Artículos disponibles en www.odepa.gob.cl N° 225 / Abril de 2011 / OFICINA DE ESTUDIOS Y POLITICAS AGRARIAS MAÍZ: ALZA EN EL PRECIO Situación internacional Producción: por debajo de la demanda Los precios a los cuales se transa el maíz que se produce en Chile están íntimamente relacionados con lo que ocurre en el mercado internacional del grano, y cualquier elemento que influya sobre los precios en este último mercado también lo hará sobre el precio nacional del maíz. En condiciones normales, si la oferta internacional de un bien es mayor que la cantidad que se demanda, los precios de ese bien tienden a bajar y, por el contrario, si la cantidad que se ofrece es menor que la que se demanda, los precios tenderán a subir. En este precio de mercado influyen tanto las condiciones de oferta y demanda del momento como las expectativas para un mediano plazo. Marcelo Muñoz Villagrán La figura 1 resume los datos entregados por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), en su informe de marzo de 2011 del World Agricultural Supply and Demand Estimates (WASDE). En esta figura se puede apreciar que en las temporadas 2007/08 y 2008/09 la producción de maíz (componente mayoritario de la oferta, que se suma a las existencias de arrastre) es mayor que la demanda de este producto. En la temporada 2009/10 prácticamente se igualan la demanda y la producción, pero en la temporada 2010/11, de acuerdo a la proyección que hace el USDA en marzo de 2011, se invierte la relación y el consumo se hace mayor que la producción. Éste es uno de los principales factores que han influido en los actuales precios internacionales del maíz, sin olvidar que los stocks proyectados son los terceros más bajos en los últimos veinticinco años. Esta relación entre demanda y consumo no siempre fue proyectada así. En los primeros informes entregados en este año de comercialización, hasta agosto de 2010, el WASDE pronosticaba producciones por sobre la demanda mundial de maíz y esto se daba justo antes de iniciarse la cosecha en el hemisferio norte. A partir de esa fecha las proyecciones de producción comenzaron a decaer. La disminución en la producción mundial de maíz en esta temporada se puede atribuir principalmente a Estados Unidos. Para ese país, justo antes de su cosecha, pronosticaban una producción de 339,61 millones de toneladas. Al iniciarse la cosecha las proyecciones disminuyeron a 334,27 millones de toneladas y siguieron cayendo sucesivamente has- Figura 1. Relación entre producción y demanda mundial de maíz a marzo 2011 (millones de toneladas) Fuente: elaborado por Odepa con información de World Agricultural Supply and Demand Estimates (USDA). Estos artículos se pueden reproducir total o parcialmente, citando la fuente. Gobierno de Chile - Ministerio de Agricultura - Oficina de Estudios y Políticas Agrarias Director y Representante Legal: Gustavo Rojas Le-Bert Teatinos 40, Piso 8 - Fono (56-2) 397 3000 - Fax (56-2) 397 3044 - Casilla 13.320 correo 21 - Santiago de Chile www.odepa.gob.cl 2 Figura 2. Proyecciones de producción de maíz en EE.UU. temporada 2011/11 (millones de toneladas) Fuente: elaborado por Odepa con información de World Agricultural Supply and Demand Estimates (USDA). Figura 3. Evolución de los precios del maíz en los mercados internacionales (precios mensuales promedio en US$/tonelada) Fuente: elaborado por Odepa con información de bolsas y Reuters. ta los 316,35 millones de toneladas que se estiman hoy, ya finalizada la cosecha en enero de 2011 (figura 2). Precios internacionales: al alza Esta caída de 23,26 millones de toneladas en las proyecciones de la producción estadounidense, junto con la reducción en las proyecciones para otros países como Argentina, Brasil, Sudáfrica y la Unión Europea en su conjunto, se ve reflejada en la curva de precios internacionales. A partir de julio de 2010 los precios comenzaron a subir, tanto en el mercado norteamericano como en el mercado argentino, los que muestran un comportamiento muy similar (figura 3). 2008, se ve interrumpido por esta nueva alza en los precios de los alimentos, en que confluyen factores tales como la baja en las predicciones de las cosechas en Estados Unidos, los problemas que debió enfrentar Rusia y que terminaron con el cierre de sus fronteras a las exportaciones de trigo, la caída internacional del dólar norteamericano y la sequía que afectó a Argentina, más un grado de especulación del mercado. Todos estos elementos elevaron los precios del maíz en Argentina, uno de nuestros principales abastecedores, desde los US$ 175,29 por tonelada FOB a que se cotizaba en julio de 2010, hasta los US$ 285,74 por tonelada FOB de marzo de 2011. Así, el nuevo equilibrio en el precio, alcanzado con posterioridad a la crisis de Situación nacional Producción y consumo: producción estable y sigue el reemplazo en las importaciones En Chile la producción de maíz se mantiene relativamente estable, entre 1,1 y 1,3 millones de toneladas anuales. Para esta temporada se esperaría una producción un poco inferior a 1,3 millones de toneladas, producto de siembras tardías, una primavera fría y problemas de riego que se presentaron en algunas zonas productoras. El consumo aparente de maíz se sigue reduciendo. Esta disminución ha afectado solamente a las importaciones de este grano, las cuales han bajado de 1,7 millones de toneladas a 0,6 millones de Gobierno de Chile - Ministerio de Agricultura - Oficina de Estudios y Políticas Agrarias www.odepa.gob.cl 3 Figura 4. Chile. Consumo nacional aparente de maíz, producción e importación (millones de toneladas) Fuente: elaborado por Odepa con antecedentes del INE y del Servicio Nacional de Aduanas. Figura 5. Evolución de los precios en los mercados de Argentina y Chile (precios semanales reales en $/kg) Fuente: elaborado por Odepa con información de Cotrisa, bolsas y Reuters. toneladas en 2010. Tal como se vio en el artículo anterior, continúa el reemplazo de maíz por sorgo, grano del cual se importaron 0,62 millones de toneladas en 2010. También la importación de maíz partido sigue aumentando y en 2010 alcanzó a 0,19 millones de toneladas, al mismo tiempo que se importaron 0,15 millones de toneladas de alimentos preparados que contienen maíz (figura 4). Precios internos del maíz: en relación a los costos alternativos de importación Los precios internos del maíz en Chile tienen una estrecha relación con los precios internacionales. Odepa, en acuerdo con Cotrisa y Apa-Asprocer, construye un precio de referencia basado en el costo alternativo de importación, vale decir, lo que en teoría debería costar traer una tonelada de maíz al país. Al precio FOB del producto se suman los gastos de aduana, impuestos e intereses, carga y descarga y el flete para transportar el grano desde el puerto de llegada hasta un punto acordado, que en este caso es Melipilla. En la figura 5 se puede apreciar la relación entre este costo de importación, el precio promedio nacional informado por la industria y el precio FOB del maíz puesto en Argentina. Se puede apreciar en la figura 5 que el costo alternativo de importación es prácticamente paralelo al precio FOB. El diferencial