+ UNIDAD DIDÁCTICA: FORMACIÓN Y JERARQUIZACIÓN DE VALORES Todos los seres vivos se mueven por comportamientos instintivos; también el hombre. A lo largo de la historia de la humanidad, estos hábitos ó actitudes que se consideran como buenos o malos para el desarrollo de los seres humanos, son conocidos como valores. El hombre, al introducirse al mundo de lo vivo, tiene la posibilidad de poder elegir, es decir, libertad de elección. Al tener esta posibilidad, el hombre puede optar por unos u otros que para él sean valiosos. Antes de adentrarnos en la profundidad del tema que ahora nos atañe, tendremos que hacer una breve introducción. Para entender de los puntos que vamos a desarrollar en este resumen, iniciaremos con el siguiente concepto; Axiología (del griego axios, ‘lo que es valioso o estimable’, y logos, ‘ciencia’), teoría del valor o de lo que se considera valioso. La axiología no sólo trata de los valores positivos, sino también de los valores negativos, analizando los principios que permiten considerar que algo es o no valioso, y considerando los fundamentos de tal juicio. La investigación de una teoría de los valores ha encontrado una aplicación especial en la ética, donde el concepto de valor posee una relevancia específica. Algunos filósofos como los alemanes Heinrich Rickert o Max Scheler (siglos XIX-XX) han realizado diferentes propuestas para elaborar una jerarquía adecuada de los valores. Dentro de toda la variedad de valores, la escala es compleja y en ocasiones hasta controversial, ya que no existe una tabla fija, existe un ordenamiento que no es fijo ni absoluto, puede sufrir cambios. Los valores se pueden jerarquizar dependiendo su naturaleza por esto se tienen que interpretar como cualidades estructurales dentro de una situación. En la convivencia de los seres humanos hay una exigencia de establecer criterios de valor, porque hay una jerarquización de personas, actitudes y cosas; si no hubiera tal jerarquización, la idea de superarnos no existiría y las reformas morales como políticas no tendrían sentido; la educación, las reformas, etc., tienen sentido porque hay posibilidades de ascender de un valor bajo a un valor alto, hay una escala en la cual nosotros transitamos: lo malo, lo bueno, lo mejor ó lo peor. Existen dos corrientes principales cuando buscamos entender cómo es que el hombre se valora: El Objetivismo, cuyo representante principal es Max Scheler, en la cual se sostiene que las cosas valen por sí mismas, por sus cualidades y características y no dependen de las personas. Los valores existen independientemente que las personas los capten o no. Propone una jerarquización dónde los valores deben ser considerados por lo que son y no por el deseo del sujeto Teoría objetiva presenta 3 características: 1. Apriorismo: independientes de toda experiencia, los valores son eternos e inmutables 2. Polaridad: referido a que siempre habrá un valor positivo y uno negativo 2. Jerarquía: debe ser de manera absoluta para que sea aplicada a todos por siempre y para siempre la manera expresada es de base los valores elementales y la cúspide de los más complejos. Esta jerarquía da lugar a una serie de valores que Scheler ordena de menor a mayor en 4 gpos: a. Los valores del agrado: dulce - amargo. b. Las valores vitales: sano - enfermo. c. Los valores espirituales, estos se dividen en: i. Estéticos: bello - feo. ii. Jurídicos: justo - injusto. iii. Intelectuales: verdadero - falso. d. Los valores religiosos: santo - profano. El Subjetivismo, con Alejandro Korn y Bertrand Russell como representantes, aquí se afirma que las cosas valen porque las personas les damos el valor, el sujeto le da el valor a las cosas, porque le gustan o le interesan. La tabla de valores de Alejandro Korn consta de nueve pares de valoraciones básicas, a las cuales corresponde, en cada caso, una realización histórica y un concepto ideal. De los nueve conceptos básicos afirmativos no hay uno solo al cual no se le haya atribuido el primado de las valoraciones. Max Scheler, ha proporcionado algunas ideas que pueden utilizarse como criterios para