1 LA AUTOHIPNOSIS APAT Josep Ribas Fernández 3 2 INTRODUCCIÓN Se ha descrito anteriormente el tratamiento psicológico de los acúfenos, que consiste en diez acciones que transcribimos nuevamente: Visita a los médicos especialistas. Evaluación del estado de ansiedad. Si existe trastorno, prescripción de tratamiento. Estudio de la personalidad. Reestructuración cognitiva. Afrontamiento. Entrenamiento en relajación. Entrenamiento en AUTOHIPNOSIS. Evaluación de los resultados. Seguimiento. De lo expuesto podría deducirse que el objetivo del tratamiento es conseguir un estado de autohipnosis, para lo cual hay que seguir las acciones descritas. Sería un error, ya que la autohipnosis es sólo un medio. No debemos olvidar que el objetivo es la HABITUACIÓN, es decir, tener el acúfeno pero no percibirlo, de modo que no afecte a la calidad de nuestra vida. La hipnosis (o autohipnosis) no es una terapia, tan sólo es una técnica que nos permite reducir el tiempo de terapia para alcanzar la habituación. En otras palabras, es posible llegar a habituarse al acúfeno sin necesidad de la hipnosis, pero lo más probable es que el tiempo de terapia necesario para ello sea mayor que el que se precisará mediante la hipnosis. Finalmente, a la pregunta que casi todos los afectados se formulan: ¿se eliminan los acúfenos con la hipnosis?, hay que responder: NO. LA HABITUACIÓN Y LA HIPNOSIS Entre las diez acciones descritas como parte del tratamiento psicológico de los acúfenos, la hipnosis es la única de las diez que podría suprimirse y a pesar de ello sería posible llegar a la habituación. ¿Qué es lo que justifica el empleo de la hipnosis? Es el ahorro de sufrimiento, de tiempo y de dinero para alcanzar la habituación. ¿Puede aplicarse a todas las personas?: NO. La hipnosis no puede aplicarse a aquellas personas que hayan experimentado o estén experimentando algún trastorno psicótico, como consecuencia de padecer una enfermedad mental (esquizofrenia), una depresión mayor con alucinaciones o motivado por la toma de sustancias piscoactivas. 3 ¿QUÉ ES LA HIPNOSIS? Es una técnica que permite acceder a nuestro inconsciente, entendiendo por inconsciente aquel lugar de nuestro cerebro donde reside toda aquella información que no está presente en nuestra conciencia. La analogía con el ordenador es ilustrativa: el inconsciente es el disco duro que almacena toda la información, experiencias y emociones que hemos ido recogiendo a lo largo de nuestra vida. Si toda esta información se nos manifestara a la vez provocaría un colapso de nuestro sistema cognitivo. Es lo mismo que ocurriría con un ordenador si quisiéramos abrir todos los archivos a la vez (abrir todos los archivos equivale a recibir toda la información almacenada a la vez). Por esta razón recurrimos al inconsciente para buscar en cada momento la información más relevante para conseguir nuestro objetivo, es decir,«pasar» información del inconsciente al consciente. Una persona tiene recuerdos de sus padres ya fallecidos, pero tales recuerdos no aparecen permanentemente en su pensamiento, es decir, los tiene almacenados en alguna parte: en su inconsciente. Un determinado estímulo: una palabra, una imagen, un olor, un sonido, etc., le recordará a sus padres, es decir, elicitará (dará respuesta) a su recuerdo. Cuando aprendemos algo lo automatizamos y pasa a formar parte de nuestro inconsciente. Estos automatismos sirven para poder realizar la tarea aprendida sin emplear recursos atencionales. Cuando una persona ha aprendido a conducir, realiza la conducción del automóvil de forma automática sin prestar atención a los distintos movimientos precisos para conducir. FALSAS CREENCIAS ACERCA DE LA HIPNOSIS Muchas personas conocen la hipnosis a través del mundo del espectáculo, en el que se realizan representaciones en las cuales la persona hipnotizada está totalmente a merced del hipnólogo, quien se presenta como una persona con poderes que puede influir en la conciencia y en la voluntad del hipnotizado. Las afirmaciones anteriores son totalmente falsas. El hipnólogo del espectáculo es un profesional que realiza su trabajo apoyándose en una serie de trucos, técnicas y habilidades, como ocurre en el mundo de la magia. La constatación de la falsedad de tales actuaciones no resta mérito alguno a los profesionales de la hipnosis y de la magia en su espectáculo. Las falsas creencias sobre la hipnosis influyen negativamente, ya que pueden interferir en el proceso de la hipnosis, al retardar o impedir sus efectos y crear decepción ante los primeros ensayos, en los que la persona busca la «gran» emoción que nunca llega, deja de vivir un sin fin de «pequeñas» emociones que la hubieran conducido a un estado hipnótico. LA HIPNOSIS CLÍNICA No tiene nada que ver con la hipnosis-espectáculo. En la hipnosis clínica la persona hipnotizada no pierde nunca la conciencia ni su propio control. 