promedio para los doce últimos meses ha sido de $ 21,79 por kilo de maíz (US$ 43,36 por tonelada). En el cálculo del costo de importación de la última semana de marzo de 2011 es de $22,33 por kilo del grano, valor que refleja el costo de traer maíz a Chile. Al momento de fijar sus precios la industria mantiene un margen con los costos de importación. El precio promedio pagado por la industria al iniciarse la cosecha en el año 2009 fue de $ 109 y Agrosuper, uno de los principales poderes compradores de maíz y referente en la industria al momento de fijar los precios de compra, abrió sus adquisiciones en el mercado con un precio de $112 por kilo de maíz, $ 3 por debajo del costo de importación de ese momento. En el año 2010, cuando el costo de importación alcanzaba $ 106,5, Agrosuper abrió el poder comprador a $ 104 por kilo de maíz. En esta temporada, mientras el costo al- Gobierno de Chile - Ministerio de Agricultura - Oficina de Estudios y Políticas Agrarias www.odepa.gob.cl 4 ternativo de importación era de $ 152,6, Agrosuper abrió su poder de compra en $ 150 por kilo de maíz puesto en San Pedro o Lo Miranda, es decir, $2,6 por debajo de ese costo de importación. La industria en promedio se ubicó en $ 146,4, con rangos desde $ 139 en Chillán hasta $ 150 en Melipilla. Con posterioridad se han abierto nuevos poderes compradores hacia el sur, lo que ha hecho bajar el precio promedio nacional a $ 143,5 por kilo. según el mercado internacional y el tipo de cambio. Si bien la industria fijó sus precios de acuerdo a los costos alternativos de importación, esto se hizo en momentos en que el mercado estaba reflejando una fuerte baja, como efecto del terremoto y posterior tsunami que afectaron al Japón. Los mercados han ido recuperando los precios pre-terremoto y se esperaría que los precios nacionales sigan la tendencia internacional, ya que, de acuerdo con declaraciones de la propia industria, los precios se fijan de manera flotante Los precios estaban al alza, como consecuencia de la menor producción de Estados Unidos; no obstante, al mirar los precios de los futuros, éstos caían para posiciones cercanas a la próxima cosecha de ese país. En la figura 6 se puede apreciar que los precios de las posiciones septiembre y diciembre de 2011 (US$ 258 y US$ 246,2 por tonelada) están por debajo de los precios de las posiciones de mayo y julio ($ 272,9 y $ 276 por tonelada). De acuerdo a esto, el precio No obstante, la experiencia demuestra que en el pasado esto no ha ocurrido, y una vez que el precio se fijó a inicios de la cosecha, tanto en 2009 como en 2010 se mantuvo e incluso experimentó leves bajas, a pesar de aumentos en el precio internacional. Expectativas y proyecciones de precios: efecto Japón del maíz debería descender después de julio de este año, al acercarse la cosecha de Estados Unidos. Esto no es alentador para los agricultores que desean guardar su grano; sin embargo, no hay que olvidar que, durante el año pasado, Estados Unidos también tenía grandes proyecciones de producción, las que no se cumplieron y en definitiva el precio del maíz subió a partir de julio de 2010. En la figura 6 se puede ver la inestabilidad diaria del mercado, a través de los efectos en los precios de los futuros del maíz que produjo el terremoto que afectó a Japón el 11 de marzo de este año. Inicialmente los precios descendieron bruscamente, producto de la inquietud del mercado por la demanda de granos de ese país; sin embargo, luego subieron rápidamente y volvieron a los niveles pre-terremoto, e incluso levemente superiores, por el posible aumento en la demanda por energías limpias, como resultado del desastre nuclear que vive ese país. Figura 6. Evolución de los precios del maíz en el mercado de futuros de Chicago (precios diarios en US$/tonelada) Fuente: elaborado por Odepa con información de bolsa de Chicago. www.odepa.gob.cl Gobierno de Chile - Ministerio de Agricultura - Oficina de Estudios y Políticas Agrarias www.odepa.gob.cl 5 LA AGROENERGÍA EN LA ENCRUCIJADA ENERGÉTICA DE LA AGRICULTURA La volatilidad de los precios de los combustibles fósiles, los efectos del cambio climático sobre la agricultura, las exigencias medioambientales de los mercados de destino, los avances tecnológicos observados en las energías renovables no convencionales (ERNC), el costo interno de la energía, más el impacto nuclear de lo ocurrido en Japón en marzo de 2011, constituyen una oportunidad para innovar e incorporar elementos de energías renovables en los procesos agroproductivos como factor de competitividad frente la encrucijada de una matriz energética “carbonizada” y a una demanda creciente por productos con indicadores ambientales positivos. Antecedentes generales En la última década, la economía mundial se ha caracterizado por la inestabilidad de los precios en general y de los combustibles fósiles en especial. Si bien estos últimos, en el mediano y largo plazo, muestran una tendencia al alza, en el corto plazo son marcadamente erráticos, lo que afecta al desarrollo de las economías, sobre todo aquellas fuertemente dependientes de estas fuentes. También ha constituido un obstáculo para el despegue de las energías renovables no convencionales (ERNC), por cuanto, en su proceso de evaluación económica permanente, los proyectos de esta naturaleza se hacen o no económicamente rentables, dependiendo del valor fluctuante del petróleo. Ante este escenario, muchos países adoptaron la decisión de desacoplar la promoción de las ERNC del precio de este combustible, en pos de una seguridad e independencia energéticas y como forma de contribuir a una matriz energética sostenible. Existen otros países que, junto a estos objetivos, han visto en los biocombustibles una oportunidad de negocio. Este aspecto es el que cambia el concepto desde energías alternativas a renovables, es decir, desde una concepción más ideológica a una de negocio sustentable. Entre los primeros se encuentra la gran mayoría de los países de la Unión Europea y los Estados Unidos de Norteamérica, que han dictado normativas y desarrollado planes de promoción y usos de las ERNC dentro de su matriz energética. Entre los segundos se destacan Argentina y Brasil, los cuales se han convertido en grandes productores y exportadores mundiales de biodiésel y bioetanol, conjuntamente con un fuerte impulso en su consumo interno. Este conjunto de normas en que se establece la obligatoriedad de mezclas y la fijación de metas de introducción a la matriz energética, más la reducción de subsidios a la inversión en este tipo de energías en un escenario de variabilidad del precio de los combustibles fósiles, constituyeron un aliciente para el desarrollo de una industria de energía renovable con tecnologías más competitivas, tanto en su generación como en su eficiencia. En este proceso, a nivel internacional, se ha hecho una importante focalización en el sistema agrario-agroindustrial, a través de introducir una cultura innovadora, impulsando cambios productivos e integrándose con el sistema público de I+D+i (investigación, desarrollo e innovación) para mejorar condiciones de competitividad y desarrollo, a través de la