PELOTARIS DE BAÑOS DE RIO TOBIA 1.920- 1.983 El gran honor que se me ha concedido al encomendarme la elaboración de este humilde pero sincero homenaje al pelotari de Baños, me ha producido una enorme preocupación y una profunda alegría a la vez. Una profunda alegría, porque, como muchos de vosotros sabéis me siento bañejo hasta la médula y significa para mí una gran satisfacción poder contar las hazañas y virtudes de mis paisanos en el mundo de la pelota. Mi preocupación antes señalada tiene una doble vertiente. Por una parte, creo que me va a ser muy difícil el poder reseñar en tan poco espacio todas las gestas de estos pelotaris y por otra, siempre me va a quedar la impresión de que inevitablemente me he de olvidar de muchos bañejos, que por supuesto merecerían aparecer en estas líneas. Pido disculpas por adelantado y quiero dejar claro que no está en mi ánimo el subestimar u olvidar conscientemente a nadie, sino que, por motivos de espacio me es imposible insertar el nombre de todos ellos en este programa. De cualquier modo, también me queda el consuelo de que para citar a todos los grandes pelotaris que nuestro pueblo ha dado, harían falta muchos libros. Una vez terminada esta primera parte, quiero señalar ahora otro aspecto que también me gustaría aclarar. Este homenaje al pelotari bañejo, va especialmente dirigido a aquellos que apenas lograron traspasar nuestras fronteras locales y comarcales, que no acapararon los titulares de los periódicos, pero que no por ello dejan de ser grandes pelotaris. Me imagino que en la mente de muchos de vosotros estarán nuestros queridos y admirados Barberitos, a los cuales personalmente admiro y estimo mucho, pero de éstos poco puedo decir que no se haya dicho ya o que no sepáis. Aquí me gustaría hablar de los pelotaris de los domingos después de Misa Mayor, de los grandes desafíos, de aquellos cuyos partidos solían durar mucho más de 22 tantos y a los cuales su gran afición pelotística les costaba no pocos problemas familiares y reprimendas. Sin más dilación paso a señalar aquellos pelotaris a mi humilde criterio, más representativos de nuestro pueblo. Remontándonos a los años 20-30 ya nos encontramos con Felipe Martínez y Cesar Garnica. Estos llegaron a formar una pareja casi invencible; recorrían a pie o en caballo los pueblos y ciudades riojanas y cubrían ellos mismos sus apuestas de 20 reales (cuando los tenían) sirviendo esto de acicate para luchar no ya sólo por su honrilla deportiva sino también por sus 20 reales. Sabemos que Felipe poseía unos cortes maravillosos unas rasgadas al ancho inigualables al igual que sus carambolas; pero sobre todo, contaba con un corte prodigioso. Por su parte Cesar era un zaguero incansable, que llevaba todas las pelotas, tenía un gran sentido de la colocación y además, poseía una gran pegada y una gran facilidad para arrimar la pelota a la pared con una exactitud envidiable. Dentro de esta misma etapa podemos citar también, a Amando Loza. Este jugaba preferentemente de manomanista y como tal, tenía dos manos iguales aunque lógicamente, su derecha era poco menos que demoledora; si a esto le sumamos unas grandes condiciones físicas, tenemos ahí un gran manomanista. Pasamos ahora a los años 40, etapa que bien podríamos denominar de oro dentro de la pelota en Baños. En esta época abundan los nombres importantes, pero a fin de no alargarnos demasiado, vamos a entresacar de entre todos ellos los que consideramos más representativos, como son: Ángel Campo "Cachumbito", Edmundo Loza "Mundi”, Pedro Martínez "Pedrín", y José Luis “Olave”. Todos sabemos la gran afición que tenía "Cachumbito" que le llevaba incluso a abandonar convites de bodas por jugar sus partidos y a rasgar con rabia su camisa cuando hacía alguna "torcida"; en cuanto a "Mundi", podemos decir que era poseedor de una fé y confianza en sí mismo inquebrantable, era también un dechado de condiciones físicas, valentía y agilidad y sobre todo, poseía lo que podríamos decir que es la característica general de nuestros pelotaris: eso que en Baños llamamos "nervio". Juntos, al igual que Felipe y Cesar llegaron a formar una pareja invencible, llegando a defender y de qué manera el pabellón riojano por toda España. En el recuerdo de todos está su partido en el Beti-Jai con los entonces campeones de España Ochoa y Dufur en