que
no dependen del acúfeno.
En la infancia las emociones se graban directamente en nuestro inconsciente debido a no tener
desarrollado aún un sistema cognitivo (no uso de razón). Cualquier mensaje que reciba el niño
será grabado directamente. De ahí la importancia capital de la educación en el ser humano.
IMÁGENES MENTALES
Si la asociación de la que venimos hablando (emociones asociadas a determinadas situaciones)
tiene forma de imagen mental, el efecto de la sugestión es mucho mayor.
¿Cómo obtener sugestiones positivas? Grabando en nuestro inconsciente nuevas imágenes
mentales que nos ayuden a conseguir las sugestiones que nos propongamos. En nuestro caso
se trata de redirigir nuestra atención, es decir, dirigir nuestra atención hacia las imágenes
mentales que nos convengan.
SUGESTIONABILIDAD
Se entiende por sugestionabilidad el grado en que nos afectan las sugestiones. Varía de unas
personas a otras, y en una misma persona depende de su actividad mental.
Habitualmente las mujeres son más receptivas a experimentar las sugestiones que los hombres
(o sea que se pueden beneficiar más de la autohipnosis). Entre los hombres, los jóvenes tienen
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mayor sugestionabilidad que los mayores. En general, las personas con estudios o actividades
humanistas son más sugestionables que las de actividades más técnicas.
En una misma persona la sugestionabilidad varía en función de su actividad mental (vigilia,
estado relajado o estado hipnótico). Es en estado hipnótico cuando la persona está más abierta
a sugestiones. En todos los estados podemos grabar mensajes en nuestro inconsciente, pero la
mayor efectividad se alcanzará si nos encontramos en estado hipnótico. Atención: decimos
estado hipnótico, no trance hipnótico.
No interesa entrar en una larga polémica sobre si existe o si no existe el trance hipnótico. Entre
los hipnólogos hay división de opiniones. Nuestra opinión es a favor del no. Pero sin duda, en la
hipnosis que vamos a proponer aquí para reducir el tiempo de habituación a los acúfenos, no hay
trance. Por ello lo denominamos estado hipnótico.
¿CÓMO PODEMOS ACCEDER A NUESTRO INCONSCIENTE?
Los dos hemisferios cerebrales son morfológicamente iguales, pero tienen inervadas funciones
distintas. En la mayoría de las personas diestras y en un alto porcentaje de los zurdos, el
hemisferio izquierdo está relacionado con el lenguaje (producción y comprensión) y el hemisferio
derecho se relaciona más con los contenidos emocionales, la musicalidad, la creatividad, etc.
Por esta razón, el hemisferio izquierdo es el dominante y, debido a la educación verbal y
matemática que recibimos, en él se «aloja» el consciente y en el hemisferio derecho el
inconsciente.
El hemisferio izquierdo es analítico, lógico, serial y matemático. El derecho es holístico.
Para acceder a nuestro inconsciente podemos hacerlo indirectamente a través de la razón y
directamente dejando a nuestro consciente: distraído (publicidad), bloqueado (mantra) o relajado
(autohipnosis). En cada una de estas situaciones dejamos que aflore nuestro inconsciente.
La publicidad pretende distraer nuestro consciente para evitar el análisis y la crítica al producto.
Por ejemplo, si nos ofrecen un automóvil de gama alta, el sujeto podría razonar que le gusta pero
también que el seguro es muy caro, que el consumo y el mantenimiento son muy costosos, que
seguramente habrá que financiar su compra, etc., pero distraen nuestra atención con paisajes
bonitos, o incluso con anuncios que no entendemos ni sabemos lo que anuncian realmente. De
este modo será más fácil que el producto entre en nuestro inconsciente.
Otra forma de poder aflorar nuestro inconsciente consiste en dejar bloqueado nuestro
consciente. Un ejemplo es la repetición de una misma frase una y otra vez (mantra) que impide
el análisis y el razonamiento. En todas las religiones existen mantras y después de su realización
la persona experimenta un bienestar fruto de la aparición del inconsciente y con ello de todo su
contenido (musicalidad, creatividad, emocionalidad, etc.).
La opción terapéutica más efectiva es la tercera de las opciones: la relajación. Es decir, dejar a
nuestro consciente «dormido» (relajado). Este es el objetivo que perseguimos con la hipnosis, en
nuestro caso en realidad autohipnosis.
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LA AUTOHIPNOSIS
Toda hipnosis es en realidad autohipnosis. Ya hemos dicho que el hipnólogo no tiene poder
alguno y es el propio interesado quien debe aprender la técnica y practicar al máximo para llegar
a vivir plenamente las sugestiones, que pueden estar sugeridas por otro y a las que llamaremos
heterosugestiones, o bien sugeridas por el propio interesado, en cuyo caso las denominaremos
autosugestiones.
TEST DE AUTOSUGESTIONABILIDAD
Se puede someter a una persona a un test de sugestionabilidad con el fin de evaluar cual va a
ser su respuesta a la autohipnosis. El test consiste en una serie de pruebas que la persona debe
superar, y si no consigue hacerlo habrá que pensar en desestimar la aplicación de la
autohipnosis.
Las pruebas del test pueden ser, entre otras: caída hacia atrás, bloqueo ocular, unión de los
dedos, levitación de los brazos, etc.
