Nuestra Escuela: fortaleciendo el perfil ético, político y pedagógico de la práctica docente El Programa de Formación Permanente “Nuestra Escuela” representa en la historia de la educación argentina una oportunidad de análisis, debate y transformación de las prácticas cotidianas que los docentes llevamos adelante en nuestros espacios institucionales. La escuela argentina se enfrenta hoy a nuevos desafíos, y para enfrentarlos y desarrollar buenas respuestas es necesario revisar las formas de hacer docencia y de enseñar a los niños y jóvenes de nuestra patria. La propuesta de formación del Programa Nacional de Formación Permanente, a desarrollarse en todos los niveles y modalidades de enseñanza, integra la evaluación participativa como parte de un mismo proceso formativo. Como pieza clave para lograr sus objetivos, el Programa promueve la construcción colectiva de saberes pedagógicos desde el espacio privilegiado de la escuela para que el conocimiento, como bien público, se produzca y apropie democráticamente. El acuerdo paritario suscripto por los gremios docentes en torno del Programa Nacional de Formación Permanente es una muestra del proceso de ampliación de derechos iniciado. La reivindicación histórica de la formación continua y en servicio se asocia al derecho de aprender En esta línea, los compromisos que se asumen al poner en marcha el presente Programa apuntan fundamentalmente a transformar las concepciones sobre la formación docente, para trascender la perspectiva individualista y apostara la formación continua y al colectivo docente en su tarea de educar, que con mirada crítica y responsabilidad profesional, elabora alternativas de transformación en la escuela situada. En este contexto, el proceso de formación permanente que diseña el Programa tiene como objetivo principal transformar la cultura institucional sobre la base de una praxis docente renovada, objetivo no siempre visible en las concepciones hegemónicas sobre la formación docente. Así, los consecuentes objetivos que lo amplían y completan son: • Fortalecer y jerarquizar la autoridad ética, política y pedagógica de las escuelas y los docentes. • Promover el desarrollo profesional del colectivo de docentes en tanto sujetos responsables de la política pública educativa para la mejora de la enseñanza y los aprendizajes. • Impulsar el trabajo institucional y colaborativo de los docentes que implique reflexión y transformación de prácticas institucionales y de enseñanza. Es así como “NUESTRA ESCUELA” se constituye en una estrategia fundamental para el fortalecimiento de la formación ética, política y pedagógica del colectivo docente, ya que parte de una concepción de la educación, establecida en la Ley de Educación Nacional, que tiene por finalidad construir una sociedad democrática con igualdad y justicia social. De la misma manera, Nuestra Escuela reconoce que: ● el docente es un agente del Estado, responsable de las políticas educativas en una organización pública; ● la tarea de enseñar es un trabajo intelectual y profesional que implica la formación en la práctica y la producción de saber pedagógico tanto en lo individual como en lo colectivo ● la escuela es un ámbito formativo capaz de construir mejores condiciones y prácticas institucionales y pedagógicas que garanticen el derecho a buenas trayectorias escolares ● la formación permanente es constitutiva del trabajo docente, en tanto derecho y obligación laboral; ● el sistema educativo nacional se construye a partir de consensos y acuerdos federales que surgen de las prioridades de los gobiernos educativos de las jurisdicciones y el trabajo asociativo con otras organizaciones. Este marco político-pedagógico nos pone frente a una concepción donde la docencia es un trabajo profesional que requiere de una ética estatal: la llamada “cosa pública” debe estar presente en la discusión sobre la formación y la práctica docente. Por esto, el trabajo colectivo que se propone se enmarca en un proceso de recuperación de un Estado que pondera a los más débiles, que coloca en el centro de su atención a quienes han vivido una situación de postergación histórica y han padecido en mayor medida el corrimiento de la estructura estatal. Los futuros docentes en el marco de las acciones de Nuestra Escuela Hace un tiempo ya, desde el área de políticas estudiantiles se señalaba la importancia de problematizar y transformar lo que se ha vivido como cultura escolarizada en el interior de