utilización de las ERNC en los distintos eslabones de la cadena de valor. La investigación e innovación para la aplicación de tecnologías mixtas en procesos agroproductivos, como así mismo en energización rural, uso en maquinaria agrícola y en el transporte, se ha transformado en un hecho común para muchos países, en especial los europeos. Las energías renovables, junto con sus variables medioambientales positivas, tienen otro plus para el sector agropecuario, pues aproxima la producción de energía al punto de consumo, sobre todo donde el acceso es difí- Alfonso José Traub Ramos cil, otorgando grados de independencia a los procesos. La operación de sistemas de riego mediante energía fotovoltaica y/o eólica, el uso térmico del biogás, la energía geotérmica en bodegas de vino, las minicentrales de pasada colocadas en los canales de riego, son parte de los muchos ejemplos de aplicación de estas energías en el sector rural. Es destacable las importantes innovaciones que se han hecho en el ámbito de utilización de los residuos de la industria láctea, de la olivícola, de la agroindustria en general, de los rastrojos agrícolas, entre otros, como también de plantaciones dendroenergéticas, con el objeto de generar biocombustibles líquidos, gaseosos y sólidos. En muchos casos la energía proveniente de estos métodos de producción se complementa con energía fotovoltaica y eólica, para incorporarlo a los agronegocios. Situación nacional El nivel de penetración que han tenido las ERNC en Chile, en relación a las fuentes tradicionales de energía, resulta todavía muy marginal en comparación con los modelos aplicados en algunas naciones de la región, más aún respecto de los países desarrollados. El establecimiento de contratos de largo plazo para el abastecimiento de gas natural a bajo costo desde Argentina, más el potencial hidroeléctrico disponible internamente, aparentemente habría generado en el pasado el supuesto implícito de que ambas fuentes serían suficientes para cubrir las necesidades del crecimiento económico. Por tanto, las ERNC no se visualizaban como atractivas para que el sector privado invirtiera en ellas, como tampoco para que fueran materia de políticas públicas. La crisis que provocó el corte del suministro de gas natural, a partir del año 2005, asociada al alza del precio de los combustibles y a la latente escasez hídrica, más la inclusión de variables medioambientales en los procesos Gobierno de Chile - Ministerio de Agricultura - Oficina de Estudios y Políticas Agrarias www.odepa.gob.cl 6 productivos, detonaron la necesidad de poner la mirada en las ERNC. La dictación, en abril del año 2008, de la Ley N° 20.257 de fomento a las ERNC, que exige a las empresas comercializadoras eléctricas incorporar un porcentaje de energía producida a partir de fuentes renovables no convencionales, buscó, entre otros objetivos, desarrollar el mercado de las ERNC creando una demanda forzada. Se obliga en ella a las empresas comercializadoras eléctricas a acreditar que, entre los años 2010 y 2014, un 5% de sus ventas de energía provienen de ERNC. Desde el año 2014 hasta 2024, dicho porcentaje se incrementará en 0,5 % anual, hasta llegar a 10%, porcentaje que se mantendrá hasta el año 2035. El programa de gobierno del presidente Piñera ha planteado una tasa de crecimiento económico de 6% anual. Dado el impacto que tiene la energía para cumplir con este desafío, se ha contemplado incrementar el porcentaje de las ERNC en la matriz eléctrica a 20%, hacia el año 2020. Se habla del plan 20/20, en materia de las energías renovables. En sintonía con este desafío, el Ministerio de Agricultura ha firmado un convenio marco con el Ministerio de Energía con el objetivo de promover en forma conjunta el aprovechamiento energético de la biomasa forestal, abarcando aspectos de inclusión social, desarrollo de capital humano y utilización de tierras marginales, entre otros. Este programa se inserta en el acuerdo internacional suscrito por el país como parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. La política energética implementada en Chile se enmarca en una política general de desarrollo económico y social, que concibe a la libre iniciativa e inversión privada como un eje central, velando por la eficiencia en la asignación de recursos a través del fomento a la libre competencia, junto con un Estado que juega un papel subsidiario esencial. Bajo estas concepciones generales, las iniciativas de política energética que se han consensuado han tenido un correlato con los propósitos u objetivos estratégicos del país, cuyas orientaciones han apuntado a la suficiencia, eficiencia, equidad, seguridad y sostenibilidad energéticas. La aplicación de esta política ha permitido que las líneas estratégicas del tema energético busquen preservar los logros, corregir aquellos aspectos en los que estas definiciones no entregan respuestas adecuadas u oportunas a los tiempos, y proponer nuevos lineamientos en función de los desafíos de un crecimiento económico de 6% anual. En este sentido, en materia energética, los objetivos propuestos por el actual gobierno para el año 2020 son los siguientes: • • • • Nueva meta de participación de las ERNC en la generación eléctrica, de 20% al año 2020. Usos térmicos de las ERNC. Reducción de la tasa de crecimiento de la demanda eléctrica y de combustibles por la mayor eficiencia energética, y Uso de otras tecnologías y fuentes, con emisiones bajas de gases de efecto invernadero (GEI). Análisis y precios de mercados agropecuarios www.odepa.gob.cl En relación a los biocombustibles en específico, las actuales orientaciones apuntan a lo siguiente: – Se mantiene la apuesta por los biocombustibles de segunda generación, tanto de lignocelulosa como de algas; por tanto, se sigue apoyando a los consorcios tecnológicos empresariales. – Biocombustibles líquidos: se estudia su introducción obligatoria en la matriz energética del transporte. Para ello se están analizando la logística e infraestructura, el marco legal y su posible importación. – Biogás: se considera que es una tecnología madura y conocida para proyectos de mayor escala. Sólo se requeriría la definición de un marco regulatorio para su producción y uso. En paralelo, debería estudiarse la forma de remover las barreras que impiden que proyectos de menor escala sean sostenibles. Estas acciones en conjunto contribuirían a la independencia y seguridad energéticas en el largo plazo y a la reducción de los gases de efecto invernadero al año 2025. En definitiva, en Chile existe una apuesta por las ERNC en general, donde los biocombustibles tienen su espacio de acuerdo con la disponibilidad y características del recurso biomasa, ya sea en el ámbito rural, urbano y/o acuícola, como es el caso de las algas. Si bien el énfasis actual en bioenergía ha sido enfocado hacia los biocombustibles de segunda generación, los hechos permiten observar una cierta tendencia hacia abrir la mirada al concepto amplio de agroenergía, es decir, la utilización de las energías renovables en los procesos agroproductivos, independiente de su fuente. Una ventana a la información de la agricultura chilena