T.M. Nº 62

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TEMA MÉDICO N° 62
Patología hemorroidal
¿Qué son las hemorroides?
Las venas son los vasos sanguíneos de baja presión que llevan la sangre
desde todo el cuerpo hacia el corazón. El recto y el ano son la última
parte del tubo digestivo y su límite externo es un anillo muscular llamado
esfínter anal.
Hay dos grupos de venas superficiales en la mucosa de la región anorectal
que se diferencian por su localización respecto al esfínter anal:
 El grupo hemorroidal interno (por dentro del esfínter anal).
 El grupo hemorroidal externo (por fuera del esfínter anal).
Las hemorroides son dilataciones de pequeñas venas del recto y del ano.
Es decir, son várices (aumento del diámetro venoso transversal por
debilidad de las paredes de una vena) que se producen en la región anal.
Por su tamaño pueden clasificarse en leves, moderadas o severas,
variando el tratamiento propuesto para cada tipo.
También se las clasifica según su ubicación en:
 Hemorroides internas: están cubiertas de mucosa anorectal, se ubican
por encima del esfínter anal y generalmente no se observan a simple
vista (salvo casos avanzados que protruyen por el margen anal:
hemorroides prolapsadas).
 Hemorroides externas: están cubiertas por piel y se observan
directamente, por estar localizadas por fuera del esfínter anal.
¿Qué factores predisponen a tener hemorroides?
La mayoría de la población tiene en algún momento hemorroides. Pero los
individuos más propensos son:
 Los pacientes constipados crónicos (aumenta el traumatismo venoso en
la evacuación).
 Las mujeres durante el embarazo (debido al aumento progresivo de la
presión intrabdominal).
 Los individuaos que tiene antecedentes familiares de hemorroides (hay
predisposición congénita).
 Los pacientes que presentan sobrepeso.
 Las personas que permanecen mucho tiempo de pié.
¿Qué síntomas producen?
Los principales síntomas son la aparición de sangrado rectal rojo rutilante
(proctorragia escasa a moderada), malestar o dolor al defecar y/o
secreción mucosa por el ano que produce irritación local y picazón
(prurito). Cuando el sangrado es importante puede causar anemia.
También las hemorroides se pueden inflamar o formar un coágulo dentro
de la misma, lo que se llama trombosis hemorroidal o hemorroides
trombosada. Estos casos suelen ser muy dolorosos y requieren la consulta
con un profesional para tratamiento del cuadro agudo.
¿Qué puedo hacer para mejorar los síntomas?
Es muy importante conocer qué situaciones cotidianas debo llevar a cabo
y cuales evitar para mejorar más rápidamente el cuadro inflamatorio y
disminuir la chance de que éste se repita.
 Prevenir la constipación con una dieta rica en fibras, frutas frescas,
vegetales de hoja, pan integral, cereales, algún laxante suave, según lo
requiera cada caso, de acuerdo al consejo médico y del nutricionista.
 Evitar las comidas muy condimentadas, picantes, alcohol o chocolates.
 Tomar abundante líquido, preferentemente agua.
 Hacer ejercicio regularmente.
 Evitar los esfuerzos y los aumentos bruscos de presión intrabdominal.
¿Cómo aliviar el dolor?
 Para aliviar el dolor agudo es aconsejable realizar baños de asiento con
agua tibia, al que puede agregarse algún antinflamatorio, como malva
o ácido bórico, realizados con una frecuencia de tres veces al día por
un espacio de diez minutos.
 Higienizarse con agua y jabón evitando el roce del papel sobre la
región inflamada o lastimada.
 Consultar para la utilización de analgésicos (existen diversas opciones
de las que debe conocerse bien el modo de empleo y duración del
tratamiento). Una pomada específica analgésica local puede ayudar.
La mayoría de los síntomas agudos ceden espontáneamente en una o dos
semanas.
¿Se pueden complicar las hemorroides?
Si. Las complicaciones más frecuentes son:
 La inflamación (con prurito y dolor) por falla en las medidas preventivas.
 El traumatismo con sangrado escaso pero repetido, por lesión venosa
de la hemorroide, que puede llevar a anemia por pérdida crónica de
sangre.
 La trombosis, con formación de un coágulo dentro de la dilatación
venosa hemorroidal, por reducción del flujo sanguíneo en esa zona.
 El prolapso hemorroidal en los casos avanzados, con grandes paquetes
hemorroidales internos, que pasan por el esfínter anal hacia el lado
externo, dificultando la circulación de sangre en esos vasos y
aumentando el dolor, la inflamación y la posibilidad de trombosis.
¿Debo operarme?
Las hemorroides que no dan síntomas o dan síntomas leves por lo general
no requieren tratamiento. Pero la persistencia de síntomas requiere una
consulta médica. La aparición de sangrado rectal no siempre es atribuible
a las hemorroides y por lo tanto deben descartarse otras enfermedades
(diagnóstico diferencial previo al tratamiento).
La cirugía de hemorroides es segura, pero no está exenta de las
complicaciones relacionadas a la anestesia, a infecciones postoperatorias
o trombosis venosas de miembros inferiores.
Luego de operadas pueden recidivar, en el mismo vaso o en venas
aledañas, por lo que puede no ser la solución definitiva de esta patología.
El tratamiento quirúrgico se reserva para los casos más severos y consiste,
en su técnica clásica, en la extirpación del paquete hemorroidal en
manos del cirujano proctólogo. Existen otras técnicas terapéuticas como
son la fotocoagulación infrarroja, la inyección de esclerosantes o la
criocirugía, entre las más frecuentes.
Cada procedimiento tiene sus ventajas y desventajas, y cada paciente es
un caso particular, por lo que el tratamiento debe ser evaluado por un
especialista junto al mismo, determinando el más adecuado en cada
caso.
Si usted padece algunas de las situaciones descriptas, consulte con su
médico para realizar la evaluación y el tratamiento que corresponda.
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