Contaminación de los recursos hidrológicos

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Utilización del recurso agua
El agua es uno de los recursos más utilizados por el ser humano. Por medio del tratamiento de las aguas
dulces accesibles, se produce agua potable para múltiples fines.
Las necesidades de agua dulce para la agricultura y la industria, también son importantes y aumentan
constantemente. El proceso de la fabricación de alimentos, metales y plásticos requiere de cantidades
apreciables de agua. Por ejemplo, para la producción de 1 kilogramo de azúcar de remolacha, se ocupan
aproximadamente 12 litros de agua.
El ser humano aprovecha la energía potencial de las caídas del agua para transformarla en energía eléctrica.
Este proceso se realiza en las centrales hidroeléctricas. La energía allí obtenida, es necesaria para el
funcionamiento de diferentes industrias y para la iluminación de las ciudades y de otras zonas pobladas.
Nuestro país tiene una situación privilegiada en cuanto al recurso agua. Muchos de los ríos chilenos abastecen
de agua a las poblaciones humanas y también son fuente para el aprovechamiento de la energía hidroeléctrica.
Una de las centrales hidroeléctricas más importantes en Chile es la Central Colbún Machicura, ubicada en la
Vll Región, cerca de Talca.
Contaminación del agua
La creciente necesidad de agua en el mundo, pone de manifiesto el urgente desafío que enfrenta el hombre
hoy: la aplicación de medidas de conservación de este vital recurso.
En muchos países el agua de lluvia no es suficiente para cubrir las demandas de agua dulce de la población.
Las sequías determinan que esas regiones presenten problemas, tales como epidemias, hambruna y pobreza.
En la mayoría de los países desarrollados el requerimiento de agua es inmenso, debido a la fuerte actividad
industrial, agrícola y doméstica. Esta demanda está causando una alta degradación del agua, porque el
contenido de desechos la hace inadecuada para beber y para otros propósitos.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), el agua se encuentra contaminada cuando:
"Su composición o estado están alterados de tal modo que ya no reúnen las condiciones adecuadas para el
conjunto de utilizaciones a las que se hubiera destinado en su estado natural".
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Contaminación natural del agua
Corresponde a las alteraciones en la composición y distribución de las aguas como productos de algunos
fenómenos naturales, sin intervención del ser humano. Algunos factores que provocan este tipo de
contaminación son:
• Corrientes marinas. Las corrientes marinas son los movimientos de masa de agua que siguen un
recorrido geográfico permanente, que se caracterizan por una temperatura y una salinidad
determinadas y alteran las cadenas tróficas de la vida acuática.
En Chile, el fenómeno conocido como la corriente del niño es un claro ejemplo de alteración de la cadena
alimenticia, producto del aumento de la temperatura del agua.
Cuando las capas superficiales del océano se calientan más de lo normal, el plancton, nombre que reciben los
organismos, en su mayoría microscópicos, que viven en la superficie del mar, muere irremediablemente y las
sustancias nutritivas del agua se agotan. Los peces también mueren sin su alimento, lo que afecta, además, a
las aves que viven en ellos.
• Mareas rojas. Las mareas rojas se producen en todos los mares y corresponden a un incremento
súbito de enormes masas de plancton. El agua toma un color rojizo, debido al aumento debido al
aumento excesivo de unos pequeños organismos llamados dinoflagelados. Algunos de estos
organismos producen toxinas que se fijan a los tejidos de los músculos que se alimentan del plancton,
y resultan venenosas para muchas especies. Al consumir esos músculos contaminados, el hombre
puede intoxicarse gravemente.
Este fenómeno ha ocurrido en Chile en numerosas oportunidades y ha ocasionado una alta mortandad de
animales marinos e incluso personas.
Contaminación artificial del agua
Corresponde a las alteraciones de la caída del agua como producto de las actividades humanas.
Las ciudades con alto grado de urbanización arrojan a ríos, lagos y mares, grandes volúmenes de aguas
residuales, debido al uso doméstico, industrial y agrícola que se hace del agua.
Los agentes contaminantes del agua son de tipo biológico, químico y físico.
• Contaminantes biológicos. Corresponden a los desechos orgánicos, tales como la materia fecal y
restos de alimentos. Estos tienen la propiedad de fermentar, es decir, se descomponen utilizando el
oxígeno disuelto en el agua, a la cual llegan principalmente por los alcantarillados de las ciudades.
Otros contaminantes biológicos son las evacuaciones de desechos industriales provenientes del procesamiento
de alimentos y de los mataderos.
La mayoría de los desechos orgánicos de tipo biológico son biodegradables, es decir, las bacterias que
normalmente viven en el agua degradan o descomponen esta materia en sustancias más simples haciendo uso
del oxígeno presente en el agua. Aún así, resultan menos dañinos que los no biodegradables.
• Contaminantes químicos. Son los compuestos químicos, orgánicos e inorgánicos, que llegan al agua
provenientes de las actividades domésticas, industriales y agropecuarias.
