Principios del karate

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INTRODUCCIÓN
1)
Principios fundamentales de las técnicas del Karate.
El puño (tsuki), la patada (keri), el golpe (uchi), el bloqueo (uke) son las técnicas fundamentales
del Karate, y representan al mismo tiempo el objeto inicial y final.
Los practicantes pueden fácilmente aprender a ejecutar estos movimientos fundamentales en
poco más de dos meses, sin embargo, el logro de la perfección en su ejecución puede ser
igualmente imposible. Los practicantes, de cualquier modo, deben ejecutarlos con regularidad,
empleando el máximo de su concentración personal al efectuar cualquiera de los mismos. El
entrenamiento, sin embargo, no logrará los efectos que se propone si la ejecución es imperfecta.
Si no se aprenden las varias técnicas bajo la guía de un instructor que emplee un método
sistemático y casi esquematizado, el propio esfuerzo será en vano. El entrenamiento en el
Karate, en efecto, puede ser considerado científico solamente cuando se efectúa siguiendo
principios fisiológicamente y sicológicamente correctos.
Es sorprendente cómo un examen de las técnicas de Karate, concebidas antiguamente y
perfeccionadas a través de continuos años de estudio, revele que las mismas están
absolutamente de acuerdo a los modernos principios científicos. Es posible sin embargo un
perfeccionamiento ulterior. Debemos por lo tanto cuidar al máximo la ejecución de las técnicas
con la finalidad de progresar continuamente.
2)
Importancia de la tensión muscular en la potencia del golpe.
En las técnicas de Karate es literalmente vital el empleo de la justa
potencia muscular del
cuerpo para obtener un impacto apropiado. La sola manera de aprender Karate, si se quiere
lograr el más alto grado de perfección (y naturalmente si se dispone de un método correcto de
aprendizaje), es aquel de incrementar la velocidad con la cual se envía el puño, se golpea, se
lanza la patada, se bloquea y se efectúan las técnicas en general. También la respiración tiene
una importancia funcional en la ejecución de la técnica. Si el practicante espira rápidamente en el
acto de ejecutar una técnica, el poder muscular está en tensión. Inmediatamente después que el
golpe ha sido efectuado y la mano retirada hay que inspirar y relajar los músculos, listos para
iniciar, con naturalidad una nueva técnica. El practicante debe también poseer un conocimiento
claro y preciso de los principios sicológicos del Karate. No es suficiente en efecto conocer
físicamente las técnicas sino que es necesario adquirir una participación mental igualmente
intensa. Lo que sigue es una simple enumeración de los elementos más importantes del Karate
que es necesario poner en practica y profundizar.
a)
Equilibrio.
Es necesario poseer un buen equilibrio y una armoniosa técnica de ejecución. Si el practicante
está exento de equilibrio en el momento de enviar un golpe, no sólo será débil y habrá
desperdiciado fuerza y tiempo, sino que se volverá a si mismo extremadamente vulnerable frente
a un contraataque.
b) Velocidad.
Apenas una técnica ha sido efectuada, la pierna que ha lanzado la patada o la mano que ha
golpeado debe volver a la posición de guardia. Esto permite no solamente imprimir una mayor
potencia a la técnica efectuada sino que da la posibilidad de llevar a cabo otro ataque o de
bloquear un contraataque. Hay que aprender no sólo el uso de la fuerza, concentración muscular
y correcta respiración sino la manera de mantener el equilibrio.
c)
Los haces de potencia muscular.
Los tejidos musculares que envuelven el cuerpo humano pasan a través de las piernas, las
caderas, a lo largo del tórax y los brazos. Si se emplean todos los músculos del cuerpo se obtiene
la mayor concentración de la fuerza especialmente en el punto de impacto. Si las varias partes
del cuerpo, como las manos o los pies, ejercitan singularmente la propia fuerza, la potencia
entregada será bastante reducida. Pero si el cuerpo se expresa como una unidad coordinada,
entonces la fuerza producida será grande. Los músculos abdominales son potentes pero largos,
mientras que los de las manos y los de los pies son cortos pero débiles. Consecuentemente, para
concentrar la fuerza de las varias secciones musculares se deberá ante todo contraer los
músculos del abdomen, transferirla a las manos y a los pies y pasarla luego al punto de impacto.
Hay dos elementos que no deben ser descuidados por los practicantes, no obstante, muchos y
especialmente los principiantes no los tomen en consideración y no lo juzguen tan importantes
como las técnicas: ven cada momento es necesario estar atentos, concentrándose en el
adversario para averiguar sus capacidades. Con el tiempo esta continua observación hará que el
practicante esté en condiciones de entrar en la defensa de su adversario en el momento
oportuno.
De esta manera será siempre usada la técnica más apropiada para una determinada situación.
Esto conferirá al practicante confianza en sí mismo y fluidez a su estilo, por cuanto su mente no
deberá estar pensando en lo que debe hacer en una determinada situación.
d) Potencia de los impactos.
Las técnicas para llevar los golpes deben ser ejecutadas en una fracción de segundo, procurando
sin embargo dar la mayor fuerza al golpe.
Esto no es otra cosa que la natural consecuencia del principio según el cual la fuerza es
directamente proporcional al grado de contracción y expansión muscular. Como analogía: cuanto
más un resorte será comprimido tanto mayor será la fuerza que se desprenderá cuando se lo
deje libre. E l cuerpo se comporta exactamente de la misma manera, además la fuerza de
impacto de los golpes es inversamente proporcional al tiempo de ejecución de una técnica. O sea
a una mayor velocidad, le corresponderá una mayor potencia.
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