Todo sobre el corcho Aunque parezca el elemento menos significativo del vino, el corcho es un bien preciado, precioso y escaso, además de tener una imporancia fundamental de cara a una buena conservación del vino. ¿Sabía que...? • España es el segundo productor mundial de corcho, pero nuestros alcornocales empiezan a escasear y piden a gritos una reforestación que frene la progresiva desaparición de esta insustituible materia prima. • Para que el corcho pueda ser utilizado como obturador (es decir, como tapón) ha de transcurrir al menos un periodo de veinte años para que la madera del árbol adquiera esa incorruptibilidad y flexibilidad que la caracteriza. La importancia del corcho. • Es un producto natural, ligero, impermeable y de gran resistencia a la compresión. • Su función es impedir la filtración de oxígeno, microorganismos y bacterias que puedan alterar y contaminar el contenido de la botella. Condiciones que debe tener un buen corcho. • Debe ser sólido y compacto. • No debe tener poros en ninguna de sus superficies lisas. Las vetas oscuras longitudinales forman pequeños espacios holgados por los que pueden penetran tanto el aire como las bacterias, constituyendo un auténtico foco de infección que afecta a la calidad y la vida del vino. • Aunque la longitud no es siempre sinónimo de calidad, normalmente se utilizan, para vinos de reserva y gran reserva, corchos que oscilan entre los 45 y los 55 mm. En España las medidas estándar suelen ser de 44 mm. para los vinos jóvenes y de crianza, y 49 mm. para reservas y grandes reservas. Hay que cambiar. La mentalidad de algunos elaboradores que no prestan la atención suficiente a este elemento. Aunque las buenas bodegas utilizan corchos de calidad, todavía se pueden encontrar vinos de precios relativamente altos con corchos raquíticos que, sin duda, podrán cumplir su misión en los primeros años de la vida del vino, pero que después terminarán fallando. ¿Cuánto dura un corcho? Su promedio de vida útil es de 15 años aproximadamente. A partir de esta edad comienza a "envejecer" y va perdiendo progresivamente su elasticidad y su nivel de humedad natural. Al resecarse se abren microscópicas oquedades que constituyen auténticos campos de cultivo para el desarrollo de hongos. Estos hongos acaban por trasmitir al vino ese característico "olor a corcho". Pero es importante aclarar que el corcho, por sí mismo, no comunica sabor ni olor ninguno al vino. • Se debe cambiar el corcho de la botella una vez pasados 15 años. Esta operación no altera las características del vino. Para garantizar la correcta función del corcho: • Colocar las botellas en posición horizontal o boca abajo, de manera que el vino quede en contacto con el tapón y lo mantega a temperatura y humedad constantes. • Conservar el vino a una temperatura no superior a 18º C. Cuanto mayor sea la temperatura, se acelerán los procesos de envejecimiento y más evaporaciones se sucederán a través del tapón (alrededor de 3 cm3 de vino cada 10 años a 20°C de temperatura ambiente). ¿Cómo saber que el corcho está bien? La calidad de un tapón, después del descorche, se valora por su porosidad, por el color que presente y la zona donde se encuentre la pigmentación más acusada. Un buen corcho sólo aparecerá oscuro en su cara interior si la botella contenía un vino viejo, y púrpura en el caso de un vino joven. • El color oscuro nunca deberá aparecer longitudinalmente, pues esto indicaría un cierto escape de líquido o un mínimo contacto con el aire. El mejor corcho... es aquél totalmente natural, proveniente de alcornocales de zonas secas donde el crecimiento del árbol, al ser más lento, garantiza un mejor ensamblaje de la madera. Algunas bodegas parafinan sus corchos; esto es, los recubren de esta sustancia que, una vez tratada, resulta inodora, insípida e impermeable sellando y rellenando las posibles grietas o aberturas naturales. Incluso pueden encontrase corchos compuestos por dos mitades iguales unidos entre sí por una fina capa de pegamento que impide, también la filtración de aire al vino.