Camino hacia la igualdad (La Opinión, 28/11/2009) Las mujeres han reivindicado su reconocimiento como seres humanos cuya vida es un fin en sí misma y no sólo un medio para traer hombres al mundo, cuidarlos, servirlos y satisfacerlos. El movimiento que ha defendido la igual dignidad de las mujeres respecto a los hombres es el feminismo. La estructura social que se ha construido sobre la opresión de las mujeres por los hombres es el patriarcado. La actitud, reflejada en el trato y la conducta, de quienes consideran a las mujeres inferiores a los hombres, es el machismo. El feminismo ha denunciado el patriarcado y ha combatido el machismo defendiendo que las mujeres son iguales a los hombres en dignidad y derechos. Constituye un tópico decir que la revolución de las mujeres es la única que ha triunfado en nuestro tiempo. Pero ¿ha triunfado de verdad? No deja de resultar extraño que tantas mujeres contesten no cuando se les pregunta si son feministas. Es tan raro como un rey que negara ser monárquico. ¿Qué puede haber detrás de este rechazo al feminismo? Muchas mujeres de los países desarrollados creen que el feminismo es cosa del pasado. Las muy jóvenes han tenido una educación igualitaria y no perciben la desigualdad hasta que se dan de bruces con ella. En el ámbito legal aún se trabaja para promover la igualdad real. La Constitución española de 1978 reconoce la igualdad ante la ley, pero no garantiza la ausencia de discriminación real. Las feministas han reivindicado cambios legales que afectan a las condiciones de vida de las mujeres y a la libre decisión sobre su cuerpo. Unos meses antes de la aprobación de la Constitución se despenalizó el adulterio y se legalizaron los anticonceptivos. La ley del divorcio llegó en 1981, la ley de despenalización del aborto en tres supuestos en 1985, la ley integral sobre la violencia de género en diciembre de 2004, la ley para la igualdad efectiva entre hombres y mujeres en marzo de 2007, y la nueva ley de plazos de la interrupción del embarazo se está tramitando en estos momentos. En el ámbito laboral las mujeres no acceden paritariamente al trabajo, ni al poder. En la Región de Murcia las mujeres tienen formación superior a los puestos que ocupan (sobreeducación) y sólo el 13% de los Ayuntamientos tienen una alcaldesa. Las chicas tienen casi la mitad de fracaso escolar que los chicos, pero su presencia es escasa en el bachillerato tecnológico, eligen masivamente ramas de servicios en formación profesional y en la universidad son sólo el 35% de los estudiantes de ciencias. El tipo de formación elegida condicionará el acceso a puestos de trabajo mejor o peor remunerados. 1/2 Camino hacia la igualdad (La Opinión, 28/11/2009) En la vida sexual, la maternidad y la vida familiar se generan discriminaciones para las mujeres: la falta de educación sexual, de centros de planificación familiar, problemas de conciliación laboral y familiar, empleo precario, acoso, la carga del trabajo doméstico, trabas a la promoción en empresas, etc. La violencia contra las mujeres que se produce en nuestra sociedad nos muestra la desigualdad real. ¿De verdad está todo conseguido? ¿Un país en el que 76 mujeres en un año son asesinadas por sus parejas o exparejas ha alcanzado la igualdad real entre sexos? Si miramos más allá de España y los países desarrollados, en el tercer mundo la situación de millones de mujeres es espeluznante: pobreza, violencia, explotación, marginación. Frente a la discriminación real la presencia de mujeres en ámbitos de excelencia hasta hace poco exclusivamente masculinos tiene un efecto enormemente positivo. Estas mujeres están derribando los más rancios prejuicios: presiden gobiernos, son ministras, suben ochomiles, van andando solas hasta el Polo Sur, conducen autobuses, ganan el premio Nobel, pilotan aviones de combate, estudian ingeniería, son policías y bomberas. El feminismo no es un movimiento trasnochado, todo lo contrario, si algo lo caracteriza es su rabiosa actualidad para reivindicar de los poderes públicos las medidas políticas que hagan real la dignidad de las mujeres. Josefina Pérez Rodríguez-Patiño. Miembro del Foro Ciudadano de la Región de Murcia. 2/2