PelentoMariluConf. Adolescencia (1)

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Coloquio de Adolescencia.
Uruguay. Montevideo.
La adolescencia y los objetos culturales.
El psicoanálisis introdujo la idea de la adolescencia como un tiempo de desorganización y
reorganización psíquica, como un momento crítico en el cual se produce el pasaje a la
sexualidad adulta. En este sentido contribuyó a afirmar la idea de tránsito o pasaje en
singular.
Sin dejar de lado la fuerza de este enunciado sin embargo todos sabemos cuantos tránsitos,
cuantas experiencias, cuántas cosas comienzan en ese momento: en otras palabras cuántas
prácticas nacen y que profunda alteración éstas sufrieron en los últimos tiempos. Me refiero
a la economía; al mundo del trabajo; al conflicto con la policía; a las lealtades pares; a la
experiencia de estar en la calle; a los riesgos que eso comporta; a la necesidad de marcas de
distinto tipo para ser reconocido, para tener identidad y pertenencia.
Para introducirse en estas diferentes experiencias los adolescentes contaron a lo largo de la
historia con el sostén de los adultos y de instituciones diseñadas con ese objetivo. Sin ir a
los pueblos primitivos,cuyas ceremonias de iniciación siempre nos han sorprendido vale la
pena recorrer algunas épocas en Occidente para advertir el enorme cuidado desplegado
alrededor de los adolescentes. En la Atenas de Aristóteles existía una institución como la
"Efebeia" encargada de realizar esa custodia.
En pleno mundo romano el pasaje de la infancia a la juventud exigía prácticas privadas y
públicas. Entre las primeras se describe como el joven de 15 o 16 años se desprendía,
delante de su padre de objetos que significaban su infancia, como la bulla, una especie de
amuleto que llevaba en el cuello y de su toga, con cintas de color púrpura para vestir la toga
blanca , atavío propio de los ciudadanos. El aspecto público, social tenía que ver con la
organización de un cortejo formado por parientes y amigos que acompañaban al joven hasta
la plaza pública. Allí aprendía, al participar con otros, a administrar justicia y a discutir de
política. En el caso de la niña era la ceremonia del casamiento la que la apartaba de la
infancia. El día de la boda entregaba sus muñecas aceptando usar un cinturón de lana con
un nudo que debía desatar el esposo la noche de bodas.
En la Epoca Moderna el adolescente o la adolescente en su proceso de socialización era
guiado por adultos, por instituciones familiares, educativas, religiosas, políticas etc. Basta
leer los textos compilados por Giovanni Levi y Jean Claude Schmitt en el segundo tomo de
"Historia de los jóvenes en Occidente"para ponerse en contacto con todas las operaciones
realizadas en distintos contextos institucionales para favorecer esos tránsitos: en las
escuelas militares; en el trabajo, al pasar del taller a la fábrica; en los colegios y liceos; en
ámbitos políticos como los que se formaron en Alemania bajo el III Reich; en Italia durante
el fascismo con Mussolini; en Estados Unidos donde nació alrededor del 50 el término
"teenagers"
Este cuidado, este sostenimiento tan particular ofrecido al adolescente o a la adolescente
muestra como siempre esa edad fue consideraba como una edad peligrosa, en la que los
riesgos a los que puede estar expuesto el adolescente o la adolescente
deben
ser
atemperados o limitados por los adultos que los rodean..
En nuestro país hasta hace poco tiempo existían prácticas privadas y sociales que de algun
modo intentaban ofrecer ese mismo cuidado. Las instituciones encargadas de tal fin-educativas,religiosas etc-- eran sostenidas por un Estado que con sus fallas las garantizaba.
En esas instituciones la diferencia se inscribía como diferencia generacional. Se contaba
también con modelos de adultos,de hombres y de mujeres.