www.odepa.gob.cl Gobierno de Chile - Ministerio de Agricultura - Oficina de Estudios y Políticas Agrarias www.odepa.gob.cl 7 Matriz energética La matriz energética chilena es deficitaria y dependiente de combustibles importados. El desarrollo económico en las últimas décadas ha sido sostenido, en forma importante, por estos últimos. En 1995, un 47% del consumo neto de energía era de origen nacional; en el año 2009, después de una década y media, con una tasa de crecimiento promedio cercana a 3% en el consumo de energía primaria, este porcentaje se sitúa en 41%. No obstante, esta cifra es mayor que la existente en el año 2005, que era de sólo 33%. Se revirtió la tendencia de creciente dependencia que se observaba en esa década, cuando el gas natural argentino se había convertido en la principal fuente energética (tabla 1). lleva al país a una pérdida de competitividad. En la figura 1 se pueden visualizar gráficamente estos cambios. Entre 1999 y 2009, la capacidad de las plantas para generar electricidad sufrió continuas transformaciones. En el año 1999, el gas natural representaba el 17,4% de esta capacidad, y su fuente de suministro era interna. Al año 2004 esta cifra se alzó a 36,1%, en lo cual el gas importado representaba el 65%. Al año 2009, la participación de este fósil en la generación eléctrica bajó a 9% y el componente importado disminuyó a 26%. Situación inversa muestran el carbón y el diésel fuel oil, que incrementan fuertemente su participación. Los otros tipos de plantas (eólicas, biogás, leña) comienzan a tener una presencia levemente mayor. Con la entrada en funcionamiento de dos plantas regasificadoras, el gas natural importado debería volver a marcar mayor presencia en la matriz. Figura 1. Participación de los distintos tipos de planta en la generación eléctrica de Chile 1999-2009 El corte de suministro del gas, no sólo mostró la fragilidad de la matriz, sino también tuvo un fuerte impacto ambiental. Las alternativas más rápidas para suplir la energía que provocó este desabastecimiento fueron, por un lado, el reemplazo de ese combustible por petróleo, adaptando las plantas generadoras y, por otro, la instalación de termoeléctricas a carbón. Se habló de una “carbonización” de la matriz, que ha colocado a Chile dentro de los países con mayores tasas de crecimiento en las emisiones de gases efecto invernadero, con una tasa de emisiones de CO2 muy por sobre la media de los países de la OCDE, lo que Fuente: Odepa con datos del Ministerio de Energía. Tabla 1. Balance de energía primaria de Chile (1995-2009) (Teracalorías) Año 1995 Energético Origen/año Origen Interno Externo Petróleo crudo Gas natural Carbón Hidroelectricidad Energía eólica Leña y otros Biogás Total % según origen 4.589 21.471 7.266 16.032 80.021 0 15.462 0 34.302 339 83.999 47 0 0 95.483 53 Año 2000 Consumo bruto (1) 84.610 21.471 22.728 16.032 0 34.302 339 179.482 % 47,1 12,0 12,7 8,9 0,0 19,1 0,2 100 Origen Interno Externo 2.970 22.755 2.562 17.289 105.054 40.832 30.813 0 42.544 0 51 0 88.171 176.699 33 67 Consumo bruto (1) 108.024 63.587 33.375 17.289 0 42.544 51 264.870 Año 2005 % Origen Interno Externo 40,8 24,0 12,6 6,5 0,0 16,1 0,0 100 1.752 21.428 2.838 22.924 110.974 58.667 25.253 0 45.988 0 0 0 94.929 194.893 33 67 Consumo bruto (1) 112.725 80.095 28.091 22.924 0 45.988 0 289.823 % 38,9 27,6 9,7 7,9 0,0 15,9 0,0 1.957 103.619 23.568 8.264 3.708 38.157 22.283 0 68 0 51.280 0 69 0 102.933 150.040 100 41 59 (1) Incluye exportaciones y variación de stock. Fuente: Odepa con datos del Ministerio de Energía. Gobierno de Chile - Ministerio de Agricultura - Oficina de Estudios y Políticas Agrarias www.odepa.gob.cl Año 2009 Consumo Origen bruto (1) Interno Externo 105.577 31.832 41.865 22.283 68 51.280 69 252.973 % 41,7 12,6 16,5 8,8 0,0 20,3 0,0 100 8 El significativo crecimiento del consumo energético experimentado por Chile en las últimas décadas, particularmente en el sector eléctrico, ha estado asociado a la evolución del PIB. Este acople entre las dos tasas es motivo de preocupación de las actuales autoridades ante el escenario de un crecimiento de 6%. El desarrollo económico conlleva un incremento en la demanda energética, lo que hace indispensable la búsqueda de nuevas y diversas fuentes de energía, menos contaminantes, sobre todo cuando se ha privilegiado un modelo de desarrollo agroexportador. Las energías renovables no sólo deben observarse desde la perspectiva de la sostenibilidad ambiental, sino como un elemento de negocio y competitividad, donde los mercados compradores están exigiendo sellos medioambientales positivos. Desafíos para el sector silvoagropecuario Los motivos de índole económica, técnicos, sociales, de independencia energética y sostenibilidad ambiental, que han inducido y presionado a numerosos países a considerar el desarrollo de las ERNC en general y de la bioenergía en especial, como un factor relevante de sostenibilidad a largo plazo, no deberían ser ajenos para Chile, en especial para el sector silvoagropecuario, donde el costo de la energía es relevante en todos y cada uno de los eslabones de la cadena de valor. Según la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), en los últimos seis años el costo de la energía para el sector se ha elevado en 166%. En el caso del sector frutícola, este aumento ha sido de 25% en los últimos doce meses. Con estos elementos y la devaluación del dólar, el escenario de competitividad del sector se complejiza aún más. El país se ha planteado el desafío de convertir a Chile en una potencia alimentaria y forestal. Concretar este objetivo significa cambiar el concepto de desarrollo exportador desde el aprovechamiento de ventajas comparativas, basado en productos de poco valor agregado (commodities agropecuarios) a un desarrollo con ventajas competitivas de productos silvoagropecuarios de alto valor, diferenciados por atributos de calidad. Alcanzar esta calidad implica, como elementos de competitividad, contar con la energía suficiente, usarla eficientemente e incorporar el ahorro energético en los procesos productivos, con buenos indicadores de sustentabilidad y buenas prácticas, entre ellos la medición de la huella de carbono. Según un estudio elaborado por Prochile, la tendencia mundial de comercio incorpora las variables de responsabilidad social, y tal vez la más importante es la reducción de la huella de carbono en los procesos productivos. Ésta será, por tanto, un elemento sustantivo de competitividad y acceso a los mercados. Los sectores agrícola y pecuario, en su dimensión exportadora, han venido incluyendo en su quehacer los conceptos de trazabilidad, inocuidad, mecanismos de desarrollo limpio y de buenas prácticas agrícolas, como elementos clave de competitividad en los exigentes mercados de destino; pero a nivel de iniciativas individuales, incorporando fuentes de energía limpias provenientes de biomasa, como biogás, leña y biocombustibles líquidos, al mismo tiempo que otras como la eólica, la fotovoltaica y la proveniente de minicentrales de pasada. En un enfoque más sistémico, hoy debería hablarse de un concepto ampliado de agroenergía, en el sentido de la generación