ordenar los diferentes valores. Entre esas ideas sobresalen las siguientes: a) Duración. Es superior un valor que dure más que otro. Esto no se refiere a la duración del bien en donde está encarnado un valor, un bien puede perecer rápidamente en tanto que el valor allí encarnado puede subsistir por mucho tiempo. Para Scheler, el valor del amor es más alto, porque implica valores duraderos en el objeto y en el acto, porque el acto de amor no se puede realizar por ahora; el acto de amor se tiene que realizar para siempre. Lo que Scheler quiere dar a entender cuando habla de durabilidad, es que hay ciertos valores que por su misma índole, solo tienen sentido en cuanto son permanentes; sería contraria a la esencial del amor, la actitud de quien dijese: “te amaré sólo ahora”, “te amaré el próximo año”. b) Divisibilidad. Es superior un valor cuanto menos pueda dividirse. Una obra de arte no se puede dividir, en cambio los alimentos sí. Como ejemplo podemos citar: El valor de una obra de arte y el valor de la comida; en el primer caso, el valor de la belleza de un cuadro es participable por varias personas y por más que yo lo contemple eso no impide que otros sujetos contemplen el cuadro; en el segundo caso, los alimentos son divisibles y extensos, y son necesariamente consumibles de tal modo que la parte que yo consumo no la puede consumir otro c) Fundamentación. Es superior el valor fundamentalmente con respecto al valor fundamentado. Por ejemplo: la inteligencia fundamenta el conocimiento científico. d) Satisfacción. Es superior el valor que satisface más. No debe confundirse satisfacción y placer, la satisfacción puede ser de orden intelectual y espiritual. (Tómese en cuenta que algunos autores también hablan de placeres espirituales, con lo cual la palabra placer ya no se refiere exclusivamente al plano sensible y material.) e) Relatividad. Es superior el valor que se relaciona con los niveles superiores del objeto o la persona que está complementando. A partir de dichos criterios cada persona puede organizar su propia jerarquía de valores. El máximo inconveniente en este asunto consiste en la facilidad de ese orden. Una cosa es lo que un sujeto dice acerca de su jerarquía de valores y otra cosa es lo que de hecho realiza a lo largo de su vida. Continuamente estamos detectando incongruencias axiológicas. Da la impresión de que la gente está al garete con respecto a sus valores; realiza o persigue aquellos que de pronto se presentan como urgentes, como imprescindibles o como altamente placenteros. De esta manera, no es extraño que una persona se deje llevar por el narcisismo, el hedonismo, el qué dirán, la fama, el prestigio, el cultivo del ego, el protagonismo, el dinero, el placer sexual, y deje de lado los otros valores que “en teoría” suele colocar en un puesto superior dentro de su propia jerarquía axiológica. Max Scheler en su obra “El Formalismo en le Ética y la Ética Material Valorativa”, ha hecho una clasificación de los valores desde el punto de vista de una ordenación jerárquica. Scheler distingue cuatro grupos de modalidades: 1) 2) 3) 4) Valores de lo agradable y lo desagradable Valores vitales Valores espirituales Valores religiosos. La jerarquización que hace Scheler no se refiere a las cualidades de valor, si no a las que llama modalidades de valor, Scheler entiende por “modalidades” para las grandes categorías o grupos de valores. OBJETIVISMO SUBJETIVISMO, tabla de Korn ACTITUDES Y SUS COMPONENTES Una actitud es una forma de respuesta, a alguien o a algo aprendida y relativamente permanente. El término "actitud" ha sido definido como "reacción afectiva positiva o negativa hacia un objeto o proposición abstracto o concreto denotado". Las actitudes son las predisposiciones a responder de una determinada manera con reacciones favorables o desfavorables hacia algo. Las integran las opiniones o creencias, los sentimientos y las conductas, factores que a su vez se interrelacionan entre sí. Las opiniones son ideas que uno posee sobre un tema y no tienen porque sustentarse en una información objetiva. Por su parte, los sentimientos