Podríamos decir que en la época actual en la medida en que cada vez más el Estado desertó
de sus funciones, asistimos también a un ocaso de las instituciones tradicionales. Esto hace
que en esa transición con frecuencia no haya adultos que acompañen a los o las
adolescentes sino pares como han puesto en evidencia los antropólogos estudiando las
nuevas formas de sociabilidad características de esa cultura que llamaron "la cultura de la
noche". Tampoco hay modelos de hombres y de mujeres, ni un catálogo de experiencias
que haya que atravesar. La diferencia se inscribe como diferencia radical al otro y no
generacional.
Por todas estas razones podríamos decir que en esas circunstancias esos pasajes múltiples y
paralelos se hacen más a la intemperie y por esto los o las adolescentes requieren ser
sostenidos por una multitud de objetos culturales. Toman contacto con éstos a través de
prácticas,de experiencias que a su vez inciden en sus procesos de subjetivación.
Entendiendo estos procesos como procesos de transformación y de apertura del
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pensamiento es decir cuando estos obligan al sujeto a realizar una serie de operaciones
para poder ocupar diferentes espacios.
Objetos culturales: su definición.
Pasaré ahora a definir a los objetos culturales. Ocuparnos de ellos implica renunciar a
considerar a los objetos de un modo pragmático en términos de necesidad o de uso.
Baudrillard denomima "exceso de presencia" a lo que les otorga significado más alla de su
función ( Baudrillard,J: 1974) Este exceso de presencia no depende ni de una fuerza
mágica de los objetos-- como pensó Mauss en su clásico trabajo sobre el "don"-- ni de las
necesidades vitales de los sujetos sino de la ideología subyacente en cada cultura. Esto
significa que diferentes ideologías producen diferentes prácticas otorgando a los objetos
culturales un diferente estatuto --simbólico y/o sígnico-- y a los sujetos diferentes modos
posibles y no necesarios de subjetivación. En
la actualidad --como ya lo había marcado
Baudrillard en su "Crítica a la economía política del signo" la ideología de consumo,así
como una cultura de la imagen condiciona fuertemente las diferentes prácticas. Esta
ideología, distinta de la ideología del progreso propia de la Epoca Moderna, constituye una
modalidad social prereflexiva que determina los comportamientos. Es una lógica de las
diferencias,un "destino social que permite legitimar y discriminar individuos y grupos". Se
ha dicho que esta lógica social en cierta forma mató al símbolo y que por eso los objetos
culturales tienen más valor de signo que de símbolo. Esto lo podemos observar en ciertas
prácticas sociales que aún se mantienen pero frente a las cuales a veces no podemos
discriminar que las determina: si su valor de símbolo es el fundamental o su valor de signo
al marcar el estatuto social y económico de la familia como sucede por ejemplo en algunas
ceremonias del Bat Mitzva o de casamiento.
Diferentes escalones culturales entre los adultos y los adolescentes.
Antes señalé que los objetos culturales no poseen en todas las situaciones y escalones
culturales el mismo valor, el mismo estatuto. Por eso la frecuente ubicación de los adultos y
de los adolescentes en diferentes peldaños culturales es fuente de conflictos. No se trata de
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los conflictos generacionales consustanciales con la humanidad es decir aquellos que
tienen lugar dentro de la lógica de una misma subjetividad sino de los que se producen por
alteración de una lógica.. Esto lleva a los adultos-nos lleva- a rechazar esos signos de una
cultura que en realidad no entendemos. A patologizarlos a priori sin esperar comprender su
sentido.Esto implica rechazar aquellos objetos culturales implicados en experiencias que
están,no solo alejados sino que son cualitativamente diferentes de los que elegimos los
adultos en el tiempo de nuestra adolescencia Basta recordar los desencuentros padres-hijo
sobre todo padre - hijo que trajo aparejado hace muchos años el uso de aritos o pelo largo
en adolescentes varones y la gran cantidad de consultas en torno a esa cuestión.