y/o utilización de las ERNC en los procesos agroproductivos, como factor determinante de competitividad. Esto es parte de los temas que se serán tratados en el seminario y feria internacional de biogás (Expobiogás 2011), que se realizará durante los días 29 y 30 de junio próximo. Este evento es organizado por el Ministerio de Agricultura, el Ministerio de Energía y la FAO. energías fósiles disponibles (carbón, gas natural y petróleo) y con la hidráulica convencional. No obstante, a la fecha, no se visualiza que todas ellas, sumadas en conjunto, puedan resolver el problema energético que representa sostener un crecimiento económico a una tasa igual a 6% anual. Según estimaciones del Ministerio de Energía, esto significa ampliar la capacidad instalada en 1.200 MW promedio por año; por tanto, debería ser un desafío para focalizar la I+D+i hacia las ERNC. La CEPAL señaló recientemente que, por efecto del cambio climático, los países podrían perder un 1% del PIB. Para este desafío, la investigación, como forma de contribuir a la diversificación de la matriz energética, tanto en calidad como en cantidad, debe hacer uso de todas las herramientas técnicas disponibles, métodos, procesos y soluciones más adecuadas, y costo-eficientes, para reducir la distancia que se podría producir entre el crecimiento económico y la demanda energética, y entre ésta y la competitividad del sector agroalimentario. En Chile existe un potencial importante para producir biocombustibles sólidos, gaseosos y líquidos, de primera y segunda generación, a partir de biomasa generada por el sector silvoagropecuario no competitiva con la generación de alimentos, a través de la industrialización de residuos primarios y agroindustriales, tales como: • Desechos de la industria forestal, de la industria del mueble y de la madera y de cultivos dendroenergéticos, para obtener biocombustibles sólidos: leña, pellets, briquetas. • Residuos de cereales, residuos lignocelulósicos de cosechas y de agroindustrias, suero de leche. • Aceites de oleaginosas, de algas y otras especies; aceites vegetales reciclados y grasa animal. • Purines de la actividad ganadera, porcina y avícola; desechos de mataderos; residuos agrícolas, agroindustriales y de mercados mayoristas; residuos vitivinícolas. Desarrollo tecnológico Chile ha sido privilegiado con una gran diversidad de fuentes o tipos de energía a lo largo de su territorio. La biomasa, junto a la energía eólica, solar, mareomotriz, geotérmica, hidráulica no convencional, puede compartir espacio con las escasas Gobierno de Chile - Ministerio de Agricultura - Oficina de Estudios y Políticas Agrarias www.odepa.gob.cl 9 A nivel mundial se dispone de tecnología que permite el aprovechamiento de estos residuos y que deberían ser adoptados y adaptados en Chile, a una mayor tasa que la observada hasta la fecha. Actualmente, existe una serie de iniciativas a lo largo del país que producen biocombustibles. deros y de las plantas de tratamiento de aguas servidas, que se utiliza como sustituto del gas natural, tanto a nivel domiciliario como industrial. madurez tecnológica y que son capaces de competir en el mercado eléctrico con tecnologías tradicionales de generación de este tipo de energía, y cuentan con un mercado de proveedores robusto y competitivo. Sin embargo, su aporte a la matriz energética no ha sido muy significativo: a julio de 2010 era ligeramente superior a 3%, donde la biomasa, la generación eólica y las minihidro contribuían con algo más de 1% cada una. Todo esto hace pensar que, en el ámbito de I+D+i, queda mucho espacio para desarrollar las ERNC, en especial en el sector silvoagropecuario. La industria forestal ha instalado una serie de plantas de cogeneración eléctrica que aprovechan los residuos (licor negro, cortezas) de sus procesos industriales, para generar vapor y electricidad, con el consecuente ahorro e independencia energética. Los excedentes son colocados en el sistema central de transmisión, lo que constituye otra línea de negocio. Biocombustibles sólidos: hay tres empresas que producen pellets y que usan los desechos de la industria agrícola, forestal y maderera. En paralelo se están evaluando plantaciones dendroenergéticas. Biocombustibles líquidos: el bioetanol aún no se produce a escala comercial; no obstante, experimentalmente ha sido elaborado a partir de nabo forrajero en Aysén, en un proyecto integrado ganadero-energético. En biodiésel, existen a lo menos tres empresas que iniciaron experiencias piloto: dos utilizando aceites vegetales reciclados de consumo humano, grasas animales y subproducto cárnicos, y otra, con aceite de raps. Empresas mineras poseen en ejecución convenios y proyectos de investigación orientados a la obtención de biodiésel de especies arbustivas regadas con aguas recicladas o de mar, para uso en sus faenas extractivas y de producción. Dadas las directrices de política energética, el rol subsidiario del Estado, las normas vigentes y los recursos asignados, el grado de avance de las ERNC en general es muy asimétrico entre ellas, en especial en el ámbito de los biocombustibles. Por una parte, está un pequeño grupo de grandes proyectos privados, que utilizan tecnologías probadas y maduras, como es el aprovechamiento de la biomasa urbana, junto con la gran industria forestal, que utiliza sus residuos en la autogeneración de energía con plantas de cogeneración, y los grandes proyectos eólicos. Por otro lado, existe una constelación de iniciativas, emprendimientos, estudios e investigación, que están buscando fórmulas costo-eficientes para poder despegar. Sobre estas últimas se ha focalizado la atención del Estado, generando condiciones de entorno y corrigiendo aquellas fallas de mercado que estarían entrampando su desarrollo. Biocombustibles gaseosos: existen cinco proyectos de biodigestores con instalaciones funcionando y produciendo biogás en distintas regiones del país: Arica y Parinacota, Región Metropolitana, Región del Libertador Bernardo O’Higgins y Bío Bío. Por otra parte, hay varios proyectos que capturan el biogás de verte- En la tabla 2 se presenta el número de los proyectos en Chile relacionados con algunas de las ERNC para generar electricidad. De un total de 139 proyectos, un 13,7% corresponde a biomasa. Un 56,1% son proyectos del tipo minihidro. Actualmente, el Centro de Energías Renovables (CER), organismo que se ha hecho cargo del tema de energías renovables, ha puesto uno de sus focos en examinar cuánto de las promesas de inversión (estudios y proyectos principalmente privados) es posible de concretar en potencia instalada y, lo más importante, cómo esta potencia servirá al desarrollo económico y la seguridad energética del país. El establecimiento del mercado secundario de bonos de carbono en Chile podría constituir una palanca que impulse el desarrollo de algunos proyectos en carpeta, a partir de la generación de ingresos adicionales que viabilicen su implementación. En este contexto, se han podido desarrollar aquellas ERNC que han alcanzado Tabla 2. Proyectos ERNC en Chile Tipo En operación En construcción Aprobados En trámite Total % Aporte N° MW N° MW N° MW N° MW