ROL DE LOS FERTILIZANTES EN LA FERTILIZACION

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Consideraciones para la aplicación de fertilizantes
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¿Cuánto fertilizante se debe aplicar?
Este es el punto más complejo de determinar en la problemática que se presenta en la
fertilización. Para determinar la dosis de abonamiento debemos considerar los siguientes:
1. Objetivo de la explotación
- Determinar el objetivo de la explotación para un determinado cultivo, lo cual nos
ayudará en el cálculo de la dosis más adecuada de elementos fertilizantes.
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En el caso de los cultivos para exportación es importante considerar: las
características de calidad de la cosecha y los cultivos explotados para la obtención
de alguna materia o sustancia. Por ejemplo: aceite, azúcar, fibras, proteínas, etc.
2. Exigencias específicas del cultivo
- Una vez determinado el tipo de explotación, se deberá seleccionar la variedad más
adecuada y considerar la adaptación de la misma a las diferentes condiciones
climáticas.
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Las extracciones nutritivas de los cultivos, concretamente las cantidades que los
cultivos extraen del suelo, es un dato muy importante para establecer un balance
aproximado de los diferentes nutrientes requeridos por los cultivos.
3. Condiciones generales de desarrollo
- Es importante conocer las condiciones climáticas no controlables de la explotación,
lo cual determinará la duración del ciclo vegetativo y el nivel de producción.
4. Fertilidad del Suelo:
- Es necesario conocer la capacidad del suelo para suministrar los diferentes
elementos nutritivos al cultivo en función de sus necesidades.
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Para ello, el Análisis de Suelo es una herramienta que permite diagnosticar
problemas, limitaciones o carencia que pueda limitar la fertilidad del suelo.
¿Cuándo se debe aplicar?
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La eficacia de la fertilización exige que el cultivo disponga de los elementos
nutritivos en cantidad suficiente en la zona que se desarrollan las raíces y en cada
momento a lo largo de su ciclo vegetativo.
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La época de aplicación dependerá de los siguientes factores: el tipo de fertilizante,
movilidad del nutriente, condiciones del suelo y el método de distribución del
fertilizante.
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Algunos cultivos pueden alcanzar absorciones diarias de nutrientes de 7 a 10 kg de
nitrógeno por hectárea, 1-5 kg de fósforo por hectárea y 9-15 kg de potasio por
hectárea.
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Otro aspecto importante a ser considerado para determinar la época de aplicación
es la movilidad de los nutrientes.
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En el caso del nitrógeno y bajo condiciones normales es un elemento muy móvil,
por tanto tiene un gran riesgo de ser lavado o arrastrado en profundidad. Es por ello,
que en el caso de este elemento es conveniente fraccionar las aplicaciones en
función de las exigencias y el ciclo del cultivo.
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En relación al fósforo y potasio, estos elementos presentan una escasa movilidad
en el suelo, por lo que el planteamiento de la fertilización en este caso debe ser a
largo plazo y dirigida a mantener la fertilidad del suelo. Sin embargo, bajo
condiciones especiales de la explotación y la intensidad de absorción por parte de
los cultivos, puede ser aconsejable el fraccionamiento de la fertilización fosfatada y
potásica.
¿Dónde se debe aplicar el fertilizante?
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Otro de los factores que influye en la eficiencia de la fertilización es la localización
de los nutrientes en la zona del perfil del suelo, donde la actividad de las raíces es
mayor.
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La zona más aconsejable para colocar los elementos nutritivos depende de varios
factores como: la distribución del sistema de radicular del cultivo, movilidad de los
elementos en el suelo, nivel de fertilidad y la capacidad de fijación en el suelo de los
elementos aportados por medio de la fertilización.
 ¿Qué tipo de fertilizante se debe aplicar?
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En la selección del tipo de fertilizante se debe considerar dos aspectos:
agronómico y económico.
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Por ello, es importante considerar en la elección de un determinado fertilizante,
las características agronómicas que nos dan a conocer si el fertilizante es el
adecuado según las condiciones del suelo y cultivo.
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Por ejemplo, para los suelos de la costa la mejor fuente es el sulfato de
amonio, por ser una fuente de reacción ácida y que además contiene azufre,
luego el nitrato de amonio y finalmente la urea.
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La urea a pesar de ser más concentrada que las otras fuentes (ya que contiene
46% de nitrógeno) es la que se pierde más por la volatilización, es decir, por la
mala aplicación en el suelo - cuando se aplica sobre el suelo en forma
superficial, en suelos alcalinos y con alta temperatura - las pérdidas pueden
llegar fácilmente al 50%; convirtiéndose en una fuente nitrogenada ineficiente.
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En el caso de las fuentes fosfatadas se disponen del Fosfato Diamónico y el
Super Triple. Este último es más utilizado en los suelos de la sierra y selva, en
cambio el Fosfato Diamónico es utilizado principalmente en los suelos de la
costa.
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Al igual que en el caso anterior las fuentes de potasio como el cloruro de
potasio, sulfato de potasio, nitrato de potasio y sulpomag su utilización
dependerá del tipo de suelo y cultivo.
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También se cuenta con “Fertilizantes Compuestos” que proporcionan un
balance de los tres principales nutrientes: N, P y K. Los fertilizantes compuestos
pueden contener también uno o más de los nutrientes secundarios (Mg, S, Ca) y
micronutrientes (Fe, Cu, Zn, Mn, Mo, B).
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Los fertilizantes compuestos se formulan en diferentes calidades a fin de aportar
distintas proporciones de los nutrientes, según las necesidades de los diferentes
cultivos, la fertilidad propia del suelo y la necesidad posterior de aplicar
nitrógeno o potasio. Las recomendaciones en cuanto a las proporciones en que
se deben aplicarse los nutrientes se basan en los estudios de suelos.
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Conforme el agricultor pueda llegar a utilizar más los fertilizantes compuestos,
los riesgos de una fertilización desequilibrada son menores y por tanto se
asegura una nutrición balanceada de lo cultivos.
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