4 En el estado hipnótico, la amígdala (explicada al describir el cerebro humano en el capítulo sobre ansiedad y acúfenos) continua realizando su función y daría respuesta de ansiedad (lucha o huida) ante cualquier peligro potencial. EL INCOSCIENTE Y LAS EMOCIONES Nuestras emociones se crean en el sistema límbico. Aparecen como reacción involuntaria a los estímulos del ambiente, y generalmente desaparecen una vez que lo ha hecho la fuente que los ha originado. No obstante, en algunas ocasiones quedan grabadas en nuestro inconsciente asociadas a determinadas situaciones. Cabe preguntarse: ¿por qué ocurre esta asociación? El motivo es que se trata de emociones: Intensas Aversivas Repetitivas Intensas. Cuando una persona ha recibido el impacto de una emoción fuerte, como, por ejemplo, sufrir un ataque de pánico, un accidente grave, un ataque terrorista, etc., la intensidad de la emoción es tan fuerte que puede quedar asociada a la situación y a los estímulos que estaban presentes en el momento en que se experimentó dicho impacto. Aversivas. Un solo ensayo puede ser suficiente para condicionar una aversión al sabor. Por ejemplo, si en una ocasión nos sienta mal un determinado alimento y sufrimos vómitos, diarrea o fiebre, nuestra mente asociará alimento y vómitos, diarrea o fiebre, y durante mucho tiempo (a veces para siempre) nos será imposible volver a ingerirlo. Repetitivas. Aunque se trate de emociones de escasa intensidad, si representan dos estímulos simultáneamente un determinado número de veces, por ejemplo si el adicto al tabaco todos los días después de comer fuma un cigarrillo, éste se convertirá en imprescindible y el deseo de fumar después de comer se disparará para siempre. Estas asociaciones entre emociones y determinadas situaciones son la base de gran número de sugestiones. LA SUGESTIÓN Consiste en la creencia de que algo va a ocurrir, aunque no tengamos para ello ninguna explicación lógica ni razonada en la que apoyar dicha creencia. Su actuación es condicional: SI … ENTONCES, y automática (sin mediar la razón), es decir, SI ocurre tal cosa… ENTONCES… ocurrirá tal otra. Por ejemplo, SI tomo la pastilla ENTONCES me dormiré, SI tomo café en la cena ENTONCES me costará conciliar el sueño. La sugestión se produce debido a que la asociación entre la emoción y la situación determinada está grabada en nuestro inconsciente (es un AUTOMATISMO). Las sugestiones pueden ser positivas o negativas, aunque generalmente prestamos más atención a las negativas. 5 ¿CÓMO ENTRAN ESTAS ASOCIACIONES EN NUESTRO INCONSCIENTE? En la edad adulta entran a través de la razón. Es la razón, el razonamiento, la que crea nuestras emociones. Veamos la explicación que da Albert Ellis: A son los acontecimientos que observamos, que nos suceden, que nos afectan. B son las creencias que tenemos acerca de los acontecimientos A. C son las consecuencias de los acontecimientos A. C no depende de A. C depende de B. Apliquemos lo anterior a nuestro caso: al acúfeno. A es el acúfeno. B son las creencias que tenemos acerca del acúfeno (de ahí la importancia de la reestructuración cognitiva, en otras palabras la importancia de estar informados sobre la naturaleza de los acúfenos). C son las consecuencias que nos ocurren por tener el acúfeno (posibles trastornos del estado de ánimo). Aplicando el razonamiento de Ellis, vemos que las consecuencias del acúfeno (C) dependen de (B), o sea, de las creencias que tenemos acerca del acúfeno, y no dependen de (A), o sea, que no dependen del acúfeno. En la infancia las emociones se graban directamente en nuestro inconsciente debido a no tener desarrollado aún un sistema cognitivo (no uso de razón). Cualquier mensaje que reciba el niño será grabado directamente. De ahí la importancia capital de la educación en el ser humano. IMÁGENES MENTALES Si la asociación de la que venimos hablando (emociones asociadas a determinadas situaciones) tiene forma de imagen mental, el efecto de la sugestión es mucho mayor. ¿Cómo obtener sugestiones positivas? Grabando en nuestro inconsciente nuevas imágenes mentales que nos ayuden a conseguir las sugestiones que nos propongamos. En nuestro caso se trata de redirigir nuestra atención, es decir, dirigir nuestra atención hacia las imágenes mentales que nos convengan. SUGESTIONABILIDAD Se entiende por sugestionabilidad el grado en que