dolor,analgesia,apego,cesarea

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DOLOR, ANESTESIA, APEGO, CESAREA
Humanización del Nacimiento.
Red de Villarrica
Documento elaborado por:
- Ida Cisternas G.
Matrona, Hospital Villarrica.
- Raúl Ortega W.
Neonatólogo Hospital El Pino, Santiago.
- Hernán Santander M. Gíneco Obstetra, Hospital Villarrica.
Otoño, 2007.
INTRODUCCIÓN:
El Parto y Nacimiento es la experiencia más profunda, vital, intensa y
emotiva en la vida de la mujer. No hay otra experiencia tan fuerte,
emocionante y de unidad con alguien, como la relación entre madre e
hijo.
Estamos anclados a nuestro Parto y Nacimiento, los que determinan
gran parte de lo que somos.
Sin embargo, muchas veces esta experiencia es dañada por el miedo, la
ansiedad y la tremenda presión de los que rodean a la mujer durante el
Parto y Nacimiento.
Este documento pretende entregar fundamentos elementales para
aprovechar esta oportunidad única de ser Padres.
DOLOR EN EL PARTO:
El dolor es parte de la fisiología del parto y el nacimiento.
Tiene una función y un sentido que beneficia a la madre y al hijo.
El dolor más intenso se produce durante las contracciones, las que son
provocadas por una hormona llamada ocitocina.
La ocitocina tiene también otros efectos, y es conocida como la
hormona del amor, porque actúa sobre el cerebro ayudando a sentirse
en unión con otros, y ayuda a liberar otras hormonas que hacen sentirse
bien y disminuyen el dolor (produciéndose “analgesia” en forma
natural), como las endorfinas.
Madre e hijo viven juntos las contracciones y sus molestias, y en
respuesta buscan las mejores posiciones y movimientos, y liberan
varias sustancias y hormonas (adrenalina, prostaglandinas, endorfinas,
ocitocina, etc.). Estas sustancias apuran, demoran o intensifican las
contracciones, de manera que madre e hijo participan en el mecanismo
del dolor, y en el avance del trabajo de parto, de acuerdo con lo que
están sintiendo.
El dolor físico de las contracciones se asocia con el dolor emocional de
la separación que ocurrirá con el hijo al nacer. Sentirlo, asumirlo, darle
un sentido y acogerlo, ayuda a culminar esta separación y aceptar
plenamente el momento después, disminuyendo las depresiones post
parto, aumentando la fuerza personal, y dándose una oportunidad única
de curar traumas anteriores.
El dolor del trabajo de parto estimula también la energía sexual, y bien
conducido puede ayudar a alcanzar una sexualidad más madura.
El proceso es trascendental para la mujer, las alteraciones llevan a
experiencias traumáticas.
El dolor es fisiológico, el sufrimiento no lo es.
Muchas veces durante el parto, el dolor pierde su sentido y se
transforma en una tortura sin utilidad ninguna.
Esto ocurre especialmente cuando la mujer no puede reaccionar al
dolor, como cuando no se puede mover, o se siente sola y sin apoyo, o
siente la presión de su pareja o familiares, no encuentra su propio
ritmo entre contracción y pausa, o no consigue conectarse con su hijo
en ambientes desfavorables (ruido, gritos, exceso de gente, etc.) que
hacen aparecer miedos y angustias.
Las intervenciones médicas como tactos vaginales, amniotomías
(romper la bolsa), inducciones o aceleraciones del parto, pueden
agregar dolores que descontrolan el proceso.
Frente al dolor…
Para que el dolor no se transforme en sufrimiento se debe favorecer
las condiciones que permiten a la mujer y su hijo vivir su parto y
nacimiento respetando la fisiología de la mujer.
Un ambiente positivo de Acogida, Protección y Seguridad, en un lugar
agradable y conocido, sin interrupciones, con las personas adecuadas,
hace disminuir el dolor, tolerarlo mejor y hacerlo un aliado.