N° MW N° Minihidro Eólico Solar Biogás Biomasa 26 6 186,3 167 9 1 57,4 20 43 57 28 2 153,8 3 3 13,14 47,7 314 1.904 9 28 137 3 2 1 1 9 40 26 1 1 7 78 35 2 5 19 601 2.148 37 43 339 56,1 25,2 1,4 3,6 13,7 19,0 67,8 1,2 1,4 10,7 Total 42 509 16 138,2 75 2.392 6 128 139 3.167 100,0 100,0 Fuente: Ministerio de Energía, julio 2010. Gobierno de Chile - Ministerio de Agricultura - Oficina de Estudios y Políticas Agrarias www.odepa.gob.cl MW 10 Cabe señalar que, en el evento de establecer la obligatoriedad de mezcla de combustibles para el transporte, las importaciones constituirían una amenaza para una potencial industria de biocombustibles en Chile, ya que podría ingresar bioetanol y biodiésel subsidiados o a precios muy competitivos desde otros países, exentos de aranceles. Chile podría tener ventajas frente a otras naciones en la producción de biocombustibles de segunda generación, dado el potencial forestal y de algas, temas que son investigados por los consorcios tecnológicos empresariales y que se deben tener presentes, al analizar la incorporación de los biocombustibles a la matriz de transporte. Conclusiones La matriz energética chilena resulta frágil en términos de diversificación, dependencia y emisiones; sin embargo, este hecho podría constituir una oportunidad para las ERNC, frente a los requerimientos energéticos que implicará la proyección de crecimiento económico de 6% promedio anual de la economía. Este desafío demandará, en forma urgente, no sólo aumentar la capacidad instalada para producir energía, sino también que ésta se haga con fuentes más diversificadas y más seguras, con mayor sostenibilidad social y ambiental, y que otorguen mayor independencia de proveedores externos, en un equilibrio costo-eficiencia. Las experiencias del pasado reciente respecto al abastecimiento y la volatilidad de precios internacionales del petróleo mostraron esta fragilidad de la matriz energética, convirtiendo en un imperativo nacional el trabajar con la finalidad de establecer condiciones de entorno que incentiven las inversiones en el área energética, principalmente las referidas a las ERNC. Esta urgencia fue traspasada a una agenda pública con el fin de delinear una política energética, con sus tres elementos de sustento: definición de un marco jurídico, plasmado en la ley de fomento a las ERNC; creación de una institucionalidad responsable, que es el Ministerio de Energía, y diseño de instrumentos de fomento e investigación para estos fines. Las energías convencionales no requieren de incentivos, sólo un marco regulatorio. El sector silvoagropecuario, que representa el 3,9% del PIB nacional, en asociación con el sector alimentario, se ha fijado el desafío de convertir a Chile en potencia alimentaria y forestal, propósito que, en este contexto, se ve tensionado por dos variables exógenas a ellos: • • La limitada disponibilidad de tierras agrícolas para los múltiples usos que exige este desafío. Los mercados de destino de los productos silvoagropecuarios y alimentarios exigen cada vez mayores indicadores ambientales positivos, entre ellos la huella de carbono; sin embargo, la matriz energética se ha venido “carbonizando” crecientemente, es decir, iría en forma inversa a la demanda de estos sectores, restándole un factor de competitividad. El sentido de urgencia que ha tenido la provisión de energía para sostener el crecimiento económico ha obligado a optar por tecnologías convencionales sobre la base de energías fósiles, por ser las más fáciles de implementar en el corto plazo y por contar con una amplia oferta de proveedores. Esto no ha sido un hecho trivial, porque afecta al país en relación de su adhesión a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Producto de esta situación, Chile ha pasado a ser uno de los países con mayor crecimiento proporcional en la emisión de CO2, aunque en términos absolutos, a nivel mundial, su peso relativo es muy bajo. En esta disyuntiva las ERNC juegan un rol importante, porque apuntan a resolver el problema en sus dos dimensiones: por una parte, proveer energía, y por otra, contribuir a la diversificación e independencia energética, en forma sostenible social y económicamente. Así lo entendieron las autoridades al poner este tema en la agenda pública y hacer de ella una propuesta de política. Sin embargo, la generación de acciones coordinadas tiene su punto de partida sólo en el año 2006, lo que hace que estas energías en el país estén bastante inmaduras. Las acciones del Estado han apuntado a desarrollar este mercado, estimulando las inversiones en ERNC, estableciendo normas, desarrollando investigación, preparando capital humano y tratando de corregir las fallas de mercado que impiden su despegue. A la fecha, los mayores resultados se han visto en aquellos ámbitos en que la tecnología es conocida y está más madura, donde hay una oferta de proveedores y, sobre todo, existe un mercado. Los principales proyectos en operación son los que están vinculados al aprovechamiento del biogás proveniente de los residuos urbanos (vertederos y plantas de tratamiento de aguas servidas de la gran urbe); los que utilizan los desechos de la industria forestal, con plantas de cogeneración, y los que hacen un aprovechamiento de la energía eólica. Con ellos convive una constelación de iniciativas de distintas naturalezas y escalas; sin embargo, la sumatoria del conjunto de todos ellos contribuye muy poco a la matriz energética, con sólo el 3,2%. Las líneas estratégicas de la política energética, en general, se han preservado. Los ajustes están en función de los desafíos de un crecimiento económico de 6% anual, propuesto por el Gobierno del Presidente Sebastián Piñera, con una ampliación de la participación de las ERNC en la generación eléctrica a 20% hacia el año 2020. Debe tenerse presente que estas energías por sí solas no resolverían el tema energético de largo plazo ni sostendrían el crecimiento planteado, pero contribuirían a ello. La inserción en los mercados constituye un desafío para los productores agrícolas y agroindustriales, quienes no solamente deben someterse a las exigencias y tendencias de los consumidores nacionales y externos, a la aparición de más países competidores y a normas inter- Gobierno de Chile - Ministerio de Agricultura - Oficina de Estudios y Políticas Agrarias www.odepa.gob.cl 11 nacionales de comercio, sino que deben incorporar cada vez más los conceptos de trazabilidad de productos, emisiones de gases de efecto invernadero, huella de carbono y huella del agua, a los productos transados. El sector silvoagropecuario es un importante consumidor de energía, que alcanza a cerca del 20% del total nacional del petróleo y sus derivados; por tanto, el tra- bajar con estándares medioambientales positivos se ha convertido en un tema de competitividad que debe incorporarse en sus procesos, tratando de mitigar los efectos de la carbonización de la matriz energética y del transporte a los mercados lejanos. En definitiva, Chile debe resolver en forma costo-eficiente la ecuación de una necesidad urgente de generar energía para sustentar las proyecciones de crecimiento, conjuntamente