NORMAS Y LÍMITES ¿QUÉ SON? Son conductas específicas y concretas exigidas / acordadas por una o varias personas y que sirven de regla o patrón del comportamiento social o personal. La norma determina como debe ser algo o cómo y cuando debe realizarse. TIPOS DE NORMAS 1. Fundamentales: Son las normas de los derechos y valores fundamentales de la familia. Son de obligado cumplimiento e innegociables. Si no son respetadas la convivencia de la familia y la educación de sus miembros se ve dañada de forma importante. Tienen que ver con la integridad física y moral de las personas. Deben ser pocas, claras y unívocas en su cumplimiento. Ejemplo: Hablar respetuosamente (no insultar), respeto a la integridad física ( no agredir),... 2. Importantes: Son aquellas que tienen que ver con una correcta socialización y salud de l@s hij@s. Se deben respetar en su mayoría pero permiten cierta flexibilidad. Deben ser en número limitado. Si no se cumplen afectan a la convivencia familiar. Por ejemplo: los horarios de llegada a casa, de sueño, de alimentación… 3. Accesorias: Pueden ser numerosas y podemos permitir cierta flexibilidad en su cumplimiento. No son esenciales para la convivencia pero la mejoran si se cumplen. Son negociables. Tienen que ver con el orden y la organización de la casa, las actividades de ocio generales, con el respeto al gusto de l@s otr@s etc. ¿PORQUÉ SON PREVENTIVAS? Ayudan a poner límites a los impulsos y comportamientos así como a crear conductas prosociales y saludables. Facilitan, por lo tanto, el autocontrol del@ joven. Regulan nuestros deseos más inmediatos posponiéndolos (si no es el momento), ajustándolos al comportamiento social acordado, facilitando conductas más adecuadas. Regulan las situaciones y conductas a las que pueden exponerse l@s jóvenes. De manera que: Se garanticen aprendizajes seguros y progresivos según su momento evolutivo. Facilita así la autonomía de la persona. Eviten aquellos riesgos, que por su momento evolutivo, no puedan afrontar de forma eficaz. Ciclo de sesiones Escuela de Padres. EPAD -Ayuntamiento de Palma- Y por todo esto: Mejoran la convivencia familiar, al respetar los acuerdos de la familia, y reducen los conflictos interpersonales. Fomentan la responsabilidad personal cuando la familia pone límites claros, razonables y, en la medida de lo posible, negociados. ¿CÓMO SE APLICAN LAS NORMAS EN EL NÚCLEO FAMILIAR? En primer lugar hay que aclarar que para establecer cualquier acuerdo de este tipo y que sea fiable, es preciso contar con un principio de autoridad mínimo en los padres y respeto hacía estos. Las normas deben ser: Claras y concretas: Una norma debe establecer: Qué se tiene que hacer Cuándo hacerlo Quién debe hacerlo Cómo hacerlo Qué consecuencias supondrá su cumplimiento o incumplimiento. Consistentes y seguras: Esto se refiere a que, aunque cambien las circunstancias, la norma se mantiene inalterable. Es decir, deben ser aplicadas igualmente por el padre y la madre sin distinciones, se aplica igualmente a pesar de los cambios de estado de animo de la familia, de las personas que estén presentes cuando sea necesario cumplirla (las normas hay que cumplirlas aunque estén los amigos o la pareja en casa) , etc. Ajustadas a las capacidades: Adecuadas a las edades de l@s hij@s, a sus capacidades, a su grado de aprendizaje de la norma y a las habilidades de autocontrol. Acordadas, negociadas y razonadas: A ser posible. Cuando las normas son negociadas y acordadas entre tod@s se facilita su cumplimiento y la responsabilidad de las personas. Transmitir que lo importante no es discutir sobre quién tiene la razón, sino sobre qué es lo correcto. Con consecuencias explicitadas. Revisables y evaluables