las instituciones de Educación Superior: en estas “perduran prácticas institucionales que contribuyen a un clima de cierta pasividad por parte de las/los estudiantes. Estas prácticas que se instalan y naturalizan dificultan el despliegue, por ejemplo, de mayores grados de autonomía, de posiciones creativas, de pensamiento crítico, en lo que hace a su condición actual y a su futuro desempeño”. En la misma línea, se señala que la figura del estudiante suele aparecer “…como un sujeto al que hay que tutelar, un joven o adulto a quien se lo conceptualiza como un ser inmaduro, inexperto, y se lo niega como sujeto social, o se invisibilizan sus aportes y, en algunas situaciones, se los priva de sus derechos” (Documento Marco de Políticas Estudiantiles, INFD, 2009). De este cuadro de situación, se desprende la necesidad de reflexionar y promover instancias donde los estudiantes puedan formarse para participar “…activamente en la sociedad como un ciudadano responsable (proceso en el que, en muchos casos, ya está inscripto), para lograr también el crecimiento democrático institucional. Y tiene que incorporar las dinámicas de la esfera pública, que se caracteriza por el pronunciamiento de la palabra, el debate, el logro de consensos y la capacidad de dirimir el conflicto como forma intrínseca de las relaciones en el espacio público; pero además por la imaginación práctica, las acciones transformadoras que posibilitan una vida mejor para todas y todos (…) Pero resulta clave generar condiciones institucionales propicias para que la voz de todos los actores institucionales, y en particular, la voz de los estudiantes, pueda ser pronunciada. La esfera pública institucional debe ser considerada un espacio para habilitar la palabra de los actores - directivos, docentes, estudiantes- y crear las condiciones que alienten la participación estudiantil responsable” (Ídem). El Plan Nacional de Educación Obligatoria y Formación Docente (Res. de CFE N°188/12) como plan quinquenal que plantea las metas y desafíos de la educación en todos los niveles y modalidades, elabora estrategias para fortalecer el sistema formador, promoviendo en los futuros docentes una serie de prácticas donde se profundizan la transformación institucional, así como su compromiso con los valores de la democracia, la defensa de los DDHH y la justicia social. Es en contexto donde el Programa Nuestra Escuela deviene en un espacio ideal para continuar y potenciar el desarrollo de los objetivos que se vienen trabajando con los futuros docentes. Por su importancia histórica y política, ya que pone en el centro del debate la construcción de una política educativa que recupera la discusión sobre lo común, sobre el rol ético y político de la tarea docente, sobre el papel de estado y la educación como derecho, el Programa “Nuestra Escuela” es una plataforma invalorable que se suma a las políticas promovidas por acuerdos federales desde el INFD. Las políticas de apoyo a las trayectorias estudiantiles aprovechan de esta manera el impulso que tiene el PNFP, para instalar nuevas instancias de trabajo con aquellos que en un futuro próximo habitarán las aulas para hacer realidad el derecho a la educación de todo/as los niño/as y jóvenes de nuestro país. De este modo, tomando como marco de referencia los lineamientos y objetivos de la Resolución CFE N°188/12 en su política V para la Formación Docente, el INFD en conjunto con las jurisdicciones, y a través de sus respectivas Áreas de Políticas Estudiantiles, diseña e implementa dispositivos específicos orientados a estudiantes, en los que se abordan las temáticas fundamentales propuestas por el PNFP. Como venimos diciendo, estamos frente a una oportunidad para que los estudiantes de la formación docente, que en un futuro inmediato tendrán la responsabilidad de educar para la construcción de una ciudadanía democrática, profundicen en la revisión de los saberes y prácticas al igual que los docentes en servicio. Fundamentos de la participación de los estudiantes en Nuestra Escuela • El PNFP asume el mandato ético, político y pedagógico que el Plan Nacional de Educación Obligatoria y Formación Docente y la Ley de Educación Nacional establecen para el desarrollo de una praxis docente comprometida con el ejercicio del derecho a educación de todos. • Por esto, el Programa comparte sus fundamentos con aquellos que orientan las líneas de acción de la Política V para la Formación Docente del PNEOyFD (Resolución CFE N°. 