Mascotas para toda la vida Su embarazo y su gato ¡No crea todos

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Mascotas para toda la vida
Su embarazo y su gato
¡No crea todos los mitos y la información errónea! Estar embarazada no quiere decir que usted tiene
que dejar de cuidar a su gato. Aprenda los hechos acerca del embarazo, las cajas de arena de los
gatos y la toxoplasmosis y los pasos simples que usted puede tomar para reducir el riesgo.
Y con el bebé somos tres
Felicitaciones, ¡Está esperando un bebé! Es probable que haya oído acerca de la toxoplasmosis,
porque puede ocasionar defectos congénitos graves. Una mujer que adquiere toxoplasmosis
durante el embarazo puede transmitir la infección a su bebé no nacido aún. Es esta infección en el
útero la que ocasiona temor entre los dueños de gatos, ya que la infección de toxoplasmosis
congénita puede llevar a abortos y una gama de deformaciones congénitas. Muchas mujeres
embarazadas tratarán de reducir su riesgo de adquirir toxoplasmosis abandonando a sus gatos.
Sin embargo, la toxoplasmosis es una enfermedad poco común en países como el nuestro y es una
que se puede evitar fácilmente. Los gatos adquieren toxoplasmosis cuando comen comida cruda
contaminada, pájaros, ratones o tierra. Aunque los gatos son la única especie de animal que
descarta la etapa contagiosa en sus heces, otros animales pueden transmitir la toxoplasmosis si se
come su carne infectada sin cocinarla debidamente.
Afortunadamente, ser dueña de un gato no aumenta necesariamente el riesgo de adquirir
toxoplasmosis. Entender el ciclo de vida de Toxoplasma gondii (T. gondii) y el papel que
desempeñan los gatos en la transmisión de la enfermedad puede calmar los temores de transmitir
toxoplasmosis congénita. Los gatos deben continuar siendo una fuente de alegría y compañía para
sus dueñas durante el embarazo y después del nacimiento de un niño.
Ciclo de vida
T. gondii es un organismo protozoario que puede infectar a todos los mamíferos, los cuales actúan
como anfitrión intermedio. El gato es el único animal que puede apoyar la reproducción, tanto
sexual como asexual de T. gondii, y, por lo tanto, desempeña un papel clave en el ciclo de vida del
organismo. (Solo en gatos infectados con prueba positiva a Toxoplasma.)
T. gondii existe principalmente de tres formas. Se desarrollan ooquistes como resultado de la
reproducción sexual, la cual ocurre en el intestino pequeño de un gato que ha consumido quistes
de tejidos que contienen T. gondii. Estos ooquistes contagiosos se producen durante
aproximadamente dos semanas después de que un gato adquiere la infección por primera vez, lo
que normalmente ocurre en un gatito que caza al aire libre.
Una vez que un gato ha sido infectado con toxoplasmosis, adquiere inmunidad y pocas veces se
puede volver a infectar. Por lo tanto, es únicamente durante su primera exposición a la
toxoplasmosis cuando el gato excreta quistes potencialmente contagiosos. Además, los ooquistes
no son inmediatamente infecciosos y requieren un período de incubación de uno a cinco días para
que se vuelvan infecciosos.
Los seres humanos adquieren la toxoplasmosis por uno de tres mecanismos. Más comúnmente, se
consume carne no cocinada debidamente que contiene toxoplasmosis dentro de quistes de tejidos.
La ingestión directa de ooquistes infecciosos es un método menos común de adquisición y no es
probable que ocurra por contacto directo con el gato. La transmisión transplacental puede ocurrir
cuando una madre adquiere una infección primaria cuando está embarazada.
¿Por que es improbable que los gatos transmitan directamente la toxoplasmosis?
Es improbable que los gatos transmitan directamente la toxoplasmosis a sus dueñas por varios
motivos. En primer lugar, únicamente los gatos que ingieren quistes de tejidos adquieren la infección.
Para la población felina, esto incluye gatos al aire libre que cazan y comen ratones y otros roedores
sin cocinar, al igual que gatos a quienes sus dueños les dan carne cruda como golosinas. Además,
es únicamente después de que un gato queda expuesto por primera vez a T. gondii cuando
excreta ooquistes, y lo hace sólo durante dos semanas. Un gato cazador al aire libre a menudo
queda expuesto como gatito y es menos probable que transmita la infección al envejecer. Por lo
tanto, basado únicamente en las probabilidades, el riesgo de contacto directo con un gato que
excreta ooquistes es poco común.
En segundo lugar, los ooquistes no son inmediatamente infecciosos y requieren de uno a cinco días
para que puedan infectar. Por lo tanto, si el gato esta infectado y se cambia la arena todos los días,
es improbable que ocurra una exposición a los ooquistes infecciosos.