Así como puede existir un fuerte rechazo tambien puede suceder que el adulto realice el
esfuerzo de aggiornarse a las nuevas prácticas, reprimiendo su rechazo. En ocasiones esto
produce dudas o confusión impidiéndole determinar si se trata del uso o de un uso
patológico de alguna de ellas. La cuestión de donde está o donde poner el límite forma
parte de las consultas cotidianas. Esto sucede por ejemplo con el "ritual de iniciación de la
cerveza".
Más alla de la música y la cerveza, rituales de iniciación que atraviesan todas las capas
sociales, podríamos decir que la caída de instituciones y adultos sostenedores; la
fragmentación de la cultura; el estallido del cuerpo; el control de la percepción; y el
anonimato al que las nuevas condiciones sociales empuja, hace que se incremente cada
vez más en adolescentes la necesidad de buscar identidad y pertenencia a través del uso
de múltiples objetos culturales. En estas prácticas "ser como otro"; "tener con otro" y
"ser con otro"" revela el carácter imitativo o relacional de los objetos culturales. La
posibilidad que encierran de producir vínculos de distinto tipo.
Algunas observaciones sobre prácticas culturales actuales.
He podido observar que algunos adolescentes aún parecen moverse en la actualidad como
los de la Epoca Moderna.Su tránsito es guiado por su propia familia y por instituciones
educativas y/o religiosas. El "saber" como objeto de la cultura--como las "marcas" de su
ropa y los distintos aparatos electrónicos que posee y con los cuales realiza experiencias-ocupa en estos casos, un lugar sumamente importante. Lugar que suele depender de una
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ideología competitiva que gira en torno al término "excelencia".
Podemos encontrar en
este grupo-- cuyos objetos culturales no están, por supuesto, al alcance de todos-- a
púberes y adolescentes aprisionados por una pedagogía que en casos extremos constituiría
"una nueva forma de pedagogía negra". Caracterizada no por castigos corporales sino por
exigencias desmesuradas. Las indisposiciones físicas suelen atestiguar de esa particular
forma de violencia. A veces alguno de ellos trata de salir de esa opresión asomándose a
otras prácticas usadas por otros adolescentes,como el alcohol, la droga o la inscripción de
algún tatuaje.
Otro uso de objetos culturales observé en adolescentes dispersos, aislados,"desamarrados",
como diría Lewkowicz. Cintitas en sus muñecas, más de un anillo en sus manos,algún osito
de peluche sobre su cama constituyen a veces el único signo casi imperceptible de un
cambio en la organización psíquica. En varones un uso casi fanático de los videos -juegos
cumple una función semejante. ¿Qué decir de estos juegos? Ante todo deseo señalar que la
introducción de nuevas tecnologías siempre fue acompañada de inquietudes. En 1905
cuando empezó a existir el cine muchos temieron que esto empujara a los adolescentes a la
violencia Despues surgieron las mismas inquietudes con la TV . Ahora con los videosjuegos. El peligro,como señala Tisseron es confundir el efecto con la causa. Lo que debe
causar preocupación es el aislamiento del adolescente y este es el que puede inclinar al
fanatismo y a la violencia como brillantemente se ve en ese film titulado "Elephant". Si
bien no son causa de una subjetividad violenta,si es cierto que estos juegos no favorecen un
trabajo de subjetivación.