nos afectan las sugestiones. Varía de unas personas a otras, y en una misma persona depende de su actividad mental. Habitualmente las mujeres son más receptivas a experimentar las sugestiones que los hombres (o sea que se pueden beneficiar más de la autohipnosis). Entre los hombres, los jóvenes tienen 6 mayor sugestionabilidad que los mayores. En general, las personas con estudios o actividades humanistas son más sugestionables que las de actividades más técnicas. En una misma persona la sugestionabilidad varía en función de su actividad mental (vigilia, estado relajado o estado hipnótico). Es en estado hipnótico cuando la persona está más abierta a sugestiones. En todos los estados podemos grabar mensajes en nuestro inconsciente, pero la mayor efectividad se alcanzará si nos encontramos en estado hipnótico. Atención: decimos estado hipnótico, no trance hipnótico. No interesa entrar en una larga polémica sobre si existe o si no existe el trance hipnótico. Entre los hipnólogos hay división de opiniones. Nuestra opinión es a favor del no. Pero sin duda, en la hipnosis que vamos a proponer aquí para reducir el tiempo de habituación a los acúfenos, no hay trance. Por ello lo denominamos estado hipnótico. ¿CÓMO PODEMOS ACCEDER A NUESTRO INCONSCIENTE? Los dos hemisferios cerebrales son morfológicamente iguales, pero tienen inervadas funciones distintas. En la mayoría de las personas diestras y en un alto porcentaje de los zurdos, el hemisferio izquierdo está relacionado con el lenguaje (producción y comprensión) y el hemisferio derecho se relaciona más con los contenidos emocionales, la musicalidad, la creatividad, etc. Por esta razón, el hemisferio izquierdo es el dominante y, debido a la educación verbal y matemática que recibimos, en él se «aloja» el consciente y en el hemisferio derecho el inconsciente. El hemisferio izquierdo es analítico, lógico, serial y matemático. El derecho es holístico. Para acceder a nuestro inconsciente podemos hacerlo indirectamente a través de la razón y directamente dejando a nuestro consciente: distraído (publicidad), bloqueado (mantra) o relajado (autohipnosis). En cada una de estas situaciones dejamos que aflore nuestro inconsciente. La publicidad pretende distraer nuestro consciente para evitar el análisis y la crítica al producto. Por ejemplo, si nos ofrecen un automóvil de gama alta, el sujeto podría razonar que le gusta pero también que el seguro es muy caro, que el consumo y el mantenimiento son muy costosos, que seguramente habrá que financiar su compra, etc., pero distraen nuestra atención con paisajes bonitos, o incluso con anuncios que no entendemos ni sabemos lo que anuncian realmente. De este modo será más fácil que el producto entre en nuestro inconsciente. Otra forma de poder aflorar nuestro inconsciente consiste en dejar bloqueado nuestro consciente. Un ejemplo es la repetición de una misma frase una y otra vez (mantra) que impide el análisis y el razonamiento. En todas las religiones existen mantras y después de su realización la persona experimenta un bienestar fruto de la aparición del inconsciente y con ello de todo su contenido (musicalidad, creatividad, emocionalidad, etc.). La opción terapéutica más efectiva es la tercera de las opciones: la relajación. Es decir, dejar a nuestro consciente «dormido» (relajado). Este es el objetivo que perseguimos con la hipnosis, en nuestro caso en realidad autohipnosis. 7 LA AUTOHIPNOSIS Toda hipnosis es en realidad autohipnosis. Ya hemos dicho que el hipnólogo no tiene poder alguno y es el propio interesado quien debe aprender la técnica y practicar al máximo para llegar a vivir plenamente las sugestiones, que pueden estar sugeridas por otro y a las que llamaremos heterosugestiones, o bien sugeridas por el propio interesado, en cuyo caso las denominaremos autosugestiones. TEST DE AUTOSUGESTIONABILIDAD Se puede someter a una persona a un test de sugestionabilidad con el fin de evaluar cual va a ser su respuesta a la autohipnosis. El test consiste en una serie de pruebas que la persona debe superar, y si no consigue hacerlo habrá que pensar en desestimar la aplicación de la autohipnosis. Las pruebas del test pueden ser, entre otras: caída hacia atrás, bloqueo ocular, unión de los dedos, levitación de los brazos, etc. Estos test también se emplean como preámbulo de una sesión hipnótica para que la persona se vaya introduciendo en el mundo de las sugestiones. MÉTODOS DE INDUCCIÓN DE UN ESTADO HIPNÓTICO Los metódos que permiten inducir un estado hipnótico son múltiples, quizá tantos como hipnólogos. En nuestro caso nos apoyaremos en: Relajación progresiva. Relajación en imaginación y como sugestión la escalera de la relajación. Después de una relajación podemos profundizar aún más en ella mediante técnicas como la escalera de relajación. Consiste en imaginar que estamos descendiendo por una escalera de diez peldaños y que cada vez que bajamos un peldaño entramos en un estado mayor de relajación, hasta llegar al final de la escalera en donde alcanzamos la máxima relajación. Para grabar mensajes en nuestro inconsciente en cualquier situación podemos hacerlo: 1. En estado de vigilia. 