188/12) dirigidas a los estudiantes de Educación Superior. Las tres líneas de acción para el Fortalecimiento de las trayectorias y participación de los estudiantes plantean: a. Acompañamiento a los estudiantes para mejorar el ingreso, la permanencia y el egreso: b. Fortalecer la construcción del rol social, político y cultural del futuro docente: c. Favorecer la gestión democrática del sistema de formación docente: • La modalidad de trabajo y los recorridos de formación planteados por el Componente I del PNFP resultan una herramienta oportuna para profundizar el trabajo realizado con los estudiantes – futuros docentes dentro de las líneas de acción señaladas, dado que: a. Generan un dispositivo donde los estudiantes participan activamente en diversas instancias de formación, debate y discusión, que repercute de manera positiva en la apropiación de la identidad docente y en la construcción del sentido de las prácticas formativas e institucionales que se dan al interior de los ISFD. Este involucramiento de los estudiantes en la realidad institucional de la que son parte tiene impacto en su permanencia y egreso, en tanto fortalece el sentido de pertenencia institucional. b. Los núcleos temáticos que se trabajan en las jornadas institucionales del Componente I del PNFP permiten reflexionar y analizar sobre los fundamentos de la política educativa y deviene en sí misma en una instancia formativa para los estudiantes. Un recorte que ponga énfasis en el entramado que forman Estado, Políticas Públicas, Educación como derecho, formación ciudadana, rol político del docente y docente como agente del Estado, entre otras, abre a los futuros docentes los debates esenciales para una educación comprometida con la construcción de una sociedad democrática, igualitaria y justa. c. Los ejes temáticos y los modos en que son abordados promueven instancias de análisis, construcción y evaluación colectiva que favorecen la instalación de prácticas democráticas al interior de las instituciones. En este sentido, el protagonismo que asume el colectivo estudiantil en estas instancias formativas abona a la democratización institucional, ya que lo visibiliza como un actor que aporta desde su singularidad a los debates instalados por la política educativa actual y construye respuestas comprometidas con el ejercicio del derecho a la educación de todos. Los estudiantes en el marco de PNFP: propuesta de trabajo y actividades Para acompañar activamente la trayectoria formativa de los estudiantes, “Nuestra Escuela” diseña dispositivos en un doble sentido: porque los hace partícipes de los debates sustanciales de la agenda de política educativa provincial y nacional y porque se plantea una participación activa de los estudiantes, que junto a los equipos nacionales, jurisdiccionales, institucionales y a los Coordinadores Institucionales de Políticas Estudiantiles –Cipes-, forman parte de la organización del dispositivo institucional. Las jornadas de trabajo con estudiantes del PNFP acompañan a las que realizan directivos y docentes. En estas jornadas específicas de estudiantes se trabajan temáticas centrales del componente I. En simultáneo, entonces, a la jornada institucional con docentes, los estudiantes participan de una jornada que deberá tener en cuenta las características propias de cada institución. Estas jornadas con estudiantes son organizadas y coordinadas por un Equipo Institucional, conformado por el Cipe (u otra figura institucional si no existe este cargo en la institución) y un grupo de estudiantes, cuya convocatoria detallamos más abajo. El esquema de responsabilidades para la ejecución de la propuesta es el siguiente: Descripción de las actividades Equipo Nacional de Políticas Estudiantiles -Diseño de propuesta marco para la participación de los estudiantes en el marco del PNFP Participación de los Estudiantes en el Marco de PNFD: propuesta de trabajo y actividades Nivel de responsabilidad Equipo Nacional y Equipo -Asesoramiento y seguimiento de las planificaciones y acciones llevadas adelante por las jurisdicciones. -Asesoramiento y seguimiento de las planificaciones y acciones llevadas adelante por los equipos institucionales ( -Jornadas jurisdiccionales con Coordinadores de Políticas jurisdiccional de Políticas Estudiantiles y/o Equipo Técnico de la DES Estudiantiles (CIPEs), Directores de IFD u otros actores institucionales (Coordinadores de carrera, etc. ;) - Jornadas jurisdiccionales con