periódicamente: Las normas, principalmente las importantes y las accesorias deben ser revisables y evaluables periódicamente. Es aconsejable : Formular sólo aquellas que puedan ser supervisadas (observables en su cumplimiento). Ciclo de sesiones Escuela de Padres. EPAD -Ayuntamiento de Palma- Formularlas en positivo. (Ej: “si haces los deberes podrás salir a jugar a la calle un rato” es mejor que “si no estudias, no sales”) MANERAS DE NEGOCIAR UNA NORMA 1. “Acuerdos básicos” Aplicación simple y conjunta de consecuencias a través del diálogo, sugerencias y razonamientos sobre el modo más adecuado de comportarse. Se realiza verbalizando las normas y sus consecuencias a través de la comunicación cotidiana entre padres e hij@s y sin llegar a una explicitación formal de estas. 2. “El contrato”: El contrato es una herramienta para sistematizar formalmente la conducta que queremos normativizar y sus consecuencias. Se utiliza cuando la relación educativa cotidiana ( a través del “acuerdo básico”) no da los frutos adecuados en el aprendizaje de determinada norma o conducta. Ventajas del contrato por escrito: Escribir y firmar un contrato facilita un mayor grado de compromiso, disminuye las confusiones y contribuye al recuerdo de lo acordado. Le otorga un carácter más formal al acuerdo. Es aconsejable cuando: Se quiere dar relevancia a la norma. Por ejemplo con normas fundamentales. Cuando se incumplen sistemáticamente las normas explicitadas verbalmente. LA CONSECUENCIA DE LA CONDUCTA Si después de una conducta bien realizada aparece el refuerzo, el niño tendrá tendencia a repetir la conducta. Cuando la norma no se cumple hay dos recursos: suprimir el refuerzo, o bien, castigar. A. EL REFUERZO Se trata de responder a tres preguntas: 1 ¿Qué conductas hay que reforzar? Aquellas que se hayan definido previamente como normas a seguir en casa. Cualquier conducta puede ser reforzada. 2 ¿Cómo saber que es reforzante para l@s hij@s? No a tod@s la gente le gusta lo mismo, ¿A cuántas personas les gusta el teatro? Los reforzadores no son universales por eso hay que averiguar qué le gusta a cada persona. Esto se puede averiguar preguntando y observando Ciclo de sesiones Escuela de Padres. EPAD -Ayuntamiento de Palma- aquellas conductas que hacen con mayor frecuencia. Sólo se sabe qué regalo prefiere un amigo el día de su cumpleaños cuando se le conoce. 3 ¿Qué tipo de reforzadores se pueden utilizar? Materiales: objetos que deseen como C.Ds, libros, material deportivo, tarjetas de móviles, ropa, dinero, etc. Actividades: entradas para conciertos, cine, TV, ir a la discoteca, ir de acampada,… Sociales: Atención, acompañarlos a actividades, palabras, halagos, contacto físico… Es preciso que los padres y madres hagan una buena política de refuerzos. Siempre será más recomendable utilizar los sociales y después los de actividad. ¿Qué condiciones mínimas se deben respetar a la hora de planificar el refuerzo de una conducta? Los reforzadores deben otorgarse inmediata, consistente y contingentemente con la conducta (norma) acordada. - Deben variarse en lo posible para evitar utilizar siempre los mismos. - Debe utilizarse el refuerzo social siempre que sea posible, para mantener la conducta en desarrollo, una vez que el acuerdo o el contrato se ha extinguido. - No prometer lo imposible ni aquello que no se este dispuesto a hacer. - Y desde luego no reforzar nunca con aquellas conductas que se quieren evitar (cigarrillos, una cerveza, ir con amigos que sabemos que consumen, etc. B. CONSECUENCIAS NEGATIVAS: EL CASTIGO O LA SANCIÓN Cuándo utilizarlo El castigo consiste en aplicar una consecuencia negativa inmediatamente después de una conducta que la familia considere