2. Después de haber realizado una relajación progresiva. 3. Al final de un proceso de autohipnosis. La efectividad en el proceso de grabar mensajes aumenta en el orden expuesto. TIPOS DE MENSAJES PARA LA HABITUACIÓN Son específicos para cada persona y deben potenciar las sugestiones positivas. En general son los relacionados con la respiración y los que inducen a enterrar el acúfeno. 8 Mensajes relacionados con la respiración: visualizar nuestra respiración. Es conveniente visualizar el proceso de nuestra respiración sin importar de qué forma. Es decir, esta visualización cada cual la realiza de la forma que más le sugiera. Por ejemplo, al inspirar, mis pulmones se llenan de aire fresco y puro, y mientras lo retengo el aire se reparte por todo mi cuerpo, y al espirar por la boca saco todo el aire viciado y con él mi acúfeno. Mensajes de «enterramiento». Imaginar que enterramos nuestro acúfeno bajo la arena de la playa o bajo el agua del mar. Con esta acción también enterramos su sonido y cuantas más veces lo enterremos, antes desaparecerá. CUANDO Y COMO REALIZAR UN PROCESO DE AUTOHIPNOSIS Antes de empezar es conveniente haber efectuado un proceso de relajación. Resultará difícil realizar un viaje a través de nuestra imaginación si nuestra mente está inquieta. Cualquier método de relajación es válido, aunque de los expuestos hasta ahora la relajación progresiva es la recomendada. Para realizarlo puede utilizarse el CD Autohipnosis adjunto a este documento, que contiene un proceso de auotohipnosis. Al final del proceso hay un espacio de 5 minutos en silencio que está destinado a grabar mentalmente los mensajes positivos que permitan enterrar el acúfeno. Los mensajes seleccionados hay que repetirlos mentalmente una y otra vez. Estos mensajes se grabarán en el inconsciente de la persona y ello le permitirá no sentir el acúfeno a pesar de que éste siga existiendo. RESUMEN El tratamiento psicológico de los acúfenos se ha descrito anteriormente en dos ocasiones; en el capítulo sobre la ansiedad y en el presente capítulo sobre la autohipnosis. El desarrollo de este tratamiento ha sido el propósito de las tres reuniones celebradas y es el del presente documento. El objetivo de la primera reunión ha sido el de informar a las personas afectadas sobre los trastornos de ansiedad generados por el acúfeno. Debe exponerse nuevamente que el tratamiento farmacológico a seguir, si se apreciara un trastorno de ansiedad, deberá prescribirlo un médico especialista. Se ha tratado de explicar, asimismo, la necesidad de que el afectado, solo o con ayuda, lleve a cabo una reestructuración cognitiva, que en definitiva no es otra cosa que un cambio en las ideas irracionales y desadaptativas que se tienen sobre el acúfeno, y finalmente se ha aconsejado su afrontamiento. En la segunda reunión se ha tratado de informar sobre un determinado proceso de relajación, el más fiable y práctico a juicio del autor del presente documento: la relajación a través de la respiración y relajación progresiva. Se han descrito los ejercicios a realizar y la forma de realizarlos, y además una persona voluntaria se ha prestado a realizar, ante los asistentes, la totalidad de la tabla de ejercicios. 9 En la tercera reunión, el objetivo ha sido informar sobre la autohipnosis como uno de los procedimientos, que el autor cree que es el más rápido y práctico, para grabar en el insconciente mensajes positivos que ayuden a enterrar el acúfeno. Una vez más, queda claro que con todo lo anterior NO se consigue la eliminación de los acúfenos y en modo alguno puede ser el propósito de estas reuniones. Asimismo, también queda establecido que una práctica rigurosa del proceso descrito permite al afectado enterrar su acúfeno en su inconsciente y vivir como si no existiera, es decir, recuperar su calidad de vida anterior a la aparición del acúfeno. BIBLIOGRAFÍA Arturo Bados López. TRATANDO PÁNICO Y AGORAFOBIA. Bernstein y Borkovec. LA RELAJACIÓN PROGRESIVA. Brian M. Alman y Meter T. Lambrou. TÉCNICAS DE AUTOHIPNOSIS PARA LA SALUD Y EL DESARROLLO PERSONAL.