Por último, ya que los ooquistes se transmiten por ingestión, una dueña debe tener contacto directo
con heces contaminadas en la caja de arena y luego, sin lavarse las manos debidamente, tocar la
boca. De otra forma no hay exposición a contagio.
Contrario a la infección por toxoplasma, la enfermedad toxoplasmosis sí se hace evidente, y los
primeros síntomas pueden ser el cansancio, la depresión, una falta de apetito y fiebre. La neumonía
o dificultades respiratorias son ya los señales definitivas, junto con hepatitis, vómitos, diarrea y la
ictericia. También se pueden notar inflamación del páncreas y la inflamación linfática.
En algunos casos, la toxoplasmosis afecta a los ojos del animal o al sistema nervioso, dando lugar a
inflamación de la retina, dilatación anormal de los pupilos, ceguera, falta de coordinación,
sensibilidad al toque, cambios de personalidad, irritación de las orejas, dificultades a la hora de
masticar o tragar comida, ataques o falta de control a la hora de orinar o defecar.
¿Cómo debe la dueña de un gato reducir el riesgo de la toxoplasmosis?
Si es sano, no hay razón alguna para desprenderse de él. El hombre se contagia normalmente al
ingerir carne poco hecha o verdura mal lavada, muy rara vez por un gato.
Basado en un entendimiento del ciclo de vida de T. gondii y el papel que desempeñan los gatos en
la transmisión de enfermedades, las siguientes son recomendaciones generales que las dueñas de
gatos pueden seguir:
* Ponerse guantes al trabajar en la tierra. Si no se ponen guantes, es necesario lavarse bien las
manos después de tener contacto con la tierra. Usar pala para remover excrementos, no tocar las
heces.
* Lavar todos los vegetales crudos por completo
*No consumir carnes crudas o mal cocidas o productos lácteos sin pasterizar
* Los gatos que viven dentro de la casa y que, únicamente comen comida previamente
empaquetada no adquieren toxoplasmosis, y, por lo tanto, la caja de arena no es fuente de
infección.
* Los gatos al aire libre o los gatos que viven dentro de la casa y que comen carne sin cocinar
pueden adquirir toxoplasmosis. En esta situación, las mujeres embarazadas deben evitar cambiar la
arena o hacerlo únicamente con guantes de goma.
* Limpiar la arena todos los días.
* NO debe deshacerse de su gato. El ya es un miembro de la familia como lo será el nuevo bebe.
* Utilizar guantes de goma al trabajar en el jardín
* Someter los gatos con los que tiene contacto a una prueba de toxoplasma. Si la prueba da
negativo, lo más probable es que el animal es inmune, y por lo tanto no supondrá un foco de
infección.
Si sospechas que tu animal puede tener toxoplasmosis, por su historial o por los síntomas que tiene, lo
mejor es acudir al veterinario, para que haga las pruebas de laboratorio oportunas. Aunque no
existe una vacuna contra la infección por toxoplasma o la enfermedad toxoplasmosis hoy por hoy, sí
existen tratamientos.
¿Cómo se diagnostica la toxoplasmosis congénita?
La toxoplasmosis congénita es poco común y ocurre en aproximadamente 3000 recién nacidos
cada año en los Estados Unidos. Incluso con la infección primaria, no todas las madres transmitirán la
infección en el útero. La capacidad de infectar aumenta durante el transcurso del embarazo, con
índices de transmisión de 15%, 30% y 60% en el primer, segundo y tercer trimestres, respectivamente.
Sin embargo, el riesgo de malformaciones congénitas severas es más alto al principio del embarazo.
La toxoplasmosis en la madre se puede tratar eficazmente con antibióticos, y se pueden dar
antibióticos adicionales para tratar al feto en caso de que se documente la infección congénita.
Ser dueño de un gato tiene muchos beneficios en lo que se refiere a la compañía y el cariño que no
se pueden medir. Aunque los gatos desempeñan un papel integral en el ciclo de vida de T. gondii,
es improbable que transmitan la infección directamente a sus dueñas y pueden seguir siendo, sin
riesgo, un ser querido de la familia cuando usted esté esperando a un nuevo bebé.
NO LE QUITES SU HOGAR
Como si el asunto ya fuera costumbre, hoy - y por segunda vez en el año - me entero de una amiga
que se está deshaciendo de su gato como “medida preventiva” debido a que se encuentra
embarazada. Así, como si el animalito fuera un trasto viejo.
Después de todo, sólo es un gato, ¿No?
Ahora, entiendo que un embarazo significa una alegría que todos debemos esforzarnos en
preservar, pero sucumbir a la ignorancia de las creencias populares al momento de recibir un hijo,
es algo tan noble como exterminar los perros de la Plaza de la Constitución para recibir un nuevo
gobierno.