La gran mayoría de los adolescentes utilizan objetos culturales que aparecen encuadrados
bajo el rubro de la moda. Están constituídos por una variedad de adornos y
ornamentaciones que forman parte de lo que Mauss denominó "las artes del cuerpo". Entre
los primeros el color y peinado del cabello; el estilo de la ropa; los anillos y pulceras
etc,objetos facilmente sustituibles.A veces no es fácil diferenciar las extravagancias propias
del estilo de una moda, de un uso patológico de la misma. Pienso en este momento en la
moda "ciruja"--como la denominan algunas jovencitas--pantalones con agujeros;
dobladillos descosidos y no solo desflecados; uso de ropa sobre ropa etc
Entre las artes ornamentales, denominadas así porque los objetos culturales que la
componen son difícilmente reversibles-- como los tatuajes-- se
encuentran las prácticas
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que pertenecen al "body-art" y al "body- building". El body-art nació en un momento
crítico ( guerra de Vietnam; guerra fría; liberación sexual,culto del cuerpo) en el que se
procuró a traves de este último criticar las condiciones de la existencia. Hoy estas prácticas
cambiaron de signo: a veces revelan, como los tatuajes, la necesidad de aquietar un tiempo
alterado configurado en torno al instante, a traves de la producción de marcas duraderas;
otras veces responden a la necesidad de mejorar la imagen o de tener algo de lo que nadie
pueda despojarlo/o despojarla. A veces es el único bien con el que un jóven en el vórtice
de esta época tan compleja, pueden contar. La diseminación de esta práctica pone en
evidencia,como dice el historiador Barrán como el culto del cuerpo sustituyó al culto de
Dios.
Las escarificaciones, el piercing, el stretching
junto con otras prácticas culturales
representadas por el branding (quemaduras con hierro caliente o laser); las laceraciones de
la piel ; los cortes y suspensiones revelan un costado que nos resulta verdaderamente
enigmático: la búsqueda del dolor que realizan activamente muchos de nuestros
adolescentes. Hoy nos preguntamos no sólo
porque eligen prácticas en las que está
incluído el dolor sino porque en alguna de ellas, éste es el elemento esencial. También nos
preguntamos a que factores responde la necesidad de producirse otro cuerpo diferente al
cuerpo que posee. Si responde a la necesidad de probar límites,de trascender un cuerpo
que el adolescente descubre que es vulnerable,que puede enfermar y morir. Los analistas
damos vueltas alrededor de esta cuestión y una y otra vez aparecen nociones que ya no nos
dicen mucho como masoquismo, sadismo, destructividad etc A veces he pensado en un
término que utilizan los orientales: los hindúes denominan "tamásico" a un individuo cuya
conducta revela la inercia de la materia y sostienen que ciertas prácticas del dolor
constituyen el intento desesperado de romper con algo--con esa inercia--que sienten que no
pueden romper de otra forma. Si bien esta descripción se acerca bastante a la definición del
masoquismo realizada por Reich,sin embargo pienso que esa inercia tiene que ver sobre
todo con factores sociales.
Si pasamos ahora al body- building este comprende operaciones farmacológicas con
consumo
de
anabólicos;
operaciones
dietarias;
operaciones
quirúrgicas
(prótesis,liposucción,implantes) etc. La clínica nos alerta cada vez más acerca del deseo
fuerte de ciertas adolescentes de cambiar su imagen a traves de algun tipo de cirugía como
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la de sus pechos. Algunas de ellas, entre los 15 y los 18 años les piden a sus padres la
ansiada cirugía como regalo de cumpleaños o terminación del secundario. Esto da lugar a
conflictos y a que el tenor de las discusiones sea tan alto que se pierde, la posibilidad de
comprender el sentido del pedido. Otras veces, cosa que me parece más grave, la mamá
acepta complacida el pedido de su hija pensando que el mismo da indicios de su femineidad
y sin reflexionar justamente en las consecuencias que puede tener sobre ésta.
En adolescentes varones el uso de hormonas para mejorar su físico o de fármacos como el
Viagra para evitar su temida impotencia al iniciarse sexualmente o el uso exagerado de
deportes muestra una vez más que los mismos recursos culturales que pueden servir para
ayudar a las personas, rapidamente pueden cambiar de signo, siendo usados de un modo
francamente patológico.