inadecuada. Lo deseable es utilizarlo lo menos posible. El castigo no facilita el aprendizaje de nuevos comportamientos, su objetivo es reducir o “eliminar” aquellos comportamientos “no deseables”. Para facilitar la aparición de nuevos aprendizajes hay que reforzar paralelamente una conducta alternativa a la que se castiga. Además el castigo tiene una serie de inconvenientes: • Si se abusa de él crea mal clima familiar, debe ser puntual. • A veces, sólo tiene efecto cuando quien castiga está presente. • El castigo conduce al autocontrol sólo cuando el niño está del lado de la persona que le castiga (su hijo le quiere y desea complacerle, por eso su disgusto constituye un verdadero castigo). Cómo aplicarlo: Ciclo de sesiones Escuela de Padres. EPAD -Ayuntamiento de Palma- Inmediatamente después de que se haya producido el incumplimiento de la norma. Mostrarnos seren@s y tranquilos, no gritar o amenazar, ni aplicar ningún castigo que no hayamos previamente acordado. Si se quiere renegociar se debe hacer después del cumplimiento de la sanción, nunca antes. De no ser así se puede negociar en periodos acordados para ello. Castigar la conducta y nunca a la persona. La persona merece nuestro respeto y apoyo pero su conducta no. Un ejemplo: Al niño que roba en una tienda, sus padres le obligan a devolverlo todo lo robado y le castigan a estar sin ver la tele un mes. Durante es mes, todos los días el niño repite “no lo volveré a hacer, dejarme ver la TV”. Los padres preguntan al psicólogo si hay que perdonarlo ante estas señales de arrepentimiento y levantarle el castigo. La respuesta es NO. Si han dicho un mes es un mes, porque está en juego su credibilidad. Acostumbrarse al “lo digo y lo haces” puede llevar un día o un mes, pero esa victoria es para siempre y, además, es muy saludable para el niño. LA TÉCNICA DEL “TIEMPO FUERA” La técnica del tiempo fuera busca erradicar una conducta (de negativismo, de llanto, de rabieta, de pelea) y evitar reforzarla con atención. Es una forma extrema de ignorar. Esta situación de alejamiento debe llevarse a efecto en un rincón o habitación que no le resulte atractiva al niño (sin juguetes ni tebeos ni TV). La privación de estimular y de contacto debe ser clara, y no ha de acompañarse ulteriormente de discusión con el niño. La duración de be ser corta (5 minutos), y puede alcanzar según la edad del hijo, la gravedad del hecho o la reincidencia en el mismo, los 60 minutos. M. Herbert propone las siguientes pautas para que sea efectiva: No amenazar con el tiempo-fuera a menos que estén preparados para seguirlo hasta el final. Hacer períodos de tiempo-fuera de 3 a 5 minutos con repeticiones si el niño rehúsa obedecer una orden razonable. Ignorar al niño mientras está en tiempo-fuera Estar preparado a que su hijo ponga a prueba su resolución. Hacer responsable al niño del desorden durante el tiempo-fuera. Apoyar a la pareja cuando usa el tiempo-fuera. Limitar con cuidado el nº de conductas en las que se usa la técnica. No confiar exclusivamente en el tiempo-fuera. Combinarlo con otras técnicas, como ignorarlo, las consecuencias lógicas, y la resolución de problemas. Ciclo de sesiones Escuela de Padres. EPAD -Ayuntamiento de Palma- Esperar ensayos repetidos de aprendizaje. Usar enfoques no violentos tales como la pérdida de privilegios como apoyo al tiempo-fuera. Utilizar el tiempo-fuera personal para relajarse y reponer su energía. Ser educado. La técnica de “aislar al niño” es profusamente empleada por los padres “¡Al cuarto oscuro!” y es fácil abusar de ella. La deprivación sensorial (sótano, cuarto oscuro, etc.) no es un tipo de castigo recomendable. LOS JÓVENES SABEN CUÁNDO MERECEN UNA SANCIÓN, Y LA