Debe considerarse la privacidad como un elemento muy importante, y
evitarse todo estímulo que distraiga a la mujer del delicado proceso
que está viviendo (música, conversaciones, ruidos no deseados, etc.)
Permitir el libre movimiento y expresión de la mujer, sin alterar su
propio ritmo personal, y brindarle ayuda, apoyo y calor humano en cada
momento, tanto del equipo de salud como de la pareja.
Preferir medios no farmacológicos para tolerar el dolor,
recomendados por la Organización Mundial de la Salud, como caminar,
cambiar de postura, el balón kinésico, los masajes y el agua caliente.
ANESTESIA EN EL PARTO NORMAL:
Por diferentes motivos muchas madres y sus familiares solicitan
anestesia para el dolor del parto.
La anestesia daña la fisiología del parto y daña el apego.
Todos los medicamentos para el dolor (analgésico o anestésico) tienen
un potencial riesgo para la madre o el feto, alteran la fisiología normal
del parto o nacimiento, y aumentan los partos operatorios (cesáreas y
fórceps).
La anestesia más usada es la anestesia peridural que adormece el
cuerpo desde la cintura hacia abajo y hace desaparecer el dolor.
Al colocar anestesia peridural la mujer no puede caminar o moverse y
deberán controlarse los latidos cardiofetales ya sea con estetoscopio
de Pinard o monitor fetal. Debe además ponerse un vía venosa, para
administrar ocitocina artificial para producir contracciones.
Al dejar de sentir las contracciones, la mujer pierde conexión con su
cuerpo y con su hijo.
La ocitocina artificial no produce efectos sobre el cerebro como la
ocitocina natural, por lo que también se pierde parte del estimulo para
mantenerse en unión permanente con el hijo o la sensación de bienestar
que producen las hormonas naturales como son las endorfinas.
El parto será necesario tenerlo acostada en la camilla, y al no sentir el
pujo, la matrona o el médico (y no la mujer) deciden cuando se puja.
Las madres que han usado peridural interrumpen la producción natural
de hormonas, las que alcanzan menores niveles que en un parto sin
anestesia. Al nacer, madre e hijo no estarán tan bien preparados y en
sintonía para iniciar el apego y la lactancia, y los problemas para dar
pecho a sus hijos serán más frecuentes.
APEGO
Es la unión de cariño, amor que un bebé crea con su madre y su padre.
Es un vínculo afectivo primario y privilegiado que los impulsa a
permanecer juntos.
¿Por qué es tan importante el apego?
Toda la información demuestra que el apego es una urgencia para el
recién nacido, fundamental en el niño y una necesidad a toda edad.
¿Cuándo se crea el apego?
Durante la gestación…
Cada vez que los padres se contactan con el niño intrauterino. Por
ejemplo, cuando piensan en él o ella, cuando imaginan como será, o a
quien se irá a parecer. Qué nombre le pondrán o que arreglos hay que
hacer para preparar su llegada. Cuando la madre le canta canciones o se
toca la guatita. Cuando adopta hábitos saludables pensando en cuidar
de su bebé, etc.
Durante las contracciones….
El trabajo de parto es un trabajo de dos: madre e hijo. La ocitocina (la
hormona del amor) liberada en cada contracción les ayuda a sentirse
unidos y mancomunados. Ambos responden juntos.
La mujer que se siente en unión con su hijo por nacer, se abre
emocionalmente. Deja fluir la sabiduría de su cuerpo, confiando en la
energía biológica, y descubre el ritmo íntimo en comunicación interior
con su hijo(a). El dolor adquiere sentido y se puede tolerar.
El trabajo conjunto, en coordinación y armonía, prepara el nacimiento,
cuando todas las sustancias liberadas en la sangre de ambos (ocitocina,
adrenalina, ACTH, prolactina: hormona de la ternura y lactancia, etc.)
alcancen las dosis y mezclas adecuadas que favorecen el apego entre la
madre y el niño.
Al nacer….
El niño respira, siente por primera vez frío, luz intensa, ruidos y que lo
tocan. En este momento de tensión, el contacto con su madre lo calma,
al sentirse acogido y protegido con el calor del cuerpo, y el olor y la voz
que reconoce. Con sus padres se miran, se hablan, se tocan y se mueven,
como una danza de gestos, sensaciones, emociones y sentimientos.