con un proceso de diversificación e independencia con fuentes menos contaminantes para no perder competitividad. Para ello deberá poner la mirada en las energías renovables no convencionales, especialmente en el agro, donde la energía es un factor relevante en la estructura de costos. LENTEJAS: EVOLUCIÓN DE LA PRODUCCIÓN Y EL MERCADO Introducción El presente artículo proporciona información sobre el comportamiento reciente del mercado de lentejas a nivel mundial y nacional y formula una perspectiva desde el punto de vista económico-comercial para el cultivo de lentejas en Chile. Se concluye que, en términos generales, actualmente se estarían presentando condiciones favorables para una recuperación importante del cultivo de lentejas en Chile, que permitiría reducir sustancialmente la dependencia externa en el abastecimiento necesario para cubrir los requerimientos de la demanda nacional de esta leguminosa. Producción y comercio mundial Conforme a cifras de FAO, las siembras mundiales de lentejas alcanzaron su máximo nivel en el año 2005, cuando llegaron a 4,1 millones de hectáreas, aproximadamente. Aquel año, como consecuencia también de un alto rendimiento promedio de casi 10 quintales por hectárea, se logró la mayor producción mundial, que fue de poco más de 4 millones de toneladas. Luego de ello se produjeron tres caídas consecutivas, tanto de superficie de siembra como de producción, que en este plazo significaron una disminución de 30% de la producción, que en 2008 se situó en torno a 2,8 millones de toneladas. En ese año también hubo un menor rendimiento promedio, que fue de 8,5 quintales por hectárea (14% más bajo que el de 2005). Según esta fuente, en 2009 se registró una recuperación de 10% en la superficie y 27% en la producción, llegando a 3,6 millones de toneladas, cifra que aún se mantiene 11% más baja que la de 2005. La información para 2010 de esta fuente aún no se encuentra disponible, lo que hace difícil establecer cuál es la situación actual en términos globales. Sin embargo, antecedentes preliminares proporcionados por AAFC (Agriculture and Agri-Food Canada) en su último informe general sobre la situación de las lentejas, dan cuenta de que en los cinco principales países productores de esta leguminosa (Canadá, India, Turquía, Estados Unidos y Australia) en 2009/10 se habría verificado un incremento de producción de 58%, que la hizo llegar a 2,9 Silvio Banfi Piazza millones de toneladas. Esta cifra es sólo 13% superior a la de 2006/07. En consecuencia, durante la temporada 2009/10 habría tenido lugar solamente un repunte de producción, luego de fuertes contracciones registradas en las dos campañas precedentes. Por tal motivo, no es dable esperar repercusiones negativas particularmente significativas sobre el comportamiento general de los precios del mercado, que pudieren comprometer la rentabilidad de su cultivo. Adicionalmente, para el período 2010/11, la misma fuente está prediciendo que la producción de los cinco mayores productores ya mencionados experimentará un nuevo incremento de 9%, que la ubicará ligeramente por encima de 3,2 millones de toneladas. El detalle de estos antecedentes se presenta en la tabla 1. Aunque no se dispone de datos específicos sobre los diversos tipos de lentejas, Tabla 1. Mayores productores mundiales de lentejas Temporada 2006/2007 2007/2008 2008/2009 2009/2010 (preliminar) 2010/2011 (pronóstico)1/ Producción (miles de toneladas) Canadá India Turquía EE.UU. Australia Total 693 946 623 289 52 2.603 734 871 580 155 131 2.471 1.043 571 88 109 51 1.862 1/ Pronósticos de AAFC, Pulse Australia y USDA Fuente: FAO, USDA, Statistics Canada y Pulse Australia Gobierno de Chile - Ministerio de Agricultura - Oficina de Estudios y Políticas Agrarias www.odepa.gob.cl 1.510 751 280 264 143 2.948 1.425 820 550 265 155 3.215 12 Figura 1. Tipos de lentejas Fuente: Wikipedia. se estima que el 70% de la producción mundial de lentejas es del tipo rojo, 25% es del tipo verde y 5% corresponde al tipo pardo. Canadá y Estados Unidos son mayormente productores del tipo verde, mientras que el resto del mundo produce principalmente el tipo rojo. nadá ha pasado a ejercer un predominio sobre el comercio internacional de lentejas, siendo en gran parte responsable del crecimiento de estas transacciones, las que aumentaron cerca de 50% durante la campaña 2009/10, llegando a 1,8 millones de toneladas. La producción canadiense de lentejas se ha expandido como consecuencia de los estímulos económicos del mercado, contribuyendo a la diversificación de la producción en las provincias de las Praderas, especialmente en Saskatchewan, donde esta expansión ha probado ser beneficiosa para la rotación de cultivos, contribuyendo al control de malezas, enfermedades y plagas y a una mejora de la textura del suelo y su fertilidad. La condición de superioridad de Canadá en el comercio mundial determina que la información y las proyecciones realizadas por los especialistas de sus organismos oficiales sean particularmente relevantes para establecer pronósticos en cualquier país productor de esta legumbre, sea exportador neto que analiza su competencia, o sea importador neto, como es el caso de Chile, que evalúa su abastecimiento. Debido al desarrollo de su producción de lentejas, Canadá ha ido adquiriendo una importancia creciente en el comercio internacional de la leguminosa. Se estima que, a partir de 40% del total de exportaciones mundiales que se realizaban a comienzos del milenio, en la campaña 2009/10 Canadá habría llegado a cubrir cerca de 80% del volumen exportado por los seis mayores exportadores, incluidos también Estados Unidos, Australia, Turquía, India y Siria. A su vez, el conjunto de estos seis mayores exportadores de lentejas representa más de 90% del total de las exportaciones. En consecuencia, se puede afirmar que Ca- Canadá es el principal productor de lentejas verdes, siendo responsable de aproximadamente el 75% de su producción. No obstante, debido a que los mayores importadores consumen lentejas del tipo rojo, su producción en Canadá ha estado expandiéndose rápidamente durante los últimos años. Antecedentes adicionales sobre el comportamiento reciente y proyecciones de la producción de lentejas en Canadá se entregan en la tabla 2. Las cifras mostradas en la tabla 2 dan cuenta de un significativo crecimiento de la producción y de las exportaciones de lentejas canadienses, especialmente a partir de la temporada 2008/09, aun- Tabla 2. Evolución de producción y comercio exterior de lentejas en Canadá Temporada Área cosechada (miles ha) Rendimiento (qqm/ha) Producción (miles ton) Importaciones (miles ton) Oferta total (miles ton) Exportaciones (miles ton) Uso doméstico (miles ton) Stock final (miles ton) Relación stock final/uso (%) Precio promedio (Can$/ton) 2008/09 2009/10 2010/11 * 2011/12 * 700 14,9 1.043 7 1.102 973 97 32 3 750 963 15,7 1.510 10 1.552 1.386 120 46 3 645 1.336 14,6 1.947 25 2.018 1.200 368 450 29 540-570 1.070 15,0 1.600 10 2.060 1.300 260 500 32 510-540 Fuente: elaborado con información de “Canada: Pulse and Special Crop Outlook” de 15 de marzo de 2011. (*): pronóstico Gobierno de Chile - Ministerio de Agricultura - Oficina de Estudios y Políticas Agrarias www.odepa.gob.cl 13 que se pronostica cierta disminución durante la próxima campaña (2011/12). Este desempeño generará una situación de mayor holgura de suministros en el mercado, lo que se traduce en una relación stock/consumo bastante más amplia que la que se venía registrando. Esta condición hace prever que los precios comenzarán a ceder respecto a los altos niveles que se han registrado en los años recientes. Sin embargo, los pronósticos efectuados para las campañas 2010/11 y 2011/12 señalan que los niveles promedio de precios descenderían ligeramente por debajo de los Can$ 600 por tonelada (unos US$ 620 en la actualidad), manteniéndose bastante por encima de los niveles históricos que habían mostrado estos valores, tal como se aprecia en la figura 2. Figura 2. Precios promedio de lentejas en Canadá Temporada agosto-julio Fuente: AAFC 2010/11* = pronóstico. Situación y perspectivas en Chile Datos más específicos sobre las variaciones de precios de los distintos tipos de lentejas registrados en Canadá se presentan en la tabla 3. Allí se observa que, si bien en la campaña 2010/11 tendrá lugar un descenso de valores promedio respecto a los tres años anteriores, de todas formas seguirán muy por encima de los precios registrados en 2006/07, justo antes de que comenzara la etapa de precios altos que se viene apreciando desde entonces (figura 2). Todo lo anterior indica que las perspectivas del mercado mundial continuarán siendo propicias para que los niveles de precios se mantengan dentro de rangos relativamente elevados, que permiten sostener rentabilidades razonables para este cultivo, situación que debería mantenerse a lo menos por un par de temporadas. Adicionalmente, cabe mencionar que otros antecedentes provenientes de Argentina, que ya han sido presentados en artículos anteriores, también dan cuenta de una importante alza de los precios de exportación a partir del año 2008, siguiendo una trayectoria similar a la de los precios de Canadá. Igualmente en Australia se habría detectado un comportamiento similar. En Chile las siembras de lentejas se encuentran estancadas casi desde comienzos del presente milenio en torno a aproximadamente mil hectáreas, las que, con rendimientos del orden de 7 quintales por hectárea, generan una oferta nacional que regularmente no supera las 800 toneladas. En dichos niveles cualquier variación de siembras que no sea realmente sustancial carece de relevancia. que durante los últimos diez años estas transacciones han variado entre 10 mil y 20 mil toneladas, con un valor que hasta el año 2007 no había superado los US$ 8,6 millones. Hasta entonces el precio promedio de estas importaciones tampoco había superado los US$ 600 por tonelada. Debido al bajo nivel de oferta interna, el consumo doméstico ha debido ser cubierto en más de 90% por suministros importados, provenientes principalmente de Canadá. Se aprecia que, a pesar de algunos altibajos, el consumo nacional sigue manteniéndose en esos niveles, no obstante que el precio promedio ha aumentado a más de US$ 900 por tonelada y el valor de las importaciones ha sumado más de US$ 10 millones anuales en el año de menor valor (2008), pero habiendo llegado a casi US$ 18 millones en 2010, con un precio cercano a US$ 950 por tonelada. La evolución de importaciones de lentejas que se muestra en la figura 3 indica Sobre la base de un tipo de cambio similar al actual, dicho valor debería sig- Tabla 3. Precios promedio a productor de lentejas en Canadá, según tipo Can$/ton 2006/07 2007/08 2008/09 2009/10(*) 2010/11(**) 340 282 313 340 679 626 564 747 769 719 650 833 750 660 620 660 640 595 550 550 Verdes grandes Verdes medianas Verdes pequeñas Rojas Fuente: Statistics Canada y AAFC. (*) Dato preliminar (**) Pronóstico Gobierno de Chile - Ministerio de Agricultura - Oficina de Estudios y Políticas Agrarias www.odepa.gob.cl 14 nificar un costo de importación cercano a $430 por kilo, que podría ser un valor base de referencia para el precio a productor que prevalecería en el país. A este valor habría que agregar otros costos, como descarga y transporte a centros de consumo y gastos de comercialización, que elevarían este precio de referencia. Tampoco se han considerado diferencias de valor por calibre. Actualmente no se dispone de información estadística sobre el precio a productor de lentejas, debido a que las transacciones son esporádicas y poco representativas. No obstante, cabe mencionar que durante el año en curso ocasionalmente se publicaron en medios nacionales ofertas de precios superiores a $ 550-600 por kilo de lentejas de 6 milímetros, valor que se estima podrían estar recibiendo los productores nacionales de lentejas. A su vez, diversas estimaciones de costos indican que éstos se sitúan aproximadamente entre $ 250 mil y $ 350 mil por hectárea, según las condiciones de producción (siembra en lomas en invierno o siembra en vegas en primavera). Además, de acuerdo a la tecnología aplicada y las condiciones de producción, se estima que el rendimiento promedio potencial puede ser de 12 quintales por hectárea. Sobre la base de los supuestos anteriores, un cultivo de lentejas en el país podría arrojar un margen bruto superior a $ 350 mil por hectárea como promedio, lo que se considera atractivo para estimular mayores superficies de siembra Figura 3. Evolución de las importaciones chilenas de lentejas 90 19 92 19 94 19 96 19 98 19 00 20 02 20 04 20 06 20 08 20 10 20 Fuente: Odepa, con información del Servicio Nacional de Aduanas. de esta leguminosa, especialmente si va incluida en una rotación con trigo. Aun cuando, de acuerdo a lo ya mencionado para el caso de Canadá, se prevé cierta disminución de los precios internacionales en el corto plazo, no se estima que ello vaya a repercutir significativamente de forma tal que pueda llegar a comprometer nuevamente los niveles de rentabilidad del cultivo de lentejas en Chile Si se considera que las importaciones normalmente son superiores a 15 mil toneladas y tomando en cuenta un rendimiento potencial de 12 quintales por hectárea, se podrían sembrar a lo menos unas 12 mil hectáreas de lentejas en el país para responder a los requerimientos de la demanda nacional, no resultando explicable que las siembras de este cultivo continúen estancadas en torno a mil hectáreas. Las limitaciones para que el área sembrada con lentejas aumente, podrían estar dadas por una baja disponibilidad de semilla de buena calidad o bien por la pérdida de costumbre de los agricultores de efectuar este cultivo e incorporarlo dentro de sus rotaciones. Probablemente se requiera un esfuerzo adicional de parte de todos los actores de la cadena para que, teniendo presentes las perspectivas que se formulan, finalmente se consiga un repunte de las siembras de este cultivo, de manera de cubrir una parte importante de los requerimientos del consumo nacional. Análisis y precios de mercados agropecuarios www.odepa.gob.cl Una ventana a la información de la agricultura chilena Gobierno de Chile - Ministerio de Agricultura - Oficina de Estudios y Políticas Agrarias www.odepa.gob.cl