Deseo mencionar también algunos objetos culturales específicos,que no tienen lugar en el
circuito comercial, alrededor de los cuales, grupos de adolescentes se nuclean desarrollando
ciertas habilidades. Se trata de objetos musicales para componer música electrónica o
tambores para formar murgas o skates para realizar pruebas difíciles o malabares para
practicar juegos utilizando el cuerpo como modo de comunicación con los otros o pinturas
en aerosol --como a las que luego me referiré-- sobre las paredes. El modo de vestirse en
los diferentes grupos, la música que utilizan; las formas de contacto entre sí y con el afuera
se transforman en contraseñas identitarias,en "fronteras simbólicas para reconstruir cierta
identidad perdida".
Por último deseo referirme a los objetos culturales que desde siempre han
permitido la
creatividad de los adolescentes y que en este momento y contra muchas predicciones son
elegidos por muchísimos adolescentes: como la música, el teatro,el cine,la pintura sobre el
lienzo y en las paredes; la escritura etc. En muchas O.N.G. además estas practicas nuclean
y ayudan a muchos adolescentes.
La práctica del tag.
¿Cómo me puse en contacto con esta práctica? Hace un tiempo comencé a atender a un
joven de 20 años derivado por su médico, al que consultó por presentar frecuentemente
episodios de impotencia. Durante el primer tiempo de tratamiento oscilaba entre llegar a
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sesión enojado porque su "síntoma", así lo llamaba, no se modificaba y relatarme las
frecuentes discusiones con sus padres por sus salidas a la noche. Me amenazaba con
buscarse otra psicoanalista u otro médico porque el que tenía no había querido medicarlo
con Viagra y yo no lo ayudaba. Tambien se mostraba disgustado con las chicas aduciendo
que "casi todas se habían pasado de rosca, que era imposible estar con una que no se
hubiera acostado con unos cuántos".Palabras que me producían sorpresa porque no
parecían ser pronunciadas por un adolescente de este tiempo. Cuando estábamos tratando
de entender el sentido de sus quejas y enojos sus padres me llamaron preocupados porque a
la madrugada su hijo los había llamado de una comisería pidiendo que lo fueran a buscar.
Si bien al principio temieron que se tratara de una cuestión de drogas, en la comisería le
dijeron --cosa que Carlos confirmó --que fue a raíz de una pintada realizada en la calle.
Pero a esta actividad no la llamó pintada como lo hago yo sino "taggeada"
¿Qué es una taggeada? Para mí este término era casi misterioso; para Carlos en cambio
constituía una práctica compartida con otros que se asombró que no conocieran sus padres.
Carlos,me informó poco a poco de los muchos conocimientos que él tenía. Librada la
primera aspereza porque no deseaba que yo confundiera su práctica, con la técnica común
de los graffiti, comenzó a compartir conmigo su participación en diferentes "taggeadas". Y
a comentarme su placer sobre todo cuando encontraba-cosa nada fácil-una "pared virgen."
En ocasiones también le producía placer dejarme al margen de alguna frase escrita por su
grupo como la de "hijo de hijos". Me comentaba entonces con picardía que algunos creían
que tenía un sentido religioso,otros que tenía que ver con algo político como la búsqueda de
hijos de desaparecidos pero en realidad no tenía que ver con ninguna de las dos cosas. Por
supuesto que no me aclaraba su sentido estimulando mi curiosidad. Carlos por aquel tiempo
también pudo comentarle a su padre los pormenores de su práctica. Este, en una
oportunidad le respondió a su hijo que "en su tiempo se buscaban putas a la media noche y
no paredes y además vírgenes." Estas palabras las acompañó con gestos que marcaban la
viveza de los muchachos de antes y la tontera de los de ahora. Desde ese momento Carlos
incrementó la salida fuera de su casa. Sentía que su padre no entendía lo que él hacía pero
ademas que se mostraba siempre como si fuera Gardel. Al tiempo apareció con fuerza una
imagen de su padre que lo irritaba y le producía pena: recordó todas las veces en que su
papá primero se vanagloriaba de algún trabajo que se proponía hacer en su casa, luego
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fallaba en esta tarea y en la reacción que esto le producía: arrojar cosas, dejar todo tirado,
decir malas palabras,atribuir su dificultad a qu él no le había alcanzado tal o cual
herramienta etc,etc. Tambien fallaba sistemáticamente al decir su nombre: lo nombraba
con el nombre de sus propios hermanos es decir de sus tíos o con el nombre de sus
hermanos. A medida que relataba esto, se fue dibujando en su mente la imagen de un papá
competitivo e impotente. Imagen que comenzó a dolerle y que me reveló a mí que la
cuestión ya no era señalarle a Carlos, como en nuestra clásica teoría, su deseo de matar al
padre sino como hacer para mantener a este padre inconsistente, vivo en su interior.