Y dado que el oscurantismo se acabó, vamos a acabar de una vez por todas con cuatro grandes
mitos sobre los gatos y el embarazo:
1.
Los gatos son cochinos
Los gatos y en general todo animal doméstico es tan cochino como lo es su dueño. En general el
gato es uno de los animales más limpios que existen.
Claro: si al gato le damos carne sin cocer o las sobras de la semana pasada, le limpiamos la caja de
arena sólo cuando el hedor se hace insoportable y lo dejamos vagar entre los botes de basura,
ciertamente estará sucio.
Si usted se preocupa de darle una buena alimentación, desparasitarlo, tener sus vacunas al día y
mantenerlo en condiciones higiénicas apropiadas, no hay problema alguno.
2.
Los gatos transmiten enfermedades peligrosas para el feto
Esta es una realidad exagerada a niveles ridículos. Surge a raíz de la toxoplasmosis, una enfermedad
infecciosa causada por el parásito toxoplasma gondii, que puede provocar defectos congénitos
como ceguera o daño cerebral, siendo portada no sólo por gatos, sino por muchos otros animales.
Ahora, contrario a la idea de que la sola presencia del gato baste para que una embarazada la
contraiga automáticamente (lo que sería todo un hallazgo científico) la toxoplasmosis se transmite:
1.
2.
3.
Sólo manipulando las heces del animal directamente con las manos
Sólo si esas heces tienen más de 24 horas de deposición.
Sólo si esas heces pertenecen a un gato que elimine toxoplasmas activos (un 2% de la
población felina).
4. Entonces la recomendación es sencilla: si está embarazada y tiene un gato, evite ser usted
quien se haga cargo de limpiar su caja de arena. Si su gato defeca en el patio, use guantes
para manipular la tierra del jardín. Pero sobre todo, no se chupe los dedos después de
hacerlo: el toxoplasma sólo se adquiere cuando es ingerido.
5. ¡Ah! Y a propósito, la principal vía de contagio de la toxoplasmosis no son los gatos, fíjese…
sino el consumo de carne cruda o mal cocida.
3.
Los pelos de gato son peligrosos durante el embarazo
Todos hemos escuchado la historia de la pobre Tía Ema, que tras convivir con un gato tuvieron que
extirparle una bola de pelos con la que se podría haber tejido un chaleco (seguro gracias a
opiniones tan doctas como esta).
La verdad es que mientras usted no se aficione a lamer a su gato, no hay problema con los pelos.
4.
Los gatos son peligrosos para los bebés
Cualquier mascota que entra en el hogar es un miembro más de la familia. Como tal quiere, extraña
y también puede sentirse desplazada si se le ignora tras la llegada de un bebé. Es lo mismo que
sucede con los hermanos, por lo cual rige la misma recomendación: no hacerlas a un lado. No
olvidar seguirles dando amor.
Quienes aún tengan dudas pueden ver aquí una recopilación de artículos sobre la convivencia
entre niños y mascotas, o acá un puñado de testimonios de personas que con el mismo temor
descubrieron lo que sucede al mezclar gatos y bebés: absolutamente nada.
Claro, nada malo, porque beneficios hay muchos. En la mayoría de las páginas que visité sólo se
habla de las ventajas que tiene para los niños crecer junto a animales, desde una mayor resistencia
a enfermedades (incluyendo asma y alergia) hasta la internalización de aquel valor supremo que es
el respeto a la vida.
Por eso, concluyo rescatando estas sabias palabras de la veterinaria mexicana, Mónica Vallejo:
“Teniendo en cuenta las anteriores precauciones y prevenciones de enfermedades, no nos dejemos
tampoco llevar por médicos ignorantes, apegados aún a la arcaica medicina hipocrática y
aristotélica y que nos digan o insistan en que no debemos conservar a nuestras mascotas porque
son un peligro potencial para nuestro bebé por nacer.
Si ya tenemos hijos, ¿qué explicación absurda les daremos cuando lo apartemos de su mejor amigo
animal? ¿Seremos capaces de abandonar o regalar a su mascota?
En el caso de que sea el primer bebé, ¿Qué le diremos cuando crezca y vea fotografías de aquella
mascota “peligrosa”? ¿Le mentiremos torpemente o seremos capaces de decirle la verdad, bajo el
riesgo de que crezca con una idea igualmente equivocada o de que nos diga que cómo fuimos
capaces de deshacernos de nuestro animal favorito por causa de un médico mal informado?”
¿El resultado? La mayoría de las veces se refleja en esta imagen.
Gracias por darle un hogar a un ser vivo que te ama… No lo abandones, el nunca lo haría. (Imagen
real de un gato abandonado en un albergue alimentado artificialmente con una sonda un día
antes de su muerte)
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Jessica Soto V.
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