son reacciones emocionales que se presentan ante un objeto, sujeto o grupo social. Por último, las conductas son tendencias a comportarse según opiniones o sentimientos propios. Las actitudes reflejan los antecedentes y las diversas experiencias del individuo. Una actitud consta de tres componentes: -Un componente afectivo. Son las sensaciones y sentimientos que dicho objeto produce en el sujeto, es el sentimiento en favor o en contra de un objeto social. Es el componente más característico de las actitudes. Aquí radica la diferencia principal con las creencias y las opiniones -que se caracterizan por su componente cognoscitivo-. El sujeto puede experimentar distintas experiencias con el objeto estos pueden ser positivos o negativos. -Un componente cognoscitivo. Es el conjunto de datos e información que el sujeto sabe acerca del objeto del cual toma su actitud. Un conocimiento detallado del objeto favorece la asociación al objeto. Para que exista una actitud, es necesario que exista también una representación cognoscitiva del objeto. Está formada por las percepciones y creencias hacia un objeto, así como por la información que tenemos sobre un objeto. Los objetos no conocidos o sobre los que no se posee información no pueden generar actitudes. -Un componente del comportamiento. Son las intenciones, disposiciones o tendencias hacia un objeto, es cuando surge una verdadera asociación entre objeto y sujeto. Es la tendencia a reaccionar hacia los objetos de una determinada manera. Es el componente activo de la actitud. Funciones de las actitudes En los procesos cognitivos, emotivos, conductuales y sociales, son múltiples. La principal función resulta ser la cognoscitiva. Las actitudes están en la base de los procesos cognitivos-emotivos prepuestos al conocimiento y a la orientación en el ambiente. Las actitudes pueden tener las siguientes funciones: 1. De conocimiento. Las actitudes pueden actuar como esquemas o filtros cognitivos. Un prejuicio hacia, por ejemplo, los chinos, puede bloquear el conocimiento de aspectos muy positivos que se presenten; nos quedaremos sólo con lo negativo. En ocasiones, para medir las actitudes se pueden presentar situaciones hipotéticas para ver como la actitud filtra la adquisición de conocimientos. 2. De adaptación. Las actitudes nos permiten adaptarnos e integrarnos en los grupos sociales. Para poder pertenecer a un grupo, he de pensar y hacer lo más parecido posible a las características del grupo. 3. Ego defensiva. Podemos desarrollar actitudes para defendernos ante determinados objetos. Ante objetos que percibimos amenazantes, desarrollamos actitudes negativas para preservar el yo. Ejemplo: “El profe me tiene de encargo” como defensa ante mi incapacidad o irresponsabilidad. 4. Expresiva. Las actitudes nos permiten mostrar a los otros nuestra identidad (qué somos y como somos). Se define “valor” como el conjunto de actitudes ante un objeto. Formación de Actitudes Con respecto a la formación, se distinguen dos tipos de teoría y son las siguientes: Teoría del Aprendizaje. Esta teoría se basa en que al aprender recibimos nuevos conocimientos de los cuales intentamos desarrollar unas ideas, unos sentimientos, y unas conductas asociadas a estos aprendizajes. El aprendizaje de estas actitudes puede ser reforzado mediante experiencias agradables. Teoría de la Consistencia Cognitiva. Esta teoría se basa o consiste en el aprendizaje de nuevas actitudes relacionando la nueva información con alguna otra información que ya se conocía, así tratamos de desarrollar ideas o actitudes compatibles entre sí. Teoría de la Disonancia Cognitiva. Consiste en hacernos creer a nosotros mismos y a nuestro conocimiento que algo no nos perjudica pero sabiendo en realidad lo que nos puede pasar si se siguiese manteniendo esta actitud, tras haber realizado una prueba y fracasar en el intento. Esto nos puede provocar un conflicto, porque tomamos dos actitudes incompatibles entre sí que nosotros mismos intentamos evitar de manera refleja. Esto nos impulsa a construir nuevas actitudes o a cambiar las actitudes ya existentes.