equipos institucionales (CIPEs y estudiantes). Equipo jurisdiccional y/o Equipo Técnico de la DES - Asesoramiento y seguimiento de las planificaciones y acciones llevadas adelante por los equipos institucionales. -Realización de Jornadas interinstitucionales con equipos institucionales y/o directores. -Participación en las jornadas institucionales. Equipo Institucional - Realización de reuniones de trabajo del Equipo Institucional para diseño de las Jornadas -En las Instituciones donde no hay CIPE, el trabajo del Equipo Institucional es coordinado por otras figuras institucionales, tales como coordinadores de departamento, de carrera, u otros. -Coordinación de las jornadas del PNFP con estudiantes. -Realización de registros escrito, fotográfico y/o audiovisual -Participación en la evaluación y proyección de planes de trabajo 2015. Orientaciones para las tareas del Equipo Institucional Se conformará un Equipo Institucional, responsable del diseño y coordinación de la jornada específica para estudiantes. Cada equipo está conformado por un CIPE (donde lo hubiera) y un grupo de estudiantes. Para la conformación de este grupo creemos que es central orientar la convocatoria a estudiantes con algún grado de organización o responsabilidad (delegados de curso, delegados de carrera, participantes en centro de estudiantes, consejeros estudiantiles, y/o estudiantes que se encuentren cursando 4° año). Una alternativa posible es que este equipo institucional esté constituido por grupos mixtos de estudiantes, sin tener en cuenta el año de cursada. Se diseñarán dispositivos simultáneos a los establecidos por el PNFP a realizarse con directivos y docentes, específicos para estudiantes. El equipo institucional debe tener capacidad para trabajar con la totalidad de estudiantes de la institución dividida en comisiones de trabajo, por lo que el número de integrantes debería ser acorde a la matrícula de la institución. El trabajo en comisiones promueve una mayor participación, ya que permite un intercambio fluido de las distintas opiniones y perspectivas. En aquellas jurisdicciones donde sea inviable el trabajo en comisiones se podrá trabajar con la totalidad de los estudiantes de manera simultánea, bajo el formato de conferencia o similares. Cada institución estimulará la participación de los estudiantes en este equipo como experiencia formativa y a la vez alentará la presencia de todo el colectivo estudiantil en las Jornadas. Se propone realizar un recorte temático respecto de los ejes del Componente I del PNFP a ser abordadas en función de temas prioritarios: 1° jornada: La educación como Derecho: el lugar del Estado como garante en un análisis con perspectiva histórica en el marco de 30 años de democracia. 2° jornada: rol ético político del docente y como agente del Estado. El Equipo Institucional organiza su trabajo de preparación de la jornada institucional mediante reuniones semanales, en las que se: - toma contacto con el marco normativo que da sustento al PNFP, con sus fundamentos y propuestas formativas, así como también la temática a desarrollar durante las jornadas; - analiza la bibliografía, las normas y los documentos seleccionados, así como también propone complementos y alternativas que puedan dar cuenta de las singularidades de cada jurisdicción o región; - divide el trabajo y delimita responsabilidades, considerando el dispositivo más adecuado según la matrícula y los turnos de cada institución, Durante las jornadas, el CIPE tiene la responsabilidad de coordinar las actividades de las jornadas, mientras las comisiones estarán coordinadas por 1 o 2 estudiantes (como mínimo) del Equipo Institucional. El Equipo Institucional toma registro de lo sucedido durante las jornadas y solicita conclusiones a los estudiantes participantes, de manera de elaborar una evaluación de las jornadas, proceso necesario para alcanzar los objetivos de transformación deseables, bajo el formato de encuestas, entrevistas o cualquier otra forma de registro que pueda dar cuenta de las opiniones y debates propuestos por los participantes. Sistematización de los registros tomados durante las jornadas. Socialización de los registros, junto a relatos de los Cipes, en los foros del Aula Virtual de Cipes que coordina el Área de Políticas Estudiantiles del INFD. Referentes nacionales, jurisdiccionales, Dirección de Nivel Superior, autoridades institucionales y CIPES evalúan la/s jornada/s realizada/s y diseñan las próximas.