el que tras ir perdiendo 19 - 2 remontaron hasta ganar el partido 22 - 21. En cuanto a Pedrín, podemos decir que su gran afición le ha llevado a seguir jugando hasta ahora y no sólo eso, sino hacerlo muy bien. En su mejor época llegó a ser campeón manomanista de La Rioja en 1.953 ganando en el Beti-Jai por 22 - 7 al "Cuco"; y no sólo eso, sino también quedó en su época de Servicio Militar, Campeón Provincial de Madrid por parejas, llegando incluso a jugar el Campeonato de Federaciones de España, representando a la Federación Castellana. Sobre sus características de juego, tengo la gran suerte de haberle visto jugar personalmente y puedo destacar su saque endiablado "largo y a morir a la pared", sus portentosas dejadas al rincón y sus espectaculares ganchos de izquierda al ancho prácticamente inalcanzables. No podríamos dejar de citar a José Luis Olave del que siempre he oido decir que podría haber sido mejor que el mismo Abel de haber continuado jugando; esto puede darnos una idea de lo que podía jugar. Tenía un saque temible y sobre todo un gran corte tanto de derecha como de izquierda. También en él destacaba eso que hace poco destacábamos en el caso de "Mundi": mucho nervio. Un poco posterior a éstos nos encontramos ya con Roberto Jadraque "Robert", un bañejo que por motivos extra-deportivos tuvo que desplazarse fuera de nuestro pueblo, pero que ello no fué impedimento para que dejase la "marca" de Baños donde quiera que actuase. En efecto llegó a defender en parejas a la Federación Vizcaina, a la asturiana, etc., e incluso fué campeón de España en aficionados en parejas. También he tenido la gran suerte de ver evolucionar a "Robert" en un frontón y puedo asegurar que ha sido y es un gran estilista, parece que, por lo ajustadas que van sus pelotas, juega con tiralíneas, pero lo que realmente más me ha llamado la atención de él, ha sido su elegancia en la cancha. De esta misma época tenemos también a Juan Fernández Loza "Juan", jugador infatigable, trabajador y obrero de la pelota; jugar con él era garantía de tener siempre las espaldas bien cubiertas. Además se permitía el lujo de echar dejadas al ancho desde los cuadros 6, 7 y 8 con lo que constituía un calvario, no sólo para el zaguero contrario sino también para el delantero. Lo mismo ocurría con "Pepe el Rubio", jugador que pese a no poseer gran fortaleza era un seguro de no perder tanto y de “llevar” todas las pelotas por muy arrimadas que éstas fuesen. Y dando un pequeño salto, llegamos ya a la etapa actual, hay 2 pelotaris que destacan especialmente en esta etapa, José Sobrón "Jose Mari" y Juan Antonio Uruñuela. El primero de ellos es un delantero al que por sus "piernas y riñones" resulta practicamente imposible ganarle un tanto, y por el contrario en cualquier ocasión que se le presenta lo gana bien sea con sus dejadas al rincón, o con sus cortes de derecha al ancho. En su palmarés podemos señalar un subcampeonato juvenil de un Torneo celebrado en Nájera en el 1.968, un subcampeonato provincial por parejas junto al Caracolero Paco Antonio en 1.980, un Campeonato en el primer torneo de veteranos en Baños de Río Tobía, y como no, un campeonato de Interpueblos de La Rioja. Todavía tengo en el recuerdo el partido de eliminatoria contra Huércanos que tuvo en vilo a todo Baños. Juan Antonio Uruñuela es un zaguero con una derecha que atrasa con una facilidad pasmosa, también hay que señalar en él una entrega total en cada partido; técnicamente podemos decir que dificilmente se acalora y que siempre juega con una tranquilidad absoluta. Podríamos seguir llenando páginas y páginas recordando también de los años 20 y 30 a los Aurelio Garnica, Matías Loza, Florencio “el Rojo”, a los Adolfo y José San Martín, tío y padre respectivamente de Abel; en la etapa de los 40 los nombres importantes todavía abundarían más, Eleuterio Olave, la clase, Manolo "El Cubano", Bibi Loza ¡qué pelotazos!, Amando Loza, ganador de Corono y de Ruperto en el frontón La Juana de Nájera; Alfredo Jadraque (hermano del ya citado Robert) que junto con "Mundi" jugó un Domingo tres partidos prácticamente seguidos contra "Pedrín” o “Cachumbito", Matías Sobrón, Lauren y un larguísimo etc... Muchas veces me he preguntado ¿qué hubiera ocurrido si en aquellos años hubiera habido un Torneo Interpueblos como ahora?. Edmundo Loza Olave.