PRECISAN (A VECES, DE FORMA INDIRECTA, LA DEMANDAN). LOS ADOLESCENTES, PSICOLÓGICA Y SOCIALMENTE, PRECISAN DE LÍMITES. OTRAS Impongamos las menos sanciones “artificiales” posibles. Un ejemplo: Si un niño llega 30 min. Tarde por la noche, 1º se le levantará a la hora de siempre, 2º no habrá siesta y 3º el día siguiente habrá de llegar 60 min. Antes de su horario habitual (así aprenderá que no le merece la pena llegar tarde) Otras posibles alternativas son la reparación: que consiste, en la medida posible, en resolver o arreglar lo dañado; y la compensación: que es hacer algo (ej: tarea doméstica) en beneficio de los otros. Un ejemplo: un niño rompe la ventana del vecino hacer tareas domésticas para reunir el dinero del arreglo. Cuando los padres usan esta técnica, hacen a los niños responsables de sus errores ayudándoles a compensarlos de alguna manera. Otra alternativa serían (según M.Hebert) las “consecuencias naturales y lógicas de los errores de los hijos” que son una manera de ayudarlos a ser más independientes Un ejemplo: Si Carmen no quiere ponerse el abrigo, entonces pasará frío. El niño aprende al experimentar las consecuencias directas de sus propias decisiones y, de ese modo, no se sienten protegidos de la posibilidad de un resultado indeseable. Pero muchas veces son los mismos padres los que no dejan experimentar a los niños las consecuencias de su propia mala conducta. El resultado es que las implicaciones (resultados) de la situación con frecuencia Ciclo de sesiones Escuela de Padres. EPAD -Ayuntamiento de Palma- no llegan a ser evidentes para el niño y continúa cometiendo las mismas travesuras una y otra vez. En RESUMEN… J.L.Pedreira Massa (Presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Infantil) aconseja la educación pilotada en torno a “las tres C”: C de Coherencia: No llevarnos la contraria a nosotros mismos, tener siempre el mismo criterio. C de Consistencia: El sí es sí y el no es no. No vale decir “NO” ahora y dentro de cinco minutos decir “SÍ”. C de Continuidad: ser coherente y consistente de forma permanente. Para que una orden o instrucción sea eficaz, siga las siguientes pautas (J. Urra Portillo) De sólo una instrucción cada vez (no repetir órdenes mil veces). Ha de especificar la conducta deseada de manera breve y clara. Debe ser acorde con la edad del niño. Sin amenazas. Con mano firme pero gesto suave. Darlas consecutivamente, no intentar imponer varias de forma simultánea. Usar esquemas tipo “hacer” y “si-entonces” (Si terminas tus deberes, podrás ir al parque). Dar oportunidades de obedecer mediante avisos y recordatorios. Apoyar las de su pareja. Comprobar la realización de la tarea si fuera necesario. Alabar la obediencia y establecer consecuencias para la desobediencia. Si el castigo está comprometido, es decir, si el niño sabe que una actitud o acción concreta conlleva sanción y la comete, hacérsela cumplir. Buscar el momento oportuno para darlas y razonarlas. Pero, ocasionalmente, se puede realizar desde el prestigio ganado con el respeto adquirido en el día a día educativo. NOTA: EL PADRE-COLEGA: Es bueno que los niños tengan padres amistosos que quieran jugar con ellos. Sin embargo, tendrán muchos amigos, pero sólo un padre y una madre y necesitan que actúen como tales. A los hijos les sobran los amiguetes, lo que de verdad les falta son padres educadores y padres maestros. El padre que no quiere figurar sino como “el mejor amigo de sus hijos”, es algo parecido a un arrugado compañero de juego, sirve para poco; y la madre, cuya única vanidad es que la tomen por la hermana ligeramente mayor que su hija, tampoco vale para mucho más” Ciclo de sesiones Escuela de Padres. EPAD -Ayuntamiento de Palma-