EL CONSEJO DE SEGURIDAD DE LA ONU Y LA NECESIDAD DE SU MODIFICACIÓN. Para usar la fuerza internacionalmente se necesita el permiso del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Para ello se requiere como mínimo el voto afirmativo de 9 de los 15 miembros del Consejo y además que no exista voto en contra (veto) de Estados Unidos, China, Francia, Rusia y del Reino Unido, que son los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad. Esta es la formula político−jurídica que autoriza el uso de la fuerza en las relaciones internacionales. Para que funcione en el mundo real no debe ir en contra de la estructura bipolar, unipolar o multipolar del poder mundial. Cuando todo este andamio se aplica sin realpolitik, es decir, sin tener en cuenta la estructura del poder mundial, el Consejo de Seguridad cae en crisis. Por éstas razones, las cinco potencias con derecho a veto tienen que practicar realpolitik dentro del Consejo de Seguridad o desmoronan el sistema de seguridad colectiva de las Naciones Unidas con los terremotos que producen los choques de sus políticas de poder. El problema actual y futuro para la Organización de las Naciones Unidas es, que la estructura unipolar del poder mundial, es aun mas difícil de compatibilizar con todo el sistema de Naciones Unidas, porque funciona mediante una constante acción unilateral que rechaza todo contrapoder de naturaleza multilateral, de ahí que surge la necesidad de reformas estructurales en la Carta de las Naciones Unidas, iniciando con el capítulo que regula al Consejo de Seguridad. Explico por qué: La uní polaridad hegemónica de Estados Unidos en los diferentes organismos internacionales que han sido creados para velar por la paz mundial y para proteger los derechos humanos y las libertades trascendentales, ha sido el factor que ha decidido los últimos eventos bélicos que han involucrado a diversos países, como en el caso de Kosovo, en que la fuerza norteamericana ha obviado los acuerdos del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Después de los últimos acontecimientos bélicos liderados por Estados Unidos, han surgido los cuestionamientos en forma abierta por distintos líderes mundiales, de si el Consejo de Seguridad debe ampliarse y dar acceso a todos los países, en virtud de la falta de funcionalidad de dicho Consejo. Es importante destacar también, el peso que actualmente tiene los Estados Unidos de América en el concierto entre naciones, y la influencia que en esto implica la actual redacción de la Carta de la ONU, Estados Unidos sigue teniendo el derecho de veto que impedirá que cualquier resolución contraria a sus intereses pueda ser votada en la ONU. Por otro lado, el uní lateralismo norteamericano se basa sobre todo en su poder militar. Estados Unidos, con sus siete flotas y decenas de bases militares y áreas en todo el mundo, proyecta poder militar como ninguna otra potencia lo ha hecho en la historia de la humanidad. Este poder ha servido para cambiar regímenes en Belgrado, en Kosovo, Kabul y Bagdag, pero no ha probado, hasta ahora, ser eficaz en la gobernabilidad, reconstrucción y democratización de los países ocupados. Desde la óptica de la trascendencia, parece oportuno el disponer de alguna propuesta alternativa de ajuste a los actuales estatutos del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que pudiera garantizar, mediante una mayor apertura de dicho Consejo, la participación de todas las naciones en lo que actualmente se denomina como consejo Permanente, sin privilegiar a país o grupo de países alguno sobre derechos de veto, un Consejo se Seguridad en el que las decisiones se tomen por el consenso de la comunidad internacional en su conjunto. Partiendo del punto de vista de la importancia de ésta propuesta, considero que los últimos conflictos bélicos 1 en los que ha participado Estados Unidos de América y sus aliados, evidencian que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, en su estado actual, ha dejado de ser operativo, dado que, por ejemplo, se han ignorado resoluciones trascendentales emitidas por el Consejo (cito las resoluciones en torno a la desocupación de Israel de territorio Palestino y la relativa a la no intervención armada en Kosovo e Irak), lo que ha contribuido a aumentar la tensión ya de por sí existente en todo el medio oriente. Entonces, ¿Qué es lo que ha ocasionado la falta de funcionalidad del Consejo de Seguridad de la ONU? Primeramente la serie de cambios que se van registrando en el mundo entero; el desequilibrio entre la atención y cumplimiento de los Derechos Humanos; el incremento de conflictos relacionados con racismo, discriminación y la xenofobia en países desarrollados; las dificultades de algunas misiones de paz para lograr sus objetivos; la falta de coordinación entre los diferentes organismos de las Naciones Unidas, las Agencias Especializadas y Organizaciones Independientes con Organizaciones No Gubernamentales, para evitar duplicidad de actividades y; la ausencia de voluntad política por parte de los Estados para cumplir con los documentos y tratados creados en el seno de la Organización de las Naciones Unidas. Por todo lo anterior es de suponerse que en la actualidad debe estructurarse un Consejo de Seguridad mas democrático, con autoridad y equipamiento suficientes para obtener la obediencia de los países y para evitar la influencia de los Estados Unidos. Asimismo, que se permita que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se conforme por todos los países integrantes, todos con el mismo derecho de voto, en donde veo la única posibilidad de lograr el cumplimiento de los mandatos de las Naciones Unidas, por todos los países; y por último eliminarse el derecho de veto que tienen algunas naciones, porque impide, jurídicamente, la imposición de las decisiones del Consejo, que se ven afectadas por el desacuerdo del Permanente. Aun entonces, el buen funcionamiento del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, no solo dependerá de que se reforme su composición, sino de la evolución de la estructura del poder mundial. Hace ocho años que se debate la reforma del consejo: el resultado es que nadie quiere perder su derecho a veto, ni compartirlo con nuevos miembros. China, que lucho por casi 25 años para convertirse en miembro permanente con derecho a veto, no permite que ingrese Japón al Consejo como nuevo miembro permanente de Asia con derecho a veto desafiando su poder regional. Este es el obstáculo que principalmente bloquea la reforma del Consejo. Si Japón no ingresa como miembro permanente asiático, tampoco entrará Alemania por Europa, ni Brasil por América Latina. Surge la posibilidad también de que se aumente el número de miembros no permanentes. La única manera de que el Consejo funcione, es que el uni lateralismo de los Estados Unidos se vaya limitando debido a su falta de eficacia. 2