Estos test también se emplean como preámbulo de una sesión hipnótica para que la persona se
vaya introduciendo en el mundo de las sugestiones.
MÉTODOS DE INDUCCIÓN DE UN ESTADO HIPNÓTICO
Los metódos que permiten inducir un estado hipnótico son múltiples, quizá tantos como
hipnólogos. En nuestro caso nos apoyaremos en:
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Relajación progresiva.
Relajación en imaginación y como sugestión la escalera de la relajación.
Después de una relajación podemos profundizar aún más en ella mediante técnicas como la
escalera de relajación. Consiste en imaginar que estamos descendiendo por una escalera de
diez peldaños y que cada vez que bajamos un peldaño entramos en un estado mayor de
relajación, hasta llegar al final de la escalera en donde alcanzamos la máxima relajación.
Para grabar mensajes en nuestro inconsciente en cualquier situación podemos hacerlo:
1. En estado de vigilia.
2. Después de haber realizado una relajación progresiva.
3. Al final de un proceso de autohipnosis.
La efectividad en el proceso de grabar mensajes aumenta en el orden expuesto.
TIPOS DE MENSAJES PARA LA HABITUACIÓN
Son específicos para cada persona y deben potenciar las sugestiones positivas. En general son
los relacionados con la respiración y los que inducen a enterrar el acúfeno.
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Mensajes relacionados con la respiración: visualizar nuestra respiración.
Es conveniente visualizar el proceso de nuestra respiración sin importar de qué forma. Es decir,
esta visualización cada cual la realiza de la forma que más le sugiera. Por ejemplo, al inspirar,
mis pulmones se llenan de aire fresco y puro, y mientras lo retengo el aire se reparte por todo mi
cuerpo, y al espirar por la boca saco todo el aire viciado y con él mi acúfeno.
Mensajes de «enterramiento».
Imaginar que enterramos nuestro acúfeno bajo la arena de la playa o bajo el agua del mar. Con
esta acción también enterramos su sonido y cuantas más veces lo enterremos, antes
desaparecerá.
CUANDO Y COMO REALIZAR UN PROCESO DE AUTOHIPNOSIS
Antes de empezar es conveniente haber efectuado un proceso de relajación. Resultará difícil
realizar un viaje a través de nuestra imaginación si nuestra mente está inquieta. Cualquier
método de relajación es válido, aunque de los expuestos hasta ahora la relajación progresiva es
la recomendada.
Para realizarlo puede utilizarse el CD Autohipnosis adjunto a este documento, que contiene un
proceso de auotohipnosis. Al final del proceso hay un espacio de 5 minutos en silencio que está
destinado a grabar mentalmente los mensajes positivos que permitan enterrar el acúfeno.
Los mensajes seleccionados hay que repetirlos mentalmente una y otra vez. Estos mensajes se
grabarán en el inconsciente de la persona y ello le permitirá no sentir el acúfeno a pesar de que
éste siga existiendo.
RESUMEN
El tratamiento psicológico de los acúfenos se ha descrito anteriormente en dos ocasiones; en
el capítulo sobre la ansiedad y en el presente capítulo sobre la autohipnosis. El desarrollo de
este tratamiento ha sido el propósito de las tres reuniones celebradas y es el del presente
documento.
El objetivo de la primera reunión ha sido el de informar a las personas afectadas sobre los
trastornos de ansiedad generados por el acúfeno. Debe exponerse nuevamente que el
tratamiento farmacológico a seguir, si se apreciara un trastorno de ansiedad, deberá prescribirlo
un médico especialista. Se ha tratado de explicar, asimismo, la necesidad de que el afectado,
solo o con ayuda, lleve a cabo una reestructuración cognitiva, que en definitiva no es otra cosa
que un cambio en las ideas irracionales y desadaptativas que se tienen sobre el acúfeno, y
finalmente se ha aconsejado su afrontamiento.
En la segunda reunión se ha tratado de informar sobre un determinado proceso de relajación, el
más fiable y práctico a juicio del autor del presente documento: la relajación a través de la
respiración y relajación progresiva. Se han descrito los ejercicios a realizar y la forma de
realizarlos, y además una persona voluntaria se ha prestado a realizar, ante los asistentes, la
totalidad de la tabla de ejercicios.
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En la tercera reunión, el objetivo ha sido informar sobre la autohipnosis como uno de los
procedimientos, que el autor cree que es el más rápido y práctico, para grabar en el insconciente
mensajes positivos que ayuden a enterrar el acúfeno.
Una vez más, queda claro que con todo lo anterior NO se consigue la eliminación de los
acúfenos y en modo alguno puede ser el propósito de estas reuniones.
Asimismo, también queda establecido que una práctica rigurosa del proceso descrito permite al
afectado enterrar su acúfeno en su inconsciente y vivir como si no existiera, es decir, recuperar
su calidad de vida anterior a la aparición del acúfeno.
BIBLIOGRAFÍA



Arturo Bados López. TRATANDO PÁNICO Y AGORAFOBIA.
Bernstein y Borkovec. LA RELAJACIÓN PROGRESIVA.
Brian M. Alman y Meter T. Lambrou. TÉCNICAS DE AUTOHIPNOSIS PARA LA SALUD
Y EL DESARROLLO PERSONAL.
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