Igual como en otros mamíferos, la activación de las conductas
maternales en el ser humano, se facilitan si se establece contacto piel
a piel inmediatamente después del parto.
Bajo el efecto de las hormonas generadas durante las contracciones, se
asegura un encuentro de Éxtasis, Alegría y Amor, sentimientos y
vivencias sobre las cuales se establece el apego, clave para las
relaciones futuras de afecto que desarrolla el individuo en su vida.
Los niños que tienen la oportunidad de vivir plenamente el apego al
nacer, se adaptan mejor, tienen menos problemas en los primeros días
(como regulación de temperatura, hipoglicemia, ictericia, etc.), y una
mejor lactancia, que se inicia más precozmente y es más prolongada. En
los meses siguientes tendrán menos enfermedades, y un desarrollo
sicomotor mejor. En lo sicológico desarrolla una autoestima positiva,
identidad integrada, mejor rendimiento educacional, mayor empatía,
capacidad para enfrentar el estrés y un adecuado desarrollo social.
¿Que capacidades tiene un recién nacido?
Capacidades sensoriales e interactivas para vincularse con sus padres.
1. El bebé es capaz de ver. Prefiere los rostros, algunos colores, y
objetos con movimiento. Puede enfocar a 30 cms. de distancia.
2. Es capaz de oír. Preferencia los sonidos agudos, melodiosos y muy
especialmente las canciones que le canta su madre.
3. Reconoce el olor materno de otros olores a las 48 hrs.
4. Tacto: Al bebé le gusta sentirse contenido. Que le hagan cariño,
que lo acunen, que le hagan masajes.
5. Gusto: El bebé tiene preferencia por sabores dulces.
CESÁREA
La cesárea tiene mucho mayor riesgo que un parto normal para la mujer
y su hijo.
Hay riesgos propios de la anestesia, de los diversos medicamentos
necesarios, y del procedimiento quirúrgico, como sangrados,
infecciones y lesiones de otros órganos.
Al no haber contracciones, no se alcanzan los niveles de ocitocina y las
demás sustancias y hormonas que favorecen el apego y disminución del
dolor.
El recién nacido “sufre” al salir y el encuentro con su madre es de
menor calidad.
Ella está acostada e inmovilizada, y a veces con efectos secundarios de
la anestesia como náuseas, vómitos y malestar, o adormecida.
El recién nacido entonces, es separado de su madre, perdiéndose este
momento de especiales características para el desarrollo del apego.
Se agregan otras alteraciones de conocimiento más reciente, como
alteraciones motoras en el desarrollo de los niños, aumento de estrés y
enfermedades ligadas a él, problemas de orientación, aumento de
pérdida de calor, daño de órganos como riñón y pulmón al ligar el cordón
inmediatamente, fallas visuales con alteraciones de enfoque y risa.
Después de una operación cesárea es necesario meses, hasta años para
recuperar lo que las hormonas entregan fisiológicamente, en el parto
natural.”
Un porcentaje muy alto de cesáreas no tiene una indicación que permita
justificar el aumento de los riesgos y la pérdida de los beneficios de un
parto normal para la madre y el hijo.
PALABRAS FINALES
La mujer tiene este secreto sagrado de la Tierra
de generar vida,
parir y amar a sus hijos.
La mujer puede y es capaz.
Por lo tanto:
Humanicemos el nacimiento en nuestras Maternidades,
Demos a la mujer la oportunidad
de ser la protagonista de su parto y nacimiento,
y vivirlo en un ambiente rodeado de amor y ternura;
Démosle la oportunidad de nacer en un ambiente con amor
a todo ser humano
del cual su madre nos confía el cuidado de su nacimiento,
ya que de ello depende el bienestar de la sociedad
en la cual vivirán nuestros hijos,
porque queremos para ellos un mundo mejor”
“Para cambiar es preciso cambiar primero la forma de nacer”
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