Entre los de tipo orgánico destacan los hidrocarburos derivados del petróleo y los compuestos sintéticos o
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creados por el hombre, tales como plaguicidas, solventes industriales, aceites, detergentes y plásticos. Estos
no suelen ser generalmente biodegradables, razón por la que mantienen en el agua por mucho tiempo.
Entre las sustancias inorgánicas están las del origen mineral: sales de metales de mercurio y de arsénico, como
el salitre.
• Contaminantes físicos. Son los materiales sólidos e inertes que afectan las transparencias de las
aguas, como basuras, polvo y arcillas. También son contaminantes físicos, por una parte, los vertidos
de líquidos calientes, que modifican la temperatura del agua de los ríos y de los lagos, y ponen en
peligro la vida de la flora y fauna acuáticas, y por otra, las sustancias radioactivas provienen de
hospitales, laboratorios y centrales nucleares.
Efectos de la contaminación del agua
• Efectos de contaminación biológica. El sistema de alcantarillado de las ciudades lleva las llamadas
aguas servidas hacia los ríos, lagos o mares, en donde se depositan y permiten la proliferación de
microorganismos patógenos. Cuando el ser humano se alimenta de cultivos regados con aguas
servidas, contrae enfermedades infectocontagiosas, como el cólera, la tifoidea, la hepatitis y diversas
otras infecciones gastrointestinales.
• Efectos de la contaminación química. Entre los contaminantes químicos del agua están los
detergentes sintéticos o no biodegradables, provenientes de las aguas domésticas y que llegan a los
cauces de ríos y lagos. La espuma que forma estos productos cubre las aguas e impide su oxigenación,
lo que afecta negativamente la vida del ecosistema.
Las industrias del petróleo producen derrames de este producto en las aguas, formando las conocidas mareas
negras. Estas impiden el proceso de la fotosíntesis, puesto que la luz es bloqueada por la capa del petróleo
superficial y no alcanza al plancton vegetal, base de la cadena alimentaria en los ecosistemas acuáticos.
Las industrias textil, del papel y del procesamiento de minerales metálicos, arrojan a los cursos de agua:
colorantes, blanqueadores, detergentes sintéticos, ácidos y metales pesados, como el mercurio, el arsénico y el
plomo. El mercurio, por ejemplo, se fije a las vísceras de los animales acuáticos envenenándolos hasta su
muerte.
Las aguas residuales agrícolas contienen sustancias tóxicas, como el DDT, plaguicidas que altera el
crecimiento del plancton en el océano y que permanece en los tejidos animales y vegetales por mucho tiempo,
se introduce en las cadenas alimentarias y llega intacto al hombre a través de los alimentos. Así, cuando un
pez se alimenta de vegetales contaminados con DDT, este producto se concentra en sus tejidos, y aunque
puede o no provocarle la muerte, si puede matar a las aves que lo consumen.
• Efectos de la contaminación física. La eliminación de aguas y otros líquidos calientes son el
resultado de los procesos industriales. Se depositan finalmente en el mar, aceleran el crecimiento de
las algas y disminuye el contenido de oxígeno disuelto en el agua.
La eliminación de desechos sólidos, como metales, plásticos, cartones y vidrios, modifica la composición del
agua y también atenta contra su imagen estética, los elementos radiactivos dañan principalmente los glóbulos
blancos de la sangre, encargados de defender a los organismos de las enfermedades infecciosas. También
afectan la médula espinal, provocando una disminución de la producción de glóbulos rojos, enfermedad
llamada anemia.
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Conservación del recurso agua
Los proyectos de descontaminación que han desarrollados la mayoría de los países consisten, básicamente, en
el tratamiento de las aguas residuales previamente de ser arrojadas a los cursos de agua. Las plantas de
tratamiento pueden extraer hasta el 95% de las sustancias sólidos, revirtiendo el aspecto de la suciedad y
pestilencia de las aguas, hacia un proceso de purificación.
Otras medidas han consistido en informar a la población sobre las consecuencias de la contaminación hídrica
y recomendar algunas acciones que colaboren con el logro de conservación del agua.
Todos podemos preocuparnos de reducir el consumo diario de agua y mantener este recurso en óptimas
condiciones si consideramos las siguientes condiciones:
• Revisar regularmente las cañerías, llaves y sanitarios para evitar fugas de agua.
• Tomar duchas cortas, de no más de cinco minutos.
• Utilizar tapones para contener el agua en los lavatorios, lavaplatos o lavaderos, mientras se lava algún
implemento; así se evita que el agua potable corra y se desperdicie.
• Hacer correr el agua del inodoro (W.C.) solo cuando ha sido usado.
• Regar el jardín en las mañanas o atardecer. Si el riego se realiza durante las horas de más calor, se
pierde una gran cantidad de agua por evaporación.
• No botar sustancias tóxicas por el desagüe, tales como residuos sólidos, restos de pinturas, remedios u
otros productos químicos.
• Evitar en consumo de detergentes que contienen fosfatos. Usar solo detergentes biodegradables.
• Disminuir, en los posible, el uso de cloro y otros blanqueadores.
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