Poco a poco Carlos pudo establecer algún vínculo entre estas situaciones y su práctica del
tag. En inglés la palabra tag significa etiqueta. No se busca con ésta producir algo estético
ni una denuncia sino estampar una firma a veces acompañada de un número, pero en esa
firma la escritura se deforma,las letras pierden sus rasgos distintivos, se enlazan, se
desvanecen. Parece un ideograma. De este modo se exhibe y esconde la identidad. Marca
también un territorio propio y alejado de la familia. En este sentido deseo agregar que
mientras escuchaba a Carlos contarme los conflictos con su familia por estar mucho en la
calle no podía menos que recorrer todos los sentidos que fue adquiriendo a través del
tiempo y en mi país este elemento tan atrayente y peligroso como la calle: significado
como el lugar de la sexualidad, de los encuentros y los rechazos; el de las posibles malas
compañias; el que podía incitar al peligro de participar de grupos militantes o en el que
podría ser más fuerte el peligro de ser barrido por los agentes de la represión, o el lugar de
la tentadora droga y de la bebida o el lugar de la inseguridad,de los patovicas o del peligro
piquetero,etc etc La calle, ese lugar tan atrayente para los adolescentes y tan peligroso para
los padres,sin embargo, le permitía a Carlos expresar un mensaje privado. Vincularse con
otros taggeadores y competir utilizando como
contraseñas identitarias códigos
que
recuerdan los propios de los espías o de los detectives.
A medida que las asociaciones se fueron encadenando la impotencia sexual de Carlos
desapareció. Y otros temas relacionados con su carrera y con las vicisitudes de la
construcción de una pareja con una joven tomaron la delantera.
Es interesante consignar que tanto por parte de los padres como de las instituciones esta
práctica promovió desde el inicio malestar. Una y otra vez sus padres asimilaban esta
práctica al uso de drogas a pesar de la enérgica negativa de Carlos. Pero tambien resultaba
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una tarea difícil ubicarla en el seno de las instituciones. ¿Se trataría de una forma de
expresión,o de un rasgo antisocial? ¿Se opone a una lógica de la estética,como pensaron en
Francia o a una lógica urbana que exigiría que las ciudades esten limpias como se pensó en
nueva York o a un código de convivencia,como en nuestro país.?
Quiero remarcar que para un psicoanalista no se trata de preguntar que son estas prácticas
asi en plural sino qué representan cada una de ellas para cada joven en particular.
Un recuerdo expresado con ternura me llevó a pensar que por lo menos para Carlos
constituyó una forma de expresión. Ya avanzado su análisis recordó emocionado cuanto le
gustaba de chiquito dibujar y escribir su nombre en un pizarrón que poseía un familiar
especialmente querido.Sobre todo le producía un enorme placer escribir la primera letra de
su nombre con un trazo casi irreconocible. Tanto como despues le gustó estampar su firma
en las paredes de nuestra ciudad.
Con esto deseo terminar esta presentación: con el ruego de que aprendamos todos a tolerar
códigos de esa otra cultura que despliegan los y las adolescentes, sin atribuirles significados
a priori hasta poder lentamente producir algún sentido.
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